Boletín Informático N° 5 - Sec. de Higiene, Medicina y

Anuncio
Boletín Informativo
FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS
DE COMERCIOS Y SERVICIOS
SECRETARÍA DE HIGIENE,
MEDICINA Y SEGURIDAD
EN EL TRABAJO
N� 5 // JULIO 2013
Presentación
Estimados Compañeros y Compañeras:
Les envío un nuevo boletín informativo con las últimas novedades en nuestra área de
trabajo.
En esta oportunidad les ofrecemos noticias sobre:
• Las enfermedades profesionales matan a dos millones de personas cada año, según
la OIT.
• Las principales causas de muerte en el mundo.
• España: Cada día 44 personas son víctimas de una enfermedad profesional
• Matafuego, un elemento que falta en casi todos los hogares
• El trabajo esclavo en textiles aumenta el riesgo de tuberculosis
Estoy seguro que vtros. comentarios y experiencias en los temas relacionados con la seguridad y la salud en el trabajo podremos ir dando una visión cada vez más amplia de la
realidad de nuestro sector, por lo que los insto gentilmente a enviar sus aportes e inquietudes a nuestra dirección electrónica:
[email protected]
En la espera que la información de este número sea de su agrado, y recordándoles nuestra dirección electrónica por cualquier inquietud o consulta:
[email protected], me despido con un fraternal abrazo.
César Guerrero
Secretario de Higiene, Medicina
y Seguridad en el Trabajo / FAECYS
LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES MATAN A DOS
MILLONES DE PERSONAS CADA AÑO, SEGÚN LA OIT.
Cada día hay 5.500 muertes por enfermedades profesionales
Aumentan el estrés, la ansiedad y la depresión por el trabajo
RTVE.es/AGENCIAS - MADRID Abril 2013
Las enfermedades profesionales provocan cada año la muerte a más de dos millones de
personas, seis veces más que los accidentes laborales, según un informe presentado por
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo de la celebración, el 28 de
abril, del día Internacional de la Seguridad Laboral.
En concreto, de acuerdo con sus estimaciones, cada año mueren 2,34 millones de personas de accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo, pero la gran mayoría,
alrededor de 2,02 millones de personas, fallecen a causa de una enfermedad profesional.
La OIT denuncia en su informe que la crisis económica y la recesión han llevado a un
aumento del estrés, la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales relacionados
con el trabajo, provocando incluso, en algunos casos, el suicidio.
De acuerdo con sus cálculos, los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales
conllevan una pérdida anual del 4% del PIB en el mundo. En la Unión Europea el coste
de las enfermedades relacionadas con el trabajo asciende, como mínimo, a 145.000
millones de euros al año.
"Una pandemia inaceptable"
"Las enfermedades profesionales siguen siendo las principales causas de las muertes relacionadas con el trabajo, lo que supone una pandemia inaceptable. Esto significa un
promedio de más de 5.500 muertes diarias como consecuencia de los distintos tipos de
enfermedades profesionales", denuncia la Organización.
La OIT calcula que cada año se producen 160 millones de casos de enfermedades laborales, cuya naturaleza está cambiando con "gran rapidez" a causa de las modificaciones
tecnológicas y sociales y de las condiciones económicas, que están "agravando" los peligros existentes para la salud y creando nuevos.
Aunque la Organización explicado que algunos de los riesgos tradicionales han disminuido gracias a la mayor seguridad, enfermedades profesionales muy conocidas, como la
neumoconiosis, siguen estando muy extendidas, al tiempo que otras relativamente
nuevas, como los trastornos mentales y los trastornos musculoesqueléticos (TME), van
en aumento.
De hecho, en el informe se subraya que en los 27 Estados miembros de la UE los trastornos musculoesqueléticos son los problemas de salud relacionados con el trabajo más
comunes. Asimismo, el estrés laboral se ha convertido en un grave problema de salud
para los trabajadores, hasta el punto de que se vincula este mal con ciertas patologías
musculoesqueléticas, cardíacas o digestivas.
Ante este panorama, la OIT reclama un "paradigma de prevención integral" centrado en
las enfermedades profesionales, que incida en su reconocimiento, prevención y tratamiento, en la mejora de sus sistemas de registro y notificación, y en la mejora continua
de los sistemas nacionales de seguridad y salud.
LAS PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN EL MUNDO
Ginebra, 22 jul (EFE).- Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de
muerte en el mundo, ya que en 2011 mataron a más de 17 millones de personas, según
los últimos datos publicados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De los 17 millones de decesos ocurridos por dolencias cardiovasculares, 7 millones de
personas murieron por isquemias en el corazón y otros 6,2 millones por derrames cerebrales.
De hecho, las enfermedades no transmisibles fueron responsables de dos tercios de las
muertes ocurridas en el mundo en 2011, frente al 60 por ciento una década antes.
Entre las enfermedades no transmisibles, las más mortales fueron las dolencias cardiovasculares, los cánceres, la diabetes y enfermedades pulmonares crónicas.
El ochenta por ciento de las muertes provocadas por enfermedades no transmisibles se
producen en los países en desarrollo (26 de los 36 millones de decesos por estas causas).
No obstante, en los países ricos, el 87 por ciento de todas la muertes tienen por causa una
enfermedad no transmisible.
Un porcentaje que se reduce al 81 en los países de ingresos medios, al 56 por ciento en
las naciones de ingresos medios-bajos, y al 36 por ciento en los países pobres.
El consumo de tabaco sigue siendo el principal origen de las enfermedades no transmisibles.
De hecho, se calcula que uno de cada diez adultos en el mundo mueren por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco.
El resto de enfermedades transmisibles, las muertes relacionadas con el parto y el posparto, y las condiciones de nutrición fueron responsables colectivamente de un cuarto de
todos los fallecimientos de 2011.
Las enfermedades crónicas están aumentando como causa de muerte en los últimos años.
Los datos aportados por la OMS revelan que los cánceres de pulmón, tráquea y bronquios
causaron 1,5 millones de muertes (el 2,7% de los decesos) en 2011, mientras que en el
año 2000 fueron 1,2 millones (el 2,2 %).
De forma similar, la diabetes causó 1,4 millones de fallecimientos en 2011 (2,6%) frente a
1 millón (1,9%) en el año 2000.
Las isquemias, los derrames cerebrales, las infecciones respiratorias, las dolencias del
pulmón, la diarrea y el VIH-Sida, se han mantenido como las enfermedades más mortíferas en la última década.
La tuberculosis, sin embargo, ya no pertenece a la lista de diez principales causas de
muerte, pero si se mantiene entre las quince primeras, al matar más de un millón de
personas en 2011.
Los accidentes de tráfico sí forman parte de las diez principales causas, dado que matan
diariamente a 3.500 personas.
Globalmente, cerca de 54,5 millones de personas en el mundo mueren cada año.
Una de cada ocho de esas muertes son niños menores de cinco años, y de ellos el 74 % de
los decesos ocurren en África.
Según los últimos datos de la OMS, la esperanza de vida media mundial se sitúa en los 70
años.
ESPAÑA: CADA DÍA 44 PERSONAS SON VÍCTIMAS DE UNA
ENFERMEDAD PROFESIONAL
Cada día fallecen en España dos trabajadores como consecuencia de su trabajo, 14 sufren
un accidente grave, 1.310 un accidente sin baja en el transcurso de su actividad y 44
personas son víctimas de una enfermedad profesional a diario.
Según los datos facilitados por el Observatorio de las Enfermedades Profesionales relativos al mes de noviembre de 2012, se han producido un total de 14.788 enfermedades
profesionales de las cuales 7.103 han sido con baja y 7.682 sin baja. Esto supone una
variación de 3.333 enfermedades profesionales declaradas menos, es decir, un descenso
del 18%.
Durante el mes de noviembre de 2012, se han declarado 1.517 enfermedades profesionales sin baja menos que en el 2011, un 16% menos, y 4.612 más que en 2006, lo que supone
un incremento del 167%.
UGT lamenta la falta o insuficiencia de medidas preventivas en España y considera que el
descenso que se ha producido en la declaración de enfermedades profesionales con baja
y el aumento de las que no causan baja con relación al año 2006, (10.401 enfermedades
con baja menos y 4.612 enfermedades sin baja más), pueden deberse al miedo a la pérdida del puesto de trabajo que tienen los trabajadores en este momento y a los problemas
de subdeclaración que se pueden estar viendo incrementados ante la pasividad de las
administraciones.
El sindicato sospecha que se pueden estar derivando al sistema nacional de salud patologías que tienen lugar dentro del ámbito laboral y que se estén tratando como contingencias comunes, con el consabido prejuicio para todos los trabajadores.
UGT denuncia además, la no inclusión de los Riesgos Psicosociales en todo lo relacionado
con las enfermedades profesionales, ya que muchas de las dolencias y aspectos derivados
de dichos riesgos, pueden generar patologías que hagan más difícil el desarrollo de la
actividad laboral de los trabajadores e incluso su exclusión del entorno laboral.
La siniestralidad en nuestro país se debe a la temporalidad, la precariedad, la subcontratación, la falta de formación, la falta de experiencia laboral y, en gran medida, la ausen-
cia de prevención de riesgos laborales en la pequeña y muy pequeña empresa.
La falta de aplicación del Real Decreto de Enfermedades Profesionales, en lugar de hacer
que salgan a la luz todas las existentes, está provocando una menor declaración de las
mismas.
Por todo ello el sindicato sostiene que la solución pasa por un gran compromiso de todos,
Gobierno, Sindicatos y Patronal que, desarrollando la Estrategia Española de Seguridad y
Salud en el trabajo, desde el Diálogo Social y a través de la Negociación Colectiva, lleve a
la prevención de riesgos aunando esfuerzos para acabar con esta lacra social.
Fuente: navarra.ugt.org
MATAFUEGO, UN ELEMENTO QUE FALTA EN CASI TODOS
LOS HOGARES
Según datos de una encuesta nacional, en 8 de cada 10 viviendas no hay extintores.
Expertos en seguridad locales dijeron que la misma falencia se observa en Mendoza.
A pesar de los sucesos trágicos relacionados con el fuego en hogares, como ocurrió hace
días en una humilde vivienda de San Rafael donde murieron 2 niños, aún la gente no
toma toma conciencia en asegurar las medidas de seguridad.
Una de ellas, tal vez básica, es la tenencia de matafuegos en los hogares, pero estos
brillan por su ausencia en la mayoría de las casas mendocinas.
Una investigación realizada para el Instituto Argentino de Normalización y Certificación
(IRAM), reveló que 8 de 10 hogares se encontrarían desprotegidos frente al inicio de
focos ígneos de mínimas dimensiones, dado que no contarían con extintores.
Aunque el estudio tuvo alcance nacional, con una consulta que abarcó a más de 368
personas en todo el país, esa falencia también vale para Mendoza.
Además, la mitad de los consultados afirmó no sentirse seguro en cuanto a cuál sería el
uso correcto de un extintor. La encuesta para el instituto IRAM la materializó la empresa
D’Alessio Irol.
En los empleos
En los espacios laborales, la tenencia de matafuegos es una exigencia obligatoria establecida por las legislaciones legales, municipales y de origen nacional, que se refieren a la
cantidad y tipo adecuados al lugar.
En relación a las empresas, en la consulta se encontró que la mayoría del personal (84%)
tiene presente el lugar donde están emplazados los extintores. Sin embargo, en este capítulo aún queda un trecho para la mejora: sólo la mitad de los empleados consultados
recuerda haber recibido entrenamiento sobre cómo actuar frente a un incendio.
Un experto como Ricardo Frasca, licenciado en Seguridad e Higiene, sostiene que son
pocos los domicilios que tienen la precaución de contar con estos elementos. Frasca sí
valoriza las campañas de concientización de las empresas, como por ejemplo la Refinería
de YPF, que hace unos años le regaló a cada uno de los agentes de la planta industrial un
matafuegos para la casa.
En su opinión, las bodegas también han progresado mucho en la materia, y coincide con
el ingeniero laboral y ambiental Daniel Tramontana, en general no recibimos una formación en seguridad de la infancia por parte de nuestro sistema de educación. “Es muy
importante que los niños y los adolescentes sean portadores de la información al respecto, y que la misma se convierta en un hábito”.
El director de Defensa Civil de la provincia, Marcelo Dapas, por su experiencia de años en
sofocar incendios que empezaron casi de nada, sostiene que las casas deberían contar
con extintores, aunque sea de un kilogramo, para atacar el pequeño foco. Es de los que
insisten en que debe ensayarse el uso de estos aparatos, “para saber usarlos en el
momento preciso”.
Este especialista recuerda que no sirve decir que contamos con el matafuegos del auto,
ya que por distintas razones debemos tener uno dentro del lugar de nuestra residencia.
Walter, un vecino de la ciudad, refirió que él tiene extintor en el hogar porque recibió
cursos y se habituó. Recomendó “marcar la salida de nuestra casa por cualquier emergencia, como ocurre en los cines o en los centros comerciales”.
Jorge Lombardich, especialista en higiene y seguridad laboral, con desempeño en el
INTA, sostiene que “en una vivienda humilde, los riesgos se potencian por diversos factores: la forma de calefaccionar con leña en un tacho; garrafas que pierden gas; instalaciones eléctricas caseras (sin supervisación de Edemsa) y otras circunstancias; en estos hogares más vulnerables habría que trabajar mucho enseñando prevención”.
A su juicio, son muy pocas las residencias de los barrios cuyos moradores cuentan con
extintores
Repitió lo que dijeron los otros especialistas: además hay que saber emplearlos.
Más allá de nuestro hogar y del trabajo, hay otro lugar fundamental para proteger: las
escuelas donde concurren nuestros hijos.
En este rubro, la investigación observó que sólo 2 de cada 10 padres consultados tenía la
certeza de que en el colegio de sus chicos los han preparado para este tipo de contingencias (a través de brindar información, realizar simulacros, etc.).
En este punto, se señaló que sería fundamental tomar un papel activo junto a la comunidad educativa e impulsar actividades de prevención.
Miguel Títiro
Fuente: losandes.com.ar
EL TRABAJO ESCLAVO EN TEXTILES AUMENTA EL RIESGO DE
TUBERCULOSIS
Una investigación del CONICET revela que la posibilidad de aparición de esa enfermedad
está creciendo en quienes son explotados en esos talleres. En el Bajo Flores, la tasa de
casos es cinco veces superior al resto de la Ciudad.
De acuerdo con una investigación del CONICET, las condiciones de vida y trabajo en los
talleres textiles clandestinos aumentan los riesgos de contraer tuberculosis y otras patologías. A eso fomenta las condiciones de precariedad, hacinamiento e insalubridad que
caracterizan esos recintos, en que los trabajadores comen, duermen y viven con sus hijos.
Tráfico de personas, trata y reducción a la servidumbre son tres de los delitos asociados
con la explotación de trabajadores inmigrantes de Bolivia en los talleres textiles clandestinos de la Ciudad de Buenos Aires donde se fabrican prendas de indumentaria. La investigación fue realizada por Alejandro Goldberg, investigador adjunto del CONICET en el
Instituto de Ciencias Antropológicas de la UBA, y analizó la incidencia de la tuberculosis
en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, donde se reportan más de la mitad de los
casos del país: las situaciones de riesgo en estos establecimientos provoca el aumento de
casos y genera otros problemas de salud de tipo respiratorio, posturales y visuales. “Los
datos muestran que si bien la mayor parte de los casi 2500 casos notificados de tuberculosis hasta 2011 en capital correspondía a ‘nativos’ argentinos, los que aparecían en inmigrantes bolivianos mostraron un crecimiento sostenido, fundamentalmente desde 2004
en adelante”, analiza Goldberg, que realizó la investigación a pedido de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la
Nación.
Como ejemplo, en el área del Hospital Piñero, en el barrio de Flores, se registró una
incidencia de 198 casos cada 100 mil habitantes, una tasa muy superior al promedio de
37,5 casos en la Ciudad de Buenos Aires y la media nacional argentina, que es de 26 casos
cada 100 mil, según datos del Ministerio de Salud de la Nación.
Goldberg comenta que la zona sur-oeste concentra los barrios más pobres y donde se
concentran la mayoría de los talleres. “Estos datos sobre la incidencia diferencial de la
tuberculosis permiten comprobar la forma en que las desigualdades sociales se traducen
en desigualdades en salud”, escribe en su investigación. Tras entrevistar a trabajadores y
extrabajadores de talleres, el informe explica que estos suelen ser lugares cerrados y
oscuros, con poca ventilación, higiene defectuosa y problemas edilicios, donde los trabajadores cubren jornadas de entre 15 y 18 diarias y muchas veces viven ahí, incluso con sus
hijos.
Goldberg explica que son justamente estas condiciones las que potencian los riesgos de
infección y aumentan las posibilidades de contraer la infección. "La mala alimentación, el
hacinamiento, la inhalación permanente del polvillo que despiden las telas al trabajarse,
las situaciones de violencia cotidiana y las condiciones precarias de subsistencia de estos
trabajadores puede provocarles una baja en las defensas que los expone a la infección, el
contagio y el desarrollo de la tuberculosis”, dice.
La Organización Mundial de la Salud calcula que aproximadamente la tercera parte de la
población mundial tiene tuberculosis latente; es decir que están infectados por el bacilo
pero aún no han enfermado ni pueden transmitirla. La patología aparece cuando las
defensas bajan, como por ejemplo en casos de desnutrición o condiciones de vida insalubres.
Hugo Gramajo, investigador principal del CONICET en el Instituto de Biología Molecular
y Celular de Rosario, explica que la desnutrición, el estrés provocado por las malas condiciones de vida y trabajo provocan "una baja importante de las defensas del organismo,
que hace que el bacilo de la tuberculosis se contagie con mayor facilidad y la persona
pueda hacer en ese caso una infección aguda o, si ya tenía el microorganismo alojado en
sus pulmones en estado latente, que se active y provoque la enfermedad".
Al hacinamiento y la falta de higiene se suma el hecho de que al cortar la tela se desprende un polvillo que penetra en las vías respiratorias. La situación se agrava por la falta de
ventilación de estos espacios cerrados. Pero, además, los trabajadores presentan problemas posturales, afectación de las vías respiratorias, pérdida de la visión, anemias crónicas
o debilitamiento del sistema inmune. «
BARBIJOS CONTRA LA PELUSA
Para realizar el estudio, el equipo del CONICET entrevistó a trabajadores y ex trabajadores de talleres, migrantes de origen boliviano que acudieron al hospital Muñiz para consultar o internarse por cuadros de tuberculosis. Además, consultaron a médicos, enfermeros, asistentes sociales y psicólogas del hospital, e instituciones vinculadas a la comunidad
migrante boliviana. "Se dice que los bolivianos traen la enfermedad desde su país, pero
en realidad este incremento en los casos se asocia más con los modos de vida, vivienda y
trabajo que sufren en nuestra sociedad", asegura Goldberg, quien puntualizó la necesidad de utilizar barbijos "para no aspirar la pelusa que se desprende al cortar las prendas"
y otros elementos de seguridad como guantes metálicos para el cortador, calzado de
goma, gafas de protección ocular y protectores de agujas.
Fuente: info.news
Secretaría de Higiene, Medicina y
Seguridad en el Trabajo
FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS
DE COMERCIOS Y SERVICIOS
Av. Julio A. Roca Nº 644/46, 1er. Piso Frente
Ciudad Autónoma de Buenos Aires – C.P. 1067
TEL (011) 43314531 - FAX(011) 43425731
Descargar