Medicina - Neurooftalmología

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Medicina
Neurooftalmología
ANATOMÍA DE LA VÍA ÓPTICA
Retina
La célula ganglionar de la retina, es la encargada de transmitir los potenciales de
acción hasta el cuerpo geniculado lateral. Cada célula ganglionar emite un único
axón , el que pasa a integrar la capa de fibras de la retina. Las fibras confluyen en
la papila, continúan por el nervio óptico, quiasma y tracto óptico para sinaptar en el
cuerpo geniculado lateral(CGL).
Nervio óptico
El nervio óptico es en realidad un tracto del sistema nervioso central . Se diferencia
en al menos 4 aspectos de los nervios periféricos:
Los nodos de Ranvier en el nervio óptico son de varios mm, cubiertos por
astrocitos. En cambio en los nervios periféricos son de apenas 120 nm en
promedio.
La membrana basal está presente en los nervios periféricos y se le llama neurilema,
está ausente en el nervio óptico.
La envoltura glial del nervio óptico la dan los oligodendrocitos, que ubicados a
cierta distancia del axón, lo alcanzan a través de sus expansiones velamentosas. En
los nervios periféricos las células de Schwan, adyacentes al axón, lo rodean
formando los mesoaxón interno y externo.
La patología del nervio óptico es similar a la de los tractos nerviosos de sustancia
blanca.
Porciones
Podemos distinguir cuatro porciones :
1. Porción intrabulbar (disco óptico o papila ): El centro del disco óptico está a
4 mm a nasal y a 0.1 mm por debajo del centro de la fóvea, en promedio
tiene 1.5 mm de diámetro y es ligeramente más alto que ancho (unos 150
mm de diferencia en promedio).
Cada nervio óptico posee aproximadamente 1.2 millones de fibras nerviosas.
En el disco óptico las fibras carecen de envolturas. La porción intrabulbar del
nervio óptico normalmente es cilíndrica.
2. Porción orbitaria: En esta porción el nervio óptico se compone de axones,
glía, vasos y envolturas meningeas.Mide aprox. 20 a 30 mm, aumentando
su diámetro a 3 o 4 mm por la adquisición de mielina.
3. Porción intracanalicular: Esta porción mide 4 a 9 mm de longitud, termina
en el ápice orbitario y penetra a la caja craneana por el canal o foramen
óptico, por su porción interna y dorsal, junto con la arteria oftálmica que se
ubica por abajo y a lateral.
Se diferencia de la porción orbitaria por sus envolturas. La duramadre se
adhiere firmemente al periostio. La duramadre y la piamadre se acercan. La
aracnoides y el espacio subaracnoideo se atenúan, pero sin obliterarse. La
duramadre puede llegar a tener 1 mm de grosor.
4. Porción intracraneal: Una vez que cruza el foramen óptico, el nervio óptico
llega a la base del cráneo, la duramadre se separa de él y el nervio queda
sólo revestido por la pía. El nervio aumenta su grosor, pues se afloja su
contenido por la separación de la duramadre, llegando a 4 a 7 mm.
La longitud de esta porción va de 9 a 12 mm..El ángulo que forman los
nervios ópticos al confluir en el quiasma es de 60º . Esta porción del nervio
se dispone en dirección hacia atrás, medial y arriba (45º ) en dirección al
quiasma.
Quiasma óptico
El quiasma óptico se ubica entre las porciones terminales convergentes de los
nervios ópticos, mide 8 mm en sentido anteroposterior, 12 mm de ancho y 4 mm
de espesor.Sus relaciones anatómicas son las siguientes:
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•
•
•
Hacia arriba con la lámina terminal, el receso óptico del tercer ventrículo y el
hipotálamo.
Hacia lateral con la sustancia perforada anterior y la carótida interna (que a
veces determina una escotadura en el quiasma).
Hacia atrás con el área interpeduncular (tuber cinerium), la base cerebral,
tubérculos mamilares, receso infundibular.
Hacia abajo con la hipófisis, cisterna basal y esfenoides.
Hacia adelante con la arteria cerebral anterior y la arteria comunicante
anterior.
Las fibras nasales (53 %) se cruzan y las temporales (47 %) no lo hacen.
Tracto o cintilla óptica
Nace de la porción laterodorsal del quiasma, desde donde se dirige a dorsal.
En su primera porción (1 cm) el tracto es aproximadamente cilíndrico, al progresar
hacia los pedúnculos cerebrales y colocarse entre la región interpedunculatr y la
sustancia perforada anterior se aplanan y acintan, adquiriendo relación con los
pedúnculos cerebrales. Lo que en ellos es superior al inicio se hace lateral, y lo
inferior se hace medial.
Cuando el tracto alcanza la superficie posterior y lateral del tálamo tiende a
dividirse en una raíz medial que se dirige al núcleo geniculado medial y una raíz
lateral hacia el núcleo geniculado lateral.
El 85 % de las fibras se dirigen hacia el núcleo geniculado lateral y el 15 % restante
tienen una función fotoestática y terminan en los núcleos pretectales.
Núcleo geniculado lateral (NGL)
En vertebrados inferiores encontramos el núcleo pregeniculado o rostral, que
retiene conexiones tectales y está pobremente desarrollado en mamíferos. El
núcleo geniculado propiamente tal (ventral) adquiere su máxima complejidad en
primates y el hombre.
El NGL tiene forma de gorro frigio, bigeniculado, forma parte del tálamo.En su
interior es una sucesión complicada de láminas grises, en número de 6, con láminas
blancas entre ellas.
Las fibras retinogeniculadas llegan por el costado lateral y superior al NGL, son
alrededor de 1 millón. Las cruzadas van a las láminas 1, 4 y 6 y las directas van a
las láminas 2, 3 y 5.
Las fibras geniculocalcarinas también son alrededor de un millón, salen por el
costado lateral y superior del NGL y van hacia el área 17 de Brodmann..
El núcleo geniculado lateral no es una simple estación de relevo, aquí se puede
atender y desatender información visual.
También existen conexiones con la formación reticular, troncoencéfalo y pulvinar.
Radiaciones ópticas
Las fibras geniculocalcarinas forman las radiaciones ópticas, que a su vez se dividen
en 3 porciones: superiores (campo visual inferior), inferiores (campo visual
superior) y centrales (mácula).
Las fibras superiores, se dirigen directamente al lóbulo occipital, pasando por el
lóbulo parietal.
Las fibras inferiores forman un asa alrededor del ventrículo lateral en el lóbulo
temporal (asa de Mayer) y pasan muy cerca de las fibras motoras y sensitivas de la
cápsula interna. Un infarto puede causar una hemianopsia homónina superior
contralateral junto con una hemiparesia contralateral. Tumores profundos del lóbulo
temporal tratados con una lobectomía temporal que se extiende más de 5 cm en
profundidad pueden producir una hemianopsia homónima superior.
Corteza occipital
La corteza visual primaria también es llamada corteza estriada o área 17 de
Brodmann. Se encuentra situada en los labios superior e inferior de la cisura
calcarina. La mayoría de la corteza visual corresponde a la representación macular.
Adyacente a la corteza estriada está la corteza paraestriada (área 18) y
periestriada (área 19). Estas áreas asociadas son esenciales para la integración de
la visión.
NERVIO ÓPTICO
Estudio clínico funcional del nervio óptico
Agudeza visual
1. Visión de lejos: Es lo primero que se le debe hacer al enfermo, cada ojo por
separado, básico en todo examen oftalmológico
2. Visión de cerca. : La medimos a 30 cm y en caso de mayores de 40 años
con su corrección para cerca
3. Test de deslumbramiento : Ayuda a determinar si una lesión es retinal o de
nervio óptico. Se alumbra con una buena linterna un ojo por 10 segundos y
se mide el tiempo que se demora en recuperar la agudeza visual previa. La
velocidad de recuperación después del deslumbramiento depende de la
recuperación del pigmento visual. Por lo tanto las lesiones retinales tienen
tiempos de recuperación mayores que las lesiones de nervio óptico. Se
considera sugerente de lesión retinal difusa un tiempo mayor a 1 minuto, y
sugerente de lesión de nervio óptico a un tiempo menor de 1 minuto.
4. Rejilla de Amsler : Se utiliza un enrejado con un punto central en el que se
cruzan dos líneas diagonales. Se pide al paciente que usando su corrección
óptica para cerca en los casos que la use, fije el punto central con cada ojo
por separado a unos 30 cm. Sirve para determinar la presencia de
escotomas, metamorfopsias (alteración de la forma) y gracias a que permite
registrar gráficamente las alteraciones ayuda también a estudiar su
evolución.
Pupilas
Estudio de la pupila
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Realizado en semioscuridad (iluminación mesópica), con el paciente mirando
a la distancia.
Determinación del tamaño, simetría y forma de la pupila. Detección de
anisocoria (diferencia en el tamaño de las pupilas), discoria (irregularidad en
la forma de la pupila) e hippus (que corresponde a movimientos de apertura
y cierre de la pupila, que no son patológicos).
Se debe usar un estímulo luminoso adecuado, una linterna con luz
focalizada, no luz difusa.
Reflejo fotomotor directo : obtenido al alumbrar desde abajo y al centro de
la pupila, para no estímular más la hemiretina nasal o la temporal.
Reflejo fotomotor alternante : Es muy importante para determinar la
presencia de defecto pupilar aferente relativo (signo de Marcus Gunn).
consistente en la dilatación de la pupila al pasar la luz desde el ojo sano al
ojo que tiene una alteración del nervio óptico, pues la aferencia desde el
nervio sano es normal y produce una miosis que es mayor que la provocada
por el reflejo fotomotor directo del ojo con la neuropatía óptica.
Reflejo fotomotor consensual : se usa para estudiar la vía aferente de un ojo
con parálisis de III nervio craneano o midriasis farmacológica.
Arco reflejo pupilar
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Los receptores de este arco son los conos y bastones de la retina, luego
viene la célula bipolar y la célula ganglionar, cuyos axones son en parte
cruzados y en parte no cruzados en el quiasma óptico y llegan a los núcleos
pretectales, separándose en este punto del resto de las fibras (visuales) que
se dirigen a los cuerpos geniculados laterales.
Los núcleos pretectales se ubican en la placa cuadrigeminal, y las neuronas
de ellos tienen axones, que son en parte cruzados y en parte no cruzados,
que se dirigen hacia el subnúcleo de Edinger Westfall, que forma parte del
núcleo del III nervio craneano.
Las neuronas del subnúcleo de Edinger Westfall son las células
preganglionares de la vía parasimpática y sus axones, que forman parte del
III nervio craneano, se dirigen al ganglio ciliar.
En el ganglio ciliar las neuronas preganglionares parasimpáticas hacen
sinapsis con las células postganglionares parasimpáticas que llegan al
esfínter pupilar, provocando miosis.
De todo esto se desprende que la eferencia del sistema es siempre simétrica,
cualquiera sea la aferencia, por eso se produce el reflejo consensual. Por lo tanto
no hay anisocorias por alteración de la aferencia.
Las lesiones detrás del quiasma no tienen efecto sobre la pupila.
La lesión completa de nervio óptico produce abolición del reflejo fotomotor directo,
pero persiste el reflejo consensual estimulando el ojo contralateral.
FONDO DE OJOS.
Lo más importante es determinar cuales son las características de la papila. La
papila normal es rosada, plana y de bordes netos.
Campo visual.
En neuroftalmología se prefiere el campímetro de Goldmann. La mayoría de las
lesiones de nervio óptico producen un escotoma central. La nomenclatura del
campo visual puede parecer inicialmente difícil, pero esto es sólo aparente, en
realidad es simple.
Escotoma : Un escotoma es un área del campo visual en que el paciente no ve.
Cuando un escotoma se ubica en el centro del campo se le llama central, cuando no
está en el centro pero si dentro de los 30º centrales, se le llama paracentral.
Hemianopsia :La hemianopsia es la pérdida de una mitad del campo visual. Las
hemianopsias pueden ser derecha, izquierda, superior o inferior. Cuando hay
hemianopsias en los campos visuales de ambos ojos se pueden nombrar de la
siguiente forma;
Si las hemianopsias afectan el mismo lado (derecho o izquierdo) se habla de
heminaopsia homónima, por ejemplo, hemianopsia homónima derecha,
hemianopsia homónima izquierda.
Si las hemianopsias afectan diferentes lados, se llaman heterónimas. Las
hemianopsias heterónimas pueden ser entonces binasales (afectan a ambas
mitades nasales, hemianopsia derecha en el ojo izquierdo y hemianopsia izquierda
en el ojo derecho), o bitemporales. Al decir hemianopsia bitemporal o binasal, se da
por entendido que es heterónima.
Cuadrantopsia :La cuadrantopsia es la pérdida de un cuadrante del campo visual.
Las cuadrantopsias pueden ser superior derecha, superior izquierda, inferior
derecha, inferior izquierda. Cuando hay cuadrantopsias en los campos visuales de
ambos ojos se puede aplicar la misma nomenclatura que para las hemianopsias.
Mancha ciega :La mancha ciega es un escotoma fisiológico pequeño, ubicado a
temporal del centro del campo visual. Su ubicación delata el ojo, por ejemplo si se
ubica a la izquierda del centro es el ojo izquierdo, a la derecha del centro es el ojo
derecho. La mancha ciega corresponde a la porción de la retina que ocupa el disco
óptico, que por no tener fotorreceptores aparece como escotoma en el campo
visual.
Congruencia :La congruencia es el grado de similitud que hay entre defectos
homónimos del campo visual de un ojo con el otro. Si los defectos son muy
parecidos, se habla de máxima congruencia.. La congruencia es mínima en las
lesiones de cintilla óptica y máxima en las lesiones de corteza.
Visión de colores
Importante ya que nos permite diagnosticar un daltonismo o una enfermedad del
nervio óptico.
En su estudio se usan dos tipos de métodos:
•
•
Tablas seudoisocromáticas. La más conocida es la de Ishihara, se utiliza
principalmente en caso de sospechar una alteración congénita de la visión
de colores.
Saturación de color. Un método sencillo es mostrar una tapa de frasco de
midriático al paciente y pedirle que la vea primero con un ojo y luego con el
otro y que compare la saturación del color rojo, el ojo que ve menos rojo
será sospechoso de tener una alteración del nervio óptico
Sensibilidad al contraste.
Se utiliza una tabla especialmente diseñada que contiene variaciones de frecuencia
y de contraste y se pide al paciente que diga cual hasta que contraste es capaz de
definir para una determinada frecuencia, lo que se grafica. Se ha logrado establecer
distintos patrones de daño de la sensibilidad al contraste de acuerdo a la patología
ocular.
Existen también los estudios electrofisiológicos que se usan en casos especiales :
Electroretinograma.
Se menciona aquí pues debe ser normal para poder interpretar el potencial visual
evocado, su principal indicación es en enfermedades retinales, más que de nervio
óptico
Potencial visual evocado.
Es un potencial occipital que se evoca por un estímulo visual.
A cada ojo por separado se le presenta un estímulo que es parecido a un tablero de
ajedrez, en el que los cuadrados blancos cambian a negros y los negros a blancos 4
veces por segundo. El electrodo occipital se coloca 5 cm sobre el inion. Lo que se
mide es la velocidad de conducción de la vía visual. Sólo sirve para localizar
lesiones de nervio óptico, pues la mitad de la información de la vía se cruza en el
quiasma. Lo normal es que se obtenga una onda (llamada p100) a 100 ms. Ni la
amplitud ni la forma de la onda tienen importancia. En caso de enfermedad activa
del nervio óptico no presta utilidad, pues va a salir alterado como el resto de los
exámenes clínicos. Se usa para, ante la presencia de un signo neurológico mayor,
determinar si el nervio óptico está afectado por una secuela de desmielinización, lo
que en su conjunto sería indicativo de esclerosis múltiple.
Estudios de imágenes.
Se usan la TAC y la RNM. En el caso de la TAC es importante pedir que el corte
pase por la línea orbitomeatal.
En la RNM da lo mismo el corte pues se puede haber cualquiera, pero se requiere
técnica de supresión de grasa.
PAPILA ÓPTICA
La papila normal es de color rosado anaranjado, pero su color experimenta
variaciones en la población normal, por ejemplo las personas morenas la tienen
más rojiza y los rubios más pálida, los hipermétropes más rojiza y los miopes más
pálida, en los recién nacidos es algo pálida, en los escolares es rojiza y en el adulto
mayor es más pálida.
Los bordes de la papila son netos, aunque en los polos puede haber una ligera
difuminación, que puede ser normal en algunas personas.
En su centro tiene una excavación fisiológica, que puede estar aumentada, como se
observa clásicamente en el glaucoma.
Las arterias son más delgadas que las venas, en relación 2:3, las venas son más
oscuras que las arterias.
Edema papilar (PAPILEDEMA)
Es el único signo objetivo de hipertensión intracraneana (HIC), por eso se debe
saber reconocer.
Manifestaciones clínicas del edema papilar precoz
La triada clásica del edema papilar (EP) precoz incluye:
1. Hiperemia, que es uno de los primeros signos en aparecer.
2. Dilatación y oscurecimiento de las venas.
3. Borramiento de los bordes de la papila, primero el borde nasal, luego los
polos y por último el borde temporal.
Lo más importante para hacer el diagnóstico es el aspecto clínico, pero pueden
haber casos dudosos. Ante la duda y un paciente con buen estado general, se
puede controlar a los 7 días, si el paciente sigue bien se seguirá controlando, en el
EP verdadero se observará una evolución hacia la progresión. Si desde el comienzo
hay síndrome de HIC (cefalea, vómitos) y compromiso del estado general, se debe
evaluar al paciente en conjunto con neurólogo y neurocirujano y se pedirán
estudios de imágenes (TAC, RNM).
Otros hallazgos oftalmoscópicos
No se debe esperar la desaparición de la excavación fisiológica para hacer el
diagnóstico de EP.
La presencia de pulso venoso a nivel papilar descarta edema de papila, pero su
ausencia no asegura que sea EP.
La aparición de hemorragias papilares es indicativa de patología de papila, se debe
examinar con mucha atención, pues a veces son pequeñas hemorragias lineales
que se pueden confundir con vasos.
Si aparecen pliegues retinales (líneas de Patton) es indicativo de patología de
papila.
Pueden aparecer exudados húmedos o blandos y exudados duros o secos. Los
exudados húmedos son de color blanco amarillento grisáceo de bordes poco
definidos. Los exudados secos son blancos, más definidos y se pueden ubicar en
forma radiada hacia la mácula, constituyendo la estrella macular.
Etiopatogenia del edema papilar en HIC
Se cree que ocurre la siguiente secuencia:
•
•
•
•
•
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Aumento de la presión del líquido cefaloraquídeo.
Aumento de la presión que se ejerce sobre el nervio óptico y sus vainas.
Retardación del flujo axoplásmico.
Aumento del volumen de las fibras del nervio óptico.
Compresión de los vasos venosos.
Estasis vascular de la papila: que conduce a las hemorragias y exudados.
Examen oftalmológico
El resto del examen oftalmológico es normal: agudeza visual (AV) normal, pupilas
normales.
Otros exámenes
El campo visual muestra un aumento de la mancha ciega, pero este hallazgo es
inespecífico, retorna a la normalidad una vez resuelto el edema.
La angiofluoresceinografía (AFG) de la papila es un examen muy útil en caso de
duda. En una persona normal la papila se llena de fluorescencia sin pasar sus
límites. En edema papilar se observa salida de la fluorescencia por fuera de los
límites de la papila, es decir hay filtración. Desgraciadamente en etapas muy
precoces del EP la AFG puede ser negativa.
Evolución del EP
Una vez que se elimina la causa que originó el EP, la papila retoma su aspecto
normal en aproximadamente un mes, si fuera de este plazo no se ha regresado a la
normalidad, indica que persiste la HIC.
Pero hay ocasiones en que la causa del edema papilar no se trata o se trata muy
tarde y la papila se atrofia. En este momento aparece la disminución de la agudeza
visual, se altera el reflejo fotomotor y se estrecha el campo visual (estrechamiento
concéntrico irregular) y finalmente se llega a la ceguera. El tiempo que es capaz de
resistir el nervio óptico es muy variable, va de meses a años, como no podemos
saber a priori cuanto, es muy importante instaurar el tratamiento lo más rápido
posible.
Causas de edema papilar por HIC
•
Procesos expansivos intracraneanos
Explican el 75 % de los casos de edema de papila con hipertensión
intracraneana. En general pueden ser tumores, hematomas, quistes,
abscesos, etc.
•
•
•
Hidrocefalia no tumoral
Edema cerebral. En trauma, infecciones, etc.
Hipertensión intracraneana idiopática
Se llamó previamente seudotumor cerebral o HIC benigna. Consiste en un
aumento de presión del líquido cefaloraquídeo, con edema papilar
verdadero, de causa desconocida. Los exámenes por imágenes son normales
y descartan la presencia de un tumor. La única forma de confirmar el
diagnóstico es la medición de la presión del líquido cefaloraquídeo, en
algunos casos puede incluso requerirse su monitorización contínua, pues la
presión intracraneana varía durante el día. Se observa con más frecuencia
en mujeres, jóvenes, obesas, con trastornos endocrinológicos.
Otras causas de hipertensión intracraneana
•
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•
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Embarazo.
Trombosis de senos venosos intracraneanos. El mejor método diagnóstico es
la resonancia nuclear magnética. El tratamiento consiste en anticoagulantes.
Drogas: esteroides, tetraciclina, ácido nalidíxico, danazol, nitrofurantoína.
Tóxicos: hipervitaminosis A.
Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico, anemia.
Diagnóstico diferencial del edema de papila
Neuritis óptica bulbar o papilitis (NOB)
La neuritis óptica idiopática es una enfermedad desmielinizante aguda del nervio
óptico, de causa desconocida, que se puede presentar en forma aislada o en el
contexto de una esclerosis múltiple.
Se puede clasificar la neuritis ópticas en dos tipos, la retrobulbar (con fondo de ojo
normal) y la bulbar o papilitis, de aspecto similar al edema de papila.
La neuritis óptica bulbar da disminución de la agudeza visual, en forma rápida, que
puede ser uni o bilateral. Hay alteración de los reflejos pupilares. El campo visual
muestra un escotoma central. Ocurre mejoría espontánea en casi todos los casos.
Cuadro clínico:
1. Disminución de la agudeza visual, de comienzo agudo, más frecuentemente
unilateral, pero que también puede ser bilateral (lo que se observa más en
niños).,la agudeza visual en general es menor a 20/200. La mayoría (88 %
aprox)de los pacientes comienzan la recuperación de la agudeza visual
dentro de los primeros quince días y la mayoría de los pacientes recuperan
completamente la agudeza visual dentro de los primeros 30 días, de los que
presentan sólo una recuperación incompleta se sabe que pueden mejorar
gradualmente hasta por el plazo de un año. Puede acompañarse de
fenómenos visuales positivos (luces de colores o destellos) en el 30.4 % de
los pacientes.
2. Dolor peri o retrocular que se produce o aumenta con los movimientos
oculares.
3. Alteración de los reflejos fotomotores y/o defecto pupilar aferente relativo.
Es un hallazgo sine qua non para hacer el diagnóstico de neuritis óptica
unilateral. El DPAR puede estar ausente en casos bilaterales con igual
afectación de ambos ojos.
4. Fondo de ojo. Según esté afectado o no se distinguen dos tipos de neuritis
óptica, la bulbar y la retrobulbar. En la bulbar hay edema de papila, en la
retrobulbar no hay edema de papila. Apoximadamente 2/3 de los casos son
retrobulbares y 1/3 es bulbar
5. Hemorragias del disco o peripapilares se encuentran en sólo el 5.6 % de los
pacientes.
6. Alteración de la visión de colores. Se puede detectar fácilmente como
desaturación de los colores vistos con el ojo afectado.
7. Disminución de la sensibilidad al contraste
Causas de neuritis óptica
•
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•
•
•
Idiopática
Esclerosis múltiple
Inmune
Infecciosa
Secundaria a inflamación contigua
No hay indicaciones claras para el tratamiento, lo que depende de las
características de cada paciente a juicio del oftalmólogo. El uso de
metilprednisolana endovenosa quizá tenga algún beneficio extra en pacientes que
requieran una recuperación más rápida o en los casos bilaterales.
Cuadro comparativo entre EP y NOB
Edema de papila por HIC
Neuritis óptica bulbar
Visión
Normal
Alterada
Reacciones
pupilares
Normal
Alterada
Campo visual
Aumento de la mancha
ciega
Escotoma central
Síntomas
asociados
Síndrome de hipertensión
intracraneana
Dolor ocular que se acentúa
al mover los ojos.
Neuropatía óptica isquémica (NOI)
Neuropatía óptica isquémica no arterítica
Corresponde a un infarto de la cabeza del nervio óptico.
Ocurre con mayor frecuencia en personas de más de 50 años, con antecedentes de
patología vascular: diabetes mellitus, hipertensión.
Clínicamente hay pérdida brusca de visión, unilateral, con alteración del reflejo
fotomotor. En el campo visual se observa un defecto altitudinal inferior. En el fondo
de ojo se aprecia edema de papila, que desde el primer momento es pálido. Se ha
descrito que hasta en un 40 % de los pacientes se puede producir este mismo
cuadro en el otro ojo en un plazo variable, que va de días a años. No hay
tratamiento eficaz. Se ha usado aspirina.
Arteritis de la temporal
Fisiopatología
La neuropatía óptica isquémica en el contexto de una arteritis de la temporal se
debe a infarto del disco óptico. Esto puede ocurrir también, pero es más raro, en el
lupus eritematoso sistémico y la periarteritis nodosa.
Manifestaciones clínicas
•
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•
•
•
Afecta a personas de más de 70 años.
Cefalea.
Manifestaciones oculares. Lo más frecuente es la neuropatía óptica
isquémica anterior (90 %), pero también se ha descrito oclusión de arteria
central de la retina (3 %) y retinopatía isquémica (7 %).
Dilatación de la arteria temporal y dolor en su trayecto
Polimialgia reumática: caracterizada por debilidad y dolor en los músculos
proximales de las extremidades.
Claudicación mandibular.
Compromiso del estado general: anemia, anorexia, decaimiento, baja de
peso y fiebre.
Se ha descrito una variante de arteritis de la temporal conocida como
"oculta" que se presenta como neuropatía óptica isquémica sin síntomas
generales. Por este motivo se debe pedir VHS a todos los pacientes que se
presentan con neuropatía óptica isquémica, independientemente de su edad
o sintomatología.
Exámenes complementarios
•
•
VHS. La VHS es alta.
Biopsia de arteria temporal. Confirma el diagnóstico el hallazgo de
interrupción de la lámina elástica interna. Con frecuencia se encuentran
células gigantes, pero no son necesarias para hacer el diagnóstico. Puesto
que también hay áreas de la arteria no afectadas se debe obtener una
muestra de longitud considerable para estudio. Algunas veces es necesario
efectuar una biopsia del otro lado.
Tratamiento
El tratamiento consiste en corticoides en altas dosis, cuyo principal objetivo es
evitar el frecuente compromiso del otro ojo (30 %). Este tratamiento se inicia con
metilprednisolona 250 mg c/6 h EV durante 3 días y luego se continúa con
prednisona, cuya dosis se reduce gradualmente en las siguientes semanas, de
acuerdo a la respuesta clínica. El tratamiento debe prolongarse al menos por 6
meses. El diagnóstico de la arteritis de la temporal es clínico, no es necesario
esperar el resultado de la biopsia para iniciar el tratamiento con corticoides, cuyo
efecto terapéutico se requiere de inmediato. Además, los corticoides no modifican
el resultado de la biopsia al menos por 7 días.
Cuadro comparativo entre EP y NOI
Edema de papila por HIC
Neuropatía óptica
isquémica
Visión
Normal
Alterada
Reacciones
pupilares
Normal
Alterada
Campo visual
Aumento de la mancha
ciega
Defecto altitudinal inferior
Fondo de ojo
Edema hiperémico
Edema pálido
Síntomas
asociados
Hipertensión intracraneana No
Factores de
riesgo
No
Hipertensión arterial
Diabetes mellitus
Edad
No
Más de 50 años
Papila inclinada
Es una anomalía papilar congénita en la que la papila, en vez de ser circular
adquiere la silueta de un balón de rugby, debido a que las fibras se acumulan en su
porción superotemporal. Esta papila se ve inclinada, en su parte inferior hay un
cono inferonasal de atrofia coriorretinal, por rarefacción del epitelio pigmentario
retinal. Muchas veces esta papila tiene los bordes poco nítidos, razón por la cual se
la describe aquí.
Se presenta en pacientes con astigmatismo miópico u otro vicio de refracción, o en
pacientes normales desde el punto refractivo. La agudeza visual se corresponde con
la refracción. Los reflejos pupilares son normales. El campo visual muestra un
defecto bitemporal superior. No hay síndrome de hipertensión intracraneana.
Por tratarse de una variedad congénita de la papila, con características propias y no
evolutiva, basta con controlar a la semana a los pacientes. Si hay dudas el mejor
examen es la AFG que no mostrará filtración.
Cuadro comparativo entre EP y Papila inclinada
Edema papilar
Papila inclinada
Visión
Normal
Según refracción
Reacciones
pupilares
Normal
Normal
Campo visual
Aumento de la mancha
ciega
Defecto bitemporal
superior
Evolución
Progresivo
Estable
Drusen del disco
Son acúmulos de una sustancia hialina que forma una especie de perlas
redondeadas y nacaradas que hacen irregular el borde de la papila, difuminándolo.
No se conoce su origen, al parecer se debe a una alteración de la permeabilidad
vascular que permite la extravasación de proteínas. Tiene mayor incidencia entre
familiares. Es evolutivo, ya que con el tiempo se acumula cada vez más material
hialino. A veces pueden haber pequeñas hemorragias en el borde de la papila. Por
estas característica se confunde fácilmente con el edema de papila. La AFG es muy
útil pues los drusen papilares son autofluorescentes. En general no altera la
agudeza visual. El campo visual puede mostrar un defecto nasal inferior.
Mielinización de fibras de la capa de fibras nerviosas
En condiciones normales sólo ocurre mielinización de fibras del nervio óptico por
detrás de la lámina cribosa.
En algunos casos se mielinizan las fibras intraoculares, que toman un aspecto
característico: manchas blancas, nacaradas, parecidas a una pluma, que siguen la
dirección de las fibras de la retina y a veces ocultan la papila.
Aparte de estas características fundoscópicas, los pacientes son normales.
Tumores del disco óptico
QUIASMA ÓPTICO
Disposición de las fibras
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•
•
•
En el quiasma decusan las fibras provenientes de las hemirretinas nasales
de ambos ojos, mientras que las fibras que provienen de las mitades
temporales no se decusan, sino que siguen por el mismo lado.
Las fibras nasales inferiores al decusar tienen a esbozarse en el nervio
óptico contralateral, constituyendo la rodilla anterior del quiasma. Lesiones a
este nivel producen una cuadrantopsia superior contralateral, cuadro
llamado síndrome del ángulo del quiasma.
Las fibras nasales superiores decusan más directamente.
Las fibras maculares nasales, que también decusan, lo hacen vecinas al
borde posterior del quiasma. Lesiones a este nivel producen hemiescotomas
centrales bitemporales, que pueden o no estar asociados a defectos
periféricos bitemporales.
Síndrome quiasmático
Síntomas
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Disminución de la agudeza visual bilateral o alteraciones inespecíficas de la
visión. Es el principal síntoma del síndrome quiasmático.
Diplopia. Puede deberse a extensión de la lesión parquiasmática al seno
cavernoso o al fenómeno del deslizamiento del hemicampo.
Cefalea. Se puede presentar en lesiones periquiasmáticas que producen
efecto de masa.
Alteraciones endocrinas.
Signos
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Nistagmus en see saw (balancín)
Síndrome hipotalámico
Alteraciones campimétricas
Escotoma de la unión (síndrome de ángulo anterior del quiasma)
Lo producen lesiones que se ubican en la unión del nervio óptico con el quiasma. Se
poduce un escotoma central homolateral por afección del nervio óptico y un defecto
temporal superior contralateral por el daño de las fibras de la rodilla de Von
Wilbrand.
Hemianopsia bitemporal
Se debe a daño de las fibras del cuerpo del quiasma. Es el patrón de daño
quiasmático más clásico. Las lesiones que comprimen el quiasma desde arriba (por
ejemplo craneofaringeomas) producen defectos bitemporales de predominio inferior
y las lesiones que comprimen el quiasma desde abajo (por ejemplo tumores
hipofisiarios) producen preferentemente defectos bitemporales superiores.
Síndrome del quiasma posterior
La lesión de las fibras maculares, que se ubican en las porciones más posteriores
del quiasma producen hemiescotomas centrales bitemporales.
Hemianopsia binasal
Se debe a compresión lateral del quiasma. Es muy rara. Se debe plantear el
diagnóstico diferencial con glaucoma o alteraciones funcionales de la visión.
Tumores de hipófisis
Como crecen por debajo del quiasma afectan inicialmente las fibras nasales
inferiores que decusan, por lo que la primera alteración del campo visual que
producen son defectos bitemporales superiores, que al progresar dan
cuadrantopsias bitemporales superiores y luego hemianopsias heterónimas
bitemporales completas. De continuar el crecimiento del tumor se afectan también
los cuadrantes nasales inferiores y por último los cuadrantes nasales superiores. En
un 58. 4 % de los casos la afectación del campo visual es simétrica.
Los adenomas hipofisiarios son los tumores de hipófisis más frecuentes, pueden ser
de tres tipos:
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•
•
Cromófobos, los más frecuentes, se asocian a hipofunción hipofisiria
(amenorrea, enanismo, etc.).
Eosinófilos, se asocian a hiperfunción hipofisiaria( acromegalia, gigantismo).
En general son de pequeño tamaño.
Basófilos, más raros, pueden producir síndrome de Cushing.
También pueden haber microadenomas, en general prolactinomas, pero por su
pequeño tamaño rara vez comprometen el campo visual.
Un paciente con adenoma hipofisiario puede consultar por cefalea y alteraciones
visuales poco claras. Ante la sospecha debe pedirse un campo visual.
En el fondo de ojo, dependiendo del tiempo de evolución podemos encontrar desde
palidez óptica hasta atrofia. Si hay un campo visual alterado se debe pedir un
estudio de imágenes, y derivar al neurocirujano. Después de ser removido el tumor
puede producirse una recuperación precoz de la agudeza visual y campo visual.
Craneofaringeomas
Son la segunda causa más frecuente de lesión quiasmática.
Se producen con más frecuencia en niños. Son tumores derivados de los restos de
la bolsa de Ratke.
Generalmente sólido quísticos.
Alteran el campo visual en forma no tan sistemática como el adenoma. Es más
frecuente que sean supraselares, por lo que dan alteraciones bitemporales
inferiores.
Su pronóstico es sólo regular pues tienden a recidivar.
Meningiomas
Es la tercera causa en orden de frecuencia.
En general se originan en la porción anterior del quiasma.
Crecen muy lentamente, pero pueden llegar a alcanzar un gran tamaño.
Son más frecuentes en adultos y en mujeres.
Apoplejía hipofisiaria
Etiopatogenia
Se presenta en forma aguda y dramática en pacientes portadores de un tumor
hipofisiario, por sangramiento y brusco crecimiento del tumor.
Cuadro clínico
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Cefalea.
Náuseas y vómitos.
Compromiso de conciencia.
Signos meningeos.
Alteración de la agudeza visual.
Campo visual: hemianopsia bitemporal.
Paresias o parálisis oculomotoras uni o bilaterales.
Tratamiento
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•
Corticoides (para evitar la insuficiencia suprarrenal).
Cirugía, lo más precoz. De preferencia trasnesfenoidal.
VIA ÓPTICA RETROQUIASMÁTICA
Está constituida por fibras que llevan información de los hemicampos
contralaterales. Por esta razón sus lesiones producen hemianopsias homónimas,
con característica propias de acuerdo al nivel del daño.
Bandeleta o cintilla óptica
Campo visual: defecto homónimo incongruente. En general se compromete más el
hemicampo temporal.
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Pupilas: alteración (DPAR) cuando se afecta alguna porción de los 2/3
anteriores de la cintilla.
Fondo de ojo: atrofia papilar.
Otras alteraciones: hemiplegia, alteraciones endocrinas.
Cuerpo geniculado lateral
•
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•
Disminución de la agudeza visual.
No hay compromiso del reflejo fotomotor.
En teoría no debería haber atrofia óptica, pero por razones que se
desconocen a veces la hay.
Campo visual: muestra una alteración en dedo de guante.
Radiaciones ópticas
Lóbulo temporal
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•
•
•
Las fibras inferiores van por delante del cuerno anterior del ventrículo
lateral, formando el asa de Mayer.
La lesión de estas fibras da campo visual con alteración homónima de los
campos superiores de mediana congruencia.
Pupila y fondo de ojo normales.
Además pueden haber alucinaciones visuales formadas y crisis epilépticas.
Sus causas principales son tumores y TEC.
Lóbulo parietal
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La lesión de las fibras superiores provoca alteraciones homónimas inferiores,
que son más congruentes que las que se presentan en lesiones del lóbulo
temporal.
Pupila y fondo de ojo normales.
Otras alteraciones: alteración del nistagmus optoquinético, cuya frecuencia y
amplitud disminuye hacia el lado de la lesión, alteraciones neurológicas.
Causas: tumores, esclerosis múltiple, lesiones vasculares.
Corteza occipital
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•
•
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Su lesión produce defectos homónimos de máxima congruencia.
Puede haber respeto macular, debido a la doble irrigación del área de
representación macular.
Reflejos pupilares normales.
Fondo de ojo normal.
Campo visual: lo más frecuente es el defecto homónimo congruente.
También puede haber visión tubular con fondo de ojo normal, que se ve en
infartos de ambas arterias cerebrales posteriores. Pueden producirse
hemiescotomas centrales homónimos cuando hay lesión de sólo una arteria
cerebral posterior.
Otras alteraciones: alucinaciones visuales simples (luces, fósfenos,
manchas), agnosia visual (pérdida del reconocimiento visual de las cosas),
anosognosia (negación del defecto visual).
Localización de lesiones retroquiasmáticas
Campo visual
•
•
Grado de congruencia. La congruencia es el grado de similaridad del defecto
del campo visual de un ojo con respecto al otro. Hay mayor congruencia
cuanto más posterior sea la lesión.
Respeto macular. Se observa en lesiones de corteza occipital.
Pupila
•
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Reflejo fotomotor. Se altera en las lesiones de los 2/3 anteriores de la
bandeleta.
Defecto pupilar aferente relativo.
Papila óptica
•
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Atrofia indica lesión pregeniculada.
Indemnidad indica lesión retrogeniculada.
Nistagmo optoquinético
Su alteración indica lesión en radiaciones, especialmente lesiones ubicadas en el
lóbulo parietal.
Cuadro comparativo de lesiones retroquiasmáticas
Localización
Congruencia
Fondo de ojo
Pupila
NOQ
Bandeleta
Mínima
Atrofia
Alterada
Normal
Radiaciones
Mediana
Normal
Normal
Alterado
Corteza
Máxima
Normal
Normal
Normal
PARÁLISIS ÓCULOMOTORAS
Frecuencia relativa
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Sexto aislado 40 %.
Tercero aislado 34.6 %.
Cuarto aislado 7.5 %.
Tercero, cuarto y sexto 11.4 %
Otros 6.5 %
Parálisis de III nervio craneal
Anatomía del III nervio craneano
El núcleo del III nervio craneano se ubica en el mesencéfalo, a nivel de los colículos
superiores (tubérculos cuadrigéminos superiores), ventral a la sustancia gris
periacueductal y rostral al núcleo del IV nervio craneano, es estrecha relación con
el fascículo longitudinal medial.
Se compone de varios subnúcleos.
•
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•
•
•
Subnúcleo de Edinger Westfall, único, rostral y dorsomedial, da las fibras
parasimpáticas que inervan el músculo ciliar y el esfínter pupilar.
Subnúcleo del elevador del párpado superior, es único y el más caudal.
Subnúcleo del recto superior, es par y sus fibras son cruzadas.
Subnúcleo del recto inferior, par.
Subnúcleos (3 a cada lado) del recto medio, son los más ventrales.
El fascículo de fibras sale del núcleo del III nervio craneano por su lado
ventrolateral y cruza el núcleo rojo, la sustancia nigra y los pedúnculos por entre
las fibras corticoespinales y sale del tronco cerebral a nivel del espacio
interpeduncular.
El III nervio craneano pasa por entre la arteria cerebral posterior y la arteria
cerebelosa superior, lateral a la comunicante posterior, penetra la duramadre y
entra al seno cavernoso, primero se ubica en su techo y luego en su pared lateral,
por encima del IV nervio craneano, entra a la órbita por el anillo de Zinn en la
fisura orbitaria superior. Se divide en dos ramas, la superior y la inferior. La rama
superior inerva el elevador del párpado superior y el recto superior. La rama inferior
da a su vez tres ramas, al recto inferior, al recto medio y al oblicuo inferior. La
rama que va al oblicuo inferior lleva también las fibras parasimpáticas que van al
ganglio ciliar, donde hacen sinapsis y desde allí forman los nervios ciliares cortos.
Las fibras parasimpáticas se ubican en la periferia del III nervio craneano, primero
en su parte alta y luego en la lateral, eso las hace más vulnerables a la compresión
que a la isquemia, por eso una parálisis de III nervio craneano con midriasis nos
debe hacer pensar en compresión y una parálisis de III nervio craneano sin
midriasis en una causa metabólica (diabetes mellitus), aunque esto no es absoluto.
El III nervio craneano mantiene una organización topográfica durante todo su
trayecto.
Parálisis total del III nervio craneano
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Ptosis.
Estrabismo divergente.
Limitación de las ducciones.
Midriasis.
Etiología
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Aneurismas 30.3 %.
Diabetes mellitus 16.2 %.
Tumores 14.1 %.
TEC 13 %.
Indeterminada 9.7 %.
Otros 16.7 %.
Aneurismas intracraneales
Los aneurismas intracraneanos son habitualmente del tipo sacciforme y se localizan
generalmente en los puntos de unión o bifurcación de grandes arterias en el
espacio subaracnoideo de la base del cerebro. En series de autopsias se han
encontrado aneurismas intracraneanos en el 1 a 6 % de los individuos y su tasa de
ruptura anual es de 0.5 a 2 %. Los aneurismas son múltiples en el 20 a 30 % de
los pacientes. Un aneurisma roto provoca una hemorragia subaracnoidea que puede
tener consecuencias devastadoras: 12 % de los pacientes muere antes de recibir
atención médica, 40 % de los pacientes hospitalizados mueren durante el primer
mes de evolución y más de un tercio de los que sobreviven quedan con déficits
neurológicos importantes.
La mayoría de los aneurismas intracraneanos (90 %) son asintomáticos hasta el
momento de su ruptura. Sólo el 10 % de ellos presentan síntomas antes de su
ruptura, son los aneurismas más grandes (definidos como gigantes si son de más
de 25 mm de diámetro) y causan efectos de masa como cefalea y otros signos
asociados que dependen de la localización del aneurisma y son frecuentemente
oftalmológicos. La tasa de ruptura anual de los aneurismas sintomáticos es de 6 %
y el tiempo que media entre el inicio de los síntomas y la ruptura va de 1 día a 4
meses (promedio 14 días), por lo que el diagnóstico precoz es fundamental para
evitar la hemorragia subaracnoidea.
La mayoría de los aneurismas intactos que causan signos neuroftalmológicos se
ubican en la unión de la arteria carótida interna y la arteria comunicante posterior,
estos aneurismas pueden comprimir el III nervio craneano en el espacio
subaracnoideo. La compresión de nervios craneanos en el seno cavernoso es menos
común y causa paresia de múltiples nervios craneanos, usualmente dolorosa. Más
rara vez aneurismas de la carótida interna pueden comprimir la vía visual anterior y
cusar alteraciones visuales.
La parálisis del III nervio craneano es habitualmente causada por un aneurisma en
la unión de la carótida interna con la arteria comunicante posterior, aunque
también la pueden causar aneurismas intracavernosos, de la arteria basilar, de la
arteria cerebelos superior y de la arteria cerebral posterior. El principal síntoma es
cefalea ipsilateral frontal, asociada a ptosis, limitación de la elevación, de la
depresión y aducción del ojo y una pupila dilatada y no reactiva o pobremente
reactiva. La ausencia de compromiso pupilar en presencia de una paresia de todos
los músculos inervados por el III nervio craneano sugiere una causa distinta al
aneurisma, sin embargo, si no todos los músculos inervados por el III nervio están
comprometidos, esta regla no se aplica. La ausencia de dolor es inusual, pero no
excluye el diagnóstico de un aneurisma.
Los signos oftalmológicos de un aneurisma roto incluyen aquellos producidos por
una masa de rápida expansión, ya descritos, y los efectos intraoculares de la
hemorragia subaracnoidea, como el síndrome de Terson, papiledema e isquemia
cerebral permanente o transitoria.
El síndrome de Terson consiste en hemorragia vítrea secundaria a hemorragia
subaracnoidea, también se ha descrito en otras causas de hipertensión
intracraneana aguda.
El papiledema ocurre por la hipertensión intracraneana y puede asociarsea parálisis
de VI nervio uni o bilateral. Se presenta en el 10 a 24 % de los pacientes con
hemorragia subaracnoidea. La hipertensión intracraneana se produce por bloqueo
del flujo de líquido cefalorraquídeo dentro del sistema ventricular o por alteración
de su absorción en las vellosidades aracnoideas. El papiledema se puede complicar
con atrofia óptica.
Isquemia cerebral permanente o transitoria puede dañar la vía óptica
retroquiasmática y producir defectos homónimos del campo visual y ceguera
cortical. Las causas son tromboembolismo a partir de un aneurisma no roto y
vasoespasmo en el caso de los aneurismas rotos. El vasoespasmo ocurre unos 5
días después de la hemorragia subaracnoidea y puede afectar a cualquiera de las
ramas del círculo de Willis que están expuestas a sangre subaracnoidea.
El paciente sospechoso de aneurisma intracraneano debe ser hospitalizado de
inmediato, se interconsulta al neurocirujano y se pide una angiografía cerebral
convencional sin demora. La angiografía convencional sigue siendo el método de
estudio de elección de los aneurismas, superando a la angiografía por resonancia
magnética y a la angiografía por tomografía computarizada espiral.
El tratamiento de elección de un aneurisma sintomático es excluir el saco
aneurismático de la circulación preservando la permeabilidad de la arteria. El
tratamiento puede ser quirúrgico por colocación de un clip en el cuello del
aneurisma, o endovascular.
Parálisis del IV nervio craneano
Anatomía del IV nervio craneano
Es el par craneal que contiene menos fibras y el de trayecto intracraneano más
largo (75 mm), el único cruzado completamente y el único que nace por el aspecto
dorsal del tronco.
Su núcleo se ubica en el mesencéfalo caudal, a nivel del colículo inferior (tubérculos
cuadrigéminos inferiores), ventral al acueducto de Silvio, por detrás del núcleo del
III nervio craneano, ventrolateral y en intima relación al fascículo longitudinal
medial. Se cruza completamente en el velo medular anterior y sale por debajo del
colículo inferior, entre la cerebral posterior y la cerebelosa superior, atraviesa la
duramadre y entra al seno cavernoso, ubicándose por debajo del III nervio
craneano y encima de la rama oftálmica del trigémino. Entra a la órbita por la fisura
orbitaria superior, por fuera del anillo de Zinn e inerva al músculo oblicuo superior.
Manifestaciones clínicas
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Estrabismo vertical.
Limitación de la depresión y aducción.
Diplopia vertical y torsional mayor en la mirada hacia abajo y al otro lado.
Tortícolis. Inclinación de la cabeza hacia el lado sano.
Etiología
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TEC, 45 %. La causa de la parálisis bilateral adquirida de oblicuos superiores
post trauma severo de cráneo es la hemorragia del techo del mesencéfalo,
área donde decusan los IV nervios.
Cisticercosis, 7.5 %.
Tumores, 7.5 %.
Diabetes mellitus, 5 %.
Indeterminado, 10 %.
Otros, 25 %.
Manejo de la parálisis de IV nervio craneano
Es importante distinguir entre una parálisis antigua descompensada y un cuadro
fresco. En este aspecto ayuda la medición de la amplitud de fusión vertical, que es
mayor en los casos antiguos (parálisis congénitas) y en estos casos sólo se
controla; en cambio en los casos recientes la amplitud de fusión vertical es menor y
se debe proceder al examen clínico para determinar la causa y una prueba de
tensilon puede estar indicada ya que la miastenia gravis puede imitar cualquier
parálisis, salvo que no compromete la pupila.
Parálisis del VI nervio craneano
Anatomía
Su núcleo está situado en el piso del IV ventrículo, por debajo del colículo facial, en
la porción caudal del puente. El núcleo es rodeado por un asa que forman las fibras
del nervio facial. El fascículo longitudinal medial está medial al núcleo del VI nervio
craneano. Sus fibras salen por el lado ventral del núcleo, cruzan la sustancia
reticular pontina paramedial y el tracto piramidal y salen del tronco en la unión
pontobulbar.
El VI nervio craneano corre por la cara ventral del puente, pasa entre la arteria
auditiva y la arteria cerebelosa anteroinferior, entra al seno cavernoso, donde se
ubica inferior y lateral a la arteria carótida interna. Entra a la órbita por la fisura
orbitaria superior pasando por dentro del anillo de Zinn e inerva al músculo recto
lateral.
Etiología
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Tumores, 38.8 %.
TEC, 10.5 %.
Hipertensión intracraneana, 9.6 %.
Diabetes mellitus, 7.2 %.
Otras, 33.9 %.
Cuadro clínico
•
•
•
Estrabismo convergente y limitación a la abducción.
Síndrome de Foville. Incluye parálisis de VI nervio craneano y de VII nervio
craneano ipsilaterales. Puede haber parálisis de mirada horizontal si se
compromete la sustancia reticular pontina paramedial. Debe hacernos
sospechar lesión del VI nervio craneano a nivel del puente.
Síndrome de Millard Gubler. Parálisis de VI nervio craneano y de VII nervio
craneano ipsilaterales más hemiplegia o hemiparesia contralateral.
Manejo de la parálisis aislada de VI nervio craneano
•
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Menor de 14 años: examen clínico cada 2 semanas por 6 semanas.
15 a 40 años: examen clínico, test de tolerancia a la glucosa, TAC o RNM.
Mayor de 40 años: examen clínico, TTG y RNM o TAC.
Bilateral: RNM más punción lumbar.
Se debe descartar hipertensión intracraneana con el fondo de ojo, pues
aparece edema de papila en unas horas, siempre antes que la parálisis de VI
nervio craneano..
Parálisis oculomotoras múltiples
Etiología
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Síndrome de Tolosa Hunt, 36.1 %.
Tumores, 31.1 %.
TEC, 6.6 %.
Fístula carótidocavernosa, 6.6 %.
Otros, 19.6 %.
Elementos del seno cavernoso.
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Carótida.
III nervio craneano.
IV nervio craneano.
Rama oftálmica del V nervio craneano.
VI nervio craneano.
Síndrome de Tolosa Hunt
Cuadro clínico raro y de etiología desconocida, caracterizado por inflamación
granulomatosa del vértice orbitario y/o seno cavernoso.
Clínicamente se presenta como:
•
•
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Oftalmoplegia completa y dolorosa.
Hipoestesia en el territorio del trigémino o alguna de sus ramas
Proptosis.
El tratamiento consiste en corticoides sistémicos, a los que el síndrome de Tolosa
Hunt responde muy bien. Sin embargo hay remisiones espontáneas y recidivas.
Resumen
Las causas en las que debemos pensar son:
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III nervio craneano: aneurismas.
IV nervio craneano: TEC.
VI nervio craneano: Tumores.
Combinadas: Tolosa Hunt.
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