Resolución N° 5 – F° 355 – T° 6 Santa Fe, 24 de Febrero de 2.009.Y VISTOS: Estos autos caratulados “PATRIMONIO DEL FALLECIDO NÉSTOR LUIS MARTY S/ QUIEBRA” (Expte. Sala I N° 159 – Año 2008), venidos para resolver el recurso de apelación (interpuesto en subsidio al de revocatoria, desestimado por el titular del Juzgado de Primera de Instancia de Distrito en lo Civil, Comercial y Laboral de San Jorge conforme resolución de fs. 260/261) que el apoderado del acreedor concursal interpusiera contra el proveído de fecha 31/03/08; y, CONSIDERANDO: Que conforme acta de subasta obrante en autos a fs. 226/227, Miriam Graciela Paiva Vargas adquiere para sí el bien inmueble subastado pagando en efectivo al momento del remate la suma de $ 1550 con más el impuesto a la compraventa y la comisión de ley del martillero. Que por resolución a qua de fecha 25/02/08 (v. fs. 241) se aprueba la subasta realizada y se intima a la adquirente al pago del saldo del precio dentro del término de tres días bajo apercibimientos de ley, siendo la misma notificada mediante carta documento (fs. 243/243 vto.) donde consta recepción en fecha 10/03/08. Que habiendo solicitado el apoderado del acreedor concursal se hagan efectivos los apercibimientos legales, por resolución a qua de fecha 28/03/08 (v. fs. 245) se dispone que se lleve adelante una nueva subasta del bien inmueble en las mismas condiciones que las estipuladas para la subasta anterior, fijándose nueva fecha a estos efectos y en relación a la anterior adquirente -Paiva Vargas- resulta responsable de la eventual disminución del precio respecto de los intereses acaecidos y de las costas causadas, conforme las previsiones del art. 497 del CPCyC encomendándose a la sindicatura practique las liquidaciones correspondientes. Que a fs. 249 la adquirente en subasta acompaña boleta de depósito por la suma de $ 13.950 solicitando se la ponga en posesión del inmueble, lo cual es consentido mediante proveído de fecha 31/03/08 (fs. 250) interponiendo a fs. 251 el apoderado del acreedor concursal recurso de revocatoria. Sostiene que el decreto impugnado se opone al auto de fecha 28/03/08 ya que mediante el mismo se le dio por decaído el derecho a la adquirente en subasta por falta de pago del precio, agregando que la misma fue intimada por cédula recibida en fecha 10/03/08 y que vencido el plazo acordado para depositar el 19/03/08 pidió que se hagan efectivos los apercibimientos legales procediéndose a una nueva subasta, lo que se consintió mediante auto de fecha 28/03/08. Considera que el depósito y el pago es extemporáneo y que el a quo no puede consentir por vía de decreto lo que ya declaró inadmisible mediante auto previo so pena de incurrir en una contradicción insostenible. Que corrido los traslados respectivos a la sindicatura (v. fs. 255 quien consiente lo solicitado por el impugnante) y a la adquirente en subasta (dice que efectuó el depósito en tiempo -18/03/08- conforme boleta de depósito adjuntada, si bien el escrito mediante el cual pudo tomar conocimiento el acreedor es de fecha 28/03/08); por resolución de fecha 06/05/08 (v. fs. 260/261) el juez a quo desestima la reposición y concede la apelación en subsidio con efecto suspensivo. Esgrime como razones para desestimar el planteo que el importe obtenido y la mera posibilidad de una mejora resultan insuficientes a la hora de ponderar los agravios, considerando que en el caso el perjuicio no se ha configurado, ya que la compradora depositó el saldo del precio al segundo día de vencido el plazo, agregando que si bien es cierto que los plazos son perentorios (art. 273 LCQ) y advirtiendo la desprolijidad procesal incurrida en autos, el incumplimiento de la compradora no aparece de una magnitud tal que le haga perder sus derechos. Que radicados los presentes en esta Sala, se agravia el apelante (v. fs. 275/277) de que la revocatoria intentada no se basa en perjuicio alguno, ya que no se trata de mejorar un precio sino que no se puede dejar de aplicar lo consagrado en la ley falencial por cuanto la misma consagra la perentoriedad de los plazos -lo que también es sostenido por el a quo- pero no es aplicado en autos. Considera que la cuestión es apelable por cuanto se trata de una quiebra liquidativa, lo que remite a la aplicación de las leyes procesales locales -art. 278 LCQ-. Por último agrega que la adquirente incurrió en violación de la ley porque depositó el saldo fuera del plazo acordado, independientemente del perjuicio que pudiera causar o no por lo que la cuestión se circunscribe al respeto de la ley, ya que caso contrario cualquier adquirente en subasta podría depositar el saldo en el plazo que le convenga. Que en la contestación de agravios (v. fs. 281/282) la adquirente en subasta considera como falsa la afirmación de que hubo violación de la ley, ya que el saldo Resolución N° 5 – F° 355 – T° 6 del precio fue depositado en fecha 18/03/08 y que asimismo los agravios vertidos no cumplen con la carga de efectuar una crítica concreta y razonada de la sentencia atacada, no señalan los desaciertos jurídicos en que esta incurre, limitándose a mostrar sólo su descontento y que el recurrente pretende mantener la validez del auto de fs. 245 para realizar una nueva subasta y obtener un precio que alcance a cubrir costas y a los acreedores verificados. Que a fs. 285/285 vto. evacua la vista corrida la sindicatura, destacando que los términos procesales son perentorios y fenecen con la pérdida del derecho que se ha dejado de usar, de modo que la adquirente al no dar cumplimiento a la manda judicial que impuso depositar el saldo del precio en un determinado plazo, dejó de usar su derecho a confirmar la operación y en consecuencia adquirir el inmueble. Agrega que el depósito fue extemporáneo, violatorio de una orden judicial firme, razón por la cual debe darse por decaído el derecho, dejándose sin efecto la subasta y proponiendo una nueva. Que de las constancias obrantes en autos surge que mediante carta documento (fs. 243 vto.) con fecha de recepción del 10/03/08 se le notificó a la adquirente en subasta para que en el término de tres días y bajo apercibimientos de ley (v. fs. 241) deposite el saldo total del precio del inmueble adquirido en subasta. Es decir el plazo acordado para efectuar el depósito vencía en fecha 17/03/08 y es en fecha 19/03/08 que el acreedor concursal solicita que se hagan efectivos los apercibimientos de ley y se deje sin efecto la subasta realizada. Esta solicitud del acreedor concursal es motivada por el hecho del desconocimiento de que ya en fecha 18/03/08 se había efectuado el depósito del saldo, circunstancia ésta que recién es anoticiada por la adquirente en subasta acompañando la boleta de depósito respectiva en fecha 28/03/08. En definitiva, resulta claro que si bien la comunicación al Juzgado del depósito del saldo del precio fue hecho fuera del término estipulado para ello, cuando el recurrente solicita la efectivización de los apercibimientos legales y el juez los decreta, ya el depósito estaba formalizado, y esta circunstancia no puede obviarse atento a que el incumplimiento del adquirente en subasta de las obligaciones que contrajo a título de comprador, no trae aparejada la pérdida automática de los derechos por el mero carácter perentorio del plazo procesal comprometido, ya que los mismos sólo pueden decaer por una decisión expresa o implícita del órgano jurisdiccional (siguiendo los lineamientos establecidos mediante Tribunal Pleno de la Cám. Nac. de Apelaciones en lo Civil, 7/10/69, “Zorz, José M. y otro c. Gandolfo, Nelly D.”). En consecuencia “La intimación para que el comprador deposite el saldo de precio dentro del plazo fijado tiene por finalidad esencial la constitución en mora si a la fecha del vencimiento no cumple; mas tal mora quedará purgada si paga ese saldo en tanto y en cuanto subsista la compra. Mientras no se opere la extinción de su derecho....el comprador puede redimir su deuda”, (del voto del Dr. Padilla en el Pleno precedentemente citado), es por ello que “el comprador en remate judicial que haya sido remiso en depositar el saldo de precio puede hacerlo en tanto no se ya decretado una nueva subasta” (del pleno mencionado). Por último, no puede dejar de soslayarse el obrar negligente de la adquirente en subasta, ya que no comunicó en el momento oportuno el depósito del saldo y este obrar fue el puntapié inicial para que el acreedor concursal iniciara su reclamo, por lo que le corresponde la carga en costas (art. 251 -primer párrafo- del CPCyC). Que en función de lo así expuesto, el recurso bajo análisis no debe prosperar. FUNDAMENTOS DE LOS DRES. CORDINI y ALETTI de TARCHINI: Participamos de la cronología de los hechos relatada por el Dr. Edgardo Saux, como también de la conclusión final a la que arriba el distinguido colega de Sala, a la que adhiero, pero por un camino más próximo a lo estrictamente procesal. Al momento de presentar el escrito de fs. 249 acompañando la constancia del depósito del saldo y pidiendo la posesión sobre el bien adquirido en la subasta, la compradora no se había notificado de la resolución de la misma fecha que disponía la realización de un nuevo remate, por lo que su derecho de defensa que podría haber ejercido recurriendo dicho auto, recién pudo hacerlo valer al contestar la revocatoria dirigida por el acreedor contra el decreto del 31 de marzo (fs. 250), que en contradicción con lo dispuesto a fs. 245, ordena poner al adquirente en posesión del inmueble sin revocar la resolución anterior aludida. Esta contradictoria actuación del Tribunal, impone ordenar el procedimiento teniendo en cuenta que el A quo, ante el pedido de nueva subasta formulado por un Resolución N° 5 – F° 355 – T° 6 acreedor acusando el incumplimiento de la compradora en depositar el saldo del precio, omitió requerir opinión al síndico de la quiebra respecto de la veracidad de lo afirmado y este, o bien el juzgado, solicitar al Banco que le informe sobre la existencia y conformación del saldo en favor de la quiebra. Asimismo, decretar y notificar correctamente los apercibimientos que correspondía aplicar en caso de incumplimiento de la orden judicial. Es sabido que no basta mencionar la existencia de un “apercibimiento de ley”, por cuanto el Código Procesal Civil y Comercial, de aplicación supletoria, no lo determina específicamente (art. 500 CPCyC), siendo necesario que el juez decrete en qué consiste dicho apercibimiento, y es recién a partir del incumplimiento de la orden del Juzgado que surgirá la decisión adjudicando culpa al postor y la realización de una nueva subasta (art. 497 CPCyC); si el apercibimiento decretado consistía en dejar sin efecto la ya realizada. Existió entonces en primer lugar, una demora por parte de la compradora en presentar al juez la constancia bancaria del depósito del saldo del precio, pero indudablemente, el A quo antes de resolver la solicitud del acreedor (debe verse que ésta tuvo lugar el 19 de marzo y el auto disponiendo un nuevo remate es de fecha 28), debió, con intervención del síndico, comprobar la certeza de lo afirmado y la conveniencia de acceder al pedido del acreedor cuya actuación consistió en denunciar el incumplimiento. En consecuencia, el auto de mención, que como dijera sin previa vista al síndico, en contradicción con la realidad de los hechos por cuanto al momento de tomar la decisión, el remanente del precio estaba desde hacía varios días depositado y por ende cumplida la disposición judicial, y finalmente sin dejar sin efecto la aprobación de la anterior, establece fecha para una nueva subasta, resulta pasible de ser declarado oficiosamente nulo (arts. 124, 125 CPCyC), lo que lleva a confirmar la resolución impugnada. Por ello, la SALA PRIMERA DE LA CÁMARA DE APELACIÓN EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1°) Declarar la nulidad de la resolución de fecha 6 de mayo de 2008 (fs. 260/261). 2°) Rechazar el recurso de apelación, confirmando el decreto impugnado con costas a la adquirente en la subasta que dio lugar a la reclamación. Insértese, hágase saber, bajen. SAUX CORDINI (Por ALETTI de TARCHINI sus Fundamentos) SELVA A. PENNA (Secretaria) Recurrente: Dr. Roberto E. Smerling acreedor concursal; Dra. Marcela Zeballos por Miriam Paiva Vargas y Síndica CPN Carmen S. Verón con patrocinio de los Dres. Margarita Zabalza y Juan P. Orquera. Origen: Juzg. de Prim. Inst. de Distrito N° 11 en lo Civil, Comercial y Laboral de San Jorge.