• en curso legal • de una norma de discriminación positiva que obligue a aprobar igual número de chicas que de chicos. Mónica Castro Valdivia N ú m e ro u n o d e l a ú l t i m a o p o s i c i ó n a n o ta r i o E ‘LOS NOTARIOS SIEMPRE HAN PROPORCIONADO SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DE SU TIEMPO’ L pasado febrero Mónica Castro Valdivia ingresó en el Notariado al obtener la mejor nota de los 1.227 licenciados que se presentaron a la última oposición a notario. A la espera de conocer su destino, nos explica cómo fue su preparación, sus expectativas profesionales y su idea de la función notarial. JOSÉ M. CARRASCOSA las oposiciones se presentan licenciados en Derecho de toda España, en su mayoría sin ninguna vinculación con el Notariado. A su juicio ¿cuáles cree que son las principales razones de esta decisión? –Para cualquier estudiante o Licenciado en Derecho no es desconocida la figura del notario, por lo que siempre existe esa “vinculación” que te inclina a elegir esta oposición frente a otras salidas profesionales ¿Quién no ha ido alguna vez al notario? Es, además, una profesión “muy social”, con una presencia notoria especialmente en la vida de las pequeñas poblaciones. Y “muy accesible” ya que se tiene contacto directo con el notario y puedes comprobar de cerca su calidad humana y profesional. Es impensable entrar en una dependencia administrativa para iniciar o resolver cualquier trámite y que te atienda A personalmente su máximo responsable, quien además responderá personalmente con su patrimonio de la actuación negligente. –Los opositores suelen dedicar entre tres y siete años de preparación, con una media de más de sesenta horas semanales. ¿Cuánto tiempo le dedicó usted? –La preparación de la oposición es una tarea compleja para todo opositor. En mi caso particular –al ser una mujer casada y madre de cuatro hijos– se añadían, a las exigencias propias de la preparación, un sinfín de responsabilidades domésticas y familiares. Aún así, he estudiado una media de diez horas al día, descansando sábados por la tarde y domingos por la mañana, durante los casi siete años que he necesitado para ingresar en el Notariado. – Al obtener el número uno de la oposición tendrá prioridad a la hora de ejercer destino. ¿Dónde preferiría ejercer? –En el panorama actual de crisis económica afectante a los dos pilares básicos de sustento de las notarías como son la contratación inmobiliaria y las operaciones de financiación, es posible, y de hecho así ocurre, que los notarios de las últimas promociones ingresen directamente en grandes núcleos de población, posibilidad ésta que hubiera sido impensable hace unos años y que siembra además la duda sobre la conveniencia de revisar la reciente demarcación que nace sobrevenidamente desfasada. Se produce así un efecto, acaso no deseado, de acceso directo, sin solución de continuidad, desde la condición de sufrido opositor a notario de primera, sin pasar por la fase de notario “de pueblo”, tan necesaria y conveniente para el aprendizaje del ejercicio de la función notarial. Así que, por lo que a mí respecta, espero iniciar mi andadura profesional, por la que tanto he luchado, en una localidad pe- He estudiado una media de diez horas diarias, durante los casi siete años que he necesitado para ingresar en el Notariado Escritura 36 PÚBLICA La inmediatez y la presencia del notario en el control de legalidad –la hora de la verdad– es insustituible queña que me permita realizar, sin atajos, el necesario “rodaje”. –En las últimas promociones de notarios el porcentaje de mujeres ha ido incrementándose hasta superar al de hombres (en la última promoción fueron 81 mujeres y 71 hombres). Este fenómeno también se reproduce en otras profesiones jurídicas, como jueces o abogados. ¿A qué cree que es debido? –Son varios los factores que, a mi juicio, influyen en este incremento. Por un lado, los caracteres propios de la personalidad femenina. De otra parte, las mujeres nos hemos vuelto más protagonistas y participativas en cuanto al papel que queremos desempeñar en la sociedad. Esa “igualdad efectiva” entre hombres y mujeres resulta más fácil de alcanzar en una profesión oficial como la notarial que en la empresa privada. El sistema de ingreso por oposición nos permite luchar en igualdad de condiciones para ingresar en el cuerpo de notarios sin necesidad –Según el sondeo “La imagen del Notariado en la sociedad española”, el colectivo es la tercera institución en que más confían los españoles, sólo por detrás de la Corona y la Policía. Este dato: ¿supone un reconocimiento o una responsabilidad? –Sin lugar a dudas, ambas cosas. Los notarios somos “depositarios” de la confianza del público, pero este reconocimiento es el fruto que recogen las modernas generaciones tributarias de nuestros predecesores. Desde antiguo los notarios, con el asesoramiento y el consejo, han proporcionado soluciones nuevas a los problemas de su tiempo que les ha hecho ser consejeros independientes, oídos en casi todos los foros de actualidad. Por ello, para nosotros los notarios de nuevo ingreso, supone una responsabilidad heredar esa confianza y esperamos que con nuestro quehacer diario estemos a la altura de esa buena imagen y podamos contribuir a mantenerla. –El Notariado es una profesión joven (el cuarenta por ciento tiene menos de cuarenta años) y con una alta preparación en nuevas tecnologías. ¿Cree que la sociedad conoce suficientemente estos datos? –Precisamente, yo pertenezco al otro sesenta por ciento pues he ingresado a los cuarenta y dos años. Pero, salvo casos raros como el mío, la media de edad al aprobar se sitúa en los treinta años; con lo cual, efectivamente, el Notariado es una profesión joven pero con la madurez que aporta los largos años de oposición que nos permite alcanzar un nivel de preparación que supera cualquier máster de reconocido prestigio. Por otro lado, este colectivo no podía permanecer al margen de la revolución tecnológica. Ahora bien, la incorpora- Escritura PÚBLICA 37 • en curso legal • Una opositora que ‘rompe moldes’ ÓNICA Castro no responde a algunos de los arquetipos de la profesión notarial, como tradición familiar –“mi padre es ingeniero industrial y mi madre perito mercantil...–” o precocidad académica: “Empecé estudiando ingeniería industrial (hice sólo un curso y no aprobé ninguna); me cambié a Derecho e hice los tres primeros cursos en la Complutense, me casé en tercero de carrera (por cierto, mi marido también es notario y registrador de la propiedad) y tuve cuatro hijos. Once años después de haber plantado los estudios, retomé la carrera y terminé la Licenciatura en la UNED. En 2001 comencé la oposición, suspendí en la anterior convocatoria, me presenté a la segunda y aprobé...” M ción de las nuevas tecnologías no ha afectado a la esencia de la función notarial; es decir, lo que ha cambiado son los medios pero no la función: la inmediatez y la presencia del notario en el control de legalidad –la hora de la verdad– es insustituible. Se podrá escanear un DNI pero la fe de conocimiento –y su responsabilidad– permanece intacta. La familiarización de los jóvenes notarios con las nuevas tecnologías, ya que han nacido y crecido en plena era tecnológica, resulta así un valor añadido. –Una de las características de la profesión notarial es la formación continua. ¿Cómo espera compaginar este requisito con la labor diaria? –Cuando opositaba compaginaba la oposición con mi familia así que estoy acostumbrada a organizarme para encontrar el tiempo necesario para cada cosa. Asistir a seminarios, conferencias, revistas profesionales, opo- Escritura 38 PÚBLICA siciones entre notarios… son muchas las posibilidades para la formación continua. Además, colaboro con la Academia Matritense en las labores de preparación de los ejercicios orales lo que me obliga, por el compromiso que he contraído con mis opositores, a estar al día ante tanta elefantiasis normativa y jurisprudencial. –Los notarios deben prestar asesoramiento y velar por la parte más débil. ¿Cómo espera lograr cumplir este deber en la práctica? –Hace sólo unos meses que, como opositora, era la parte más débil de la relación preparador-alumno, así que sabemos lo que es eso. Sólo espero dar a mis clientes el mismo trato que a mí me gustaría recibir, escuchando a ambas partes y ponderando siempre los intereses en juego, sin mengua de mi imparcialidad, prestando asistencia especial al otorgante más necesitado de ella. Hay mucha gente que acude al notario esperando solamente ser oído. –¿Conoce su deber –como funcionario público– de colaborar con las administraciones en materias como la lucha contra el blanqueo y el fraude fiscal? –Tras las últimas reformas se amplían las funciones del Notariado en este sentido. Además de ser órgano al servicio de la seguridad jurídica preventiva, se añaden otras como órgano de colaboración con las Administraciones públicas en materia de prevención del fraude fiscal y de lucha contra del blanqueo de capitales. A la espera también de que la futura Ley de Seguridad Jurídica Preventiva delegue en el Notariado nuevas-viejas competencias, descargando así a jueces y tribunales de funciones no estrictamente jurisdiccionales. –¿Le puede dar algún consejo a los estudiantes de Derecho que estén pensando presentarse a notarías? –Además de releer el “Decálogo” de un sevillano ilustre, el notario “moronense” –de Morón de la Frontera– don José González Palomino, les diría que para opositar sólo hace falta una inteligencia normal, buena memoria, adecuadas técnicas de estudio, evitar el aislamiento integrándose en un grupo, vida sana, humildad y espíritu deportivo para superar los posibles “revolcones”… y sobre todo, mucha ilusión, que es lo que me ha ayudado a mí a superar todos los obstáculos que me he encontrado en estos siete años. –¿Qué espera recibir de la profesión? ¿Qué cree que puede aportar? –Creo que puedo aportar, por razón de edad, madurez ab initio y serenidad a la hora de afrontar los problemas (como madre de cuatro hijos todos los días tengo que evitar algún desaguisado… Es broma). Espero en todo caso, allá donde ejerza mi profesión, dejar un buen recuerdo como persona y como profesional. ■