Artículo 1.- Impónese el nombre de Presidente Raúl Ricardo Alfonsín al Puente Basculante Ferrocarretero situado sobre el Río Negro, que une las ciudades de Viedma, capital de la Provincia de Río Negro, y Carmen de Patagones, Provincia de Buenos Aires. Artículo 2.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. FUNDAMENTOS Señor Presidente : En los meses de mayo y diciembre del 2009, los Concejos Deliberantes de las ciudades Patagónicas de Viedma (Río Negro) y Carmen de Patagones (Buenos Aires) aprobaron sendas comunicaciones dirigidas a este H. Senado solicitando se imponga el nombre del Presidente constitucional D. Raúl Ricardo Alfonsín al Puente Basculante Ferrocarretero sobre el Río Negro que las une desde 1931. Las dos iniciativas, que expresaban la voluntad de ambas ciudades, fueron aprobadas por unanimidad. Las dos ciudades eran entonces administradas por representantes de diferente signo político. Claramente se expresaba entonces, el coincidente deseo de homenajear al Presidente Alfonsín, a meses de su fallecimiento. Transcurridos cinco años, hacemos nuestras aquellas solicitudes que se fundaban en la necesidad de mantener en la memoria de las futuras generaciones a la figura del primer Presidente Constitucional de la democracia recuperada. Con un mensaje de esperanza democrática que convenció a los argentinos, Raúl Ricardo Alfonsín (1927-2009), ganó en octubre de 1983 - con un 52% de los votos - las primeras elecciones presidenciales tras siete años de una terrible dictadura militar que dejaba un legado de decenas de miles de víctimas de la represión, una economía a la deriva y las consecuencias de la infortunada guerra de Malvinas. El Presidente Alfonsín restableció las libertades, practicó el diálogo y demostró honestidad. En política exterior, alumbró entre otras cosas el eje de integración Argentina-Brasil-Uruguay, génesis del MERCOSUR. Raúl fue el mayor de los seis hijos de Ana María Foulkes y Serafín Raúl Alfonsín, un comerciante minorista descendiente de inmigrantes gallegos y partidario de la causa republicana durante la Guerra Civil Española. En 1946 ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata, de la que egresó como abogado en 1950. Simultáneamente comenzó la militancia en el Movimiento de Intransigencia y Renovación en el seno de la Unión Cívica Radical. En 1954 fue elegido Concejal de su ciudad natal, Chascomús. Fue luego Diputado Provincial, Diputado de la Nación, Presidente de la Nación, Convencional Constituyente y Senador Nacional. Ocupó en varias oportunidades cargos partidarios de relevancia. En 1970 creó el Movimiento de Renovación y Cambio que propugnaba una línea socialmente progresista, comprometida con las libertades civiles y los valores democráticos. En 1975 cofundó la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH) para hacer un seguimiento del preocupante deterioro de los mismos en nuestro país, meses antes de que el golpe de estado iniciara una etapa de terror sin precedentes. En estos años aciagos, Alfonsín alternó la defensa legal de los perseguidos por el régimen militar, solicitando el hábeas corpus para detenidos y en nombre de desaparecidos. Realizó varios viajes a América Latina, Estados Unidos, Asia, la URSS y Europa Occidental, donde frecuentó a los dirigentes de la Internacional Socialista, mientras en el país “…hacía una labor de divulgación de su proyecto, abierto a partidos y personalidades de diverso signo, a través de seminarios y artículos publicados en Inédito y otra revista dirigida por él mismo, Propuesta y Control, destacándose entre una clase política temerosa de las represalias y descorazonada ante lo que parecía la usurpación militar del poder por tiempo indefinido”. 1 Durante la guerra de Malvinas, Alfonsín exigió a las autoridades información veraz sobre lo que les estaba sucediendo a las tropas y se negó a participar del acto convocado en las islas por los jefes militares, por considerar a la guerra un acto de demencial aventura. El 10 de diciembre de 1983, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, Alfonsín recibió la banda presidencial ante una nutrida representación exterior. Esta incluyó, además de a varios estadistas latinoamericanos de orientaciones ideológicas dispares, al vicepresidente de Estados Unidos y a los más destacados líderes europeos de la Internacional Socialista como el español Felipe González, el italiano Bettino Craxi, el francés Pierre Mauroy y el portugués Mário Soares. El 13 de diciembre firmó el decreto 158/83 para someter a juicio penal ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de las tres juntas militares por su responsabilidad en los homicidios, torturas y detenciones ilegales perpetrados entre 1976 y 1983. El 22 de diciembre, el Congreso -mediante la Ley 23.040derogó "por inconstitucional" y declaró "insanablemente nula" la ley de autoamnistía, norma de facto promulgada el 23 de marzo por la Junta Militar saliente para protegerse. En enero de 1984 otro decreto presidencial dispuso la detención de Ramón Camps, ex jefe de la Policía de Buenos Aires y responsable de los centros clandestinos de detención en la Provincia. “… Los juicios que se avecinaban, que no tenían parangón en la historia de América Latina – y cuyo precedente más parecido en todo el mundo eran los juicios de Nüremberg a los jerarcas nazis tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial- iban a contar con 1 www.cidob.org el valioso aporte de la investigación realizada por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), convocada por Alfonsín el 15 de diciembre de 1983 y cuya presidencia se adjudicó a Ernesto Sábato. El “Nunca Más”, fue entregado el 20 de septiembre de 1984”. 2 Los ex presidentes de facto Jorge Rafael Videla y Roberto Eduardo Viola, el brigadier general Orlando Ramón Agosti y los almirantes Emilio Eduardo Massera y Armando Lambruschini fueron enjuiciados a partir del 22 de abril de 1985, no por derrocar un gobierno constitucional y democráticamente elegido, sino por violar los Derechos Humanos, concretamente por los delitos de homicidio, privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a los detenidos. Pero lo que es más importante, se creó un precedente histórico, no sólo en Argentina, sino en toda América Latina, donde los autores de sistemáticos golpes de estado habían gozado siempre de impunidad. Videla y Massera fueron condenados a cadena perpetua, Viola a 17 años de prisión, Lambruschini a ocho años y Agosti a cuatro años y seis meses. Anaya, Galtieri y Lami Dozo recibieron penas de 14, 12 y ocho años de prisión, respectivamente, por "negligencia" en la conducción de la guerra de las Malvinas El 15 de abril de 1986 Alfonsín sorprendió con el anuncio de un ambicioso proyecto para reformar la Constitución y fundar una "Segunda República", que pasaba por la creación de la figura del primer ministro, la introducción del segundo mandato presidencial consecutivo, una profunda descentralización administrativa y el traslado de la Capital Federal al conurbano rionegrino-bonaerense de Viedma-Carmen de Patagones. Pero la dura realidad económica del país se encargó de echar por tierra los grandiosos planes de Alfonsín. El empeoramiento de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, el acoso sin tregua de los sindicatos mayoritarios, que despreciaron la oferta gubernamental de concertación, y las embestidas de los sediciosos del Ejército pasaron factura al oficialismo en las elecciones del 6 de septiembre de 1987. La derrota electoral suspendió las ambiciones reformistas constitucionales de Alfonsín, que tuvo que concentrarse en reducir a los oficiales levantiscos y capear la borrasca económica; el Proyecto Patagonia y Capital, quedó paralizado por falta de fondos. Pese a las dificultades, Alfonsín no descuidó el aspecto social a lo largo del sexenio, siendo las actuaciones más destacadas el Plan Nacional de Alfabetización, premiado por la UNESCO, el Congreso Pedagógico Nacional, el Plan Alimentario Nacional, y también la Ley de divorcio vincular, aprobada el 3 de junio de 1987. Dedicó no poco de su tiempo a la política exterior, muy relegada en tiempos de la dictadura. 2 www.cidob.org Con Chile, gobernado por el dictador militar, Augusto Pinochet, se procedió a resolver la disputa por la demarcación fronteriza en el canal de Beagle, que había estado al borde de provocar una guerra en 1978. Con la mediación del Vaticano, los dos países suscribieron el 23 de enero de 1984 una declaración de "paz y fraternidad" y el 18 de octubre siguiente firmaron en Roma un compromiso satisfactorio sobre el Canal. El 25 de noviembre Alfonsín vio sancionada su política de reconciliación con Chile con un 81% de votos favorables en un plebiscito inédito en la historia política nacional, de manera que el 3 de mayo de 1985 tuvo lugar en el Vaticano la rúbrica del tratado bilateral. Alfonsín realizó numerosos desplazamientos a Europa, en especial a España donde cimentó una cordial relación con Felipe González portando una agenda fundamentalmente económica. En marzo de 1985 concretó la primera visita oficial de un presidente argentino a Estados Unidos desde la realizada por Frondizi en 1959 y en ella dejó claro que no apoyaba la política de la Casa Blanca de contención militar de las izquierdas revolucionarias en Centroamérica y en cambio respaldaba los esfuerzos pacificadores del Grupo de Contadora. El 13 de octubre de 1986 en Moscú emitió un comunicado conjunto con Mijaíl Gorbachov, en el que claramente se manifestó la tesis de Alfonsín de que Argentina, si bien por cultura y vínculos históricos pertenecía al mundo occidental, debía seguir siendo una nación "no alineada" en el contexto de la Guerra Fría y solidaria con el extenso grupo de países menos desarrollados o en vías de desarrollo de África y Asia que compartían una serie de reclamos frente a los bloques, como eran la no intervención en los asuntos internos de los países, el desarme, la defensa de la causa palestina en Oriente Próximo o la denuncia del apartheid sudafricano. En 1986 suscribió el manifiesto antinuclear Stop Testing Start Negotiating, firmado conjuntamente con el presidente mexicano Miguel de la Madrid, el primer ministro griego Andreas Papandreou, el primer ministro sueco Ingvar Carlsson, el primer ministro indio Rajiv Gandhi y el ex presidente tanzano Julius Nyerere. Por lo que respectaba al conflicto con el Reino Unido por las Malvinas, el Gobierno de Alfonsín sólo consiguió de Londres la reanudación del diálogo bilateral con exclusión del punto relativo a la soberanía de las islas. Finalmente, se desempeñó como coartífice de las iniciativas de integración regional con Brasil y Uruguay, que recuperaron la legalidad democrática dos años después que Argentina, en 1985. La base de un andamiaje que iba a cristalizar en 1991, con la adición de Paraguay, en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la pusieron Alfonsín y su colega brasileño José Sarney el 30 de noviembre de 1985 en la ciudad fronteriza de Foz de Iguazú. También sostuvo otra estrecha relación con el uruguayo Julio María Sanguinetti, que fue incluido en los manejos argentino-brasileños, conformándose un marco tripartito. El 26 de mayo de 1987 Alfonsín y Sanguinetti firmaron el Acta de Montevideo. Alfonsín hizo su última aparición pública el primero de octubre de 2008, en una ceremonia en la Casa de Gobierno en el marco del 25 aniversario del retorno de la democracia; allí, la presidenta y el Gabinete en pleno le rindieron homenaje y se descubrió un busto con su efigie en el Salón de los presidentes. En aquel acto leyó a los presentes lo que se consideró su testamento político. "Siempre creí (…) que es la misión de los dirigentes y los líderes plantear ideas y proyectos evitando el autoreferencialismo" (...) Sigan ideas, no sigan a hombres; ese fue, es, y siempre será mi mensaje a los jóvenes (...) Tenemos libertad, pero nos falta la igualdad, tenemos una democracia real tangible, pero incompleta e insatisfactoria. No ha cumplido aún con algunos de sus principios fundamentales, no ha construido aún un piso que incluya a los desamparados y disminuidos". 3 En marzo de 2009 contrajo una neumonía y el fatal desenlace se produjo en su domicilio de la Avenida Santa Fe. La muerte del ex presidente causó viva impresión en la sociedad y todo el arco político argentinos. Raúl Alfonsín recibió durante su vida un extenso número de distinciones, muchas concedidas después de su salida del poder, como muestras del respeto y el reconocimiento al papel histórico que le tocó jugar. Fue doctor honoris causa por las universidades Tecnológica Nacional de Buenos Aires (1984), Nueva York (1985), Nuevo México (1985), Yale (1986), Bolonia (1987), Nacional de Cuyo en Mendoza (1987), Santiago de Compostela (1988), Complutense de Madrid (1988), Nápoles (1990), Nacional del Litoral en Santa Fe (1996), Nacional de Río Cuarto en Córdoba (1998), del Centro de Buenos Aires (1998), Tecnológica del Sur en Tierra de Fuego (1998), Nacional de San Luis (1999), Nacional de Luján (1999), Nacional de Quilmes en Buenos Aires (1999), Nacional de Salta (2005) y Nacional del Nordeste de Chaco-Corrientes (2008), por citar los lauros académicos más eminentes. Fueron muy numerosos los galardones en su haber, destacando la Medalla del Congreso Nacional de Venezuela, el Gran Collar de la Orden de Boyacá de Colombia, la Gran Cruz de Isabel la Católica de España, la Medalla del Congreso Nacional del Perú, la Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania, la Orden Suprema del Crisantemo de Japón, el Gran Collar de la Orden de Cruzeiro do Soul de Brasil, el Gran Cordón de la Orden al Mérito de la República Italiana y la Gran Cruz de la Orden al Mérito de Chile. Su labor en defensa de la democracia y los Derechos Humanos fue premiada, entre otras instancias, por la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1984; la Fundación Príncipe de Asturias (España), en 1985 y en la categoría de Cooperación Iberoamericana; la Internacional Liberal (1985); y el Consejo de Europa (1986). En la última etapa de su vida fue miembro del Consejo InterAcción, el Club de Madrid, la Comisión Sudamericana de Paz, el 3 www.cidob.org Inter-American Dialogue, el Centro Latinoamericano de la Globalización (CELAG), el Consejo de Presidentes y Primeros Ministros del Programa de las Américas del Centro Carter de Atlanta y el Instituto PAX . Fue copresidente del Comité para América Latina y el Caribe (SICLAC) y presidente del Comité Latinoamericano de la Internacional Socialista, además de vicepresidente de la organización en el ámbito mundial. Lo hasta aquí desarrollado son, en parte, argumentos expresados por las declaraciones de los Concejos Deliberantes de ambas ciudades para fundamentar su petición y constituyen algunos de los motivos por los cuales hemos tomado esta iniciativa como nuestra. Pero hay algo más. Y ese algo más son el puente, la Patagonia y el federalismo. En 1931, se inauguró el Puente Basculante Ferrocarretero construido sobre el curso inferior del Río Negro, que enlaza las ciudades de Viedma – capital de la Provincia de Río Negro – y Carmen de Patagones – Provincia de Buenos Aires, cuya construcción comenzó en 1927. Fue en su tiempo una obra de gran envergadura por sus características técnicas y enorme trascendencia geopolítica. Su sistema basculante (actualmente único en el mundo) permitía el paso de las embarcaciones que entonces llegaban a Carmen de Patagones. Tiene una longitud de 268m, con cuatro tramos asentados sobre tres pilares. Fabricado en Alemania, fue traído desarmado en grandes piezas por barco y tren. “Enormes fueron los beneficios de su construcción, abarató los costos en el transporte de hacienda, mercaderías y automóviles hasta entonces movilizados por balsas desde el puerto de Patagones hasta el amarradero de la población de Viedma. Además agilizó la actividad comercial, pero como este puente no debía interrumpir el paso de los vapores se previó un tramo basculante. Por otra parte contribuyó a integrar la provincia de Río Negro con el resto del país”. 4 Su historia y su belleza son orgullo de los pobladores de ambas márgenes, razón por la cual se han realizado obras de puesta en valor que fueron inauguradas en diciembre de 2013. Consideramos muy acertada la elección de este puente para homenajear la memoria del Presidente Alfonsín. Sintetiza proyectos, realizaciones y sueños. En 1986 por iniciativa del Presidente Raúl Alfonsín, se elaboró el proyecto de trasladar la Capital Federal de la República hacia el Distrito Federal de Viedma - Carmen de Patagones, integrado por un complejo de ciudades en la Patagonia, entre las cuales se encontraban Viedma y Carmen de Patagones. El proyecto tenía como fin descentralizar y desburocratizar el poder político y económico del país, ambos – como sabemos - excesivamente concentrados en la ciudad de Buenos Aires y 4 Página oficial de la Municipalidad de Patagones, noviembre de 2010 el Gran Buenos Aires. Se aspiraba a solucionar un problema demográfico, desarrollar inversiones en el interior del país y dar inicio a una nueva revalorización del Estado Federal. Aunque el traslado de la Capital fue la medida más relevante y recordada del Proyecto Patagonia, dentro de este también se incluía la provincialización del Territorio Nacional de Tierra del Fuego y la radicación de empresas en las provincias que integran la región patagónica. “Es indispensable crecer hacia el Sur, hacia el mar y hacia el frío, porque el Sur, el mar y el frío fueron casi las señales de la franja que abandonamos, los segmentos del perfil inconcluso que subsiste en la Argentina”. “Un país como la Argentina, que a principios de siglo era ubicado en el mismo plano que los Estados Unidos en el continente, ha eternizado conflictos fronterizos, pero pareció carecer de verdadero orgullo por su espacio y no ha emprendido una marcha hacia el Sur, para unir a la República a través de franjas de soberanía. El país no supo qué hacer o pareció no saber qué hacer con sus desiertos del Sur y prefirió dejarlos semivacíos, sin que una política coherente los integrara al proyecto nacional”. “Si la marcha debe ser hacia el Sur, (…)hacia los desiertos o semidesiertos terrestres y oceánicos del Sur, (…)buscar el camino a través de la desembocadura del río Negro en el Atlántico, en una zona poblada que permitiera, al mismo tiempo, el contacto con la pampa húmeda, la cercanía inmediata con el Sur de la provincia de Buenos Aires y la apertura oceánica, lo que daría por resultado inevitablemente la elección de Viedma, ciudad unida a Carmen de Patagones simplemente a través de un puente”. 5 Eran aquéllos momentos difíciles. Pero aun así Alfonsín tuvo la grandeza y la osadía de soñar y proyectar a lo grande y hacia adelante. Tal vez un primer paso para permitirnos volver a hacerlo, sea contribuir a que quienes fueron protagonistas directos de ese sueño puedan revivirlo en la memoria para siempre, a través del puente que los hermana. Por los motivos expuestos, solicito a mis pares la sanción del presente proyecto. 5 Mensaje que el Dr. Raúl Alfonsín pronunció en Viedma el miércoles 16 de abril de 1986, de "La Nueva Capital" de Elva Roulet, Editado por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires y la Fundación Roulet, 1987