Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. 1 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 2 Ernesto Jinesta L. Régimen constitucional y legal de la apertura en Telecomunicaciones Ernesto Jinesta L.1 I.- Régimen constitucional 1.- Espectro radioeléctrico como parte del demanio público constitucional Un primer aspecto que debe abordarse, desde la perspectiva del régimen constitucional, es el carácter de bien del dominio público del denominado espectro radioeléctrico en la Constitución de 1949. En efecto el artículo 121, inciso 14, establece un dominio público constitucional, conformado por lo que se denomina los "bienes propios de la Nación" -entendido este último concepto como la representante del pueblo-, el que, según lo dispone ese propio numeral, "No podrán salir definitivamente del dominio del Estado". El sub-inciso c) del artículo 121, inciso 14, contempla dentro de ese grupo los denominados "Los servicios inalámbricos", esto es, los que utilizan el espectro electromagnético o radioeléctrico para ser prestados, con lo que comprende todo el fenómeno de las telecomunicaciones que se presta de manera inalámbrica. Este concepto de "servicios inalámbricos", impone distinguirlos de los que pueden reputarse, a contrario sensu, como "alámbricos", puesto que, el régimen jurídico aplicable a uno y otros son, sustancialmente, diferentes. En efecto, los servicios alámbricos evocan la idea de la utilización de una infraestructura material de transmisión de información como lo pueden ser torres de 1 www.ernestojinesta.com Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Escuela Libre de Derecho, Director y profesor program as de doctorado en Derecho Administrativo y Derecho Constitucional, Profesor Universidad Castilla La Mancha (España) y la Universidad para la Cooperación Internacional, Presidente de la Asociación Costarricense de Derecho Administrativo, Miembro de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo, Vicepresidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho Administrativo, Miembro del Foro Iberoamericano de Derecho Administrativo, Miembro del Instituto Iberoam ericano de Derecho Constitucional, Académico de núm ero y secretario de la Academia Costarricense de Derecho. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 3 Ernesto Jinesta L. transmisión y cableado de todo tipo o la infraestructura esencial. En sentido estricto, tales servicios no forman parte del dominio público constitucional, aunque se utilice por su operador o prestador infraestructura pública. Así, en el Voto salvado de la Magistrada Calzada y el Magistrado Jinesta –que estimó por minoría inconstitucional el monopolio de RACSA en los servicios de acceso a Internet al exceder, incluso, el contenido y alcance de la concesión legislativa otorgada por Ley No. 3293 del 18 de junio de 1964- recaído en la sentencia de la Sala Constitucional No. 119402005 de las 9:03 hrs. de 2 de septiembre de 20052, con redacción del segundo, se estimó lo siguiente: “IV.- En materia de servicios de telecomunicaciones, se impone por razones tecnológicas y, por consiguiente, jurídicas, distinguir entre un segmento de servicios inalámbricos y otros alámbricos. Los inalámbricos son todos los sistemas de comunicación eléctrica sin alambres conductores, esto es, que hacen uso de ondas portadoras cuya multiplicidad de frecuencias conforma lo que se denomina el espectro electromagnético. Modernamente las telecomunicaciones conjugan un aspecto inalámbrico y otro alámbrico, siendo el servicio de Internet un vivo ejemplo de esto, puesto que, la comunicación no se establece, exclusivamente y para todos los supuestos, por vía inalámbrica. El envío y recepción de información de datos o información a través de la red de redes, no es intrínsecamente alámbrico o inalámbrico, puede verificarse en una u otra modalidad o bien de forma mixta. En virtud de lo establecido en la norma constitucional (artículo 121, inciso 14), cualquier segmento inalámbrico del servicio que se preste debe, necesariamente, discurrir, por el sistema público de telecomunicaciones o particular que cuente con una concesión legislativa especial. Bajo esta inteligencia, las porciones de las telecomunicaciones realizadas por vía alámbrica pueden transitar por los sistemas enteramente 2 Dictado con motivo de la acción de inconstitucionalidad contra el monopolio de los servicios de Internet por RACSA, la cual fue declarada sin lugar por la mayoría del Tribunal. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 4 Ernesto Jinesta L. privados sin que se infrinja el Derecho de la Constitución. Consecuentemente, en el segmento alámbrico de la Internet pueden existir y coexistir, en libre competencia, prestadores de servicios privados de acceso a ésta”. 2.- Necesidad de concesión legislativa o administrativa -con fundamento en una ley general- para la explotación del espectro radioeléctrico3 El párrafo 2°, del sub-inciso 3 del artículo 121, inciso 14, de la constitución, de otra parte, establece como un requisito ineludible para la explotación de los servicios inalámbricos, tanto por un sujeto de Derecho público como de Derecho privado. En sendos supuestos, se requiere, ineluctablemente, de una concesión legislativa especial otorgada por la Asamblea Legislativa o bien de una concesión administrativa otorgada previa habilitación o con fundamento en una ley general y por tiempo limitado. Como se ve, se trata de dos títulos de aprovechamiento o uso privativo de bienes del dominio público, profundamente diferentes. En el primer caso, la propia Asamblea Legislativa -ejerciendo una función administrativa excepcional- otorga y suscribe una concesión para explotar los servicios inalámbricos, que fue lo que sucedió, como veremos infra, con el Instituto Costarricense de Electricidad durante muchos años. Consecuentemente, cuando no exista una ley general de concesiones y tratándose de los bienes del dominio constitucional indicados por los sub-incisos a), b) y c) del artículo 121, inciso 14), la Asamblea Legislativa es la que otorga y suscribe el respectivo contrato, definiendo sus condiciones y estipulaciones, puesto que, de haber una ley general le corresponderá, naturalmente por el principio de separación de funciones a la administración activa 3 V. JINESTA LOBO (Ernesto), Constitución y Contratación Administrativa. Revista de Derecho Público, ASCODA, No. 4, julio-diciembre 2006, pp. 23-26 y JINESTA LOBO (Ernesto), Faltó voluntad política desde 1949 (Régimen constitucional y legal de la apertura de las telecomunicaciones), El financiero, 9 de agosto de 2009. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 5 Ernesto Jinesta L. (artículo 9° constitucional) otorgar la respectiva concesión administrativa. La concesión especial que otorgue la Asamblea Legislativa tendrá el carácter de un contrato administrativo y no tiene, obviamente, la índole de una ley, así ha sido ratificado por la Sala Constitucional en los Votos 5386-93 de las 16 hrs. de 26 de octubre de 1993 (reiterado en los Votos Nos. 6240-93 de las 14:00 hrs. de 22 de noviembre de 1993, 3067-95 de las 15:42 hrs. de 13 de junio de 1995, 3272-95 de las 9:21 hrs. de 23 de junio de 1995, 2318-98 de las 17:51 hrs. de 31 de marzo de 1998 y 10129-99 de las 10:45 hrs. de 23 de diciembre de 1999). De existir una ley general que regule, es decir, establezca los procedimientos de concesión, así como las condiciones y estipulaciones generales de este tipo de usos privativos o especiales de bienes del demanio constitucional, el contrato lo debe celebrar y suscribir la administración activa. No necesariamente, le corresponde al Poder Ejecutivo la suscripción del contrato, puesto que, bien puede la ley general otorgarle el carácter de "poder adjudicador" a cualquier ente u órgano público, dado que, nuestra constitución política admite de manera explícita la descentralización administrativa funcional o por servicios (instituciones autónomas y semi-autónomas, artículos 188 y 189 constitucionales) y la territorial (corporaciones municipales, artículos 169 y 170 constitucionales). Sería, constitucionalmente, absurdo y aberrante interpretar que sólo el Poder Ejecutivo, con fundamento en el artículo 140, inciso 19, de la Constitución, es el único -y monopólico- poder adjudicador en nuestro sistema jurídico, una interpretación de ese calibre implicaría soslayar la descentralización esbozada por el constituyente originario. En todo caso, la Sala Constitucional, en el Voto No. 83107 de las 14:49 hrs. de 24 de enero de 2007, admitió expresamente que un órgano desconcentrado del Poder Ejecutivo -Concejo Nacional de Concesiones- pueda asumir el rol de poder adjudicador por disposición expresa de ley, al estimar que el artículo 140, inciso 19), no le atribuyó al Poder Ejecutivo una competencia exclusiva y excluyente -como lo hace en otros preceptos constitucionales- que le impida a otros órganos tener ese carácter por razones de oportunidad y conveniencia. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 6 Ernesto Jinesta L. 3.- Requisito de la aprobación legislativa de los contratos suscritos por el Poder Ejecutivo que tengan por objeto la explotación de servicios públicos4 Los términos del artículo 140, inciso 19), de nuestra Constitución Política, pueden conducir a equívocos interpretativos relevantes, al establecer que es un deber y una atribución del Poder Ejecutivo "Suscribir los contratos administrativos no comprendidos en el inciso 14) del artículo 121 de esta Constitución, a reserva de someterlos a la aprobación de la Asamblea Legislativa cuando (...) tengan por objeto la explotación de servicios públicos, recursos o riquezas naturales del Estado". Los yerros hermenéuticos pueden surgir en el terreno de las telecomunicaciones, por cuanto, no cabe la menor duda que se trata de un servicio público -tanto si es prestado a los usuarios directamente por un ente público o gestionado indirectamente por un sujeto de Derecho privado-. Este precepto constitucional debe ser interpretado de manera sistemática, contextual y flexible, así, por ejemplo, no establece que esa sea una atribución exclusiva del Poder Ejecutivo lo contrario sería negar toda la contratación administrativa desarrollada por los entes públicos descentralizados (v. gr. CCSS, ICE, etc.) e implicaría el absurdo, a modo de ejemplo, que un contrato administrativo celebrado entre una municipalidad y un sujeto de Derecho privado para la recolección y tratamiento de los desechos sólidos -servicio público- debe ser aprobado por la Asamblea Legislativa, extremo que no rima con los principios constitucionales de eficacia y eficiencia, el bienestar de los habitantes que debe procurar el Estado (artículo 50 constitucional), el derecho al desarrollo de los pueblos y menos, aún, con la característica lentitud y fosilización del órgano legislativo. De otra parte, una interpretación actual del 4 JINESTA LOBO (Ernesto), Constitución y contratación administrativa, pp. 26-27. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 7 Ernesto Jinesta L. precepto constitucional, a la luz de la realidad socioeconómica y política, que abone el concepto de constitución material, impone entender que la ley general que emite la Asamblea Legislativa para habilitar a la administración activa a otorgar concesiones de bienes del demanio público o a prestar un servicio público (v. gr. Ley de la contratación administrativa o Ley General de Concesiones de Obras Públicas con servicios públicos) constituye una suerte de aprobación, también, general que obvia el irrazonable requisito de someter cada contrato administrativo suscrito por el Poder Ejecutivo a una engorrosa aprobación legislativa. Los yerros hermenéuticos, derivados de una interpretación literal y formal del artículo 140, inciso 19), de la Constitución, podrían aumentar, exponencialmente, tratándose de los servicios de telecomunicaciones, dado que, según la Ley General de Telecomunicaciones le compete al Poder Ejecutivo otorgar las concesiones de uso y explotación de frecuencias del espectro radioeléctrico que se precisen para operar y explotar redes de telecomunicaciones públicas que, a su vez, habilitan al titular para prestar todo tipo de servicio de telecomunicaciones disponibles a la población (artículo 11 LGT). Sobre el particular, se imponen varias aclaraciones fundamentales que son las siguientes: a) En nuestro criterio los servicios de telecomunicaciones no son de carácter público, la ley no los califica como tales, por lo que no se ha producido la publicatio para que asuma la condición de servicio público (artículo 3°, inciso a, Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos5). En efecto, el texto anterior antes de la derogación del inciso b) del artículo 5° por la Ley de Fortalecimiento y Modernización de las Entidades Públicas del Sector de Telecomunicaciones No. 8660 de 8 de agosto de 2008del artículo 5° de la Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, en su inciso b), estimaba como un servicio público 5 “Artículo 3.- Para efectos de esta ley, se definen los siguientes conceptos: a) Servicio Público. el que por su importancia para el desarrollo sostenible del país sea calificado como tal por la Asamblea Legislativa, con el fin de sujetarlo a las regulaciones de esta ley (…)”. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 8 Ernesto Jinesta L. regulado "Los servicios de telecomunicaciones cuya regulación esté autorizada por ley", sin calificarlo como público. De modo que, existe una diferencia sustancial entre servicios regulados y servicios públicos, puesto que, no todo servicio sometido a una fuerte regulación o régimen de Derecho público es público, de ahí que la doctrina haya distinguido entre servicios públicos propios e impropios o virtuales, siendo los primeros los que se han calificados como tales y prestan directamente los entes públicos o indirectamente a través de sujetos de Derecho privado. En tanto que un servicio público virtual, impropio o regulado es el que presta un sujeto de Derecho privado bajo un fuerte e intenso régimen de Derecho Público. b) Los servicios de telecomunicaciones que prestan al público o a la población, a través de redes públicas, los concesionarios de frecuencias del espectro radioeléctrico para operar o explotar redes, son servicios privados sometidos a un fuerte régimen de Derecho público que, a lo sumo, pueden estimarse como servicios públicos virtuales o impropios. Bajo el ordenamiento jurídico administrativo vigente, ninguna ley califica, explícitamente, a tales servicios de públicos, tal y como lo impone el artículo 3°, inciso a), de la Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos. En todo caso, ante la duda, de la calificación legislativa, por aplicación de los principios hermenéuticos constitucionales pro homine y pro libertate, debe estimarse como un servicio privado -desplegado en el ejercicio de la libertad de empresa y comercio- sujeto a un fuerte régimen de Derecho público. 4.- Cuestionamientos de constitucionalidad al proyecto de la Ley General de Telecomunicaciones (LGT) Durante el trámite legislativo del proyecto de la LGT tramitado bajo el expediente legislativo No. 16.398- surgieron varios e importantes cuestionamientos de constitucionalidad, contra esa ley de implementación del Tratado de Libre Comercio República Dominicana-Centroamérica-EE.UU.-, mediante una consulta legislativa planteada por varios Diputados. Básicamente, giraron sobre la defensa de un presunto monopolio de Derecho establecido en favor del Instituto Costarricense de Electricidad y, por Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 9 Ernesto Jinesta L. consiguiente, en la imposibilidad de aplicar el procedimiento legislativo rápido (fast track) del artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa a un proyecto de ley que, en criterio, de los diputados consultantes tendía a la apertura de un monopolio de derecho. Así la Sala Constitucional en el Voto No. 4569-2008 de las 14:30 hrs. de 26 de marzo de 2008, aclaró tales cuestionamientos. El Tribunal Constitucional en esta sentencia, para allanar el prolongado y tortuoso camino de la apertura en materia de telecomunicaciones, abordó cuatro aspectos fundamentales que son los siguientes: 1) Distinción constitucional entre monopolio de derecho y de hecho y tipo de ley requerida para suprimir cualquiera de éstos; 2) explotación del espectro radioeléctrico o electromagnético de manera concurrente; 3) la condición del ICE de mero concesionario y ausencia de un monopolio de derecho y 4) el sentido y alcance del término monopolio en el artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa. Dada la condición del suscrito como ponente y redactor de la sentencia de comentario, me permito transcribir, en ese orden, las consideraciones del Tribunal Constitucional. A.- Distinción constitucional entre monopolio de derecho y de hecho y tipo de ley requerida para suprimir cualquiera de éstos Al respecto la Sala Constitucional en el Voto 4569-2008, indica lo siguiente: “Redacta el Magistrado Jinesta Lobo; y CONSIDERANDO: (…) El constituyente originario, en el artículo 46 de la Constitución Política sí distingue entre monopolio de derecho y de hecho. En efecto, les da un trato diferenciado evidente, así los Diputados de la Asamblea Nacional Constituyente, Facio Brenes, Acosta Jiménez, Trejos, Arias, Esquivel y Volio Jiménez hicieron referencia a la distinción entre monopolio de hecho y de derecho (Acta No. 101, artículo 3°, Tomo II, páginas 439-444). En la lógica de ese numeral el monopolio es una situación excepcional del mercado o la economía, por cuanto el Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. párrafo 1° establece como regla general la proscripción de los monopolios privados, tanto que el párrafo 2° subraya que “Es de interés público la acción del Estado encaminada a impedir toda práctica o tendencia monopolizadora”, lo que significa, a contrario sensu, que los poderes públicos están constitucionalmente obligados a promover la competencia en el marco de una economía de mercado. El párrafo 4° dispone que “Para establecer nuevos monopolios a favor del Estado o de las Municipalidades se requerirá la aprobación de dos tercios de la totalidad de los miembros de la Asamblea Legislativa”, con lo cual se enfatiza la regla contenida en la “constitución económica” -esto es, el conjunto de valores, principios y preceptos que regulan la economía y el mercado en el texto fundamental- de la libertad de empresa y la libre competencia y, por consiguiente, la excepción calificada del monopolio incluso los públicos-, dado que, se precisa de una ley reforzada y, por consiguiente, de un considerable consenso de las fuerzas políticas representadas en la Asamblea Legislativa para establecer un monopolio público de derecho. Es claro que este párrafo 4° del artículo 46 constitucional, al admitir, excepcionalmente, un monopolio por virtud de una ley reforzada, contempla y consagra el monopolio de derecho. Para el monopolio de hecho, se encuentra dispuesto el párrafo 3° del artículo 46 al señalar que “Las empresas constituidas en monopolios de hecho deben ser sometidas a una legislación especial”. Consecuentemente, como el monopolio de hecho es una cuestión que se produce en la realidad del mercado y la economía sin sustento normativo, de acuerdo con el constituyente originario una vez constatada la situación de hecho, como mínimo, debe ser sometida a una regulación jurídica específica para la protección de los consumidores y ciertos productores en aras de evitar distorsiones en el mercado. Cabe advertir que el constituyente originario no dispuso que la supresión de un monopolio de derecho o uno de hecho sometido a una ley posterior deba serlo por una ley reforzada, dado que, en la constitución económica lo normal y ordinario es la 10 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. libertad de empresa y la libre competencia. Distinto es cuando se trata de pasar de una situación normal y ordinaria -libre competencia- a una excepcional, esto es, cuando se pretende constituir un monopolio. La exigencia de una ley reforzada para constituir un monopolio de derecho se impone en cuanto esta figura limita o restringe la libertad de empresa que es la regla normal u ordinaria según el Derecho de la Constitución. Sobre el particular es preciso enfatizar que los límites intrínsecos y extrínsecos de los derechos fundamentales son reserva de ley. En todo caso, como ya se indicó el artículo 46 constitucional no impone el requisito de una ley reforzada para la supresión de monopolios, sean estos de hecho o de derecho o bien para la apertura de un segmento del mercado. Ni siquiera la aplicación del principio del paralelismo de las formas del Derecho público, puede justificar un requisito agravado para retornar a las condiciones normales y ordinarias de una economía de mercado -libertad de empresa y libre competenciaque impone la constitución económica. En todo caso, de admitirse el principio del paralelismo de las competencias, sería aplicable a los monopolios públicos de derecho que son los que precisan una mayoría calificada para ser constituidos, no así a los monopolios públicos de hecho, por cuanto, el constituyente dispuso que podrían estar sujetos a un régimen legal específico dispuesto por una ley no reforzada. El artículo 46 de la Constitución Política, en sus primeros cuatro párrafos que no han sufrido variación, surge de una moción presentada por la Fracción Social Demócrata, según se desprende del Acta de la Asamblea Nacional Constituyente No. 101, artículo 3°, Tomo II, páginas 439-444. Así el Diputado Facio Brenes manifestó que “(…) Estamos, desde luego, con la prohibición de los monopolios, así como de cualquier otro acto que tienda a amenazar o a restringir la libertad de comercio, agricultura e industria” y luego agregó que la moción “(…) traduce una opinión o un sentimiento universal que tiende cada día a generalizarse más, en contra de las prácticas o tendencias de carácter monopolista. Tan es así que todas las Constituciones modernas han 11 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 12 Ernesto Jinesta L. abandonado textos similares al de nuestro estatuto derogado, para poner a cargo del Estado una acción especial en contra de los monopolios de hecho. En ese sentido, el señor FACIO citó varias Constituciones de América, que incluyen principios similares al de la moción de la fracción Social Demócrata. Concretamente se refirió a las Constituciones del Brasil, Paraguay, Cuba, Guatemala, México y Panamá. También se refirió a las nuevas Constituciones de Francia e Italia, esta última promulgada por una Asamblea en que tenía la mayoría el Partido Demócrata Cristiano, jefeado por el actual Premier De Gasperi, Partido que constituye la máxima garantía en contra de los avances del Comunismo en el Mediterráneo, por lo que el principio es de raíz completamente democrático. Agregó que la moción por ellos presentada no hacía más que acoger ese sentimiento universal. La idea no ha sido inventada; se relaciona con necesidades muy sentidas por el país, y se enfrenta con situaciones que de hecho existen y que requieren una solución inmediata. Terminó diciendo que los inspiraba el deseo de que ese artículo de la Nueva Constitución fuera más valiente, enérgico y concreto que el de la vieja Carta política, para que en el futuro pueda servir como base para resolver situaciones planteadas por los monopolios de hecho”. El constituyente Acosta Jiménez manifestó que “La moción del Social Demócrata (…) concreta una aspiración universal en contra de los monopolios, así como viene a traducir un anhelo democrático”. Finalmente el representante Arias indicó que “(…) estaba de acuerdo en que el país debe defenderse de los monopolios que son altamente perjudiciales para la economía nacional. Nosotros propiamente no podemos decir que tenemos monopolios de derecho, pero por circunstancias especiales existen varias empresas monopolizadoras de hecho”. B.- Explotación del espectro radioeléctrico o electromagnético de manera concurrente. La Sala Constitucional consideró lo siguiente: Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. “Redacta el Magistrado Jinesta Lobo; y CONSIDERANDO: (…) El constituyente originario dispuso que los servicios inalámbricos o, más concretamente, el uso y explotación del espectro radioeléctrico o electromagnético, puede darse en un régimen de competencia y libre concurrencia, dado que, puede ser explotado “por la administración pública o por particulares” esa “o” disyuntiva refuerza la libre competencia o concurrencia que admite el constituyente originario y la constitución económica. Ahora bien, lo que sí exige el constituyente originario para que un particular explote ese bien del demanio público constitucional es una ley general que permita otorgar concesiones administrativas o una concesión especial conferida por la Asamblea Legislativa. Ha sido, pues, el deseo del Constituyente que los particulares participen de la explotación de este bien, siempre y cuando, se cumplan con las condiciones estipuladas en la propia Norma Fundamental. Cabe resaltar que de la atenta lectura de las actas de la Asamblea Nacional Constituyente se desprende con meridiana claridad que el Grupo Social Demócrata y la Comisión de reformas del Unión Nacional, presentaron una segunda moción -a lo que sería el artículo 121, inciso 14), de la Constitución- el 10 de mayo de 1949 a las 16 horas que, en lo conducente, indicaba lo siguiente: “Artículo 82.- Son atribuciones de la Asamblea Legislativa: (…) 11.- Decretar la enajenación y aplicación a usos públicos de los bienes propios de la Nación. Exceptuándose de esta facultad todos los ferrocarriles y muelles nacionales. Tales ferrocarriles y muelles no podrán ser enajenados ni arrendados, directa o indirectamente, ni salir en forma alguna del dominio y control del Estado. Exceptúanse asimismo de dicha facultad: 13 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. a) Las fuerzas que puedan obtenerse de las aguas del dominio público en el territorio de la República; b) Los yacimientos de carbón, las fuentes y depósitos de petróleo y cualesquiera otras sustancias hidrocarburadas existentes en el territorio nacional; y c) Los servicios inalámbricos, los cuales son de utilidad pública y monopolio del Estado. Los bienes referidos en los subincisos a) y b) y los servicios inalámbricos son inalienables y del dominio del Estado y la concesión y derecho para explotarlos sólo pueden otorgarse por tiempo limitado y con arreglo a las leyes reglamentarias especiales;” (lo resaltado es intencional). Acta No. 65, artículo. 4, T II, pág. 101-104. Esa moción, que se inspiró en una reforma parcial al artículo 73, inciso 15), de la Constitución de 1871 introducida por la Ley No. 33 de 28 de junio de 1937 la cual, a su vez, tuvo sustento en la Ley ordinaria no vigente, al ser derogada sobrevenidamente por la Constitución de 1949, No. 34 de 10 de abril de 1920, cuyo artículo 1° dispuso que “La telegrafía y la telefonía inalámbricas que son servicios de utilidad pública, se declaran monopolios del Estado (…)”-, fue desestimada por los Constituyentes de 1949, desechándose, por lo tanto, que los servicios inalámbricos fueran declarados monopolio del Estado y, por consiguiente, cualquier reserva pública sobre el particular. Por lo anterior, el constituyente originario, finalmente, optó por la redacción actual la que, evidentemente, no califica los servicios inalámbricos de utilidad pública ni los declara monopolio del Estado. Consecuentemente, queda absolutamente descartado que la intención del constituyente originario haya sido que los servicios inalámbricos fueran sometidos a un régimen monopólico público”. 14 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 15 Ernesto Jinesta L. C.- ICE simple concesionario y no fue constitutido como un monopolio de derecho. El voto No. 4569-2008, indica sobre este tema en particular lo siguiente: “Redacta el Magistrado Jinesta Lobo; y CONSIDERANDO: (…) El ICE no fue constituido constitucional o legalmente -formalmente- como monopolio de derecho. En cuanto a su régimen constitucional no se trata de una de las instituciones autónomas creadas o reguladas por la Constitución como el caso de la CCSS, el PANI y los Bancos Comerciales del Estado. En cuanto a su régimen legal, debe resaltarse que a través un decreto de facto o Decreto-Ley, esto es, un acto con valor de ley de carácter pre-constitucional dictado por la Junta Fundadora de la Segunda República, se creó el ICE (Decreto-Ley No. 449 de 8 de abril de 1949). De la lectura de las normas legales que conforman el régimen infraconstitucional del ICE, se desprende que esa institución posee una concesión legislativa especial. Lo anterior no supone que se haya dispuesto por ley la creación de un monopolio de derecho. Sobre el particular, cabe resaltar que de conformidad con el artículo 46 constitucional la regla de la constitución económica es la libertad de empresa y la libre competencia, por lo que la excepción calificada es la creación de monopolios. En efecto, de conformidad con dicha norma, es de interés público la acción del Estado encaminada a impedir toda práctica o tendencia monopolizadora y para establecer nuevos monopolios a favor del Estado o de las Municipalidades, se requiere la aprobación por parte de dos tercios de la totalidad de los miembros de la Asamblea Legislativa, lo que no se dio en el caso concreto del ICE. El conjunto de leyes que le conceden una concesión al ICE no establecen, expresamente, un monopolio de derecho. El proyecto de Ley General de Telecomunicaciones no tiene por objetivo la supresión de un monopolio de derecho que nunca ha sido Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. dispuesto por una ley reforzada, tal y como lo impone la Constitución, sino que regula la forma en que se deben otorgar las concesiones, autorizaciones o permisos a los posibles particulares interesados en la explotación de los servicios de telecomunicaciones. Este Tribunal Constitucional ha sostenido, anteriormente, que, efectivamente, la explotación de los servicios inalámbricos no constituye un monopolio, sino que existe una concesión legislativa especial y que, a la luz de la propia Norma Fundamental, los particulares pueden acceder a su explotación de conformidad con las indicaciones de una ley general, o bien, mediante otra concesión legislativa otorgada por tiempo limitado y con arreglo a las condiciones y estipulaciones que establezca la propia Asamblea Legislativa. En la sentencia No. 9542-02 de las 9:52 hrs. de 4 de octubre de 2002, este Tribunal indicó lo siguiente: “(…) Como se indicó anteriormente, los bienes demaniales están sujetos a un régimen jurídico particular en orden a su explotación, régimen que determina que los particulares sólo pueden explotarlos en tanto sean concesionarios. Esta concesión puede ser especial en cuanto sea acordada por la Asamblea Legislativa, o por el Poder Ejecutivo de conformidad con una ley de la materia. Lo fundamental aquí es que en virtud de la reserva de ley que existe en este asunto, le corresponde a la Asamblea Legislativa la fijación y regulación de las condiciones y estipulaciones para el otorgamiento de dicha concesión; resultando prohibitiva la disposición constitucional que impide la prestación privada de servicios inalámbricos sin ley o sin concesión especial del legislador. En nuestro ordenamiento esta decisión legislativa ha sido tomada exclusivamente a favor del Instituto Costarricense de Electricidad y de RACSA, y no a favor de los particulares, por lo cual éstos tienen prohibición para explotar estos servicios, prohibición que es de rango constitucional (…)' 16 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. Una vez delimitado este aspecto de vital importancia para el caso que nos ocupa, no se podría determinar, como lo alega el recurrente, la existencia en nuestro medio de un monopolio, pues como se explicó estamos frente a bienes demaniales, los que solo pueden ser explotados mediante concesiones, como en este caso de tipo legislativo. (...)” (Lo resaltado no corresponde al original). Así las cosas, no existe un monopolio de derecho como lo interpretan los consultantes, sino que, hasta el momento, no se ha dictado una ley general que autorice a los particulares a participar del uso y explotación del espectro radioeléctrico para brindar servicios en materia de telecomunicaciones, tal y como lo permite nuestra Norma Fundamental. Cabe señalar que en el plano infraconstitucional, el denominado “Reglamento para la creación del Instituto Costarricense de Electricidad” (La Gaceta No. 82 de miércoles 13 de abril de 1949), Decreto-Ley No. 449 de 8 de abril de 1949, que es preconstitucional, simplemente, le encomendó a esa entidad el desarrollo racional de las fuentes productoras de energía física que la Nación posee, en especial, los recursos hidráulicos, con el fin de fortalecer la economía nacional y promover el mayor bienestar del pueblo de Costa Rica (artículo 1°), sin constituirlo como un monopolio de derecho, extremo que, en todo caso, a la luz del ordenamiento constitucional posterior -Constitución Política de 1949- hubiere sido absoluta y rotundamente inconstitucional de manera sobrevenida (artículo 197 constitucional), habida cuenta que el artículo 46, párrafo 4°, exigió que para establecer monopolios de derecho a favor de un ente público se requeriría de la aprobación de dos tercios de la totalidad de los miembros de la Asamblea Legislativa, requisito que, desde luego, nunca se hubiera tenido por cumplido a través de un decreto de facto emitido, también, por un gobierno de facto de carácter interino. Cabe resaltar que, incluso, a la luz de ese Decreto-Ley o de facto y sus reformas posteriores, se admitió un régimen de concurrencia o 17 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. libre competencia con otras empresas públicas o privadas, así el artículo 10, párrafo in fine, de ese instrumento normativo disponía que los miembros del Consejo Directivo no podían estar “(…) ligados por empleo o por posesión legal a empresas o actividades que por su naturaleza resulten antagónicas a los propósitos del Instituto o sean competidoras de éste”, tenor literal que fue ratificado de manera idéntica por virtud de la reforma introducida a ese numeral del Decreto-Ley 449, mediante el Decreto-Ley No. 646 de 27 de julio de 1949; por su parte la Ley No. 2749 de 24 de mayo de 1961 le adicionó un párrafo final al artículo 9° del Decreto-Ley No. 449 por virtud del cual se indicó que “(…) Los bonos del Instituto gozarán en todo caso de exenciones y privilegios no inferiores a los que disfrutan o llegaren a disfrutar los emitidos por empresas eléctricas privadas de acuerdo con la ley y los contratos”. La Ley No. 2199 de 31 de marzo de l958, le otorgó una concesión al ICE por treinta años para “Procurar el mejoramiento y la extensión de los servicios de comunicaciones telefónicas, telegráficas, radiotelefónicas y radio telegráficas en todo el territorio nacional” (artículo 1°), sin constituir, en ningún momento, un monopolio de derecho. Así, el artículo 2° de la ley de cita, dispuso lo siguiente: “Artículo 2. Otórgase al Instituto Costarricense de Electricidad una concesión para establecer y operar un servicio de telecomunicaciones en todo el territorio nacional, sujeto a la regulación del servicio nacional de electricidad (…) El término de la concesión será de treinta años a partir de la fecha en que entre en vigencia esta ley.” Posteriormente, mediante la Ley Nº 3226 de 28 de octubre de 1963 que derogó expresamente la Ley No. 2199 de 31 de marzo de 1958, le agregó un inciso h) al artículo 2° del Decreto-ley que creo el Instituto Costarricense de Electricidad, que indica lo siguiente: 18 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. “Artículo 2º.- Las finalidades del Instituto, hacia la consecución de las cuales se dirigirán todos sus esfuerzos y programas de trabajo, serán las siguientes: (…) h) Procurar el establecimiento, mejoramiento, extensión y operación de los servicios de comunicaciones telefónicas, telegráficas, radiotelegráficas y radiotelefónicas, para lo cual tendrá de pleno derecho la concesión correspondiente por tiempo indefinido. (…)” (lo resaltado es propio). La Ley No. 3226, nuevamente, admite un régimen de libre concurrencia o competencia con otras empresas públicas o privadas, por cuanto en su artículo 4° se indicó que “El Instituto Costarricense de Electricidad queda autorizado para llevar a cabo la unificación de los servicios de telecomunicaciones, mediante acuerdo con los actuales concesionarios y operadores de servicios de la misma índole, y para adquirir los derechos de dichos concesionarios y operadores, mediante adecuada compensación”. Finalmente, la Ley No. 3293 de 18 de junio de 1964, denominada “Traspasa Telecomunicaciones al ICE y éste se Asocia a RACSA”. En su numeral 1°, dispuso que el Instituto Costarricense de Electricidad explotará, a partir de la promulgación de esa ley, los servicios de telecomunicaciones a que se refiere la Ley No. 47 de 25 de julio de 1921, por tiempo indefinido y en las condiciones ahí establecidas. Cabe advertir que mediante la Ley No. 47 de 25 de julio de 1921, el Congreso de la República de entonces, aprobó el contrato de concesión -por 25 años prorrogable por 20 años más (Cláusula XIX)- para construir, mantener, manejar y explotar una estación radiográfica internacional -y sus accesorios- en San José, autorizándose a los concesionarios (Ricardo Pacheco Lara y José Joaquín Carranza Volio) para adquirir, construir, mantener y manejar, en los lugares 19 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. de la República que consideren convenientes, estaciones radiográficas con todos sus accesorios para comunicarse directa o indirectamente con una o más estaciones radiográficas que presten igual servicio (Cláusula I). En el artículo 2° de la Ley No. 3293 se autorizó al ICE para constituir una sociedad anónima mixta con la Compañía Radiográfica Internacional de Costa Rica (RACSA), con el fin de llevar a cabo la explotación a que se refiere el artículo 1º. Las normas de análisis indican lo siguiente: “Artículo 1º.- El Instituto Costarricense de Electricidad explotará, a partir de la promulgación de esta ley, los servicios de telecomunicaciones a que se refiere la ley Nº 47 de 25 de julio de 1921, por tiempo indefinido, en las condiciones allí establecidas.” (Lo resaltado es propio). “Artículo 3º.- Se autoriza al Instituto para constituir una sociedad anónima mixta con la Compañía Radiográfica Internacional de Costa Rica, con el fin de llevar a cabo la explotación a que se refiere el artículo 1º. El Instituto aportará la mitad del capital social de la nueva empresa, representado ese aporte por los activos fijos que recibirá, según el artículo 2º, y la concesión indicada en el artículo 1º. La nueva sociedad tendrá un plazo de vigencia de trece años a partir de su constitución.” Si bien, en el artículo 3° de la Ley No. 3293 se dispuso que la nueva sociedad anónima tendrá un plazo social de vigencia de trece años a partir de su constitución, el legislador lo ha ido prorrogando de manera paulatina. Así, mediante Ley No. 6076 de 08 de agosto de 1977 se autorizó la prórroga del plazo social por un término de veinte años, lo cual ratificó, también, la Ley No. 7018 de 20 de diciembre de 1985 en su artículo 57; finalmente, la Ley No. 7298 de 5 de mayo de 1992, prorrogó el plazo social por 25 años más. A partir del marco normativo previamente analizado, cabe concluir que la constitución del 20 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones Ernesto Jinesta L. Instituto Costarricense de Electricidad se dio, originalmente, con la finalidad de fomentar el desarrollo racional de las fuentes productoras de energía de la Nación y, posteriormente, se le concedió una concesión por tiempo indefinido para explotar los servicios de comunicaciones telefónicas, telegráficas, radiotelegráficas y radiotelefónicas; sin que se desprenda de las leyes citadas la constitución de un monopolio de derecho y se impida la eventual participación de otros concesionarios en un régimen de competencia, sobre todo, por cuanto el constituyente originario estableció en el artículo 46 constitucional como regla, en el marco de una economía de mercado, la libertad de empresa y la libre competencia y en el ordinal 121, inciso 14), desechó, expresamente, la posibilidad de calificar los servicios inalámbricos de utilidad pública o de declararlos monopolio del Estado, a diferencia de lo que había establecido la Constitución de 1871, después de la reforma parcial al artículo 73, inciso 15), por la Ley No. 33 de 28 de junio de 1937. En suma, el ICE, a la luz de la constitución de 1949, tiene la condición de simple concesionario, por vía de una serie de leyes especiales, sin que esa concesión legislativa excluya el régimen de concurrencia o libre competencia. Ahora bien, en virtud de no haberse otorgado otras concesiones a otros operadores o prestadores del servicio -personas físicas o jurídicasha provocado que el ICE asuma la condición de un monopolio de hecho y no de derecho. En definitiva, como no estamos frente a la apertura de un monopolio de derecho constitucional y legalmente constituido, no existe impedimento para que los legisladores hayan optado por emplear el procedimiento previsto en el artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa. En todo caso, como ya se apuntó es para establecer monopolios de derecho que se precisa de una ley reforzada -excepción en el marco de una economía de mercado donde imperan como regla la libertad de empresa y la libre competencia-, pero el constituyente originario no dispuso que para la supresión de monopolios de derecho o de hecho o la 21 Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 22 Ernesto Jinesta L. apertura de un segmento del mercado se requiera de una ley aprobada por mayoría calificada”. D.- Sentido y alcance del término monopolio en el artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa. Finalmente, en cuanto a este tema la Sala Constitucional estimó lo siguiente: “Redacta el Magistrado Jinesta Lobo; y CONSIDERANDO: (…) resulta contundentemente claro que la distinción entre monopolio de hecho y de derecho contenida en la Constitución (artículo 46) y puesta de manifiesto, según la cita de las actas efectuada supra, por el constituyente originario, vincula a todos los poderes públicos, incluido el Legislativo, de modo que cuando el artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa hace referencia a la apertura de monopolios, debe efectuarse, necesariamente, la diferencia impuesta por el texto constitucional y la voluntad del constituyente. Una interpretación diferente supone desconocer una visión sistemática, contextual e histórica del Derecho de la Constitución. Es la constitución de los monopolios de derecho la que precisa de una decisión calificada y reforzada del legislador ordinario, en cuanto restringe y limita la libertad de empresa y la libre competencia. A partir de lo anterior, resulta evidente que cuando el ordinal 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa exceptúa de los procedimientos especiales la apertura de los monopolios, se refiere a aquellos que han sido constituidos, formalmente, como monopolios de derecho y que para su constitución ameritaron una ley reforzada y, por consiguiente, un amplio y profundo debate y consenso político, por lo cual para suprimirlos, también, se requerirá una reflexión equivalente y similar a través de un procedimiento Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 23 Ernesto Jinesta L. legislativo ordinario. El artículo 208 bis del Reglamento de la Asamblea Legislativa no se refiere a la apertura de los monopolios de hecho, por cuanto surgen en el mercado, no por una decisión políticalegislativa deliberada y expresa, previamente adoptada en tal sentido, sino por una serie de circunstancias de carácter fáctico ajenas a una voluntad política manifiesta. Los monopolios de hecho, en sentido estricto, surgen al margen de los requerimientos del Derecho de la Constitución. El sentido del artículo 208 bis es que un proyecto de ley de apertura de un monopolio de derecho, en cuanto presupone la existencia de una ley reforzada que lo constituyó como tal cuyo fin y propósito debe ser reversado, sea sometido a un procedimiento legislativo ordinario, lo que no tiene sentido tratándose de los monopolios de hecho que surgen en el mercado por una serie de variables fácticas al margen del parámetro de constitucionalidad por lo que deben ser suprimidos o atenuados, incluso, por un procedimiento legislativo especial, habida cuenta del imperativo constitucional transversal de los poderes públicos de promover la libertad de empresa y la libre competencia. En suma, lo que surge fácticamente y al margen del Derecho de la Constitución -en cuanto éste admite, únicamente, monopolios públicos de derecho establecidos por una ley reforzada- o contra constitutionem, no requiere de trámites y requisitos legislativos reforzados o calificados para ser eliminado o suprimido, eso será predicable, únicamente, de aquellas realidades jurídicas que surgen secundum constitutionem”. II.- Régimen legal 1.- Tratado de Libre Comercio República DominicanaCentroamérica-Estados Unidos y su aprobación por ley referendaria El tortuoso camino legislativo para la apertura de las telecomunicaciones inicia con la negociación y suscripción del TLC Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 24 Ernesto Jinesta L. República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos por el Poder Ejecutivo el 5 de agosto de 2004 en Washington, Distrito de Columbia. Por distintas razones políticas, la presentación del TLC a la Asamblea Legislativa para su aprobación (artículo 7° de la Constitución) se postergó por un lapso prolongado. Estando ya en la corriente legislativa para su ratificación fue presentada una solicitud de referéndum ante el Tribunal Supremo de Elecciones con fundamento en el ordinal 105, párrafo 2°, de la Constitución Política. De otra parte, durante ese trámite fue presentada a la Sala Constitucional una consulta legislativa por la Defensoría de los Habitantes y varios Diputados, la que fue evacuada mediante el Voto No. 9469-2007 de las 10 hrs. de 3 de julio de 2007 estimando el Tribunal Constitucional que el TLC en su Capítulo XIII, relativo a las Telecomunicaciones6, no presentaba vicios de inconstitucionalidad. Finalmente, el TLC fue aprobado popularmente mediante la Ley referendaria No. 8622 de 21 de noviembre de 2007. Resulta importante señalar que el Capítulo XIII del TLC contiene el Anexo 13 que son los "Compromisos Específicos de Costa Rica en Materia de Servicios de Telecomunicaciones", en el que se establece la necesidad de promulgar un marco jurídico para fortalecer y modernizar al ICE (punto II) y la obligación de una "Apertura gradual y selectiva de ciertos servicios de telecomunicaciones" (punto III.2), esto es, una apertura parcial, en los siguientes renglones: a) servicios de redes privadas (grupo cerrado de usuarios, sin interconexión al sistema público conmutado 6 V. ANGULO (José Eduardo), Telecomunicaciones. Aportes para el análisis del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos, San José, Programa Estado de la Nación para el Desarrollo Humano Sostenible, 2005, pp. 151-164. ECHANDI (Roberto), El tratamiento del comercio de servicios dentro del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre República Dominicana, Centroamérica y EE. UU. Ensayos temáticos sobre el TLC República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos, San José, EUNED-Ágora, 2005, pp. 136-142. ECHANDI (Roberto), La apertura y el TLC: Pasos necesarios para mejorar la universalidad y la solidaridad en el suministro de telecomunicaciones en Costa Rica. Estudios jurídicos sobre el TLC entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos, San José, ASE-TLC, 2005, pp. 543-588 y ECHANDI GURDIÁN (María Lourdes), Nuevo servicio público, constitución y el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos: El caso de las telecomunicaciones. Estudios jurídicos sobre el TLC entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos, San José, ASE-TLC, 2005, pp. 589-623. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 25 Ernesto Jinesta L. de telecomunicaciones), b) servicios de internet (incluye servicios de correo electrónico, extracción y procesamiento de información en línea y de bases de datos y servicios de intercambio electrónico de datos, acceso a la internet) y c) servicios inalámbricos móviles (voz, datos y servicios de banda ancha prestados a través de medios radioeléctricos en bandas específicas, utilizando equipo terminal móvil o fijo, usando celular, PCS, satélite o cualquier otro tipo de tecnología similar que se desarrolle en el futuro). Por último, se admite la apertura de cualquier otro servicio de telecomunicaciones a futuro (III.2.b). Tales circunstancias representaron el primer paso en la apertura de las telecomunicaciones en Costa Rica, el que continuaría, con una odisea legislativa mediante la promulgación de los instrumentos legislativos necesarios para implementar el proceso de apertura a través de un esfuerzo político titánico. 2.- Ley General de Telecomunicaciones (LGT) No. 8642 de 30 de junio de 2008 A.- Objeto y ámbito Este cuerpo normativo es dictado, después de superarse su consulta legislativa a la Sala Constitucional y a la que hicimos referencia en el apartado relativo al régimen constitucional de la apertura de telecomunicaciones, concretamente, a través del Voto de la Sala Constitucional No. 4569-2008 de las 14:30 hrs. de 26 de marzo de 2008. Al enunciarse el objeto y ámbito de aplicación de la LGT (artículo 1°) se indica que tal instrumento legislativo tiene por fin general “establecer el ámbito y los mecanismos de regulación de las telecomunicaciones, que comprende el uso y la explotación de las redes y la prestación de los servicios de telecomunicaciones”, indicándose que todas las personas –física o jurídicas, públicas o privadas, nacionales o extranjeras- que “operen redes o presten servicios de telecomunicaciones que se originen, terminen o transiten por el territorio nacional”. B.- Fines específicos Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 26 Ernesto Jinesta L. El artículo 2° dispone, entre otros fines específicos, de la LGT “Garantizar el derecho de los habitantes a obtener servicios de telecomunicaciones” (inciso a), garantizar el acceso universal y solidario a las telecomunicaciones (inciso b), “Proteger los derechos de los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, asegurando eficiencia, igualdad, continuidad, calidad, mayor y mejor cobertura, mayor y mejor información, más y mejores alternativas en la prestación de los servicios (…)” (inciso d), “Promover la competencia efectiva en el mercado de las telecomunicaciones, como mecanismo para aumentar la disponibilidad de servicios, mejorar su calidad y asegurar precios asequibles” (inciso e), “Asegurar la eficiente y efectiva asignación, uso, explotación, administración y control del espectro radioeléctrico (…)” (inciso g) e “Incentivar la inversión en el sector de las telecomunicaciones (…)” (inciso h). En lo relativo a un régimen de competencia en materia de telecomunicaciones el artículo 3°, inciso f), enuncia el principio de la "competencia efectiva" entendiendo por tal el "establecimiento de mecanismos adecuados para que todos los operadores y proveedores del mercado compitan en condiciones de igualdad, a fin de procurar el mayor beneficio de los habitantes y el libre ejercicio del Derecho constitucional y la libertad de elección"7 y luego en el ordinal 6°, relativo a las definiciones, reputa la competencia efectiva como la "circunstancia en la que ningún operador de redes o proveedor de servicios de telecomunicaciones, o grupo de cualquiera de estos, puede fijar los precios o las condiciones de mercado unilateralmente, restringiendo el funcionamiento eficiente de este, en perjuicio de los usuarios". C.- Regulación del espectro radioeléctrico La LGT define (artículo 6°) una serie de conceptos que hacen ineludible la regulación del espectro radioeléctrico. Así conceptúa 7 Principio vinculado al que se denomina, en el artículo 3° de la LGT, como "beneficio del usuario", esto es, el "establecimiento de garantías y derechos a favor de los usuarios finales de los servicios de telecomunicaciones, de manera que puedan acceder y disfrutar, oportunamente, de servicios de calidad, a un precio asequible, recibir información detallada y veraz, ejercer su derecho a la libertad de elección y a un trato equitativo y no discriminatorio" Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 27 Ernesto Jinesta L. las telecomunicaciones como “toda transmisión, emisión y/o recepción de signos, señales, escritos, datos, imágenes, sonidos o información de cualquier naturaleza por hilo, conductores, ondas radioeléctricas, medios ópticos u otros sistemas electromagnéticos”, la red de telecomunicaciones como los “sistemas de transmisión y demás recursos que permiten la transmisión de señales entre puntos de terminación definidos mediante cables, ondas hertzianas, medios ópticos u otros medios radioeléctricos, con inclusión de las redes satelitales, redes terrestres fijas (de conmutación de circuitos o de paquetes, incluida Internet) y móviles, sistemas de tendido eléctrico, utilizadas para la transmisión de señales, redes utilizadas para la radiodifusión sonora y televisiva y redes de televisión por cable, con independencia de la información transportada”. Los servicios de telecomunicaciones son conceptuados, por su parte, como los que “consisten, en su totalidad o principalmente, en el transporte de señales a través de redes de telecomunicaciones” y los servicios de telecomunicaciones disponibles al público como los ofrecidos “al público en general, a cambio de una contraprestación económica”. El numeral 7° establece que el espectro radioeléctrico es un bien del dominio público y el ordinal 9° clasifica las bandas de frecuencias de éste, por su uso, en a) comerciales, b) no comerciales, c) oficiales, d) para seguridad, socorro y emergencia y e) libres. D.- Títulos de habilitación El Capítulo III de la LGT establece, en tres secciones separadas, los títulos jurídicos habilitantes para uso y explotación de frecuencias del espectro radioeléctrico necesarias para operar redes de telecomunicaciones y la prestación de servicios de telecomunicaciones. D.1.- Concesiones A tenor del artículo 11 LGT la concesión es necesaria para el uso y explotación de las frecuencias radioeléctricas requeridas para operar o explotar redes de telecomunicaciones. En tal caso la Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 28 Ernesto Jinesta L. concesión habilita para operar la red y, cuando se trata de redes públicas, para prestar cualquier servicio de telecomunicaciones disponible al público. Consecuentemente, la concesión de una frecuencia radioeléctrica habilita al beneficiario, para ser operador de redes y proveedor de servicios de telecomunicaciones disponibles al público. Tales concesiones se otorgan por un plazo de 15 años prorrogable hasta uno máximo de 25 años (artículo 24, inciso a, LGT). La LGT pauta como procedimiento administrativo para escoger al concesionario o adjudicatario el concurso público, siendo la autoridad adjudicataria el Poder Ejecutivo y quien lo instruye la SUTEL (artículo 12). D.2.- Autorizaciones De conformidad con el artículo 23 LGT las autorizaciones caben respecto de las personas –físicas o jurídicas-, en tres supuestos: a) cuando operen o exploten redes públicas de telecomunicaciones en tanto no requieran usar el espectro radioeléctrico, b) cuando se presten servicios de telecomunicaciones disponibles al público mediante redes públicas que no estén operando o explotando y c) cuando se operan redes privadas de telecomunicaciones en las que no se requiere el uso del espectro radioeléctrico. Las autorizaciones son otorgadas por la SUTEL, previa publicación de la solicitud para eventuales oposiciones (artículo 23, párrafo 2°, LGT). Tales autorizaciones se otorgan por un plazo máximo de 10 años prorrogable hasta por tres períodos de 5 años (15 años) más. D.3.- Permisos Los permisos (artículo 26 LGT) son otorgados por el Poder Ejecutivo, previa aprobación de la SUTEL, para las bandas de frecuencias para usos no comerciales (v. gr. operaciones de carácter temporal, experimental, científico, servicios de radiocomunicación privada, radioaficionados, etc.), oficiales Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 29 Ernesto Jinesta L. (comunicaciones entre el Estado y sus instituciones públicas) y usos para socorro, seguridad y emergencias (v. gr. frecuencias de radionavegación, seguridad aeronáutica y marítima, servicios de auxilio y ayuda, etc.). Tales permisos se conceden por 5 años renovables por períodos iguales a solicitud del interesado. 3.- Ley de fortalecimiento y modernización de las entidades del sector telecomunicaciones (LFMEPST) No. 8660 de 13 de agosto de 2008 En desarrollo de los compromisos específicos asumidos por el Estado costarricense en el TLC República DominicanaCentroamérica-EE.UU. se emitió la ley para fortalecer y modernizar los entes públicos y empresas públicas (v. gr. el ICE y sus empresas subsidiarias, tales como RACSA, CNFL S.A., la JASEC y la ESPH S.A.) que intervenían en ese sector, todo con el fin de procurar su adaptación a ese nuevo régimen de libre competencia y evitar su extinción, creando, a su vez, el sector de las Telecomunicaciones bajo la rectoría del Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (MINAET). Esos entes públicos y empresas públicas quedan habilitados por esta ley para instalar, operar redes, prestar, adquirir y comercializar productos y servicios de telecomunicaciones e infocomunicaciones, así como otros productos y servicios de información y otros en convergencia, de manera directa o mediante acuerdos, convenios de cooperación, asociaciones, alianzas estratégicas o cualquier otra forma de asociación con otros entes nacionales o extranjeros, públicos o privado (artículos 6° inciso a, LFMEPST, 6° de la Ley No. 7789 de Transformación de la ESPH de 30 de abril de 1998 y 2° de la Ley 7799 de Reforma a la ley de creación del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago No. 3300 y sus reformas de 30 de abril de 1998). El fortalecimiento y adaptación de los entes públicos y empresas públicas al nuevo régimen de apertura de las telecomunicaciones se logra, entre otras medidas, con la posibilidad que se les brinda de suscribir alianzas estratégicas con otros sujetos -de Derecho privado o público- para promover la competitividad dentro y fuera del territorio nacional (artículo 8°), Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 30 Ernesto Jinesta L. venta nacional o internacional de servicios de consultoría o asesorías (artículo 9°), implementación de prácticas comerciales usuales y legales en el mercado (artículo 10), liberalización de las políticas restrictivas de inversión y endeudamiento que tenían tales entes públicos (artículos 13 y 14), emisión de todo tipo de títulos valores o instrumentos financieros en moneda nacional o extranjera (artículo 15), un régimen flexible y especial en materia de procedimientos de contratación (v. gr. excepciones a los procedimientos ordinarios, utilización de la contratación directa y de la subasta a la baja, controles a posteriori, etc.) y contratos administrativos (v. gr. constitución de fideicomisos dentro y fuera del territorio nacional, utilización de tipos contractuales abiertos, etc.) que puedan celebrar (artículos 20 a 29), etc.8 Este cuerpo normativo reitera, entre los principios rectores del ordenamiento jurídico de las telecomunicaciones, los de beneficio al usuario y de competencia efectiva (artículo 3, incisos c y e). El artículo 7° de la LFMEPST hace una precisión importante en cuanto al proceso de apertura de las telecomunicaciones al indicar que se excluye del otorgamiento de concesiones o autorizaciones la prestación del servicio telefónico básico tradicional, salvo concesión legislativa especial, entendiéndose por tal "el que tiene como objeto la comunicación de usuarios, mediante centrales de conmutación de circuitos para voz y datos, en una red predominantemente alámbrica, con acceso generalizado a la población". Una de las reformas fundamentales que introduce la LFMEPST es la modificación de la Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos No. 7593, particularmente, la modificación al artículo 74 del último cuerpo legal citado, en el que se hace una declaratoria de interés público de suma importancia al señalar que "Considérase una actividad de interés público el establecimiento, la 8 La constitucionalidad o ausencia de vicios de forma o fondo del proyecto de Ley de Fortalecimiento y modernización de las entidades públicas del Sector de Telecomunicaciones (expediente legislativo No. 16.397), fue esclarecida por la Sala Constitucional al resolver una consulta legislativa facultativa en el Voto No. 11210-2008 de las 15 hrs. del 16 de julio de 2008. Régimen constitucional y legal de la apertura en telecomunicaciones 31 Ernesto Jinesta L. instalación, la ampliación, la renovación y la operación de las redes públicas de telecomunicaciones o de cualquiera de sus elementos", por su parte el numeral 79, párrafo 3°, de la Ley de la ARESEP declara de interés público los bienes inmuebles que por su ubicación y a juicio del MINAET sean necesarios para el establecimiento de redes públicas de telecomunicaciones o cualquiera de sus elementos, a fin de ser expropiados o de imponer las servidumbres administrativas del caso.