dades de que venimos tratando. Ya hemos apuntado la

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dos y m u y húmedos, condiciones completamente opuestas a las de las localidades de que venimos tratando. Y a hemos apuntado la conveniencia de revisar, y probablemente rectificar en algunos aspectos, el concepto en que
hoy es tenido este pino por los forestales españoles.
Dentro de las mismas Cañadas cabe hacer distinción de zonas, por razones de clima y suelo; por lo que se refiere a este último, salvo algunos pequeños ensayos en el llamado malpais, pedregal de lavas de erupciones reciente,
todos los trabajos se localizaron en terrenos del y a citado chinarral, llamado
jable; por tanto, las diferencias que se pueden apreciar entre unas y otras
parcelas son motivadas por el clima.
E n las parcelas con orientación al Norte, siempre es menos grave la sequía; si además se hallan situadas frente a las roturas o interrupciones de
la muralla del antiguo cráter, como ocurre en el Portillo de las Cañadas, se
encontrarán, a veces, invadidas por el tiempo del nivel inmediatamente inferior, registrándose precipitaciones algo más abundantes, quedando en ciertas ocasiones incluso afectadas por las brumas. Conforme nos adentramos
en el Circo, las diferencias por orientación v a n : siendo menos perceptibles,
extremándose tanto más la sequedad y adversa condición del clima cuanto
más al Sur se llegue.
E n las parcelas del tipo especial que primeramente se ha citado se realiron, con resultado bastante satisfactorio, plantaciones con Pinus radiata a
raíz desnuda; claro está que limitándolas a los contados días del año en que
ello era factible; por lo cual no cabe pensar en operaciones de este tipo para
trabajos en plan extensivo. También se utilizaron, con mejores rendimientos, los procedimientos de excepción que dejamos descritos anteriormente.
E n la parte interior del inmenso cráter antiguo, que constituye el circo
de L a s Cañadas, h a y que renunciar, desde luego, a todas las repoblaciones
de tipo normal. L a s plantaciones tendrán que hacerse a pleno sol y con un
grado higrométrico inferior al 40%, prevenidos de la probabilidad de que no
ocurran precipitaciones en un plazo de ocho o diez meses; la planta que se
utilice ha de estar en condiciones de vivir todo este período por sus propios
recursos, en un medio altamente desfavorable, hasta lograr que sus raíces
se desarrollen y extiendan por la capa húmeda y profunda del suelo.
T r a s de algunos intentos poco afortunados, se consiguió el mencionado
objetivo utilizando cestos de caña de unos 20 cm. de alto y 18 cm. de diámetro, que permiten emplear plantas con amplios cepellones; las citadas dimensiones, aun no siendo las más indicadas, son las que impone una mayor economía en la elaboración. También se ensayaron, en menor escala, cartuchos
de papel, de forma cilindrica, de unos 15 cm. de alto por 12 cm. de diámetro; los resultados fueron aceptables, aunque m u y inferiores a los obtenidos
con los cestos, no creyendo puedan considerarse compensados por la econo-
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