ÍNDICE: 1. Vida y obra de Marx. 2. Contexto histórico de la filosofía

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MARX
ÍNDICE:
Vida y obra de Marx.
Contexto histórico de la filosofía de
Marx.
Revolución Industrial.
Revoluciones obreras.
Antecedentes
de
la
filosofía
marxista.
3.1. Hegel.
3.2. Feuerbach.
3.3. Socialismo utópico.
Crítica de Marx al idealismo
hegeliano y a Feuerbach.
Materialismo histórico.
Crítica a la sociedad capitalista.
Importancia de la filosofía de Marx.
Términos.
VIDA Y OBRA.
6.
8.
2.
3.
5.
7.
1.
4.
2.1.
2.2.
Karl Marx nace en Tréveris (Prusia) el 5 de mayo de 1818. Su padre, abogado,
simpatizaba con las ideas ilustradas y liberales. En 1833 se traslada a la universidad de Bonn
para estudiar derecho. En 1836 se marcha a la universidad de Berlín para estudiar filosofía e
historia. Allí entra en contacto con los jóvenes hegelianos y empieza a profundizar en la
filosofía de Hegel. Al no poder trabajar en la universidad por las trabas políticas que se le ponía
a los hegelianos de izquierda para acceder a ella, empieza a trabajar como periodista en la
Gaceta Renana, contra la que actúa la censura en 1843. Ese mismo año, se casa y se traslada
a París, donde conoce a Proudhon y a Engels. Con este último establecerá una relación
intelectual y de amistad que durará toda su vida. Engels impulsa su interés por el estudio de los
problemas económicos, mientras que también empezó a conocer en profundidad el
pensamiento de Feuerbach. En 1845 Marx tiene que abandonar París por las presiones del
gobierno prusiano y se traslada a Bruselas, donde empieza a redactar en colaboración con su
amigo Engels, las obras en las que se plantea por primera vez su idea del materialismo
histórico. Cada vez se va implicando más en el movimiento obrero, y a causa de la revolución
de 1848 es expulsado de Bruselas. Es en 1848 cuando publica su Manifiesto Comunista. Tras
colaborar en las revoluciones de Francia y Alemania ese mismo año, se refugia definitivamente
en Londres donde permanecerá el resto de su vida. Gracias a la ayuda de Engels, pudo evitar
penurias económicas y dedicarse íntegramente a la actividad política y filosófica. Fue uno de
los fundadores de la Primera Internacional reunida en Londres en 1864, y colaboró con los
revolucionarios de la Comuna de París en 1871. Siguió publicando panfletos y dando
conferencias que alentaran el movimiento obrero hasta su muerte en 1883.
Es curioso ver cómo un hombre que creó una corriente de pensamiento tan influyente
y origen de tanto dogmatismo dijo, precisamente para mostrar su rechazo a este
planteamiento: "lo cierto es que yo no soy marxista".
Sus obras principales son:
- La crítica de la filosofía del derecho de Hegel (1844)
- Tesis sobre Feuerbach (1845)
- La ideología alemana (1845)
- Miseria de la filosofía (1847)
- Manifiesto Comunista (1848)
- Contribución a la crítica de la economía política (1859) (De aquí el texto del
comentario)
- El capital (1867)
2. CONTEXTO HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA DE MARX.
2.1. Revolución Industrial:
Hasta fines del siglo XVIII, la economía europea se había basado casi exclusivamente
en la agricultura y el comercio. Lo que hoy llamamos productos industriales eran, por
entonces, artesanía, como por
ejemplo los tejidos, que se
fabricaban en casas particulares.
Esta forma de producción se
modificó notablemente entre finales
del siglo XVIII y mediados del XIX.
El país donde comenzaron estos
cambios fue Inglaterra.
Allí se
daban una serie de condiciones que
hicieron posible que, en poco
tiempo, se transformara en una
nación industrial; lo que favoreció la
aparición
de
inventos
que
mejorasen la producción y los
transportes. Surgieron entonces los
telares
mecánicos,
que
multiplicaban
notablemente
la
cantidad y la calidad de los productos, los ferrocarriles y los barcos de vapor que trasladaron
los productos de Inglaterra. Muchos campesinos comenzaron a trasladarse hacia los centros
urbanos en busca de trabajo. En las ciudades que comenzaron a llenarse de establecimientos
industriales, las familias numerosas se veían en serias dificultades, porque siempre la cantidad
de puestos de trabajo era menor que la masa de obreros sin empleo. Los campesinos no
paraban de llegar a las ciudades y esto empeoraba las cosas: ante tanta oferta de mano de
obra, los patrones rebajaban los sueldos y hasta despedían a los que estaban trabajando para
contratar niños y pagarles menos.
La Revolución Industrial determinó la aparición de dos nuevas clases sociales: la burguesía
(los dueños de las fábricas) y el proletariado (los trabajadores). Se los llamaba proletarios
porque su única propiedad era su prole, o sea sus hijos, quienes, generalmente a partir de
los cinco años, se incorporaban al trabajo. Los patrones sacaban provecho de esta dramática
situación extendiendo las jornadas laborales hasta 15 y 17 horas diarias en fábricas que
no reunían las mínimas condiciones de seguridad e higiene y pagando, además, salarios
miserables.
Con la Revolución Industrial también crecen los conflictos sociales. A muchos capitalistas no
les importaba que sus trabajadores, a veces niños de siete años, trabajaran 12 ó 14 horas
por día en condiciones insalubres, con graves riesgos físicos. Su única preocupación era
aumentar la producción al menor costo posible, es decir, pagando el salario más bajo que
se pudiera, aprovechándose de la gran cantidad de desocupados que había. Esta situación
de injusticia llevó a la aparición de los primeros sindicatos de trabajadores y de huelgas en
demanda de aumentos de sueldo y de mejoras en las condiciones de trabajo. La unión de
los trabajadores posibilitó la aprobación de las primeras leyes protectoras de sus derechos y,
consecuentemente, el mejoramiento progresivo de su calidad de vida.
2.2. Revoluciones obreras:
En toda Europa se vive a mediados del siglo XIX un período revolucionario en el que
los trabajadores frecuentemente unen sus reivindicaciones a los movimientos políticos
burgueses que se enfrentan a la monarquía, pero poco a poco se van desligando al ver que
aquellos no defienden sus intereses. Ya en 1836 se produce la primera reacción a la situación
de opresión que vivían los trabajadores industriales en Inglaterra. Pero es en 1848 cuando se
vive el momento álgido revolucionario. Se producen revoluciones en varios lugares de Europa,
pero su exponente más significativo es la revolución de febrero en París. Se forman
manifestaciones y barricadas por toda la ciudad, el ejército dispara contra los manifestantes y
el pueblo parisino entero se subleva. Un gobierno provisional proclama la república. Luis
Bonaparte, (sobrino de Napoleón), es elegido presidente, pero ante al imposibilidad de renovar
su mandato da un golpe de estado y se autoproclama Napoleón III. La política bélica de éste
produjo entre otras consecuencias el levantamiento de la Comuna de París en 1871 en la que
participó Marx, al igual que en los movimientos obreros de 1848.
3. ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA MARXISTA.
3.1. G. W. Hegel (1770-1831):
Hegel elaboró el último gran sistema filosófico, es decir, un intento de explicar
la realidad en su conjunto y de analizar la estructura interna de la misma como algo racional y
metódico. Es el principal representante del idealismo alemán, corriente filosófica heredera del
pensamiento kantiano. Kant como todo gran filósofo, dejó una herencia filosófica muy
importante que recogieron un buen número de pensadores, o bien para profundizar en lo
expuesto por el maestro, o bien para desarrollarlo o incluso corregirlo. En esta última línea es
en la que se encuadra el idealismo alemán que parte de la afirmación kantiana de la diferencia
entre fenómeno y noúmeno que Kant realiza al final de su “Analítica Trascendental”.
Recordemos que para Kant sólo conocemos realmente aquello que se nos aparece como
fenómeno, pero el hecho de que se nos aparezca implicaría que existe una “cosa en sí”
(noúmeno) pero que nunca podremos llegar a conocer como tal. Ahí se encuentra el límite de
nuestro conocimiento. Para el idealismo alemán, en este punto radica el error de Kant, es decir,
si afirmamos la existencia de lo incognoscible, de alguna manera estamos diciendo que lo
conocemos. Sería una contradicción en el propio pensamiento kantiano. Decía Fichte (uno de
los representantes del idealismo alemán) al respecto que el sistema kantiano era como un
“hierro de madera”… A partir de aquí los idealistas comienzan a afirmar que no existe la cosa
en sí, el noúmeno, lo incognoscible, el objeto en sí mismo, por lo que toda la realidad coincide
con el sujeto y esto, por tanto se convierte en absoluto. De este modo el idealismo afirma que
toda la realidad es cognoscible como sujeto, y que tiene las características del sujeto. Es
importante aclarar en este punto que cuando hablamos de sujeto en este contexto, no
entendemos al sujeto como individual, particular, sino a una especie de conciencia
cognoscente que lo abarcaría todo, por eso es absoluto. A este sujeto también se le puede
considerar como idea o pensamiento, y el idealismo hegeliano le llama ESPÍRITU.
Así pues, para Hegel, la realidad es espíritu, y este espíritu cambia y evoluciona
constantemente. Tiene las características del sujeto/conciencia/pensamiento/idea, y por
tanto es racional. Por eso Hegel afirma: “Todo lo racional es real, y todo lo real es racional”.
Para entender la manera en que la realidad se transforma es necesario usar la razón, y a
través de ella, Hegel encuentra un método que le da la clave interpretativa y explicativa de
los cambios de la realidad. Este método se llama DIALÉCTICA. La dialéctica se explica como
un conflicto o contraposición que se presenta en la realidad y que al enfrentar elementos
opuestos le permite avanzar y evolucionar. Este movimiento dialéctico se presenta a partir
de tres momentos fundamentales: la tesis o afirmación de algo, la antítesis o su negación, y
la síntesis o la superación del enfrentamiento entre tesis y antítesis. La dialéctica, pues, para
Hegel, tiene un sentido positivo, puesto que explica el desarrollo del pensamiento y la realidad
hacia el progreso. Otro de los conceptos importantes para entender la filosofía de Hegel es el
de ALIENACIÓN. Ésta forma parte del movimiento dialéctico, puesto que hace referencia a la
negación de la esencia de algo. Lo que deja de ser lo que es para ser otra cosa, para negarse
a sí mismo, se aliena. Hegel explica este proceso en la idea (razón), que ha de negarse a sí
misma a través de la sensibilidad para evolucionar y convertirse en espíritu absoluto. Para
Hegel la alienación es necesaria para el desarrollo de la idea, de la realidad, de la historia, del
ser humano. No es, sin embargo, más que un momento que ha de ser superado para alcanzar
el verdadero progreso.
Es necesario hacer referencia también a la importancia de la religión en el pensamiento
hegeliano. Para éste, la religión es un paso fundamental en la consecución del espíritu
absoluto, junto con el arte y la filosofía. Para Hegel es la religión cristiana la que alcanza esta
importancia y Dios sería el todo, la idea en sí que todo lo abarca, pura indeterminación.
La filosofía hegeliana, igual que había ocurrido con la kantiana, deja un gran legado y
supone una enorme influencia para toda la filosofía posterior. Sus seguidores inmediatos
rápidamente se enfrentan a partir de sus distintas interpretaciones del pensamiento hegeliano,
sobre todo desde el punto de vista político. Así surge la derecha hegeliana (que defiende el
conservadurismo político de la época y el cristianismo más ortodoxo) y la izquierda hegeliana,
a la que pertenecerán, entre otros, Feuerbach y Marx.
3.2. Ludwig Feuerbach (1804-1872):
Uno de los principales representantes de la izquierda hegeliana, critica el espiritualismo
de Hegel así como su visión de la religión. Por una parte propone una visión materialista de la
realidad y, por otra, la transformación de la teología hegeliana en antropología.
El MATERIALISMO de Feuerbach surge a partir de la crítica que éste realiza a la visión
demasiado teórica y abstracta de la realidad de la filosofía hegeliana. Para Feuerbach, lo
sensible (no lo racional) constituye la verdadera naturaleza de la realidad.
Por otra parte, Feuerbach, en contraposición a lo que pensaba Hegel, piensa que Dios es
una ficción, una mentira. Considera que la figura de Dios no es más que una proyección de
la esencia del ser humano con sus atributos en el nivel máximo de perfección. Todo aquello
a lo que el ser humano aspira se plasma de forma objetiva como algo real en la figura divina.
Por esto, la religión supone la ALIENACIÓN del ser humano, puesto que le hace perder su
esencia otorgándosela a un ser que crea y al que se somete. Esta alienación es negativa,
ya que sólo sirve para poner de manifiesto la miseria humana, su imperfección frente a un
ser perfecto, su pequeñez, su imposibilidad de realizarse de forma plena. Para Feuerbach, la
esencia del cristianismo es la búsqueda por parte del ser humano de su propia esencia, y el
progreso de la religión concluye en el momento en que conquista su esencia al descubrir lo que
verdaderamente la religión significa como antropología.
3.3. Socialismo utópico:
Se denomina socialismo utópico al conjunto de doctrinas sociales propuestas por
pensadores como Saint-Simon, Owen, Fourier o Proudhon. Presentaban las características
siguientes:
- criticar la sociedad industrial y la forma de organizar el trabajo.
- defender las ideas de igualdad y fraternidad entre los seres humanos.
- proponer un reparto comunitario de los bienes y la vida comunitaria en armonía con la
naturaleza.
- criticar a la propiedad privada.
El nombre de “utópicos” se lo pusieron Marx y Engels a este grupo de pensadores en su
Manifiesto Comunista para referirse a estos programas de cambio social de inspiración
rousseauniana y romántica, sobre todo por su carácter idealista y sus propuestas difíciles de
llevar a la práctica, a pesar de que en algunos casos se intentó como en las comunidades
de obreros de Fourier, a las que llamó “falansterios”. Para Marx, además estas propuestas
carecen de rigor crítico, ya que, en el fondo, comparten los supuestos de la economía de
mercado y proponen sólo una reforma parcial del sistema de producción. En este sentido,
considera que simplemente se limitan a hacer una labor humanitaria o moralizante. Lo que sí
valoraría Marx, sería su dimensión práctica, es decir, el interés por aplicar aquello que habían
planteado como remedio para la sociedad desde el punto de vista teórico. Por contraposición
a socialismo utópico, Marx propone un riguroso examen científico del capitalismo y un análisis
de las leyes socio – económicas de la historia. Por ello, frente al socialismo utópico llamó a su
socialismo, socialismo científico.
4. CRÍTICA DE MARX AL IDEALISMO HEGELIANO Y A FEUERBACH.
“Hasta ahora los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, pero de lo que se
trata es de cambiarlo.” (Tesis sobre Feuerbach)
La crítica fundamental que Marx hace de sus antecesores parte de lo que él considera exceso
de planteamiento teórico y ausencia de intencionalidad o aplicación práctica. Quizás desde
Platón no se encuentra un filósofo que tuviera un interés en hacer uso de la filosofía como
herramienta para cambiar el mundo como lo tuvo Marx. Pero su pensamiento no surge de la
nada, y como hemos visto, hay filósofos que han tenido una importancia enorme en su obra,
tanto por lo que Marx ha asumido de ellos, como por lo que ha rechazado o transformado.
Desde el punto de vista de lo que ha asumido, podemos señalar en el caso de Hegel la
condición dinámica de la realidad entendida como proceso dialéctico, y la importancia de la
alienación para explicar la realidad. Sin embargo, como veremos, interpreta de un modo muy
diferente estos conceptos. Asimismo, podemos decir que de Feuerbach asume su concepción
materialista de la realidad, frente al idealismo hegeliano, así como su crítica a la religión.
Para Marx, sin embargo, la dialéctica hegeliana se ha alejado de la realidad del mundo y del
ser humano, puesto que sólo los considera como parte del desarrollo del espíritu. Por eso
sustituye el idealismo hegeliano por materialismo (como ya había hecho Feuerbach), ya que
para Marx la realidad es materia y no espíritu. Materia entendida como lo sensible, que a su
vez es cambiante no inmutable, y que está condicionado por las circunstancias en que el ser
humano se encuentra, en función de sus necesidades y de los medios que tenga para
satisfacerlas. Con respecto al concepto de alienación, Marx lo aplica directamente a la
situación en que se encuentra el ser humano en la sociedad capitalista, es decir, tiene un
enfoque mucho más práctico y concreto de lo que había sido Hegel al hacer referencia a la
alienación como un momento del desarrollo del espíritu. Además Marx considera la alienación
como algo negativo y no un momento intermedio que se superará de manera natural siguiendo
el curso dialéctico de la historia como pensaba Hegel, sino que hay que superarlo
transformando de manera radical la realidad a través de la revolución. También comparte con
Feuerbach la crítica que éste hace de la visión hegeliana de la religión, y la considera, además
de una forma de alienación del ser humano, el “opio del pueblo”, es decir, una herramienta de
los poderosos para hacer olvidar a los trabajadores su condición de explotados con la promesa
de una vida mejor después de la muerte, y haciéndoles aceptar de manera resignada la
injusticia que les ha tocado sufrir en la vida terrenal. Por eso considera que es necesario
acabar con ella para evitar todos los males que causa.
A pesar de todo lo que comparte con Feuerbach en su crítica a Hegel, hay aspectos de la
filosofía de aquel con los que Marx no está de acuerdo. Para Feuerbach el origen de la miseria
humana se encontraba en la religión, pero no advirtió, según Marx, que la raíz de esa miseria
es fundamentalmente de orden económico. Por otra parte, critica de Feuerbach, que igual que
Hegel quedó atrapado en la filosofía teórica, sin darse cuenta de que la solución a la alienación
humana debe plantearse desde la práctica, desde la transformación de la realidad social. Para
Marx, Feuerbach es un burgués. Está de acuerdo con él en el cambio del idealismo hegeliano
por un planteamiento materialista, pero no comparte su idea de materialismo. Para Marx,
el materialismo de Feuerbach es estático, ya que considera la realidad como un objeto de
observación. Es necesario, pues, describir el dinamismo de la materia, que es dialéctico. Por
eso considera su materialismo dialéctico. Éste consiste en explicar el desarrollo y evolución
de la naturaleza, de toda la realidad entendida como algo dinámico.
5. MATERIALISMO HISTÓRICO.
El materialismo histórico constituye una continuación del materialismo dialéctico, puesto
que la historia, construida por los seres humanos, forma parte de la naturaleza. Según el
materialismo histórico, la realidad económica es la base de la historia. Esto significa que el
resto de realidades (política, religión, arte, filosofía, etc.), dependen de la economía. No es el
pensamiento el que determina la realidad económica, sino que es la realidad económica la
que determina la forma de pensar, las ideas, creencias, costumbres, etc. Los seres humanos
viven en sociedad, y su situación económica depende del tipo de trabajo y de las condiciones
laborales en las que se encuentren. El análisis de la sociedad da como resultado dos capas
que la constituyen: la infraestructura y la superestructura.
La infraestructura hace referencia a la estructura económica de la sociedad, a su modo de
producción. Tiene que ver con la organización productiva. Según el materialismo histórico,
éste es el nivel fundamental a partir del cual se explica verdaderamente cada sociedad y cada
época, así como su evolución histórica. La estructura económica está compuesta por:
1. Las fuerzas de producción, es decir, la capacidad de producción o trabajo real que
tienen las personas. A partir de aquí se diferencian las dos clases sociales propias
del sistema capitalista: capitalistas o burgueses y proletarios. Los primeros serían los
dueños de los medios de producción, mientras que los segundos sólo contarían con su
fuerza de trabajo:
1.1.
Medios de producción: conjunto de elementos no humanos necesarios para la
producción (maquinaria, fábricas, tierras, materias primas, etc.) En el sistema
capitalista están en manos de los burgueses.
1.2.
Fuerzas de trabajo: mano de obra que ocupa el proletariado.
2. Las relaciones de producción: estas relaciones no son libres, sino que están
determinadas por la actividad económica a través del trabajo. Estas relaciones
constituyen la forma vigente de organización social que tiende a conservar el dominio
de la clase explotadora (burgueses) sobre la explotada (proletarios).
La superestructura hace referencia a determinadas formas de conciencia social que se
construyen sobre la base económica que forman las fuerzas productivas. Se trata de un
sistema de instituciones sociales, jurídicas y culturales que responden, según Marx, a una
determinada situación de las personas y de las clases sociales dentro del proceso productivo.
La superestructura estaría integrada por una red de instituciones sociales e ideológicas a
través de las cuales los seres humanos tomarían conciencia de los conflictos y aparentemente
los resolverían en el plano de las ideas filosóficas, religiosas o políticas con el objetivo de
conservar el poder establecido. Marx cree que todas estas instituciones dependen de la
infraestructura económica.
6. CRÍTICA A LA SOCIEDAD CAPITALISTA.
En el sistema burgués capitalista se produce una alienación de la clase trabajadora. ¿Qué
entiende Marx por alienación? El ser humano se diferencia del resto de los animales porque
es libre, es dueño de su actividad, y la actividad propia, esencial y distintiva del ser humano
es el trabajo. Por tanto, el trabajo será lo que nos permita realizarnos como seres humanos.
Sin embargo, en la sociedad capitalista, el trabajador, en vez de realizarse, se pierde y se
empobrece. Esto es debido a que en este tipo de sociedad, en vez de ser dueño de su propia
actividad y proponerse sus propias metas, se ve obligado a vender su fuerza de trabajo y a
someterse a las exigencias del sistema. Los bienes que el trabajador produce no le pertenecen
a él, sino al dueño de los medios de producción. En este contexto, el obrero deja de ser
persona para convertirse en una herramienta más del proceso productivo. La situación de
alienación que sufren los trabajadores es el resultado propio de la estructura de la sociedad
capitalista. Sólo cambiando el sistema se devolverá al ser humano su esencia y se alcanzará
una organización social justa.
El capitalismo impone unas condiciones de vida insoportables para la mayor parte de la
humanidad y hace inevitable el enfrentamiento que conseguirá la emancipación de los
trabajadores. Estas condiciones de vida están generadas por el afán del capitalista de generar
riqueza a toda costa, y para ello ha de aumentar el valor de los bienes producidos
convirtiéndolos en mercancía. Para Marx, todo bien tiene un valor, en primer lugar el que le
otorga su capacidad de satisfacer una necesidad humana. A este valor le llama valor de uso.
Sin embargo, en la sociedad industrial esto cambia, puesto que el interés de un producto está
en su capacidad para generar beneficio. Éste se alcanza cuando su valor supera su coste de
producción y el mercado dicta lo que vale. Entonces el producto se convierte en mercancía y
su valor ya no es de uso, sino de cambio. Para que el beneficio sea aún mayor, si lo que
cuesta la mano de obra que produce, es decir, el salario que se le paga al trabajador, es
mínimo, generamos más riqueza para el capitalista. Este beneficio que se obtiene a partir de la
explotación de los trabajadores es lo que Marx llama plusvalía. Esta situación insostenible hace
necesaria la acción del proletariado para revertir la situación, por lo que ha de enfrentarse a la
clase burguesa. Este enfrentamiento que tiene como objetivo eliminar la propiedad privada de
los medios de producción es la lucha de clases. “La historia de todas las sociedades que han
existido hasta nuestros días es la historia d la lucha de clases” (Manifiesto comunista). La
sociedad se va dividiendo en dos grandes clases que se enfrentan directamente: burguesía y
proletariado. Para Marx esta lucha de clases supone, en primer lugar, tener conciencia de
clase, es decir, aceptar los intereses comunes de los trabajadores de modo que formen un
grupo social unido y consciente de su situación y de su poder. Además es necesario que los
trabajadores actúen unidos para lo que deben organizarse en un partido obrero que forme
parte de una organización internacional, puesto que el obrero no tiene patria. De ahí el lema:
“Proletarios de todos los países, uníos.” Este partido único es el que tomará el poder
sustituyendo al Estado burgués cuando triunfe la revolución proletaria, y establecerá la
democracia verdadera, puesto que ya no habrá un sistema en el que una clase oprima a otra,
sino que la totalidad de los medios de producción estarán en manos de los proletarios y
triunfará una sociedad de seres humanos libres e iguales sin clases sociales. A la dominación
política del proletariado le llamó Marx dictadura del proletariado. Su fin sería el de “ir
arrancando a la burguesía todo el capital para centralizar todos los instrumentos de producción
en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante, y para
aumentar con la mayor rapidez posible la suma de las fuerzas productivas.” (Manifiesto
comunista) Hace referencia al tipo de Estado correspondiente al período de transición del
capitalismo al socialismo. Se trata de una dictadura en el sentido de que se trata de un poder
que no se apoya en leyes ni elecciones, sino directamente en la fuerza del proletariado
armado. Su objetivo consiste en reprimir a las clases o grupos sociales que se oponen a la
realización del socialismo. La construcción del socialismo no puede alcanzarse de golpe.
Exige un largo período de transición, por varios motivos. Reorganizar la producción representa
una tarea difícil, se necesita tiempo para introducir cambios sustanciales en todos los ámbitos
de la vida y sólo con una lucha tenaz y prolongada puede superarse la costumbre de dirigir la
economía de un modo burgués.
A partir de ahí se propondrían una serie de medidas políticas para llevar a la práctica esta
revolución, como por ejemplo:
- trabajo obligatorio para todos.
- Centralización en manos del Estado de todos los medios de transporte.
- Abolición de la herencia.
- Centralización del crédito en manos del Estado.
- Educación pública y gratuita para todos los niños.
En consecuencia, “el ser humano será hermano del ser humano, todos derechos iguales
tendrán y el mundo será un paraíso, patria de la humanidad” (La Internacional)
7. IMPORTANCIA DE LA FILOSOFÍA DE MARX.
Si hay un filósofo que ha tenido una influencia real en la vida de millones de personas
corrientes, es decir, en personas que no se dedican a la filosofía, seguramente éste es Marx.
Su pensamiento se convirtió rápidamente, ya a lo largo del siglo XIX, en una esperanza de
cambio y de justicia social para mucha gente que estuvo dispuesta a luchar, e incluso a dar su
vida, por esas ideas. Gracias a esa gente, en nuestra sociedad actual existen unos derechos
mínimos para los trabajadores, existen sindicatos que los defienden, hay educación para todo
el mundo, la sanidad y la cultura son derechos fundamentales y no privilegios de unos pocos…
Por otro lado, esas mismas aspiraciones de conseguir un mundo mejor para todos, llevaron a
instaurar regímenes comunistas en muchos países que querían crear sociedades sin clases y
sin injusticia y acabaron convirtiéndose en tiranías terribles. Estamos hablando de los países
que se adhirieron al comunismo a partir de la revolución rusa de 1917, y que se situaron en la
órbita política de la Unión Soviética. Esta forma de organización política y social, ese control
absoluto sobre la vida de las personas y la falta de libertad, marcaron los destinos de millones
de personas a lo largo del siglo XX. Asimismo, también se produjo un sistema de bloques
que fue conocido como la Guerra Fría que condicionó la vida política de buena parte del siglo
XX, que produjo la proliferación de armas nucleares, la tensión bélica durante décadas y que
sólo terminó con la simbólica caída del Muro de Berlín en 1989. Todo este intento de llevar a
la práctica las ideas de Marx, de llevar a cabo la revolución, fracasó estrepitosamente, y ello
llevó consigo el desprestigio de la filosofía marxista. Sin embargo, si analizamos, sin dejarnos
condicionar por la historia, la crítica que hizo de la sociedad capitalista, vemos que su análisis
sigue aún hoy en día totalmente vigente. Seguimos viviendo en un mundo en el que los ricos
son cada vez más ricos gracias al trabajo y a la explotación de millones de trabajadores.
En un mundo en el que para que una parte reducida pueda tener un nivel de vida muy alto,
otros tienen que morir de hambre. En el que la avaricia de unos pocos provoca grandes crisis
como la actual y que pagan los trabajadores perdiendo su empleo y su medio de subsistencia,
mientras los culpables son protegidos por el poder político. Ese es el mundo en el que vivimos,
y si Marx tuviera la oportunidad de conocerlo seguramente pensaría que sigue haciendo falta
cambiarlo todo…
8. TÉRMINOS.
1. Capital: Valor que se revaloriza. La forma inicial del capital es una determinada
cantidad de dinero cuya utilización en el proceso productivo capitalista permite a
su dueño obtener una cantidad mayor que la inicial. El dinero sirve para comprar
maquinarias y materias primas por una parte (medios de producción), y fuerza de
trabajo por la otra, o lo que es lo mismo: capital constante (no modifica su valor
en el proceso de producción), y capital variable (cambia su valor en el proceso de
producción). Una vez que posee capital constante y variable, el capitalista puede
organizar la producción de un determinado bien; el valor de una unidad de ese bien
debe ser mayor que la suma de las partes de capital constante y variable que se han
usado en su producción. De esta forma, cuando todo el capital constante y variable
adquirido haya sido gastado, o sea cuando las máquinas estén tan desgastadas que no
pueden seguir siendo utilizadas, cuando hayan sido consumidas las materias primas y
cuando haya vencido el contrato de los trabajadores, el dinero obtenido por la venta de
lo producido ha de ser mayor que el invertido originalmente. En este sentido sostiene el
marxismo que el capital es un valor que se revaloriza.
2. Alienación: estado en el que el individuo se ve desposeído de su propio yo
haciendo imposible su propia realización. Esta alienación se pone de manifiesto en
la historia ya que en sus distintas etapas se observa cómo ha sufrido un proceso de
deshumanización constante. Hay dos tipos de alienación: económica e ideológica.
- Alienación económica o infraestructural: consiste en la alienación del trabajo,
en el hecho de que el trabajador, en lugar de realizarse o perfeccionarse con
el trabajo, se despersonaliza y pierde su auténtica realidad humana. Para
terminar con este tipo de alienación Marx propone la abolición de la propiedad
privada de los medios de producción.
- Alienación ideológica o superestructural: consiste en la deformación de las
ideas y las creencias de los individuos. En ella se puede distinguir la alienación
social, política y religiosa. La primera (social) hacer referencia a la división
de la sociedad en clases antagónicas. Marx propone la eliminación de todas
las clases sociales por medio de la revolución. La segunda (política) hace
referencia al sometimiento que impone el estado a la clase poderosa que es
la que lo dirige. Para combatir esto, Marx propone el internacionalismo de la
clase trabajadora eliminando el estado y convertir el mundo entero en patria de
la humanidad. La tercera (religiosa) consiste en la evasión de la realidad hacia
otro mundo ilusorio, que sirve como consuelo de las injusticias de este mundo,
pero que impide la lucha por la justicia social, por eso Marx estaba contra todas
las religiones.
La alienación económica es la que está en la raíz de todas las demás. Cuando
desaparezca la alienación económica, desaparecerán todas las demás.
3. Valor: los productos tienen dos tipos de valor; el valor de uso y el valor de cambio.
- valor de uso: consiste en las cualidades o capacidades de un producto para
satisfacer una necesidad humana. Desde el punto de vista de su utilidad, en su
valor de uso, las mercancías no son intercambiables, ya que, por ejemplo, si
tengo hambre, de nada me vale una joya, sólo sirve el alimento, aunque sea un
trozo de pan. Por ejemplo: el valor de uso del agua consiste en su capacidad
para apagar la sed, bañarse, etc.
- valor de cambio: consiste en el precio que los bienes adquieren en mercado
teniendo en cuenta lo que cuesta producirlo. De esta forma los productos se
convierten en mercancía, puesto que en la sociedad capitalista el valor de uso
se sustituye por el valor de cambio. Al convertirse la mercancía en dinero ya se
pierde la referencia al trabajo y aparece el fetichismo del valor: el dinero vale
por sí mismo. Al pensar en el valor de una mercancía ya sólo se piensa en su
precio de compra o venta en el mercado.
4. Infraestructura-superestructura: (ver apuntes)
5. Trabajo: actividad propia y esencial del ser humano. Lo que le distingue del resto de
seres. (ver apuntes y relacionar con alienación)
6. Plusvalía: es la diferencia entre el valor de cambio de los bienes producidos por un
trabajador y el salario que éste percibe por su trabajo. La plusvalía sería el beneficio
del capitalista. En la sociedad capitalista el trabajo es una mercancía que se compra y
se vende según la ley de la oferta y la demanda. El obrero vende su fuerza de trabajo y
el capitalista la compra pagándole por ella un salario. Para aumentar su beneficio, esto
es, la plusvalía, el capitalista puede explotar al trabajador, o bien pagándole un salario
menor o haciéndole trabajar más horas. (relacionar con valor)
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