CESANTÍAS, PAGO DE INTERESES, ORDEN JUDICIAL Concepto 2005048422-001 del 22 de diciembre de 2006. Síntesis: Los interrogantes sometidos a consideración derivan del proceso de liquidación de una sociedad conyugal y de una orden judicial y escapa a la órbita de competencia de esta Superintendencia adoptar decisión alguna en la medida en que, en estricto sentido, la administradora cumplió la orden judicial que le fuera dada y, en consecuencia, resulta procedente acudir a la autoridad judicial a fin de que, en el marco de su competencia, dirima la inconformidad planteada con relación al pago de una cesantía. «(…) solicita que esta Superintendencia ordene a una entidad administradora de cesantías “que cumpla con el pago de unas cesantías (…)” partiendo de los siguientes I. Hechos. A. La consultante señala que dentro de la partida del haber social producto de la separación de bienes de (…) y (…) se incluyeron las cesantías causadas a enero de 1990 1 . Luego de 12 años, el juzgado de conocimiento aprobó la participación y adjudicación sobre dichas sumas en un porcentaje del 50% para cada uno de los cónyuges a razón de $584.357.69 para cada uno. B. No obstante lo anterior y después de 15 años de causadas las cesantías, el Fondo Nacional del Ahorro consigna a ordenes de la beneficiaria una suma igual a la que había sido reportada en el año 1990, por lo cual se consideró pertinente solicitarle al FNA el pago de los intereses causados desde el momento de la consignación de las cesantías, toda vez que dichas sumas permanecieron “intactas en el haber del Fondo, sin medida cautelar o petición alguna por parte del cotizante”. C. El FNA respondió que no podía girar sino lo ordenado por el juzgado, “pero cuando el Juzgado impartió aprobación no sabía ni contaba con cuanto tiempo hacia adelante iba a ser pagada dicha hijuela por el Fondo Nacional del Ahorro”. D. En razón de lo anterior, se le solicitó al Juzgado ordenar el pago de los intereses causados sobre las cesantías, por las razones expuestas, autoridad que consideró que “no es dable ni procedimental impartir dicha orden porque el proceso está terminado”. II. Consideraciones. (…) 1 Según se expone en el escrito de consulta, la suma inicial corresponde a $1.168.715.38 Es importante diferenciar las funciones que por ley corresponden a esta Superintendencia, señaladas en los Decretos 663 de 1993 y 4327 de 2005, de las que le competen a las autoridades judiciales, en este sentido es claro que a esta Entidad de Control no le corresponde reconocer derechos o señalar responsabilidades, toda vez que tales atribuciones residen en forma exclusiva a la rama judicial del poder público. En adición a lo anterior es importante recordar lo señalado en el artículo 305 del Código de Procedimiento Civil, cuyo tenor literal es el siguiente: “La sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda y en las demás oportunidades que este código contempla, y con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley. “No podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto distinto del pretendido en la demanda, ni por causa diferente a la invocada en ésta. “Si lo pedido por el demandante excede de lo probado, se le reconocerá solamente lo último (…)”. Así las cosas, el juez tiene la obligación de pronunciarse sobre todo lo que se le ha pedido, guardando consonancia con lo demandado, de manera tal que si dentro de las pretensiones de la demanda no se incluyen todos aquellos aspectos respecto de los cuales se pretende el pronunciamiento judicial, estos no podrán ser incluidos en la sentencia y, eventualmente, deberán ser objeto de un nuevo proceso judicial. Corolario de lo anterior, toda vez que los interrogantes sometidos a consideración de este Despacho derivan del proceso de liquidación de una sociedad conyugal y de una orden judicial, escapa a nuestra órbita de competencia adoptar decisión alguna en la medida en que, en estricto sentido, la administradora cumplió la orden judicial que le fuera dada y, en consecuencia, resulta procedente acudir a la autoridad judicial a fin de que, en el marco de su competencia, dirima la inconformidad planteada en su escrito. (…).»