sobre la buena y mala voluntad

ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS,
ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C.
Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004
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SOBRE LA BUENA Y MALA VOLUNTAD
P
or estos días del mes de diciembre, la idea de Buena Voluntad se menciona en las tarjetas
de Navidad, en los servicios religiosos, en los villancicos, en los himnos, etc. En los
Evangelios el mensaje de los Ángeles en el Nacimiento de nuestro Señor el Cristo, es: “Paz
en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Esto quiere decir que la Buena Voluntad proviene
de un Ser situado más alto que los seres humanos comunes y corrientes.
El mensaje de Buena Voluntad se relaciona con la idea de Seres más elevados y así mismo
con la Paz Interior; esto significa que la Paz Interior tiene que ver con la Buena Voluntad. Pero,
¿cómo podemos tener Buena Voluntad los unos para con los otros? Una cuestión debe ser
comprendida por todos nosotros, a saber, que no podemos tener Buena Voluntad tratando de
fingir amar a la gente. Millones de personas pretenden tener Buena Voluntad para con otras
personas violentándose a sí y, sin embargo, si se auto-observaran, descubrirían que están llenas
de “serpientes furiosas” y se contentan con llevar exteriormente la idea de Buena Voluntad sin
que intervenga para nada su aspecto interior.
¿Qué enseña el Trabajo con respecto al cambio de Mala Voluntad por Buena Voluntad? Si
pasáramos ahora de ser un simple ser Tri-cerebrado (una máquina de tres cerebros: intelectual,
Emocional y Motor-instintivo-sexual) y nos convirtiéramos en un Hombre Real (que hayamos
fabricado los Cuerpos Celestiales: Natural, Espiritual y Divino, como dice san Pablo; o Astral,
Mental y Causal como los denomina el Gnosticismo), entonces obtendríamos la Buena
Voluntad.
Las gentes no entienden lo que significa la “Buena Voluntad”. Si aniquilaran
intencionalmente al Demonio de la Mala Voluntad, entonces la Tierra se convertiría en un Edén;
cada cual aprendería a respetar el libre albedrío de sus semejantes. Pero, desgraciadamente,
todos los seres humanos quieren dominar a sus semejantes, subir, trepar al tope de la escalera,
hacerse sentir.
El abominable demonio de la Mala Voluntad reina poderoso sobre la faz de la Tierra.
Escrito está que cualquiera de nosotros lleva adentro al horrendo Demonio de la Mala Voluntad,
conocido en el Esoterismo Crístico como Caifás, el Tercer Traidor de Nuestro Señor el Cristo.
Si Judas, el pavoroso demonio del Deseo, es tan depravado; si Pilato el tenebroso demonio de la
mente, es tan espeluznante, que nos causa dolor con sus indignas justificaciones y lavatorios de
las manos… ¿Qué diremos del horrendo Caifás? Quien elimine a este Tercer Traidor conseguirá
la Buena Voluntad.
En el “Libro de los Muertos” del antiguo Egipto, dice: “Los dioses me concedan tu trono,
¡OH RA! Así como tu Cuerpo glorioso. Tu ruta, yo la recorro; y al alba rechazo al demonio
Nebt (en el cristianismo Caifás) que llega disimulado detrás de una cortina de llama (pasiones
animalescas) y, en el estrecho y largo corredor (se refiere a las pruebas esotéricas), me ataca de
improviso. En verdad yo he sido prevenido de antemano en lo que respecta a los peligros que
me esperaban. He aquí que tomo asiento en la barca de RA, y que recibo las ofrendas que me
son debidas”.
La Buena Voluntad es Voluntad Cristo. Esta clase de Voluntad se logra liberándola de las
cosas terrenales, y se entrega totalmente en los brazos del Padre Nuestro. Mucho se ha escrito
sobre la Voluntad, pero jamás nadie había estudiado los grandes Misterios de la Voluntad
Cristo. Debemos cuidarnos de la “Mala Voluntad”, pues, esta última en sí misma es la fuerza de
Satán, deseo concentrado. La Mala Voluntad siempre enciende por doquiera hogueras de
discordia y por ella millones de seres humanos se lanzan a la guerra
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LA DIFERENCIA ENTRE UNA MÁQUINA HUMANA
Y UN HOMBRE REAL
U
na de las ideas fundamentales del Trabajo Psicológico Gnóstico, es que el ser humano, tal cual lo
conocemos, no es un ser perfecto. La naturaleza lo desarrolla hasta cierto punto y luego lo
abandona, dejándole proseguir su desenvolvimiento por su propio súper-esfuerzo, o vivir y morir
como nació, o aun degenerar y perder su capacidad de Auto-realizarse.
La Revolución del ser humano significa el desarrollo de cualidades y características interiores que
habitualmente permanecen embrionarias y que no pueden desarrollarse por sí solas. Ahora bien, ¿por qué
no todos los seres humanos pueden auto-desarrollarse y tornarse en seres diferentes? La respuesta es muy
simple: Porque no lo anhelan; porque nada saben acerca de ello, y aun si se les dice, no podrán
comprenderlo antes de haber sido largamente preparados.
La idea esencial es que para convertirse en un ser diferente el ser humano debe anhelarlo
profundamente y durante toda su vida. Una aspiración pasajera o vaga no creará un impulso
suficientemente. La revolución del ser humano depende de su comprensión de lo puede alcanzar y de lo
que puede dar para eso. Si el ser humano no lo anhela, o no lo anhela intensamente y no realiza los súperesfuerzos necesarios, no se Auto-realizará jamás. No hay, pues, en ello injusticia alguna. ¿Por qué habría
de tener el ser humano lo que no anhela? Si el ser humano fuese forzado a convertirse en un ser diferente
cuando está satisfecho con lo que es, entonces sí habría injusticia.
Tornarnos en un ser diferente es adquirir numerosas cualidades nuevas y facultades anímicas que
antes no poseíamos, pero que nos atribuimos, o sea, debemos desarrollar en nosotros las cualidades que
creemos poseer y sobre lo que nos forjamos los dignos propósitos. Uno de los poderes que se arroga el
ser humano es la de HACER. Y la fantasía de esta situación se debe a la idea falsa que tiene sobre sí de
ser ya un Hombre Real. Pero verdaderamente no es Hombre, sino que es una máquina.
¿Qué quiere decir: el ser humano es una máquina? Quiere decir que no tiene acciones
independientes ni interior ni exteriormente. Es una máquina puesta en movimiento por influencias y
choques exteriores. Todos sus movimientos, actos, palabras, ideas, emociones, humores y pensamientos
son provocados por influencias exteriores. Por sí mismo en tan sólo un autómata con cierta provisión de
recuerdos, de experiencias anteriores…
Y esto significa que el ser humano nada puede Hacer. Pero él no lo advierte y se atribuye la
capacidad de Hacer. Es el primero de los falsos poderes que se arroga. Debemos comprender esto con
toda claridad: “El ser humano nada puede Hacer” Todo lo que cree Hacer, en realidad le sucede. Esto
ocurre exactamente como cuando “llueve”, “niebla” o “truena”. Es decir, piensa, lee, escribe, ama,
ostenta, emprende guerras, combate, etc., pero en realidad todo eso le sucede.
El ser humano no puede pensar, hablar ni moverse como quiere. Es una marioneta tirada aquí y allá
por hilos invisibles. Si lo comprende así, puede aprender mucho más sobre sí mismo, y tal vez entonces
las cosas comiencen a cambiar para él. Pero si no puede admitir ni comprender su evidente mecanicidad,
o si no quiere aceptarla como un hecho, ya no puede aprender más y las cosas no pueden cambiar para él.
El ser humano es una máquina, pero una máquina muy especial, pues, si llega a captar que todavía
no es Hombre, cuestión dificilísima y digamos casi imposible, podrá trabajar sobre sí con su simiente y
fabricará los cuerpos Astral, Mental y Causal que lo convertirán en Hombre, en un ser superior. Con el
último cuerpo, el Causal, llamado también Voluntad Consciente, podrá Hacer, tendrá ese poder. Sólo el
ser que tenga el Cuerpo Causal tendrá Buena Voluntad y será un Hombre con la capacidad de realizar
actos, pensamientos, sentimientos, etc., conscientes…
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LEY DE EPIGÉNESIS Y LA LEY DE RECURRENCIA
U
n tema muy interesante en nuestros estudios y que de ninguna manera nos conviene
olvidar es el del Cuerpo Causal o Cuerpo de la Voluntad Consciente; este Cuerpo es el
tercero que fabrica el Adepto Gnóstico a través de la Suprasexualidad, es decir, con la
clave: “Conexión Lingam-Yoni sin eyacular jamás las secreciones sexuales”, o sea, tanto el
varón como la mujer lo pueden crear después de haber hecho lo mismo, primero fabricando el
Cuerpo Astral y segundo con el Cuerpo Mental.
San Pablo llama al Cuerpo Causal, Cuerpo Divino. Es incuestionable que un ser humano
sin este Cuerpo Causal, está sometido a la Ley de Recurrencia, pues no es capaz de originar
nada nuevo, es víctima de las circunstancias. Cada vez que el “Yo” retorna en este mundo,
repite exactamente todos los actos de su existencia anterior.
En contraposición de la Ley de Recurrencia, existe la Ley de Epigénesis, que consiste en
“la capacidad para originar nuevas circunstancias”, pero sólo los Hombres auténticos, que son
aquellos que tienen Voluntad Consciente o Buena Voluntad pueden modificar su destino y
originar un nuevo orden de cosas. Pero el Ser humano común y corriente no ha fabricado el
Cuerpo de la Voluntad Consciente, el Vehículo Causal, por lo tanto es víctima de las Leyes
Eternas de Retorno y Recurrencia.
Es un hecho que el puesto que dentro de nosotros debería estar ocupando el Cuerpo
Causal, está, desafortunadamente, ocupado por el Tercer Traidor conocido en el Cristianismo
primitivo como Caifás. Es ostensible que tal Traidor es la personificación viviente de la “Mala
Voluntad”. Necesitamos crear el Cuerpo Causal si es que sinceramente anhelamos encarnar el
Ser. Sólo el Ser puede Hacer; sólo el Ser puede modificar circunstancias y ejercer con maestría
la Ley de Epigénesis.
Quien en verdad quiera fabricar el Cuerpo Causal, debe transmutar las secreciones
sexuales en Energía Creadora, por medio de la Suprasexualidad. El verdadero Hombre en el
sentido más estricto del término posee de hecho y por derecho propio los Cuerpos Físico, Astral,
Mental y Causal. San Pablo los denomina Terrenal, Natural, Espiritual y Divino,
respectivamente. Es condición vital para obtener la Buena Voluntad poseer estos cuatro cuerpos.
Quien encarna al Ser se convierte en un Hombre de Buena Voluntad. Es ostensible que la
Buena Voluntad es el resultado de las cristalizaciones positivas de la Potencia Sexual en los
Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, renglones arriba citados. Empero, no debemos olvidar
que existe también la “Mala Voluntad”, debido a las cristalizaciones negativas de la Fuerza
Sexual. Estos son los llamados Tántricos Negros, aquellos que llegan al orgasmo y espasmo
durante la conexión sexual; esta clase de pareja desarrollan el abominable órgano
Kundartiguador y fortifican dentro de sí mismo a los Tres Traidores de Nuestro Señor el Cristo
Intimo (Judas, Pilato y Caifás) y a los siete Pecados capitales. Estos Tres Traidores son los
mismos tres demonios que citan todos los Misterios de las religiones: Demonio del Deseo,
Demonio de la Mente y Demonio de la Mala Voluntad.
El Demonio de la Mala Voluntad es de hecho un fracaso cósmico. El Hombre Real posee
Voluntad Consciente, y por eso se inclina reverente ante la Majestad del Padre. La Buena
Voluntad se arrodilla ante el Padre que está en secreto. Cuando la voluntad humana (mala
voluntad) se opone a la Voluntad del Padre, comete un delito de Lesa Majestad contra el Padre.
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LA VOLUNTAD CRISTO Y EL FAKIRISMO
E
n la India existen los fakires, que son unos estudiantes de ciertas Escuelas que
podríamos llamar pseudo-esotéricas pretenden mediante lucha, violencia, en forma
espantosa desarrollar en sí mismo la “Fuerza de la Voluntad”. Todo el camino del fakir
consiste en múltiples prácticas físicas terriblemente difíciles.
Cualquier fakir es muy capaz de permanecer quieto en cualquier posición difícil
durante horas, meses y años, o se siente sobre un hormiguero bajo un árbol o bajo los
inclementes rayos del sol. Cualquier fakir es muy capaz de sentarse con los brazos
abiertos en forma de cruz sobre una piedra desnuda bajo el sol o entre espinas y abrojos,
durante meses o años enteros. Por medio de todas esas torturas físicas, el Fakir quiere
desarrollar el poder de la voluntad; pero esta acción está totalmente equivocada, pues
mediante esta clase de prácticas nadie puede fabricar el Cuerpo de la Voluntad
Consciente o Cuerpo Causal, porque la fabricación de este vehículo superior, es un
problema ciento por ciento sexual.
Si el Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal pudiera fabricarse con
las torturas físicas del Fakir, entonces de acuerdo con la ley de correspondencias y
analogías y en obediencia a la máxima hermética: “Tal como es arriba es abajo”,
tendríamos que decir que también el cuerpo de carne y hueso puede fabricarse con tales
prácticas y en consecuencia el acto sexual del padre y de la madre saldría sobrando.
Afirmar semejante absurdo, sería de hecho la consecuencia lamentablemente de
una idea equivocada. El Paño de la Verónica representa la Voluntad Cristo, el Cuerpo
de la Voluntad Consciente o se la “Buena Voluntad” de cualquier Hombre verdadero
que llegue al Nacimiento Segundo. La Voluntad Cristo sólo sabe hacer la “Voluntad del
Padre así en los cielos como en la tierra”. Por eso nuestro Señor el Cristo, dijo: “Padre
mío, si es posible pasa de mi este cáliz, mas no se haga mi Voluntad sino la tuya”Entre las ruinas arcaicas de la Edad de Bronce se han encontrado muchas cabezas
con coronas de espinas, esculpidas en la roca viva. La figura del Ecce Homo no tiene
una corona tan sólo para recordarnos el hecho histórico del martirio de nuestro Adorable
Jesús el Cristo, sino para indicarnos la necesidad de fabricar el Cuerpo de la Voluntad
Cristo, cuerpo que se fabrica después del Astral y Mental; con tal vehículo Celestial
obtendremos la Buena Voluntad.
Quien llega al Nacimiento Segundo del cual habló Jesús a Nicodemo ingresa al
Reino de los Cielos, al Reino de Dios. Nadie puede ingresar al Reino, poseyendo “Mala
Voluntad”. La Auto-realización Íntima es sólo para varones y mujeres de THELEMA
(Voluntad Cristo).
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VOLUNTAD CONSCIENTE
N
ecesitamos con urgencia máxima, inaplazable, desintegrar todos esos “Yoes” que
viven en nuestro interior si es que en realidad queremos la emancipación perfecta
de la Voluntad.
A muchos estudiantes de psicología contemporánea les parecerá exagerado esto
que hemos afirmado en relación con el poder soberano de la voluntad emancipada; sin
embargo la Biblia nos habla maravillas sobre Moisés. Según Filón, Moisés era un
Iniciado en la tierra de los Faraones a orillas del Nilo, Sacerdote de Osiris, primo del
Faraón, educado entre las columnas de Isis, la Madre Divina, y de Osiris nuestro Padre
que está en secreto. Moisés era descendiente del Patriarca Abraham, el gran Mago
Caldeo, y del muy respetable Isaac.
Moisés, el hombre que liberó el poder eléctrico de la voluntad, posee el don de los
prodigios; esto lo saben los divinos y los humanos. Así está escrito. Todo lo que las
Sagradas Escrituras dicen sobre ese caudillo hebreo, es ciertamente extraordinario,
portentoso: Transforma su bastón en serpiente; transforma una de sus manos en mano
de leproso, luego le devuelve la vida. La prueba aquella del zarzal ardiente ha puesto en
claro su poder, la gente comprende, se arrodilla y se prosterna.
Moisés utiliza una Vara Mágica, emblema del poder real, del poder sacerdotal del
Iniciado en los Grandes Misterios de la Vida y de la Muerte. Ante el Faraón, cambia en
sangre el agua del Nilo, los peces mueren, el río sagrado queda infectado, los egipcios
no pueden beber de él, y las irrigaciones del Nilo derraman sangre por los campos.
Moisés hace más; logra que aparezcan millonadas de ranas desproporcionadas,
gigantescas, monstruosas, que salen del río e invaden las casas. Luego, bajo su gesto,
indicador de una voluntad libre y soberana, aquellas ranas horribles desaparecen. Mas
como el Faraón no deja libre a los israelitas, obra nuevos prodigios: cubre la tierra de
suciedad, suscita nubes de moscas asqueantes e inmundas, que después se da el lujo de
apartar. Desencadena la espantosa peste, y todos los rebaños excepto los de los judíos
mueren. Cogiendo hollín, lo tira al aire y, cayendo sobre los egipcios, les causa pústulas
y úlceras.
Extendiendo su famoso bastón mágico, Moisés hace llover un granizo del cielo
que en forma inclemente destruye y mata. A continuación hace estallar el rayo
flamígero, retumba el trueno aterrador y llueve espantosamente, luego con un gesto
devuelve la calma. Sin embargo, el Faraón continúa inflexible. Con un golpe tremendo
de su vara mágica, hace surgir como por encanto nubes de langostas, luego vienen
tinieblas. Otro golpe con la vara y todo retorna al orden original.
Muy conocido es el final de todo aquel Drama Bíblico del Antiguo Testamento:
Interviene Jehová, hace morir a todos los primogénitos de los egipcios y al Faraón no le
queda más remedio que dejar marchar a los hebreos. Posteriormente Moisés se sirve de
su vara mágica para hender las aguas del Mar Rojo y atravesarlas a pie seco. Cuando los
guerreros egipcios se precipitan por allí persiguiendo a los israelitas, Moisés con un
gesto, hace que las aguas se vuelvan a cerrar tragándose éstas a los perseguidores.
Incuestionablemente muchos pseudo-ocultistas al leer todo esto, quisieran hacer lo
mismo, tener los mismos poderes de Moisés, sin embargo, esto resulta algo más que
imposible en tanto la Voluntad continúe embotellada entre todos y cada uno de esos
“Yoes”- Deseos que en los distintos trasfondos de nuestra psiquis cargamos.
Cuando la Voluntad se libera, entonces se mezcla o fusiona integrándose así con la
Voluntad Universal, haciéndose por ésto soberana. La Voluntad individual fusionada
con la Voluntad Universal, puede realizar todos los prodigios de Moisés.
Existen tres clases de actos: A) Aquellos que corresponden a la Ley de los
accidentes. B) Esos que pertenecen a la Ley de Recurrencia, hechos siempre repetidos
en cada existencia. C) Acciones determinadas intencionalmente por la VoluntadConsciente.
Incuestionablemente, sólo gentes que hayan liberado su Voluntad mediante la
muerte del “Mí Mismo”, podrán realizar actos nuevos nacidos de su libre albedrío. Los
actos comunes y corrientes de la humanidad, son siempre el resultado de la Ley de
Recurrencia o el mero producto de accidentes mecánicos. Quien posee Voluntad libre
de verdad, puede originar nuevas circunstancias; quien tiene su Voluntad embotellada
entre el “Yo Pluralizado”, es víctima de las circunstancias.
En todas las páginas bíblicas existe un despliegue maravilloso de Alta Magia,
Videncia, Profecía, Prodigios, Transfiguraciones, Resurrección de muertos, ya por
insuflación o por imposición de manos o por la mirada fija sobre el nacimiento de la
nariz, etc., etc., etc. Abunda en la Biblia el masaje, el aceite sagrado, los pases
magnéticos, la aplicación de un poco de saliva sobre la parte enferma, la lectura del
pensamiento ajeno, los transportes, las apariciones, las palabras venidas del cielo, etc.,
etc., etc., verdaderas maravillas de la Voluntad Conciente liberada, emancipada,
soberana.
Nadie podría llegar a la “Iluminación Real”, ni ejercer el Sacerdocio Absoluto de
la Voluntad-Conciente, si previamente no hubiera muerto radicalmente en sí mismo,
aquí y ahora. Muchas gentes se quejan de no poseer Iluminación, de no tener poderes,
etc., etc., etc., empero nunca se interesan por Auto-observarse, por Auto-conocerse, por
desintegrar esos agregados psíquicos, esos “Yoes” dentro de los cuales se encuentra
enfrascada la Voluntad Consciente.
Personas así, obviamente están condenadas al fracaso. Son gentes que codician las
facultades de los Santos, pero que de ninguna manera están dispuestas a morir en sí
mismas. Eliminar errores es algo mágico, maravilloso de por sí, que implica rigurosa
auto-observación psicológica.
Ejercer poderes es posible cuando se libera radicalmente el poder maravilloso de
la Voluntad. Desgraciadamente como las gentes tienen la voluntad enfrascada entre
cada “Yo”, obviamente aquella se encuentra dividida en múltiples voluntades que se
procesan cada una en virtud del propio condicionamiento de cada “Yo”.
Resulta claro comprender que cada “Yo” posee por tal causa su voluntad
inconsciente, particular. Las innumerables voluntades enfrascadas entre los “Yoes”,
chocan entre sí frecuentemente, haciéndonos por tales motivos impotentes, débiles,
miserables, víctimas de las circunstancias, incapaces.