Meteoritos, fragmentos del cielo en Chile y su interés científico. Nicolás Brizuela y Sofía López, estudiantes de geología de la Universidad de Chile Los meteoritos son rocas que ingresan a la atmosfera de la Tierra desde el espacio, estos son importantes ya que nos pueden entregar información muy relevante sobre el pasado de nuestro planeta y sus alrededores. Millarca Valenzuela, geóloga de la Universidad de Chile y única persona en el país que se especializa en esta área de estudio, nos dio parte de su tiempo para responder algunas de nuestras preguntas respecto a estos intrigantes objetos. “Los meteoritos corresponden principalmente a material asteroidal, la mayor parte del material que cae proviene del Cinturón de Asteroides, pero hay un porcentaje de meteoritos que también provienen de otros planetas o cuerpos como son Marte, la Luna y ocasionalmente de cometas.” Hay veces durante una coalición, cuando la energía del impacto es muy grande, que fragmentos de tamaño considerable se desprenden del cuerpo, alcanzan la velocidad de escape, vencen la gravedad que los atrapaba y salen hacia el espacio. Esta es la causa por la cual es posible encontrar meteoritos originarios de Marte y la Luna. Es posible que la magnitud de un impacto como el que ocurrió hace 65 millones de años atrás en Yucatán, pudiera causar de la extinción de los dinosaurios, y pudo formar meteoritos de origen terrestre. Existen tres clasificaciones principales para los meteoritos, se encuentran los sideritos o meteoritos metálicos, compuestos principalmente por hierro y niquel. Los acondritos, meteoritos rocosos originarios de cuerpos que sufrieron un proceso llamado diferenciación, donde sus elementos se redistribuyeron según su densidad. Y los condritos, también llamados rocosos, que destacan por poseer estructuras esferoidales llamadas cóndrulos. “Nosotros estudiamos las rocas según sus texturas, sobre todo la de los condritos pues está relacionada con el proceso que formó ese meteorito, la acreción, que es la unión de partículas minúsculas a un rango de temperatura que hizo que se juntara material de alta temperatura, como los minerales de olivino y piroxeno, con material de baja temperatura en la matriz. Se genera algo que en ninguna roca terrestre puedes observar, la textura condrítica. Los intermedios son los mesosideritos que son mitad silicatos (Familia de minerales compuestos por Si y O, y constituyen el 95% de los minerales terrestres) y mitad metal, análogo de lo que podríamos encontrar en la interface entre el manto y el núcleo (Espacio intermedio que separa dos partes mineralógicamente diferentes en el centro de la tierra). Finamente los meteoritos asociados solamente a metal, aleaciones Fe-Ni, son de un cuerpo diferenciado, que ya tenía un núcleo, y que de alguna forma ese material quedó disperso. Al final todos los tipos de meteoritos son de alguna forma, momentos en la evolución de un cuerpo planetario que puede haber sobrevivido y haber terminado como un planeta o bien no haber constituido materia en un planeta y ser parte de los asteroides.” Pero aunque los elementos químicos que forman a los meteoritos son los mismos que se encuentran en las rocas terrestres, la composición de los minerales y las aleaciones de metales encontradas son diferentes, pues las condiciones de formación son muy distintas a las que podemos encontrar en nuestro planeta actualmente. Los meteoritos entregan información de vital importancia sobre las primeras etapas de formación de nuestro sistema solar, los nuevos datos permiten acotar los procesos iniciales de acreción, de crecimiento de los cuerpos parentales, planetas y como estos se podrían configurar. Además, son evidencia de primera mano de procesos que todavía no son bien entendidos por los científicos, como el origen de la vida o de las grandes cantidades de agua, la distribución de los elementos en la Tierra e incluso de los lejanos exo-planetas. Desierto de Atacama, lugar privilegiado para la búsqueda de meteoritos. Aunque los meteoritos caen en todo el planeta de manera aleatoria, su conservación adecuada y acumulación preferencial solo pueden darse en condiciones con restricción de agua líquida, pues es un poderoso corrosivo para estas rocas. Aquí es donde nuestro desierto, el más árido del mundo, destaca y con un orden aproximado de 500 meteoritos encontrados, Chile se alza en comparación a otros países donde se han reconocido cantidades mucho menores. “Hacemos búsquedas sistemáticas, tienes que elegir un sector y lo peinas cuidadosamente. Con los años ya podíamos reconocer meteoritos más fácilmente porque, si bien se parecen a las rocas volcánicas y se pueden confundir, tienen características distintas producto del paso por la atmosfera, tienen formas distintas, colores distintos por el tipo de material que se empieza a meteorizar. Para un ojo experto ya es mucho más fácil reconocerlos en comparación a alguien que no está familiarizado con este tipo de rocas, incluso los geólogos, es simplemente como un entrenamiento.” Meteorito y su orientación in situ. Desierto de Atacama, Chile. Fotografía publicada en Uehara et al, 2012. En nuestro país la investigación que se está realizando es de nivel básico, recolección y clasificación. La base estadística necesaria para obtener la mayor cantidad de información posible y avanzar en la construcción de un mayor entendimiento de nuestro planeta y sus alrededores. Ciencia más allá de la ciencia ficción. Gracias a las películas y la televisión el público se ha formado una visión sesgada del tema y se han desarrollado ideas alejadas de la realidad. Por lo general, existe un miedo infundado con respecto a los impactos de meteoritos y aunque parezca increíble, todos los días caen cientos de toneladas de material proveniente del espacio en nuestro planeta, pero de diminuto tamaño. Eventos como el ocurrido en Rusia durante el mes de febrero son conocidos como bólidos: fenómenos que generan luz y sonido, aunque ese acontecimiento es más bien algo poco común. “Lo que más cae es polvo porque hay una curva exponencial con respecto material que está circundando el espacio interplanetario, donde hay mucho material pequeño y menos material grande, esa misma curva es válida para lo que entra en la Tierra, entonces tenemos estos cientos de toneladas que caen diariamente pero de tamaño muy pequeño y cada 1.000 a 10.000 años hay un evento que forma un cráter de 1km, que son los cráteres simples como el que se encuentra en Arizona. Acá en Chile hay uno en Monturaqui, que tiene 460m de diámetro. Impactos de material que generen un cráter muy grande y que causen una reacción en cadena a nivel global como se supone que fue el evento de Yucatán, esos pasan cada un millón de años, existe la posibilidad obviamente, pero es muy baja. Júpiter es un gran planeta que tiene una masa muy importante y que genera un campo gravitatorio considerable, entonces atrae hacia él mucho de lo que viene del sistema solar externo, Júpiter es como el guardián, se podría decir, junto con la Luna, Marte y los planetas que están de alguna forma entre el cinturón de asteroides y la Tierra, ellos también nos están protegiendo de estos impactos.” No existen evidencias concretas en la actualidad que apoyen la teoría del origen extraterrestre de la vida en la tierra, los organismos conocidos son muy susceptibles a la radiación y no podrían soportar la intensa exposición del vacío del espacio, aunque en la actualidad se están haciendo pruebas irradiando a bacterias para intentar simular las condiciones extremas del espacio. Lo que sí está demostrado es que se ha encontrado elementos químicos como el carbono o algunos aminoácidos, que no son propiamente una célula sino fases previas a la constitución de un organismo vivo y los astrónomos han encontrado compuestos orgánicos en nebulosas, por ahora el debate está abierto.