creación de islotes forestales para reconciliar restauración

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Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 28: 277-282 (2008)
«Actas de la IV Reunión sobre Repoblaciones Forestales»
CREACIÓN DE ISLOTES FORESTALES PARA
RECONCILIAR RESTAURACIÓN ECOLÓGICA,
CONSERVACIÓN Y USO AGRÍCOLA
José M. Rey Benayas 1,2*, James M. Bullock 3 y Adrian C. Newton 4
1
Departmento de Ecología, Edificio de Ciencias, Universidad de Alcalá. E-28871-ALCALÁ DE
HENARES (Madrid, España). Correo electrónico: [email protected]
2
Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas, Edificio de Ciencias Ambientales,
Universidad de Alcalá. E-28871-ALCALÁ DE HENARES (Madrid, España) (www.fundacionfire.org)
3
Centre for Ecology and Hydrology. Maclean Building. OX10 8BB-WALLINGFORD (Reino Unido)
4
School of Conservation Sciences, Bournemouth University. Talbot Campus. BH12 5BB-POOLE (Reino
Unido)
Resumen
Diferentes iniciativas de restauración pretenden mitigar la vasta deforestación y degradación forestal existentes en el mundo. La “restauración pasiva”, en la cual los campos agrícolas abandonados son
sujeto de la sucesión secundaria, es con frecuencia lenta debido a limitaciones bióticas y abióticas. La
“restauración activa”, basada sobre todo en la plantación de árboles, puede ser cara si se restauran territorios amplios. Sugerimos la utilización de “islotes forestales” como una alternativa para la restauración
de paisajes agrícolas extensos, particularmente en ambientes de productividad baja. Este enfoque implica la plantación de numerosos y densos núcleos de vegetación leñosa nativa que incrementan la biodiversidad y proporcionan una variedad de servicios ambientales. Si los campos de alrededor son abandonados, los islotes actúan como fuentes de propágulos de especies forestales, acelerándose el desarrollo
de los matorrales y bosques. Por el contrario, si los campos de alrededor son utilizados para cultivos y
pastos, los islotes pueden incrementar el valor de conservación del paisaje y ofrecer un potencial de generación de rentabilidad económica. En este trabajo revisamos los principales enfoques para la restauración
forestal y evaluamos las fortalezas y debilidades del modelo de los islotes forestales en mares agrícolas.
Palabras clave: Beneficios socioeconómicos, Revegetación activa, Servicios ecosistémicos, Sucesión secundaria
INTRODUCCIÓN
Ninguna actividad humana es tan controvertida como la agricultura en lo que respecta al debate entre la explotación y la conservación de los
ecosistemas. La deforestación en el globo, generalmente con el propósito de ganar tierra para cultivos y pastos, implica problemas ambientales
que comprometen los servicios que nos prestan
los ecosistemas. En la actualidad, estos cultivos y
ISSN: 1575-2410
© 2008 Sociedad Española de Ciencias Forestales
pastos son el bioma más extenso del mundo, con
una superficie del 40% de las tierras emergidas
(FOLEY et al., 2005). Más recientemente, las prácticas agrícolas se han intensificado. Ello conlleva,
entre otros efectos, que desaparezcan los remanentes de vegetación natural que anteriormente
existían en terrenos poco productivos o en bosquetes, lindes y bordes de caminos.
Las pautas de cambio de usos del suelo son
complejas. Así, junto a la deforestación e intensi-
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J.M. REY BENAYAS et al.
«Creación de islotes forestales para reconciliar restauración ecológica, conservación y uso agrícola»
ficación agrícola, puede existir un abandono
masivo de tierras agrícolas. Estas tierras, eventualmente, pueden transformarse en matorrales y
bosques. Las razones subyacentes a este fenómeno son sobre todo de índole socio-económico
(REY BENAYAS et al., 2007). Algunos paisajes
agrícolas destacan por sus valores de biodiversidad, estéticos y culturales (KLEIJN et al., 2006).
Por ejemplo, cuatro de los siete principales tipos
de hábitats terrestres con interés para la conservación en la Unión Europea han sido creados o
modificados por la agricultura. La intensificación
agrícola tiene un impacto negativo en estos valores, pero también lo tiene el abandono de la agricultura. Parece que la agricultura, los bosques y
matorrales y la conservación de la biodiversidad
están en un conflicto permanente e irreconciliable, que llamamos la “paradoja de la agricultura y
la conservación”. Esta paradoja crea un dilema
para la restauración forestal que solamente puede
ser resuelto cuando se consideran los valores relativos asociados a los bosques y matorrales versus
los asociados a los terrenos agrícolas.
una composición y estructura particulares. Estos
métodos pueden ser preferidos cuando la restauración pasiva es muy lenta o tiene riesgos (VAN
ANDEL & ARONSON, 2006). Los métodos activos
para el establecimiento de árboles son muy utilizados en plantaciones comerciales y en sistemas
agroforestales. Algunos ejemplos de estos últimos incluyen cinturones de refugio, paravientos,
bosquetes, huertos y árboles aislados, entre otros,
en los que la vegetación leñosa es combinada
deliberadamente con cultivos y/o pastos
(MANSOURAIN et al., 2005).
La regeneración natural restaura más cubierta forestal y a un coste inferior que las plantaciones forestales. En el mundo, en los años
2001-2005, la primera ha restaurado 45.000 km2
al año, mientras que las segundas han restaurado
28.000 km2 al año. Sin embargo, estas cifras varían considerablemente en las distintas regiones.
La restauración pasiva es generalmente lenta en
ambientes poco productivos como el mediterráneo, pero en muchos ambientes templados
húmedos y tropicales la cubierta forestal se recupera rápidamente si el suelo no ha sido muy
degradado (GONZÁLEZ-ESPINOSA et al., 2007).
ENFOQUES EXISTENTES PARA LA
RESTAURACIÓN FORESTAL
En la actualidad, la restauración forestal se
basa en dos enfoques contrastados. Uno es la
colonización natural de matas, arbustos y árboles y la sucesión secundaria (restauración pasiva). El otro consiste en el establecimiento
artificial de estas plantas (restauración activa).
La restauración pasiva tiene un resultado muy
estocástico. Las restricciones clave para la velocidad de la regeneración natural son: (1) dispersión limitada porque las fuentes de propágulos
están lejos y los vectores de dispersión pueden
ser raros (BULLOCK et al., 2002); (2) limitaciones abióticas, por ejemplo una baja disponibilidad de agua para las plantas; (3) limitaciones
bióticas como la competencia con las hierbas
(REY BENAYAS et al., 2005).
La restauración activa implica técnicas de
manejo tales como plantaciones, siembras, eliminación de hierbas, quemas, protección contra los
herbívoros, aclaramientos y riegos, entre otras
muchas (NEWTON et al., 2001; REY BENAYAS et
al., 2008). El objetivo es producir un bosque con
278
EL MODELO DE LOS ISLOTES
FORESTALES EN MARES AGRÍCOLAS
Sugerimos un modelo distinto para la restauración forestal en paisajes agrícolas que utiliza la
restauración activa a una escala pequeña como
conductora de la restauración pasiva a una escala mucho más amplia. Este modelo puede incrementar la viabilidad económica de los proyectos
de restauración a gran escala y facilitar la implicación de las comunidades humanas locales en el
proceso de la restauración. Pueden plantarse
“islotes forestales” en los paisajes agrícolas
donde apenas existen remanentes de vegetación
natural. Mientras la restauración pasiva deja la
reforestación al azar y la restauración activa
generalmente requiere muchos recursos, los islotes forestales representan un grado de intervención intermedio. Permiten la sucesión secundaria
al establecerse pequeños focos de colonización
con una fracción de los recursos necesarios para
la reforestación a escala amplia. Además, este
modelo mantiene flexibilidad en el uso del suelo,
Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 28: 277-282 (2008)
algo crítico en los paisajes agrícolas donde la
explotación del territorio está sujeta a cambios
económicos y políticos.
Este modelo consiste básicamente en la
plantación de bloques de vegetación leñosa nativa en tierras agrícolas (Figura 1). Estos bloques
son pequeños (decenas o pocas centenas de m2),
densos (por ejemplo, un plantón cada 2 m2) y
dispersos (separados entre ellos decenas o centenas de metros). Los islotes, en su conjunto, ocupan una fracción diminuta de un campo agrícola
(<1%). Esto proporciona una reconciliación de
las demandas de la agricultura, conservación y
restauración forestal a escala de paisaje.
Beneficios ecológicos, sociales y económicos
del modelo
La plantación de islotes forestales puede
favorecer una variedad de procesos relacionados
con la restauración de la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y las sociedades y economías rurales. Es importante tener en cuenta que,
si bien los procesos individuales (por ejemplo,
secuestro de carbono) pueden ser conseguidos
más eficazmente por otros medios, los islotes
«Actas de la IV Reunión sobre Repoblaciones Forestales»
pueden proporcionar una colección integrada de
servicios ecológicos, sociales y económicos. A
continuación detallamos estos beneficios.
• Tasas elevadas de supervivencia y crecimiento de los plantones introducidos gracias
a su manejo.
• Coste del manejo reducido porque está concentrado en áreas pequeñas.
• Mantenimiento de los valores de conservación en paisajes agrícolas.
• Provisión de servicios ecosistémicos, incluyendo secuestro de carbono y una mejora de
la fertilidad del suelo.
• Provisión de hábitat favorable para una gran
variedad de organismos, incluyendo algunos
especialistas forestales.
• Incremento de la heterogeneidad de paisajes
uniformes y de la conectividad entre fragmentos forestales.
• Provisión de fuentes de propágulos, que
aceleran mucho la regeneración forestal
natural si las tierras agrícolas vecinas son
abandonadas.
• Provisión de beneficios económicos mediante cultivos u otras actividades rurales tales
Figura 1. Esquema del modelo de islotes forestales en mares agrícolas
279
J.M. REY BENAYAS et al.
•
•
«Creación de islotes forestales para reconciliar restauración ecológica, conservación y uso agrícola»
como ganadería y caza en el territorio circundante.
Suma de ingresos monetarios para los propietarios mediante el incremento de poblaciones cinegéticas y producción de los
cultivos (por ejemplo, por el aumento de la
polinización).
Provisión de beneficios sociales tales como
oportunidades laborales para las comunidades rurales, recursos educativos, capacitación técnica y ecoturismo.
Cuestiones por resolver
Aunque los beneficios ambientales potenciales de los bosques, fragmentos forestales y árboles aislados se han descrito ampliamente en la
literatura científica, el modelo de los islotes
forestales es novedoso y poco probado. De
hecho, solamente existe evidencia empírica del
experimento de La Higueruela en Santa Olalla
(Toledo), en el que el primer autor de este artículo lleva trabajando 15 años. En consecuencia,
debe llamarse la atención de los posibles problemas. La provisión de los servicios ecosistémicos
de los bosques y matorrales depende generalmente del tamaño de dichos ecosistemas. Como
los islotes son pequeños, experimentarán los
problemas asociados a los fragmentos forestales
pequeños, tales como fuertes efectos borde,
colonización por especies generalistas, escasez
o falta de especialistas forestales y vulnerabilidad a la extinción local de poblaciones. El aislamiento de los islotes podría llevar a un efecto
fundador y riesgo de depresión endogámica. Los
islotes podrían actuar como reservorios de plagas agrícolas tales como conejos y roedores, así
como de malas hierbas y especies exóticas, de
tal manera que la flora del suelo podría ser
dominada por estas especies en vez de por especies nativas. También podrían causar merma de
los cultivos en la vecindad inmediata mediante
competencia por el agua y los nutrientes, particularmente en ambientes semiáridos.
Sin embargo, es evidente que los parches
forestales pequeños e incluso árboles aislados
pueden mantener algunas de las comunidades
ecológicas y funciones de amplias áreas forestales (MANNING et al., 2006). La dispersión
desde estos focos, así como el establecimiento
y la coalescencia de la comunidad forestal
280
sobre áreas amplias, dependerá de las distancias de dispersión, fecundidad y tasas de crecimiento de especies de árboles clave, y del
manejo y las barreras a la dispersión del área
circundante. Hasta la fecha, tenemos poca
información sobre la rapidez de la restauración
pasiva. En el caso del experimento de La
Higueruela aludido, en un ambiente mediterráneo, el establecimiento de nuevos plantones de
encina fue lento. No obstante, la colonización
por parte de los árboles puede ser elevada si es
dirigida por un conjunto de especies muy dispersivas y con elevada fecundidad. Deberían
utilizarse este tipo de información en modelos
espaciales para testar y optimizar los escenarios de plantación de islotes.
CONCLUSIONES
Los problemas de los métodos existentes
para la restauración forestal en paisajes agrícolas no deberían originar pesimismo, sino inspirar a los investigadores para proponer
soluciones innovadoras. Los islotes forestales
propuestos reconcilian la agricultura con la restauración ecológica. Una visión realista de la
conservación debe reconocer el valor de conservación de la matriz del paisaje. El foco en dicha
matriz es necesario para solucionar la crisis de la
biodiversidad de nuestros días, y esta matriz es
generalmente algún tipo de agro-ecosistema.
El modelo sugerido debe ser considerado
como un complemento de los métodos ya existentes en vez de una sustitución de ellos.
Consideramos que su aplicación será más útil en
paisajes donde: (1) el establecimiento de los
árboles y arbustos es difícil porque, por ejemplo,
no existen remanentes de vegetación natural que
actúen como fuente de semillas, la productividad es baja o la presión de los herbívoros es alta;
(2) la tierra agrícola tiene por sí misma un valor
para la producción económica o la conservación; y (3) es probable que se abandonen tierras
agrícolas y pastizales en el futuro, cuando los
archipiélagos de islotes forestales en los mares
agrícolas ofrezcan núcleos para la restauración
de las comunidades nativas de zonas amplias.
La complejidad de la interfase entre los
humanos y la sostenibilidad ecológica demanda
Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 28: 277-282 (2008)
que nos movamos más allá de nuestras disciplinas tradicionales. El campo de la restauración
ecológica proporciona ejemplos de la necesidad
de enfoques interdisciplinarios para afrontar los
problemas del mundo real (GOLD et al., 2006).
La implementación de cualquier método nuevo
requiere el apoyo de los administradores políticos, gestores y propietarios de las fincas.
También hay gastos que costear, y los islotes
forestales deben ser atractivos desde un punto
de vista financiero. Esquemas de incentivos
procedentes de agencias internacionales, nacionales y regionales, la educación ambiental y la
asistencia técnica permitirían alcanzar este
objetivo (PLIENINGER et al., 2004). Más allá de
los subsidios externos y la educación ambiental,
los ingresos proporcionados por una mayor producción de cultivos, ganadería y caza son
incentivos adicionales para los productores
agrarios. Nuestra propuesta, basada en una
investigación ecológica sólida y de largo plazo,
puede proporcionar beneficios económicos,
sociales y educativos. En consecuencia, recomendamos que este concepto sea sujeto de otros
experimentos de campo a largo plazo en otras
áreas de estudio del mundo.
Agradecimientos
Estas investigaciones han sido financiadas por
los proyectos EU INCO-CT-2006-032132
(REFORLAN), EU Alpha Programme II-0411FA-FCD-FI-FC (FOREST), CICYT CGL200400355/BOS y CGL2007-6053300355/BOS,
Comunidad de Madrid S-0505/AMB/0355
(REMEDINAL) y UK RELU Award 227/0010
“FarmCAT”, entre otros. Gracias a Carlos Lacasta y al personal de la finca La Higueruela, del Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC.
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