Egipto, tierra de la Alquimia Por William Burnam Schaa, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. Comienzos del misticismo Rosacruz Osiris es una figura tan fascinante como misteriosa. De este dios multiforme se originó la alquimia, uno de los fundamentos del actual misticismo Rosacruz. ¿Cómo se logró esto? En breves palabras, los atributos de los cuatro hijos de Horus, el hijo de Osiris, fueron absorbidos como atributos de Mercurius Quadratus, el antiguo dios que todo lo ve del helenismo egipcio. Sin embargo, el cuádruplo Mercurius fue absorbido por Hermes Trismegistus, "la autoridad principal de los alquimistas". Aunque el pensamiento tradicional Rosacruz continúa afirmando sus orígenes en Egipto, los elementos básicos del misticismo en general han llegado a ser expresados en términos y en símbolos que reflejan la cultura particular o individual. Para ayudarnos a encontrar un hilo común de continuidad que nos conducirá hacia la gran luz detrás del fuego cuádruple de los misterios de Osiris, vamos a considerar primeramente algunos de estos elementos básicos del misticismo moderno. El primero, y el elemento esencial en el misticismo, es creer en una unión mística. No interesa qué términos o símbolos sean usados para expresar este concepto. El asunto es que el hombre es uno con el Todo. La Unión o unidad significa conocimiento directo del Cósmico. Esta unión es la base de la intuición, o conocimiento derivado del Cósmico. Esto se explica por el segundo elemento: el Todo, el Cósmico, o Dios, es esencialmente la Mente (Nous), la fuerza mental y sus manifestaciones de energía. No existe separación de esta Mente Cósmica y ni siquiera separación real de sus manifestaciones objetivas. Los seres humanos hacemos esta separación debido a nuestras propias funciones mentales; así, hacemos mención de un tercer factor: la unión básica de los campos del conocimiento. Separamos al Cósmico, sus manifestaciones, y nuestro propio conocimiento en categorías con el propósito de comprender ambos, el Cósmico y sus manifestaciones. Objetivamente, no somos capaces de hacerlo de otra manera, porque nuestro cerebro físico y sistemas nerviosos funcionan de esa manera. Pero los niveles más profundos de nuestra consciencia son capaces de comprender el Todo como uno y de transmitir esta comprensión a la conciencia objetiva. En términos más específicos, la cosmología, la ontología, la psicología, la física, la literatura y el arte, no son realmente divisiones separadas del conocimiento. Cada campo de estudio está afectado por otros, y es realmente inseparable de todo el conocimiento como un todo. Lógicamente, el cuarto es la creencia en el panteísmo, o en el monismo, o ambos. El panteísmo es el concepto de la Mente Cósmica como las muchas manifestaciones de sus principios y leyes operando universalmente. El monismo es la creencia de que la actualidad es una totalidad orgánica unida. Esto nos conduce directamente al siguiente principio, el axioma: "Como es Arriba, así es abajo", lo cual es simplemente una manera de decir Uno es Todo y Todo es Uno. El microcosmo u hombre como el mundo pequeño, corresponde al Cósmico como macrocosmo o el gran mundo. Los místicos usan con frecuencia al Mundo Creativo, el Logos o Pronunciación Cósmica como un símbolo de la Creación. Esto es tan comúnmente usado en escrituras sagradas y filosóficas que su uso no es necesariamente indicativo de misticismo o enseñanzas Rosacruces, sino que conjuntamente con otros principios la Palabra Creativa puede ser una indicación de pensamiento místico y Rosacruz. Transmutación Los principios místicos y sus aplicaciones enseñan a los iniciados a transmutarse primero, y luego, transmutar al campo o ambiente del cual ellos son parte. La transmutación del ser es psíquica y física, pero los métodos son psíquicamente basados en los principios místicos; es decir, al estudiante se le enseña a usar sus funciones y poderes mentales para cambiar o transmutar su ser mental y físico. Esto se aplica igualmente para cambiar el campo en el cual funciona, o el ambiente del cual es parte. El hombre y el campo son materiales e inmateriales, mundanos y cósmicos. Este campo no está limitado por el tiempo y el espacio, porque el Todo es Uno, y el subconsciente del hombre, la naturaleza psíquica es ilimitada. El hombre se transmuta a sí mismo, a la naturaleza, y sus conceptos de lo Cósmico, así como su relación con éste. Se usan muchos términos y símbolos para esta transmutación. Quizás los más comunes son la muerte simbólica y la reencarnación, la Noche Obscura del Alma y el Amanecer Dorado, obscuridad e iluminación. En todo caso sea éste o no un misticismo verdadero, depende de si la reencarnación o iluminación está basada en la creencia y uso de la unión mística. La aplicación de los principios, métodos de unión y transmutación se enseñan a los iniciados a través de las escuelas de los misterios u órdenes fraternales. Estas son iniciáticas en naturaleza; los estudiantes aceptados como neófitos son iniciados y adiestrados de acuerdo a los métodos de instrucción bien planificados, y los principios y ejercicios adecuadamente probados. Las órdenes místicas tales como los Rosacruces han estado a menudo entre los primeros promotores de la reforma del conocimiento, las enseñanzas místicas en sí mismas y los campos generales del conocimiento. Con frecuencia, han sido ellos, en forma individual o en grupos, quienes han formado academias, escuelas o sociedades de aprendizaje. Finalmente, después de las épocas egipcias y griegas, algunas veces, los Rosacruces pudieron haber sido identificados por la influencia sobre ellos de la filosofía Hermética, la alquimia, la Cábala, la teoría pitagórica de los números, el gnosticismo, y los así llamados grupos heréticos, así como la influencia de los antiguos misterios, el platonismo y el neoplatonismo. Antes de que analicemos los misterios egipcios de Osiris, quiero discutir brevemente sobre los misterios en general. Existen tres clases principales de ritos de misterio: Primero, hay ritos de transición, tales como el bautismo, la pubertad, el matrimonio y los ritos de muerte. Estos son usualmente religiosos o semireligiosos y marcan ciclos o acontecimientos en la vida de las personas. Enfatizan el significado y la importancia de estos eventos, estas etapas de la vida. En segundo término, hay enseñanzas religiosas concernientes a la naturaleza de Dios o de los dioses, el universo y el hombre. Estas pueden ser llamadas algunas veces propiamente, misterios. Por último, existen los ritos de transición del Dios y otras enseñanzas religiosas relacionadas. Estas enseñanzas religiosas más generales no son necesariamente místicas. Cuando son místicas, deben estar basadas en el concepto y la experiencia de la unión mística, como en los rituales egipcios en que el difunto, el escriba real de Tebas, Ani, por ejemplo, se le impartía el nuevo nombre de Osiris-Ani. Esto significa que la persona Ani es Osiris ahora, lo cual puede indicar sólo una transformación, o una unión mística del hombre y dios. Tales ritos y enseñanzas, cuando son místicos, pueden ser religiosos, tal como los misterios Osirianos y Eleusinos, o pueden ser filosóficos. Podemos suponer, sin embargo, que los rituales místicos estuvieron asociados con las escrituras herméticas y con las enseñanzas cabalísticas, ninguna de las cuales son religiosas en el sentido tradicional. Algunas veces los misterios y filosofías tradicionales que han sido las fuentes de las doctrinas y teorías Rosacruces están completamente dentro de las enseñanzas ortodoxas de la época, como aparentemente fueron los misterios de Osiris. Probablemente aquí, como en los misterios eleusinos, existía una esencia esotérica que no fue revelada a la persona común. Los principios y símbolos de la esencia habrían ido más allá de un entendimiento ortodoxo. Esto continuó siendo verdad con respecto a los misterios del sur de Francia durante la época de los condes de Toulouse. Las enseñanzas místicas pueden ser completamente filosóficas, como lo fueron la filosofía Hermética y la alquimia que sirvieron de fachada a las organizaciones Rosacruces de la Edad Media. Las enseñanzas secretas (ya sean religiosas, filosóficas, ortodoxas o no) permanecen místicas porque son iniciáticas, estando basadas en un sistema simbólico tradicional así como también en principios tradicionales. No obstante, como sabemos por las enseñanzas Rosacruces, esto no significa que los misterios no cambian. Las enseñanzas se mantienen al día y aun más allá de las épocas por el fundamento de los principios místicos. La importancia de Osiris La esencia original de las enseñanzas y rituales esotéricos pueden ser también la base del pensamiento y ritos exotéricos. En Egipto, Osiris fue adorado desde las épocas históricas más antiguas (y probablemente aún antes) durante la caída de Egipto y la toma del poder por los romanos. Aunque existieron muchos otros dioses, Osiris fue usado por lo general para rituales de muerte y rituales asociados con el faraón y el estado. Es fácil de creer, pero imposible de probar que, al menos durante la décima octava Dinastía (cuando la Orden se originó tradicionalmente) existía un grupo esotérico de iniciados cuyas enseñanzas y rituales venerables fueron la base de las ceremonias externas, exotéricas, sagradas y seculares. Parece que dos de las claves para la historia y la religión egipcia fueron en primer término, que el estado fue una teocracia, y segundo, el politeísmo aparente fue una manera de simbolizar una religión o filosofía panteísta y monista. Osiris, Isis y Horus fueron la base de la teocracia. Los numerosos dioses (al menos para los iniciados) fueron atributos o aspectos del único Dios, ya sea que fuera llamado Ra, Ptah, Amon o algún otro nombre. Si esto es verdad, entonces la razón por la cual Osiris no fue el Dios Creador original fue porque inicialmente era un verdadero faraón. Esta es la razón por la que el faraón existente fue llamado Horus, el hijo de Osiris, y el gobernador muerto era Osiris, el Señor de los Reinos Ocultos (Tuat). Como el faraón en la Tierra era Horus, y Osiris en los Reinos Ocultos, Tuat o el otro mundo, así también la muerte y el iniciado eran Horus en la Tierra y Osiris en Tuat. En todas las enseñanzas místicas el hombre en sí mismo es el símbolo principal. Él es mundano y cósmico, tipo y arquetipo. Los principios y rituales giran alrededor del hombre cósmico y su manifestación mundana. Esto es verdad, cualesquiera que sean los factores culturales, ya sea Osiris e Isis, Deméter y Perséfone, Adam Kadmon de la Cábala, el homúnculo u hombre creado de la alquimia, el padre y el hijo de algunos filósofos y alquimistas, o el simbolismo maestro-iniciado de las actuales enseñanzas Rosacruces. Puesto que el hombre es el símbolo principal, las enseñanzas lo instruyen en el desarrollo místico del iniciado así como también promueven la realización y la expresión de éste con el fin de alcanzar tres resultados: 1) La autointegración, armonía, o unión del individuo; 2) La unión de lo que nos hemos referido como el campo del hombre o el ambiente; y 3) La unión cósmica, de lo que los otros dos son parte. Anteriormente manifestamos que Osiris es tan antiguo como las primeras dinastías. A Osiris se le consideró hombre y dios; es por eso que su asociación con la muerte y los ritos funerarios fue tan importante. Las transiciones de Osiris y del hombre eran similares; lo que Osiris hacía, el hombre podía hacerlo. Mitológicamente, Osiris fue asesinado y desmembrado por su hermano Set, aunque las diferentes versiones de este mito varían en detalle. El desmembramiento era común no sólo para Osiris sino que también fue encontrado en la mitología griega y en el simbolismo alquímico. Místicamente, representa la muerte aparente del ser externo, la disolución o degeneración antes de la evolución y el renacimiento. La diosa Isis buscó el cuerpo de su esposo, lo encontró, es decir, encontró sus partes, y no sólo las puso juntas, sino que tuvo con él un hijo, Horus, quien más tarde luchó con el enemigo de su padre, Set; y lo derrotó. Algunos mitos cuentan que Osiris fue sepultado cerca de Abidos; otros dicen que partes de su cuerpo fueron enterradas en las ciudades donde el culto a Osiris fue generalizado. De cualquier manera, uno de los diversos significados inherentes en el mito es la transición del dios del mundo viviente al mundo de la muerte. En este caso, la "muerte" no significa inexistencia; al contrario, significa existencia en otro mundo escondido al cual los egipcios llamaron Tuat. El mundo real de Tuat tiene muchas cámaras o cavernas, se nos ha dicho, a través de las cuales Osiris, así como también el muerto o iniciado debe progresar hasta que alcance el verdadero reino de Osiris y los benditos, el Campo de las Cañas, que corresponde a los Campos Elíseos de los grecos. El Libro de las Cavernas grabado en la tumba de Ramsés VI relata el viaje del dios Sol Ra a través del reino de Tuat, el reino nocturno del Sol. Según la mitología egipcia, Ra sale en la mañana de entre las montañas del Este; cruza el cielo durante el día; y se pone entre las montañas del Oeste en el reino de Tuat. Viaja a través de Tuat dando luz, y por lo tanto, dando vida a sus habitantes. Ra es el sol de las doce horas del día; Osiris es el sol de las horas nocturnas y Tuat, y Osiris es el Señor de Amenti, otro nombre para Tuat. Por lo tanto, Osiris fue llamado con frecuencia Khenti-Amenti, Señor del otro Mundo. Sin embargo, originalmente Osiris fue un dios terrenal asociado con el crecimiento del grano. Está también relacionado con el Nilo y se ha dicho que su cuerpo fue puesto en una canasta para que flotara en el río. La leyenda dice generalmente que Isis encontró el cuerpo de Osiris en la ciudad de Biblos en la antigua Fenicia, pero esto pudo ser una mala interpretación de los términos griegos. Biblos significa también papiros y por lo tanto, los pantanos del delta donde Osiris pudo haber sido encontrado, porque se ha dicho también que Isis concibió y crió a Horus en los pantanos de papiros. Osiris y sus diversos mitos fueron la base de ritos y ceremonias, ambos religiosos y seculares. El faraón viviente era Horus, el hijo de Osiris; el faraón muerto era Osiris. La persona moribunda que creía en Osiris se convertía en él en su propia muerte. Volverse un Osiris en la muerte, es un símbolo de unión con el dios de los Reinos Ocultos. Los ritos seculares, usando el mito de Osiris, fueron la ceremonia de coronación; los ritos de la sucesión del faraón al trono; el festival de la cosecha de Min; la festividad de Sed que se ejecutaba para simbolizar el rejuvenecimiento del faraón; y las festividades relacionadas con los rituales del otoño en los períodos del desbordamiento anual del Nilo en su punto culminante. En consecuencia, Osiris era imaginado en la forma de una momia retoñando pecíolos de grano. Jardines de Osiris, utilizados en algunos ritos, eran pequeñas estatuillas del dios que habían sido sembradas con semillas de grano, las cuales germinaban, simbolizando la renovación de la vida. Aunque éstos fueron primordialmente ritos seculares, es difícil trazar una línea de diferencia entre las ceremonias egipcias religiosas y las seculares. Una importante obra o drama del misterio de Osiris se encuentra en una estela de Abidos de la época del faraón Usirtsen II de la Duodécima Dinastía (alrededor del Siglo XIX A.C.). Durante esta dinastía, Osiris fue llamado el "Señor de la Vida", “Regente de la Eternidad”, "Gobernador de Amenti". Sin embargo, este drama usualmente se realizaba cada año en Abidos, como una celebración pública en honor al Gran Dios Osiris. Miles de personas hacían el peregrinaje para asistir y de cierto modo participar en esta ceremonia anual. Como un ejemplo, la estela describe una escena principal como sigue: “Yo representé la aparición de Ap-uat cuando se proponía defender a su padre”. Ap-uat, hijo de Osiris, identificado con Anubis, fue el líder de la expedición de Osiris, la cual se formaba de los sacerdotes y el pueblo. Anubis caminaba al frente de la expedición; luego le seguía una barca con la figura de Osiris y los "seguidores" del dios, y por último la muchedumbre. Esto es en su totalidad un ritual externo, exotérico, en el cual todo el populacho tomaba parte. La versión de Dendera Una versión mucho más interesante está esculpida en las paredes del Templo de Dendera. Lo siguiente es una narración condensada de esta versión esotérica: En el drama de Dendera dieciséis modelos del cuerpo despedazado de Osiris estaban hechos de trigo y barro, y cada parte era enviada al pueblo en donde se suponía habían sido enterrados, según el mito. Cada pieza se colocaba en el santuario local de Osiris. (Esto simboliza la dispersión de los miembros del cuerpo de Osiris después de que Set lo mató) Pero ya que estas figuras están hechas de trigo y barro, esto representa también, la semilla de los festivales estacionales del grano. Una figura de Osiris se construye (es decir, una forma total, significando con esto que las dieciséis partes del cuerpo han sido encontradas por Isis y Nephthys y convertidas en su cuerpo total nuevamente). La réplica osiriana y otras estatuillas de dioses son llevadas a la tumba, con la ayuda de la luz de una lámpara y se entierra al dios Osiris. Esto viene a ser entonces, la figura de Osiris Khenti-Amenti, el Señor del Bajo Mundo. La figura de Seker o Arisen Osiris era una estatuilla moldeada que representaba a un Osiris reconstruido con símbolos de realeza, incluyendo al símbolo del áspid sagrado o cobra que los faraones usaban en sus tocados, el símbolo de la protección del faraón. Una inscripción proporciona los nombres de las diosas Shenti, que significa Isis y Nephthys, las hermanas de Osiris quienes lo encontraron y lamentaron su muerte. Luego, se daban instrucciones para hacer el sarcófago, vasijas, y demás utensilios. La figura de Seker se tomaba de su molde; ésta era la imagen reconstituida de Osiris, y Horus, el hijo del primero, vio a su padre como renacido. Finalmente, Osiris fue embalsamado, se levantó la columna Djed, y lo sepultaron. Se ha dicho que la columna Djed representa la espina dorsal de Osiris, pero es más probable que represente un árbol. La palabra Djed significa estable o estabilidad. Seguramente la columna tiene muchos significados: es el árbol o planta que permanece viva cuando está vertical; está asociada con Osiris porque algunos mitos dicen que él fue encontrado en un árbol, y elevar la columna en los ritos de Osiris significó, por lo tanto, que él fue elevado, resucitado o renacido. Así se simboliza la reencarnación espiritual del iniciado. Los ritos de Osiris están relacionados con la festividad llevada a cabo en el mes de Khoiak cuando la inundación del Nilo tomaba lugar, sobre la cual dependía la agricultura de esa zona. Los objetos moldeados usados en esta festividad fueron hechos para cada uno de los dieciséis santuarios de Osiris a los cuales se habían enviado los miembros simbólicos de su cuerpo. En el duodécimo día del mes de Khoiak la festividad del arado era celebrada en el Templo de Isis. Las molduras de Osiris y de Sep (la figura de Osiris formada del cuerpo desmembrado) eran colocadas en un sarcófago de sicómoro y enterradas. Estos ritos en el Templo de Dendera fueron realizados en secreto por los sacerdotes, parcialmente, en la mayoría de los lugares sagrados del templo, y en parte, en la tumba, mientras aquellos de Abidos eran ejecutados públicamente. Los ritos secretos simbolizan la muerte, el desmembramiento, la reconstitución y la resurrección de Osiris. El que fueran asociados con la inundación del Nilo y el arado, hace comprensible que la sepultura de Osiris simbolizara la plantación del grano, y su renacimiento asegurara el crecimiento de éste. Pero todo esto hace comparación y corresponde a la vida y muerte de un individuo, y a la muerte simbólica y renacimiento del iniciado. La persona iniciada juega el papel del dios Osiris, quien es un dios-hombre. Este es un intento para dramatizar una experiencia de unión mística, la cual probablemente vendría hasta el acto final del drama, como sucedía en los misterios eleusinos. En conclusión, los antiguos egipcios creían que todo lo que vive y todo lo que crece es el resultado de una cooperación completamente misteriosa, inexplicable e invisible de factores disímiles. Y por encima de todos éstos, los pueblos antiguos prestaron atención a las ocasiones en donde las fuerzas opuestas (se podría decir fuerzas mutuamente exclusivas) se combinan en la creación de un nuevo estado del ser. La vida y la muerte parecen ser opuestos irreconciliables; pero juntas forman una vida eterna. Ni el nacimiento ni la muerte predominan; se alternan, o expresado más propiamente, se producen mutuamente. La obra misteriosa del propósito divino puede parecer contradictoria, a que este concepto cíclico de la renovación de la vida por medio de la cooperación y la unión de opuestos, sea entendido. La vida universal es la totalidad de la muerte y el nacimiento. En ésta, las fuerzas hostiles se han reconciliado y han abandonado su independencia individual. Los antiguos la llamaron vida eterna, auto rejuvenecedora, la "vida divina" Ellos contemplaron la autorenovación de ésta, como el acto divino de la creación repitiéndose eternamente. La manifestación armoniosa y la realización del nacimiento, la muerte y la reencarnación dentro de la Vida Divina es la unión secreta, en el centro de todos los misterios.