dictamen - Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha

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DICTAMEN Nº 24
# Nº. 24/1997, de 29 de abril
Expediente relativo a resolución de contrato de obras en la "Zarzuela-Urbanización nº. 50.
PSAM/93". Diputación Provincial de Cuenca.
ANTECEDENTES
Con fecha 9 de junio de 1995 la Excma. Diputación Provincial de Cuenca acordó conceder un
plazo de un mes a la empresa M., S. L. adjudicataria de las obras de "Zarzuela-Urbanización nº.
50. PSAM/93" para que subsanase las deficiencias observadas en el acto de recepción provisional
de las obras de referencia como eran "repasar los acondicionamientos de los pozos de registro y
reponer una acometida eléctrica y de aire a presión dañadas durante la ejecución de las obras".
La Excma. Diputación Provincial de Cuenca en sesión de su Comisión de Gobierno de 1 de marzo
de 1996, teniendo en cuenta el informe del Director Técnico de las obras, de fecha 18 de julio de
1995 "del que se desprende que el adjudicatario no había efectuado las reparaciones que se le
indicaron", acuerda, en aplicación de los artículos 143.2 y 147.2 de la Ley de Contratos de las
Administraciones Públicas, de 18 de mayo de 1995, la iniciación del expediente de resolución del
contrato por incumplimiento culpable del contratista, la incautación de la fianza definitiva, así
como el otorgamiento de un plazo de alegaciones al adjudicatario, en cumplimiento de los
trámites previstos en el artículo 59.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico
de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
El contratista presenta escrito, con fecha 3 de abril de 1996, en el que hace constar que las
deficiencias observadas "fueron subsanadas durante el período establecido por su Excma.
Diputación Provincial". Del escrito de alegaciones presentado por la empresa contratista de
obras, se da traslado al Director Técnico de las mismas, quien informa el 9 de octubre de 1996
que, hasta esa fecha, la empresa no ha efectuado las reparaciones requeridas.
Con fecha 8 de noviembre de 1996 la Comisión de la Excma. Diputación Provincial de Cuenca,
teniendo en cuenta los antecedentes del expediente ya expuestos, acordó conceder a la empresa
M., S.L. adjudicataria de la obra denominada "Zarzuela-Urbanización nº. 50. PSAM/93" un
nuevo plazo de 15 días para que subsanen las deficiencias que se indican en el dictamen emitido
por el Director Técnico de las obras y, pasado el mismo sin haber corregido dichas deficiencias,
previo informe del Técnico Director, se solicite el preceptivo dictamen del Órgano Consultivo de la
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
EXTRACTO DE LA DOCTRINA
Como ya ha dicho este Consejo en sus dictámenes 2 y 3 de 1997, al no existir en la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas una regulación específica del derecho transitorio,
deben aplicarse las normas de derecho común contenidas en las disposiciones transitorias del
Código Civil, normas que, en desarrollo del principio "tempus regit actum", distinguen entre los
actos y contratos realizados con anterioridad al cambio normativo, que surtirán todos sus efectos
con arreglo a la legislación anterior y los procedimientos para ejercitar los derechos que de esos
actos o contratos se deriven, que se regirán por la normativa en vigor al tiempo en que se
ejerciten.
Los preceptos que la Ley de contratos de 1965 y su Reglamento de 1975 dedican a la causa de
resolución que motiva el presente expediente no presentan cambio sustancial con respecto a los
que, en la Ley 13/1995, regulan esta misma causa y, por ello, la invocación, en los distintos
acuerdos que adopta la Corporación Provincial consultante, de esta última Ley para fundamentar
jurídicamente la resolución del contrato, no adquiere, a juicio de este Consejo, la suficiente
entidad como para invalidar el expediente, si bien no deja de ser una incorrecta invocación de las
normas que, como tal, debe advertirse a la administración instructora.
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En el expediente de resolución objeto de dictamen, el supuesto de hecho que lo motiva debe ser
identificado con la demora en el cumplimiento del plazo total del contrato, y el procedimiento de
aplicación será el específicamente previsto en el artículo 97.1 de la Ley 13/1995, artículo que
exige, para todos los casos, como únicos trámites preceptivos el de audiencia al contratista y, sólo
en aquéllos en los que éste formule oposición, el dictamen del órgano consultivo.
En reiteradas ocasiones ha destacado este Consejo la importancia del trámite de audiencia en el
procedimiento administrativo, así como la necesidad de que, para que cumpla su finalidad, sea
correctamente otorgado al interesado y ello no sólo por la garantía que, para la defensa de los
derechos del administrado, supone la posibilidad de ser oído en el procedimiento, sino por los
elementos de juicio que sus alegaciones pueden aportar al órgano administrativo que finalmente
lo resuelva.
Considerada así la importancia del trámite, ha de concluirse que su otorgamiento, además de ser
inexcusable en el procedimiento, ha de producirse en la forma y en el momento debido y es desde
esta exigencia desde la que hay que valorar si la audiencia preceptiva se ha practicado o no, lo
cual nos lleva a examinar con detalle el curso seguido en la compleja tramitación del expediente.
El que el contratista presente escrito de alegaciones en el que manifiesta que ha efectuado las
reparaciones ordenadas por la Diputación y en el plazo indicado, induce a considerar que, pese a
los defectos formales que se han ido exponiendo, el interesado conocía el contenido de los dos
acuerdos de resolución del contratos adoptados por la Administración.
Desde el momento en que la Administración accede a conceder un "nuevo" plazo, es el eventual
incumplimiento de éste y no del concedido al tiempo de practicar la recepción, la causa que podría
motivar la resolución del contrato, de forma que, acreditado este incumplimiento, debiera ponerse
nuevamente en conocimiento del contratista la voluntad resolutoria y realizar, en este preciso
momento, el trámite esencial que prevé la Ley en estos supuestos.
En conclusión a cuanto se ha expuesto, considera este Consejo que el expediente remitido para
dictamen adolece de un vicio esencial de procedimiento, la omisión del trámite de audiencia al
contratista tras la concesión de un nuevo plazo para subsanar los defectos observados en la obra.
Procedería, en consecuencia, que la Administración consultante conceda el trámite de audiencia,
declarando de nuevo, expresamente, su voluntad resolutoria del contrato y, si el contratista
formula oposición, remita el expediente a este Consejo para la emisión del preceptivo dictamen;
en caso de que no formule oposición, la Corporación podrá adoptar el acuerdo que estime más
acertado, sin necesidad de consulta a este órgano.
CONSIDERACIONES
I
El apartado 3 del artículo 60 de la Ley 13/1995, de 18 de mayo, de Contratos de las
Administraciones Públicas, establece el carácter preceptivo del dictamen del Consejo de Estado u
órgano consultivo equivalente de las Comunidades Autónomas, en los supuestos de resolución de
contratos administrativos, cuando se formule oposición por parte del contratista. Asimismo, si la
resolución se fundamenta en la demora imputable al contratista en la ejecución de las obras, el
artículo 97.1 de la Ley 13/1995 citada, establece igualmente, la preceptividad del dictamen del
órgano consultivo, cuando se formule oposición por el contratista.
En el presente expediente, el órgano consultante solicita el dictamen de este Consejo invocando el
artículo 97 de la Ley de Contratos citada, por entender que en el expediente de resolución del
contrato de obras que somete a consulta, existe la referida oposición. El examen del mismo
permite aseverar que así es por cuanto se puede considerar como voluntad opuesta de la
resolución el compromiso asumido por el contratista de cumplir íntegramente el contrato.
En consecuencia, se emite el presente dictamen de conformidad con lo previsto en el artículo 57
de la Ley 8/1995, de 21 de diciembre, del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La
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Mancha y con el carácter preceptivo que impone el artículo 60, apartado 3 de la Ley 13/1995, de
18 de mayo, de contratos de las Administraciones Públicas.
II
La Administración consultante invoca, en los distintos acuerdos que adopta durante la
tramitación del expediente de resolución de contrato, los preceptos de la vigente Ley de Contratos
de las Administraciones Públicas, tanto para fundamentar los trámites que en este procedimiento
se practican, como la causa de resolución que motiva su incoación.
Ha de tenerse en cuenta a este respecto que el contrato a que se refiere este expediente debió
adjudicarse con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 13/1995 citada, por cuanto la
recepción provisional de las obras realizadas en cumplimiento de aquél se practica con
anterioridad a aquella fecha. Por ello, es preciso examinar si es esta norma la que resulta de
aplicación a todos los extremos derivados del contrato que se pretende resolver.
Como ya ha dicho este Consejo en sus dictámenes 2 y 3 de 1997, al no existir en la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas una regulación específica del derecho transitorio,
deben aplicarse las normas de derecho común contenidas en las disposiciones transitorias del
Código Civil, normas que, en desarrollo del principio "tempus regit actum", distinguen entre los
actos y contratos realizados con anterioridad al cambio normativo, que surtirán todos sus efectos
con arreglo a la legislación anterior y los procedimientos para ejercitar los derechos que de esos
actos o contratos se deriven, que se regirán por la normativa en vigor al tiempo en que se
ejerciten.
Conforme a estas reglas, habría que diferenciar, igualmente, en el presente expediente entre los
efectos del contrato -y, por lo que aquí interesa, las causas de su resolución- y los procedimientos
para ejercitar los derechos que para cada una de las partes contratantes deriven de aquél, para
aplicar, a cada una de estas cuestiones, la normativa correspondiente.
Así, por lo que respecta a las causas de resolución del contrato, su celebración con anterioridad a
la entrada en vigor de la Ley 13/1995, determinaría, conforme a lo dispuesto en el artículo 88 de
la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, la aplicación de la legislación estatal vigente
en aquel momento, esto es, de la Ley de Contratos del Estado, texto articulado aprobado por
Decreto 923/1965, de 8 de abril, y su Reglamento de aplicación, aprobado por Decreto 3.410/1975,
de 25 de noviembre, así como de la normativa propia, en materia de contratación, de las
Corporaciones Locales, esto es, el Reglamento de Contratación de 9 de enero de 1953, norma que,
según declaró reiteradamente el Tribunal Supremo (entre otras Sentencias del Tribunal Supremo
la de 17 de febrero de 1992), mantuvo su vigencia hasta la entrada en vigor de la Ley 13/1995
citada. Los preceptos que estas normas dedican a la causa de resolución que motiva el presente
expediente no presentan cambio sustancial con respecto a los que, en la Ley 13/1995, regulan esta
misma causa y, por ello, la invocación, en los distintos acuerdos que adopta la Corporación
Provincial consultante, de esta última Ley para fundamentar jurídicamente la resolución del
contrato, no adquiere, a juicio de este Consejo, la suficiente entidad como para invalidar el
expediente, si bien no deja de ser una incorrecta invocación de las normas que, como tal, debe
advertirse a la administración instructora.
Por lo que respecta a los procedimientos para hacer valer los derechos nacidos de un contrato
celebrado con anterioridad a la Ley 13/1995, ya se ha dicho que, si su ejercicio se pretende
cuando está ya vigente la nueva norma, es ésta Ley y no la anterior, la que debe observarse.
Concretamente, en el presente expediente se pretende hacer valer la prerrogativa de la
Administración de resolver los contratos y, sobre el procedimiento para ejercitarla, la nueva Ley
de Contratos de las Administraciones Públicas contiene varios preceptos que deben ser objeto de
análisis para determinar cuál debe ser el procedimiento a seguir para resolver el contrato por la
específica causa invocada en el expediente.
Ante todo, este examen debe comenzar por la Disposición Adicional Séptima de la Ley 13/1995,
disposición que, sobre los procedimientos en materia de contratación, establece que "se regirán
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por los preceptos contenidos en esta Ley, siendo de aplicación supletoria los de la Ley de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común".
El artículo 60 de la Ley, al referirse al ejercicio de las prerrogativas que tiene la Administración
de interpretar, modificar y resolver los contratos administrativos, exige que se tramite el
"correspondiente expediente", en el que se dará audiencia al contratista y, si éste manifiesta su
oposición, que se solicite el dictamen del órgano consultivo que proceda. Siendo ésta toda la
regulación que, sobre procedimiento, contiene el precepto citado, habría que acudir, conforme a
la Disposición Adicional Séptima transcrita, a la normativa recogida en el Título VI de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común, para la tramitación del "correspondiente expediente" que
prevé el artículo 60 citado.
Otros preceptos de la Ley 13/1995 posteriormente regulan, por separado, el ejercicio de cada una
de las prerrogativas que ese artículo 60 recoge conjuntamente. Así, para la resolución de los
contratos y por la específica causa de demora en la ejecución imputable al contratista, el artículo
97.1 de la Ley 13/1995, dispone que "ésta deberá acordarse sin otro trámite preceptivo que la
audiencia al contratista y, cuando se formule oposición por parte de éste, el dictamen del Consejo
de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma respectiva".
La expresión que incluye el precepto transcrito "sin otro trámite preceptivo" y la causa específica
de resolución que regula, cuya apreciación puede realizarse de manera casi automática frente a la
del resto de posibles motivos resolutorios, conducen a considerar que, para este supuesto
específico, la validez del procedimiento queda circunscrita esencialmente, al cumplimiento en la
forma debida del trámite de audiencia, en todos los casos y, en aquéllos en los que se formule
oposición del contratista, además, al dictamen del órgano consultivo.
Para concluir este examen sobre la normativa aplicable al concreto expediente de resolución
sobre el que se solicita el dictamen, resta por analizar si el artículo 97.1 citado, con la específica
tramitación que regula, resulta de aplicación a la causa invocada en este expediente, por cuanto
ésta -el incumplimiento del plazo para corregir los defectos observados en las obras al tiempo de
su recepción- se contempla, como tal causa de resolución, en un precepto diferente y específico de
la Ley de Contratos. A este respecto, y como ya se ha dicho que la normativa aplicable a la causa
de resolución es la anterior a la entrada en vigor de la Ley 13/1995, hay que tener en cuenta lo
dispuesto en el Reglamento General de Contratación del Estado, norma que, si bien regulaba, al
igual que lo hace la nueva Ley, en preceptos diferentes la demora imputable al contratista en la
ejecución de la obra y el incumplimiento del plazo otorgado para subsanar deficiencias, venía
finalmente, a equiparar ambos motivos resolutorios, al establecer, en el artículo 170, que si el
contratista no hubiese cumplido el plazo otorgado para subsanar defectos, "se declarará resuelto
el contrato con pérdida de fianza por no terminar la obra en el plazo estipulado ...".
De manera que si conforme a esta norma, en el expediente de resolución objeto de dictamen, el
supuesto de hecho que lo motiva debe ser identificado con la demora en el cumplimiento del plazo
total del contrato, el procedimiento de aplicación será el específicamente previsto en el artículo
97.1 de la Ley 13/1995, artículo que, como ya se ha dicho, exige para todos los casos, como únicos
trámites preceptivos el de audiencia al contratista y, sólo en aquéllos en los que éste formule
oposición, el dictamen del órgano consultivo.
En reiteradas ocasiones ha destacado este Consejo la importancia del trámite de audiencia en el
procedimiento administrativo, así como la necesidad de que, para que cumpla su finalidad, sea
correctamente otorgado al interesado y ello no sólo por la garantía que, para la defensa de los
derechos del administrado, supone la posibilidad de ser oído en el procedimiento, sino por los
elementos de juicio que sus alegaciones pueden aportar al órgano administrativo que, finalmente,
lo resuelva. En el supuesto específico que nos ocupa, la observancia de este trámite adquiere, si
cabe, mayor relevancia, por cuanto, permitiendo el legislador con la norma que incluye en el
artículo 97.1, una celeridad en la tramitación del expediente de resolución de contrato -movido,
probablemente, por la relativa sencillez de la comprobación de la causa resolutoria y porque,
razones de interés público, exigen una pronta solución a la demora que ya se está produciendo en
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la ejecución de las obras-, ha querido, no obstante que, en ningún caso, deje de oírse al
contratista.
Junto a estas razones reveladoras de la importancia del trámite, hay que tener en cuenta que, con
invocación del artículo 97.1 de la Ley 13/1995, se está pretendiendo una resolución del contrato
por causas imputables al contratista y que, en determinados supuestos, pese a lo que inicialmente
considere la Administración, pueden existir circunstancias no imputables a aquél que le impidan
realizar el contrato en el tiempo pactado, circunstancias que, pueden ser valoradas por el órgano
encargado de su resolución. sólo tras oírle en el procedimiento.
Considerada así la importancia del trámite, ha de concluirse que su otorgamiento, además de ser
inexcusable en el procedimiento, ha de producirse en la forma y en el momento debido y es desde
esta exigencia desde la que hay que valorar si la audiencia preceptiva se ha practicado o no, lo
cual nos lleva a examinar con detalle el curso seguido en la compleja tramitación del expediente.
III
El objeto inicial del expediente es la resolución del contrato de obras suscrito con la empresa M.,
S.L. y denominado Zarzuela-Urbanización nº. 50 PSAM/93, por incumplimiento del contratista
del plazo para efectuar las reparaciones que se le ordenaron al tiempo de recibir provisionalmente
las obras conforme establece el artículo 170 del Reglamento General de Contratación del Estado.
Al no asistir el contratista a este acto de recepción, tendrá conocimiento de las obras y el plazo en
que debía realizarlas, a través de la notificación que se le hace del acuerdo de 9 de junio de 1995,
aunque no consta en el expediente que se le diera traslado del mismo. Las obras que se le ordena
realizar consisten, según el referido acuerdo, en "repasar los acondicionamientos de los pozos de
registro y reponer una acometida eléctrica y de aire a presión dañadas durante la ejecución de las
obras" y ello "en el plazo de un mes" cuyo inicio de cómputo, aún cuando nada dice el acuerdo,
ha de entenderse referido a la fecha en la que el contratista tuviera conocimiento del acto, dato
éste que, como se ha dicho, no se desprende del expediente.
Consta en el expediente un informe del Servicio de Planificación y Contratación de esa Excma.
Diputación Provincial, en el que se afirma que "con fecha 18 de julio de 1995 el facultativo
encargado de la dirección técnica (...) emitió informe del que se desprende que el adjudicatario no
había efectuado las reparaciones que se le indicaron. Nuevamente en conversaciones telefónicas
mantenidas con el citado técnico se nos indica que las deficiencias siguen sin reparar".
En base a este informe e invocando la aplicación de los artículos 147.2 y 144.4 de la Ley 13/1995
ya citada, la Comisión de Gobierno opta entre las dos soluciones alternativas que, para este
supuesto, prevé el primero de los preceptos citados, por iniciar el expediente de resolución de
contrato, acordando, junto a este inicio del expediente conceder trámite de audiencia al
contratista, incautar la fianza definitiva y ordenar al facultativo director de las obras la
preparación de la liquidación de las mismas, todo ello con el tenor literal con que se reproduce en
el antecedente tercero. Se expresa así una clara voluntad resolutoria, frente a la otra opción
posible que podía haber seguido la Administración de conceder un nuevo plazo, ya improrrogable
al contratista.
La comunicación de este acuerdo se remite al domicilio del contratista por correo certificado, sin
que conste en el expediente su acuse de recibo. No obstante, con fecha 29 de marzo de 1996, el
contratista presenta escrito de alegaciones en el que manifiesta que ha efectuado las reparaciones
ordenadas por la Diputación y en el plazo indicado, lo que induce a considerar que, pese a los
defectos formales que se han ido exponiendo a lo largo de esta consideración, el interesado
conocía el contenido de los dos acuerdos examinados.
Concluye su escrito comprometiéndose "a realizar la corrección de las deficiencias encontradas
en las obras en un plazo no superior a 15 días", compromiso que puede entenderse, como parece
haberlo hecho la Diputación Provincial, con un doble contenido: como oposición a la voluntad
resolutoria del contrato puesta de manifiesto por ésta en su acuerdo de inicio y como voluntad de
cumplir el mismo, solicitando para ello un nuevo plazo. A esta solicitud formulada en la
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realización efectiva del trámite de audiencia, dará contestación, como más adelante señalaremos,
la Administración instructora, en su acuerdo de 8 de noviembre de 1996.
De las alegaciones del adjudicatario se da traslado al Director Técnico, quién informa, seis meses
más tarde, que las obras siguen sin ejecutarse, y que consisten "en los acondicionamientos de los
pozos de registro ejecutados en dicha obra. Para ello, se debe quitar el material que rodea el cerco
de las tapas de los pozos y rellenarlo con hormigón H-150". El tenor literal del informe, revela en
primer lugar, que al menos, una de las dos obras ordenadas inicialmente (la reparación de la
acometida eléctrica) ya había sido realizada o carecía ya de relevancia para el correcto acabado
de la obra principal y, en segundo lugar, que se detalla ahora lo que inicialmente no había sido
precisado, esto es, la forma de realizar la reparación y el material a emplear. Se viene a cumplir
así y ahora lo dispuesto en el artículo 147.2 de la Ley 13/1995 que exige que las instrucciones que
se impartan al contratista, si las obras no se hallan en estado de ser recibidas, sean detalladas.
Finalmente, la Comisión de Gobierno de la Excma. Diputación Provincial, teniendo en cuenta,
sin duda, las alegaciones del adjudicatario, así como la precisión de las instrucciones que realiza
el director facultativo, acuerda, desistiendo, al menos transitoriamente, de su inicial voluntad
resolutoria, conceder un nuevo plazo al contratista de quince días, para que realice las
reparaciones que se recogen en el último informe del técnico, y ello conforme a lo dispuesto en el
artículo 147.2 de la Ley 13/1995 citada. El mismo acuerdo establece que, pasado este plazo sin
haber corregido dichas deficiencias "previo informe del Director Técnico, se solicite el preceptivo
dictamen del órgano consultivo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha".
Se adoptan así en este acuerdo, conjuntamente, la decisión de conceder al contratista un nuevo
plazo para la ejecución de las obras y, para el supuesto de que el contratista lo incumpla, la de
solicitar el dictamen del órgano consultivo que preceptivamente exige la Ley de Contratos para la
resolución de los contratos, cuando existe oposición.
La primera de estas dos decisiones se configura, en el artículo 147.2 de la Ley 13/1995, como
alternativa a la resolución del contrato, de manera que su adopción supone dejar sin efecto la
voluntad resolutoria expresada en el acuerdo de inicio de expediente, para seguir -sin duda por
motivos de interés público- la opción de instar el cumplimiento del contrato en un nuevo plazo, tal
como permite el precepto citado.
La segunda de las dos decisiones que contiene el acuerdo, al vincular la petición de dictamen del
órgano consultivo, únicamente al incumplimiento del nuevo plazo otorgado, parece que da por
supuesto que la eventual concurrencia de esta causa de resolución no requeriría practicar de
nuevo el trámite de audiencia y, además, que existe oposición del contratista a una voluntad
resolutoria que este acuerdo no expresa.
Tales presupuestos no son admisibles. Desde el momento en que la Administración accede a
conceder un nuevo plazo, es el eventual incumplimiento de éste y no del concedido al tiempo de
practicar la recepción, la causa que podría motivar la resolución del contrato, de forma que,
acreditado este incumplimiento, debiera ponerse nuevamente en conocimiento del contratista la
voluntad resolutoria y realizar, en este preciso momento, el trámite esencial que prevé la Ley en
estos supuestos, trámite que no puede darse por cumplido con el realizado con anterioridad al
acuerdo de 8 de noviembre de 1996.
Consta que de este acuerdo se dio traslado al contratista, pero, igualmente consta y es obligado
resaltar: que no se le citó, como previene el artículo 170 del Reglamento General de Contratación,
para proceder al nuevo reconocimiento de las obras tras la concesión del plazo; que no se le
comunicó el último informe del director técnico de las obras que sirve a la Administración para
acreditar el incumplimiento; y, en definitiva, que no se le pone de manifiesto la voluntad
resolutoria con el traslado de un acuerdo que, como primera decisión, deja sin efecto la
inicialmente declarada.
Por ello, procede concluir que no se ha cumplido el esencial trámite de audiencia en la forma y el
tiempo obligados.
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IV
Por lo que respecta al fondo del asunto, esto es, a la procedencia de la resolución del contrato por
la causa invocada en el expediente, está acreditado en el mismo el incumplimiento del plazo para
efectuar las reparaciones ordenadas, si bien, este Consejo no puede emitir pronunciamiento
alguno sobre la imputabilidad al contratista de este incumplimiento, por carecer de los elementos
de juicio que hubiese aportado la audiencia al contratista.
En conclusión a cuanto se ha expuesto, considera este Consejo que el expediente remitido para
dictamen adolece de un vicio esencial de procedimiento, la omisión del trámite de audiencia al
contratista tras la concesión de un nuevo plazo para subsanar los defectos observados en la obra.
Procedería, en consecuencia, que la Administración consultante conceda el trámite de audiencia,
declarando de nuevo, expresamente, su voluntad resolutoria del contrato y, si el contratista
formula oposición, remita el expediente a este Consejo para la emisión del preceptivo dictamen;
en caso de que no formule oposición, la Corporación podrá adoptar el acuerdo que estime más
acertado, sin necesidad de consulta a este órgano.
En mérito de lo expuesto, el Consejo Consultivo es de dictamen:
"Que, ante la omisión del trámite de audiencia al contratista, no procede informar
favorablemente la propuesta de resolución del contrato de obras denominado ZarzuelaUrbanización, nº. 50 PSAM/93" suscrito por la Diputación Provincial de Cuenca y la empresa
"M., S.L.".
Este es nuestro dictamen, que pronunciamos, emitimos y firmamos en el lugar y fecha indicados
en el encabezamiento.
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