Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007. El caso de los de arbotantes de la cabecera de la iglesia gótica de Castelló d’Empuries (la llamada «catedral del Ampurdán») José Luis González Moreno-Navarro La presente ponencia aporta las conclusiones sobre lo indicado en el título, teniendo como base las investigaciones encargadas por la Generalitat de Catalunya. La iglesia tiene una cabecera (ábside y dos crujías) con un diseño típico del gótico francés, con arbotantes y contrafuertes, a la que sigue un cuerpo de tres naves que responde al modelo del gótico catalán. (fig. 1) El encargo de la investigación surge como consecuencia de la voluntad del Obispado de Gerona de restituir la imagen original de la cabecera, alterada totalmente en la actualidad por los muros de ladrillo que se construyeron cegando el espacio entre arbotantes durante los años ‘60 del pasado siglo. La razón de esa operación de refuerzo fue la sospecha de que el equilibrio del conjunto se encontraba muy amenazado por las deformaciones y roturas parciales de varios de esos elementos. La investigación realizada se ha orientado a alcanzar la comprensión de los numerosos porqués que se presentan. En primer lugar, la razón de la sospecha de posible colapso, a partir del análisis realizado siguiendo los criterios de Heyman y Huerta1 del comportamiento estructural antes y después del refuerzo. Y, precisamente, las conclusiones a las que ha llevado (el diseño original ya presentaba defectos importantes) han puesto de manifiesto la necesidad de desarrollar una investigación histórico-documental y tipológica sobre su origen que ha permitido alcanzar una comprensión razonable de todos aquellos porqués. EL CASO DE LOS DE ARBOTANTES DE LA CABECERA CASTELLÓ D’EMPURIES DE LA IGLESIA GÓTICA DE Reseña histórica básica Según la investigación histórico-documental desarrollada paralelamente,2 la sección de las dos primeras Figura 1 Sección longitudinal y planta en las que se destaca las dos crujías objeto de estudio 480 J. L. González Figura 2 Sección transversal de las dos crujías construidas por el maestro francés Fluvià que también se ha relacionado con la obra castellonense. Se atribuye un segundo gran impulso de las obras a partir de 1320–25, en que se extingue la dinastía condal ampurdanesa y en que comienza una nueva con el séptimo hijo de Jaume II, el conde Ramón Berenguer, de manera que se vinculaba ya para siempre el condado de Ampurias con el Casal de Barcelona. Quizás convenga situar hacia esta fecha el cambio en el alzado (fig. 3) que se advierte, tanto en el interior como en el exterior del edificio: a partir del tercer tramo, las naves laterales se elevan casi a la altura de la central, lo mismo ocurre con los muros de las capillas laterales, a la vez que los arbotantes quedan reducidos a la mínima expresión. Si se tiene en cuenta la posible cronología del cambio, se advierte que no es gratuita: en este momento ya se habían iniciado las obras de Santa Maria de la Aurora de Manresa y de Santa María del Mar de Barcelona que siguen este mismo tipo de sistema de alzado. También se habían iniciado hacía tiempo las de Barcelona y Gerona. Descripción de la morfología constructiva y de la estructura portante Figura 3 Sección transversal de las crujías con las que se construye definitivamente la iglesia crujías (fig. 2), la proyectó el maestro de obras francés Raimon de Chartres hacia el año 1261. El ábside sin arbotantes se construyó poco después sin la ayuda de arbotantes, sólo con contrafuertes, según una manera «a la catalana», como la utilizada en la iglesia de Santa Maria dels Turers de Banyoles, quizá iniciada también a finales del siglo XIII, y dirigida parcialmente por el maestro Pere de Torroella de El conjunto de la cabecera objeto del presente estudio está formado por dos bóvedas de crucería con las dimensiones propias de toda la iglesia y de las bóvedas que forman el ábside con un esquema general muy común en el gótico, arcos torales y diagonales. Los arcos formeros se sitúan sobre el claristorio. Por lo que se ha podido saber inspeccionando desde el trasdós, los senos, tanto de las bóvedas, como de los arcos torales, están rellenos de obra de fábrica, de la que no se ha podido conocer a fondo su constitución. Las bóvedas del ábside se apoyan en contrafuertes y en los dos primeros arcos torales en una doble batería de arbotantes. En la batería de arbotantes número 3 se da la superposición de los dos esquemas estructurales de la iglesia, de manera que en ellos podemos observar la presencia de y también la sección del arco de las naves laterales y de sus arbotantes, siguiendo el esquema del resto de la nave. Las fábricas que llenan el espacio entre los dos arbotantes de las cuatro baterías, objeto del estudio, (fig. 4) presentan algunas diferencias aunque en los cuatro casos están hechas, o de piedra de mampostería o de Los arbotantes de la cabecera de la iglesia de Castelló d’Empuries... 481 Figura 4 En primer término, la segunda batería de arbotantes del lado norte. Se puede observar el relleno de mampostería y fábricas de ladrillo macizo y doble hueco. Las dos primera son del siglo XIX, la tercera del XX. Al fondo, el primer contrafuerte del ábside ladrillo doble hueco moderno. Todos los indicios y los documentos indican que, en el caso de la mampostería nos encontramos con los restos de una construcción añadida en el siglo XIX en cuyos arbotantes quedan los muros que daban apoyo a unas vigas que constituían la cubierta del conjunto. Los ladrillos modernos fueron colocados en las restauraciones hechas en los años 60. ANÁLISIS ESTRUCTURAL DE LA SOLUCIÓN ORIGINAL Figura 5 Posible distribución de esfuerzos y las líneas de presión de la solución original que no consigue el equilibrio Primera aproximación En la figura 5 se representa el esquema de distribución de esfuerzos y las líneas de presión. En relación con el arbotante superior, si bien de una manera estricta se puede considerar que no produce ningún efecto sobre les bóvedas, dada su situación en una cota ligeramente superior a éstas, se ha considerado conveniente incluirlo partiendo del hecho que la pilastra correspondiente dispone de suficiente rigidez como para absorber el pequeño momento de giro que origina. Es un arbotante en el que todo parece indicar que el único papel que cumple es el de dar soporte a la canal de desagüe de la cubierta. Estos arbotantes superiores en los modelos originales franceses cumplían un papel de apeo de una cubierta muy empinada sometida a la acción del viento, lo que no es ese nuestro caso, ya que todo indica que las pendientes de la cubierta original fueron muy parecidas a las de la actual. En esta primera aproximación se ha considerado que el efecto del arbotante inferior es el máximo que puede producir como arco, dando un empuje hori- 482 J. L. González zontal sobre la pilastra que recoge al arco toral y los dos arcos diagonales. Se puede comprobar, con sorpresa, que la componente horizontal de la resultante RABC de los empujes del arco toral y de los arcos diagonales es desproporcionadamente grande en relación al pequeño empuje que produce el arbotante, muy parecida a la del arbotante superior. Esto tiene consecuencias importantísimas sobre el comportamiento del conjunto, pues, pese al efecto centrador que tiene la bóveda de la nave lateral, la resultante final cae bien alejada de la base del pilar. En consecuencia, se puede afirmar, de manera bien taxativa que, si el único elemento actuante hubiera sido el arbotante como tal arco estrictamente, la bóveda de crucería de la nave central se hubiese abierto, desplomándose hacia el exterior el muro entero del claristorio. Obviamente, esta hipótesis no es cierta y, por tanto, es imprescindible buscar otra configuración del comportamiento estructural que permita la estabilidad del conjunto. Segunda aproximación La investigación de una composición de fuerzas que explique el equilibrio original del conjunto arbotante-contrafuerte no ha sido fácil. Y esta nueva hipótesis de comportamiento se basa en el otro papel que pueden llegar a desempeñar, si es que pueden, los arbotantes, es decir, el papel de puntales actuando como transmisores de esfuerzos a través de ellos. Y esta es la hipótesis considerada en la figura 6. Se puede asegurar que si no fuera por la fábrica de sillería del seno situado encima del arco de dovelas, este conjunto no estaría en equilibrio, ya que, como consecuencia de su bajo empuje, no tiene otro remedio que actuar como un puntal que transmite la carga total hacia el contrafuerte. Esta hipótesis obliga a descomponer la resultante RABC en dos líneas de acción hipotéticas que puedan contenerse en la masa construida, una en la dirección del arbotante-puntal y la otra hacia la parte inferior del claristorio. En principio, tal como es comprueba en el dibujo, el empuje sobre el arbotante ha de atravesar también les dovelas del arco y cargar mucho su intradós. Utilizando cierta metáfora antropomórfica, podemos decir que la pilastra del claristorio, perdiendo el equilibrio, busca un elemento rígido en el que apo- Figura 6 Posible distribución de esfuerzos y las líneas de presión de la solución original que sí consigue el equilibrio yarse y lo encuentra, no en el arco del arbotante sino en el conjunto formado por el propio arco de dovelas más el conjunto de sillares que llenan sus senos; y, en consecuencia, la carga o el esfuerzo producido por la bóveda de crucería en parte se puede descomponer en dos, uno lo absorbe el arbotante y el otro la propia pilastra. El valor asignado a este esfuerzo asumible por el arbotante, se ha obtenido obviamente, tanteando cuál es el que puede asumir sin salirse de su masa, cuál es el que puede asumir el propio contrafuerte sin produ- Los arbotantes de la cabecera de la iglesia de Castelló d’Empuries... 483 cir un exceso de excentricidad en la base, y se acaba de comprobar cunado esta descomposición en dos fuerzas genera un equilibrio en la base de la columna, soporte de todo el conjunto. Y este es el valor que se ha adoptado, de manera que siguiendo los criterios básicos del análisis límite, definidos por Jacques Heyman, hemos conseguido encontrar una solución razonable que genera un estado de equilibrio en todo el conjunto. Es importante destacar que no se trata de afirmar que es ésta la distribución de esfuerzos que realmente es va a producir en algún momento, sino que, si nosotros la hemos sabido encontrar, el conjunto de la fábrica también la encontrará. El posible contraste de esta hipótesis de comportamiento la podemos encontrar en algunos de los daños observados en el intradós del arbotante inferior en los cuatro casos como son los efectos muy evidentes de un exceso de compresión que produce fisuras longitudinales y pérdida de material. Como consecuencia, es muy probable que sea ésta una hipótesis razonable de comportamiento del arbotante inferior, es decir, como un puntal que tiene una línea de presiones que forzosamente, dada su dimensión y la dirección de los esfuerzos provenientes de la bóveda de crucería ha de pasar muy cerca de la parte central del intradós con la consiguiente producción de los daños mencionados. ANÁLISIS ESTRUCTURAL DE LA SECCIÓN POR EL ÁBSIDE A fin de comparar la solución estructural anterior con otra bien diferente, resulta interesante, pese a que no participe de la problemática global planteada en el estudio, analizar el comportamiento de los contrafuertes en los que se apoyan las bóvedas del ábside. En la figura 7 se puede comprobar que, con un empuje similar al que pueden recibir las secciones transversales vistas anteriormente, el equilibrio se consigue de una manera mucho más sencilla, ya que el empuje de las bóvedas del ábside queda perfectamente desviado de su resultante hacia la base del contrafuerte debido al peso de éste y a una geometría muy favorable y muy sencilla a la vez. Dado que el empuje de las bóvedas del ábside es más bajo, la resultante en la base del contrafuerte queda todavía más centrada. Figura 7 El empuje de las bóvedas del ábside se equilibra de una manera más sencilla mediante unos simples contrafuertes 484 J. L. González CONCLUSIÓN DE ESTE PRIMER ANÁLISIS ESTRUCTURAL La comparación entre la sencilla solución del contrafuerte del ábside y la complejísima de los arbotantes nos muestra que nos hallamos ante una solución de arbotantes, como mínimo sorprendente, ya que está provocando un comportamiento muy exigente respecto del arbotante inferior y muy poco exigente con el arbotante superior. En una primera aproximación, se puede concluir, como consecuencia y a la vista de todo lo que se ha expuesto anteriormente, que nos hallamos en un caso en el que el diseño original del conjunto de arbotantes y contrafuertes no consigue, de manera homogénea y orgánica, aportar el sistema de equilibrio que se da en otros ejemplos de catedrales góticas de dimensiones mucho mayores. Se trata de una situación realmente sorprendente de la que hay que concluir que el maestro arquitecto que hizo la primera traza, Raimon de Chartres, no supo adaptar sus conocimientos, procedentes del Norte de Francia, a esta iglesia, mucho más pequeña de las que eran habituales allí. Pero también la simple visión del conjunto de los arbotante de Castelló d’Empuries produce una cierta sorpresa al tener su forma general muy diferente a lo que estamos acostumbrados a contemplar en las soluciones habituales del gótico, como por ejemplo la ya sección de la Catedral de Mallorca. Este conjunto de hechos lleva obviamente a la necesidad de establecer una comparación tipológica con los modelos de referencia, tanto de la época que nos ocupa, como algunos posteriores. Lo cual nos permitirá situar definitivamente en su contexto temporal el diseño que estableció el maestro francés. de los edificios como si las bóvedas tuvieran la misma flecha y comparar sus sistemas de equilibrio. Comparación con la Catedral de Chartres La figura 8, con los dos edificios a la misma escala, sirve para observar la característica propia de esta catedral francesa que no es otra que el arbotante doble formado por dos arcos y una arquería intermedia. En la figura 9 ya se ha hacho una transformación de la dimensión de Castelló, aumentándola, a fin de conseguir una bóveda de crucería de la misma dimensión en altura de las dos, situando a la misma cota, desde la parte superior, las impostas de los arcos. La figura 10 supone una transformación de la sección de Chartes con la intención de compararla con la de Castelló. Se ha suprimido el arco superior y la arquería entre los dos arcos del arbotante doble, y también se ha transformado la nave lateral de Chartres reduciendo a la mitad su altura, a fin de que sea perfectamente comparable con la de Castelló. Los defectos del diseño de Castelló queda bien claros. En primer lugar, la proporción entre la dimensión de la nave central y la de la nave lateral y, como consecuencia, de la luz de los arbotantes, es claramente desfavorable ya que éstos, al tener menor luz, COMPARACIÓN TIPOLÓGICA CON LOS ANTECEDENTES DEL GÓTICO FRANCÉS Consideraremos dos comparaciones con sendas catedrales francesas bien conocidas, la de Chartres, de estudio obligado, dado el origen del maestro francés de Castelló, y la de Reims. Es importante destacar que, desde punto de vista de la estabilidad, lo que resulta definitivo es la forma del conjunto sin que la dimensión influya. De manera que lo que hay que hacer es comparar las secciones Figura 8 Comparación de los tamaños de la catedral de Castelló con la de Chartres Los arbotantes de la cabecera de la iglesia de Castelló d’Empuries... 485 Quede bien entendido que, pese que en el dibujo comparativo la luz de los arbotantes es la misma, la luz de la nave es mayor la de Castelló y que al tener la misma altura, el empuje tiene una dirección más inclinada, con lo que son dos variables importantes en contra de Castelló. Comparación con la Catedral de Reims Figura 9 Se ha situado la imposta de Castelló a la altura de la Reims En la figura 11 se he ampliado la dimensión de Castelló y se ha situado en el mismo nivel la imposta de las bóvedas, lo cual permite sacar conclusiones sobre el conjunto de sistemas de equilibrio. Además de constatar que el arco toral de Reims es mucho más vertical y, como consecuencia, proporciona cargas menos inclinadas que la de Castelló, se comprueban otras cuestiones de interés en relación con la entrega de los arbotantes y de su anchura y, consecuentemente, de la su importancia relativa en cuanto a sus empujes. En relación con los arbotantes superiores, siempre se ha dicho que su razón de ser en les catedrales francesas era la de aportar un sistema de estabilidad al conjunto de la cubierta, resuelta, en general, con una pendiente muy acusada, sobre la que los efectos del viento podrían ser importantes, de manera que no tienen ninguna influencia en el equilibrio del conjunto de las masas pétreas. Si lo comparamos con Castelló vemos el error del maestro francés, pues en Castelló no tienen papel alguno, ni uno ni otro, ya que no hay allí una cubierta inclinada, sino que hay, por lo menos actualmente, una cubierta de teja. Figura 10 Se ha transformado la de Chartres pueden dar bastante menos empuje. En segundo lugar, para que el esquema de Castelló funcionara bien el arbotante inferior debería situarse bastante más arriba. Se puede pensar, por lo tanto, como hipótesis de trabajo, en una transformación hecha por el maestro Raimon de Chartres para adaptar un perfil propio de su ciudad a la nueva ubicación en el Ampurdàn. Pero sin los recursos de allí y sin entender el papel o la importancia de la ubicación exacta de los arbotantes. Figura 11 Comparación con Reims. La de Castelló se ha aumentado para facilitar la comparación 486 J. L. González También se puede ver que los dos arbotantes de Castelló, pese a tener que estabilizar una bóveda parecida a la de Reims, son mucho más pequeños y, por lo tanto, queda justificada esta constatación hecha por medio de la estática gráfica. COMPARACIÓN TIPOLÓGICA CON LOS TIPOS PROPIOS CORONA DE ARAGÓN DEL GÓTICO DE LA Comparación con la Catedral de Barcelona La comparación de la segunda versión de Castelló, situada a la derecha en la figura 12, con la de Barcelona, refuerza claramente la hipótesis de la influencia de ésta. Figura 13 Comparación a igual escala de Castelló con Mallorca Figura 12 El orden de colocación de las medias secciones todas a la misma escala, es, a la izquierda la primera versión de Castelló, en el centro la de Barcelona y a la derecha la definitiva de Castelló La adopción del modelo de Barcelona supuso una mejora en el esquema de su estabilidad. El hecho de situar más arriba la bóveda de la nave lateral comporta que la resultante inclinada que proviene de la combinación de la bóveda principal y el arbotante quede desviada hacia el centro de la columna que separa ambas naves, al igual que ocurre en la catedral de Mallorca, tal como se verá a continuación. Comparación con la Catedral de Mallorca La figura 13 permite comprobar un hecho objetivo, pero que siempre es sorprendente. Las grandes di- mensiones de la Catedral de Mallorca y la relativa dimensión de la de Castellón. Pero no se trata de comparar medidas sino de sistemas de organización del equilibrio de las masas. Analizando la figura 14 se detectan cuestiones importantes como las diferencias enormes que hay en relación con la anchura de la nave y el perfil de la bóveda, mucho más rebajado el de Castellón, lo cual de entrada nos dice que, los empujes horizontales serán mayores. Por otro lado, también podemos considerar la diferente situación de los arbotantes y la brutal diferencia que hay entre la altura de las naves laterales. La figura 15 compara directamente el resultado de las líneas de los empujes, (aprovechando el estudio de Rubió y Bellver) y podemos sacar las siguientes conclusiones. En Mallorca el efecto de los dos arbotantes, consecuencia de la altura de su entrega con el edificio, está influyendo en el equilibrio en la línea de empujes en su recorrido por el arco toral, cosa que, en absoluto, ocurre en Castellón, ya que el arbotante superior casi no afecta a la bóveda y el arbotante inferior se entrega donde la bóveda ya ha hecho todo su recorrido. Pero, además, como consecuencia de ser relativamente más estrecha la nave central que el espacio dedicado a los arbotantes, el empuje de éstos sobre la Los arbotantes de la cabecera de la iglesia de Castelló d’Empuries... Figura 14 Comparación con igual tamaño de las bóvedas 487 vertical y, además, su resultante sobre el contrafuerte, es bastante más inclinada que la que está produciendo el arbotante inferior de Castellón sobre su contrafuerte. Esto nos lleva a destacar el papel extraordinariamente sofisticado que, en el diseño gótico, tienen los arbotantes. En su entrega al arco toral consiguen verticalizar en parte la carga, pero en la su entrega al contrafuerte, dada su inclinación mucho más reducida de la parte inferior del arco, están favoreciendo la verticalización del conjunto de cargas del contrafuerte. Ésta es una consideración de tipo general que en Castellón no tiene lugar, pues el efecto del arbotante sobre el contrafuerte es un empuje muy inclinado, lo cual impide que facilite el equilibrio en la base del contrafuerte. En relación con el efecto de las naves laterales, se puede ver cómo en Mallorca tienen una influencia extraordinaria en el conjunto del equilibrio, mientras que en Castelló prácticamente no tienen ninguno o muy poco al desviar hacia el interior de la nave la resultante sobre el pilar. También es interesante destacar que Mallorca tiene un contrafuerte más profundo que Castelló. CONCLUSIONES Figura 15 Comparación de las posibles líneas de presiones línea de presiones es mucho más influyente que en Castellón, ya que al ser mucho más grande la parte dedicada a la nave central, y más estrecha y más delgados los arbotantes, éstos producen un empuje bastante menor en comparación con la propia de Mallorca. El arbotante inferior de Mallorca está produciendo un empuje sobre el arco toral que consigue desviar la Se puede asegurar que la traza de la iglesia de Castelló, si se la compara con sus análogas francesas o, incluso con la de Mallorca, tiene dos defectos fundamentales: el arbotante inferior está situado en una cota muy baja y, además, en relación con la luz de la nave principal, la luz del arbotante, que corresponde a la achura de la nave lateral, no es o bastante grande como para aportar un empuje suficiente. Lo cual no fue impedimento para que la fábrica encontrara otra manera de adquirir estar en equilibrio, tal como se ha podido comprobar, aunque a nuestros ojos, con poco margen de seguridad. La alternativa de adaptarse en 1325 a partir de la tercera crujía a la solución que hemos llamado barcelonesa supuso una solución definitiva desde todos los puntos de vista. NOTAS 1. Han sido especialmente útiles las indicaciones ya conocidas de las obras de Heyman y especialmente las dadas 488 2. J. L. González por Santiago Huerta. Arcos, bóvedas y cúpulas: geometría y equilibrio en el cálculo tradicional de estructuras de fábrica. Madrid Instituto Juan de Herrera, 2004. Fumanal, M. A. (Culturània S. C.) y Joel Colomer. La Capçalera de l’Esglèsia de Santa Maria de Castelló 3. d’Empúries. Estudi Históricoartístic. Freixa, Montse (ATICS S. L.). Se ha utilizado el levantamiento planimétrico efectuado por el equipo dirigido por Fernando Álvarez Porozovich, arquitecto.