ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) principio la posibilidad de que existan representantes embrionarios de esta especie correspondientes á todos los principales tipos de la serie volcánica, en oposición á la idea que antes se tenía de considerar semejantes vidrios como estados particulares de la ortosa. Diferentes análisis, que pueden verse recopilados en el tratado de rocas de Coquand, por ejemplo, probaron hace tiempo la existencia de obsidianas oligoclásicas y labradóricas, y la autopsia microscópica ha permitido inducir de la naturaleza de los individuos dispersos en ellas su conexión con tipos diversos de la serie volcánica. Es interesante en tal respecto que las obsidianas oligoclásicas de Sainte-Claire Deville, que llama también vidrios del Teide, y que nosotros hemos bailado en Tenerife y Gran Canaria, hayan venido á darnos u n representante vitreo de la andesita a u g í tica, como lo prueba bien la naturaleza de sus inclusiones y las relaciones estratigráficas de la roca con los tipos andesíticos bien caracterizados. Semejante variedad, que recuerda el pechstein, ha sido mencionada también por Rosenbusch como existente en Alentin. Además, Fritsch y Eeiss han descubierto en Tenerife que la sustancia fonolítica es capaz de hallarse constituyendo u n vidrio obsidiánico. Los precedentes hechos encuentran su más completa comprobación en la existencia de sustancia amorfa que se halla trabando los cristales—aun en muchas rocas que parecen completamente crista* linas—y que no es sino un residuo del primitivo vidrio. Tales consecuencias, que nos parecen completamente rigurosas tratándose de las materias volcánicas, han sido generalizadas á todas las no sedimentarias por Meunier (1), que afirma que cada uno de los tipos de rocas vitreas se refiere por su composición elemental á un grupo de las cristalinas. El período vitreo debe haberse mantenido en el fondo del volcan y sólo imperfectamente al exterior en tanto que la pasta ha constituido lo que se llama lava fundida, fase esta distinta ya del estado inicial, que desapareció con la erupción. La lava, no como nosotros la conocemos ya, sino como se hallará en las entrañas de la tierra, debe permanecer muy fluida é indistinta merced á las condiciones en que allí se (1) Compt. rend,, Setiembre de 1876.