Escuchando y Obedeciendo El Llamado de Dios

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«Escuchando y Obedeciendo El Llamado de Dios»
(1 Samuel 3:1–10, 19–20)
INTRODUCCIÓN
Hoy en día necesitamos que Dios nos hable, y aunque tenemos la Biblia a veces al leerla no
escuchamos la voz de Dios, pero esto es debido a la disposición cuan la cual lo hacemos. En
fin, necesitamos hombres y mujeres que tengan el llamado de Dios y puedan obedecerle para
que Dios se glorifique.
En esta ocasión vamos a estar considerando sobre el llamado de Samuel. Veremos la
necesidad que había de un profeta de Dios que hablase la Palabra de Dios, así como también el
llamado específico de Samuel y su sometimiento al llamado y el respaldo de Dios a su siervo
que había llamado y escuchado y obedecido.
Por ello nuestro tema es: «Escuchando y Obedeciendo El Llamado de Dios»
LA NECESIDAD (v.1)
«El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos
días; no había visión con frecuencia»
1. Samuel desde niño servía a Dios, conforme lo guiaba Elí.
a. Samuel como nos narra el capitulo anterior (2) vemos como fue dejado en la presencia
del sacerdote Eli para que sirviera a Dios.
b. En ese tiempo era un niño aproximadamente de 2 años. Ahora según Josefo (historiador
judíos (37 – 100 d. C., tenía 12 años.
2. En estos días había escases de la Palabra de Dios y no había mucha manifestación de
Dios.
 Se cree que esto era debido al pecado. Recordemos que Eli no tenía autoridad para
reprender a sus hijos de sus pecados. Por lo tanto, esto era señal de oscuridad. Hoy en
día es causa del pecado que también no hay el mover de Dios.
3. Aplicación: es de notarse que en nuestros días también se necesitan hombres y mujeres
que estén sirviendo a Dios y que comunique la verdadera Palabra de Dios, sin
adulterarla, buscando provecho egoísta. Nos dice el apóstol Pablo al respecto: «Procura
con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa
bien la palabra de verdad» (2 Tim.2:15) También a los Corintios les dice Pablo: «Antes bien
renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios,
sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios»
(2Cor.4:2)
EL LLAMADO (vv.2–10a)
«2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a
oscurecerse de modo que no podía ver, 3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el
arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, 4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió:
Heme aquí. 5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he
llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. 6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y
levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no
he llamado; vuelve y acuéstate. 7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le
había sido revelada. 8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo:
Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. 9 Y dijo Elí a
Samuel: Vé y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jebová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se
acostó en su lugar. 10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel!...»
1. Vemos ahora al sacerdote Elia acostado y Samuel durmiendo cerca de él.
2. Es en este momento de silencio fue cuando Dios llama a Samuel.
3. Samuel fue llamado tres veces y no pudo distinguir que era la voz de Dios debido a la
falta de oír la Palabra de Dios.
4. Eli comprendió que era Jehová y le dirige a contestarle.
5. Aplicación: La mejor manera hoy en día de escuchar la Palabra de Dios es a través de la
Biblia y también a través de la predicación. Debemos por lo tanto estar sensibles a lo
que Dios quiere hablarnos y no sigamos palabras de hombres. Porque si queremos
crecer espiritualmente en fe nos dice la Escritura en Romanos 10:19: «Así que la fe es por
el oír, y el oír, por la palabra de Dios»
EL SOMETIMIENTO (v.10b)
«…Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye»
1. Ya orientado Samuel la cuarta vez que Dios le habla le escucha. Ahora entiende que es
Jehová y está dispuesto no solo a escucharle sino obedecerle.
2. Aplicación: Hoy en día es lo que necesitamos. Tener los oídos espirituales dispuesto a
escuchar la Palabra de Dios y estar dispuesto también a obedecerle. Muchas personas
van a las iglesias a escuchar la Palabra de Dios o leen su Biblia por simple rutina. Dios
quiere hacedores de la Palabra no solo oidores (Stg.1:22)
EL RESPALDO (vv.19–20)
«19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. 20 Y todo
Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová»
1. El versículo 19, señala que Dios estaba con Samuel y que cumplió lo que le había dicho
cuando fue llamado.
2. Es de notarse también que se confirma que Samuel era conocido como un fiel profeta de
Dios delante del pueblo. Se lo había ganado por escuchar y obedecer la Palabra de Dios.
3. Aplicación: Si queremos el respaldo de Dios en el llamado que nos ha dado necesitamos
dos cosas: (1) Oír la Palabra de Dios. Pero que no sea simplemente por compromiso o
tradición, sino con hambre y sed (Mat.5:6) (2) Debemos obedecer a Dios. Porque la
mejor prueba de que oímos la Palabra de Dios es cuando somos hacedores de ella
(Stg.1:22)
CONCLUSIÓN
Para concluir. Terminamos con los siguientes puntos:
1. Hay una necesidad de hombres y mujeres de Dios que le sirvan de corazón. Debemos
nosotros serlo.
2. Debemos estar atentos a nuestro llamado. Si ya hemos recibido el llamado de Dios hay
que no defraudarlo.
3. El oír y someternos a la Palabra de Dios garantiza un ministerio eficaz para la gloria de
Dios. Debemos ser fieles al llamado de Dios y servirle con todo el corazón.
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