111 1.- FECHA DE ELABORACIÓN: 2.- DIRECCIÓN REMITENTE: 3.- MATERIA: 4.- TEMA: 19/10/2009 Dirección de Revisión y Doctrina Doctrina Adjetiva De la unidad de criterio actuación fiscal 5.- EXTRACTO Los funcionarios del Ministerio Público desarrollan sus funciones dentro de un criterio doctrinario unificado en las materias que le son propias, sosteniéndose, que esta unidad de criterios debería mantenerse como base de la unidad de acción de una organización jerarquizada, sin menoscabo ni perjuicio del criterio que legítimamente pueden sustentar sus integrantes bajo su propia responsabilidad. 6.- CONTENIDO 6.1.- COMUNICACIÓN Nº 6.2.- FECHA: DRD-11-334-2009 19-10-2009 6.3.- TRANSCRIPCIÓN (...) “... En otro orden de ideas, no puede dejar de referirse lo sorprendente que resultan a este Despacho, las dos posiciones opuestas manifestadas por los representantes del Ministerio Público; por un lado la Abogado I M R, Fiscal xx° del Ministerio Público a Nivel Nacional, comisionada para actuar en el presente caso, quien solicitó en la audiencia oral que se declarase la nulidad de las actuaciones, por cuanto se habían violado derechos y garantías constitucionales de las ciudadanas Maribel Aponte y Marina Pérez; y por otro lado, el Abogado W G, Fiscal X° del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del estado X, quien mantuvo su posición en cuanto a la Solicitud de Sobreseimiento, por considerar que los hechos que dieron origen a la investigación no son típicos. Sobre el particular, cabe acotar que todos los funcionarios del Ministerio Público desarrollan sus funciones dentro de un criterio doctrinario unificado en las materias que le son propias, sosteniéndose, que esta unidad de criterios debería mantenerse como base de la unidad de acción de una organización jerarquizada, sin menoscabo ni perjuicio del criterio que legítimamente pueden sustentar sus integrantes bajo su propia responsabilidad. En este sentido, los Representantes Fiscales deben adecuar su actividad al principio de unidad de criterio y actuación establecido en el artículo 6 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, y de esta forma ejercer sus acciones de manera adecuada y conforme a los criterios adoptados por la Institución; por tanto, no es tolerable una actuación fiscal desigual en un mismo caso -o como en el presente asunto, en una misma audiencia-, por cuanto el Ministerio Público es un órgano único e indivisible en el que todos sus miembros deben ejercer sus diferentes funciones bajo las misma premisas y con la misma responsabilidad. Sobre el principio de Unidad del Ministerio Público y la aplicación de la Doctrina del Acto Propio, ha referido Alberto Binder: “...cuando se pretende desconocer el principio de unidad del Ministerio Público y sus 112 fiscales pretenden desconocer -y actuar en contradicción- la conducta o la actuación de otro. En los sistemas procesales en los que los fiscales actúan por etapas (fiscales de instrucción, de juicio, etc) se suele acentuar esta práctica. La doctrina de los actos propios en conjunción con el principio de unidad del Ministerio Público, impiden criticar y desconocer lo actuado con anterioridad y cambiar las expectativas de la defensa al respecto. Tampoco puede el Ministerio Público realizar variaciones de tal magnitud que impliquen una clara incoherencia. Dentro de los límites estrictos de la doctrina de los actos propios y sus requisitos (ver López Mesa: op.cit., p,64) el fiscal tiene limitadas sus posibilidades de variación, tanto en el curso de una investigación (lo que no quiere decir que no pueda actuar sobre distintas hipótesis) o en el mismo curso del debate. Ello no sólo en el ámbito más claro de “lo sorpresivo” (que está vedado por el derecho de defensa) sino sobre las expectativas ciertas sobre las que se ha construido las estrategias de defensa. El papel de la convalidación y mucho más aún de la nulidad es dependiente de los intereses de la víctima o del imputado y la protección de la función “ordenadora” de las formas procesales respecto del fiscal como razón autónoma de saneamiento o nulidad debe cubrir un espectro muy reducido de casos en un proceso fundado en principios procesales correctos y no en la defensa del ritualismo. Incluso se podría llegar a afirmar que no tienen ningún margen, ya que es difícil imaginar un caso donde no exista una paralela afectación al interés de la víctima (en cualquiera de sus dimensiones...” En consideración a lo expuesto, estima quien suscribe que actuaciones como las descritas desdicen de los principios de unidad e indivisibilidad que deben regir los actos del Ministerio Público, razón por la cual los representantes del Ministerio Público y los funcionarios a quienes correspondía ejercer el control y supervisión del caso asignado, debieron haber realizado lo conducente a objeto de evitar situaciones de confrontación como la descrita y sucedida en la audiencia.