Siracusa - Europamundo

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GUÍA DE SIRACUSA
SIRACUSA
Siracusa (Sarausa en siciliano) ciudad de Italia, situada en la costa sudeste de la isla de
Sicilia, en el Mediterráneo central.
GEOGRAFÍA
Actualmente, la ciudad cuenta con una población de 124.391 habitantes, con numerosos
lugares de interés histórico, como los restos del anfiteatro (con un aforo para 15.000
espectadores) y la ciudadela de Dionisio II. Otras poblaciones de interés cercanas son
Catania, Noto, Modica y Ragusa.
HISTORIA
Siracusa (Συρακοῦσαι) fue la ciudad griega más importante de Sicilia, en la costa
oriental de la isla entre Catania y el cabo Pachynus.
Inicios
Fue la segunda colonia griega establecida en la isla después de Naxos. Fue una colonia
corintia fundada por Arquías, hijo de Evágetes, de la familia de los baquiadas, originario
de Corinto, que se tuvo que expatriar. La fundación fue el año 734 a. C. y se inició en la
isla de Ortigia (Ortygia). La llamaron Sirako ("pantano"). Existe otra teoría que afirma
que el nombre no es de procedencia griega sino fenicia, cuya traducción aproximada
sería "roca de las gaviotas".
La ciudad fue consagrada a Artemisa (un de sus sobrenombres era Ortigia) y tomó el
nombre de una laguna o marisma que se llamaba Syraco (nombre indígena), en los
alrededores.
Fue la ciudad donde nació y murió Arquimedes, ingeniero y matematico. Arquimedes
era hijo del astrónomo Fidias.
Pronto adquirió prosperidad y fundó colonias: Acres (Acrae) en el 664 a. C., Casmenes
(Casmenae) el 644 a. C., y Camarina en el 599 a. C. Esta última fue destruida sólo 46
años después de su fundación.
Tucídides dice que el 648 a. C. fue expulsado de la ciudad un grupo conocido como los
milétidas (myletidae) que se exiliaron y fundaron Hímera. También Aristóteles habla de
disputas internas, pero no se puede establecer a qué época pertenecen.
Los tiranos de Siracusa
En su periódo de máximo esplendor, Siracusa fue dominada por una serie de tiranos,
interrumpida por períodos mínimos de gobierno democrático y oligárquico, hasta que en
212 a. C. fue conquistada por los romanos tras un célebre asedio, con lo cual se
conviritió en la sede del poder romano en Sicilia.
Siglos VI y V a. C.
En el siglo VI a. C. gobernaba la oligarquía dirigida por los gamori o geomori,
supuestos descendientes de los colonos originales. Conservaron el poder hasta el
486 a. C. cuando estalló una revuelta democrática y los gamori se retiraron a Casmenes.
La revuelta llevó después a una nueva revuelta; el tirano de Gela Hipócrates de Gela
derrotó a los siracusanos en una gran batalla en el río Heloros, y ocupó la ciudad, pero
por la intervención de Corinto y de Corcira se estableció una paz equitativa. Gelón de
Gela abrazó el partido de los exiliados y conjuntamente con ellos ocupó Siracusa y
restableció el gobierno de los gamori, pero Gelón era el amo auténtico y pronto fue
reconocido como tirano de Siracusa (485 a. C.).
No fue Siracusa la que sometió a Gela, si no que Gelón estableció su capital en Siracusa
y dedicó sus energías, descuidando Gela. La mitad de los ciudadanos de Gela y todos
los de Camarina fueron trasladados a Siracusa y recibieron la ciudadanía. Después
ocupó la ciudad de Megara Hyblaea y la ciudad de Eubea y trasladó a todos los
ciudadanos importantes de estas ciudades a Siracusa. Así esta se convirtió en la primera
ciudad de Sicilia, que antes era Gela. La ciudad se amplió hacia Acradina (llamada
ciudad exterior) mientras Ortigia era llamada ciudad interior o la isla.
Bajo Gelón I (485-478 a. C.) y su sucesor Hierón I (478-467 a. C.) la ciudad prosperó.
Después de Hierón, su hermano Trasíbulo fue derrocado por una revuelta popular
(465 a. C.) que estableció un gobierno republicano democrático.
Muy pronto Siracusa se extendió sobre tierra firme y fundó a su vez otras colonias; bajo
el mando de Hierón I, venció a los etruscos en Cumas (474 a. C.).
Las luchas entre los antiguos ciudadanos y los nuevos llevados por Gelón fueron el
orden del día hasta que los nuevos ciudadanos se retiraron a Messana. En esta época
Siracusa logró su máxima riqueza.
La expedición ateniense
En el 415 a. C. se produjo la expedición ateniense a la isla. Los atenienses atacaron a
Siracusa y obtuvieron una victoria en el puerto grande, pero después Nicias no
reemprendió el avance y se retiró a pasar el invierno en a Catania. La primavera
siguiente (414 a. C.) los atenienses desembarcaron en Leon, al norte de la ciudad, donde
establecieron su base. Las fuerzas de tierra avanzaron y ocuparon Epípolas (Epipolae) y
siguieron hacia Labdalum donde se estableció una guarnición. Continuaron hacia Sice
(Συκῦ) y comenzaron el asedio. Las murallas defensivas establecidas por los
siracusanos fueron destruidas por los atenienses; la flota ateniense se estableció en el
puerto grande, pero el espartano Gilipo, con las fuerzas lacedemonias que venían en
ayuda de la ciudad pudo entrar en Siracusa antes de que los atenienses pudieran
completar el sitio. Gilipo sorprendió a la flota ateniense en Labdalum y cortó las
comunicaciones entre los asediadores y la flota.
Nicias vio que no podría tomar la ciudad y pidió refuerzos; los espartanos recuperaron
algunas de los muros erigidos por los atenienses y consiguieron que la flota ateniense
del puerto grande no pudiese ser abastecida. Dicha flota fue atacada y los atenienses
habrían sido rechazados si no hubieran llegado Demóstenes y Eurimedonte con una
flota de refuerzo. Demóstenes intentó recuperar posiciones clave (en Epipolae) pero ya
habían sido reforzadas por Gilipo. El ataque de Demóstenes consiguió conquistar el
fuerte de Euríalo, pero fue rechazado en los otros frentes con fuertes pérdidas.
Demóstenes consideró el fracaso como definitivo y decidió abandonar el asedio, pero
Nicias impuso la continuación; finalmente cuando se decidió la retirada se había perdido
mucho tiempo y los siracusano ya habían pasado a la ofensiva y ahora estaban haciendo
movimientos para envolver a los atenienses; la flota ateniense del puerto grande fue
atacada y parcialmente destruida; un intento de contraataque ateniense fracasó y la flota
ateniense fue prácticamente destruida.
Ya sólo quedaba una rápida retirada abandonando todas las posiciones. El ejército
ateniense se retiró al valle del Anapos, pero cuando llegó al paso de la roca Acrea, se
encontraron con un contingente siracusano que les impidió seguir. Entonces los
atenienses se dirigieron hacia el Heloros y después de forzar el paso por los ríos
Cacyparis y Erineos, tuvieron muchas bajas y llegaron al Asinaro donde hubieron de
deponer las armas delante de los siracusanos. Siete mil atenienses fueron hechos
prisioneros. Los siracusanos erigieron en el río un trofeo conmemorando la victoria, y se
estableció un festival llamado Asinaria.
Fines del Siglo V y siglo IV a. C.
Pocos años después aparecieron los cartagineses que venían en ayuda de Segesta
atacada por Selinunte. Selinunte e Hímera fueron destruidas (410 a. C.) y en una
segunda expedición lo fue Agrigento (406 a. C.). Los cartagineses esperaban ahora
hacerse los amos de toda la isla. Un joven de Siracusa, Dionisio, después llamado el
Viejo, aprovechó la alarma y se hizo con la tiranía (405 a. C.). Dionisio I gobernó 38
años (405-367 a. C.). Bajo Dionisio, la isla Ortigia se convirtió en una gran fortaleza,
dentro de la cual había una acrópolis en el interior de la zona conocida por Pentápila,
donde fijó su residencia. En la guerra del 397 a. C. contra los cartagineses el tirano
siracusano llegó hasta la parte oeste de la isla, pero después se hubo de retirar detrás de
las murallas de su ciudad. El general Himilcón se apoderó del puerto y de los suburbios
y asoló los alrededores de la ciudad. Los cartagineses se tuvieron que retirar de Siracusa
a causa de una epidemia de peste y tuvieron muchas bajas y enseguida Dionisio atacó a
los asediadores, destruyó buena parte de su flota y obligó a Himilcón a la retirada con
un tratado secreto que le permitía la retirada con seguridad, pero había de dejar
abandonados a los mercenarios y a los aliados.
A Dionisio el viejo le sucedió su hijo Dionisio el Joven (367-357 a. C.). Cuando los
siracusanos se rebelaron y abrieron las puertas a Dión, Ortigia permaneció en manos de
Dionisio. Dión hubo de bloquear la fortaleza (357-356 a. C.). Apolócrates, hijo de
Dionisio, hubo de rendirse al cabo de un año por hambre.
Contra lo que se esperaba Dión no restableció la democracia. Dión fue apartado del
poder por su oficial Calipo (354-352 a. C.) y le siguieron Hiparino y Areteo (352350 a. C.) y Niseo (350-346 a. C.), todos establecidos en Ortigia. En el 347 a. C. la
ciudad acogió a Dionisio el Joven, pero entonces en la ciudad se hizo con el poder
Hicetes I con la ayuda de la flota cartaginesa, que asedió Ortigia. En el 344 a. C. la
ciudad acogió al exilado Timoleón que con un poco más de un millar de exiliados había
comenzado una revolución democrática. Dionisio le entregó Ortigia, pero dejó la
ciudadela a Neón como gobernador y éste en una salida inesperada se hizo amo de parte
de la ciudad. Timoleón pasó al contraataque y recuperó la ciudad y después la fortaleza,
que demolió y en su lugar construyó el palacio de justicia.
Timoleón llevó nuevos colonos de Corinto y otros lugares, restauró la democracia y la
forma republicana, restableció las leyes de Diodes (establecidas después del 413 a. C.) y
se estableció una magistratura anual honorífica bajo el nombre de "Anfipolos del Jove
olímpico" (que daba nombre al año como los arcontes de Atenas).
Siglo III a. C.
Después del restablecimiento de la libertad, la prosperidad volvió a la ciudad. En el
317 a. C. se hizo con el poder el déspota Agatocles, que gobernó hasta el 289 a. C.
Agatocles hizo numerosas obras y construyó edificios en Siracusa. Durante su ausencia
cuando fue a luchar a África (310-307 a. C.), el cartaginés Amílcar atacó la ciudad, pero
no consiguió nada y finalmente fue hecho prisionero en un ataque nocturno y ejecutado.
A la muerte del tirano se restableció la república, pero pronto cayó en manos de Hicetes
II y después de jefes militares: Toinón (280 a. C.), Sosístratos (280-277 a. C.) y Pirro de
Epiro (277-275 a. C.). A la salida del último de la isla, el poder fue confiado a Hierón II,
hijo de Hierocles, primero como general y autocrator y más tarde como rey (270 a. C.).
Gobernó hasta el 215 a. C. en buena parte con su hijo Gelón II como asociado al
gobierno. Fue un gobierno moderado y poco represivo, y en general pacífico. Era
primero aliado de Cartago, pero después de las primeras derrotas, el 263 a. C. se alió
con Roma y permaneció fiel a esta alianza. Roma le reconoció como rey de Siracusa
con las dependencias de 'Acrae, Helorus, Netum, Megara Hyblaea, Leontino y
Tauromenium. La paz de su reinado hizo volver la prosperidad. Su legislación (Lex
Hieronica) se extendió más tarde a toda Sicilia y fue reconocida va por los romanos.
A su muerte en el 215 a. C., como su hijo Gelón II había muerto un poco antes, le
sucedió su nieto Hierónimo que se declaró favorable a Cartago. Hierónimo fue
asesinado en el 214 a. C. pero sus sucesores, los generales Adranodoros (214-212 a. C.),
Hipócrates (213-212 aC) y Epícides (213-212 a. C.) continuaron siendo partidarios de
Cartago.
En el 214 a. C. M. Claudio Marcelo se presentó ante la ciudad con el ejército romano, y
se le cerraron las puertas. Marcelo inició el asedio. La flota romana garantizaba a
Marcelo el dominio del mar, pero los ataques por tierra no tenían demasiado éxito.
Arquímedes, un inventor de la ciudad, probó numerosos aparatos de defensa, como el
fuego griego, que destruyeron parte de la flota romana, y rechazaron los ataques por
tierra. Marcelo hubo de abandonar el asedio y establecer el bloqueo. En el 213 a. C. los
cartagineses pudieron romper el bloqueo de la ciudad por mar y llevar suministros. En
la primavera del 212 a. C. un accidente fortuito permitió a los romanos escalar las
murallas de noche en el lugar llamado Portus Trogiliorum y poder dominar una zona de
los alrededores incluyendo los barrios de Tycha] y Neápolis, pero el fuerte de Euríalo
aún defendía la ciudad hasta que finalmente el comandante de la guarnición, Filodemo,
se rindió. Así el bloqueo se hizo más duro. Los cartagineses hicieron un esfuerzo para
levantar el asedio y un ejército dirigido por Himilcón e Hipócrates atacó a los romanos,
mientras una flota dirigida por Bomílcar ocupaba el puerto grande, mientras Epícides
hacía una salida contra las líneas de Marcelo. Pero los ataques fueron finalmente
rechazados por todas partes. Hipócrates e Himilcón murieron a causa de una epidemia
de peste y también buena parte de las tropas cartaginesas y siracusanas. Bomílcar dejó
el puerto oficialmente para ir a buscar refuerzos a Cartago, y no volvió. Epícides se
retiró a Agrigento y dejó la ciudad bajo el mando del jefe de los mercenarios, Mericus,
un hispano que rápidamente se rindió a Marcelo. Ya sólo resistía Ortigia. Los romanos
ocuparon la ciudad y Marcelo la dio al saqueo de sus hombres excepto las riquezas que
interesaban a los romanos. Arquímedes murió accidentalmente. Ortigia se rindió.
Probablemente, el primer asentamiento se produjera en la península de Ortigia, unida
mediante un istmo a la isla. Desde este enclave se facilitaba la defensa. La ciudad
contaba con dos puertos: uno al norte, el Lakios, y otro al sur.
Los colonos vieron que la tierra era fértil y que las tribus nativas sículas toleraban su
presencia. La ciudad creció y prosperó, llegando a ser la más importante ciudad-estado
griega entre las existentes en Sicilia. Incluso durante un tiempo, bajo el reinado de
Dionisio I, llegó a ser uno de los estados más poderosos del Mediterráneo occidental.
Tras varios siglos de enfrentamientos contra Cartago, se alió con Roma en la Primera
Guerra Púnica, bajo el gobierno de Hierón II. Sin embargo, a la muerte de Hierón II, y
en el marco de la Segunda Guerra Púnica, la ciudad-estado cambió su política de
alianzas, apoyando a Cartago. Este apoyo le valió el ataque de las fuerzas romanas, que
tras un largo asedio (en el que Arquímedes defendió su ciudad natal con sus ingenios),
consiguieron tomar la ciudad en el 212 a. C.
De esa forma, Siracusa pasó a formar parte de la provincia romana de Sicilia, acabando
así su época como estado independiente y uniendo su destino al de Roma.
Siracusa fue incorporada a la provincia romana de Sicilia y quedó como municipio
ordinario. Fue la residencia habitual de los pretores de Sicilia y de uno de los dos
cuestores. Cicerón la menciona como "la más grande de las ciudades griegas y la más
bella de todas las ciudades". Las exacciones de Verres (73-70 a. C.) y las de Sexto
Pompeyo (39-36 a. C.) la llevaron otra vez a la prosperidad y Augusto envió allí una
colonia (21 a. C.).
De la época romana hasta el fin de la Edad Media
A la caída del Imperio romano pronto pasó a los ostrogodos con el resto de la isla hasta
que Belisario la recuperó en el 535, y permaneció en manos bizantinas hasta el siglo IX
cuando pasó a manos de los árabes. ExceptoTauromenium, Siracusa fue la última
ciudad en ser ocupada por los árabes, que entraron allí en el 878 después de un asedio
de 9 meses. Los habitantes fueron asesinados, las fortificaciones destruidas y la ciudad
incendiada.
En el 1038, el general bizantino Jorge Maniaces reconquista Siracusa, y envió las
reliquias de Santa Lucía a Constantinopla. La perdió en el 1043. El castillo epónimo en
el cabo de Ortigia lleva su nombre, aunque fue construido bajo el gobierno
Hohenstaufen. En el 1060, Roberto Guiscardo, el normando comenzó la conquista de
Sicilia por su cuenta y la ocupó en el 1085, tras un largo verano de asedio por Rogelio I
de Sicilia y su hijo Jordan def Hauteville. Nuevos bariios fueron construidos y la
catedral fue restaurada, como otras iglesias.
En 1194, Enrique VIde Suabia ocupó Siracusa.
Tras el corto periodo de gobierno genoves 1205=1220, que favoreció el auge del
comercio, Siracusa fue conquistada por Federico II . Comenzó la construcción del
Castello Maniace, el palacio obispal y el palacio Bellomo. La ciudad así como el
conjunto de la isla recuperan la prosperidad. A la muerte de Federico siguió un periodo
de anarquía feudal.
En el siglo XIII, los siracusanos reciben privilegios de parte de los príncipes aragoneses
en recompensa por su apoyo contra los angevinos, que llevó a su derrota en 1298. La
preeminencia de la familias baronales es también atestiguada por la construcción de los
palacios de Abela, Chiaramonte, Nava, Montalto.
Bajo el reinado de la Dinastía de Trinacria originaria de la Casa de Aragón, que se
inició con Federico III, se la denominaba Saragossa de Sicília en catalán (Zaragoza de
Sicilia, literalmente).
Época moderna
La ciudad en los siguientes siglos fue golpeada por dos ruinosos terremotos en 1542 y
1693, y, en 1729, por una plaga. En ell siglo XVII la destrucción cambió la apariencia
de Siracusa, además del Val di Noto entero, cuyas ciudades fueron reconstruidas con las
líneas típicas del barroco siciliano, considerada una de las mas típicas expresiones del
arte del sur de Italia. La propagación del cólera en 1837 llevó a una revuelta contra el
gobierno Borbón . El castigo fue el cambio de la capital de la provincia a Noto, pero los
disturbios no fueron totalmente sofocados, cuando los siracusanos tomaron parte en la
revolución de 1848.
Tras la Unificación de Italia de 1865, Siracusa recuperó su status de capital provincial.
En 1870 las murallas fueron demolidas y un puente conectó la tierra firme con la isla de
Ortigia. Al año siguiente una línea férrea fue construida.
Época contemporánea
Una grave destrucción fue causada por los aliados y las bombas alemanas en 1943. Tras
la segunda guerra mundial los barrios del norte experimentaron una fuerte, a menudo
caótica, expansión, favorecida por el rápido proceso de industrialización.
LUGARES DE INTERÉS
Vista de la plaza Archimede.
«Siracusa y la necrópolis rocosa de Pantalica» fueron declaradas patrimonio de la
Humanidad por la Unesco en el año 2005. De estos dos elementos, la parte que
corresponde a Siracusa se concentra en la ciudad antigua, fundada por los corintios
como Ortygia:
El código UNESCO 1200-001 se corresponde con la necrópolis de Pantalica, que queda
al noroeste de estas otras dos zonas.
Antiguos edificios
Neápolis es históricamente definido como un «barrio nuevo» de la antigua polis griega,
que se desarrolló urbanísticamente de manera desordenada. Actualmente se puede
identificar como el barrio económico y comercial más importante de la ciudad de
Siracusa, con muchas oficinas y negocios. En este barrio se encuentran la zona
arqueológica de la Neápolis, que comprende los siguientes monumentos:
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El teatro griego, cuya cávea es una de las más grandes construidas por los
antiguos griegos: tiene 67 filas, divididas en 9 secciones con 8 pasillos. Sólo
quedan rastros de la escena y de la orchestra. El edificio (aún usado hoy) fue
modificado por los romanos, que lo adaptaron a su estilo de espectáculos,
incluyendo también juegos circenses.
Cerca del teatro están la latomías, canteras de piedra, usadas como prisión en la
antigüedad. La más famosa latomía es el llamado Orecchio di Dionisio («Oreja de
Dionisio»). Otra es la Latomia del Paradiso.
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El anfiteatro romano, de época imperial. Está parcialmente excavado en la roca.
En el centro del área hay un espacio rectangular que fue usado para la
maquinaria escénica.
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Ara di Ierone (altar de Hierón)
Arco augusteo (Arco de Augusto)
Otros restos de la Antigüedad clásica en Siracusa se encuentran en la isla de Ortigia,
como:
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la Fuente de Aretusa. Según una leyenda, la ninfa Arethusa, cazada por Alfeo, se
refugió aquí.
El Templo de Apolo, adaptado en iglesia en época bizantina y en mezquita bajo
gobierno árabe.
El Templo de Zeus Olímpico, a unos 3 km de la ciudad, construido sobre el siglo
VI a. C.
Finalmente, en la necrópolis Groticelli se encuentra la llamada Tumba de Arquímedes,
decorada con dos columnas dóricas, y tratándose en realidad de una tumba romana.
Iglesias
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La Catedral fue construida por el obispo Zosimo en el siglo VII sobre el gran
Templo de Atenas (siglo V a. C.), en la isla Ortigia. Era un edificio dórico con 6
columnas en los lados cortos y 14 en los largos: éstas fueron incorporadas a los
muros en la iglesia actual. La base del edificio griego tenía tres escalones. El
interior tenía una nave y dos naves auxiliares. El tejado de la es de época
normanda como los mosaicos de los ábsides. La fachada fue reconstruida por
Andrea Palma en 1725-1753, con un orden doble de columnas corintias, y
estatuas de Ignazio Marabitti.
Basílica de Santa Lucía extra Moenia, una iglesia bizantina construida, según la
tradición, en el mismo lugar que el martiródomo del santo en 303 AD. La
apariencia actual es de los siglos XV-XVI. Las partes más antiguas que aún se
conservan incluyen el portal, los tres ábsides semicirculares, y los dos primeros
órdenes del campanario. Bajo la iglesia se encuentran las Catacumbas de Santa
Lucía.
Iglesia de San Paolo (Siglo XVIII).
Iglesia de San Cristoforo (Siglo XIV, reconstruida en el siglo XVIII).
Iglesia de Santa Lucía alla Badìa, una edificación barroca construida tras el
seísmo de 1693.
Iglesia de Santa Maria dei Miracoli (Siglo XIII).
Iglesia de Spirito Santo (Siglo XVIII).
Iglesia del Colegio Jesuita, un majestuoso edificio barroco.
Iglesia de San Benito (Siglo XVI, restaurada después de 1693). Alberga una
pintura de la Muerte de San Benito, del Caravaggista Mario Minniti.
Chiesa della Concezione (Siglo XIV, reconstruida en el XVIII), con un convento
benedictino anexo.
Iglesia de San Francesco all'Immacolata, con un fachada convexa entremezclada
con columnas y tiras de pilastras. Albergó una antigua celebración, la Svelata (la
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"Revelación"), en la cual una imagen de la Virgen era desvelada al amanecer del
29 de noviembre.
Basílica de San Juan el Evangelista, construida por los normandos y destruida en
1693. Sólo parcialmente restaurada fue erigida sobre una cripta antigua del
mártir San Marciano, después destruida por los árabes. El altar principal es
bizantino. Incluye las Catacumbas de San Giovanni, un laberinto de túneles y
corredores, con miles de tumbas y varios frescos.
Otros edificios y lugares de interés
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El Castello Maniace, construido entre 1232 y 1240, es un ejemplo de
arquitectura militar del reinado de Federico II. Es una estructura cuadrada con
torres circulares. La característica más sorprendente es el portal apuntado,
decorado con mármoles policromos.
El importante Museo Arqueológico, con colecciones que abarcan hallazgos del
Bronce medio al siglo V a. C.
Palazzo Lanza Buccheri (siglo XVI).
Palazzo Mergulese-Montalto (siglo XIV), que conserva la antigua fachada del
siglo XIV con un portal apuntado.
El Placio Arzobispal (siglo XVII, modificado en el siguiente siglo). Alberga la
Biblioteca Alagonia, fundada a finales del siglo XVIII.
El Palazzo Vermexio, el actual Ayuntamiento, que posee fragmentos de un
templo jónico del siglo V a. C.
Palazzo Francica Nava, con partes del edificio original del siglo XVI.
Palazzo Beneventano del Bosco, originalmente construido en la Edad Media,
pero modificado entre 1779 y 1788. Tiene unagradable patio.
Palazzo Migliaccio (siglo XV), con notables decoraciones de incrustación de
lava .
El palacio Senatorial, que alberga le tribunal del siglo XVIII.
El Castillo de Euríalo, construido a nueve km de la ciudad por Diosinio I y que
fue una de las principales fortalezas de la antigüedad. Tenía tres fosos con una
serie de galerías subterráneas que permitieron que los defensores retiraran los
materiales que los atacantes podían usar para rellenarlas.
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