INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS ANALÍTICOS 1. INTRODUCCIÓN. Tras el trabajo analítico, tanto de las aguas como de los sedimentos acuáticos, se obtienen un conjunto de resultados que requieren ser “interpretados” (generalmente en el sentido de determinar si los valores encontrados son elevados, normales, reducidos, ...). A tal fin, es evidente que se necesita establecer a partir de qué valores se considerará que las aguas y sedimentos están contaminados. Es de destacar la dificultad que presenta fijar estos valores, ya que tanto la composición de las aguas como la de los sedimentos están muy influenciadas por las características del medio geológico en el que se encuentran, o por el que discurren (en el caso de las aguas) y puede ocurrir que la composición “natural” de un agua o un sedimento presente concentraciones notablemente elevadas de metales o de sales (sulfatos, cloruros, carbonatos, etc.) cuya “procedencia natural” conviene conocer para diferenciarla de una posible contaminación posterior. También se debe tener en cuenta que, en el caso de las aguas, al hablar de contaminación (o de nivel de calidad) se debe hacer referencia a un uso determinado, así por ejemplo, un agua de buena calidad para riego, puede ser inaceptable para el consumo humano. En este tema se describen diversos procedimientos que se emplean para estudiar la calidad de las aguas y sedimentos. También se exponen una serie de métodos que permiten valorar la corrección de un conjunto de resultados analíticos. 2. CALIDAD DE LAS AGUAS. Una primera forma de abordar el estudio de la calidad de las aguas, es en función del uso al que se van a destinar y se basa en la medida de ciertos parámetros físicos, químicos y biológicos y una posterior comparación de los resultados con valores que se consideren admisibles. En España se dispone de normativa para los siguientes usos: consumo humano, destinada a potabilización, vida piscícola, cría de moluscos y baños públicos. A título de ejemplo, en las tablas adjuntas se incluyen los reglamentos relativos a vida piscícola y baños públicos. 1 Tabla 1. Calidad de aguas para preservar la vida piscícola. Tabla 2. Calidad de aguas superficiales destinadas a baños públicos. 2 También se han fijado valores límites para vertidos a cauces públicos (tabla 3), así como los denominados “objetivos de calidad”, no obstante, estos últimos se han establecido, en casi todos los casos, para aguas afectadas directamente por vertidos. Entre éstos destacan los fijados en la Orden de 14 de febrero de 1997 (BOJA de 4 de marzo de 1997) por la que “se clasifican las aguas litorales andaluzas y se establecen los objetivos de calidad de las aguas afectadas directamente por vertidos”. Tabla 3. Valores límites para vertidos a cauces públicos. 3 2.1 Índices compuestos A la hora de comparar la calidad de aguas de distintas procedencias, el método consistente en la comparación de diversos parámetros físicos, químicos o biológicos, en general, da lugar a una situación confusa final, ya que de esta comparación, sólo se puede deducir que cada agua presenta unos parámetros más desfavorables que otras, pero como generalmente no hay una concordancia total y clara, el resultado final no suele ser concluyente. Por dicho motivo, se utilizan los índices compuestos, los cuales definen la calidad del agua mediante un solo número que resume sus características más importantes. Estos índices compuestos permiten fácilmente: - Comparar la calidad del agua en diferentes lugares y momentos. - Valorar los efectos de los vertidos contaminantes en los ríos y estudiar los procesos de autodepuración que se producen. El proceso para la definición de estos índices, consta de los siguientes pasos: - Selección de parámetros significativos, que se lleva a cabo por un grupo de especialistas. Los parámetros escogidos, no son necesariamente siempre los mismos; los caracteres del medio físico concreto que se pretende estudiar, y la finalidad del estudio, serán factores importantes a la hora de determinar cuales son los parámetros seleccionados. - Importancia de cada uno de los parámetros y consiguiente asignación de pesos. El procedimiento habitualmente seguido es el mismo: recurrir a la opinión de especialistas. - Formulación del índice. En general, toma la forma de suma ponderada de los valores de cada parámetro por el peso asignado a éstos. 2.1.1 Índices de calidad ambiental, ICA. El índice de calidad ambiental fue uno de los más utilizados en España. Los parámetros del índice son los siguientes: 4 pH Consumo de permanganato Salinidad Impurificación aparente Conductividad Coliformes Temperatura Oxígeno disuelto Amoníaco Detergentes El término impurificación aparente se refiere a condiciones que son ofensivas a la vista o al olfato y que afectan al aspecto del río. - Valor asignado a los parámetros. Se establecen escalas variables de 0 a 100 que permiten obtener valores a partir de los resultados de los análisis. - Peso de los parámetros. Del 1 al 4, en función de la importancia de cada parámetro. Obtenidos estos valores se aplica la fórmula: I.C.A . = ∑ Ci Pi K ∑ Pi donde: Ci= Valor obtenido del análisis. Pi= Peso del parámetro. K = Constante que varía de 1 a 0.25, según la impurificación aparente del agua. Dicha fórmula permite obtener un valor de 0 a 100, como I.C.A. y define la situación de forma que si el agua tiene una buena calidad su valor estará próximo a 100 y cuanto peor sea su calidad más bajo será dicho número. 2.1.2 Índice de calidad general, I.C.G. El índice de calidad general ha sido desarrollado por Provencher y Lamontagne del Ministerio de Riquezas Naturales del Estado de Quebec (Canadá). El índice se define por la siguiente expresión matemática: 5 n I . C . G . = ∑ Qi x Pi L =1 Los valores de Qi dependen de las concentraciones de los distintos parámetros en el agua analizada, pueden oscilar entre cero y cien, siendo el valor cero el que corresponde al nivel pésimo y cien al óptimo. Los valores de Qi se pueden calcular mediante expresiones matemáticas, o con la ayuda de unas gráficas. A título de ejemplos se presentan las gráficas y las ecuaciones correspondientes a nitratos, partículas en suspensión y pH. NITRATOS 6 PARTÍCULAS EN SUSPENSIÓN PH 7 Los valores de Pi permiten ponderar la influencia de las distintas variables analíticas. A cada una de las variables se les asigna a priori un coeficiente “a” de valores comprendidos entre 1 y 4, que mide la influencia relativa de cada uno, con el siguiente criterio general: a=1 Parámetro muy importante a=2 Parámetro de importancia media a=3 Parámetro de importancia débil a=4 Parámetro dudoso o poco significativo El valor Pi que corresponde a cada variable se calcula mediante la fórmula: Pi = 1 / ai n ∑ 1/ a i 1 En el cuadro adjunto, se recogen los 23 parámetros utilizados en este índice, su coeficiente asignado y, en la última columna, el tipo de variable (x para las básicas e y para las complementarias). 8 Parámetro Coeficiente a Tipo Oxígeno disuelto 1 x Materias en suspensión 1 x pH 1 x Conductividad 1 x DQO 3 x DBO5 1 x Coliformes totales 1 x Cloruros 2 y Sulfatos 2 y Fosfatos totales 3 x Calcio 3 y Magnesio 4 y Sodio 4 y Nitratos 3 x Detergentes 1 y Cianuros 1 y Fenoles 1 y Cadmio 1 y Cobre 2 y Cromo hexavalente 1 y Mercurio 1 y Plomo 1 y Cinc 1 y 9 El cuadro que se incluye a continuación desarrolla todas las operaciones necesarias para obtener el I.C.G. que corresponde a unos resultados analíticos concretos. CÁLCULO DE UN I.C.G. Valor Qi a Pi Qi x Pi Oxígeno disuelto 3.2 36 1 0.143 5.148 Materias en suspensión 38 96.4 1 0.143 13.785 pH 7.4 96 1 0.143 13.728 Conductividad 660 67.2 1 0.143 9.610 DQO 4.5 66.4 3 0.047 3.121 DBO5 5.6 46.7 1 0.143 6.678 * - - - - Cloruros 25.5 97.4 - - - Sulfatos 212.6 83 - - - Fosfatos totales 2.25 40 3 0.047 1.880 Calcio 95.2 100 - - - Magnesio 20.9 94.4 - - - Sodio 15.7 96.1 - - - Nitratos 12.4 95 3 0.047 4.466 Detergentes 0.02 98.4 - - - Cianuros 0.00 100 - - - Fenoles 0.002 60 1 0.143 8.580 Cadmio 0.00 100 - - - Cobre 0.00 100 - - - Cromo hexavalente 0.00 100 - - - Mercurio 0.00 100 - - - Plomo 0.00 100 - - - Cinc 0.00 100 - - - Parámetro Coliformes totales (*) Se carece del dato correspondiente. 10 ∑ 1 =7 ai ∑ Qi x Pi = = 66.996 = I . C . G . La columna 2 contiene los valores obtenidos por análisis; de ellos se deducen, por medio de los gráficos o las fórmulas anteriores, los niveles de Qi de cada parámetro (columna 3). En la columna 4 figura el coeficiente “a” que debe de ser aplicado, debiendo resaltarse que las variables de tipo “y” o complementarias sólo intervienen en el cálculo del I.C.G. cuando les corresponde un Qi menor o igual a 60, por dicho motivo, solo los fenoles (Qi=60) intervienen en el cálculo (los restantes parámetros complementarios presentan niveles Qi superiores a 60). La suma de los inversos de los coeficientes “a “ es 7, y por lo tanto, los valores Pi resultan de dividir cada 1/a por siete, (columna 5). En la última columna figuran los productos Qi x Pi y su suma total es el I.C.G. buscado, que resulta ser de 66.996. Queda únicamente por matizar el significado del I.C.G. según los diferentes valores que puede presentar cada índice. Para cualquier tipo de índice, calculado por el método expuesto, y por lo tanto para el I.C.G., es válida la siguiente clasificación: Entre 100 y 90 Excelente Entre 90 y 80 Buena Entre 80 y 70 Intermedia Entre 70 y 60 Admisible Entre 60 y 0 Inadmisible Es conveniente también tener en cuenta, al trabajar con los índices de calidad, que si algún valor Qi resultase nulo para un determinado parámetro, el agua es rechazable por ese sólo concepto, aunque la media ponderada resultante pudiera tener un valor alto. 11 2.2 Índices biológicos Estos métodos biológicos se basan en el distinto grado de tolerancia de los organismos a los cambios físicos o químicos del medio en que viven. En cualquier medio acuático natural, digamos un tramo o sección de un río determinado, existe un conjunto de organismos que son capaces de vivir en las condiciones de ese tramo o sección y que están más o menos adaptados a ellas. Cuando se produce una contaminación del lugar, las condiciones de vida de esos organismos varían, y entonces puede suceder que dichos organismos puedan seguir viviendo en el mismo sitio. Esto puede deberse a una contaminación leve que no afecta demasiado al medio, bien porque sea pequeña la cantidad de contaminante vertida o por producirse momentáneamente y ser desplazada aguas abajo con rapidez debido a una fuerte velocidad de corriente. O por el contrario, puede suceder que no puedan seguir viviendo en el mismo lugar después de producida la contaminación y entonces serán desplazados por otros organismos mejor adaptados a las nuevas condiciones, con el consiguiente resultado de su disminución en el número de individuos, o de su total desaparición dentro de la comunidad. De lo anterior se deduce que la estructura del sistema biológico, referente a las especies que lo forman y a su abundancia, es un reflejo fiel del estado o grado de contaminación de las aguas, y en este concepto están basados los métodos biológicos desarrollados a partir del estudio de las muestras de organismos vivos procedentes de las mismas. Estos métodos biológicos presentan las siguientes ventajas: 1ª Son capaces de reflejar la presencia de cualquier compuesto o elemento nocivo en las aguas, que podría pasar desapercibido en los análisis químicos cuando éstos son difíciles de realizar o no van encaminados directamente a su estudio, porque los organismos que viven en el río son consecuencia del total de los factores ecológicos, y responden a todos ellos en conjunto. 2ª Evitan los resultados demasiado alarmantes en el caso de contaminaciones concentradas y de poca duración, que pueden resultar en los análisis químicos si éstos se han realizado justo en el momento del vertido, y en cambio detectan la contaminación, quizás más leve 12 pero constante, que puede quedar desatendida en aquellos y ser más perjudicial para los organismos vivos. El problema se plantea cuando se intenta aplicar estos estudios a un caso práctico concreto. Sólo la identificación correcta de las especies que se encuentran en una comunidad, puede servir para la elaboración de índices fiables y esta identificación requiere una especialización importante. 2.2.1 Principales tipos de índices biológicos. Los índices utilizados para medir la calidad de las aguas por métodos biológicos pueden dividirse en dos grandes grupos: Indices de contaminación e índices relacionados con la estructura de la comunidad. Este último grupo, puede subdividirse en índices taxonómicos y tróficos. - Indices de contaminación. Casi todos se basan en la observación de la progresiva pérdida de componentes animales que sufre el ecosistema acuático al crecer los niveles de contaminantes. Uno de los métodos más utilizados es el de "saprobios", basado en el hecho de que en cualquier río, después de un vertido, se observan varias zonas de contaminación decreciente, según nos alejamos de la sección donde fue producido y cada una de estas zonas alberga comunidades de organismos distintas, que le son características. Existen catálogos muy completos de las especies que viven en las aguas, donde se indica para cada una de ellas su grado de afinidad con estas zonas establecidas (pueden estar presentes en varias, pero en general serán más abundantes en sólo una de ellas) y su valor como indicador del estado del agua en que viven. La presencia simultánea de varias especies indicadoras de una determinada zona, servirá para conocer el grado de contaminación o de alejamiento del foco contaminante de la zona estudiada, y su posible recuperación. - Indices taxonómicos. Basados en la composición taxonómica de la comunidad, miden la diversidad de la población, y reflejan el estado o calidad de las aguas al admitir que 13 cualquier impacto exterior reduce la diversidad de ésta. Entre los índices más conocidos, se pueden citar el de Margalef y el de Shanon. - Indices tróficos. Refiriéndonos a la diversidad de la biocenosis en cuanto a sus distintos grupos o niveles tróficos, también sucede que un cambio ajeno a los intrínsecos del ecosistema, puede motivar una variación en la proporción de los productores, consumidores o descomponedores (en aguas contaminadas son más abundantes los dos últimos grupos). Basados en este fenómeno, existen varios índices denominados tróficos que sirven para calcular estas proporciones e indicar de esta forma el estado o calidad de las aguas. Uno de los más utilizado y conocido es el índice de Gabriel. 3. CONTAMINACIÓN DE SEDIMENTOS. Los contaminantes que entran a formar parte de los ecosistemas acuáticos, se comportan según un ciclo biogeoquímico complejo (ver figura 1), quedando parte de ellos acumulados en los sedimentos (materia que habiendo estado suspendida en un líquido, agua, se deposita en el fondo por su mayor densidad). Sin embargo, los contaminantes retenidos en los sedimentos no tienen porqué quedar permanentemente fijados a éstos, sino que pueden removilizarse o solubilizarse de nuevo y volver al agua, cuando cambian las condiciones del medio (fuertes corrientes, procesos de dragados, cambios en el pH y/o potencial redox, acción de microorganismos,...), actuando entonces los sedimentos como una fuente de contaminación. Agua Entrada Organismos vivos Salida Organismos bentónicos Sedimento Figura 1. Ciclo biogeoquímico de los contaminantes en los ecosistemas acuáticos. 14 Entre los contaminantes de los sedimentos acuáticos destacan los metales, dada la elevada toxicidad de muchos de ellos para los seres vivos. En este sentido, se puede afirmar que una alta contaminación por metales puede llegar a producir verdaderos desastres como el ocurrido en la bahía de Minamata, en Japón, donde tras el consumo de pescado contaminado por mercurio procedente de vertidos industriales, murieron decenas de personas y muchas otras quedaron seriamente afectadas. Por todo ello, en este apartado nos centraremos en el estudio de los metales en los sedimentos. Para cuantificar el grado de contaminación por metales de una zona, hay que tener presente que los metales forman parte de la composición natural de los sedimentos. Por ello, es de gran importancia determinar sus concentraciones naturales, sin contaminar (niveles de fondo). Estos niveles de fondo se pueden estimar por los siguientes métodos: - Emplear valores medios obtenidos de la bibliografía. Numerosos autores han cuantificado las concentraciones medias de metales representativas de los distintos constituyentes de materiales sedimentarios sin contaminar: esquistos arcillosos, arenas, formaciones detríticas, etc. Los valores medios en los esquistos arcillosos dados por Turekian son los tomados usualmente como valores de referencia. A pesar de no ser un método muy riguroso, la comparación con estas concentraciones de referencia aparece como un método rápido y práctico para detectar el enriquecimiento de los metales en los sedimentos y cuantificar así el grado de contaminación. - Realizar un estudio con la profundidad. Las composiciones encontradas en las capas más profundas de los sedimentos son aproximadamente constantes, y representan la composición natural de los sedimentos de la zona. Se estima que un perfil de 1 m es suficiente para cubrir los últimos 100-200 años de historia del sedimento. - Comparar con sedimentos de áreas sin contaminar. En la determinación de los niveles de enriquecimiento de metales en sedimentos, resulta de gran utilidad poder cuantificar la extensión de la contaminación antropogénica en cada área estudiada; con este objeto se han desarrollado los denominados Indices de Contaminación. Uno de los más utilizados es el "Indice de Geoacumulación" diseñado por Müller y que viene dado por la siguiente expresión: 15 ⎛ Cn ⎞ ⎟ Igeo = log2 ⎜ ⎝ 1,5 Bn ⎠ donde, Cn es la concentración del elemento n en el sedimento, y Bn representa el valor de fondo. El "Indice de Carga Contaminante" introducido por Tomlinson et al. es el primero que consideró conjuntamente la totalidad de los metales analizados en los distintos puntos de muestreo, a través del cálculo de los denominados factores de contaminación (F.C.= concentración del metal en el sedimento contaminado/valor base del metal). El Indice de Carga Contaminante se obtiene mediante la ecuación: ICC = (FC1 x FC2 x FC3 x... FCn )1/n Este índice resulta útil para comparar globalmente niveles de contaminación en distintos puntos y para estudiar su evolución con el tiempo. 4. VALORACIÓN DE LA CORRECCIÓN DE LOS ANÁLISIS. Los procedimientos que se exponen a continuación para la valoración de la corrección de los análisis son aplicables de forma específica a las muestras de agua para las que se han realizado análisis relativamente completos. Entre ellos se incluyen la conductividad, y los principales componentes aniónicos y catiónicos. 4.1 Equilibrio de cationes y de aniones Debido a las cargas eléctricas contrarias de aniones y cationes, teóricamente, en un análisis de agua correcto, la diferencia entre la suma de cationes (SC) y la suma de aniones (SA), expresados ambos en miliequivalentes por litro, debe ser nula. Sin embargo, una serie de factores entre los que se cuentan errores de determinación (instrumentales o humanos) e iones no tenidos en cuenta, hacen que en la práctica pueda existir cierta diferencia entre ambas sumas. 16 La diferencia entre ambas sumas que puede ser aceptable depende de las características del agua y se establece como sigue: Suma aniones (meq/l) Diferencia aceptable 0 - 3.0 ±0.2 meq/l 3.0 - 10.0 ±2 % 20.0 - 800 ±2 - 5 % Cuando la diferencia entre las sumas se expresa como porcentaje, este se calcula mediante la expresión: diferencia en % = 100 SC - SA SC + SA 4.2 Conductividad eléctrica y sumas iónicas El contenido de sales de un agua determinará su conductividad eléctrica, estando bien establecidas las relaciones iónicas para soluciones puras. Las aguas naturales constituyen soluciones mixtas y aunque en este caso resulta más difícil establecer la relación entre sales en solución y conductividad eléctrica (CE), diversos estudios han determinado que el parámetro K, definido como: K= CE CE o, lo que es lo mismo, K = SC SA fluctúa entre 80 y 110 (cuando la CE se expresa en µS/cm y la SC o la SA en meq/l). Este índice no tiene el carácter determinante del anterior pero sí brinda una idea de la corrección de los resultados analíticos. 17 BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ COBELAS, M.; CABRERA CAPITÁN, F.; La Calidad de las Aguas Continentales Españolas. Estado Actual e Investigación. Geoforma Ediciones.1995. IBÁÑEZ ORTS, V.; NAMESNY VALLESPIR, A.; Valoración de los Análisis Químicos de Aguas Superficiales Realizados por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, campañas 1973-74 a 1987-88. Tecnología del Agua, 82, 61-68.1991. APHA-AWWA-WPCF; Métodos Normalizados para el Análisis de Aguas Potables y Residuales. Díaz de Santos. 1992. FÖRSTNER, U.; Contaminated Sediments. Springer-Verlag. 1989. MINGO MAGRO, J.; La Vigilancia de la Contaminación Fluvial. Tratamiento de los Datos de Control Analítico. Dirección General de Obras Hidráulicas. 1981. 18