NOV. 22 REFORZAR NUESTRA HUMANIDAD

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INTERVENCIÓN DE LA SRA. MINISTRA OLGA SÁNCHEZ
CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN LA PRESENTACIÓN
DEL LIBRO “HISTORIAS DE MUJERES, HISTORIAS DE
LIBERTAD”, DE LA SECRETARÍA DE DESARROLLO SOCIAL,
EL 22 DE NOVIEMBRE DE 2004, EN EL MUSEO FRANZ
MAYER, EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE
MÉXICO.
REFORZAR NUESTRA HUMANIDAD.
Complicidad y afecto de seres libres.
“Hombre libre es el que quiere sin la arrogancia
de lo arbitrario. Cree en la realidad, es decir, en
el lazo real que une la dualidad real del Yo y del
Tú. Cree en el destino y cree que el destino le
necesita… Pues lo que ha de acontecer no
acontecerá si no está resuelto a querer lo que
es capaz de querer.”
Martin Buber.
Vengo, gozosa, a presentar un libro
incompleto. Un libro que tendría que ser de
proporciones monumentales, para incluir a
muchas más de las veinte mujeres cuyas
historias se contienen en este hermoso libro,
y que nos han dejado con una sed inmensa
por conocer a más de ellas, con una sed
enorme de saber las historias de más
mujeres libres, de más mujeres que nos
compartan su humanidad, su grandeza, lo
que son, lo que sienten, lo que las mueve.
Compartir, será, sin duda, el secreto que
haga
de
solamente
este
libro
literaria,
una
sino
referencia
de
no
consulta
obligada para quienes quieran voltear la
mirada a ese a veces inescrutable mundo del
desarrollo humano, a ese mundo de la
asistencia social, a ese mundo de la libertad
que dan la ayuda mutua y la solidaridad.
Compartir es la constante en estas
mujeres que en ello encuentran su libertad,
la de otras mujeres y, por qué no, nuestra
propia libertad.
Y así comparten todo, lo que tienen y
son.
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Emereciana, “Doña Mere”, su fuerza, su
capacidad
inagotable
inextinguible
fuego
de
de
dar,
solidaridad,
su
su
infinita sed de dar, que “ya se le hizo vicio”.
La luchadora social, la procuradora social de
justicia, que ya, a sus sesentas, se dice
cansada, necesitada de un relevo; y, sin
embargo, no se cansa de dar su tiempo, su
fuerza, su aplomo. Ese que les falta a las
mujeres
violentadas
que
defiende
en
Chimalhuacán.
Glafira, a quien no le ha importado que
“la mal miren” o que no le hagan caso
cuando
invita
a
otras
mujeres
de
su
comunidad a aprender otras cosas. Glafira,
comparte su amor por el lago, su orgullo
purépecha,
el
reafianzamiento
de
su
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identidad, su libertad, su fuerza de madre
soltera.
Josefina, quien comparte con quienes se
encuentran
privadas
de
su
libertad
su
libertad misma, su libertad traducida en
poesía y prosa, en biografía narrada, en
historia vuelta letras. Esa misma Josefina,
partera
de
biografías,
incitadora
de
confesiones que comparte su propia historia,
la que escribe ficciones y aprende realidades.
Josefina, la que comparte sus ansias de
ayudar a nacer historias sacadas de la
realidad más fuerte en una persona: la
privación de su libertad. Josefina, la que
comparte
con
mujeres
privadas
de
su
libertad, sus ganas de liberarlas.
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Todas ellas son mujeres que creen en la
realidad y en el destino. En ese futuro lleno
de destino que les necesita, en ese destino
en el que están resueltas a participar.
Son
querer
mujeres
lo
que
que
son
están
capaces
resueltas
de
a
querer.
Mujeres que se aceptan y reconocen como
tales, que son ellas mismas. Mujeres que no
han aceptado ser mutiladas ni se han
automutilado,
ni
autolimitado.
Mujeres
autónomas, como libres, por que no hacen lo
que se quiere de ellas, ni lo que se espera de
ellas, son mujeres que hacen lo que quieren.
Pero en ese ámbito de libertad, en ese “hacer
lo que quieren” han decidido hacer algo por
los demás: han decidido compartir, más que
eso, han decidido compartirse, para bien
nuestro.
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Son mujeres sacadas de muchas otras,
mujeres síntesis y ensayo, mujeres poesía y
prosa, mujeres que son concientes de que al
lado hay otras que les necesitan, que les
requieren, que necesitan saber que ser
mujer
es
algo
hermoso,
inmenso,
maravilloso.
Quiero ceder ya mi voz a la música, pero
no sin antes agradecer.
A la Secretaría de Desarrollo social, a la
coordinación editorial de este libro, a la Sra.
Secretaria, por compartir con nosotros a
tantas
mujeres,
mujeres
como
compartidas.
dice
Martin
A
tantas
Buber
que
quieren sin la arrogancia de lo arbitrario, a
tantas mujeres que quieren, más bien, con
la humildad de lo compartido.
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Porque como dice Fernando Savater, “la
mayor ventaja que podemos obtener de
nuestros semejantes, no es la posesión de
más cosas… sino la complicidad y el afecto
de más seres libres.” Es decir, la ampliación
y refuerzo de nuestra humanidad.
Porque en la realidad, en las realidades
individuales, mejor dicho, existen muchas
fuerzas que limitan nuestra libertad; pero
también nuestra libertad es una fuerza en el
mundo: nuestra fuerza.
Que la fuerza de estas mujeres libres,
que la complicidad y el afecto que han
suscitado entre quienes hemos leído su
historia,
amplíe
y
refuerce
nuestra
humanidad; y que la música nos libere.
Muchas Gracias.
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