¿“ASPECTOS PSILÓGICOS EN LAS LESIONES DEPORTIVAS”? El

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¿“ASPECTOS PSILÓGICOS EN LAS LESIONES DEPORTIVAS”?
El corredor popular utiliza la mayor parte de su tiempo libre, por no decir todo, a
entrenar. Se entrena el cuerpo y sin saberlo, entrena la mente.
Podemos pensar que sólo los atletas profesionales hacen una preparación psicológica,
pero nos equivocaríamos, también los “populares” lo hacen.
Qué piensan los lectores de esos entrenamientos a deshoras, en días de calor o frío, con
lluvia, viento, esos madrugones y todo eso después de atender las tareas diarias, las
familiares y sociales…., ¿sería posible hacerlo sin una buena preparación mental?
Si nuestra respuesta es NO, aceptamos que existen aspectos psicológicos que influyen y
están presentes en el entrenamiento y en la competición. Así mismo, estos factores
psicológicos también están presentes en las LESIONES.
Pueden influir en la aparición de la lesión, en su evolución y/o en su recuperación.
Las lesiones, según la gravedad y el momento en el que se producen, provocan
diferentes tipos de sentimientos y emociones. A parte del dolor y la incomodidad física.
La primera circunstancia que se produce con la aparición de una lesión es la
interrupción de la actividad a la que tanto tiempo dedicamos, con lo cual, aparece una
sensación importante de “vacío”. Se produce incertidumbre, inseguridad, preocupación
y otras reacciones emocionales como irritabilidad y ansiedad. Todas estas sensaciones
van a tener que ver en el proceso de recuperación de la lesión.
En la mayoría de las lesiones aparecen sensaciones, que seguro alguno de vosotros
identifica:
1º-RABIA. Nos preguntamos ¿por qué nos ha pasado?
2º-Normalmente al principio NO se ACEPTA la gravedad de la lesión. Se
origina una NEGACIÓN de la misma.
3º-El deportista está en un estado de IRRITABILIDAD, en muchos casos por
que no se avanza según se había pensado y por tanto en ocasiones se reacciona
de forma negativa hacia personas allegadas.
4º-A veces existe desanimo, por lo que se produce una falta de implicación para
hacer los ejercicios propuestos por Fisios, Médicos…
5º-Inseguridad por no saber si será capaz de recuperarse.
Como vemos se produce un impacto psicológico que en muchos casos el deportista
puede controlar y en otros no.
Enumeraremos algunas directrices que nos pueden ayudar al control en los momentos
en los que nos encontramos lesionados:
A)- Estar informados de la lesión o repercusión de la misma. Es primordial
acudir a un especialista. (médico, fisio). Es importante saber las características de la
lesión, el tiempo previsto de recuperación y el papel que desempeña el deportista
en el proceso de recuperación.
Si la realidad es negativa, probablemente, nos encontremos peor psicológicamente, pero
aceptando la situación y sabiendo qué nos espera se adquiere mayor fortaleza
psicológica, que nos ayudará en el proceso.
B)- Nos debemos responsabilizar de la recuperación. Afrontar que la
evolución depende en gran medida del deportista. Se debe adoptar un papel activo
en la recuperación para controlar dicho proceso.
C)- Anticipar los malos momentos. Probablemente en la recuperación habrá
momentos malos (recaídas, dudas, desanimo) que son normales en la evolución de una
lesión, se debe seguir adelante a pesar de estos momentos.
D)- Es importante disponer de apoyo social, familiares, amigos, compañeros de
entrenamiento. Pero hay que tener cuidado con el exceso de animo, ya que puede crear
falsa expectativas.
E)- Conviene tener un plan de actividades para aprovechar el tiempo que antes
invertíamos en entrenar. De esta forma habrá menos tiempo para lamentar la “mala
suerte”.
En toda recuperación aparecen 2 piezas claves MOTIVACIÓN Y AUTOCONFIANZA,
ambas deben ser fortalecidas al mismo tiempo.
La primera, se debe despertar en el deportista el interés por recuperarse y en
implicarse en las tareas que le ayuden a conseguirlo. Y, la segunda se refiere a la
CONFIANZA SINCERA del atleta en sí mismo, asumiendo que será capaz de
recuperarse gracias a su propio esfuerzo siguiendo las indicaciones de los especialistas.
Algunas de las formas en las que se pueden fortalecer ambas, entre otras, pueden ser el
establecimiento de objetivos (realistas y desafiantes), participando activamente en el
proceso de recuperación, establecer objetivos de resultado y de realización.
En definitiva, una actitud realista y responsable ante una lesión puede hacer que el
tiempo de recuperación sea el establecido y que la evolución de la misma sea más
llevadera y produzca el menor impacto emocional posible en la vida del deportista.
Sería maravilloso encontrar la fórmula para que las lesiones no interrumpieran el
desarrollo deportivo de una persona, pero esto sería una FANTASÍA inalcanzable. Lo
que sí está en nuestras manos es poder controlar ese proceso y espero que después de la
lectura de este artículo sea así.
Eva Mª Agea Pérez
Psicóloga Deportiva y Corredora Popular
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