Darse cuenta

Anuncio
Proyecto Tejiendo Redes
contra la Explotación
de Niños, Niñas y Adolescentes
DARSE CUENTA: HACER ALGO
FORTALECIENDO A LAS FAMILIAS DE TRABAJADORES
INFANTILES DOMÉSTICOS EN PAMPLONA ALTA,
SAN JUAN DE MIRAFLORES, LIMA, PERÚ
Asociación Grupo de Trabajo Redes
Dirección postal: Las dalias 251 - 403. Lima 18, Perú.
Teléfono: (051) 1 - 445 1469 E-mail: [email protected] Web: www.gruporedes.org
Asociación Grupo de Trabajo Redes
DARSE CUENTA:
HACER ALGO
FORTALECIENDO A LAS FAMILIAS DE TRABAJADORES
INFANTILES DOMÉSTICOS EN PAMPLONA ALTA,
SAN JUAN DE MIRAFLORES, LIMA, PERÚ
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Darse cuenta, hacer algo
Texto: Aldo Valencia Piñan, Blanca Figueroa Galup,
Javier Garvich Rebatta y Johana Reyes Quinteros.
Dibujos: Adolescentes en TID.
Producción gráfica: duArtes Teléfono 247 2788
Proyecto Tejiendo Redes contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes. OIT/IPEC
Isa Ferreira, Asesora Técnica Principal
Liliana Vega, Coordinadora Nacional de Perú
Esta publicación ha sido posible gracias a la financiación
del Ministerio de Trabajo de los Estados Unidos (Department of Labor)
Copyright: Asociación Grupo de Trabajo Redes (AGTR)
Dirección postal: Las dalias 251 – dpto. 403. Lima 18. Perú.
Teléfono: 051 – 1 – 445 1469
[email protected]
www.gruporedes.org
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2007-09242
Primera edición: 2,000 ejemplares
Septiembre 2007
-2-
1. El escenario: San juan de Miraflores
PRESENTACIÓN
Tejiendo Redes contra la Explotación de Niños,
Niñas y Adolescentes es un proyecto regional de la OIT, financiado
por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. El objetivo
general es contribuir a la prevención y eliminación del trabajo
infantil doméstico (TID) y de la explotación sexual comercial de
niños, niñas y adolescentes (ESC) en Sudamérica a partir de
intervenciones en Chile, Colombia, Paraguay y Perú. Iniciado a
fines de 2004, se espera que su ejecución logre los siguientes
resultados: Información comparable y de calidad con respecto a
las características y magnitud del TID y la ESC en países
seleccionados disponible y utilizada por actores claves; un marco
legal, institucional y cultural propicio para la puesta en marcha
de una acción efectiva en contra del TID y la ESC; modelos piloto
efectivos desarrollados para la prevención y retiro de las niñas y
niños del TID y de la ESC. Este último tiene la finalidad de aportar
conocimientos metodológicos para las intervenciones directas
con los niños, niñas y sus familias y, en el caso peruano, para el
tema del TID ha sido desarrollado por la Asociación Grupo de
Trabajo Redes (AGTR) en Lima, la Congregación de Religiosas
de María Inmaculada (RMI) en Arequipa y el Centro Bartolomé de
las Casas (CBC) en el Cusco, a través de Programas de Acción.
El objetivo de prevenir/erradicar el Trabajo Infantil Doméstico en
hogares de terceros, requiere de la acción confluente en distintos
campos, que a su vez constituyen factores para su ocurrencia.
Uno de ellos es el familiar. Es en la familia donde se toman las
decisiones que conducen al involucramiento de las niñas y niños
en el trabajo doméstico y, si bien, es la unidad en la que se
expresan diversas tensiones de origen económico, social y
cultural (estructurales y macro), es también el espacio en el que
pueden construirse defensas que contribuyan a la protección de
sus miembros y a la reducción de los factores de vulnerabilidad
hacia actividades de alto riesgo, como es en este caso el TID.
En el ámbito latinoamericano existen más y mejores experiencias
de trabajo con las familias, producto de un mayor conocimiento
y sistematización de las estrategias y enfoques utilizados. El Perú
-3-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
se suma a esta corriente y, en el contexto de Tejiendo Redes, se
ha buscado incidir en las familias tanto en la perspectiva de evitar
la salida de las niñas y niños hacia el trabajo doméstico, como
en el retiro del mismo o por lo menos de las condiciones que lo
hacen peligroso. La Asociación Grupo de Trabajo Redes,
institución con amplia experiencia en el trabajo por la defensa,
protección y desarrollo de las trabajadoras del hogar, realizó, en
el contexto del Programa de Acción, una labor dedicada e
individualizada con las familias de la población beneficiaria,
orientada a su fortalecimiento y a la definición de una opción
clara por la educación, frente al trabajo.
El documento que presentamos, sistematiza pues esta
experiencia, contada con la prolijidad que caracteriza al trabajo
de AGTR. Como en el mismo documento se sugiere, los tiempos
quedaron cortos para una tarea larga y los procesos iniciados
son la semilla que deberá germinar, a cargo ahora, de las propias
familias. Aún así, confiamos en que los aspectos en él resaltados
serán útiles para el diseño de acciones enfocadas en el
fortalecimiento de este espacio estratégico para el desarrollo de
los niños, niñas y adolescentes.
Liliana Vega Segoin,
Coordinadora Nacional
Proyecto Tejiendo Redes contra la
Explotacion de Niñas, Niños y Adolescentes.
-4-
1. El escenario: San juan de Miraflores
ÍNDICE
Introducción
7
1.
9
El escenario: San Juan de Miraflores
1.
2.
3.
2.
3.
4.
5.
Vivir en Pamplona Alta
Trabajo infantil doméstico
Recuerdos importantes
11
12
15
Establecimiento de vínculos
17
1.
2.
3.
4.
19
20
21
22
La promotora local
Visitas a los hogares
En pos de la confianza
Una relación especial
Las familias participantes
25
1.
2.
Los referentes familiares
Problemas identificados por los referentes familiares
27
28
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
28
30
33
35
37
Violencia de género
Maltrato infantil
Incomunicación dentro de la familia
Otros problemas
El trabajo infantil doméstico como problema
Hacia el cambio
39
1.
2.
3.
4.
5.
41
42
43
43
45
Identificación de fortalezas
El análisis
“Darse cuenta”
Búsqueda de alternativas
El plan del referente familiar
Logros alcanzados
47
1.
2.
3.
4.
5.
49
50
52
54
55
Visitas para el reforzamiento familiar
Referentes familiares que asumieron “hacer algo”
Referentes familiares que iniciaron el cambio
Algunos cambios percibidos
Limitaciones
Bibliografía citada
Fuentes citadas
57
58
-5-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-6-
1. El escenario: San juan de Miraflores
INTRODUCCIÓN
La familia tiene un rol determinante en la compleja dinámica social que
favorece la inserción de niñas, niños y adolescentes en el trabajo infantil doméstico (TID).
1
Los diversos estudios sobre el TID, realizados en los últimos 10 años , así como la experiencia
de vida de miles de trabajadoras del hogar adultas, que se enrolaron en el trabajo doméstico
cuando eran niñas, muestran que ciertos factores de vulnerabilidad al TID están relacionados
con situaciones o condiciones en las familias de origen, que aparecieron tanto por lo que la
familia hizo, como por lo que dejó de hacer.
El rol de las familias de origen en el trabajo infantil doméstico funciona en dos sentidos:
puede ser determinante para favorecer el TID como puede serlo para evitar la inserción
en el mismo. Esto ya ha quedado demostrado con la existencia de familias en las que,
ante situaciones y condiciones similares de vulnerabilidad, no llegaron a permitir la inserción
2
de sus hijos e hijas al TID.
Además de las estrategias institucionales del Estado y la sociedad civil, es imprescindible
para las acciones de prevención y retiro del TID, el fortalecimiento de conductas, situaciones
y condiciones de protección a los niños/as, que reviertan o equilibren factores de vulnerabilidad.
El apoyo a familias es importante en la prevención de otras formas de trabajo infantil, pero
aún más en el TID donde se expresa muy claramente la influencia de las relaciones y
conexiones familiares, Así, para la inserción en esta ocupación encontramos que usualmente
son parientes, o “tías” o “madrinas” las primeras empleadoras. Ellas ofrecen “trato familiar,
como a una hija” y la obligación de realizar tareas muy sencillas, “solamente ayudar”.
Asimismo, es dentro de la familia donde el trabajo doméstico se identifica como una tarea
propia del sexo femenino -aunque puedan realizarla los varones- por lo tanto como una
ruta natural de experiencia de vida para las niñas.
En “DARSE CUENTA, HACER ALGO” se presenta la metodología que la AGTR desarrolló en el
3
trabajo con casi un centenar de referentes familiares (incluidos tutores y también empleadores).
Las acciones de fortalecimiento familiar siguieron siete pasos: 1° La construcción de una
relación promotor-familia; 2° La identificación de los problemas principales, por el referente
familiar; 3° La identificación de fortalezas para tratar un problema; 4° La reflexión sobre el
1
2
3
Entre los más importantes queremos resaltar: Anderson, Jeanine (2007) Invertir en la familia. Estudio sobre factores
preventivos y de vulnerabilidad al trabajo infantil doméstico en familias rurales y urbanas: el caso del Perú, OIT/
IPEC, Lima. Acosta, V; García, M y Hoyos, S. (2000) Trabajo Infantil doméstico ¿Y quién la mandó a ser niña?,
UNICEF, Santa Fe de Bogotá. AGTR (2004) No somos invisibles. Resultados de consulta a trabajadores infantiles
domésticos (TID) y ex trabajadores infantiles domésticos (EXTID) en Perú (ciudades de Lima, Cajamarca y Pucallpa).
AGTR, Lima.
Flores, Rosa; Vega, Liliana y otros (2002) Invisible y sin Derechos: Una aproximación al perfil del TID en el Perú. OIT/
IPEC, Lima. Alarcón, Walter (2000) Niñas y adolescentes trabajadoras del hogar en el Perú: una aproximación
cuantitativa. Infancia y desarrollo, Lima.
En el PA se contactaron más de 180 familias y se atendieron más de 360 niños, niñas y adolescente, tanto en TID
como en riesgo de TID.
-7-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
problema elegido; 5°La búsqueda de alternativas para enfrentar ese problema; 6° La elaboración
de un plan práctico para implementar la alternativa; 7° La realización de las acciones propuestas.
Todo lo anterior se implementó en conversaciones informales, sesiones programadas con
el referente familiar (un total de cuatro), visitas de seguimiento a la familia en su conjunto y
salidas culturales/ recreativas. Cada visita, sesión y paseo fueron discutidos por los
promotores para realizar los ajustes adecuados a cada caso, siempre en el afán de responder
a la pregunta: ¿Qué debemos fortalecer en la familia para que ésta apoye la prevención y/
o erradicación del TID?
El equipo de trabajo de la AGTR, para la ejecución del Programa de Acción, en sus 22
meses de duración, ha sido numeroso y conformado mayormente por voluntarios. En lo
que se refiere a las acciones de fortalecimiento familiar, estuvo compuesto de esta manera:
Psicólogos y estudiantes de psicología:
l
l
l
Aldo Valencia Piñan, que desarrolló la metodología del trabajo con familias y coordinó
el trabajo de campo.
Lilliam Ávalos Velarde, Gina Chávez Alegre, Johana Reyes Quinteros, Julissa Solórzano
Castro, Paul Isla Polo, Rafael García Vattam, Ricardo Pacheco Castro y Sumiko Puelles
Otsu, promotores responsables de los casos.
Alberto Cerrón Pineda, Carlos Jiménez Salas, Cristian Núñez Gálvez, Juliana Quispe
Alcarraz, Midori Higa Diez, Robert Ortega Sanchez y Santiago Vidal Ames, voluntarios
que apoyaron en algunas familias.
Promotora local de la AGTR en SJM:
l
Suzana Reyes Limaymanta, ex trabajadora del hogar y promotora local de la AGTR
en San Juan de Miraflores.
Adicionalmente se contó con los siguientes aportes:
l
l
l
Julio Loaysa, sociólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM),
quien apoyó en el levantamiento de datos para el monitoreo de las familias del PA.
Robin Cavagnoud, investigador del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), quien
a través de su trabajo de tesis de doctorado exploró a profundidad algunos de los
casos de intervención más urgentes, de entre las familias del PA.
Carrie Sterr, videasta de Estados Unidos, quien documentó en video y siguió con
atención la evolución de algunas familias de Pamplona Alta.
Poco hubiera podido hacer la AGTR si no hubiera contado con la aceptación de las familias,
y muy especialmente de los referentes familiares. A todos ellos, nuestro agradecimiento.
Lima, agosto 2007.
Blanca Figueroa Galup
Presidenta del consejo directivo
Asociación Grupo de trabajo Redes
-8-
1. El escenario: San juan de Miraflores
CAPÍTULO I
EL ESCENARIO:
SAN JUAN DE MIRAFLORES
4
4
La información sobre el distrito de San Juan de Miraflores ha sido tomada del Plan de Desarrollo Integral de San
Juan de Miraflores 2003-2012, ver en http://www.munisjm.gob.pe/files/PDI.pdf (Última visita, mayo del 2007)
-9-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-10-
1. El escenario: San juan de Miraflores
1.
VIVIR EN PAMPLONA ALTA
Pamplona Alta forma parte del distrito de San Juan de Miraflores (SJM), la
virtual puerta para ingresar al cono sur de Lima. Sus límites colindan con los distritos de
Santiago de Surco, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador, La Molina y Chorrillos.
SJM es uno de los distritos más pequeños del cono sur. Sin embargo, está considerado
como el segundo distrito, después de San Juan de Lurigancho, en concentrar un mayor
número de Asentamientos Humanos. Presenta una topografía diversa, con quebradas y
suelo arenoso en amplias áreas al norte de la zona habitada, la cual está comprendida por
cerros de baja altura, aunque algunos bastante escarpados.
Este distrito tiene una población que el 2003 se estimaba en casi 390,000 habitantes. En
los últimos años en SJM se ha desarrollado una pujante actividad comercial (el porcentaje
de la participación del comercio en la economía del distrito es del 67%) llegando a
considerarse el Primer Centro Comercial y Financiero del Cono Sur5 . A pesar de ello, los
indicadores de calidad de vida siguen siendo preocupantes: más del 55% de su población
se encuentra en situación de pobreza y más de 10% en extrema pobreza, especialmente en
las partes altas de Pampas de San Juan y de Pamplona Alta.
La tasa de analfabetismo es de 4.8%, que para el caso de las mujeres, como casi en el
resto del país, se duplica. Del total de mujeres de SJM, el 16% son madres con más de
cuatro hijos y el 12% son madres solteras. En cuanto a los niños, el 26 % del total que asiste
a la educación primaria presenta una desnutrición crónica y casi el 30% de la población en
edad escolar no asiste a la escuela.
En relación a recursos humanos, en SJM hay entre uno y dos médicos por cada 10,000
habitantes cuando lo que se requiere es por lo menos una decena de ellos por cada 10,000
habitantes. Esto indica todavía grandes carencias en cuanto a la atención de salud en el
distrito, especialmente en sus zonas más deprimidas.
5
Sobre el desarrollo comercial de San Juan de Miraflores, está el artículo de Luis Velásquez C. en la edición de La
República del 13 de junio del 2006, ver http://www.larepublica.com.pe/index.php?option=com_content&task=view&id
=113413&Itemid=38&fecha_edicion=2006-06-14 (visitado en marzo del 2007)
-11-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
En cuanto al sector de Pamplona Alta, una sucesión de oleadas migratorias durante la
segunda mitad del siglo XX la ha convertido en la segunda zona más poblada de todo el
distrito de SJM, con 26 sectores poblacionales, 3 asociaciones de vivienda, 5 asentamientos
humanos y 45 ampliaciones. Se trata de un total de 79 pueblos que albergan a casi cien mil
habitantes. Oficialmente se considera que más del 60% de sus hogares son de un estrato
socioeconómico bajo, al que agregaríamos un 10% de nivel extremadamente bajo.
Pamplona Alta tuvo un movimiento popular muy activo desde sus inicios, que se traducía
en frentes vecinales para pedir luz, agua y desagüe.6 Una etapa de especial actividad llegó
con la instalación de los Comités de Vaso de Leche y los Clubes de Madres, durante el
periodo de Alfonso Barrantes como alcalde de Lima. A partir de fines de los años ochenta
del siglo pasado, todos estos esfuerzos empezaron a desgastarse paulatinamente, perdiendo
auto-sostenibilidad y presencia en la comunidad.
Cuando vine por primera vez a todo este sitio que se inició, todos eran personas honestas. Todo
de…nueva, familia jóvenes. Y todos éramos así. Ahora a largo tiempo estamos ahora (…) todas las
calles se han poblado más. (¿Qué se siente al recordarlo?) Bueno, siento digamos algo como un
pasado (…) que en ese tiempo todo era ingenuo (…) Y ahora estamos viviendo momentos más
difíciles. Y sabiéndolo comprender la situación es otro. Más los hijos crecidos, hay una necesidad más
grande. (Mujer fundadora) 7
2.
TRABAJO INFANTIL DOMÉSTICO
Según diversos estudios, en el Perú hay aproximadamente dos millones
de menores de 18 años que trabajan. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional
de Hogares Año 2001, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) se estima en
aproximadamente 110,000 las niñas, niños y adolescentes que trabajan en servicio
doméstico.8 La cifra es probablemente mucho más alta, dada las peculiaridades de esta
práctica laboral, muy asociada a la informalidad y no reconocida por los propios trabajadores
del hogar.
En el Perú el trabajo doméstico es visto más como una servidumbre que como un oficio.
Ese estigma se aplica con mayor fuerza cuando menos edad y más vulnerables son los
6
7
8
Véase Anderson, Jeanine. Leoncio Prado. Su historia, su palabra, autoedición Lima 2002
Citada por Anderson, Jeanine. 2002, p. 188.
OIT/IPEC-INEI. Visión del Trabajo Infantil y Adolescente. 2002.
-12-
1. El escenario: San juan de Miraflores
trabajadores del hogar. A esto agreguemos el carácter que tiene el trabajo infantil doméstico
en nuestra sociedad, que tiende a hacerse “invisible”, empezando porque generalmente es
considerado como un apoyo que se brinda al TID y a su familia.
En Pamplona Alta (San Juan de Miraflores) en muchos casos se trata de una labor estacional,
durante los meses de enero a marzo, que son las vacaciones escolares de comienzos de
año. Esto le permite al niño o niña ahorrar algo de dinero con el fin de pagar la matrícula
escolar, comprar útiles y/o uniforme escolar. Asimismo, con frecuencia es un trabajo que se
ejerce en un horario irregular, o sea, sólo algunos días de la semana y durante algunas
horas.
Muchas veces el niño o niña sirve a parientes o vecinos, los que suelen entregarle a cambio
apenas un plato de comida o una propina eventual. El hecho de atender a personas de su
entorno hace que sea más difícil percibir los riesgos, desventajas y abusos que tiene un
trabajo de ingresos muy reducidos y escasos derechos.
Yo no le pido nada a mi tía porque ella me colabora para mi matrícula [escolar]. Por eso yo le cuido
a su bebe y, a veces, le lavo la ropa. (Niña de 13 años)
En general, los niños, niñas y adolescentes que participaron en el PA, realizaban su trabajo
en Pamplona Alta, con lo cual su espacio social se hallaba bastante reducido. Muchos de
ellos apenas si conocían otros distritos de Lima, puesto que también estudiaban en esa
misma zona. Al llegar a la adolescencia era cuando pasaban del trabajo por horas a la
modalidad de “cama adentro”, acentuándose su aislamiento.
Las chicas que han trabajado “cama-adentro” con frecuencia me dicen que les daba miedo quedarse
solas en la casa de sus empleadores y que extrañaban a su mamá. (Promotora del PA)
El sector de las trabajadoras del hogar9 pertenece al rubro de las ciudadanas más
marginadas, pues su ocupación no es valorada y sus derechos humanos y laborales son
frecuentemente violados10 . Esta situación se agrava si, además de tener menos edad, trabajan
y/o viven en los distritos más pobres de la periferia de Lima, como es el caso de San Juan
9
10
En el Perú el trabajo en servicio doméstico es una ocupación desempeñada mayoritariamente por mujeres, en los
diversos grupos de edad.
AGTR. Las ciudadanas más marginadas. Lima. 2005
-13-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
de Miraflores. Con frecuencia, las adultas refieren haber sufrido maltrato en su infancia y/o
que sus lazos con su familia se hallan debilitados (familias rotas, padres ausentes o con
ambos progenitores trabajando todo el día), lo que ciertamente no ayuda a la preservación
de su identidad cultural de origen.11 Contribuye a una baja autoestima el racismo imperante
en la sociedad peruana que ve lo provinciano (serrano, quechua-hablante y pobre) como
algo de lo que hay que avergonzarse.
Por lo general, quienes trabajan en servicio doméstico –cualquiera sea su edad- evitan
identificarse a sí mismas como trabajadoras del hogar. Por otro lado, ¿por qué debería una
niña decir que es una TID en lugar de decir, simplemente, que estudia 5° de primaria?
Desgraciadamente, la identificación en el TID puede convertirse en un camino de exclusión,
como puede serlo el hecho de hacer que estudie en la modalidad de Educación Básica
Alternativa (EBA) en lugar de Educación Básica Regular (EBR).
Los niños, niñas y adolescentes trabajadores del hogar generalmente sufren humillaciones
y maltratos a manos de los menores que cuidan, así como de los adultos para quienes
laboran. El riesgo al que están expuestos es tanto psicológico como físico, incluyendo el
abuso sexual.12
¿Cómo reconoces a los TID? Ves una niña que lleva de la mano a un chiquito y no se despega de él.
Si ella tiene unos 8 o 9 años, no jugará con los niños de su edad sino con el niño a su cuidado y,
muchas veces, también con otros pequeñitos a su alrededor. (Promotora del PA)
Teniendo en cuenta lo arriba dicho, uno pensaría que los padres, y especialmente las
madres, rechazarían el TID como una opción para sus hijas e hijos. Sin embargo, la realidad
es más compleja. Por un lado, frente a la urgente necesidad económica para la que se
debe hallar una inmediata respuesta los padres encontraban que el niño o niña en TID
podía ofrecer un mínimo alivio. Por otro, ante la disyuntiva de dejar al hijo o hija en la casa,
mientras ellos estaban ausentes trabajando, los padres consideraban que les ofrecía mayor
seguridad que se quedase “ayudando”, con otra familia. Y, por último, también pensaban
que se trataba de un buen aprendizaje para la vida.
11
12
AGTR. Educación compensatoria en niñas menores de 18 años, trabajadoras del hogar / “ahijadas”. Documento de
trabajo. 2004
AGTR. No somos invisibles – Resultados de consulta a trabajadores infantiles domésticos (TID) y ex trabajadores
infantiles domésticos (Ex -TID) en Perú (ciudades de Lima, Cajamarca, y Pucallpa). Lima, Perú. 2004
-14-
1. El escenario: San juan de Miraflores
3.
RECUERDOS IMPORTANTES
En 1978 la psicóloga Blanca Figueroa, la antropóloga Jeanine Anderson y
la pediatra Ana Mariñez, realizaron un estudio sobre cuidado de niños menores de 5 años
en familias de Pamplona Alta13 . Posteriormente, en 1986, Ana María Rueckner formó parte
del equipo de trabajo de un proyecto que buscaba fortalecer la autoestima y liderazgo de
adolescentes de ambos sexos, también en el distrito de SJM.14
Esos contactos de hace más de dos décadas, de algunas de las ahora integrantes de
AGTR, con San Juan de Miraflores, se reiniciaron cuando conocimos a la Sra. Suzana Reyes
Limaymanta.
A comienzos del 2004, AGTR debía seleccionar a cuatro ex trabajadoras del hogar (Ex –TH)
que vivieran en distritos de bajos ingresos de la periferia de Lima, con el fin de ser formadas
como promotoras para la difusión y defensa de los derechos de las trabajadoras del hogar
en sus zonas.15 Se eligió a promotoras para los distritos de Comas, Villa El Salvador, Ate Vitarte y Ventanilla. Se trataba de mujeres con educación secundaria completa y estudios
universitarios o técnicos incompletos.
La Sra. Suzana, pobladora del distrito de San Juan de Miraflores, ex trabajadora del hogar y
ex dirigente nacional de la Federación de Mujeres Organizadas en Comedores Populares
Autogestionarios y Afines de Lima (FEMOCPAAL), era una de las postulantes para ser
promotora. Ella no resultó elegida porque con su 2° grado de educación primaria no alcanzó
a cubrir los requisitos del proyecto.
A pesar de no haber sido seleccionada como promotora para ese proyecto, Suzana empezó
a ir los domingos a La Casa de Panchita (LCP)16 con algunas niñas trabajadoras del hogar de
Pamplona Alta, tantas como podían caber en un taxi. Su constancia y dedicación, así como
el entusiasmo de las niñas, hizo que nuestra asociación solicitara algún apoyo en dinero a
la organización The Save the Children Fund, del Reino Unido, para algunos gastos mínimos.
La señora Suzana se comprometió a convocar y llevar cada domingo a LCP a treinta niñas
en TID, de distintos puntos de Pamplona Alta.
Durante 25 domingos contamos con la participación de más de 30 niñas TID en jornadas
de educación no formal en La Casa de Panchita, con el interés genuino de parte de las
familias de origen y empleadoras. Desarrollamos una metodología específica17 para dichas
jornadas, basada en el aprendizaje a través de juegos. Esto fue posible de realizar gracias
13
14
15
16
17
Estudio realizado para The Overseas Education Fund. 1978.
Trabajo desarrollado para la Asociación Perú – Mujer. 1986.
Proyecto: “Cuidado y defensa de derechos de las trabajadoras del hogar”. Financiado por Cordaid (Holanda) en el
2004 y 2005.
Local de la AGTR donde se brinda diversos servicios a las trabajadoras del hogar, incluida una agencia de empleos
en servicio doméstico: LA CASA DE PANCHITA S.A.C.
AGTR. Cuando sea grande… 2004. Publicación realizada gracias al apoyo de Naisten Kehitysapu – UNIONI (Finlandia).
-15-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
un exigente y organizado trabajo voluntario18 . La Casa de Panchita empezó a ser conocida
en la comunidad como un centro de servicios para sus niñas, cuyos beneficios apuntaban
directamente al mejoramiento de su rendimiento escolar.
Al año siguiente, entre febrero y junio 2005, con el apoyo del OIT – IPEC realizamos dos
Mini-Programas, que nos permitieron mejorar la estrategia y la metodología de trabajo con
quienes se encontraban en TID, además de ampliar un poco nuestra cobertura hasta 90
niñas y adolescentes, con una participación constante. En este periodo se realizaron visitas
a los hogares con el fin de mantener vivo el apoyo de las familias para que permitiesen la
participación de sus niñas.
En noviembre de ese mismo año, se iniciaron las actividades del Programa de Acción (PA).
La cobertura de atención creció a más de 360 niñas, niños y adolescentes (aproximadamente
70% mujeres y 30% varones). Del total, poco más de 100 se hallaban involucrados en TID
y el resto se hallaban en riesgo de ingresar a esta ocupación. Por eso, las acciones con
ellos estuvieron dirigidas, por un lado; a retirar de esta ocupación a los menores de 14
años19 y a mejorar las condiciones de trabajo de las/os adolescentes de 14 a 17 años; por
otro lado, a prevenir la inserción en el TID de quienes se encontraban en situación de
riesgo.
18
19
En AGTR usualmente se tiene un promotor para la atención de cada cinco niños, lo que contribuye enormemente
a la calidad de la atención pero implica una tarea constante de motivación dirigida a estudiantes universitarios.
Felizmente, la respuesta ha sido siempre positiva.
Según el Código de los Niños y Adolescentes, los menores de 14 años están prohibidos de trabajar, salvo
excepciones, en cuyo caso la edad baja a 12 años.
-16-
1. El escenario: San juan de Miraflores
CAPÍTULO II
ESTABLECIMIENTO
DE VÍNCULOS
-17-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-18-
II. Establecimiento de vínculos
1.
LA PROMOTORA LOCAL
En el 2004, la promotora local recorrió principalmente la zona de Pamplona Alta y sus
alrededores, para identificar y contactar a niñas trabajadoras del hogar. La experiencia de
Suzana, su habilidad para convencer y negociar con los empleadores (en la mayoría de los
casos vecinos, parientes o conocidos), y el respeto de su comunidad por ser ex dirigente
de comedores populares, hicieron posible la tarea.
Su labor consistía en lo siguiente: una vez identificada la niña y ubicado el lugar en donde
vivía, Suzana visitaba el hogar y explicada a los responsables las actividades que podían
realizar sus hijas (o las menores a su cargo) en La Casa de Panchita. Esto es, se incidía en
lo beneficioso que sería para el rendimiento escolar, que permitieran esta salida para asistir
a la jornada dominical.20 En muchos casos, saber que la niña recibiría reforzamiento de los
cursos que le enseñaban en la escuela animaba a los adultos a que dieran su aprobación.
El tema del trabajo infantil doméstico no era abordado por Suzana en este primer contacto.
A pesar de la aceptación de la que gozaba la promotora local en su entorno, en la mayoría
de casos se vio obligada a realizar varias visitas. Por un lado, era natural una cierta
desconfianza en las familias, puesto que las niñas deberían salir de su distrito y trasladarse
hasta Lince21 , a casi una hora de distancia desde los cerros de Pamplona Alta, aunque
fuesen acompañados por la Sra. Suzana y en un ómnibus contratado especialmente para
llevarlos y regresarlos. Por otro lado, no pocas niñas cumplían tareas domésticas y/o cuidaban
a sus hermanitos menores el día domingo; por esta razón hubo padres que sólo permitían
la asistencia de la niña si ésta iba acompañada al menos por un/a hermano/a menor.
Durante las visitas a los hogares, Suzana informaba a las madres -muchas de ellas
trabajadoras del hogar- sobre la Ley 27986, Ley de los Trabajadores del Hogar,22 y de los
diversos servicios de La Casa de Panchita.
20
21
22
Las actividades en La Casa de Panchita tenían un horario de 10am a 5pm.
La Casa de Panchita funcionaba en dicho distrito, en el 2004.
Vigente desde el 2003.
-19-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
2.
VISITAS A LOS HOGARES
En el 2005, como motivo del inicio de las actividades del PA fue chequeada
toda la información sobre las familias que había sido recogida previamente, así como la
información recolectada sobre nuevas familias.
Con respecto a las familias contactadas en el 2004 e inicios del 2005, el motivo de las
visitas fue confirmar si continuaban residiendo en el mismo lugar, dado que se había
observado mucha movilidad en la zona ocasionada por diversas causas. Por ejemplo: por
haber estado en condición de alojados temporales, se podrían haber trasladado a otra
vivienda; como solución a un problema de custodia de los hijos, tal vez éstos habían sido
entregados al otro progenitor que no vivía en el distrito; por cambio de trabajo de uno de
los padres, la familia se habría ido del lugar; incluso, todo el grupo familiar se habría trasladado
a una provincia o habría enviado a la niña o niño fuera del distrito, ya fuese a trabajar o con
un pariente.
Fue necesario recopilar los datos de todas las familias del PA, para elaborar la Ficha de
Diagnóstico de la Familia. Ésta, junto con la Ficha de Inscripción para el niño o niña, permitía
deslindar si efectivamente cumplían con los criterios de elegibilidad planteados por el PA.
El procedimiento fue el siguiente: la promotora local identificaba a una familia, la ubicaba y
contactaba a la persona responsable por el niño o niña, recogiendo información inicial para
el diagnóstico. Si los datos lo ameritaban, le explicaba lo beneficioso que podía resultar
para sus niños/as la participación en el PA. Obtenida la aceptación de la persona responsable,
Suzana acudía nuevamente, pero esta vez acompañada de un promotor o promotora y le
presentaba a la familia. El promotor realizaba una entrevista (pautada en un cuestionario
extenso) producto de la cual se obtenía el diagnóstico de la situación familiar. Finalmente, el
promotor confirmaba la participación en el PA del niño o niña, llenando su ficha de inscripción.
El proceso de inclusión en el PA de los niños, niñas y adolescentes en TID y en riesgo de
TID -así como de sus familias- se llevó a cabo durante más de seis meses. A medida que
fue pasando el tiempo ya no era necesario que la promotora local realizase el primer contacto
con las familias, pues los promotores eran ya aceptados y reconocidos en casi toda la
zona de Pamplona Alta como jóvenes amigos interesados por la educación de los niños y
niñas de la comunidad. En Nueva Rinconada, la zona más deprimida y alejada de todas las
de Pamplona Alta, fueron los promotores los que se acercaron directamente a las familias.23
Las puertas de las casas estaban abiertas para los promotores y hasta se les invitaba a
almorzar. Cabe señalar que en los distritos de escasos recursos de la periferia de Lima, las
familias suelen recibir a sus visitantes tan sólo en el umbral de su puerta. Esto se debe
23
La promotora local no recomendaba hacerlo, debido a la lejanía de Nueva Rinconada de la avenida central que
conecta con Pamplona Baja, de su difícil acceso y de las condiciones de extrema pobreza de sus pobladores. Sin
embargo, venció el entusiasmo de los jóvenes promotores.
-20-
II. Establecimiento de vínculos
generalmente a dos razones: desconfianza ante el visitante, del que se sospecha viene a
obtener algo; por ejemplo: información a cambio de alguna promesa de apoyo, que dudan
se concrete y, por lo tanto, atenderle es una pérdida de tiempo. La otra importante razón, es
la vergüenza de su pobreza; no se quiere tener un testigo de la falta de sillas, por ejemplo.
Por lo tanto, ingresar a una vivienda llegó a significar el haber superado una primera e
importante barrera.
Asimismo, Suzana fue extendiendo sus redes sociales hacia diversas zonas de Pamplona
Alta: Villa San Luis, 12 de Noviembre, Residencial, Virgen del Buen Paso y Alfonso Ugarte.
En casi todos esos espacios logró encontrar una persona-contacto que le ayudara a identificar
a más familias y a niñas, niños y adolescentes que pudieran integrarse al PA. Incluso, en las
viviendas de estas personas se desarrollaron muchas reuniones grupales con los referentes
familiares.
3.
EN POS DE LA CONFIANZA
En el equipo de trabajo del PA deseábamos evitar que el vínculo con las
familias quedara limitado a su Ficha de Diagnóstico y a coordinaciones para realizar algunas
actividades concretas. Desde el inicio y cada vez con más fuerza, comprendimos que
nuestra colaboración con las familias debía significar el establecimiento de una relación
duradera, en la medida de lo posible. 24
Las familias debían saber que no nos iríamos luego de obtener el permiso de participación
de su niño o niña en el PA, que estaríamos junto a ellos, que acompañaríamos los logros de
su hijo o hija. Buscamos que se acostumbrasen a nuestra presencia en la zona, al punto de
considerarla habitual. Buscamos que contasen con nosotros. La presencia constante
consolidaría el vínculo. Esto se cumplió; su resultado fue una relación de confianza con los
promotores y hacia La Casa de Panchita.
Las visitas, en principio, estaban programadas una cada tres meses para cada familia. En la
práctica no fue así, se les visitó con mucha mayor frecuencia, en función de sus necesidades.
Por ejemplo, ayudándoles en obtener una Partida de Nacimiento, en gestionar un Seguro
Integral de Salud, acompañarles a los servicios de salud. Otra razón para visitarles era
conocer los motivos de la ausencia de su niño o niña en una jornada, el informarles sobre
los avances en sus aprendizajes, preguntarles sobre sus calificaciones escolares o sobre
los cambios de comportamiento del niño o niña en el hogar.
24
En agosto 2007, al término del PA y sin una perspectiva de continuación, sentimos que esa relación se halla en
riesgo, pese a todo a todo lo andado.
-21-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Con frecuencia, los promotores llegaban a Pamplona Alta con el propósito de visitar a
determinadas familias pero eran abordados por otras que les requerían su presencia; muchas
veces esto ocurría simplemente por el agrado de verlos.
El rol de los promotores no fue el de resolver los problemas que consultaban las familias
sino el de explicarles las gestiones a seguir para que ellas mismas supieran cómo podían
solucionarlos y acompañarlos en sus diligencias.
Por un lado, la idea era que las familias, ante problemas similares en el futuro, supieran
cómo resolverlos. Por otro lado, teniendo en cuenta sus inquietudes, los promotores trataban
de volver a su siguiente visita con alguna información adicional, para orientarles mejor.
Cabe señalar que para este Programa de Acción, la OIT/IPEC y la AGTR coincidieron en
que no se apoyaría a las familias con dinero. Por un lado, se consideró que recibir una
pequeña suma de dinero podía interesar a las familias y comprometerse a retirar a su niño
o niña del TID, pero que al poco tiempo, acabado ese recurso, harían que volviese a trabajar.
Por otro lado, para ambas organizaciones la educación es la herramienta más importante
para la prevención y erradicación del TID. Es así que el Programa de Acción apostó por el
camino más difícil: convencer a las familias del valor de la educación por encima del trabajo
en servicio doméstico de sus hijos e hijas menores de 18 años. Dicha propuesta respondía
a una lógica: en la inmensa mayoría de casos, son los familiares los que deciden el ingreso
o el retiro de un niño o niña en una actividad laboral. Por lo tanto, sin su apoyo -por convicción
y no por un beneficio inmediato- es imposible un cambio.
4.
UNA RELACIÓN ESPECIAL
La ejecución exitosa de las acciones de fortalecimiento familiar requería que la relación
establecida entre el promotor y la familia tuviese ciertas características, esto es, que fuese
constante, positiva, confiable y afectiva.
Debía ser una relación constante. Algunas de las familias conocían a la AGTR desde el
2004 y, en general, en la zona se percibía que la presencia no había sido interrumpida.
Debía ser una relación positiva. La dedicación de Suzana, el compromiso de los promotores
(la mayoría jóvenes menores de 25 años), la transparencia de los acuerdos, el cumplimiento
de las actividades programadas… todo ello nos permitió obtener una valoración muy clara:
ser algo “bueno” para ellos, para sus niños y niñas. Una muestra de ello son los testimonios
de algunas madres, reunidas en una de las últimas sesiones:
-22-
II. Establecimiento de vínculos
Ha sido muy importante para ella participar en La Casa de Panchita, le ha cambiado el carácter. Ya no
está tan renegona como antes. Bueno ha sido. Lo que han aprendido, los recuerdos [manualidades elaboradas por los niños/as] que
han traído a la casa, y también los paseos donde han participado. Muchos saludos a todos en La Casa
de Panchita.
Ha mejorado. Antes mi hija era tímida. Gracias a La Casa de Panchita ha mejorado la situación de ella
en el colegio; el año pasado ella ha salido muy bien en el colegio [ha aprobado los cursos].
Me gusta lo que han enseñado a mis hijas, sus trabajos manuales y sus útiles escolares [que entregó
el PA]. También se han recuperado en sus notas escolares, gracias a ustedes.
Debía ser una relación confiable. Los promotores procuraban hacer y recibir comentarios y
críticas con naturalidad, desarrollando una comunicación respetuosa y asertiva. A su vez,
los miembros de cualquiera de las familias del PA sabían que podían expresar a los
promotores lo que sentían y pensaban, siendo escuchados con interés y sus opiniones
tenidas en consideración.
Yo por eso le cuento a usted, nada más. Nunca había contado este problema anteriormente. Yo sé que
si le cuento a alguien de La Casa de Panchita, me van a responder; de repente se demora porque un
problema, otro, nunca falta, pero luego nos visitan y nos contestan. (Madre)
Debía ser una relación afectiva. Se creó una relación de empatía entre promotores y miembros
de las familias. Interacciones sencillas, teñidas muchas veces de comentarios risueños y
de pequeñas muestras de aprecio de ambos lados. Así, en mayor o menor medida ocurrió
que se generaron afectos. Estos sentimientos energizaron el esfuerzo desplegado por los
promotores e impulsaron la motivación de las familias. Esa corriente de mutua simpatía
contribuyó para que fueran posibles –además de significativos- los momentos de reflexión
sobre los problemas, sus causas y compromisos de cambio.
Antes mi hija paraba siempre en [clases de] recuperación [debido bajas calificaciones en el colegio].
Ahora ha aprendido mucho y está menos tímida que antes. Se les va a extrañar mucho a La [Casa de]
Panchita. Más que mi familia me han apoyado. (Madre)
-23-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Testimonio aparte es el de los promotores25 que descubrieron un mundo distinto. Aquellos
jóvenes universitarios o profesionales recién egresados tuvieron una inmersión en una
realidad por lo general desconocida y lejana, Su motivación por dedicarse a psicología
comunitaria y el hecho de realizar tareas “no académicas” pero con un profundo significado
para las familias de Pamplona Alta, se tradujo en una interacción social muy vigorosa. En
vez de que el PA tuviera deserciones en su equipo de trabajo, debido a que la mayoría
intervenía como voluntario, lo que se vio es que durante todo el proceso se continuó
recibiendo solicitudes para participar en el PA. Todos los promotores querían realizar el
trabajo de campo.
Dos ejemplos de esta relación especial: una niña necesitó urgentemente una válvula
coronaria;26 durante la prolongada hospitalización fue visitada diariamente, por turnos, por
los integrantes del equipo de trabajo del PA, quienes incluso celebraron su cumpleaños en
el hospital. Un niño fue atropellado por un carro quedando postrado en cama; él recibió los
cuidados de una voluntaria que se preocupó personalmente por su recuperación y un
promotor acompañó a la madre en las gestiones con el Seguro Integral de Salud (SIS), para
la atención médica post operatoria.
Finalmente, no se puede negar la sensación de tristeza –incluso podríamos decir, de duelode la mayoría del equipo de trabajo al concluir el PA. Tanto ellos como las familias, se dan
cuenta de lo difícil que es mantener el tipo de relación desarrollado, sin contar con un
apoyo económico mínimo. Desgraciadamente, el tiempo de duración de un proyecto no
suele guardar coherencia con el tiempo requerido para la consolidación de los cambios en
los seres humanos.
25
26
Casi la totalidad del equipo de trabajo del PA estuvo formado por estudiantes del último año de Psicología Social
de la Universidad Nacional Federico Villarreal. El hecho que provinieran de un mismo núcleo social y educativo les
proporcionó soportes adicionales para enfrentar mejor las tareas del Programa de Acción.
Fue donada por trabajadores de OIT/IPEC, salvándose su vida.
-24-
II. Establecimiento de vínculos
CAPÍTULO III
LAS FAMILIAS
PARTICIPANTES
-25-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-26-
III. Las familias participantes
1.
LOS REFERENTES FAMILIARES
A través del Programa de Acción entramos en contacto con más de 180
familias, aunque no todas participaron con igual interés e intensidad en el PA. Algunas se
limitaron a permitir que el niño, niña o adolescente bajo su tutela participase de las jornadas
de educación no formal en La Casa de Panchita.
Es importante precisar que a muchas de las familias del PA les era materialmente imposible
participar en las acciones de fortalecimiento porque los dos miembros de la pareja trabajaban
los siete días de la semana, en horarios prolongados y casi no se veían entre sí. El no
involucrarse en las acciones de fortalecimiento se daba como un efecto –y no como causade la tremenda degradación de la condición laboral en el Perú, donde la ausencia de derechos
lleva al límite de la supervivencia.27
Los padres y otros varones de las familias, en la mayoría de casos tenían sólo trabajos
temporales y/o informales. Había, entre otros, obreros de construcción (generalmente
desempleados), choferes y cobradores de “combi”.28 El ingreso promedio mensual de las
familias se calculó en S/.385.00 nuevos soles.29
Para las acciones de fortalecimiento familiar seleccionamos a 92 referentes familiares de
igual número de familias, teniendo como prioridad aquellas en la que había un menor
trabajando en servicio doméstico (casos en los que el objetivo era lograr su retiro de esta
ocupación). Se eligió como referente familiar a la persona de la familia que pasaba más
tiempo con el niño o niña y que estaba más involucrado con su quehacer cotidiano; a su
vez, debía ser una persona con tiempo disponible para reunirse con el promotor.
El referente familiar generalmente resultó ser la madre del niño o niña, o alguna otra mujer
del grupo familiar, como hermanas mayores, abuelas y tías. La mayoría de estas mujeres
27
28
29
Sobre el caso peruano dentro de un estudio comparativo véase el documento de la OIT Working Time around the
World. Principales hallazgos e implicaciones políticas , también en http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—
dgreports/—dcomm/documents/publication/wcms_082840.pdf (última visita, julio del 2007)
Unidades de transporte público para 15 pasajeros, de carácter semi-formal. Son usadas en todo Lima.
USD $119.57 dólares norteamericanos. Se ha considerado el tipo de cambio de USD $1 dólares = S/.3.22 nuevos soles.
-27-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
eran o habían sido trabajadoras del hogar. En algunos casos el referente familiar fue una
tutora o una empleadora. La edad de estos referentes oscilaba entre los 22 y 51 años,
siendo el promedio de edad 39 años.
A cada referente familiar, el promotor le invitó a participar de algunas reuniones, como un
reforzamiento de las relaciones familiares. En ningún caso se les daba a entender que
hubieran sido elegidos por alguna situación de déficit. Por el contrario, se les motivaba
reconociendo su espíritu de colaboración con el PA y el afán demostrado por intentar la
solución de algún problema familiar.
Por ejemplo: una niña había contado que sus hermanos la maltrataban y la madre refirió
que no sabía cómo tratar a su hija que, además, había entrado a la pubertad. A esta señora
le interesó participar en las acciones de fortalecimiento familiar.
2.
PROBLEMAS IDENTIFICADOS
POR LOS REFERENTES FAMILIARES
En las reuniones del equipo de trabajo del PA, en las que se discutían los
avances en cada caso, se hizo evidente que había problemas reiterativos. Los adultos
hacían consultas durante las conversaciones informales, en las visitas de seguimiento a los
hogares e incluso en las salidas culturales a museos u obras de teatro. Generalmente se
referían a situaciones de violencia de género, de maltrato infantil y a dificultades en la
comunicación dentro de la familia.
Así, en la primera sesión de las acciones de fortalecimiento familiar, el promotor preguntaba
al referente qué problemas encontraba cómo más importantes de resolver en su hogar;
siempre aparecía por lo menos uno de los problemas arriba señalados.
2.1 Violencia de género
La violencia de género lleva una larga data en el Perú y es producto tanto de esquemas
culturales heredados que legitiman la subordinación de la mujer al hombre, como de la
falta de instituciones que protejan a las mujeres de manera efectiva.
La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar30 mostró que el 41% de las mujeres alguna
vez ha sido agredida físicamente por su esposo o compañero; de las cuales un 83% algunas
veces y un 16% frecuentemente.
30
INEI: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2000. Lima, 2001
-28-
III. Las familias participantes
Otras cifras nos indican, por ejemplo, que las mujeres entre 15 y 24 años, que están unidas
a una pareja son las más golpeadas por sus cónyuges o por otras personas. El 26% ha sido
abofeteada, el 18% ha recibido golpes con puños y un porcentaje ligeramente inferior es de
quienes han sido pateadas y arrastradas.31
La violencia de género no se detiene en la vida de la mujer: Un estudio sobre crímenes
contra mujeres en el Perú, realizado por DEMUS, mostró que una de cada cinco mujeres
asesinadas habría sufrido previamente violencia por parte de su homicida32 .
La violencia de género estaba presente con mucha frecuencia en las relaciones que
observamos en Pamplona Alta. De las 92 referentes familiares, 72 mencionaron un episodio
de maltrato de parte o hacia sus parejas. Finalmente, este fue el tema de trabajo en 43
familias. Aparecía casi siempre, si no como un hecho presente, como un relato de algún
momento en la vida de las mujeres de la familia.
Las mujeres expresaban que cuando su pareja o conviviente era violento con ellas, se
sentían muy solas porque no se atrevían ya a hablarles de alguna dificultad dentro de la
marcha del hogar o con los hijos/as. Eso les creaba un sentimiento de desamparo. Una de
las consecuencias de esa violencia era el debilitamiento de los vínculos entre la pareja.
Muchas de las mujeres relataban cómo el marido las agredía verbalmente, las despreciaba
y las desautorizaba ante sus hijos/as; para ellas, esto parecía ser más doloroso que los
golpes. Se observó también con frecuencia que los niños, niñas y adolescentes en TID,
eran hijos de una relación anterior de la madre. Eso nos habla de cómo, en situaciones de
violencia de género, la mujer puede ver disminuido su rol como protectora de su prole.
Mi padrastro es malo; me grita cuando me pide que le pase alguna cosa y yo le respondo de que no
me gusta que me grite, o que lo agarre él mismo. Él le da la queja a mi mamá. Ella no dice nada,
pareciera que no me quiere [llora]. Se molesta conmigo, yo he pensado en irme de mi casa lejos, pero
no sé a dónde. Además, mi mamá sufriría, porque él le pega siempre, y estaría sola. (Niña de 11 años)
En algunos casos, los hijos/as tratan de defender a la madre:
Mis papás no viven juntos; mi mamá vive con Víctor, su pareja. Él es policía y viene a veces a la casa,
le pega a mi mamá y también a mi hermana. A mí no, porque yo no me dejo. Mi hermano se ha
peleado varias veces y le ha pegado. (Niña de 13 años)
31
32
La Rosa Huertas, Liliana Derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en el Perú IPS, Lima 2006
Ver http://www.demus.org.pe/campanas/Niunamuertemas/Informe_Campana_carpeta.doc
-29-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Otra veces, los hijos/as culpan a la madre de incitar la situación de violencia:
Yo no quiero que mi hijita [hija menor, de 11 años] empiece a trabajar como la más grande [hija
mayor, de 15 años]. Yo por mí que ya no trabaje, que no pierda el colegio, pero su papá se la va a
llevar (…) Yo tampoco quiero pelearme más [con él], mis hijas me dicen que ya no lo provoque.
(Madre)
Sin embargo, a pesar de reconocer como un problema la violencia que ejerce el varón
contra la mujer, se aceptaba como natural:
El enamorado de mi hermana le pega con correa cuando ella se porta mal.
(Niña de 13 años)
A pesar de las quejas de algunas mujeres, el maltrato del hombre era justificado (“Ella se
portó mal”) y la expresión de un derecho (“¡Al fin y al cabo, es su mujer!”).
Por lo tanto, a pesar del alto porcentaje de referentes familiares que identificó la violencia
de género como problema familiar, cabe aún preguntarse si se estaban refiriendo a una
situación que querían enfrentar, o si formaba parte de un relato de vida en el que la desgracia
es un hecho cotidiano e inevitable. Quedaba en el promotor/a la duda de si existía una
voluntad real de cambio.
2.2 Maltrato infantil
El maltrato infantil es otro de los rostros de la violencia familiar, que puede incluir violencia
verbal, psicológica y física; o las tres juntas. Hablar de maltrato infantil es enterarse que lo
sufre un tercio de los niños, niñas y adolescentes peruanos. El miedo a las represalias o,
simplemente, aceptado como algo normal, hace que el 80% de las víctimas no pida ayuda
y digiera la agresión en su soledad. No es casual que casi el 30% de los adolescentes ha
pensado alguna vez en suicidarse.33
La relación entre maltrato infantil y trabajo infantil está ampliamente estudiada, considerado
el primero como un factor de expulsión del hogar. De acuerdo a las estadísticas de los
Centros Emergencia Mujer, los principales ejecutores del maltrato físico y psicológico a
niños y adolescentes son los progenitores (casi un 70%) y le siguen en menor proporción
otros familiares que viven con ellos.34
33
34
Fuentes del MINSA: http://www.minsa.gob.pe/portal/Servicios
Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes: una aproximación desde los casos atendidos en los
Centros Emergencia Mujer / Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual: MIMDES, Lima 2004
-30-
III. Las familias participantes
El hecho de haber sufrido maltrato en su hogar, de alguna manera minimiza en niños, niñas
y adolescentes la percepción de los abusos y maltratos que sufren en el TID, pues algunos
consideran que les “iría igual” en su casa, pero sin recibir ningún pago.
Casi la totalidad de niñas, niños y adolescentes participantes en el PA relataron historias de
maltrato. También los referentes familiares lo reconocieron como un problema, y 38 de
ellos lo abordaron en busca de solución.
Ante el maltrato infantil, los referentes familiares tenían posiciones claramente contradictorias:
por un lado justificaban el maltrato como una medida necesaria para imponer disciplina; al
mismo tiempo, se sentían culpables por ejercer violencia con sus hijos/as puesto que -ellos
llegaban a percibirlo- les hacían daño.
Yo les pego mucho. Le tiré una vez con la botella en la cabeza y le hice una herida. A la otra también
le pego. Ahorita, por ejemplo, le duele un poco el brazo por lo que le pegué ayer. ¡Ah! Pero la botella
era de plástico. (Madre)
Mi hija me odia porque le pego. Yo también me odio a veces por pegarle, pero ya no sé qué hacer.
(Madre)
Si bien el maltrato se da tanto en las familias de origen como en las familias para quienes
trabajan, en las acciones de fortalecimiento familiar nos concentramos en las primeras.
Igual llegamos a registrar relatos de maltrato en los lugares donde laboraban.
Mientras conversaba con una mamá, fuimos testigos de los gritos e insultos que la empleadora le daba
a una niña participante del PA, hija de la señora con quien yo estaba hablando. La mamá comentó que
eso siempre pasaba, que incluso la empleadora llegaba a los golpes. (Promotora del PA)
En general, los referentes familiares se daban cuenta de que el maltrato infantil tenía efectos
negativos: desde la disminución de la autoestima -que vuelve al niño o niña vulnerable a
otros maltratos-, hasta la imposibilidad de concentrarse en los estudios del colegio, sobre
todo si, además, tiene la carga de trabajar. Asimismo, reconocían que el maltrato podría
acarrear serias consecuencias en la conducta, durante la adolescencia.
Su mamá la trataba mal, le pegaba en su boca cuando lloraba, con piedra, palo, lo que encontraba le
tiraba. No le daba de comer. Una vez cuando era pequeña la botó de su casa desnuda a las dos de la
madrugada; la dejó en la calle. Descuidada la tenía, con bastantes piojos estaba, hasta kerosene le
-31-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
echó en su cabeza un día, para sacárselos. Por eso, ella para desaprobando en el colegio; de repente
este año repite varios cursos. (Tutora)
(…) en este portarretrato voy a poner la foto de mi papá borracho [risas]. Él siempre viene borracho
a mi casa; bueno, casi todos los días, y a veces nos pega. (Niña de 11 años)
Mi tía de parte de mi papá le pega a mi hermana, la patea, le tira cachetadas. Por eso, ella se fue de
mi casa, pero está viviendo en un cuarto alquilado, a la espalda de mi casa. (Niña de 13 años)
Al maltrato que muchos niños y niñas reciben en el hogar o en donde laboran, se debe
agregar el que se da en en el ámbito escolar. La situación de la educación en el Perú tiene
una serie de indicadores preocupantes. Una tasa de matrícula alta35 junto con pedagogías
tradicionales autoritarias36 instaladas en instituciones educativas en mal estado y con muchos
de sus servicios colapsados37 .
En colegios públicos de zonas pobres, donde los controles de las autoridades del sector
pueden ser más laxos, es habitual la permisividad para con el castigo físico (aunque la
costumbre del castigo físico puede alcanzar colegios privados y es padecido por niños y
niñas de casi todas las clases sociales):
En mi salón también pega el profesor a quienes no hacen su tarea, pero yo sí hago mis deberes; por
eso no me pega. (Niño de 10 años)
Mi profesor me ha pegado muchas veces.
(Niño de 8 años)
El castigo físico no sólo es permitido por algunos padres sino incluso alentado por ellos
mismos como mecanismo natural para corregir la conducta y “enderezar” a sus hijos.
En mi colegio el profesor me pega con chicote [látigo de cuero delgado] en la mano, porque mi papá
le ha dicho que me pegue cuando no haga mi tarea. (Niño de 10 años)
35
36
37
Madueño Paulette, Patricia Aprender a pensar: Contribuciones al debate sobre la calidad educativa en el Perú en
“Políticas Públicas e Infancia en el Perú”. Save the Children – UK. Lima, marzo del 2002.
Conclusión no.136 del Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación CVR, Lima 2003
Para graficar la situación, mencionamos que según estadísticas oficiales dos de cada diez locales escolares
carecen de servicio de agua, 4 de cada 10 no tienen desagüe, el 23% de los colegios no tiene agua saludable y las
dos terceras partes tienen sus servicios higiénicos en estado deficiente (Consejo Nacional de Educación. Proyecto
educativo nacional al 2021. Lima, 2006)
-32-
III. Las familias participantes
El castigo físico no es solamente la huella de un moretón o algo más. Es también humillación. Es
la manera con la que muchos docentes, autoridades (e incluso padres de familia) ejercen poder
frente a los niños, niñas y adolescentes. Acción que se alimenta de la pobreza y la indefensión.
Lo que hicimos esta semana en el colegio fue pintar el salón y las carpetas. La profesora nos dijo que
si lo hacíamos nos subiría puntos en (conducta) Personal. Pero no todos fueron porque a algunos les
da vergüenza. (Niño de 14 años)
El maltrato infantil, pues, se da en el hogar, en el lugar donde se trabaja y en el colegio. En
general, niñas, niños y adolescentes sufren bajo una sociedad autoritaria que les maltrata
desde los espacios que deberían brindarles protección.38
2.3 Incomunicación dentro de la familia
En un ambiente de extrema pobreza, resulta muy difícil mantener canales de comunicación
dentro de la familia. La razón es que casi todos los miembros de ella deben buscarse el
sustento cotidianamente y sin descanso.
Pese al crecimiento de la economía peruana en los últimos años, no se observa un
crecimiento sustantivo del empleo formal, tampoco una mayor cobertura del gasto social
del Estado y mucho menos una subida de salarios39 . Cuando hablamos de extrema pobreza
hablamos de empleos precarios y mal pagados, que coexisten con un Estado que ofrece
muy deficientes servicios a los más pobres. Todo esto hace difícil un clima de estabilidad –
no digamos de holganza- económica en la familia. La precariedad en el día a día, la mera
supervivencia, corroe cualquier estructura familiar y bloquea la comunicación familiar.
Mi papá trabaja no sé donde; sólo viene los domingos a mi casa y se va el lunes a trabajar. Mi mamá
trabaja en una casa por El Trébol; ella trabaja de lunes a sábado, cama afuera. (Niña de 11 años)
A mi mamá sólo la veo en las mañanas y en la noche. Ella trabaja todo el día y los sábados y domingos
ayuda en una tienda. Vivo con mi padrino; tampoco lo veo a él. (…) Yo estudio en la mañana. ¿Qué
hago en las tardes? Nada, estoy solo con mi hermana. (…) El celular de mi hermana está malogrado,
porque mi padre llegó un día a la casa borracho, lo tiró al suelo y lo rompió. (Niña de 9 años)
38
39
Un resumen de estas ideas está en el excelente ensayo de la historiadora María Emma Mannarelli La infancia y la
configuración de los vínculos en el Perú. Un enfoque histórico en “Políticas públicas e infancia en el Perú” Save the
Children UK, Lima 2002.
Apenas un tercio de la PEA se considera con empleo adecuado. En el Perú, el principal problema es el masivo
subempleo por ingresos. Más del 50% de la PEA tiene ingresos por debajo de la mitad de la canasta básica de
consumo (referente para la medición del empleo adecuado/subempleo por ingresos). Si un trabajador labora la
jornada normal y recibe una remuneración inferior a los S/. 640 mensuales, puede tener un empleo formal pero
ingresos de subempleo, que hace que lo incluyan en la población pobre. (ver Gamero, Julio Medidas urgentes para
mejorar la situación del empleo en el Perú en la revista “Economía y Sociedad” No.62, Lima 2007
-33-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
En el caso de nuestras familias en Pamplona Alta, los problemas en la comunicación familiar
fueron percibidos como críticos, especialmente cuando se tenía hijos/as adolescentes.
Finalmente, éste fue el tema de trabajo con 11 referentes familiares, el silencio cotidiano
dentro de las familias:
Yo ya no sé qué hacer con mi hija. A mí no me dice nada; se va, se desaparece. Yo no quiero que le
pase algo, ¡es muy difícil hablarle para mí! Seguro le inquietan los chicos en el colegio; no la hemos
matriculado para eso, pero no quiero amenazarle. (Tutora y empleadora, también pariente de la niña)
La precariedad afecta a las familias con una cultura de “contrato familiar” muy rígido y
vertical. Se espera una división del trabajo en el cual el varón ha de cumplir el papel de
macho proveedor a cambio de tener una posición de autoridad en la familia, lo que implica
privilegios y obediencia. La mujer y los hijos se encargan del cuidado interno de la casa,
procurándole orden y confort al jefe de familia40 .
Este modelo tradicional de la familia ya ha entrado en crisis frente a la modernización de las
sociedades (que, entre otras cosas, expandieron el empleo femenino y convirtieron a la
escuela en el centro de la educación de los hijos) pero definitivamente se rompe cuando la
pobreza hace que las partes del contrato familiar no funcionen. El macho proveedor no
cumple y muchas veces termina yéndose de la casa; la madre tiene que realizar varios
roles pero la extrema pobreza se los limita y sabotea; los hijos, al observar que los papeles
asignados a sus progenitores son cumplidos defectuosamente, suelen alterar también sus
patrones de obediencia y afectividad.
El otro día mi papá me dio tres soles para comprar huevos para cocinar, pero yo me gasté un sol y me
compré galleta con gaseosa. Como me faltaba para comprar los huevos, me metí a una casa donde
tienen un tragamonedas y recuperé los tres soles que me dio. (Niño de 12 años)
La crisis en los roles asignados idealmente a los integrantes del grupo familiar, se ve agravada
por una situación de extrema pobreza y en un ambiente social de autoritarismo. En esta
situación se hace difícil la expresión de expectativas de vida, frustraciones, deseos y
emociones en general. Esto es peor aún cuando los momentos en que la familia puede
juntarse son muy reducidos.
40
Un buen ensayo sobre este modelo de familia está en Fuller, Marta Reflexiones sobre el machismo en el Perú,
ponencia presentada en la Conferencia Regional “ La equidad de género en América Latina y el Caribe: Desafíos
desde las identidades masculinas ” Santiago de Chile, 8-10 de junio de 1998. Sobre los cambios de los modelos
tradicionales de familia también ver Sara-Lafosse, Violeta Democratización de las Instituciones y Lucha contra la
Corrupción, La importancia de instituciones básicas en http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/?file=palabrasmayores/
saralafosse.htm
-34-
III. Las familias participantes
La madre reconoce que desde que el padre se fue de la casa, se han complicado las relaciones entre
sus dos hijas y entre una de sus hijas con el padre. La otra hija culpa a la madre de la separación. Ella
pide orientación para manejar la situación, especialmente ahora que está recuperándose de su
enfermedad, pues no quiere contarle a sus hijas los maltratos que recibió de su esposo. No quiere
ponerlas en contra, pero no sabe cómo comunicarse con ellas. (Promotor del PA)
En casa estamos más o menos. Mis papás se van a separar. En realidad no conversaron con nosotros,
ni conmigo ni con mi hermano. Sólo vinieron un día y nos dijeron “nos vamos a separar”. Bueno, antes
ellos paraban peleando, discutían, mi papá le pegaba. (Niño de 12 años)
(…) en el colegio aún me molestan porque mi papá falleció. Él se llama…se llama…¡ya me olvidé!
Espera, voy a recordar…¡Ah! Se llamaba [dice el nombre de pila del padre]. (Niña de 8 años)
2.4 Otros problemas
Las condiciones de pobreza y otras limitaciones complican la situación de cada familia de
varias maneras: muchas familias tienen miembros que no tienen un documentos personales
(Partida de Nacimiento y/o Documento Nacional de Identidad); no cuentan con Seguro Integral
de Salud; sufren de enfermedades crónicas; las condiciones de vivienda son sumamente
precarias, etc. El abordaje de estos problemas y el acompañamiento para su solución se
realizó con todas las familias del PA que aceptaron hacerlo, incluyendo aquellas con las
que no se desarrollaron acciones de fortalecimiento familiar.
El abuso sexual es otro de los grandes problemas que afectan a las zonas pobres de Lima
Metropolitana, sobre todo si hablamos de menores de edad. En el Perú se trata de casi
180,000 adolescentes embarazadas –en más del 80%, por abuso sexual- que han de asumir
una maternidad no deseada o que recurrirán a un aborto en lugares clandestinos y
antihigiénicos. Además, las y los adolescentes son el grupo poblacional más expuesto a
sufrir violencia física y sexual41 . Esto tiene por consecuencia la maternidad adolescente e
inquietantes indicadores en salud. En el país, la morbi-mortalidad asociada a la salud sexual
y reproductiva en la población escolar, en general, tiene cifras muy significativas: El 13% de
las adolescentes peruanas entre los 15 y 19 años de edad, ya son madres42 ; el 25% de las
mujeres atendidas por abortos incompletos son adolescentes; el 15% de las muertes en
mujeres por causas asociadas al embarazo, parto y puerperio son de adolescentes43 .
No fue sorpresa, pues, que algunas familias relataran casos de abuso sexual hacia niñas y
niños, cometidos principalmente de familiares. En todos los casos lo referían como un
hecho del pasado, con más de tres años.
41
42
43
Arana M. T., Calle M. C., Arana M 2004. Promoción y cuidado de la Salud de Adolescentes y jóvenes: Haciendo
realidad el derecho a la salud. SPAJ-OPS- GTZ. Pág. 334
INEI: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2000. Lima, 2001.
Ibídem
-35-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Mi papá estuvo preso porque él abusó de mi hermana. Mi papá ya salió de la cárcel y vive cerca de
mi casa. Mi tía, su hermana, siempre nos busca para llevarnos donde él; pero yo me escondo porque
le tengo miedo. (Niña de 8 años)
A mi prima la violaron y la dejaron en un pozo cerca de su casa. Por eso mi tía no quiere que la visite,
me dice que le hago recordar a ella, porque era de mi edad. (Niña de 12 años)
Yo tuve un problema cuando estuve de viaje este año. Un día que estaba caminando por la calle un
grupo de chicos se me acercaron y me empezaron a molestar, me tiraron al pasto y comenzaron a
querer quitarme la ropa. Yo gritaba y luchaba contra ellos y al final logré zafarme de ellos. (Niña de
13 años)
El clima de violencia en Pamplona Alta repercute especialmente en los adolescentes. Otro
problema recogido en los testimonios de las familias abordadas fue el pandillaje, que se ha
convertido en una de las grandes plagas de los asentamientos humanos de la periferia
limeña. En el 2005 la policía de la ciudad estimaba que existían en Lima más de doscientas
pandillas, que incluían a más de cuatro mil adolescentes de entre 11 y 17 años de edad44 .
Las pandillas perturban la cotidianeidad de los adolescentes, que viven bajo la amenaza de
ser blanco de pandillas vecinas o propias. Dada la pasividad de la comunidad y el poco
celo policial, las pandillas acampan en las propias puertas de los colegios.
Mi primo pertenece a una pandilla y me dijo que si yo pertenecía a alguna me va a pegar (…) porque
él puede malograrse pero no quiere que yo lo haga. (Niño de 14 años)
Me invitaron a pertenecer a un grupo de pandillas por mi casa pero yo no acepté porque son del
45
Alianza pero yo no y si lo hago mi viejo me castigaría. Por donde vivimos hay pandillas, hay la de los
Vans y la de Los Negritos; se pelean cada vez que hay partido [de fútbol]. (Niño de 13 años)
El pandillaje está asociado con una mayor proliferación de conductas de riesgo entre los
adolescentes. En Lima los adolescentes no solamente consumen más drogas que antes,
sino que lo hacen cada vez más temprano. Casi la mitad de los adolescentes de 12 a 13
años bebe alcohol (y en el percentil de 14 a 16 años el porcentaje alcanza el 60%). Un tercio
de adolescentes entre 14 y 16 años fuma. La venta de alcohol y tabaco a menores de edad
se realiza impunemente en la mayoría de bodegas al por menor. Casi un 5% de adolescentes
entre 12 y 18 años confiesa haber probado la marihuana por lo menos una vez46 .
44
45
46
Archivo de El Comercio 27/04/2006
Alianza Lima, club de fútbol limeño ampliamente popular en el Perú.
Fuentes de www.cedro.org.pe (visitado en enero del 2006), también ver Castro de la Mata, Ramiro Consumo de
drogas en el Perú en la revista Debate Agrario No. 39 Lima, diciembre del 2005.
-36-
III. Las familias participantes
47
En el tanque hay basura, colchón, condón usado y licor; allá la gente fuma y se droga. Después de
robar se reúnen, yo paso por allí cuando llevo comida para mi tío. Un día un chico me dijo ‘¿Quieres
un tronchito?’, tronchito le dicen al cigarro (de marihuana) pues, pero yo no lo tomé. (Niño de 12 años)
2.5 El trabajo infantil doméstico como problema
El Programa de Acción se encontró con que muchas de las familias de Pamplona Alta no
reconocían -o no tenían claro- que el trabajo infantil doméstico fuese un problema o la
causa de futuros problemas. En el mejor de los casos, lo veían como la consecuencia de
otro problema: la pobreza. Muchas veces se le consideraba más bien una estrategia de
superación y hasta de aprendizaje, por lo que no era prioritario retirar a un niño o niña de
esta ocupación; y, al no reconocer sus riesgos, no era relevante prevenir que ingresaran al
TID.
Aunque los referentes familiares no hubieran reconocido al TID como problema, se vio la
manera de abordarlo, al tratar cualquiera de los otros identificados.
Una gran parte de referentes familiares eran o habían sido alguna vez trabajadoras del
hogar. Ellas nos confiaron experiencias de explotación y abusos de todo tipo por parte de
sus empleadores. Sin embargo, el discurso al respecto era ambiguo y podía cambiar entre
una conversación y otra.
Ahora que llegan las vacaciones ella podrá quedarse “cama adentro” donde su madrina. Eso es mejor,
tal vez el próximo año siga trabajando allí y así se asegura el trabajo. (Madre, en noviembre 2005)
Feo la ha tratado [su madrina]. Ella ya no quiere ir ya y yo ya no quiero que vaya, tampoco. Igual que
a mí la quiere tratar, sólo porque yo ya no puedo ir [a trabajar en casa de la madrina]. No sé qué
querrá mi hija, porque ella la quiere a su madrina, pues desde chiquita la conoce. (La misma madre, en
marzo 2006)
Ya no está yendo, ya. A mí también [la madrina] me ha botado. Me ha dicho “¡Ingrata!”. Pero me
explotaba también. Ni cien soles me daba. (La misma madre, en septiembre 2006)
A veces se mostraban convencidas de los riesgos del trabajo en servicio doméstico y
narraban su experiencia con mucha rabia y resentimiento, diciéndonos muy claramente
47
Se refiere al tanque de agua que domina parte de las alturas de Pamplona Alta (zona de 12 de Noviembre), también
conocida como El Pozo, lugar tristemente conocido por la comunidad por los sucesos luctuosos que suelen
ocurrir allí.
-37-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
que nunca pasarían de nuevo por la misma situación. Y, sin embargo, motivaban a sus
hijas a involucrarse en este mismo tipo de trabajo o asumían una actitud pasiva cuando la
niña o la adolescente trabajaba “en casa” por iniciativa propia. Se evidenciaba así una
desconexión entre su propia experiencia y el riesgo para sus hijas. Es decir, a pesar de
reconocer los problemas, frustraciones y peligros del trabajo en servicio doméstico, también
lo veían como una salida objetiva y –sobre todo- cercana para conseguir un ingreso
económico adicional para la familia.
Yo trabajo en casa desde hace más de 20 años. Nunca tuve un seguro [de salud], ni pensión [de
jubilación]. Ni he terminado el colegio, porque empecé a trabajar. Ahora me han detectado el cáncer
[a los ovarios] y me han hecho mi operación. (…) Cada vez es menos lo que gano porque no puedo
realizar las cosas que hacía antes: lavar cortinas o frazadas y por eso me pagan menos. Me duele
mucho la espalda y, más, los senos. Es por eso que ya mi hija me ayuda en ese tipo de trabajo. [Su hija
ha repetido el colegio el año pasado] (Madre trabajadora del hogar)
En el proceso de identificación de problemas, era claro que los referentes familiares seguían
viendo el trabajo infantil doméstico como una penosa pero necesaria alternativa de obtención
de ingresos. Se avanzó con ellas hacia el reconocimiento expreso del daño que el trabajo
en servicio doméstico había hecho en las madres y el riesgo que corrían sus hijas. Por
ejemplo, se les hizo notar cómo el TID había afectado a la hija o hijo, pues había perdido
años escolares por haber desaprobado los cursos y/o incluso, por haber abandonado el
colegio.
El mes pasado trabajé en una casa cuidando dos niños de 8 y 9 años. Trabajaba todos los días de 8am
48
a 8pm y me pagaban al mes S/.120 soles . Allí cocinaba, lavaba, barría hacía de todo, pero me salí
porque esos niños eran terribles. Me fastidiaban, me golpeaban. (…) Ahora yo estoy trabajando,
ayudando a una señora a limpiar su casa y a veces cuido a su sobrino y me pagan S/.5 o S/.10 soles
por sábado. Mi hermana no puede trabajar pero cuida a mis sobrinos, los hijos de mi hermana. Ya en
vacaciones empezaremos a trabajar más con mi hermana. (…) Mi hermana iba a trabajar “cama
adentro”, pero mi mamá no quiere porque, como recién se está recuperando de su enfermedad, ella
dice que si trabaja así nadie la va a cuidar ni a ver si se pone mal. (…) La situación económica que
pasa en mi casa es la que me lleva a pensar en trabajar y, cuando una trabaja y estudia, te da mucho
sueño en el salón [de clase]. (Adolescente de 15 años)
48
USD $37.27 dólares, considerando el tipo de cambio del dólar a S/.3.22 nuevos soles.
-38-
III. Las familias participantes
CAPÍTULO IV
HACIA EL CAMBIO
-39-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-40-
IV. Hacia el cambio
1.
IDENTIFICACIÓN DE FORTALEZAS
Luego de haber identificado los problemas y haber establecido cuál se
abordaría, el promotor y el referente familiar se dedicaron a identificar las fortalezas que
serían útiles para enfrentarlo.
Podían ser fortalezas personales, como: saber escuchar, ser paciente, la disposición a ser
constante, el deseo de ser más tolerante, la posibilidad de usar algunos ingresos. También
podían ser recursos familiares, como: un pariente que pudiera apoyar con su
acompañamiento, alguien que pudiera brindar un espacio para mudarse, la posibilidad de
recibir un préstamo de algún pariente. Finalmente, podía tratarse de un recurso a nivel de la
comunidad, como la existencia de un servicio de salud gratuito al que se podría acceder,
un programa de capacitación laboral en alguna institución, etc.
Mi hija sabe que puede contarme las cosas que le pasan; por eso, si sus hermanos la tratan mal cuando
yo no estoy, me lo dice cuando vuelvo [a la casa]; ella no se calla nada. Yo la escucho cuando se pone
mal y llora, quejándose de ellos. (Madre)
Me molesta que mis hijos le peguen [a mi nieta]. Lo bueno es que, cuando yo estoy y les digo que no
lo hagan, me hacen caso. Me respetan porque soy su madre, pues. (Abuela de niña en TID)
Un tipo de fortaleza que siempre se encontraba era el reconocimiento de que “los padres
quieren a sus hijos y no quieren hacerles daño”. Con el referente familiar, a partir de esa
verdad elemental, se podía avanzar hacia una mejor comprensión del problema planteado.
-41-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
2.
EL ANÁLISIS
Con el fin de facilitar la reflexión sobre el problema planteado, el promotor
podía utilizar dibujos o fotografías, o también la presentación de frases de uso común. Esto
permitía al referente familiar la comprensión de un problema partiendo de analizar la situación
de “otro”. Por ejemplo, la fotografía donde un hombre agredía a una mujer, o la de una mujer
gritando a un niño/a. O tal vez, interpretando frases como “ella se buscó que su marido la
golpeara”, “la letra con sangre entra”. El promotor comenzaba preguntando “¿Qué está
sucediendo en la imagen?” o “¿Qué quiere decir esta frase?”. Y luego se trasladaba a la
propia experiencia: “¿Alguna vez ha hecho/ dicho, algo parecido?”.
También se le mostraba al referente familiar una “carta” supuestamente elaborada por un
niño, donde le decía a su padre cómo se sentía frente a una situación de maltrato o de
incomunicación.
Estos ejercicios prácticos le permitían al referente familiar analizar el problema con menor
ansiedad. Debía comprender que la suya no era una situación aislada, que ocurría en otras
familias y cuáles eran los factores que estaban incidiendo para que eso pasara. No se
trataba de quitar la responsabilidad con relación a sus actos pero sí entenderlos en un
contexto más amplio. Por ejemplo, las costumbres en la provincia, la manera de comprender
la educación que habían tenido sus padres, lo que decían los maestros, sus sentimientos
cuándo había sufrido violencia.
Había que alcanzar un análisis sereno, claro, con un reconocimiento del peso de lo social,
lo familiar, lo personal. Esto es, el referente familiar debía dejar de lado un discurso de culpa
extrema, en el que satanizaba todo su actuar, así como abandonar el argumento que sus
acciones eran el producto de una vida en pobreza, de un destino desgraciado.
Lo arriba dicho puede parecer sencillo, pero no lo es. La explicación de un problema a
través de interpretaciones estereotipadas, solía ser la respuesta común. En parte por tratarse
de las respuestas “aprendidas” y socialmente aceptables; en parte, por la misma falta de
otro tipo de respuesta. En suma, por hallarse agobiados por la situación.
Fue muy importante que los promotores fueran psicólogos o estudiantes de psicología, porque
las sesiones para las acciones de fortalecimiento familiar requerían la capacidad de contener
las emociones que podían desbordarse, así como habilidades para el manejo de entrevistas.
Los padres le dijeron a su hija lo importante que era para ellos y lo mucho que la querían. Padres e hija
se abrazaron. El padre lloró al ver que su hija lo abrazaba. Más tarde, me dijo: “Mi hija es muy buena
pero hay momentos que me da miedo que le pase algo, ya que hay muchos pandilleros en el barrio.
A veces ella quiere salir a fiestas y cuando le digo que no, se molesta y no me habla. Ahí, sí, no sé qué
hacer. Por eso pido que conversen”. (Promotor sel PA, sobre la segunda sesión)
-42-
IV. Hacia el cambio
3.
DARSE CUENTA”
“
En el “darse cuenta” el referente familiar debía establecer conexiones claras
entre su discurso y sus acciones, señalando aquellos aspectos en que aparecían
contradicciones. Por ejemplo, muchas madres consideraban que maltratar a su hijos/as les
hacía daño pero al hablar de sus padres, consideraban como positivo el que las hubiesen
“disciplinado” con violencia física, agregando que eso era lo que “hacía falta” actualmente
para los muchachos.
Tomando el ejemplo citado arriba, el objetivo del promotor era que el referente familiar
identificase la contradicción y decidiese cuál era su posición última frente al maltrato infantil.
La señora comentó: “antes que él me pegue, mejor me separo, porque basta que una vez te pegue
para que toda la vida que esté con él, te quiera pegar”. Sin embargo, poco después contó que había
encontrado a su hija con un muchacho, su enamorado, por lo que ella le había pegado a la niña.
También dijo que el hermano mayor de la niña la había amenazado con cortarle el pelo si la volvían
a encontrar con ese muchacho. Entonces le pregunté si lo más recomendable para su hija sería
separarse de ella, para evitar que su mamá le continuase pegando. Luego de un momento de
desconcierto, la señora empezó a llorar. Dijo que así la habían criado a ella, a golpes, y que ahora no
sabía qué debía hacer con su hija. (Promotor del PA; sesión sobre el problema de violencia familiar)
El referente familiar debía buscar y hallar coherencia entre lo que pensaba y lo que haría en
el futuro.
4.
BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS
Esto no era fácil; se observó que hacía recaer la causa de los problemas
en factores externos (como la pobreza) frente a los cuales no había solución (mientras
sigamos siendo pobres, todo será igual).
Sin embargo, luego de “darse cuenta”, el referente familiar intentaba encontrar una vía de
solución pero, al mismo tiempo, aparecía una mezcla de sentimientos como culpa, miedo
y frustración.
-43-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
[Llorando] Pero, ¿qué voy a hacer entonces? (…) ¿Usted cree que yo no sé eso, que no lo he tratado
de denunciar? Le he dicho que se vaya, que se vaya y no venga, pero igual él viene. Otra vez viene
y ya no me pega, pero luego vuelta viene y me pega de nuevo. (Madre)
Si yo no quiero que trabaje, si siempre le digo que ya no lo haga, pero su madrina insiste e insiste. La
otra vez la llamó, le dijo que le tenía ropa para darle, ¿cómo le voy a decir que no vaya? ¿Qué le digo
para que no vaya? ¿Le digo que nos explota? Así nomás, [si le digo eso] la hago llorar, pero igual iría
después. La quiere a su madrina. (Madre)
Era necesario que el promotor tuviese presente alguna posible salida al problema, extraída
de la misma información proporcionada por el referente familiar y por los contactos con el
grupo familiar durante la ejecución del PA. Se trataba de que el referente familiar llegase a
proponer esa solución, o tal vez alguna otra.
La señora había hablado varias veces de los maltratos recibidos de parte de su empleadora, que es la
madrina de su hija, y donde la niña está trabajando actualmente. Me dijo estar convencida de que no
valía la pena que su hija siguiese en ese trabajo. Le pregunté por qué y ella respondió: “igual, no paga
mucho, casi nada”. Luego dijo sobre la niña “era buena en el colegio”, y que por eso ahora no quería
que trabajase mucho para evitar que “bajaran sus notas” en los cursos. Finalmente, la señora reconoce
que en su trabajo en servicio doméstico no merece ser maltratada y que sería mejor buscar otra casa
para trabajar, y también un mejor trabajo “en casa” para la hermana mayor. En cuanto a la niña,
anteriormente había conversado con la señora para que reconociese que el monto de dinero que la
madrina entregaba como pago a su hija era mínimo, comparado con lo que ésta ganaba al mantener
buenas calificacciones escolares; por lo que estudiar era “mejor negocio” y se reforzó la idea de que
la retirase de casa de la madrina. (Promotor del PA)
Le dije que la podía acompañar para realizar una denuncia contra su pareja, por maltrato. La señora
dijo que ya había sentado denuncias antes y que había sido peor. Le recordé que ella había sentado
una denuncia una semana después del hecho y que no había referido en la comisaría la verdadera
dimensión del maltrato recibido (según su propio relato, en la primera denuncia policial había dicho
que era “la primera vez” que su pareja la golpeaba, cuando él la venía maltratando hacía tiempo, y
había indicado a los policías que “sólo quería que lo asusten’). La señora dijo que nunca le hacían
caso en la comisaría, le volví a decir que, si deseaba, la podía acompañar. Luego dijo que nada de eso
servía porque igual su esposo, si quería, podía venir y matarla. Le dije que si no creía que, por eso
mismo, debía hacer algo. Le recordé que su hermana tenía una casa en otro distrito, y que le había
pedido que le mandase a su hija “para ayudarla”. Tal vez ella podría ir con su hijita, en lugar de
mandar a la niña, y así apoyarse las dos hermanas. También podía inscribirse en LA CASA DE PANCHITA
SAC y buscar otro trabajo. (Promotor del PA)
-44-
IV. Hacia el cambio
5.
EL PLAN PERSONAL
DEL REFERENTE FAMILIAR
Una vez aceptada la alternativa para enfrentar el problema, se planeaba una vía nueva (una
“ruta”) con el referente familiar. Junto con el promotor se elaboraba un listado con tareas
simples, cuyo cumplimiento se iría chequeando. Así habría una idea clara de lo que faltaba
hacer, con una real dimensión del esfuerzo para el cambio.
Éstas fueron las tareas a las que se comprometió la señora, en
esta sesión:
1.
2.
3.
4.
5.
Visitar a su hermana y explicarle la situación; al mismo tiempo,
observar el espacio disponible en la vivienda.
Juntar todos los documentos importantes, incluyendo la
denuncia policial anterior; tener fotocopias de esos
documentos.
Decidir una fecha para mudarse a casa de la hermana.
Averiguar y anotar en un papel los trámites necesarios para
trasladar la matrícula de la niña a un colegio en el otro distrito.
Decidir qué ropa y objetos llevarían y cuáles dejarían.
Testimonio de promotor. Listado para enfrentar violencia de género.
Lista de tareas:
1.
2.
3.
4.
5.
Juntar todas las fotos de su hija.
Juntar todos los trabajitos que su hija haya hecho en el colegio
y en La Casa de Panchita; todo lo que le recuerde a su hija.
Revisar sus cuadernos buscando algún dibujo o algo donde
se note esfuerzo, y felicitarla.
Decirle a su hija “te quiero” y abrazarla sin mayor explicación.
No enfurecerse por ninguna razón, en dos días seguidos.
Testimonio de promotor. Listado para enfrentar maltrato infantil.
Además, el referente familiar escribía y firmaba una “carta de compromiso” de que cumpliría
las tareas del listado: “Doy mi palabra, y por escrito”.
Esta formalidad servía para recordar los cambios que se proponía realizar el referente
familiar y relevar su importancia.
-45-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-46-
1. El escenario: San juan de Miraflores
CAPÍTULO V
LOGROS ALCANZADOS
-47-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
-48-
V. Logros alcanzados
1.
VISITAS
PARA EL REFORZAMIENTO FAMILIAR
Si quisiéramos dar algunas cifras sobre nuestras acciones de fortalecimiento
familiar, diríamos que –en total- para la intervención en las 92 familias, se han realizado 334
sesiones y 51 visitas de monitoreo.
Violencia
de Género
Maltrato
Infantil
Incomunicación
dentro de la familia
Sesión 1
43
38
11
Sesión 2
43
38
11
Sesión 3
41
37
11
Sesión 4
22
29
10
1 visita posterior
12
21
4
4
10
0
2 visitas posteriores
Un total de 149 sesiones se llevó a cabo con los 43 referentes familiares donde se trabajó violencia
de género como problema central. Todos participaron en las dos primeras sesiones; 41 llegaron
hasta la tercera sesión; 22 completaron las cuatro sesiones. Además, de los 22 referentes familiares
que completaron las cuatro sesiones, 16 recibieron al menos una visita posterior de monitoreo.
Un total de 142 sesiones se realizó con 38 referentes familiares con los que se trabajó el
maltrato infantil como problema central. Todos, excepto uno, participaron en tres sesiones;
29 completaron las 4 sesiones. De estos 29 referentes familiares, 21 recibieron al menos
una visita de monitoreo.
Un total de 11 referentes familiares trabajó el problema de incomunicación dentro de la
familia. Todos, menos uno, completaron las cuatro sesiones. Y, de esos diez referentes
familiares, 4 tuvieron al menos 1 visita de monitoreo.
-49-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
Así, tenemos que de las 92 familias, 61 de ellas (aproximadamente casi el 70%) completaron
las cuatro sesiones. Es sobre este total que podemos observar los resultados de las acciones
de reforzamiento familiar, con mayor claridad.
2.
REFERENTES FAMILIARES
QUE ASUMIERON “HACER ALGO”
Los 92 referentes familiares pasaron por un proceso de reflexión y llegaron a identificar un
problema principal: “Éste es nuestro mayor problema en la familia y éstas son sus causas”.
De ellos, 75 referentes entendieron que debían hacer algo para enfrentar el problema
identificado: “Yo debo hacer algo para encontrar la solución”.
Sí, pues, aunque me duela, aunque llore mil veces, joven [refiriéndose al promotor]. No voy a esperar
que él cambie, que él diga “ya no te voy a pegar nunca más”. Yo le voy exigir respeto, yo voy a
defenderme [llorando], sino me iré. ¡Si me he ido ya una vez!
Testimonio de madre de familia
A veces me parece injusto que nadie haga algo por ella y su hermanita. Su abuela las explota, en su
familia son todos abusivos. Mientras estén conmigo yo las voy a cuidar; y no porque me obliguen. Ya
no más punto medio: si están en mi casa, las respetarán como mis hijas. Nunca más van a perder el
año [escolar]. Mientras Dios me dé fuerzas, yo estaré ahí”.
Testimonio de tía, tutora y empleadora de una TID
La decisión del referente familiar de “hacer algo” se manifestaba durante la sesión con el
promotor. Éste podía observar que había comprendido la necesidad de realizar modificaciones
y que aceptaba un rol responsable para tratar de lograrlos. Su actitud y manera de expresarse
variaban; anteriormente, al hablar de sus problemas parecía que “las cosas les sucedían” en
el marco de una realidad muy dura y a la vez como ajena, sobre la que poco o nada podía
hacer. Ahora, de alguna manera, el referente familiar encontraba una nueva forma de encarar
su propia historia en la que se visualizaba como un protagonista del cambio.
Yo lo voy a hacer. Yo empecé esto, mis hijos no me dijeron: “haz así mamá, pégame mamá”. Yo sé
que no soy mala, yo sé que puedo hacer que mis hijos tengan [lo que necesitan]. Ya veré cómo hago
pero no les pego más. Donde sea meto mi cabeza, al agua aunque sea, ¡como sea me paso mi cólera!
Yo esto lo cambio.
Testimonio de madre de familia
-50-
V. Logros alcanzados
Muchos de los referentes familiares comprendieron la importancia de este “hacer algo”
cuando, junto con los promotores, lograban identificar las consecuencias que probablemente
resultarían si el problema siguiera existiendo.
Si seguimos así seguro que se me pondrá más rebelde en unos años, además que si ahora no me
cuenta sus cosas, tampoco lo hará cuando crezca y se podría perder [tener conductas delictivas].
(Madre)
Otros decidieron enfrentar el problema porque sentían que su relación con el niño o niña se
había debilitado y/o porque las actuales actitudes y comportamientos de éste se percibían
como negativas para el ambiente familiar.
Ahora ya ni caso me hace, antes por lo menos me escuchaba algo. Se ha vuelto respondona y no
respeta a sus hermanos mayores y no quiere hacer las cosas en la casa. (Madre)
En el caso de referentes familiares con hijas o hijos adolescentes, la búsqueda de soluciones
estaba relacionada al deseo de que ellos tuvieran un mejor futuro, que pudieran superar lo
que sus padres habían alcanzado.
No, joven [al promotor] ya no ha vuelto a ir [a trabajar]. Ni más va a ir. Más bien la señora la llama
“estoy enferma, estoy solita”, le dice. Bonito le habla ahora. Le ha comprado para Navidad un polito.
Mi hijita me pregunta si puede ir. Yo le he dicho que ella decida, pero prefiero esperar para curarme
y trabajar; que ella ya no vaya. (Madre)
Algunos referentes familiares mostraron una intención de cambio que, aunque insuficiente,
mostraba una mejora dado que habían pasado de la negación de los problemas, hasta –al
menos- el reconocimiento de los mismos y de la necesidad de efectuar cambios, así
expresaran razones por las que señalaban que eso sería muy difícil de hacer.
Una de las razones fue que el referente familiar no era el único agresor en la familia, por lo
que aunque actuara diferente, no modificaría el ambiente familiar de violencia.
Asimismo otros, principalmente madres, señalaron que no contarían con el apoyo de sus
parejas si ellas emprendieran acciones para el cambio.
-51-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
En el caso de mujeres, una razón fue no estar dispuestas a denunciar la agresión de la
pareja en la comisaría ni ninguna acción legal, a pesar de pensar que ése era el cambio que
debían realizar.
En la mayoría de los casos, la principal dificultad expresada con respecto al maltrato infantil
fue que era que la manera de crianza que habían aprendido de sus padres; esto es, la
necesidad del castigo físico para asegurar que los hijos sigan en “el buen camino”.
No importa lo que haga yo, igual, toda la vida ha sido así. Si no le castigo, se me pone rebelde. Yo no
quiero, yo le voy a tratar de no castigar tan duro, aunque ¡me saca de mis casillas! ¿Qué hago? Si no
la castigo se descarría. Ya luego, más grande, no me va a hacer caso (…) Yo lo que puedo hacer es
pegarle menos duro, no sé si pueda pegarle nada. No está bien pegarle, pero no se puede dejar sin
castigo tampoco. (Madre)
Muchos de los referentes familiares consideraron como principal dificultad para el cambio
el hecho de que no tenían mucho tiempo debido a las largas jornadas laborales o a la
constante búsqueda de oportunidades de trabajo y que esto les impediría realizar cambiar
algo de la forma de vida a la que estaban acostumbrados.
Sin embargo, comprender la necesidad de asumir una decisión de cambio fue siempre
positivo, incluso si no condujo al referente familiar a realizar acciones concretas inmediatas,
porque se logró que se percibiese como un agente protector del niño o la niña, pudiendo
influir en la prevención de abusos mayores.
3.
REFERENTES FAMILIARES
QUE INICIARON EL CAMBIO
Lo ideal era que los 61 referentes familiares que llegaron hasta la cuarta sesión, elaboraran
los listados de pasos a seguir, junto con el promotor. Sin embargo, debido a la intensidad
de esa última sesión, donde había que cerrar una serie de situaciones que involucraban
muchas emociones, con 23 referentes familiares el tiempo alcanzó únicamente para
verbalizar compromisos de cambio, sin decidir una lista de tareas.
Así, se elaboró listados en 38 casos: 17 sobre violencia de género, 15 sobre maltrato infantil,
6 sobre incomunicación dentro de la familia. De estos casos, 27 mostraron algún avance
en el cumplimiento de las tareas a las que se habían comprometido. Este avance fue
-52-
V. Logros alcanzados
observado en las visitas posteriores de seguimiento y en otros encuentros no programados,
así como en los testimonios de los mismos niños y niñas.
En los listados de acciones para enfrentar la violencia de género, se incluyó la tarea de
pedir ayuda o apoyarse en otra persona: un familiar, un funcionario de alguna institución, el
promotor. En el caso de decidirse por efectuar una denuncia de agresión era muy importante
que la mujer no se sintiera sola en un proceso difícil y que la avergonzase.
En los listados de acciones para enfrentar el maltrato infantil, se incluyó la tarea de tener
contacto afectivo con el niño, niña o adolescente: un abrazo, una caricia, un beso todas las
noches, o decir “te quiero”, de preferencia sin mayor explicación.
En los listados de acciones para enfrentar la incomunicación en el hogar, se incluyó que el
referente familiar debía relatarle a su hija/o algo que le hubiera ocurrido durante el día, sin
esperar que a cambio su hija/o le contase algo.
Los promotores coincidieron en señalar que al principio los referentes se sentían incómodos
pues suponía actuar de manera diferente a lo acostumbrado o hacer algo que hacía mucho
tiempo no hacían. Por ejemplo: abrazar a su hija o hijo antes de que fuese a dormir o
preguntarle cada día sobre lo que había hecho en la escuela.
Algo positivo de cumplir con las tareas de su lista fue que los referentes percibieron que
éstas se convertían en buenas prácticas a seguir en la casa, siendo ellos mismos una
muestra palpable de cambio. Esto es, que no sólo decían “demostrar cariño es importante”
sino que lo reafirmaban con palabras amables y otras muestras de cariño.
Hice casi todo, creo. Le enseñé a mi hermana mi lista y ella se reía, pero le pareció bien. Me dijo
“¿Por qué nunca me dijiste que él [el esposo] te maltrata?”. Pero yo sí le había dicho antes, creo. (…)
Me siento bien porque he hecho cambios. Hice lo de la lista, sólo me falta lo de la matrícula pero aún
no se puede [hacer esa gestión]; mi hermana me lo va a averiguar. ¿Vamos a hacer otra lista con más
cosas? Que sean poquitas para terminar bien la otra ¿ya? (…) Yo no creí, pero así poquito a poco sí
creo que me voy a separar [llorando] así, poquito a poquito. (Madre)
Yo no sé qué hacer más. Hice todo de la lista… pero también la he castigado, por sus notas (…) No
puedo abrazarla cuando saca mala nota. Le di su abrazo el otro día y me dice: “¿Qué tienes? ¿Estás
bien?” Entonces yo me dije “tan poquito la abrazo que le parece raro”. Yo voy a seguir tratando, pero
no me pida que no reniegue dos días, sino cuatro días, porque en [algunos] días, igual le pego. (Madre)
Ya tiene su Partida [de Nacimiento]. Ya la puse al día en el colegio. Esta lista que hicimos era muy fácil
(…) Ahora hay que hacer una lista seria; ahora vamos a hacer cosas difíciles. (Madre)
El siguiente es un ejemplo de uno de los casos en que no se cumplieron las tareas:
-53-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
La señora dijo que había estado muy ocupada, trabajando, y que luego perdió la lista. Sin embargo,
afirmó que sí quería avanzar por lo que había llamado para pedir la lista de nuevo. Hicimos una nueva
lista, pero con menos tareas. (Promotora del PA)
4.
ALGUNOS CAMBIOS PERCIBIDOS
Los promotores observaron modificaciones en actitudes y conductas, que
fueron reportando durante el proceso; asimismo, los referentes familiares percibieron
mejoras, reconociéndolas como producto en buena cuenta de su compromiso y acciones
correspondientes.
Los cambios se conocían en las visitas de seguimiento, en lo que contaban niños y niñas
respecto a lo que sucedía en su casa, en reuniones diversas y cuando realizaban algún tipo
de consulta. Los referentes decían sentirse mejor con ellos mismos en su rol frente a sus
hijos. Los niños y niñas se comportaban mejor en el colegio y en la casa
Se generó mayor comunicación y más fluida. Los referentes familiares empezaron a hablar
más de sus vivencias de cuando fueron más jóvenes. Las niñas y niños sentían mayor
libertad para contar sus problemas en el colegio, logrando en estos casos que los referentes
tomaran decisiones para mejorar sus dificultades.
Los cambios más importantes los encontramos en las decisiones que estaban tomando
respecto al futuro de estas niñas, niños, y adolescentes. Se mostraba ilusión en el futuro, el
deseo de lograr mejores condiciones para toda la familia, con valor para enfrentarse a los
obstáculos.
Me he dado cuenta que mi hija necesita más refuerzo. Ustedes le enseñan (por los promotores) pero
aún así le falta, por eso he decidido que le voy a contratar un profesor para que le enseñe por horas.
(Madre)
La psicóloga [del colegio] me dice que ella ha mejorado bastante. Ahora los dibujos que hace ya los
hace sonriendo; antes, todo lo dibujaba triste. (Madre)
He hablado con mi nieto. Yo le prometí no pegarle y él me prometió hacer sus tareas, no jalar en el
colegio [que no lo desaprobasen]. Igual, desde esa conversación no le he pegado y le he pedido a mis
-54-
V. Logros alcanzados
hijos que tampoco le castiguen así, que le hablen. Les he dicho que consideren que no tiene a su
mamá que lo defienda. (Abuela y tutora)
Yo me llevo mucho mejor ahora con mi hermana. Antes yo pensaba que ella se creía muy superior,
pero igual tiene problemas con su esposo. Desde que le pedí ayuda por lo de mi esposo, ella está a mi
lado y yo ya no me siento sola, tampoco. A veces uno tiene delante de uno la ayuda pero no la ve.
Ahora ya aprendí a verlo. No a estirar la mano, ni a quejarme. He aprendido que tengo que ser más
fuerte por mi familia, pero también que no estamos solas. (Madre)
5.
LIMITACIONES
Las acciones de reforzamiento familiar presentaron algunas limitaciones,
por diversos factores:
Los promotores fueron estudiantes de psicología y psicólogos recientemente egresados,
con insuficiente experiencia en metodología de trabajo con familias pobres o de extrema
pobreza. Los promotores tuvieron que mejorar sus habilidades para dialogar con sujetos
sociales cuyas características socio-culturales no les resultaban del todo comprensibles.
En el camino tuvieron que reformular su estilo de trabajo; finalmente, se hicieron más
creativos a la hora de delinear cómo tratar con las familias.
Muchos miembros de las familias –e incluso los referentes familiares seleccionados- tenían
serios problemas para comprender lo que se les decía o se les preguntaba. Esto se podía
deber, a veces por bloqueo emocional o por las características del discurso lógico del
referente familiar. Todo esto hizo más difíciles las acciones de reforzamiento familiar.
El equipo de trabajo tenía como norma expresa no ser directivos con los referentes familiares.
Por el contrario, la idea era que desde la propia percepción y asertividad de los referentes
familiares, ellos decidieran “hacer algo”. Esto llevaba a la necesidad de una mayor inversión
de tiempo.
La naturaleza del escenario donde se trabajaba con los referentes familiares también presentó
problemas: Las viviendas tenían pocos ambientes separados, no había ambientes reales
de intimidad y más bien el diálogo se llevaba en espacios “ruidosos”, con reiteradas
interrupciones de parientes y vecinos que perturbaban los momentos de reflexión conjunta
que el promotor realizaba con el referente familiar.
Muchas veces sólo fue posible dialogar con el referente familiar mientras éste trabajaba o
hacía labores domésticas, lo que también restaba calidad a la interacción. Hubo casos en
-55-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
que la única manera de abordar al referente familiar era haciendo las labores mencionadas.
La otra alternativa era no visitarlos, y el equipo de trabajo pensó que eso sería mucho peor.
Un problema real atravesó todo el tiempo las acciones de fortalecimiento familiar y el PA: la
necesidad de conseguir ganancias para subsistir día a día. Esto condicionaba (por no decir
frustraba) el plan de sesiones y visitas.
Se buscaba como referente familiar aquel que pasara más tiempo con los niños, niñas y
adolescentes en TID, pero esa característica no lo hacía necesariamente dominante dentro
del funcionamiento de la familia y, en algunos casos, su incidencia en la toma de decisiones
era muy poca.
Pese a que cuatro sesiones con muchos de los referentes familiares se convirtió en una
tarea formidable, se constató que, efectivamente, hacían falta muchas más sesiones. Si
bien nunca se pensó convertir las sesiones en reuniones de terapia, la cantidad de problemas
cotidianos que se discutían y la creciente necesidad de las familias de recibir una ayuda de
este tipo hizo evidente que el trabajo con los referentes familiares debería ser más diverso
y que exige mucho más tiempo.
Sin embargo, pese a las limitaciones expuestas, se lograron avances en el fortalecimiento
de las familias. La nuestra ha sido una experiencia de inicio, que nos ha permitido probar
una manera sencilla de intervención, pero que sobretodo nos ha reafirmado en nuestro
convencimiento que la prevención y erradicación del trabajo infantil no es una cuestión
aislada, sino que involucra una diversidad de espacios sociales. Y la familia es, posiblemente,
el espacio privilegiado para esta misión.
-56-
V. Logros alcanzados
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Acosta Vargas, Gladys; García Méndez, Emilio y Hoyos, Soraya (Editores). Trabajo Infantil
doméstico ¿Y quién la mandó a ser niña?, UNICEF, Santa Fe de Bogotá 2000
AGTR. Educación compensatoria en niñas menores de 18 años, trabajadoras del hogar /
“ahijadas”. Documento de trabajo. 2004
AGTR. No somos invisibles – Resultados de consulta a trabajadores infantiles domésticos
(TID) y ex trabajadores infantiles domésticos (Ex -TID) en Perú (ciudades de Lima, Cajamarca,
y Pucallpa). Lima, Perú. 2004
AGTR. Las ciudadanas más marginadas. Lima. 2005
Alarcón, Walter (2000) Niñas y adolescentes trabajadoras del hogar en el Perú: una
aproximación cuantitativa. Infancia y desarrollo, Lima.
Anderson, Jeanine. Leoncio Prado. Su historia, su palabra, autoedición Lima 2002
Anderson, Jeanine Invertir en la familia. Estudio sobre factores preventivos y de vulnerabilidad
al trabajo infantil doméstico en familias rurales y urbanas: el caso del Perú, OIT/IPEC, Lima
2007
Arana M, T.; Calle, M. C.; Arana, M. Promoción y cuidado de la Salud de Adolescentes y
jóvenes: Haciendo realidad el derecho a la salud. SPAJ-OPS- GTZ. Lima 2004
Castro de la Mata, Ramiro Consumo de drogas en el Perú en la revista Debate Agrario No. 39
Lima, diciembre del 2005.
Consejo Nacional de Educación. Proyecto educativo nacional al 2021. Lima, 2006
CVR Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación CVR, Lima 2003
Flores, Rosa; Vega, Liliana y otros. Invisible y sin Derechos: Una aproximación al perfil del
TID en el Perú. OIT/IPEC, Lima 2002
Fuller, Marta Reflexiones sobre el machismo en el Perú, ponencia presentada en la Conferencia
Regional “ La equidad de género en América Latina y el Caribe: Desafíos desde las
identidades masculinas ” Santiago de Chile, 8-10 de junio de 1998.
Gamero, Julio Medidas urgentes para mejorar la situación del empleo en el Perú en la revista
“Economía y Sociedad” No.62, Lima 2007
Güezmes, Ana; Palomino, Nancy; Ramos, Miguel. Violencia sexual y física contra las mujeres
en el Perú. Estudio multicéntrico de la OMS sobre la violencia de pareja y la salud de las
mujeres. CMP Flora Tristán; Universidad Peruana Cayetano Herrera; OMS. Lima, 2002.
-57-
DARSE CUENTA; HACER ALGO
INEI Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2000. Lima, 2001.
La Rosa Huertas, Liliana Derechos sexuales y reproductivos de adolescentes en el Perú IPS,
Lima 2006
Madueño, Patricia Aprender a pensar: Contribuciones al debate sobre la calidad educativa
en el Perú en “Políticas Públicas e Infancia en el Perú”. Save the Children – UK. Lima, marzo
del 2002.
Mannarelli, Maria Emma La infancia y la configuración de los vínculos en el Perú. Un
enfoque histórico en “Políticas públicas e infancia en el Perú” Save the Children UK, Lima
2002.
MIMDES Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes: una aproximación desde
los casos atendidos en los Centros Emergencia Mujer / Programa Nacional contra la Violencia
Familiar y Sexual: MIMDES, Lima 2004
OIT/IPEC-INEI. Visión del Trabajo Infantil y Adolescente. 2002
Valencia, Aldo. Cuando sea grande… Trabajo Infantil doméstico en San Juan de Miraflores,
AGTR, Lima 2004.
FUENTES VIRTUALES
www.cedro.org.pe Portal del Centro de Información y Educación para la Prevención del
Abuso de Drogas
www.demus.org.pe Portal de la ONG Demus Estudio para la Defensa y los Derechos de la
Mujer
www.mindes.gob.pe Portal del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social
www.minsa.gob.pe Portal del Ministerio de Salud
www.munisjm.gob.pe Portal de la municipalidad de San Juan de Miraflores
www.ilo.org Portal de la Organización Mundial del Trabajo
www.inei.gob.pe Portal del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
www.oit.org.pe/ipec Portal del Programa Internacional para la Erradicación del trabajo Infantil
-58-
Asociación Grupo de Trabajo Redes
Dirección postal: Las dalias 251 - 403. Lima 18, Perú.
Teléfono: (051) 1 - 445 1469 E-mail: [email protected] Web: www.gruporedes.org
Descargar