Mitologia latina

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La mitología latina
Los antiguos latinos y romanos tenían un profundo respeto por sus dioses, daban un dios a cada cosa para
darle su propio significado y los veneraban en vida, se representaban con los fenómenos de la naturaleza algo
muy influyente en la antigua Grecia, todo lo malo o bueno que les ocurría en sus cosechas o en su vida se lo
atribuían a los dioses, como un castigo o un agradecimiento, entre estos destacan los siguientes:
Júpiter :
En la mitología romana, asimilado a Zeus, hijo de Saturno y de Rea, esposo de Hera. En sus orígenes,
divinidad homóloga de la etrusca Tinia, personificaba los fenómenos celestes y la agricultura. Recibió
numerosos epítetos, que señalaban sus atributos: Iupiter Elicius, hacedor de la lluvia que fecunda la tierra;
Iupiter Tonans, dios del trueno; Iupiter Stator, que impedía el triunfo de los ejércitos enemigos; Iupiter
Feretrius, dios de los trofeos; Iupiter Optimus Maximus , dios de la guerra, protector del derecho y de la
verdad de los latinos y de Roma. El Capitolio le estaba especialmente consagrado y, en las ciudades del
imperio, su templo (o el de la tríada por él encabezada: Júpiter, Juno y Minerva) solía ser el primero en
erigirse, para simbolizar el vínculo político con la metrópoli. La supremacía de Júpiter se ponía de manifiesto
en el rango supremo atribuido a su sacerdote, el Flamen Dialis. Durante el imperio, los emperadores solían
acogerse a su protección a su protección e, incluso, Augusto, pretendían ser encarnaciones suyas.
Hera:
En la mitología griega, divinidad del matrimonio, símbolo de la grandeza y de la soberanía maternales. Hija
de Cronos y de Rea, se casó con su hermano Zeus y esta unión fue un arquetipo de los matrimonios humanos.
Madre de Ares, de Hefesto, de Hebe y de varias deidades más. De carácter vengativo y celoso, persiguió a las
amantes de Zeus y a sus hijos. Era también una divinidad de la tierra fecundada. Se la representaba como una
matrona severa y majestuosa, aunque joven. En Roma se la identificó con Juno.
Juno. En la mitología romana, diosa asimilada a Hera, hija de Saturno y de Rea, esposa de Júpiter. En sus
orígenes, divinidad homóloga de la etrusca Uni, personificaba el ciclo lunar. Forma parte de la tríada venerada
primero en el Quirinal y luego en el capitolio, junto con Júpiter y Minerva (Juno Regina). Poseía diversas
atribuciones, pero fundamentalmente era protectora de las mujeres (sobre todo de las casadas), de Caprotina,
diosa de la fecundidad; Juno Pronuba, diosa del matrimonio; Juno Moneta, diosa de los buenos consejos; Juno
Sospita, la compasiva Juno Caelestis, la Astarté de Cartago.
Minerva:
Antigua diosa, asimilada a la Atenea griega. Su culto fue introducido en Roma por los etruscos. Formaba parte
de la tríada capitolina, junto con Júpiter y Juno. Fue de la deidad protectora de la ciudad de Roma y, en
especial, diosa de los artesanos y del trabajo industrial.
Venus:
En la mitología romana, divinidad del amor y de la belleza, asimilada desde el s. II a J.C. a la Afrodita griega,
cuya personalidad y leyendas tomó. En la tradición itálica, antes de ser identificada con la deidad griega, fue
una diosa protectora de la naturaleza floreciente, de los huerto, de los marinos y del encanto femenino. En la
época helenística, solía aparecer acompañada de un niño, Eros, que pasó a ser Cupido, su hijo, en la mitología
romana. Gozó de un especial culto de Ardea, y tuvo en Roma dos templos (en el bosque sagrado de Libitina y
en las inmediaciones del circo Máximo). Esta última ciudad quedó especialmente vinculada a Venus a partir
de César, quien la consideró protectora del estado y antepasada de la gens Julia.
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Afrodita Diosa griega originaria de Asia menor. En la mitología griega, divinidad de la hermosura y del amor,
se la consideraba protectora de los nacimientos. En Roma se la identificó con la diosa Venus. Según una
tradición, nació de Zeus y de Dione; según otra, es hija de Urano, cuyos genitales, cortados por Cronos,
cayeron al mar y engendraron una espuma blanca de la que emergió la diosa. De sus amores con Ares
nacieron Eros, Anteros, Deimo, Fobo y Harmonía. También amó a Adonis y con Anquises tuvo dos hijos,
Eneas y Lirno. Precipitó la guerra de Troya al prometerle a París la mano de Helena. Sus elementos
emblemáticos son las palomas, que arrastran su carro, y la rosa y el mirto. Los principales lugares de culto
fueron las factorías fenicias del mundo griego, Tebas y, sobre todo, Corinto.
Marte:
En la mitología romana, hijo de Juno y padre de Remo y Rómulo, dios de la guerra. Pese a estar identificado
con Ares, es una divinidad típicamente romana, de origen itálico, conocida por los etruscos bajo el apelativo
de Maris. Recibió varios epítetos, que señalaban sus atributos; los mas importantes son: Mars Gradivius, Mars
Ultor y Mars Silvanus.
Ares. En la mitología griega, dios de la guerra, hijo de Zeus y de Hera. Combatía ayudado por sus cuatro
escuderos, Deimos, Fobos, Eris y Enios. Era rival de Atenea, cuya inteligencia vencía siempre a su fuerza.
Sedujo a Afrodita y fue sorprendido por Hefesto, el marido de la diosa, quien lo presentó a los dioses envuelto
en una red, lo que les causó una <<risa inextinguible>>. Sólo se le veneraba en Tebas y en un rincón del
Areópago. Los romanos lo asimilaron a Marte.
Mercurio:
En la mitología romana, hijo de Júpiter, dios del comercio y mensajero de los dioses. Se le identificó con
Hermes. Se le representaba con un sombrero provisto de dos alas, el caduceo en la mano y dos alitas en los
pies. Era el patrón de los mercados, de los mercaderes y de las ganancias.
Hermes. En la mitología griega, hijo de Zeus y de Maya. Originario de Arcadia, fue un dios pastoril, pero
también se le concebía como una divinidad de la fecundidad y de los muertos. En la religión popular griega,
se le asocia con misiones de mensajero o de intermediario, por lo que se lo representaba con sandalias aladas.
Velaba por los viajeros en los caminos y encrucijadas, protegía a los heraldos, caminantes y mercaderes, el
comercio e, incluso, a los salteadores de caminos. También es el dios de la oratoria y de la gimnasia, el
conductor de las almas al averno y el inventor de la lira que regaló a su hermano Apolo. Los romanos lo
identificaron con Mercurio. Más tarde se le identificó con el antiguo dios egipcio Tot, y se denominó Hermes
Trismegisto, el <<tres veces grande>>; a él se atribuyen los escritos herméticos. Este último nombre, según
los gnósticos, corresponde a un antiquísimo rey egipcio, inventor de todas las ciencias, misterios y alquimias.
Muy citado entre los gnósticos de los ss. II Y III.
Vulcano:
En la mitología romana, dios del fuego y de la metalurgia, hijo de Júpiter y de Juno, y padre de Caco, era
originalmente una divinidad itálica arcaica, adorada por los etruscos. En Roma se le rendía culto desde los
tiempos más remotos. Sus santuarios eran con frecuencia construidos fuera de la ciudad; en Roma había uno
en el campo de Marte. Augusto, en el 9 d.J.C., le consagró un altar en el Foro. Su culto adquirió particular
importancia en Ostia. La ceremonia central de su fiesta consistía en la ofrenda de peces. Después de las
guerras púnicas se identificó paulatinamente con Hefesto.
Hefesto. En la mitología griega, hijo de Hera, quien lo concibió para mostrar su enojo contra Zeus por el
nacimiento de Atenea. Dios del fuego y maestro en el arte de la forja, era cojo, enano y escuálido y tuvo el
cruel destino de amar a las criaturas mas hermosas: Caris, Aglae y Afrodita. Se le atribuían diversas obras
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maestras: la coraza de Heracles, el cetro y la égida de Zeus y el escudo de Aquiles. Es el Vulcano de los
romanos.
Vesta:
Divinidad romana , identificada con la Hestia griega . Era la diosa del hogar, y es probable que su culto
procediera de Lavinium.
El templo de Vesta, en Roma, situado cerca del foro, tiene forma circular y atestigua un culto muy antiguo.
Sus sacerdotisas eran las vestales. El asno le estaba consagrado.
−Icon. Escopas esculpió una estatua de la diosa Hestia, estatua que Tiberio llevó a Roma. Su trasposición
romana, es decir, Vesta, suele ser representada velada, llevando en la mano el cetro o la pátera: Vesta
Giustiniani (Vaticano).
Neptuno:
En la mitología romana, dios del mar y de las aguas fluyentes, identificado con el Poseidón griego. Su fiesta
se celebraba cada año el 23 de julio, en la estación mas seca del año.
Poseidón. En la mitología griega, dios de las aguas, especialmente de los mares, hijo de Cronos y de Rea y
hermano de Zeus y de Hades. Después de la victoria sobre los Titanes, a Poseidón le correspondió el gobierno
de las aguas. A pesar de ser el hermano menor de Zeus, no vacilaba en hacerle frente. Disputó con Atenea la
posesión del Ática. Al igual que muchas divinidades acuáticas, estaba estrechamente asociado al caballo. Se le
consideraba inventor de la equitación y de las carreras de carros y era el dios de los terremotos. Esposo de
Anfitrite, fue amante de muchas diosas y mortales y tuvo una numerosa descendencia. Se lo representaba con
el tridente, instrumento para ensartar los peces y con el que también partía las rocas, desataba las tempestades
y amainaba las olas. Sus animales sagrados, además del caballo, eran el delfín y el toro. Le acompañaban los
Tritones y las Nereidas.
Plutón:
En la mitología griega y romana, uno de los nombres del dios de los muertos, Hades, Rey de los Infiernos,
hijo de Crono y de Rea y hermano de Zeus y de Poseidón. El nombre de Plutón, posterior al de Hades, se
relaciona mejor con su papel de divinidad bienhechora para los mortales que con el de dios de aspecto
espantoso. Como dios subterráneo, presidía la riqueza agrícola y minera. La mitología romana le hacía hijo de
Saturno y de Ops. Moraba en las profundidades de los antros infernales, de las que sólo salió una vez, con
motivo del rapto de Proserpina, que reinó junto a el con el nombre de Perséfone. Considerado como juez
inflexible, iba siempre acompañado de un cortejo de divinidades feroces o de heroes divinizados. En Roma se
le identificó con Orco, y se le sacrificaron víctimas humanas, en particular ladrones y asesinos, así como a los
considerados enemigos de la patria. Como deidad bienhechora, se le rindió especial culto: sacrificio de ovejas
negras, consagración del ciprés y el narciso.
Apolo:
En la mitología griega, hijo de Zeus y de Leto, hermano gemelo de Artemisa. Celosa, Hera persiguió a Leto,
quién dio a luz en la isla de Ortigia. Al nacer, su padre le ofrendó una mitra de oro, una lira y un carro tirado
por cisnes, que son algunos de sus emblemas. Representaba la fuerza espiritual del orden, la medida y la
inteligencia. Por ello, Apolo estaba por encima de la vieja ley y de su observancia; personificaba sobre todo la
firmeza y la purificación. En Delfos mató al dragón Pitón, en honor de cuyas hazañas se instauraron los juegos
Píticos. También tiene por emblema el trípode sobre el que la Pitia pronunciaba sus oráculos. Tuvo numerosos
amoríos: con Dafne, Cirene, las Musas, Marpesa, Casandra, Hécuba, Mantó, Ptía y Reo y con los jóvenes
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Hiacinto y Cipáriso. Aparecía también como pastor y era venerado como dios de la luz, de la juventud, de las
letras, de la música y de la poesía. Era patrón y protector de las musas (de ahí su apodo de Musageta). Su
santuario estaba en Delfos, donde se transmitían sus oráculos. También se le conoce por el epíteto Febo, del
griego <<phoibos>> (brillante, resplandeciente) ya que se lo identificaba con el sol.
Diana:
En la mitología itálica, divinidad que los romanos identificaron con la Artemisa griega. La Diana primitiva
parece haber sido una diosa de la naturaleza salvaje. La más célebre es la del Lacio, llamada Diana Aricina,
Diana Nemorensis o Diana de Nemi. Poseía un rico santuario en Nemi, donde sólo se obtenía el sacerdocio
después de romper la rama de cierto árbol y de matar al sacerdote en funciones. La fiesta de Nemi se
celebraba cada 13 de agosto con un cortejo de mujeres que desfilaban coronadas de rosas y portando en la
mano una antorcha encendida. En esta ocasión, los perros de caza y los venados eran respetados, por ser
Diana la diosa protectora de la caza. Era también diosa de la luz y de la fecundidad: Diana Lucina presidía los
dolores del parto.
Artemisa. Diosa griega de la caza y del reino animal, hija de Zeus y de Latona y hermana de Apolo,
equiparada por los romanos a Diana. En ella veneraban los griegos la castidad (en la naturaleza virgen, en el
ser humano y en los animales) y la fertilidad; de ahí su relación con el árbol, el agua y la luna.
Demeter:
En la mitología griega, hijo de Cronos y de Rea y diosa de la tierra cultivada y <<madre de los cereales>>. Al
ser raptada su hija Perséfone por Hades, Démeter abandonó su función fertilizadora y la tierra se volvió
estéril. En consecuencia, Zeus ordenó que perséfone repartiera el año entre su madre (primavera y verano) y
Hades (otoño e invierno). Su primitivo culto en Eleusis era puramente rural, pero asumió un sentido más
profundo al incorporársele el tema de la inmortalidad. Con el orfismo, el culto triade de Eleusis (Demeter,
Perséfone, Triptolemo) hacía esperar una vida feliz en la eternidad.
Ceres. En la mitología romana, diosa de las cosechas, de la agricultura y de la civilización, originaria de
Campania y asimilada a la diosa griega Démeter desde principios del s. V a.J.C.
Dionisio:
En la mitología griega, dios de la vid, el vino y el delirio místico. Hijo de Zeus y de Sémele, que fue
fulminada por haber querido ver a su amante en toda su gloria, antes de que naciera su hijo. Éste fue tomado
por Zeus en su sexto mes de gestación y encerrado algunos meses en el muslo de Zeus, de donde salió el día
de su nacimiento; por ello se decía que había nacido dos veces. El culto del Dionisio clásico es de origen
tracio: era consultado como oráculo y le rendían culto las ménades. Como dios de la vegetación, sus atributos
eran el pino y la hierba, y presidía el cultivo de la viña y de la higuera. Se le adoró también como dios de la
procreación, asimilado con un macho cabrío o con un toro. Prueban lo complejo de su divinidad la multitud de
sobrenombres que recibe: Niseo, Bromio, Dithyrambos, Evio, Baco, agreo, Sabacio y Lieo. La poesía
dramática de los griegos y del ditirambo proceden de los himnos del cortejo de los ritos dionisíacos. En Roma
quedó identificado con el dios itálico Liber Pater. De las fiestas en honor a Dionisio (dionisias) surgieron las
representaciones teatrales en la antigua Grecia.
Baco. En la mitología romana, divinidad equivalente al Dionisio griego, identificada en Roma con el antiguo
dios itálico Liber Pater. En la época clásica, era el dios de la viña, del vino y del delirio místico. Las fiestas en
su honor recibieron en Roma el nombre de bacanales.
Zeus
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En la mitología griega, divinidad suprema del panteón. En sus orígenes era la personificación de la luz; con el
paso del tiempo, se convirtió en el numen supremo, padre y soberano temido por todos los dioses y regulador
del mundo físico y de la actividad humana. Era señor del relámpago, del trueno, de la tempestad y de la lluvia.
Era también el patrono de las familias, de las asociaciones gentilicias, de las asambleas, de los mercados, de
las ciudades, de los estados, de la unidad nacional de los pueblos griegos, y era el inspirador y consejero de
los gobernantes y reyes. Era, asimismo, defensor de la libertad y de la integridad del pueblo (Eleuterios o
Soter), custodio de la lealtad a los pactos, a los juramentos (Horkios), del respeto a la hospitalidad (Xenios) y
de la observancia inflexible de la justicia. Es el hijo menor del titán Crono y de Rea. Logró escapar de la
crueldad de su padre, que devoraba a los hijos a medida que nacían para que no le arrebataran el poder, y fue
criado por la ninfa Adrastea con la leche de la cabra Amaltea, en una gruta del monte Ida, en Creta. Ya adulto,
destronó a su padre y se instaló en el Olimpo, que defendió de los ataques de titanes y gigantes. Desposó a
Hera, su hermana, que sentía furiosos celos en las numerosas, fugaces y prolíficas aventuras del dios con otras
diosas y con mortales. Entre las diosas amó a Maya, de la que tuvo a Hermes; a Latona, que procreó a Apolo y
a Artemisa; a Mnemosine, que engendró a las Musas; a Temis, a Dione y a Deméter, entre otras. Se unió a las
mortales bajo apariencias distintas: transformado en hombre, con Semele; bajo forma de lluvia de oro, con
Dánae; como una nube, con Io; como un cisne, con Leda, y bajo la forma de un toro, con Europa. Fue honrado
en toda la Hélade. Las cimas de los montes le estaban dedicadas: los Ida, en la Tróade y en Creta; el Liceo, el
Pelión, el Himeto, el Atos y, sobre todo, el Olimpo. Su culto asumió lentamente un carácter monoteísta.
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