Monografía Curso de Inteligencias múltiples, Inteligencia reflexiva y de autorregulación. Alumna: María Verónica Costakis www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] MSN: [email protected] Seguinos en: Hacia un Mundo Mejor T odo lo que los humanos, pensamos, hacemos y sentimos, desde diseñar un edificio hasta componer una sinfonía, no es resultado del azar, sino del trabajo armónico, perfecto y acabado de millones de estructuras cerebrales básicas, las neuronas. El gran poder de las neuronas no reside únicamente en su número, sino en el resultado de su conexión con otras neuronas (un trillón de conexiones). Los lugares de encuentro de dos neuronas se llaman Sinapsis. Mediante la misma, cada neurona posee la capacidad de encender o apagar a su vecina dependiendo de la señal que envíe, conformando redes neuronales, y el resultado representa nuestras memorias, imágenes y pensamientos. Por lo tanto, podríamos decir que todo lo que representamos como persona, nuestros recuerdos, anhelos, miedos, conocimientos, están esculpidos en una inmensa telaraña formada por la asombrosa cantidad de 100.000 millones de neuronas. Si bien los genes pueden determinar algunas de las características de la personalidad, no son los responsables finales de la mayoría de las cualidades que ella tiene: la genética es responsable del 10% de las redes neuronales de un sujeto, pero el 90% restante se forma bajo el influjo de otros dos factores, que, a diferencia del primero, pueden ser modificados por la voluntad, ellos son las experiencias de vida y los conocimientos adquiridos. Se sabe que esto último depende de una estructura llamada Lóbulos Prefrontales (LPF), los cuales completan su maduración alrededor de los 25 años. La forma de ser y comportarnos en el mundo, el nivel de conciencia que desarrollemos y la calidad de persona que seamos, depende de su buen funcionamiento. En ellos se asientan las funciones cognitivas y ejecutivas, que constituyen las áreas más evolucionadas del cerebro humano. Las capacidades cognitivas primarias y secundarias funcionando estrechamente relacionadas entre sí, constituyen los pilares de la Inteligencia. Definir la Inteligencia no es tarea fácil, pero cuando se habla de ella, se está mencionando implícitamente a las funciones cognitivas y ejecutivas sobre la cual se apoyan. Muchas veces se comete el error de pensar que la Inteligencia es el factor determinante en la vida, pero en realidad éste depende de muchas cosas más. Un coeficiente alto no significa nada más que poseer una herramienta de buena calidad, aunque no garantiza nada si no es acompañada por muchas otras cualidades asociadas al funcionamiento óptimo de nuestros LPF. Funciones cognitivas primarias: Lenguaje, Memoria de corto y largo plazo, Emociones, Memoria de trabajo, Razonamiento lógico, Percepción, Atención selectiva y sostenida. Funciones cognitivas secundarias o ejecutivas: Capacidad de planificar y organizar una tarea, iniciar un plan y sostenerlo, evaluar y controlar la conducta, predecir sus consecuencias, control de la impulsividad, automotivación, habilidad social, perseverancia, ver a futuro. E n los últimos años se habla de la existencia de Inteligencias Múltiples; para facilitar nuestra tarea, podemos agruparlas en tres categorías: -Int. Académica -Int. Procedimental -Int. Emocional La Int. Académica está relacionada con el estudio de las ciencias, tanto duras como blandas, como ser Matemática, Genética, Sociología, Pedagogía, etc. La Int. Procedimental se relaciona con las diferentes disciplinas deportivas u artísticas, como pintura, danza, deportes, etc. La Int. Emocional, tanto sea intrapersonal como interpersonal, es decisiva a la hora de obtener bienestar personal y que permite contribuir al de las otras personas. Para alcanzar un nivel óptimo de desempeño, se necesita a veces activar más de un tipo de inteligencia específica: por ejemplo, un gran músico necesita un largo período de estudio (I. académica), al que debe agregarle una ardua práctica (I. procedimental), y una buena I emocional para poder trasmitir emociones que conmuevan al público. Los estudios recientes han revelado que para que un músico alcance un gran virtuosismo, es necesario que le dedique al estudio y práctica del instrumento elegido un tiempo cercano a las 10.000 horas, equivalente a 3 horas diarias o 20 horas semanales, durante 10 años. Lo ideal es que una persona alcance a desarrollar las 3 Inteligencias en un nivel equilibrado, y no sería descabellado que en el futuro se pudiera evaluar los 3 tipos de Int. específicas, por un lado, para descubrir los talentos naturales para evitar que se malogre, y por otro, para descubrir también las dificultades, para ayudar a superar estas barreras, y alcanzar el máximo nivel que el potencial genético personal permita. Nuestro cerebro se moldea a medida que vamos aprendiendo, lo que modifica su anatomía y hace que cada ser humano sea distinto. Durante la década del 90 se descubrió que hay lugares en el cerebro donde se generan neuronas por el resto de nuestra vida, lo que significa que en el ser humano la capacidad del aprendizaje es infinita. Sin embargo, para mantener vivas a estas neuronas, es necesario que atraviesen por un aprendizaje difícil y significativo, de lo contrario, a los 14 días mueren. Un ejemplo interesante: El movimiento otorga una serie de experiencias que forman al cerebro y que nos permiten aprender no sólo del entorno, sino también de nosotros mismos. Según el Dr. Pablo Lois, biólogo, académico, e investigador en el área de neurociencias de la Universidad de Chile, moverse libremente, integrar la tridimensión y saber ocupar el espacio, desarrolla cualidades tan importantes como lo son la honradez, actuar con voluntad, tener iniciativa, fijarse metas y cumplirlas, entre otras. La tridimensión son las 3 dimensiones espaciales que hay que aprender a distinguir para movernos correctamente: derecha-izquierda, delante-detrás, arriba-abajo. Los expertos en el tema señalan que los niños con problemas en el aprendizaje no han experimentado correctamente la tridimensión (al pedirles que levanten una mano, levantan la contraria). No saber moverse implica que el cerebro no sabe situarse correctamente, ni cómo relacionarse con la vida, el mundo y los demás. No desarrollar bien este sentido puede acarrear sensación de inseguridad, falta de confianza en la vida y en los demás, y temor al fracaso. A su vez, el sentido del equilibrio, que va unido al de movimiento, nos permite acrecentar entre otros el sentido de la libertad, la tolerancia y la capacidad de elegir y de escuchar a los demás. Si éste no se desarrolla correctamente debido a estilos de vida arrítmicos o por estar expuestos excesivamente a los medios de comunicación modernos, se producen en el sujeto altas y bajas en el estado anímico, e incremento del humor negro y el sarcasmo. Exponer a los alumnos a movimientos mecánicos y a una vida sedentaria provoca un descenso de estas áreas. Movimiento y equilibrio están estrechamente relacionados con el correcto desarrollo del lenguaje, debido a que el Hemisferio Izquierdo, donde éste se encuentra, son áreas donde se alojan neuronas motoras, o sea, del movimiento. Y es allí donde se percibe la palabra hablada, se entiende lo que se habla y se emite una respuesta. Sin movimiento no puede haber lenguaje. N uestro cerebro es el mismo que poseía el Homo Sapiens Sapiens en la sabana africana hace 150.000 años. Las tres formaciones que lo integran simultáneamente y que se fueron constituyendo a lo largo del proceso evolutivo son: -Un Cerebro Reptil o Instintivo, encargado de asegurar la supervivencia, mantener la homeostasis y trasmitir el material genético, con un mecanismo centrado en la díada ataque-huída. -Un Cerebro Mamífero, Emocional o Límbico, con capacidad de aprender, modelar las respuestas automáticas, y calificar las experiencias en Prosupervivencia o Contra- supervivencia, guardándolas en los archivos de PlacerDolor respectivamente. -Un Cerebro Cognitivo Ejecutivo o Neocortex, siendo los LPF donde se asientan aquellas cualidades que nos hacen realmente humanos y nos diferencian de otras especies, lo que nos permiten pensar, razonar, evaluar, auto observarse, autoevaluarse, ver a futuro, hacer planes, vetar impulsos emocionales, comunicarse a través del lenguaje, y desarrollar valores esencialmente humanos. Su gran tamaño se destaca, pues representa el 85% del volumen total cerebral, mientras que el 10% corresponde al cerebro emocional, y sólo un 5% al cerebro instintivo. No obstante las diferencias de volumen, éstos últimos ejercen una poderosa influencia en la vida mental de todo ser humano, ya que son los primeros en evaluar y actuar si es necesario ante un estímulo del mundo exterior. El cerebro humano se enciende cuando los otros no pueden resolver una situación en forma automática; se activa siempre después que los cerebros primitivos, es de acción lenta y consume mucha energía. Cabe destacar que también es la parte responsable de nuestra inteligencia emocional, tanto a nivel personal como social, aunque ambas funciones se encuentren separadas: se puede ser brillante intelectualmente y un fracaso a nivel emocional. Por eso, ambas capacidades deben ser entrenadas y desarrolladas con diferente información y estrategias. Reconocer cuándo son los impulsos primitivos los que guían nuestro comportamiento es el primer paso para poder gestionarlos apropiadamente y alcanzar el desarrollo máximo de nuestro potencial como humanos. Pero, reconocer las propias emociones, su relación con los estímulos o circunstancias de la vida, no tendría sentido ni no pudiéramos aprender a regularlas. Ejercicio para aprender a modelar las respuestas emocionales y los impulsos: nos imaginamos que somos un globo, inspiramos lentamente, el aire va entrando a los pulmones, se hincha el abdomen, somos un gran globo inflado, el cuerpo se estira y los brazos se estiran hacia arriba. Luego dejamos que el aire salga lentamente desinflando de a poco el globo, los brazos caen lentamente al costado del cuerpo. Repetir varias veces. D esde la Neuropsicoeducación podemos decir que existe una inteligencia frontalizada, aquella en que se asientan las funciones cognitivo-ejecutivas tanto intelectuales como emocionales. La misma cuenta con la inteligencia reflexiva. La reflexión es el proceso de considerar algo con cuidado y detenimiento, relacionando, buscando causas, implicaciones y consecuencias. A través de la reflexión podemos analizar causas, medir los efectos y comprender las consecuencias de algo, pasos fundamentales para poder regular nuestra conducta, actuando como verdaderos seres humanos. El comportamiento inteligente de un ser humano está, entonces, íntimamente relacionado con el pensamiento reflexivo y la capacidad de autorregulación de los instintos evolutivos y respuestas emocionales inadecuadas. Estas características nos permiten desarrollar las siguientes capacidades: -establecer relaciones y asociaciones -reflexionar sobre lo aprendido y las experiencias pasada -transferir conocimientos -anticipar conclusiones -promover debates constructivos -argumentar con fundamentos -evaluar y hacer ajustes -flexibilidad mental y adaptación a los cambios. El pensamiento reflexivo no se puede construir de la nada, sino que necesita nutrirse de una buena información, evitando prejuicios y creencias sin fundamentos, ya que son sus peores enemigos. El uso de la inteligencia reflexiva en el mundo interior tiene como fin alcanzar la autorregulación del mismo. La comprensión de la naturaleza de nuestro mundo interior será un elemento fundamental a la hora de desarrollar nuestro enfoque personal sobre la vida, colocando las fuerzas de la supervivencia y la trascendencia a favor de una mejor calidad de vida personal, social y del planeta que habitamos. En base a los conceptos desarrollados, proponemos una nueva educación, que además de la supervivencia, contemple la búsqueda de la trascendencia en la vida, basada en los principios de la Neuropsicoeducación, que se tramite en ámbitos familiares, escolares, laborales, y todo espacio que permita la modelación de niños y adultos hacia la consecución de un mundo mejor. www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] MSN: [email protected] Seguinos en: Registros N°: 2783295-2783297-2286167 Asociación Educar para el Desarrollo Humano (000815/03) Prohibida su reproducción parcial o total- Dirección Nacional del Derecho del Autor Registro N°: 610489