Curiosidades y Anécdotas - Real Federación Española de Atletismo

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 Recopilado por : Miguel Villaseñor (AEEA) CURIOSIDADES Y ANÉCDOTAS DEL MEETING DE MADRID La primera prueba de la reunión internacional de atletismo de Madrid se inició a las cinco de la tarde del 18 de mayo de 1979. Se han celebrado hasta la fecha 32 ediciones, pero se ha competido durante 27 días. El motivo de este descuadre es que aquella primera reunión, la de 1979, se desarrolló en dos jornadas, el 18 y el 19 de mayo de aquel año. Las 32 ediciones se han fijado en el calendario de la siguiente manera: 2 se disputaron en mayo, 11 en el mes de junio, 17 en julio y 2 en septiembre. La más tempranera fue la primera edición, en 1979: un 18 de mayo; la más tardía, la de 1994, un 6 de septiembre. Es curioso que hasta 1998 no se celebró en el mes de julio. Pero es que, desde entonces, no ha abandonado ese mes. La reunión ha tenido seis escenarios diferentes. Hasta 1990 las primeras ocho ediciones se disputaron en el estadio Vallehermoso. De 1991 a 1993 se celebró fuera de la capital. Las ediciones de 1994 a 2004, once en total, se disputaron en el estadio de la Comunidad, la popular Peineta. De 2005 a 2007 la reunión volvió al vetusto y entrañable Vallehermoso. La edición de 2008 ya se celebró en el polideportivo municipal de Moratalaz y desde entonces no ha abandonado este escenario. Sin embargo, la pista del popular barrio madrileño fue remodelada por completo para la edición de 2014, cambiando su antiguo material sintético de color naranja por uno de intenso color azul. Como hemos dicho, en tres ediciones, la reunión internacional de Madrid abandonó la capital. En 1991 se trasladó a Alcobendas, en 1992 a Las Rozas y en 1993 a Alcorcón. En esta última ocasión, los espectadores pudieron seguir un apasionante concurso de salto de longitud entre dos de los mejores saltadores de todos los tiempos: Mike Powell e Iván Pedroso. El estadounidense se llevó el gato al agua, venció con 8.50 por 8.41 del cubano, ambas marcas con ligero viento ilegal. Powell, con su característico y peculiar estilo, encandiló al público presente. Antes, en 1991, fueron el ucraniano Sergey Bubka, la alemana Heike Drechsler o la jamaicana Merlene Ottey los que hicieron las delicias del público. La edición de 1994 sirvió para inaugurar el estadio de la Comunidad de Madrid, popularmente conocido como La Peineta, por el aspecto de su grada superior, parecido con el complemento femenino de ese nombre. Lleno hasta la bandera, que se diría en el argot clásico. Una constelación de figuras mundiales hicieron las delicias de los aficionados. Fue una jornada de gran atletismo pero, sobre todo, fue una noche de fiesta, con desfiles, música y pirotecnia, y, sobre todo, fue una jornada que miraba al futuro. Una de las marcas de aquel día sigue siendo la mejor de las conseguidas en España. Nos referimos a los 12.99 de Colin Jackson en los 110 metros vallas. En aquel momento la marca del galés era la séptima de todos los tiempos. Otra marca destacada de aquella noche inolvidable para el atletismo español y madrileño fueron los 43.90 de Michael Johnson en los 400 metros, que acabaron liderando el ránking mundial de aquel año 1994. Digamos como curiosidad que la primera prueba en disputarse en La Peineta fueron los 5.000 metros marcha masculinos, en los que se impuso Jesús Ángel García Bragado. La prueba ha sido la única de marcha celebrada en la historia del meeting madrileño. El primer vencedor en el estadio de la Comunidad fue vencedora; nos referimos a la bielorrusa Natalya Dukhnova, que ganó en los 800 metros femeninos… No, no hay ninguna contradicción en lo anteriormente expuesto: la prueba de marcha se celebró en las calles exteriores de la pista. Cuando los marchadores estaban en pleno esfuerzo, se dio la salida a los 800 de mujeres, por lo que durante dos minutos hubo dos pruebas simultáneas en el anillo, algo muy poco habitual. Dukhnova fue por lo tanto la primera vencedora, el segundo fue el citado marchador madrileño, que, por otra parte, sigue hoy día al pie del cañón. 14 récords de España se han batido en el meeting de Madrid. El primero fue en 1979, año en el que un triplista llamado Ramón Cid conseguía una nueva plusmarca de 16.68. La apoteosis llegó en la segunda edición, la de 1984, en la que las plusmarcas iban cayendo como por arte de magia, con una facilidad pasmosa. Seis récords nacionales fueron batidos en aquella edición, en cinco pruebas distintas, pues la jabalina femenina vio dos plusmarcas. Uno de los 14 récords de España batidos en la reunión de Madrid sigue vigente: los 14:46.16 del club Larios en la inusual prueba del 4 x 1.500 metros. Algunas de las marcas logradas en Madrid han encabezado a final de año el ránking mundial. Ya se han citado los 43.90 de Johnson. Otra marca que lideró el ránking fue la conseguida por Carl Lewis en los 200 metros de la edición de 1987. Sus 19.92 estuvieron en lo más alto de la tabla de aquel año. El público presente en el estadio de Vallehermoso en la edición de 1987 no daba crédito a lo sucedido en los 400 metros vallas. El imbatible Edwin Moses había caído ante su compatriota Danny Harris, en una de las carreras más comentadas de la historia del atletismo en suelo español. El gran Moses perdió su imbatibilidad después de nueve años, nueve meses y nueve días. Harris tuvo que hacer marca personal para superar al mítico Edwin. Sin embargo, éste se tomó buena revancha semanas más tarde en el mundial de Roma. En la edición de 1995 hubo viento, viento y más viento. El dios Eolo arruinó la reunión. En triple el cubano Yoelbi Quesada “igualó” el récord del mundo… con 7,5 metros de viento a favor. La plusmarca era entonces del estadounidense Willie Banks. Días más tarde sería batida por el inglés Jonathan Edwards. Hubo saltos con ocho metros por segundo a favor. El huracán, sin embargo, sopló en contra en la recta: Linford Christie venció contra 4,0 m/s y el ya citado Colin Jackson, que el año anterior había tardado 12 segundos “y pico” en los 110 vallas esta vez empleó 14 y pico. Un segundo y ocho centésimas exactamente de más. En su descargo digamos que corrió contra un muro de 4,8 m/s. Sabido es que los buenos registros en velocidad están condicionados por el viento. En Madrid no pocas veces las marcas han sido arruinadas por el viento contrario. Así que a partir de 2012 las pruebas de velocidad (incluido el 200) se han corrido en la contrarrecta, lo que ha propiciado excelentes registros. Así ocurrió en 2013, año en el que el jamaicano Nesta Carter corrió en 10.87 y un viento favorable de 1,8 m/s. Quizá sea la mejor marca mundial corrida en la contrarrecta; en esa prueba, el madrileño Ángel David Rodríguez marcó 10.15, a una sola centésima de su propio récord de España. Pocas veces ha aparecido la lluvia en el transcurso del meeting. Pero no se nos olvidará jamás la torrencial tormenta de la edición de 2010. Fue de proporciones colosales, obligó a suspender la competición, la pista quedó anegada, todas las pruebas sufrieron un considerable retraso, se fue la luz, los marcadores se estropeó, el cronometraje automático dejó de funcionar… En definitiva, un desastre. Con el propósito de acercar el meeting a toda la gran familia del atletismo, desde 2011 se programan al principio de la reunión pruebas para atletas federados y populares, que así pueden experimentar lo mismo que los atletas de élite, con los que comparten espacio en la zona de calentamiento. Para todos estos atletas federados y populares la experiencia es inolvidable. Ha habido varios intentos de récord en la reunión de Madrid. Así, a bote pronto, recordamos los de la rusa Svetlana Feofanova en pértiga en 2004, los de la croata Blanka Vlasic sobre 2.10 en 2008, el intento del marroquí Said Aouita sobre 2.000 metros en 1985 o el de la inusual prueba de 4 x 1500 metros que intentaron los atletas del Larios madrileño. En este último caso, en el estadio los aficionados hacían cuentas de que cada relevista debía correr en menos de 3:39.7. Al final no pudo ser. Por fin, a las 18.34 horas del 16 de julio de 2005 se produjo el único récord del mundo del meeting madrileño. Yelena Isinbayeva superó el listón a 495 cm del suelo, a la segunda tentativa. Lo curioso es que estuvo a punto de ser eliminada, pues necesitó tres intentos en la altura anterior, la primera que intentó, treinta centímetros más baja. Por cierto, cuando todas sus rivales habían sido eliminadas. El récord, sin embargo, fue muy efímero, pues sólo duró seis días. El 22 de julio, en Londres, la rusa superó los cinco metros. 
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