Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia Universidad El Bosque [email protected] ISSN (Versión impresa): 0124-4620 COLOMBIA 2001 Andrzej Lukomski J. GRANDES DEBATES FILOSÓFICOS DEL SIGLO XX: EL PROBLEMA DE ANALITICIDAD Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia, año/vol. 2, número 4-5 Universidad El Bosque Bogotá, Colombia pp. 65-73 Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia Vol. 2 • Nos. 4 y 5 • 2001 • Págs. 65-73 Grandes debates filosóficos del siglo XX: El Problema de Analiticidad Andrzej Lukomski J.* Introducción Esta exposición quisiera dedicar a un gran debate filosófico alrededor del problema de analiticidad. Para algunos filósofos este problema es parecido al problema del éter. En la larga tradición científica el éter fue considerado como la materia del universo. Mediante esta materia se explicaban las leyes que rigen en el espacio y tiempo absolutos. De manera análoga la analiticidad es la “materia mental” que constituye cualquier teoría; es decir, se trata de encontrar el fundamento de cualquier teoría se puede buscar en proceso analítico hasta llegar a lo que podemos llamar lo analítico. El éter, resulto ser una ficción. Pasa lo mismo con la analiticidad?... no es mi intención en esta exposición dar la respuesta definitiva, sin embargo considero que sin conocer este debate, no podemos tener la claridad de la filosofía que recibió el nombre de “Posmodernidad”. 1. El sentido de analiticidad según J.Hintikka Hintikka J. en su libro Logic, Languague-Games and Informatión (Lógica Juegos del lenguaje e información) presenta diferentes sentidos de analiticidad: I. * a) Los enunciados en los cuales la verdad se basa solamente en las definiciones de términos. b) Las verdades analíticas comprenden definiciones y sus consecuencias lógicas. Universidad El Bosque, Universidad Santo Tomás, Bogotá. 65 c) Analíticas son aquellas verdades que pueden ser probadas con la sola ayuda de leyes lógicas generales y definiciones. d) Las verdades analíticas comprenden las verdades de la lógica y todas las verdades que pueden reducirse a ellas sustituyendo sinónimos por sinónimos. Otro sentido de la analiticidad está vinculado según Hintikka con el carácter Operador que forme nuestras nociones lógicas: II. Un paso de argumento es analítico si la conclusión es una suboración de una de las premisas. Aquí podemos distinguir dos casos: a) Un argumento es analítico si todos sus pasos son analíticos. b) Una prueba del enunciado F1, a partir del enunciado Fo, es analítica si todos los enunciados que figuran como etapas intermedias de esta prueba son suboraciones de bien Fo o F1. III. El sentido III de analiticidad se aproxima bastante a la noción kantiana. Kant entendió que la analiticidad implica que las inferencias interindividuales concernientes a la existencia son imposibles por medios puramente conceptuales. En este caso, el sentido de analíticidad toma las siguientes formas: a) Un argumento analítico no puede llevar de la existencia de un individuo a la existencia de un individuo diferente. b) Un paso de un argumento es analítico, si no aumenta el número de individuos que estamos considerando en su relación mutua. c) Un paso de argumento es analítico si el grado de la conclusión no es mayor que el grado de al menos una de las premisas. d) Un argumento es analítico si todos sus pasos son analíticos. e) Una prueba del enunciado F1 a partir de Fo es analítica si signos de los enunciados que figuran como etapas intermedias de esta prueba no tienen grado superior a Fo y F1. 66 IV. En este último sentido que nos ofrece Hintikka la analiticidad esta vinculada con la información. Un paso de argumento es analítico si la información transmitida por la conclusión no es mayor que la información transmitida por las premisas. Ahora pido un poco de paciencia para analizar más detalladamente dichos conceptos de analiticidad. 2. Verdad analítica como verdad conceptual Desde el punto de vista de Hintikka, el cual comparto, la noción de analiticidad de los pensadores de siglo XX está identificada con la verdad conceptual. Se sigue de sus definiciones de analiticidad que una verdad es analítica si podemos llegar a ella tan pronto como tenemos todos los conceptos que involucra. Este modo de pensar quizá no sea tan incorrecto como exclusivamente simplificado, porque pasa por alto la variedad de formas en que nuestros conceptos pueden contribuir a la formación de enunciados significativos. De hecho con los cinco conceptos lógicos: negación, conjunción, disyunción, existencia y universalidad, más una simple relación de dos lugares, se puede construir una infinidad de enunciados no equivalentes. Así pues, un enunciado por ejemplo cuantificacional no puede ser especificado simplemente mostrando qué conceptos figuran en él y cómo se relacionan entre sí estos mismos conceptos. Tenemos que discutir las interrelaciones de las diferentes ocurrencias de estos conceptos operadoriformes. Los filósofos cuando piensan sobre analiticidad la presentan como “relaciones de ideas” o “relaciones de conceptos”. La lógica de la cuantificación nos muestra que esta terminología, y el modo de pensar en el que se basa, es desorientadora. Desde el punto de vista de la lógica moderna tenemos que ampliar nuestro punto de vista sobre los enunciados analíticos: hay que tomar en cuenta la historia del enunciado en cuestión, el modo en que ha sido construido a partir de enunciados atómicos. 67 Cuando hablamos sobre la analiticidad en sentido de la verdad conceptual este discurso no se puede fundamentar en nuestras intuiciones; hay que tomar en cuenta logros de la lógica moderna especialmente la lógica modal, y la lógica cuantificacional. Por ejemplo formando un enunciado analítico en el campo de la lógica cuantificacional tenemos que respetar las siguientes reglas de la teoría de la cuantificación: Un enunciado atómico no tiene subenunciados. ➻ Los subenunciados de ~F son F y los subenunciados de F. ➻ Los subenunciados de (F1^ F2) y de (F1v F2)son F1 o F2 y sus subenunciados. ➻ Los subenunciados de (Ex),F y de (Ux)F son todos enunciados de la forma F(x/a), así como todos sus subenunciados. Usamos las letras “x”, “y” como variables individuales ligadas y las letras “a”, “b” como ocupadores de los lugares de términos singulares libres. F(x/a) es el resultado de reemplazar “x” en todo lugar de F por “a”. Si no queremos tratar el problema de analiticidad análogamente con el problema del éter el sentido uno de analiticidad tiene que ser intrínsecamente vinculado con el sentido dos. En el mundo filosófico el sentido dos es muy pobremente desarrollado; lo que podemos encontrar son reflexiones puramente lógicas hechas en lenguaje técnico el cual quisiera omitir en esta exposición por su alta complicación. Aquí puedo decir que este sentido de analiticidad está muy estrechamente conectado con el desarrollo de la teoría sistemática de la cuantificación y trata de la construcción de las pruebas en los argumentos en más de una forma. 3. La noción kantiana de analiticidad Esta noción de analiticidad es en muchos aspectos clara y concreta. Aquí se nos pide no que no transcendamos una serie de individuos dados. Frecuentemente se simplifica el planteamiento de Kant sobre verdad analítica como una verdad conceptual. Kant entendió 68 que las inferencias interindividuales concernientes a existencia son imposibles por medios puramente analíticos. En otras palabras, sostuvo el siguiente principio. Un paso analítico no puede llevarnos de la existencia de un individuo a la existencia de diferentes individuos. Una de las principales metas en la aclaración del mencionado sentido de analiticidad es la de responder a la pregunta sobre cómo se comportan los individuos a nuestras consideraciones y argumentos. La respuesta es obvia: los individuos son introducidos en nuestro razonamiento por términos libres usados en la teoría de la cuantificación. Así el cuantificador existencial (Ex) debe leerse de la siguiente manera “hay al menos un individuo (llamémoslo x) tal que “ y el cuantificador universal (Ux) debe leerse “cada individuo (llamémoslo x) es tal que”. Estas traducciones dejan claro por qué Kant propuso los enunciados sintéticos a priori ya que cada cuantificador nos invita a considerar un individuo en adición a los demás que pudieran haber sido introducidos anteriormente. La operación de cuantificacionar no es simplemente un proceso analítico a priori sino, se abre la posibilidad de procesos sintéticos a priori. Para Kant el juicio analítico a priori sobre objetos individuales es restringido como lo muestra la teoría de cuantificación: por eso hay que introducir el juicio sintético a priori. Así, desde la reinterpretación de Kant por Hintikka los enunciados de la teoría de la cuantificación son analíticos pero los objetos pueden ser individuos entendidos de manera analítica y sintética. Me parece interesante mirar el pensamiento de Kant desde las perspectivas lógicas y ver que su tesis no se fundamenta sólo en una especulación intelectual, sino en un profundo conocimiento de las leyes lógicas. 4. Analiticidad e información En los sentidos de analiticidad recopilados por Hintikka nos queda el sentido cuatro vinculado con la información. Este sentido puede obtenerse formulando la pregunta: ¿Qué nos ofrece la premisa de una inferencia? Quizá la respuesta más natural es decir que nos da una cierta cantidad de información. Según esta concepción, un paso en la inferencia es analítico si no aumenta la información, 69 si la información trasmitida por la conclusión no es mayor que la información transmitida por las premisas. Un enunciado es analítico si no transmite ninguna nueva información. Este sentido de analiticidad como anota Hintikka, ha desenpeñado un importante rol en la literatura filosófica. Kant ya llamó a los juicios analíticos meramente explicativos. Estas consideraciones son verdaderas si tratamos de información lingüística, donde aparece la aparente vaciedad los enunciados analíticos. Pero nadie puede poner en duda que los enunciados lógicos y matemáticos tengan una inconfudible función informativa a pesar de ser tautologías en el sentido de no transmitir ninguna información sobre cuestiones de hecho(1). 5. La analiticidad según H. Putman H. Putman propone extender el campo de los enunciados analíticos a las teorías científicas, a los lenguajes formalizados y lenguajes naturales. Su ambiciosa proposición abarca también establecer ciertos criterios para los enunciados analíticos. 5.1. Los enunciados analíticos dentro de la teoría física Según Putman dentro de la teoría física podemos distinguir un grupo de enunciados que toman el nombre de analítico. A este grupo pertenece, por ejemplo, el enunciado: la energía cinética es igual a la mitad del producto de la masa por la velocidad al cuadrado. Este es la clase de enunciado al que antes de la física relativista, podríamos haber llamado una “definición de la energía cinética”. Sin embargo su historia es insólita. Antes de Einstein cualquier físico podría haber dicho que esta era justamente la definición de “energía cinética”. Si esto fuera cierto, entonces la expresión “energía cinética”, sería, por supuesto dispensable en principio. Se podría simplemente usar 1/2mv2 en cada lugar donde antes se había usado la expresión “energía cinética”. Sin embargo, en los primeros años del siglo veinte Albert Einstein desarrolló una teoría física poco usual, porque contiene palabras de un grado más bien alto de “vaguedad”, por lo menos en términos de lo que 70 usualmente suponemos que sean las leyes de la física. No obstante, la teoría es, como todos sabemos, una teoría útil y precisa. El principio de Einstein consiste en que todas las leyes de la física deben ser invariantes bajo las transformaciones de Lorenz. Este es un principio más bien vago, ya que implica la noción general de ley física. Con todo, a pesar de su vaguedad, los científicos lo han considerado un principio rector sumamente útil. Por supuesto, Einstein no solamente aportó un principio rector. De hecho, procedió a desarrollar las leyes invariantes de Lorenz y en particular la búsqueda de las leyes invariantes de Lorenz en la teoría especial de la relatividad. Pero sería un error considerar la teoría especial de la relatividad como la suma de todas las leyes especiales que Einstein produjo. El principio general según el cual las leyes físicas son invariantes de Lorenz es, ciertamente, una parte legítima de la teoría especial de la relatividad, no obstante el hecho de que está formulado en lo que algunos puristas podrían llamar “metalenguaje”. Y para nada sirve decir que “ley física” significa cualquier enunciado físico verdadero, pues así interpretado el principio de Einstein sería vacuo. Cualquier ecuación sobre la velocidad puede convertirse en invariante de Lorentz al formularla en términos de las magnitudes apropiadas. El principio de que estas leyes de la naturaleza deben ser invariantes de Lorentz, carece de contenido a menos que supongamos que las magnitudes que se contengan en las leyes de la naturaleza deben ser, en algún sentido, magnitudes reales - esto es, electricidad, gravitación, magnetismo y las ecuaciones que expresan estas leyes deben tener ciertas características de simplicidad y plausibilidad. En la práctica, el principio de Einstein es bastante preciso en el único sentido relevante para la indagación física, pese al hecho de que contiene un término vago. El punto radica en que la vaguedad del término “ley física” no afecta las aplicaciones que el físico hace del principio. En la práctica, el físico no tiene dificultad alguna en reconocer leyes o leyes putativas: cualquier ecuación “razonable” propuesta por un físico sensato constituye al menos una ley putativa. De modo que el principio de Einstein, si bien puede molestar a aquellos lógicos 71 que se preocupan, por la correcta distinción entre una ley natural y un enunciado verdadero cualquiera, es un principio cuyo papel en la indagación física es nítido. Significa simplemente, que aquellas ecuaciones que los físicos consideran que expresan posibles leyes de la naturaleza deben seguir siendo candidatas para ese papel en la edad de la relatividad como invariantes de Lorentz. El hecho de que las leyes de la naturaleza deben ser invariantes de Lorenz ha sido con frecuencia una pista valiosa para nuevos descubrimientos fundamentales como la ya mencionada la teoría de gravitación de Einstein; otro ejemplo famoso es la teoría de los “hoyos” de Dirac que llevó al descubrimiento del positrón. Podemos observar que para Putman los enunciados analíticos dentro de la teoría no tienen valor absoluto, sin embargo, tienen un status preferente; en un sistema teórico forman los principios de dicho sistema. 5.2. La analiticidad en los lenguajes formalizados Otro campo donde nos encontramos con los enunciados analíticos son lenguajes formalizados. Para Putman si el inventor de un lenguaje formal escoge un cierto subconjunto, entre todos sus postulados y reglas y dice que los enunciados señalados, los enunciados del subconjunto, no pueden desecharse, entonces estos enunciados pueden razonablemente llamarse “analíticos” en ese lenguaje. Trazamos pues formalmente una distinción analítica sólo en conexión a los lenguajes formales cuyos inventores hacen una lista de algunos enunciados y reglas como “postulados del significado”. Después de todo, un lenguaje formal tiene un inventor, y como cualquier ser humano, éste puede dar órdenes. Entre las órdenes que puede emitir hay unas que ponen como condición: Si quieres hablar mi lenguaje, entonces haz esto y lo otro. “Y sus órdenes tienen cláusula de escape que afirma: “Acepta estos enunciados a menos que te metas en problemas, en tal caso haz tales y cuales revisiones”. Podemos ver que en lenguaje formalizado obtenemos enunciados analíticos por estipulación, sin ninguna explicación previa. 72 5.3. La analiticidad en el lenguaje natural En este punto que puede ser el tema de toda una exposición, solamente quisiera limitarme a los criterios que propone Putman para distinguir los enunciados analíticos entre otros. Los criterios en cuestión son: (1) El enunciado tiene la forma: “Algo es un A si y sólo si algo es un Bien donde A es una sola palabra. Ejemplo: Alguien es soltero si y sólo si es un hombre no casado. (2) El enunciado se sostiene sin excepción y nos proporciona un criterio para que podamos decir que algo es la clase de cosa a la que el término A es aplicable. (3) El criterio es el único que usualmente se acepta y se emplea en conexión con este término. (4) El término A no es una palabra “cúmulo-de-leyes.(2) Conclusión Estoy consciente que el debate presentado por mí no abarca todos los protagonistas de la gran controversia sobre la analiticidad. En mi exposición me limité a presentar los grandes defensores de la analiticidad. En mi opinión nadie sabe lo que exactamente es la analiticidad, pero sobre ella se fudamenta cualquier teoría. Renunciar a la analiticidad significa renunciar de la fundamentación, renunciar de todo lo que inspiraba la modernidad en el campo de la filosofía y la ciencia. Pero esta renuncia significa reconocer la fuerza de la creatividad, dar cabida la complejidad, la teoría de caos para construir nuevos paradigmas en filosofía de siglo XXI. Paradigmas que ya no son dogmas, verdades absolutas sino las orientaciones en nuestra creativa indagación sobre la realidad. REFERENCIAS 1. Cfr. Hintikka, J., Lógica. Juegos de Lenguaje e Información. Madrid. Tecnos. 1976. pp.146176. 2. Cfr. Putman, H. Lo analítico y lo sintético. México. Universidad Autónoma de México, 1983. pp.19-60. 73