Ley concursal La administración de procesos concursales Fernando Gómez Martín Auditor de Cuentas Profesor de Derecho concursal Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto FICHA RESUMEN Autor: Fernando Gómez Martín Título: La administración de procesos concursales Fuente: Partida Doble, núm. 141, páginas 16 a 31, febrero 2003 Localización: PD 03.02.02 Resumen: El pasado día 5 de julio de 2002 el Gobierno aprobó el Proyecto de Ley Concursal, presentado sustanciales novedades con respecto a la anterior regulación. Entre ellas destaca el nuevo modelo de administración judicial, que abandona las denominaciones de síndicos e interventores y se unifica en administradores judiciales, desapareciendo los cargos de comisario y depositario. En este trabajo se analiza en profundidad todas las claves de la nueva ley en lo que respecta a la administración judicial, en lo que respecta a su composición, retribución, responsabilidades y funciones. Previamente se hace una exposición de todos los antecedentes del nuevo Proyecto de Ley desde su creación como Anteproyecto de Ley Descriptores ICALI: Administrador judicial. Suspensión de pagos. Quiebra. • 16 El Proyecto de Ley concursal(1) dedica especial atención al órgano de representación y administración del concurso, al que atribuye relevantes funciones en el nuevo proceso, juicio universal llamado a sustituir a los vigentes de quita y espera, concurso de acreedores, suspensión de pagos y quiebra. 1. INTRODUCCIÓN T rataré de acotar los diversos actos que integran el instituto de la administración patrimonial, cuya expresión, acuñada por el lenguaje económico, alcanza a la gestión de bienes propios o ajenos. En Derecho civil, explica el profesor Fenech Navarro (2), se distingue entre actos de administración ordinaria y extraordinaria, entendiendo por la primera la que tiende al gozo, a la explotación del patrimonio y al empleo de las rentas, y por la segunda todos aquellos actos que tratan de obtener rendimientos no normales o de comprometer la existencia o composición de un patrimonio, es decir, actos que afectan al capital, por los que se transmite, grava, modifica o extingue inmediatamente un derecho de contenido económico. En Derecho mercantil, se respeta la distinción anterior y los administrado- res de negocios propios realizan actos ordinarios de administración y extraordinarios, es decir, actos de disposición o dominio, así como los administradores de negocios ajenos, en función de las facultades recibidas. Sobre la naturaleza jurídica del administrador judicial, el profesor Carreras(3) considera que se identifica con el origen de su poder o potestad, como función delegada por el juez de la ejecución, luego debe ser de idéntica naturaleza, ya que nadie puede delegar sino lo que tiene, en la misma calidad en que lo tiene, y se muestra en desacuerdo, por tanto, con algún sector de la doctrina que concibe al administrador judicial como representante del ejecutante o del ejecutado. Según el profesor Marra Pascual (4): «es [el administrador judicial] un verdadero mandatario o apoderado del juez que le nombra...». Nº 141 • Febrero de 2003 1.1. Administración judicial 1.1.1. Ley de Enjuiciamiento Civil anterior • El artículo 494, relativo a la administración de bienes, si el usufructuario no presta fianza. 1.1.4. Ley Hipotecaria La Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881 dedicaba a la administración judicial los siguientes preceptos: • El art. 117 del Texto Refundido Ley Hipotecaria de 1946 previene la administración judicial de fincas hipotecadas. Arts. 959, 966 y 976, sobre la prevención del abintestato. 1.1.5. Decreto Matesa • Arts. 1005 a 1035, que regulan la administración de los bienes en el juicio de abintestato. El Decreto-Ley 18/1969 (7), de 20 de octubre, regulaba la administración judicial de empresas embargadas. • Arts. 1068 y 1069, 1095 a 1100, para la administración del caudal en el juicio voluntario y necesario de testamentaría. 1.1.6. Ley de Enjuiciamiento Civil vigente • Art. 1124, sobre administración en el juicio universal de adjudicación de bienes testamentarios. • Art. 1450, relativo a la administración judicial, cuando se embargasen frutos y rentas en el juicio ejecutivo. • Arts. 1505 y 1521 a 1530, sobre administración de fincas embargadas en procedimiento de apremio. 1.1.2. Código de Comercio El art. 132 del Código de Comercio dispone el nombramiento de un coadministrador, y el procedimiento se establece en los arts. 2162 a 2165 de la anterior LEC(5). 1.1.3. Código Civil • • El Código Civil, en el art. 164, como excepción a la administración paterna de los bienes de los hijos menores no emancipados, previene la posibilidad de que sea designado un administrador judicial(6). El art. 184, sobre administración de bienes del ausente. Nº 141 • Febrero de 2003 P odrá constituirse una administración judicial cuando se embargue alguna empresa o grupo de empresas (LEC) La LEC 1/2000, de 7 de enero, trata de la administración judicial, en los siguientes preceptos: a) Podrá constituirse una administración judicial cuando se embargue alguna empresa o grupo de empresas, o cuando se embargaren acciones o participaciones que representen la mayoría del capital social, del patrimonio común o de los bienes o derechos pertenecientes a las empresas, o adscritos a su explotación (art. 630.1) Esta nueva regulación (arts. 630 a 636) sustituye al citado Decreto-Ley 18/1969, de 20 de octubre. b) Podrá constituirse una administración judicial para la garantía del embargo de frutos y rentas, en los casos previstos en los apartados segundo y tercero del artículo 622 (art. 630.2), es decir, cuando la naturaleza de los bienes y derechos productivos, la importancia de los intereses, las rentas o los frutos embargados o las circunstancias en que se encuentre el ejecutado razonablemente lo aconsejen, así como cuando se comprobare que la entidad pagadora o perceptora o, en su caso, el mismo ejecutado, no cumplen la orden de retención o ingreso de los frutos y rentas. Según Vázquez Barros(8): www.partidadoble.es (1) Aprobado por el Consejo de Ministros, en sesión del 05.07.2002, y publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, el 23.07.2002. (2) FENECH NAVARRO, Miguel, «La administración de bienes en el proceso», Discurso de Ingreso. Barcelona, Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de Barcelona, 1974, págs. 7-9. (3) CARRERAS LLANSANA, Jorge, «El embargo de bienes», Barcelona, José Mª Bosch, 1957, págs. 490-495. (4) MARRA PASCUAL, Carlos M., «Comentarios a la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil». Director: Francisco Lledó Yagüe. Coordinadores: Pablo Sesma de Luis, José Ramón San Román Moreno, Manuel María Zorrilla Ruiz. Madrid, Dykinson, 2000, pág. 603. (5) GONZÁLEZ POVEDA, Bienvenido, «La jurisdicción voluntaria. Doctrina y formularios», 3ª ed. Pamplona, Aranzadi, 1997, págs. 1569, 1570 y 1573. (6) GONZÁLEZ POVEDA, Bienvenido, op. cit. pág. 769 (7) Derogado, por la Disposición derogatoria única 2.17º de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. 17 • Ley concursal E l derecho a retribución de los administradores judiciales se reconoce en el art. 631 de la LEC d) Al igual que los arts. 131 de la Ley Hipotecaria y 84 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento, ambos derogados, el art. 690 de la citada LEC regula la administración de fincas y bienes hipotecados. e) De la administración del caudal hereditario (arts. 795 a 805). Hecho el inventario, determinará el tribunal, por medio de auto, lo que según las circunstancias corresponda sobre la administración del caudal, su custodia y conservación. Se nombrará administrador al viudo o viuda y, en su defecto, al heredero o legatario de parte alícuota que tuviere mayor parte en la herencia. A falta de éstos, o si no tuvieren, a juicio del tribunal, la capacidad necesaria para desempeñar el cargo, podrá el tribunal nombrar administrador a cualquiera de los herederos o legatarios de parte alícuota, si los hubiere, o a un tercero. f) Liquidación del régimen económico matrimonial (arts. 806 a 811). La sentencia resolverá sobre todas las cuestiones suscitadas, aprobando el inventario de la comunidad matrimonial, y dispondrá lo que sea procedente sobre la administración y disposición de los bienes comunes (art. 809). «La finalidad de la administración judicial no son propiamente los frutos y rentas embargados sino los bienes que han de producirlos, por lo que, siendo misión del administrador el que los bienes rindan, sus atribuciones no se limitan a la simple percepción de los frutos y rentas que vayan dándose sino que alcanzan también a todas aquellas actividades necesarias para asegurar que los frutos se percibirán en el futuro y que aumentarán». El derecho a retribución de los administradores judiciales, cuando se embargue una empresa o grupo de empresas, acciones o participaciones, frutos y rentas, se reconoce en el art. 631 de la LEC, así como en el art. 804 de la LEC, sobre retribución del administrador del caudal hereditario. c) De la administración para pago (arts. 676 a 680). En cualquier momento, podrá el ejecutante pedir al tribunal que se le entreguen en administración todos o parte de los bienes embargados para aplicar sus rendimientos al pago del principal, intereses y costas de la ejecución. El Magistrado Pinazo(9) Osuna afirma: «... constituye un derecho de los administradores judiciales el que puedan cobrar sus honorarios, siéndole de igual aplicación la normativa que para estos menesteres señala la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil para los peritos en la prueba del dictamen pericial». • 18 Reitero la anterior cita del profesor Marra Pascual(10): «las expensas hechas [por el administrador judicial] en la custodia, conservación y manejo de dichos bienes, son de un orden preferente, como siempre lo son los gastos judiciales (STS 31 marzo 1886)». 1.1.6.2. Responsabilidades del Administrador judicial La responsabilidad disciplinaria podrá ser sancionada por el juez o tribunal cuando la conducta desmerezca de su condición social o profesional y por infracciones procesales, tales como el incumplimiento de plazos o no comparecer injustificadamente a citación judicial, etc. (arts. 193 y 194 de la LOPJ). Responsabilidad civil extracontractual (por daños y perjuicios a las partes), a la que debe añadirse la responsabilidad tributaria ex arts. 38 y 40 de la LGT. Sobre la posible responsabilidad penal, aunque relativa al administrador de una sociedad mercantil, nos enseña la STS de 3.04.1998. 1.1.6.3. Rendición de cuentas A la rendición de cuentas del administrador judicial se refieren los arts. 633.3, 799 y 800 de la LEC. 1.1.6.1. Retribución La obra monográfica del profesor Espinosa Jover(11) agota esta materia, por lo que sólo puedo dar una pincelada contable, partiendo de la obligación que tiene el administrador judicial de formar o verificar el inventario de bienes sometido a su gestión económica por el juzgado, al que deberá dar cuenta del mismo, en un plazo prudencial desde la aceptación de su nombramiento, para constancia en autos y conocimiento de las partes. El paso siguiente será la confección del balance, en terminología clásica del balance de inventario, que servirá de apertura a la contabilidad de la que será responsable, así como para el cumplimiento de los deberes mercantiles, fiscales y laborales que proNº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales cedan, según la naturaleza civil o empresarial del sujeto de tal administración, y para dar cuenta periódicamente, en los plazos que el juzgado acuerde, del estado de dicha administración. La llevanza de la contabilidad, que considero ineludible en una administración profesional, permitirá dar cumplimiento a la rendición de cuentas, que pesa sobre todo aquél que administra bienes ajenos, con la presentación de los documentos contables informativos (cuentas anuales: balance, cuenta de pérdidas y ganancias y memoria o estados financieros intermedios) y entrega, en su caso, de los registros obligatorios (libro diario y libro de inventarios y balances), así como de los justificantes. Sobre rendición de cuentas, relativa a la administración de los albaceas testamentarios, presenta interés la STS de 16.04.1998. 1.2. Intervención judicial Se contempla el nombramiento de un interventor por el juez, en las siguientes disposiciones: 1.2.1. Ley de Hipoteca Mobiliaria Interventor de bienes hipotecados, ex art. 12 de la Ley de 16 de diciembre de 1954, sobre Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento. 1.2.2. Sociedades disueltas Interventor en disolución-liquidación de sociedades anónimas, ex arts. 266 a 270 del Texto Refundido de la LSA, e interventor en disolución-liquidación de las cooperativas, ex art. 72 de la Ley 27/1999, de 16 de julio. 1.3. Intervención o administración judicial 1.3.1. Medidas cautelares El art. 727 de la nueva LEC dispone: «... podrán acordarse, entre otras, las siguientes medidas cautelares: ... 2.ª La intervención o la administración judiciales de bienes productivos, cuando se pretenda sentencia de condena a entregarlos a título de dueño, usufructuario o cualquier otro que comporte interés legítimo en mantener o mejorar la productividad o cuando la garantía de ésta sea de primordial interés para la efectividad de la condena que pudiere recaer. ... 8.ª La intervención y depósito de ingresos obtenidos mediante una actividad que se considere ilícita y cuya prohibición o cesación se pretenda en la demanda...». 1.3.2. Procedimiento laboral Interventor o administrador judicial, en el procedimiento laboral de ejecución, cuando por la naturaleza de los bienes o derechos embargados fuera preciso, según el art. 254 del Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, aprobado por Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril. 1.4.1. Administración La anterior LEC, vigente el Título XII del Libro II(12), dedica, entre otros, los siguientes preceptos: • Art. 1173, sobre nombramiento de depositario en el concurso de acreedores (depositario-administrador ex art. 1179). • Art. 1218, relativo a la administración de los bienes del concurso de acreedores por los síndicos. • Nº 141 • Febrero de 2003 e contempla el nombramiento de un interventor por el juez, en las siguientes disposiciones: Ley de Hipoteca Mobiliaria, Sociedades disueltas y empresas embargadas 1.4. Administración o intervención concursal 1.2.3. Empresas embargadas Interventor de la administración judicial de una empresa o grupo de ellas (art. 631.2 de la LEC). S Art. 1333, que se remite al 1044 del primer Código de Comercio, sobre nombramiento de depositario en la quiebra (administración interina ex art. 1046.5). www.partidadoble.es (8) VÁZQUEZ BARROS, Sergio, «Las Tercerías. Bienes embargables. Bienes inembargables», Barcelona, Bosch, 2001, págs. 587-588. (9) PINAZO OSUNA, Bernardo, «Sobre la Administración Judicial en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil». Suma y Sigue, Revista del Colegio de Titulares Mercantiles de Málaga, diciembre 2000, págs. 4-5. (10) MARRA PASCUAL, Carlos M., op. cit., pág. 603. (11) ESPINOSA JOVER, Mariano, «La rendición de cuentas en el Derecho privado», Madrid, Editoriales de Derecho Reunidas, 1975. (12) Disposición derogatoria única, 1-1ª de la citada Ley 1/2000, de 7 de enero. 19 • Ley concursal E • n la memoria justificativa del Ministerio de Justicia se destaca que la configuración del órgano de administración y representación del concurso es determinante para la eficiencia del proceso Art. 1355, en relación con el nombramiento de síndicos, a los que se encomienda la administración y representación de la quiebra, según se deduce de los arts. 1362 (estados de administración) y 1073 del primer Código de Comercio (atribuciones). 1.4.2. Intervención Ley de Suspensión de Pagos de 1922: Art. 4. Nombramiento de interventores; Art. 5. Atribuciones; Art. 6. Intervención de las operaciones del suspenso; Art. 7. Retribución; Art. 8. Dictamen; Art. 12. Lista definitiva acreedores; Arts. 13, 14 y 15. Junta de acreedores sobre convenio; Arts. 18 y 19. Convenio mediante trámite escrito; Art. 20. Calificación de la insolvencia definitiva; Art. 21. Acciones revocatorias concursales en insolvencia definitiva (reintegración). 1.4.3. Medidas cautelares, ex art. 877 del Código de Comercio En el caso de fuga u ocultación de un comerciante, pueden los jueces proceder de oficio a la ocupación de los establecimientos del fugado (escritorios, almacenes o dependencias), y prescribir las medidas que exija su conservación, entre las que cabe el nombramiento de un administrador judicial. 2. ANTEPROYECTO DE LEY CONCURSAL 2.1. Antecedentes El Anteproyecto de 7.09.2001, redactado por el Ministerio de Justicia, sobre el Borrador de la Comisión General de Codificación, concluso en mayo 2000, y al que se acompaña la memoria justificativa correspondiente, ha sido objeto de varios informes, de los que he espigado algunas de sus menciones sobre la administración judicial. 2.1.1. Memoria En la memoria justificativa del Ministerio de Justicia, que se acompaña al citado • 20 Anteproyecto de Ley concursal, se destaca que la configuración del órgano de administración y representación del concurso es determinante para la eficiencia del proceso y para incrementar el grado de satisfacción de los acreedores, así como la conservación del patrimonio del deudor, sin excesivo consumo de recursos. 2.1.2. Consejo General del Poder Judicial El dictamen del Consejo General del Poder Judicial presenta las siguientes consideraciones generales: Una de las cuestiones que presenta mayor interés en el nuevo Anteproyecto de Ley concursal es la relativa a la administración judicial del concurso, que ha optado por un sistema peculiar: al lado de un acreedor ordinario, son llamados a la sindicatura dos profesionales, uno jurídico y otro económico o contable. En realidad, se trata de un sistema que, si se exceptúa la presencia del acreedor, puede definirse como de síndicos profesionales no profesionalizados. Sobre dichos presupuestos generales, y aunque tal vez el Anteproyecto podría haber optado por un modelo de profesionales expertos en la tramitación de crisis, el acogido finalmente por el texto normativo puede considerarse aceptable. En cuanto a la terminología que se utiliza en el Anteproyecto, para referirse al órgano de intervención o de sustitución del deudor al frente del patrimonio concursal, quizás pudiera considerarse la sustitución del término administración judicial, y ello principalmente por dos razones. En primer lugar, porque los administradores judiciales nombrados en un concurso de acreedores no siempre administran, sino que, en muchas ocasiones, se limitan a intervenir las operaciones del deudor (arts. 20.1 y 21, en relación con art. 39). Es más, la regla es que, en todo concurso voluntario, el deudor conserve las facultades de administración y disposición sobre el propio patrimonio, actuando los llamaNº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales dos administradores judiciales como simples interventores. En segundo lugar, porque las personas que entren en relación con esos «administradores judiciales» no pueden conocer, por la simple denominación de éstos, si han sustituido al deudor al frente del patrimonio o si, por el contrario, se limitan a completar la capacidad de dicho deudor común. En virtud de ello se podría estudiar la sustitución de la denominación de «administradores judiciales» por las de «interventores» o «síndicos», según exista «intervención» o «suspensión». Dicho dictamen del Consejo General del Poder Judicial formula las siguientes observaciones: La participación en la administración judicial de un abogado y de un auditor de cuentas, economista o titular mercantil colegiado, con la experiencia profesional prevista en el Anteproyecto, persigue asegurar la aptitud técnica de la administración. Dicha colegiación debiera disponerse de forma excepcional por el juez, en atención a la entidad del concurso, optándose preferentemente por el administrador único. Pero, precisamente en garantía de dicho objetivo, tal vez fuera oportuno que, además del ejercicio de la profesión durante un cierto tiempo, como exige el Anteproyecto, los profesionales que vayan a formar parte de la administración judicial se encuentren «habilitados» por los correspondientes Colegios Profesionales o, quizá mejor, por órganos supracolegiales de ámbito estatal, habilitación que se otorgaría a quienes acreditaran específicos conocimientos en material concursal. Además, y por lo que se refiere al segundo administrador judicial, podría establecerse la preferencia en la designación de los auditores inscritos en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC), que se lleva en el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). En todo caso, el Anteproyecto no especifica los criterios que deban seguirse para la concreta designación de los admiNº 141 • Febrero de 2003 nistradores no acreedores, de entre aquellos que cumplan con los presupuestos exigidos legalmente. Para completar la referida omisión, el Anteproyecto podría remitirse expresamente al procedimiento establecido en el art. 341.1 de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil para la designación de peritos. El precepto merece especial consideración en el particular que prohíbe formar parte de la administración judicial a aquellos profesionales que hubiesen sido designados para el cargo de administrador por el mismo juzgado en dos concursos dentro de los dos años anteriores. Con esta prohibición, el Anteproyecto trata de evitar la existencia de auténticos «profesionales de la insolvencia», y desde dicha perspectiva debe ser valorado positivamente. Ello no obstante, la citada prohibición puede plantear el problema de que los «pequeños concursos» o los concursos sin masa activa no cuenten con profesionales dispuestos a aceptar el cargo de administrador, ya que estos procedimientos judiciales también computan en el límite máximo. Sería, por ello, oportuno introducir alguna corrección en la norma que facilitara, en tales circunstancias, la búsqueda por el juez de un profesional dispuesto a aceptar la administración. E l nuevo Anteproyecto de Ley concursal ha optado por un sistema peculiar: al lado de un acreedor ordinario, son llamados a la sindicatura dos profesionales, uno jurídico y otro económico o contable El texto normativo sometido a informe advierte, en su artículo 30.1, que al aceptar el cargo de administrador judicial, el abogado, el auditor, el economista o titular mercantil designados deberán señalar un despacho u oficina en la localidad donde radique el juzgado, previsión que ha de considerarse muy acertada, en cuanto facilitará las comunicaciones entre el órgano judicial y los administradores. Como contraprestación al ejercicio de sus funciones, los administradores judiciales tendrán derecho a una retribución con cargo a la masa. El artículo 33 del Anteproyecto remite a un arancel reglamentario para la fijación de esta retribución, que atenderá a la cuantía del activo y a la complejidad del concurso, y será señalawww.partidadoble.es 21 • Ley concursal E l dictamen del Consejo de Estado comparte las sugerencias del CGPJ, sobre las habilitaciones o acreditaciones de los administradores judiciales no acreedores y sobre intervención judicial, en su caso da por el juez, previo informe de la administración judicial. El concurso de acreedores debe ser un procedimiento en el que el coste económico se reduzca sustancialmente, y desde dicha perspectiva la fijación de la retribución de los administradores sobre la base de un arancel merece un juicio muy favorable, por cuanto, de acuerdo con los criterios que se establezcan, los Jueces y Magistrados podrán determinar concretamente la retribución de los administradores judiciales. En cualquier caso, la norma reglamentaria que regule el arancel deberá extenderse pormenorizadamente a todas aquellas cuestiones atinentes a la percepción de los honorarios, a fin de garantizar la máxima transparencia de la retribución de los administradores. En esta misma línea, podría considerarse que el órgano judicial, antes de fijar el importe de la retribución y después de recibir el informe de la administración, pudiera recabar el parecer de los Colegios Profesionales. Para garantizar el mejor y más profesional ejercicio de la administración, el artículo 34 podrá prever expresamente que, por imperativo legal o a instancia del juez, determinadas funciones se atribuyeran directamente a un administrador judicial concreto, y no al órgano en cuanto a tal. Así, la presidencia de la junta de acreedores o la graduación de los créditos podrían ser funciones específicas del administrador judicial jurista, mientras que la relación del inventario y la confección de la relación de acreedores serían más bien funciones del administrador judicial auditor. 2.1.3. Consejo General de la Abogacía El informe del Consejo General de la Abogacía Española considera acertada la significativa función atribuida a los abogados en el art. 26, pero sugiere que no estaría de más que el juez tuviera en cuenta los informes colegiales, que acrediten la experiencia del candidato en temas concursales, y advierte sobre concursos sin masa activa y la conveniencia de estable• 22 cer un fondo que posibilite la percepción de sus emolumentos. 2.1.4. Colegio de Abogados de Madrid El informe del Colegio de Abogados de Madrid valora muy positivamente que se exija el nombramiento de un abogado, pero considera oportuno que se encuentren habilitados en materia concursal. 2.1.5. Consejo Superior de Cámaras El Consejo Superior de Cámaras de Comercio también es partidario de que el acreedor se encuentre habilitado, es decir, que acredite experiencia en materia concursal (formación). 2.1.6. Consejo Económico y Social El Consejo Económico y Social estima que la administración judicial debiera contar con la participación de un profesional cualificado en la gestión empresarial, para evaluar el plan de viabilidad, y aconseja introducir la figura de un asesor experto o que alguno de los tres administradores posea dicha cualificación. 2.1.7. Unión General de Trabajadores Entre las alegaciones de la UGT, se deja constancia de que echan en falta la presencia de los trabajadores en la administración judicial. 2.1.8. Consejo de Estado El dictamen del Consejo de Estado comparte las sugerencias del CGPJ, sobre las habilitaciones o acreditaciones de los administradores judiciales no acreedores y sobre intervención judicial, en su caso. Se defiende la composición plural y heterogénea de la administración judicial, dadas las funciones encomendadas, que han de requerir valoraciones de hechos y circunstancias desde la perspectiva económica-patrimonial, desde la jurídica y Nº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales desde criterios de oportunidad, propios de los acreedores. Se rechaza la colaboración jurídica mediante asesoramiento externo con el argumento de inmediatez «desde dentro» y economicidad. 3. PROYECTO DE LEY CONCURSAL(13) De la exposición de motivos del Proyecto de Ley concursal, aprobado el 5.07.2002, he acotado algunas menciones a la administración judicial. Se simplifica la estructura orgánica del concurso: juez (que aumenta el ámbito de sus competencias) y administración judicial. La junta de acreedores, sólo para el convenio, y el Ministerio Fiscal, que limita su función a la calificación del concurso. La administración judicial se regula conforme a un modelo totalmente diferente del vigente (luego veremos que no parece tanta la diferencia), y menciona su composición, retribución, responsabilidades y funciones. El ejercicio de las facultades patrimoniales del deudor (declarado en concurso) se somete a intervención o se suspende, con sustitución en este caso por la administración judicial, y se impone al deudor el deber de colaborar con los órganos del concurso. Legitimación de los administradores judiciales para ejercer las acciones de responsabilidad contra los administradores, auditores y liquidadores, sin necesidad de previo acuerdo de la junta o asamblea de socios, y legitimación exclusiva de dichos administradores judiciales para ejercitar la correspondiente acción contra los socios subsidiariamente responsables de las deudas de la sociedad, una vez aprobado el convenio o abierta la liquidación. La administración judicial podrá atender el pago de créditos con garantía real (privilegio especial). Nº 141 • Febrero de 2003 Los administradores judiciales están legitimados para el ejercicio de acciones de reintegración destinadas a rescindir los actos perjudiciales para la masa activa, realizados por el deudor en período sospechoso (dos años anteriores a la declaración del concurso). 3.1. Los administradores judiciales Los administradores judiciales son delegados de la autoridad judicial, con facultades asesoras del órgano judicial y fiscalizadoras del concursado o administradoras del concurso, según los casos. Puede ayudarnos, para centrar la naturaleza jurídica la naturaleza de la administración judicial, el profesor Fenech Navarro(14), que estudia la figura del comisario, al que define como la persona capaz procesalmente, a designar por el juez que conozca de un proceso concreto de quiebra, y que acepta la carga de realizar actos procesales de impulso y resolución del procedimiento, vigila y tutela los intereses de las partes y comunica al juez las cuestiones que se promuevan y le propone su solución. Sobre el carácter procesal del comisario, entendiendo por tal la naturaleza jurídica, al menos en un sentido negativo, considera que no es juez ni parte y no integra el órgano jurisdiccional, porque todo su personal jurisdicente y cooperador se caracteriza por un sentido de permanencia, del que carece el comisario nombrado para un único y concreto proceso. No es parte: a) porque su capacidad procesal exige unos presupuestos que no condicionan la de las partes; b) porque su intervención en el proceso viene determinada por un nombramiento judicial y condicionada a su aceptación; c) porque el ejercicio de su actuación es paralelo al del tribunal: realiza actos de resolución, que en manera alguna y en ningún procedimiento se atribuyen a las partes por definición de estos mismos actos; y, d) porque por expreso mandato legal, cuando en la localidad no haya persona capaz procesalmenwww.partidadoble.es S e simplifica la estructura orgánica del concurso: juez (que aumenta el ámbito de sus competencias) y administración judicial (13) Aprobado por el Consejo de Ministros, en sesión del 05.07.2002, y publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, el 23.07.2002. (14) FENECH NAVARRO, Miguel, op. cit., págs. 11-23. 23 • Ley concursal L a administración judicial se regula conforme a un modelo totalmente diferente del vigente y menciona su composición, retribución, responsabilidades y funciones (15) JIMÉNEZ DE PARGA CABRERA, Rafael, «Los órganos de la quiebra», en Estudios jurídicos en homenaje al profesor Federico de Castro, Madrid, Tecnos, 1976, vol. I, págs. 830-832. (16) TORRES DE CRUELLS, Joaquín, La suspensión de pagos, Barcelona, Bosch, 1957, págs. 201-206. SAGRERA TIZÓN, José Mª, Comentarios a la Ley de suspensión de pagos, Barcelona, Bosch, 1989, vol. I, págs. 560-575. CORDÓN MORENO, Faustino, Suspensión de pagos y quiebra. Una visión jurisdiccional. 3ª ed., Pamplona, Aranzadi, 1999, págs. 85-86. FERNÁNDEZ LÓPEZ, Miguel Angel y otros, Derecho procesal práctico, Madrid, Centro de Estudios Ramón Areces, 1997, vol. IX, págs. 271-272. RUIZ DE GORDEJUELA, Lourdes, «Procesos concursales», en Derecho Concursal. Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, Consejo General del Poder Judicial, 1992, págs. 64-66. RODRÍGUEZ SAN VICENTE, Miguel María, «La intervención judicial en la suspensión de pagos», en Derecho Concursal II. Cuadernos de Derecho Judicial, Madrid, Consejo General del Poder Judicial, 1996, págs. 61-77. (17) FENECH NAVARRO, Miguel, op. cit., págs. 23-24. (18) RODRÍGUEZ SAN VICENTE, Miguel María, op. cit., págs. 72-75. • 24 te para desempeñar este cargo, será el propio juez de primera instancia quien ejercerá sus funciones (art. 1333.2.ª de la Ley de Enjuiciamiento Civil). Calidad, esta última, para deshacer cualquier intento de considerarlo como parte, por muy amplio que sea el sentido que se dé a éstas. El comisario no integra el órgano jurisdiccional, porque carece de la calidad de funcionario público y, por tanto, de permanencia, nombramiento administrativo y remuneración. Como se trata de un particular que en virtud del nombramiento judicial desempeña una función pública (por ser procesal) en un determinado proceso y sólo en él, debiendo carecer de cualquier relación con el objeto del proceso y de cualquier interés en el resultado, no cabe otra conclusión que estimarlo como un colaborador del órgano jurisdiccional encargado por éste de realizar las funciones taxativamente establecidas en la ley. De igual modo, puede servir de orientación, para definir la naturaleza de la administración judicial, el depositario de la quiebra, que es un órgano del proceso, colaborador del juez, de carácter efímero e interino, cuya naturaleza es eminentemente auxiliar, para responsabilizarse de la custodia de los bienes y de su administración. Según el profesor Jiménez de Parga(15), se trata (el depositario) de un representante legal designado por el juez, lo que matiza su condición jurídica, pues además de representar un interés público (el de la quiebra) tiene su origen en un órgano público, como lo es el juez. A mi juicio, el antecedente más próximo, a los administradores judiciales del concurso proyectado, se encuentra en los interventores de la suspensión de pagos. La doctrina científica(16) es unánime al configurar a los interventores de las suspensiones de pagos como auxiliares del juez y de naturaleza jurídica análoga a los peritos judiciales, aunque con facultades legales que van más allá de los preceptivos o voluntarios informes, por ejemplo, en el ejercicio de funciones de control de la vida mercantil del suspenso, por delegación de la autoridad judicial. El profesor Fenech(17) considera que los interventores son otro órgano de colaboración del juez, institución paralela a la del comisario de la quiebra, y que tienen el carácter procesal de auxiliares del tribunal, y en manera alguna el de partes, acentuándose aún más el carácter público (procesal) de éstos por el carácter obligatorio de su cargo (artículo 4 de la Ley de suspensión de pagos) y por su retribución fijada por el juez (artículo 7 de la Ley de suspensión de pagos). Idéntica unanimidad doctrinal se encuentra en que deben ser personas de la exclusiva confianza del juez que los designa, pues ese es el espíritu de la Ley, precisamente como consecuencia de la colaboración profesional para la que son llamados por sus especializados conocimientos mercantiles (en igual medida los auditores de cuentas y el acreedor elegido). A esta opinión coadyuva la regulación del primer Código de Comercio, sobre el nombramiento del comisario y depositario (comerciantes de la confianza del juzgado) o de los síndicos (acreedores, normalmente empresarios), aunque interpretado sistemáticamente, después del RD 871/1977, de 26 de abril, que aprueba el Estatuto Profesional de los Economistas y Profesores Mercantiles, me inclino por la designación de comisario y depositario entre dichos profesionales. Se concreta lo expuesto, por el citado magistrado Rodríguez San Vicente(18): «El art. 55 de la Ley de Enjuiciamiento Civil [1881] reserva en exclusiva al juez a quien corresponde conocer de un asunto, la competencia para todas las incidencias que surjan en el mismo pleito, así como para llevar a efecto cuantas resoluciones se dicten. La independencia judicial y su exclusividad competencial vienen consagradas en el Título VI de la Constitución y todo atentado a las mismas debe ser enérgicamente reprobado. Estos esenciales Nº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales atributos corresponden al órgano jurisdiccional y no sólo a la persona individual del juez, sino que se extienden también a las personas que convenientemente investidas se insertan en el poder judicial, entre los que se encuentra la intervención judicial que por el origen de su designación, por su dependencia jerárquica y por su actuación delegada del juez en el curso de un procedimiento concursal, sólo por el órgano judicial le es exigible la responsabilidad a que haya lugar, quien ex art. 4º de la LSP, puede llegar a la separación y suspensión de funciones de la intervención, si lo estima oportuno. Debe recordarse la exclusión que en tal sentido se contiene en la Disposición Adicional Tercera de la Ley de Auditorías. Como corolario de los principios de independencia y exclusividad competencial, sólo al juez asiste la facultad de enjuiciar la actuación de los interventores, revisar o verificar sus informes o, en su caso, ordenar que así se haga por los expertos pertinentes y perteneciendo su actuación en el procedimiento al ámbito reservado al juzgador. ... Finalmente se ha de recabar para el juez la potestad de designación de los interventores en tanto su función se configure como auxiliar suyo. La abdicación de esta potestad le aleja del proceso y de la verdadera función jurisdiccional al delegar funciones sin el requisito de confianza. Por otra parte, el automatismo del seguimiento de listas o la insaculación ha venido produciendo en muchos casos innecesarios retrasos en el ejercicio activo de la intervención, y no responde al verdadero espíritu de la ley, ya que pese a que el cargo se configure como obligatorio es claro que un cargo de confianza ejercitado bajo la coacción de la sanción, no es conveniente a los intereses del proceso. Y la anterior potestad se ha de recabar, frente a presiones colegiales o de grupos de presión, porque cuando el legislador ha querido utilizar otro método de designación o de restringir el ámbito de libertad del juez lo ha hecho, y así ha determinado la manera de efectuar la intervención en el caso de entidades de Banca y Ahorro, Seguros... El juez puede y debe nombrar a personas de su confianza y probablemente no debe Nº 141 • Febrero de 2003 prodigar su confianza. No es fácil encontrar buenos interventores, ya que sobre ellos pesa una leyenda negra desafortunada. Requiero en el interventor ideal tres cualidades que no coinciden simultáneamente en muchas personas: honorabilidad, profesionalidad y disponibilidad para el juzgado... El criterio legal es el de la confianza del juez y no puede ser sustituido sin causa por el de la sospecha y desconfianza. Los concretos abusos deben, en su caso, denunciarse y sancionarse, pero no extrapolarse y generalizarse, pervirtiendo al sistema. ... Se ha de reivindicar que es el propósito del legislador en su configuración, la libre y responsable designación por el juez. Rechazamos, pues, de plano tanto la designación externa al juez, cuando el aleatorio procedimiento de insaculación, en la medida en que como órgano delegado compromete y tiñe de responsabilidad al delegante por culpa in eligendo, vigilando o instruendo. Eso sí, insistiendo en la responsabilidad del juez por el mal funcionamiento de la intervención, a la que en cualquier momento puede incluso remover». La escasa jurisprudencia que he localizado (STS 08.11.1941 y STSJ de Navarra de 11.11.1995), declara que los interventores, por sus deberes de información y fiscalización, son auxiliares de la función que el juez está llamado a cumplir, incluso de carácter representativo, con un matiz de interés público, que limita el principio de rogación en el expediente y hace que predomine el inquisitivo, pues lo contrario supondría colocar al juez como figura de simple dirección formal e impediría sus facultades de dirección y control efectivos en la suspensión de pagos. L os administradores judiciales son delegados de la autoridad judicial, con facultades asesoras del órgano judicial y fiscalizadoras del concursado o administradoras del concurso, según los casos 3.1.1. Nombramiento El auto de declaración de concurso, según el art. 20, contendrá, entre otros, los siguientes pronunciamientos: • El carácter necesario o voluntario del concurso, con indicación en su caso, de que el deudor ha solicitado la liquidación. www.partidadoble.es 25 • Ley concursal S • e abandonan las denominaciones de síndicos e interventores, vigentes en las quiebras y suspensiones de pagos, respectivamente, y se unifica en administradores judiciales, desapareciendo los cargos de comisario y depositario • 26 Los efectos sobre las facultades de administración y disposición del deudor respecto de su patrimonio, así como el nombramiento y las facultades de los administradores judiciales. ¿Cómo elige el juez las personas a designar como administradores judiciales? Según la exposición de motivos, tanto en el Borrador de la Comisión General de Codificación, concluso en mayo de 2000, como en el Anteproyecto de 7.09.2001 y en el actual Proyecto, el nombramiento de administradores judiciales es facultad discrecional del juez. También se señala que la LEC actúa como supletoria de la Ley concursal, en cuanto ésta no contemple normas procesales especiales. Sin embargo, en el texto del Proyecto, el art. 182 se refiere al fallecimiento del concursado (antes art. 181), que en el borrador de la CGC y en el Anteproyecto se titulaba «Derecho procesal supletorio» y disponía: «En lo no previsto en esta Ley en materias procesales será de aplicación lo dispuesto de la LEC». de Auditores de Cuentas del ICAC, concordante con el artículo 10 de la citada LAC, aunque puede responderse afirmativamente, a la vista de lo previsto en el art. 29.3 de este Proyecto de Ley concursal: «Cuando la persona jurídica haya sido nombrada por su cualificación profesional, ésta deberá concurrir en la persona física que designe como representante». Se abandonan las denominaciones de síndicos e interventores, vigentes en las quiebras y suspensiones de pagos, respectivamente, y se unifica en administradores judiciales, desapareciendo los cargos de comisario y depositario, actuales órganos colaboradores del juzgado en el proceso de quiebra. Creo que debiera haberse conservado el nombre de interventores judiciales, de larga tradición, cuando el deudor conserve las facultades de administración y disposición (art. 39), pues no ejercerán como administradores judiciales. Sobre la presencia de un abogado, con diez años de ejercicio efectivo, recuerdo la incorporación de un Licenciado en Derecho, como candidato para ser nombrado síndico del concurso, en el Proyecto de Ley concursal presentado por la Comisión de Cultura del Colegio de Abogados de Barcelona (1979), que tiene lógica explicación dada la autoría del citado Proyecto, así como en la Propuesta Rojo(20), obediente a los dictados del Ministro de Justicia e Interior a la Comisión General de Codificación, que incluye el nombramiento de uno de los síndicos e interventores en Letrado en ejercicio de reconocida cualificación, que sea Doctor en Derecho o que haya ejercido, al menos, durante quince años ininterrumpidos (art. 29). No merece la pena insistir(21), pero sigo creyendo que las cuestiones jurídicas las resuelve el juez (iura novit curia) y que los administradores judiciales, cuando precisen asistencia letrada, acudirán a los abogados especializados en la materia objeto de consulta. No parece que el Estatuto General de la Abogacía, aprobado por Real Decreto 658/01, de fecha 22 de junio(22), prevea el asesoramiento de los abogados a juzgados y tribunales, naturaleza auxiliar ínsita en los administradores judiciales del concurso. En el artículo 26(19), sobre condiciones subjetivas para el nombramiento de administradores judiciales, no se concreta si pueden ser nombrados administradores judiciales las firmas de auditoría, pues el artículo 6.1 de la Ley 19/1988, de 12 de julio, de Auditoría de Cuentas, faculta para realizar la actividad de auditoría de cuentas a las personas físicas o jurídicas que figuren inscritas en el Registro Oficial El profesor Lora Lara(23) ha publicado excelentes colaboraciones doctrinales, en su doble cualidad de Auditor de Cuentas y Dr. en Derecho, en las que cuestiona la designación de síndico o interventor en un abogado, y funda su opinión en no haber detectado funciones, en dicho órgano auxiliar del juzgado, que justifiquen la necesidad de la cualidad de Letrado, así como en la evidencia empírica de su desempeNº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales ño por auditores de cuentas, durante muchos años, con total aquiescencia y reconocimiento por los órganos judiciales. La profesora Carro Arana(24) detecta un traslado de las responsabilidades de la prevención y saneamiento de las crisis de las empresas, de las profesiones jurídicas a las de naturaleza económica, y que los tribunales deban contar con órganos auxiliares altamente cualificados profesionalmente, para solucionar los complejos problemas que se plantean en las reclamaciones mercantiles, de naturaleza económica más que jurídica. La profesora Marcos González Lecuona y el abogado Cons García(25) señalan: «Apoyamos decididamente la profesionalización de la sindicatura como órgano asesor de cuestiones extrajurídicas que requieran peritaje judicial; por este motivo, no compartimos la configuración del tercer síndico-letrado al que se le otorgan facultades para-jurisdiccionales que se consideran de menor importancia, y que no lo son, ni la de síndico-acreedor». No obstante, he de reconocer que la comisión interventora en las suspensiones de pagos y la sindicatura en las quiebras se han desenvuelto con eficacia, cuando el interventor-acreedor o alguno de los síndicos era abogado. Respecto de que recaiga el nombramiento en un economista o profesor mercantil colegiado, estimo que resulta obligado mientras se encuentre vigente su Estatuto Profesional, aprobado por Real Decreto 871/1977, de 26 de abril, aunque debidamente especializado en esta materia concursal, pues cabe la misma crítica que para los abogados: ¿dedicados al asesoramiento fiscal, financiero, contable, etc.? No lo veo tan claro en lo que se refiere al auditor de cuentas, a salvo el respeto de los posibles derechos adquiridos por la Disposición Adicional Cuarta de la Ley 19/1988, de 12 de julio, de Auditoría de Cuentas, que incurrió en el exceso, a mi juicio, de sustituir a los peritos mercantiles, como interventores, por auditores de cuentas (art. 4 de la LSP), cuando debiera Nº 141 • Febrero de 2003 haberse referido al mencionado Estatuto de los Economistas y Profesores Mercantiles. En todo caso, tanto para los economistas o profesores mercantiles colegiados, como para los auditores de cuentas, que pueden no estar colegiados, pues es suficiente su inscripción en el ROAC, debiera concretarse su situación de ejercientes en la fecha de su designación judicial, y sería aconsejable se regulase: a) los requisitos de especialización, que sirvan para acreditar su conocimiento de la disciplina concursal; b) el procedimiento de designación, quizá por remisión al artículo 341 de la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil, si no fuese facultad discrecional del juez, según destaca la citada exposición de motivos. La omisión de los Diplomados en Ciencias Empresariales, sucesores de los Profesores Mercantiles y con ellos homologados(26), me parece desafortunada. En su caso, integrará la administración judicial un acreedor ordinario o con privilegio general, cuyo crédito no esté garantizado. Algo es algo, pues concuerda parcialmente con lo dispuesto en el vigente art. 1215 de la anterior LEC, aunque no se evitará la práctica de que sean nombrados órganos concursales los acreedores privilegiados por créditos institucionales, como interventor-acreedor o síndico. Sin embargo, la verdad es que me ha llamado la atención se mantenga en esta función al acreedor, en la creencia de que la larga experiencia de su figura decorativa «convidado de piedra», en términos generales, como interventor en el procedimiento de suspensión de pagos o como síndico en las quiebras, había convencido a la doctrina de su inoperancia, amén de los intereses particulares que pueden procurar, legítimamente, en posible colisión con los generales del proceso. El profesor Lora Lara(27) reitera sus argumentos en defensa de los auditores de cuentas y cuestiona la designación del acreedor como síndico o interventor. Sobre el nombramiento del acreedor instante del concurso necesario como colaborador judicial, en la www.partidadoble.es (19) La administración judicial del concurso estará integrada por los siguientes miembros:1.º Un abogado con experiencia profesional de, al menos, diez años de ejercicio efectivo. 2.º Un auditor de cuentas, economista o profesor mercantil colegiados, con una experiencia profesional de, al menos, diez años de ejercicio efectivo. 3.º Un acreedor que sea titular de un crédito ordinario o con privilegio general, que no esté garantizado... (20) ROJO FERNÁNDEZ-RÍO, Ángel, «Propuesta de Anteproyecto de Ley Concursal». Materiales para la Reforma de la Legislación Concursal, Boletín de Información del Ministerio de Justicia e Interior, Suplemento del Boletín núm. 1768, de 15 de febrero de 1996. (21) GÓMEZ MARTÍN, Fernando, «El papel de los auditores en el Anteproyecto de Ley concursal 1996», VI Jornadas profesionales de Auditoría organizadas por el Registro de Economistas Auditores y el Col.legi d’Economistes de Catalunya, Barcelona, 10-11 de octubre 1996, pág. 48; «Examen de proyectos normativos sobre procedimientos concursales», Comunicación presentada al VIII Fòrum de l’Auditor Professional, Col.legi Censors Jurats de Comptes de Catalunya, Sitges, 3-4 de julio de 1997, pág. 25. (22) «Artículo 1.1 La Abogacía es una profesión libre e independiente que presta un servicio a la sociedad en interés público y que se ejerce en régimen de libre y leal competencia, por medio del consejo y la defensa de derechos e intereses públicos o privados, mediante la aplicación de la ciencia y la técnica jurídicas, en orden a la concordia, a la efectividad de los derechos y libertades fundamentales y a la Justicia. Artículo 6. Corresponde en exclusiva la denominación y función de Abogado al Licenciado en Derecho que ejerza profesionalmente la dirección y defensa de las partes en toda clase de procesos, o el asesoramiento y consejo jurídico. Artículo 9. 1. Son Abogados quienes, incorporados a un Colegio español de Abogados en calidad de ejercientes y cumplidos los requisitos necesarios para ello, se dedican de forma profesional al asesoramiento, concordia y defensa de los intereses jurídicos ajenos, públicos o privados. Artículo 30. El deber fundamental del Abogado, como partícipe en la función pública de la Administración de Justicia, es cooperar a ella asesorando, conciliando y defendiendo en Derecho los intereses que le sean confiados. En ningún caso la tutela de tales intereses puede justificar la desviación del fin supremo de Justicia a que la Abogacía se halla vinculada». (23) LORA LARA, Bartolomé, «La Propuesta de anteproyecto de Ley concursal: Un comentario de urgencia», Partida Doble, núm. 68, junio 1996, págs. 14-15. (24) CARRO ARANA, Mª Mercedes, «Función, posición y responsabilidad de los auditores de cuentas en el procedimiento de suspensión de pagos», Comunicación presentada en el IX Congreso Nacional de Auditoría "Retos de la Nueva Economía", celebrado en San Sebastián, del 15 al 17 de noviembre de 2000. (25) MARCOS GONZÁLEZ LECUONA, María y CONS GARCÍA, Javier, I Conferencia Europea de Derecho Concursal, Bilbao, junio 1999. (26) Real Decreto 1665/1991, de 25 de octubre, y Real Decreto 1754/1998, de 31 de julio. (27) LORA LARA, Bartolomé, «El auditor ante la próxima Ley Concursal», Partida Doble, núm. 76, febrero 1997, págs. 66-72. 27 • Ley concursal N o se concreta si las firmas de auditoría pueden ser nombrados administradores judiciales Propuesta Rojo(28), Aguilera(29) discrepa de que se atribuyese al acreedor instante la condición de síndico o interventor y considera que la medida es contraria al principio par conditio creditorum, al premiar al acreedor más diligente o menos considerado. Se cambian las singularidades vigentes para la suspensión de pagos y la quiebra, a saber: En las suspensiones de pagos de las entidades aseguradoras(30), las funciones de los interventores son asumidas por la Comisión Liquidadora de Entidades Aseguradoras, como interventor único, según previene el art. 31.2 de la Ley 30/1995, de 8 de noviembre (BOE 9.11.1995), de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, derogándose lo (28) ROJO FERNÁNDEZ-RÍO, Ángel, «Propuesta de Anteproyecto de Ley Concursal». Materiales para la Reforma de la Legislación Concursal, Boletín de Información del Ministerio de Justicia e Interior, Suplemento del Boletín núm. 1768, de 15 de febrero de 1996. (29) AGUILERA ANEGÓN, Gonzalo, El Anteproyecto de Ley Concursal y el Registro de la Propiedad (Borrador del Anteproyecto de 1995). Madrid, Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, 1996, pág. 39. (30) Ley 44/2002 de 22 de noviembre, de Medidas de Reforma del Sistema Financiero. BOE núm. 281 de 23.11.2002. (31) Suprimida y sustituida por el Consorcio de Compensación de Seguros, en la citada Ley 44/2002. (32) Suprimida y sustituida por el Consorcio de Compensación de Seguros, en la citada Ley 44/2002. • 28 establecido en el párrafo tercero del art. 4 de la LSP. Por Real Decreto 2486/1998, de 20 de noviembre, se aprueba el Reglamento de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados. En las suspensiones de pagos de las entidades de crédito (bancos, cajas de ahorro o cooperativas de crédito), también fue modificado el párrafo segundo del citado art. 4, por Real Decreto-Ley 18/1982, de 24 de septiembre, cuyo art. 6.º dispone que serán designados interventores de las listas que remita el Fondo de Garantía de Depósitos. Debe recordarse la especialidad de su regulación en la quiebra de las entidades aseguradoras y de crédito, que previene la designación de la Comisión Liquidadora de Entidades Aseguradoras(31) y del Fondo de Garantía de Depósitos, respectivamente, como comisario y depositario o síndico único. Ahora, como novedad, en el Proyecto objeto de estos comentarios, para el caso de entidades emisoras de valores admitidos a cotización bursátil y otras, inexplicablemente se sustituye al auditor, economista o titular mercantil por personal técnico de la CNMV u otra persona propuesta por la misma. De igual modo, el abogado y responsable de los acreedores judiciales (sic) serán nombrados por el juez a instancia del Fondo de Garantía correspondiente. Se me ha escapado lo de «inexplicablemente», pues confiaba en que se hubiesen terminado las especialidades vigentes, sobre nombramiento de interventor, comisario, depositario o síndico, en los procesos de suspensión de pagos o quiebra de las entidades de crédito y empresas aseguradoras, en favor del Fondo de Garantía de Depósitos o la CLEA(32), pero no sólo se mantienen sino que se amplían, como al principio indicaba, para el supuesto de que la entidad concursada cotice en Bolsa, con el nombramiento de administradores judiciales en las personas que proponga la CNMV, así como respecto del concurso de una entidad de crédito o de una entidad aseguradora, que será nombrada en lugar del acreedor el Fondo de Garantía de Depósi- tos que corresponda o el Consorcio de Compensación de Seguros, respectivamente, y en lugar de abogado, auditor, economista o Profesor Mercantil, el juez los nombrará entre los propuestos por el Organismo citado que corresponda. Planteo la duda sobre si los administradores judiciales designados o propuestos por las Entidades Reguladoras, en estos supuestos del art. 26.2, puedan actuar como auxiliares del Organismo proponente para su designación, en lugar del juzgado que les nombra. 3.1.2. Incapacidades, incompatibilidades y prohibiciones (art. 27) Los artículos 124 del Texto Refundido de la LSA y 58.3 de la Ley de SRL, objeto de nueva redacción por las Disposiciones finales vigésima y vigésima primera, con idéntico texto, disponen: «No pueden ser administradores los menores de edad no emancipados, las personas inhabilitadas conformes a la Ley concursal, mientras no haya concluido el período de inhabilitación fijado en la sentencia de calificación del concurso, y los condenados por delitos contra la libertad, contra el patrimonio o contra el orden socioeconómico, contra la seguridad colectiva, contra la Administración de Justicia o por cualquier clase de falsedad, así como aquellos que por razón de su cargo no puedan ejercer el comercio. Tampoco podrán ser administradores los funcionarios al servicio de la Administración pública con funciones a su cargo que se relacionen con las actividades propias de la sociedad de que se trate, los Jueces o Magistrados y las demás personas afectadas por una incompatibilidad legal». Aquellos que, por razón de su cargo, no puedan ejercer el comercio, según los arts. 13(33) y 14(34) del Código de Comercio. Los auditores de cuentas vienen sometidos a un riguroso régimen de incompatibilidades, en el art. 8(35) de la LAC. El Reglamento de desarrollo de la citada Ley, aprobado por Real Decreto 1636/1990, de 20 de diciembre, Nº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales dedica los arts. 36 a 41 a la regulación de la independencia y de las incompatibilidades de los auditores de cuentas. El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas, en consulta evacuada y publicada en su Boletín nº 12, de marzo 1993, considera que el comisario, depositario y síndico de la empresa quebrada, no pueden aceptar ser nombrados auditores de cuentas de la misma hasta el término del tercer ejercicio siguiente a su cese en el cargo como órgano de la quiebra, según el siguiente resumen: «... una vez superada la situación derivada de la declaración del estado de quiebra, y bajo el supuesto de continuidad de la entidad, hemos de tener en cuenta que las funciones encomendadas al comisario, depositario y síndicos de una empresa declarada en quiebra, reguladas en el Libro IV del Código de Comercio de 30 de mayo de 1829 y en la vigente Ley de Enjuiciamiento Civil, constituyen una serie de tareas directamente relacionadas con la gestión y administración de dicha empresa, que normalmente deberían tener reflejo en las cuentas anuales. El comisario, depositario y síndicos de una empresa declarada en quiebra, no están incluidos en dichos supuestos objetivos de incompatibilidad. Ahora bien, considerando que tienen atribuidas legalmente funciones que implican actuaciones de gestión y administración que tienen reflejo en las cuentas anuales, parece claro que se da una convergencia en la misma persona de intereses que pueden menoscabar su objetividad, ya que se produce en muchos casos el que una persona debe verificar actuaciones que ha realizado ella misma, y hemos de convenir que es imposible ser independiente de uno mismo. Entendemos, por tanto, que existe incompatibilidad del comisario, depositario o síndico para ser nombrados auditores de cuentas de la empresa declarada en quiebra, en la cual desempeñaron las funciones propias de su cargo. En otro orden de cosas, respecto al período al que se debe extender la incompatibilidad, hemos de señalar que ésta en términos generales cesará cuanNº 141 • Febrero de 2003 do finalice la situación que impide que el auditor pueda efectuar su trabajo con la objetividad requerida. ... En este sentido consideramos que las incompatibilidades establecidas en el punto 2 del artículo 8 de la LAC y el punto 8 del art. 37 del RELAC, son una concreción del principio general de independencia regulada en el punto I del artículo 8 de la LAC y el artículo 36 del RELAC y, en consecuencia, la extensión de las incompatibilidades hasta el término del tercer ejercicio siguiente al que hubiera finalizado la causa de la incompatibilidad (artículo 8.3 LAC y 37.2 del RELAC), que se establece para los supuestos concretos de incompatibilidad, se deberá aplicar también para el supuesto general de falta de independencia, de acuerdo con una interpretación lógica de la ley y a fin de evitar una situación de gran inseguridad en la aplicación de las normas relativas a esta materia. En otra consulta, de fecha 27.10.1994, se plantea: «... posible incompatibilidad del auditor de cuentas nombrado por una sociedad, para la auditoría de sus cuentas anuales, y que, posteriormente, declarada en quiebra, es designado comisario, depositario o síndico. Las cuestiones son: 1) ¿Existe incompatibilidad del auditor de cuentas, nombrado por una sociedad para la auditoría de sus cuentas anuales, para aceptar el cargo de comisario, depositario o síndico de la misma sociedad si ésta es declarada en quiebra? 2) ¿A qué período debe extenderse la incompatibilidad? 3) ¿Podría aceptarse el nombramiento como depositario, comisario o síndico si renunciase, previamente, por justa causa, a la auditoría de las cuentas anuales?». Aunque no he conocido la respuesta del ICAC, mi posición es favorable a la incompatibilidad absoluta, hasta el término del tercer ejercicio siguiente a la finalización de tales situaciones. Preocupante limitación, en el párrafo primero del apartado 2(36), de este art. 27, para los abogados, auditores, economistas o profesores mercantiles, de la que se salva incomprensiblemente el administrawww.partidadoble.es I ntegrará la administración judicial un acreedor ordinario o con privilegio general, cuyo crédito no esté garantizado (33) «Artículo 13. No podrán ejercer el comercio ni tener cargo ni intervención directa administrativa o económica en compañías mercantiles o industriales: 2º Las personas que sean inhabilitadas conforme a la Ley concursal mientras no haya concluido el periodo de inhabilitación fijado en la sentencia de calificación del concurso [Modificada según Disposición Final Segunda del Proyecto de Ley concursal]. 3º Los que, por leyes o disposiciones especiales, no puedan comerciar [Artículos 98.3 y 159.4 de la Constitución Española, de 27.12.1978: miembros del Gobierno y del Tribunal Constitucional]». (34) «Artículo 14. No podrán ejercer la profesión mercantil por sí ni por otro, ni obtener cargo ni intervención directa administrativa o económica en sociedades mercantiles o industriales, dentro de los límites de los distritos, provincias o pueblos en que desempeñan sus funciones: 1º Los magistrados, jueces y funcionarios del ministerio fiscal en servicio activo. Esta disposición no será aplicable a los alcaldes, jueces y fiscales municipales, ni a los que accidentalmente desempeñen funciones judiciales o fiscales. 2º Los jefes gubernativos, económicos o militares de distritos, provincias o plazas. 3º Los empleados en la recaudación y administración de fondos del Estado, nombrados por el Gobierno. Exceptuase los que administren y recauden por asiento, y sus representantes. 4º Los Agentes de Cambio y Corredores de Comercio, de cualquier clase que sean [Notarios]. 5º Los que por leyes o disposiciones especiales no puedan comerciar en determinado territorio». (35) Nueva redacción por la citada Ley 44/2002 (art. 51). «Artículo 8.1. Los auditores de cuentas deberán ser y parecer independientes, en el ejercicio de su función, de las empresas o entidades auditadas, debiendo abstenerse de actuar cuando su objetividad en relación con la verificación de los documentos contables correspondientes pudiera verse comprometida ...» (36) No podrán ser nombrados administradores judiciales los abogados, auditores, economistas o profesores mercantiles que hubieran sido designados para dicho cargo por el mismo Juzgado en dos concursos dentro de los dos años anteriores. A estos efectos, los nombramientos efectuados en concursos de sociedades pertenecientes al mismo grupo de empresas se computarán como uno sólo. 29 • Ley concursal dor judicial acreedor, consecuentemente la CNMV, el Fondo de Garantía de Depósitos y el Consorcio de Compensación de Seguros. 3.1.3. Otros deberes Según el artículo 30, los administradores judiciales profesionales deberán señalar un despacho u oficina para el ejercicio del cargo en la localidad donde radique el juzgado, disposición que discrimina o impone una carga a los profesionales residentes en localidad diferente de las capitales de provincia y de las ciudades autónomas. No se explica la causa por la que se exonera de este requisito al administrador judicial acreedor. Dispone este artículo, en el apartado 2, que el juez mandará que se ponga a disposición del auditor, economista o profesor mercantil los libros y demás documentación contable que llevare el deudor, lo cual no será posible cuando se nombre un administrador judicial único y éste sea abogado, según previene el art. 26.2.3º. 3.1.4. Auxiliares delegados El artículo 31 dispone que la administración judicial podrá solicitar autorización del juez para delegar determinadas funciones en personal auxiliar, a su exclusivo cargo y en proporción a la retribución correspondiente a cada administrador judicial, salvo que se acuerde otra cosa. Sin comentarios, pues así ha venido sucediendo en la práctica de las suspensiones de pagos y quiebras, tanto en disponer de colaboradores como asumir su coste. Se previene la posibilidad de delegar, entre otras, funciones relativas a la continuación de la actividad del deudor. Me imagino que se ha pensado en actividades empresariales o profesionales, también artesanales o artísticas, etc. Pero ¿cuál será la relación contractual de estos auxiliares con los administradores judiciales?: ¿laboral o profesional? ¿ninguna, pues los nombra el juez? • 30 3.1.5. Recusación Dispone el artículo 32 que son causas de recusación de los administradores judiciales, además de las causas constitutivas de incapacidad, incompatibilidad o prohibición, según el citado art. 27, las mismas que para la recusación de los peritos, reguladas en el art. 124(37) de la nueva LEC, y que no tendrá efectos suspensivos, sustanciándose por cauces del incidente concursal (artículos 192 a 196). 3.1.6. Retribución Se reconoce, en el art. 33, que los administradores judiciales tendrán derecho a retribución, con cargo a la masa, y que un arancel reglamentará la retribución correspondiente, atendiendo a la cuantía del activo y a la complejidad del concurso. Las participaciones de los profesionales designados administradores judiciales en dicha retribución serán idénticas entre sí y de doble cuantía que la del administrador judicial acreedor. El juez, previo informe de la administración judicial, fijará por medio de auto y conforme al arancel la cuantía de la retribución, así como los plazos en que deba ser satisfecha. Se concreta quién paga a los administradores judiciales del concurso: el deudor, cuando no ha sido suspendido, y «con cargo a la masa». En el concurso, sin inhabilitación del deudor, subsistirán los actuales problemas derivados de que el sometido a control paga a los que le fiscalizan, lo cual puede comprometer su independencia. Se superaría este efecto, cuando menos estético, si el instante fuese requerido para depositar en cuentas judiciales la cuantía que el juez acuerde, previo presupuesto de los administradores judiciales calculado con arreglo a arancel. Quizá pudiera incorporarse el sistema establecido en el art. 40.2 del Código de Comercio, que previene la exigencia de caución adecuada para responder del pago de las costas procesales y de los gastos de auditoría, es decir, exigiendo al instante del con- curso la consignación en la cuenta corriente del Juzgado (BBV(38)/BANESTO(39)) del importe correspondiente, o bien la norma establecida en el artículo 342 de la vigente LEC para los peritos judiciales. Además, en supuestos de escasa o nula masa activa, frecuentes en la praxis, no habrá posibilidad efectiva de remuneración, si se interpreta que percibirán su retribución del producto de la realización de la masa activa, aún cuando se considere prededucible. El establecimiento de dicho arancel y su fijación por el juez, previo informe de la administración judicial, permitirá superar la actual situación de incertidumbre, particularmente en la quiebra, respecto del comisario, y algunas prácticas inconfesables (STS, Sala Segunda, de 14.02.1997). La disminución cuantitativa que sufre el administrador judicial acreedor, debiera quedar supeditada a la prudente discrecionalidad del juez, sin discriminación legal. 3.1.7. Responsabilidades El artículo 35 establece que los administradores judiciales y los auxiliares delegados responderán frente al deudor y frente a los acreedores de los daños y perjuicios causados a la masa por los actos y omisiones contrarios a la Ley o realizados sin la debida diligencia, así como que será solidaria la responsabilidad derivada del ejercicio mancomunado o colegiado de competencias, quedando exonerado en este último caso el administrador judicial que pruebe que, no habiendo intervenido en la adopción del acuerdo lesivo, desconocía su existencia o, conociéndola, hizo todo lo conveniente para evitar el daño o, al menos, se opuso expresamente a aquél. Los administradores judiciales, como órgano auxiliar del juzgado, tienen el deber inexcusable de desempeñar su cargo bien y fielmente, como así juran o prometen en fórmula ritual de aceptación (art. 29), y cumplir los plazos estipulaNº 141 • Febrero de 2003 ● La administración de procesos concursales dos. La responsabilidad disciplinaria podrá ser sancionada por el juez o tribunal cuando la conducta de los administradores judiciales desmerezca de su condición social o profesional y por infracciones procesales. Responderán civilmente de los daños y perjuicios que causen a los litigantes o a terceros, por su conducta culpable, negligente o con ignorancia inexcusable, estando obligados a resarcir el daño producido. Tal responsabilidad extracontractual se les podrá exigir por el presunto perjudicado, mediante la presentación de la oportuna demanda. A los administradores judiciales, en el caso de que sustituyan al deudor en sus facultades de administración y disposición (art. 39), les serán exigibles las responsabilidades que en el orden civil vienen determinadas en los arts. 1101 a 1106 del Código Civil. La acción de responsabilidad se substanciará por los trámites del juicio declarativo que corresponda, ante el juez que conozca o haya conocido el concurso. De igual modo suspendido el concursado, los administradores judiciales serán responsables del cumplimiento de deberes tributarios y laborales, entre otros. El profesor De Ángel Yágüez(40) estudia la responsabilidad civil y penal del perito judicial, y sostiene que una «mala praxis» o vulneración de la lex artis puede llevar aparejada responsabilidad civil del informante, siempre que concurran los requisitos que la responsabilidad civil impone, además de recordar los arts. 459 y 460 del Código Penal. 3.1.8. Funciones de la administración concursal En el párrafo introductorio, he destacado las relevantes funciones atribuidas a la administración judicial, en el Proyecto de Ley concursal. Estaba pensando en las siguientes: a) supervisión o formulación de las cuentas anuales del deudor, en su caso; Nº 141 • Febrero de 2003 b) el ejercicio de acciones de índole patrimonial, en representación del deudor, caso de suspensión, o de autorización, en el supuesto de intervención para que el concursado interponga demandas o recursos que puedan afectar a su patrimonio; c) solicitar la extinción o la suspensión de los contratos de trabajo, en que el concursado sea empleado; d) la rehabilitación de créditos, contratos de adquisición de bienes con precio aplazado y enervar la acción de desahucio; e) el ejercicio de acciones rescisorias de actos perjudiciales para la masa activa, realizados por el deudor durante los dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso; S uspendido el concursado, los administradores judiciales serán responsables del cumplimiento de deberes tributarios y laborales, entre otros f) la presentación de un informe sobre: 1. la memoria, 2. el estado de la contabilidad, 3. la formación de la masa activa y pasiva, así como la clasificación de créditos, 4. la evaluación de la propuesta de convenio, en su caso; g) la evaluación del plan de viabilidad, en su caso; h) la presentación de un plan de realización de los bienes y derechos integrados en la masa activa, caso de liquidación; i) la calificación del concurso como fortuito o culpable, cuando proceda. Pero el tiempo (el espacio) se ha agotado, así que dichas funciones de los administradores judiciales serán comentadas en próximas colaboraciones, si el Director de esta Revista lo considera conveniente. www.partidadoble.es (37) «Artículo 124. Ámbito de la recusación de los peritos. 1. Sólo los peritos designados por el tribunal mediante sorteo podrán ser recusados, en los términos previstos en este Capítulo. Esta disposición es aplicable tanto a los peritos titulares como a los suplentes. 2. Los peritos autores de dictámenes presentados por las partes sólo podrán ser objeto de tacha por las causas y en la forma prevista en los artículos 343 y 344 de esta Ley, pero no recusados por las partes. 3. Además de las causas de recusación previstas en la Ley Orgánica del Poder Judicial son causas de recusación de los peritos: 1ª Haber dado anteriormente sobre el mismo asunto dictamen contrario a la parte recusante, ya sea dentro o fuera del proceso. 2ª Haber prestado servicios como tal perito al litigante contrario o ser dependiente o socio del mismo. 3ª Tener participación en sociedad, establecimiento o empresa que sea parte del proceso». (38) RD núm. 34/1988, de 21 de enero. (39) Desde el mes de enero del 2003. (40) ÁNGEL YÁGÜEZ, Ricardo de, «Responsabilidad del profesional asesor, perito judicial y auditor», Ponencia en el XII Congreso Nacional de Titulados Mercantiles y Empresariales, Granada, 3 de mayo de 1997. 31 •