EQUITACIÓN TERAPEÚTICA con niños autistas.

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EQUITACIÓN TERAPEÚTICA con niños autistas.
María Dolores García-Moreno Gómez.
DNI. 79261372-Z
Este artículo va dirigido a padres y educadores, especialmente a ellos que tratan con niños que
presentan necesidades educativas especiales.
Hipócrates fue uno de los precursores de esta medicina sin cotraindicaciones. Allá
por el 460 a.C. ya decía que “el ánimo de quienes no se podían curar, mejoraba con la
equitación”; y es verdad pues, gracias al trote de los caballos, a sus movimientos
tridimensionales, se mejoran diferentes afecciones físicas y mentales.
Las terapias ecuestres se consideran como
una actividad integral, que no sólo cumple
funciones recreativas sino interventivas; en las
cuales, el caballo gracias a su morfología,
cinesiología, psicología y temperatura corporal;
es un mediador, y sobre todo un centro de
interés, mediante el cual trabajamos con nuestros
niños especiales de una manera lúdica, al
considerar que no aprendemos, si no que nos
encontramos en una situación de placer.
Pero, ¿qué son las terapias ecuestres? Pues, son todas aquellas actividades que se
realizan con el caballo (ya sea montado o pie a tierra) cuya finalidad es ayudar a la
rehabilitación, reeducación, normalización y socialización de personas con alguna
discapacidad física, psíquica, sensorial o motora, o con alguna problemática social o
comportamental. Hoy en día, se complementan el trabajo en el aula con dichas terapias
ecuestres, potenciado aprendizajes significativos que el niño desarrolla en un entorno
diferente a la clase, de manera no institucional, al aire libre, sin mesas de por medio… y el
niño casi no se da cuenta de que estamos trabajando porque hay una parte importante de
diversión. Además el caballo no es un concepto abstracto, sino que lo podemos palpar,
tocar, montar y compartir con el nuestro tiempo. Siendo esta la originalidad de las terapias
ecuestres.
Existen diversas modalidades:
◦
Hipoterápia o kinesoequinoterapia: que es el tratamiento fisióterapeutico y
psicomotriz en base neurofisiológica, realizado sobre el caballo, en el que el
paciente no tiene ni mando ni control sobre éste, que es manejado por un monitor
de terapias ecuestres. Sus herramientas son, el movimiento que el caballo
transmite al jinete, la respuesta del jinete a estos movimientos, la intervención del
fisioterapeuta y elementos auxiliares. El paciente se convierte en un jinete
participativo que permanece sobre el caballo, mientras éste se desplaza al paso,
transmitiéndole unos 110 movimientos multidimensionales por minuto
◦
Equitación terapéutica: que es un tratamiento psico-socio-emocional, realizado con
y sobre el caballo, en el que el paciente tiene mando y control sobre el equino. Las
herramientas son el medio caballo, el medio equitación y la intervención de los
profesionales.
◦
Volteo terapéutico: que es la realización de ejercicios gimnásticos sobre el caballo
con este parado o en marcha. Este es controlado por un monitor, mientras el jinete
realiza ejercicios sobre él.
◦
Equitación adaptada: refiriéndonos con este nombre a la enseñanza de la
equitación tradicional, pero con las adaptaciones tanto físicas como pedagógicas
necesarias para cada individuo.
En ellas, trabajan un equipo multiprofesional compuesto por: fisioterapeuta,
educador especial, médico, psicólogo, monitor de terapias ecuestres (encargado del
manejo de los caballos), monitor de equitación, monitor de ocio y tiempo libre… entre
otros especialistas, que de manera intermitente puede formar parte de los profesionales
que trabajan para conseguir el máximo desarrollo de las capacidades de nuestros
alumnos de manera globalizada.
Antes de empezar a trabajar estas modalidades, al niño se le realiza una valoración
de sus potencialidades y necesidades; esto nos permite diseñar un programa de
intervención acorde a su condición, con el que se intenta abarcar las diferentes áreas del
desarrollo en orden a aprovechar al máximo sus capacidades y reforzar aquellos aspectos
que lo requieran. Después de esta primera valoración, lo primero que se decide es la
elección de un caballo adecuado para el niño, en cuanto a conformación, paso,
temperamento y carácter; una vez seleccionado el caballo pasamos a realizar el programa
“encubierto”, para ejecutarlo en cada una de las sesiones, con el fin de mejorar al máximo
todas las áreas del desarrollo. Pues con estas terapias el niño autista consigue:
◦
◦
◦
◦
A nivel emocional: facilitar la superación de temores, mejorar su confianza y
autoestima, disminuir su ansiedad,…
A nivel sensoriomotriz: regular su tono, mejorar el equilibrio, la coordinación, la
postura, mejorar su fuerza y flexibilidad, facilitar un patrón correcto en el inicio de la
marcha y les ayuda al refinamiento de la marcha una vez adquirida,…
En lo que respecta a su nivel cognitivo: el trabajo con estos animales hace que el niño
autista mejore su lenguaje, su conciencia espacio-temporal, su concentración y sobre
todo su motivación.
Y en cuanto a nivel social: todo aquello que tiene que ver con las relaciones y la
integración; el caballo es un gran igualador, que permite al niño autista practicar el
mismo deporte e incluso competir con otros niños. Fomentando además la
comunicación, la relación personal y el trabajo en equipo.
Una vez elegido el caballo, el primer paso es establecer una relación entre el niño y
el caballo. Esta fase inicial, es de suma importancia, el niño tiene que confiar en el equino,
conocerse, interactuar… ya que si el niño no confía en el caballo, no podrá estar relajado
sobre él y en consecuencia la terapia será ineficaz. Deberá acercarse al caballo,
acariciarle, darle de comer…que se produzca contacto físico para comenzar el día a día.
Y dentro de este trabajo diario las sesiones se dividen en diversas actividades:
La acogida donde planificamos la actuación diaria y repasamos el desarrollo de
anteriores sesiones.
La higiene mediante la cual, se desarrolla una relación de amistad con el animal, el
niño aprende a cuidarlo, fomentando la responsabilidad, el respeto y la sensibilidad.
Aprende las normas de seguridad básicas para moverse alrededor de los caballos;
aspectos de su vida diaria como alimentación, estabulación… de los cuales se conversa
mientras lo cepillamos y mediante ello ampliamos su vocabulario, aspectos relacionados
con la motricidad fina, el control postural y la coordinación óculo-manual. Aprendiendo a
su vez, una secuenciación y una discriminación del material que utilizamos.
La preparación del equino, trabajando en esta actividad aspectos como: aprender la
secuenciación adecuada para colocar el equipo correctamente y la utilidad de cada uno
de los arneses, el vocabulario del equipo, el cuidado por el material, el distinguir si el
material esta correcta o incorrectamente colocado, la motricidad fina con ejercicios de
abrochar las diversas hebillas de la silla, la cabezada…
Conducir el caballo al diestro, o sea colaborar en el momento de llevar el caballo
hasta la pista, potenciando con ello su autonomía, la responsabilidad y el sentimiento de
normalidad, la capacidad de atención…
Subir al caballo, mediante la cual se trabaja: la planificación motora, la
secuenciación, la autonomía y la coordinación en general de movimientos.
Subido al caballo, existen diversas posibilidades y dependiendo de cada niño se
desarrollaran unas u otras como pueden ser: monta tradicional al estilo inglés, la monta
tradicional al estilo español, volteo terapéutico, juegos a caballo,…
Guardar el equipo, mediante el cual potenciamos la secuenciación en sentido
contrario (quitarle el equipo al caballo), fomentando la responsabilidad y la orientación
espacial puesto que el material debe guardarse en su sitio de forma adecuada.
Higiene posterior a la monta, similar a la higiene anterior, pero aquí se puede incluir
la ducha del caballo después de realizar el ejercicio, masajes en el dorso, ducha en las
patas… enseñándole al niño que le agradecemos al caballo los momentos que pasa con
nosotros.
La despedida, conduciendo al caballo a su cuadra, potenciando el respeto y el
agradecimiento hacia el animal, y despidiéndose de él mediante el ritual del premio
(azúcar, zanahoria…) que será el propio niño quien se lo ofrezca.
En fin, la práctica demuestra que el contacto del niño autista con el caballo permite
que el niño sea el mismo, venza temores, se ría, este relajado y que esté más a cualquier
cosa y estímulo. Ellos, los niños autistas "tienen una manera muy particular de interactuar
con los animales, y suelen sacarle mucho más partido a la relación con ellos, ya que su
distinta manera de percibir la realidad puede ayudarles a obtener más información a nivel
táctil, auditivo o visual de ese contacto".
Bibliografía:
-
Sonia Romera, Carmen Mª González y col. “II jornadas sobre terapia asistida
por caballo”, León, 10 y 11 de diciembre de 2005.
Mª Dolores Apolo y col. “V jornadas extremeñas de terapias ecuestres”.
Badajoz 25 y 26 de marzo de 2006.
Asociación de Zooterapia de Extremadura. “Las terapias ecuestres”
divulgación.2004.
www.autismoleon.com/index.php?option=content&task=view&id=30 - 21k
http://www.lovehorse.org/pdf/LOVEHORSEz.pdf
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