las partes altas de algunas montañas del centro y sur de Europa. La presencia de Calluna vulgaris en Norteamérica (Massaehusetts y Terranova) no implica la existencia allí del brezal nórdico; se trata de un hecho cierto y de interés geográfico; pero existen fundamentadas dudas de que la especie sea autóctona en el Nuevo Continente. Por otra parte, la Calluna, además de ser especie fundamental del brezal nórdico, puede intervenir como elemento accesorio o principal en otros tipos de brezales. Los brezales de este tipo son, en general, de talla mezquina (10 a 30 cm.) y suelen presentarse en formación densa, a veces tanto, que el suelo queda invisible por completo; no obstante, hay ocasiones en que este matorral se muestra francamente abierto, en cúmulos irregularmente repartidos sobre un suelo desnudo en lo demás. Guardan los brezales nórdicos estrecha relación con los suelos ácidos del tipo turbera, siendo frecuente que el matorral de Calluna colonice las turberas desecadas por los drenajes y que se instale en los cerros, lomas u otras elevaciones que destaquen sobre el trampal de la turbera. Del brezal a la turbera, o viceversa, puede pasarse sin bruscas transiciones. La vegetación arbórea rara vez es compatible con los suelos ácidos y pobres ocupados por tales brezales; pero además es frecuente que la mala condición de estos terrenos permeables, lavados y exentos de cal, se agrave por la presencia de capas endurecidas de alios, en niveles relativamente superficiales, constituyendo un obstáculo insuperable para la penetración de las raíces de los árboles. En estos casos en que la instalación del bosque no es factible, el brezal constituye, sin competencia, la forma climax de vegetación. La especial ecología del brezal le consiente además rebasar en montaña los límites altitudinales del bosque, al igual que en llanura rebasa los impuestos por la latitud, siempre en relación con la vegetación de tipo turbera (liqúenes, musgos, B&tula nana. etcétera). Al llegar a los límites de su difusión, en sentido ártico o alpino, el brezal pierde su peculiar aspecto; Calluna y Erica van cediendo su puesto a otras Ericáceas, o a especies de otras familias, mejor adaptadas para resistir la intensidad y persistencia de las fríos, acabando por ausentarse del todo, encontrándonos