11.1.- Formas Comunes.- La validez del acto

Tema Nº 11
Normas legales
11.1.- Formas Comunes.La validez del acto esta ligada al cumplimiento de las formas prescritas por Ley, bajo
pena de nulidad, en consecuencia, el Instrumento Público que en su otorgamiento no
ha cumplido con las formalidades o solemnidades legales carece de validez,
constituyéndose en un documento nulo.
Las formas comunes a la que la Ley le atribuye relevancia están referidas a: la firma de
las partes, a la presencia de los testigos, a la solemnidad y a los supuestos de nulidad.
Debemos tomar expresa cuenta que la forma es la esencia de lo notarial y el
documento público (Sistema latino), y de allí el que ésta, “la forma”, es un principio
notarial, que se traduce en la obligación de ajustarse a preceptos legales y formalidades
expresas.
Su finalidad es lograr el perfeccionamiento del documento notarial sin observaciones, ni
sujeto a nulidades o anulabilidades.
Está enmarcado en:
Código Civil: Artículos 491, 492, 493, y 667.
12.2.- Firma de las Partes.Es la forma mediante la cual una persona se individualiza y expresa su voluntad y
consentimiento sobre los actos sometidos a estas solemnidades, en consecuencia, la
firma es el atributo personal que caracteriza e individualiza a la persona,
constituyéndose en un derecho personal e irrenunciable.
Entonces, firma son los rasgos de escritura, legibles o ilegibles con que una persona
exterioriza en forma particular y habitual su presencia y consentimiento en los actos
que celebra en la vida civil.
Art. 1295 C.C..- (DOCUMENTOS DE PERSONAS QUE NO SABEN O NO PUEDEN
FIRMAR).
En los documentos públicos otorgados por personas que no sepan o no puedan firmar,
firmará otra persona a ruego de ella, y se estamparán las impresiones digitales del
otorgante, haciéndose constar esta circunstancia al final de la escritura, aparte de
firmar también los testigos instrumentales.
12.3.- Supresión de los Testigos Instrumentales y de Conocimiento.Otra de las condiciones impuestas por Ley, para la validez del Instrumento Público, es
la presencia de los Testigos Instrumentales y de Conocimiento en la celebración del
acto.
El otorgamiento de la escritura, firma de las partes, testigos y Notario, debe hacerse en
un solo acto (por ejemplo, en el otorgamiento de testamento abierto, la lectura y firma
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de la escritura pública debe hacerse en audiencia, donde todas las partes deben estar
presentes).
El principio de la unidad de acto, muy ligado al principio de inmediación, expresa la
necesidad de la presencia de todos los sujetos del instrumento notarial en un sólo acto.
Es decir, estos sujetos básicos (entiéndase parte por sí o por representación y testigos)
deben estar presentes en un sólo acto al momento de la lectura del documento y las
firmas, para acreditar en su caso, el conocimiento y las manifestaciones de los
comparecientes y la veracidad de la actuación notarial o su solemnidad. Sin embargo,
este principio no responde ya al actual desarrollo de a función notarial ya la
modernización de la sociedad, por lo que doctrinariamente está siendo sustituido por el
principio de acto sucesivo, por otra parte, su aplicación práctica sólo podría exigirse
en caso de ser el Notario el responsable de toda la instrumentación del negocio
jurídico, dándose de esta forma aplicación al principio de autoría o redacción, situación
que no se presenta en nuestro país, donde el Notario tendría también que ser el
encargado de elaborar la respectiva minuta, labor que por el contrario está a cargo de
un profesional abogado.
El Notario que comenzó siendo considerado como un simple testigo oficial de los actos
que realizaban ante él los contratantes, con facultades limitadas a dar fe pública de la
comparecencia de las partes y de la efectividad de la impresión de sus firmas en los
documentos redactados con anterioridad por profesionales abogados y sin ninguna
posibilidad de intervenir en su redacción y contenido y menos de asesorar en los
aspectos jurídicos, en la actualidad y en casi la totalidad de las legislaciones
latinoamericanas, se ha convertido en un funcionario profesional y especializado que
cumple no sólo funciones fedatarias, sino también de asesoramiento imparcial a las
partes contratantes, interviniendo no sólo en la legalización de los instrumentos sino
también en la redacción de los documentos de contratación que los originan, en base a
la expresión de voluntad manifestada por los comparecientes.
En este concepto moderno del notario, salvo el caso de los testigos presenciales,
cuando uno de los participen se halla imposibilitado o no sabe firmar; hace
prescindibles a los testigos instrumentales, por cuanto el que debe monopolizar la
autoria de la redacción y el acto de dar fe, debe ser única y exclusivamente el notario,
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