EL DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA Hugo Alejandro González Pérez*1 Sumario: I. Introducción. II. La doctrina. II. Plano convencional y constitucional. I. Introducción La evolución humana nos ha llevado a tener una vida cada vez más llena de comodidades, de lujos y riquezas. Esto es normal, de que se trataría la evolución entonces si no trajera aparejado consigo el bienestar de la persona, sin embargo; paradójicamente, al encontrarnos inmersos en este cómodo y perezoso mundo en el que todo está al alcance de un clic o de una llamada, resulta fácil olvidarse de los derechos humanos. ¿Quién se preocupa?, por ejemplo, del derecho al agua cuando al llegar a casa, solo tienen que girar una perilla para poder tomar un baño, ¿Quién se preocupa?, de los derechos de los indígenas, cuando estos se encuentran tan lejos en un rincón de alguna serranía. Los derechos humanos son así, resulta muy complicado preocuparnos de ellos cuando todavía no han sido trastocados. Seguramente a nadie le importará que existan tribunales, juntas laborales o procuradurías hasta en tanto no tenga que poner un pie en ellos, entonces se preocuparan o exigirán su derecho de acceder a la justicia. Es por ello que el movimiento contemporáneo de los derechos humanos se gestó en un momento pesaroso de la historia de la humanidad, a causa de las heridas de la segunda guerra mundial,2 en la que con barbarie se vulneraron los derechos humanos. En las siguientes líneas hablaremos del derecho humano de acceso a la justicia, expondremos brevemente en que consiste desde el punto de vista doctrinal, abordaremos su regulación en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos (en lo sucesivo “Constitución Federal”), en la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nayarit (en lo sucesivo “Constitución Nayarita”), así como en el ámbito convencional. II. La doctrina El ser humano es un ser social por naturaleza decía Aristóteles, empero; vivir en sociedad implica la existencia de un sin número de intereses, cualquiera que * Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Nayarit. Alumno de la Maestría en Derecho Procesal Constitucional por la misma Universidad. Oficial Judicial de la Sala Constitucional-Electoral del Poder Judicial de Nayarit. 2 Cfr. Ramírez García, Hugo Saúl y Pallares Yabur, Pedro de Jesús, Derechos Humanos, México, Oxford, 2011, p. 19. 49 sea su índole, que al final de cuentas es preciso resolver de alguna forma. Antes de la existencia del Estado como una institución, a la cual puede exigírsele la restitución de algún derecho vulnerado por el mismo a través de cualquiera de sus instituciones o por algún particular, mucho antes de eso existieron formas primitivas de autotutela como la Ley del Talion y hasta soluciones heterocompositivas, las cuales con mucha facilidad podían concluir en terribles excesos motivados por la sed de venganza en algunas ocasiones. Fue entonces por esa necesidad de evitar los excesos de la venganza privada que, con el nacimiento del Estado vino también el derecho de acceso a la justicia. Intentar arribar a una definición de este derecho no es cosa fácil, sobre todo porque con frecuencia suele confundírsele tanto en el plano nacional como en el internacional, con la tutela judicial efectiva, con el acceso a la jurisdicción, con el derecho a la jurisdicción así como con el acceso a la administración de justicia,3 empero cada uno de estos términos se refiere solo a una parte del derecho de acceso a la justicia. ¿En qué consiste este derecho entonces? Según Sánchez Gil, consiste en “la facultad que tienen las personas de recurrir a los órganos jurisdiccionales para obtener de ellos la tutela de sus derechos y no quedar desprotegidos ante su violación.”4 El citado autor al hablar de este derecho parafraseando a Mauro Cappelleti y a Bryant Garth, lo refiere como el “más fundamental”5 de todos, ya que los derechos sustantivos no tendrían efectividad alguna de no existir el modo por el cual remediar su violación. Sin embargo, aun cuando efectivamente este derecho humano tenga esa relevancia; no compartimos la idea de que se trata del derecho más fundamental de todos, por la simple razón de que, cuando se habla de derechos humanos, no es posible establecer un orden jerárquico en el que podemos encontrar derechos de mayor o menor importancia. Ni siquiera en la actividad de ponderación que frecuentemente tiene que realizar la autoridad jurisdiccional es posible hablar de la existencia de derechos humanos más importantes que otros, lo que hace el juzgador es un trabajo argumentativo para encontrar la solución en la que logre garantizar la máxima protección de la mayor cantidad de los derechos, cuando estos se encuentren en pugna. Ahora bien, ¿Cuál es el carácter del derecho en comento?, según Miguel Carbonell, se trata de un derecho de carácter adjetivo, no sustantivo, ya que no protege directamente algún interés de la persona en particular, sino que, les concede la posibilidad de tener una vía jurisdiccional mediante la cual puede 3 Cfr. Castillo Juárez, Karlos Artemio, Acceso efectivo a la justicia. Elementos y caracterización, México, Porrúa, 2012, pp. 1-2. 4 Sánchez Gil, Ruben, “El derecho de acceso a la justicia y el amparo mexicano”, Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional. Proceso y Construcción, México, año V, núm. 4, julio-diciembre de 2005, p. 240. 5 Cappelletti, Mauro y Bryant Garth, El acceso a la justicia. La tendencia en el movimiento mundial para hacer efectivos los derechos, trad. de Mónica Miranda, México, FCE, 1996, pp. 12-13, Citado por, ídem. 50 lograr el respeto de sus intereses de cualquier índole, que pueden estar protegidos por normas de diferente rango jerárquico.6 Garantizar este derecho implica para el Estado realizar una gran cantidad de actos positivos y es por ello que se le considera como un derecho de prestación,7 esto es, debe asegurar mínimamente: La existencia de tribunales previamente establecidos, a los cuales las personas puedan acudir a exigir la restitución de uno o más derechos; a) Que la justicia se imparta de la manera más oportuna posible; b) Que el acceso a la justicia sea gratuito; Decimos que el derecho en cuestión requiere mínimamente de los anteriores elementos, ya que, reconocemos que existen otros más, como la imparcialidad, idoneidad del juzgador, independencia, entre otros que, a pesar de incidir directamente en el acceso a la justicia, se trata de principios de la actividad jurisdiccional y precisarían de un estudio mucho más profundo para poder ser explicados. III. Plano convencional y constitucional En la Declaración Universal de Derechos Humanos, el derecho de acceso a la justicia no lo encontramos expresamente en un solo artículo, sino que se encuentra regulado en los artículos 8, 9, 10 y 11: Artículo 8 Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley. Artículo 9 Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Artículo 10 Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal. Artículo 11 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se 6 Cfr. Carbonell, Miguel, Los derechos fundamentales en México, México, CNDH-UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004, p. 726. 7 Cfr. Nogueira Alcalá, Humberto, Teoría y dogmática de los derechos fundamentales, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003, p. 63 51 presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. 2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. La Convención Interamericana de Derechos Humanos consagra el derecho en comento en el artículo 8 de la siguiente manera: Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter La Constitución Federal, aun cuando en varias de sus disposiciones establece principios para garantizar el derecho de acceso a la justicia, como el debido proceso penal en su artículo 20 por ejemplo, es aceptado incluso por los teóricos que en el artículo 17 es en el que se consagra primordialmente el derecho en estudio y más concretamente en el párrafo tercero “Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales”. En el caso de la Constitución Nayarita no encontramos expresamente alguna disposición que refiera literal o directamente al derecho de acceso a la justicia, sin embargo; si encontramos diseminadas en varias de sus disposiciones, la garantía de este este derecho. Primeramente encontramos en su fracción XIV, artículo 7 el reconocimiento de los derechos humanos y garantías consagrados en la Constitución Federal y Tratados Internacionales vinculantes para el Estado Mexicano: Todas las personas gozarán de los derechos humanos y de las garantías consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el presente texto constitucional local, así como los contenidos en los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo los casos y bajo las condiciones previstas en la Constitución Federal. 52 De esta manera, el articulado del plano convencional y constitucional que hemos citado antes de llegar al estudio del contenido de la Constitución Nayarita, resulta aplicable en el Estado de Nayarit. En las fracciones XV y XVI del citado artículo 7 de la Constitución Nayarita, encontramos los principios del debido proceso penal, el que, al ser tan amplio no podemos transcribir en este trabajo. Asimismo, en la fracción VII encontramos los principios del proceso oral y acusatorio. En el artículo 82 encontramos la competencia del Poder Judicial, estableciendo en su fracción II “Garantizar y proteger los derechos fundamentales previstos en esta Constitución”, en la III “Resolver las controversias del orden civil, familiar, penal, de adolescentes del fuero común, y mercantil en jurisdicción concurrente” en el la IV “Resolver los medios de impugnación en materia electoral en los términos que disponga la ley de la materia”. Como ya lo habíamos advertido, pese a que la Constitución Nayarita no contiene expresamente el derecho en estudio, si cuenta con una serie de disposiciones que permiten su sólida garantía. Fuentes de consulta Doctrina: Cappelletti, Mauro y Bryant Garth, El acceso a la justicia. La tendencia en el movimiento mundial para hacer efectivos los derechos, trad. de Mónica Miranda, México, FCE, 1996. Carbonell, Miguel, Los derechos fundamentales en México, México, CNDH-UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004. Castillo Juárez, Karlos Artemio, Acceso efectivo a la justicia. Elementos y caracterización, México, Porrúa, 2012. Nogueira Alcalá, Humberto, Teoría y dogmática de los derechos fundamentales, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2003. Ramírez García, Hugo Saúl y Pallares Yabur, Pedro de Jesús, Derechos Humanos, México, Oxford, 2011. 53 Sánchez Gil, Ruben, “El derecho de acceso a la justicia y el amparo mexicano”, Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional. Proceso y Construcción, México, año V, núm. 4, juliodiciembre de 2005. Legislación: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nayarit Convención Interamericana de Derechos Humanos Declaración Universal de Derechos Humanos 54