La democracia no existe si se exige la unanimidad

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ENTREVISTA 15
TRIBUNA COMPL
UTENSE
COMPLUTENSE
7 de marzo de 2006
Claudio Magris, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2004
«La democracia no existe si se
exige la unanimidad»
J. DE MIGUEL
JAIME FERNÁNDEZ Claudio Magris (Trieste, 1939) acaba de ser nombrado doctor honoris causa tes dentro de mi propio yo. El
– En los próximos meses se por la Complutense. Asegura que a la UCM se la ve «con un aura mítica» problema después es sacar
publicará en España A ciegas, desde otros países europeos, por eso recibir el doctorado honoris causa por todo eso fuera, porque así no
su último libro. ¿Qué pode- nuestra Universidad le resulta algo «especialmente bello, que es un reflejo es más que un embrión. La primos esperar de esta obra?
de la relación estrecha» que ha tenido siempre con España. En 2004 fue mera parte de recopilación me
la tomo con mucha calma y en
– Ahora mismo se está tra- galardonado con el Príncipe de Asturias de las Letras.
ella voy creando la línea
duciendo y aparecerá en otoargumental, conociendo datos
ño. Para mí, A ciegas es un
como cuál era el color del mar
libro muy importante que coen Australia en un siglo conmencé a elaborar en 1988. El
creto y prestando atención a
protagonista realiza un viaje
todos los personajes que van a
por el tiempo y habla en priparticipar. Una vez que tengo
mera persona sobre diferentodo eso, surge el proceso de
tes historias. El detonante del
la escritura de un modo un tanlibro nace de la sorprendento salvaje, como si fuera un
te aventura de un grupo de
torrente.
soldados italianos, que cuan– En sus libros hay muchas
do terminó la Segunda Guereferencias a autores como
rra Mundial se marcharon
Robert Musil y Céline. ¿Divoluntariamente a Yugoslavia
ría usted que son los referenpara ayudar en la constructes básicos de su literatura?
ción del comunismo. Des– Es curioso que a pesar de
pués, cuando Tito rompió
ser germanista, los libros que
con Stalin, todos los
me han educado como escriestalinistas, incluidos estos
tor no son de autores alemaitalianos, fueron deportanes, sino que son los de
dos, pero con tan mala
Tolstoi, Dostoievksi, Kafka,
suerte que la política italiaMusil, Svevo e incluso El Quina estaba también enfrenjote de Cervantes y la Odisea.
tada a los comunistas en ese
Los grandes autores y las
momento. El protagonista es
grandes obras europeas me
uno de esos soldados, que son
han hecho tal como soy.
como náufragos que parecen
– En referencia a Europa, en
estar siempre en el lugar mesus escritos y conferencias
nos adecuado. Es un libro muy
usted siempre defiende la
duro, muy violento, yo incluidea de un continente uniso diría que se corresponde
do. ¿Cree que es una idea
con lo que Ernesto Sábato deválida todavía hoy?
fine como escritura nocturna,
– En estos momentos Europa
que es la que surge de lo más
pasa por una fase de crisis teprofundo.
rrible. España es uno de los
– Al igual que en otras de
pocos puntos de ideología fuersus obras, mezcla ficción
te en el apoyo de una Europa
con acontecimientos históunida y a mí me parece que es
ricos. ¿Considera que sus
«Odio los grandes nacionalismos, pero los micronacionalismos me parecen incluso peor»
algo absolutamente necesario
libros pueden ser leídos
como grandes escritores. Creo
desde un punto de vista históricomo una fuente histórica?
co. Uno de los principales proble– Se pueden utilizar así, pero sólo que la narrativa tiene un enorme
si tenemos las cosas muy claras valor histórico, no porque muesi próximo libro, A mas de Europa es el principio de
unanimidad que bloquea muchíy no confundimos las cosas. tra lo que sucede, sino porque exciegas, es muy duro, muy lasimas
decisiones. La democracia
Cuando Kafka escribe La meta- plica cómo ha sucedido y cómo
violento, se corresponde con no existe si se exige la unanimimorfosis es un bellísimo docu- han reaccionado los hombres a los
mento histórico sobre lo que le acontecimientos históricos.
lo que Ernesto Sábado define dad. Es como la Dieta de los nopolacos del siglo XVII, en la
estaba sucediendo a la humani- – Para gran parte de la crítica,
como escritura nocturna» bles
que bastaba que un noble no esdad. Naturalmente debemos sa- El Danubio es su obra maestra.
tuviese de acuerdo para bloquear
ber que es una metáfora y no ¿Comulga usted con esa idea o
convertirlo en una noticia perio- se desentiende de la crítica y – ¿Cuál es su método de traba- cualquier decisión y eso es evidendística literal de una persona que no aplica escalas de valoración jo? ¿Dedica muchas horas a es- te que frena cualquier tipo de avancribir cada día?
ce. Pero como decía Gramsci yo
ha sufrido una mutación. De to- a su propio trabajo?
dos modos, hay que recordar que – Creo que quien escribe un libro – En mi vida se juntan dos tiem- soy pesimista con la razón, pero
en la antigüedad no existía dicha no puede dar su opinión sobre él. pos, uno el que tengo que dedicar optimista con la voluntad.
distinción. Los historiadores Tá- Lo que sí puedo responder es que a viajar, a realizar entrevistas, a mi – ¿Los nacionalismos son la peor
cito y Tucídides son recordados yo he puesto tanta carne y sangre vida pública y otro el tiempo inte- lacra para esa Europa unida?
en A ciegas como puse en El Da- rior, que es el más importante a la – Uno que vive en Madrid debe
nubio. Luego serán los lectores los hora de escribir. Suelo partir de una preocuparse por los problemas
que tengan que valorar mi esfuer- idea cualquiera, que es bastante de Madrid, pero el sentido de
pesar de ser zo. El último libro quizás me ha vaga. Cualquier cosa que me inte- identidad no tiene que ir en congermanista, los libros que costado más , porque está escrito resa me permite ir acumulando in- tra del sentido común. Odio los
desde la desesperación, en un moA veces escribo notas grandes nacionalismos, pero los
me han educado como mento duro y violento de mi pro- formación.
sobre algo que veo por la calle, micronacionalismos me parecen
escritor no son alemanes» pia vida personal.
pero otras veces son temas laten- incluso peor.
«M
«A
Joyce, Trieste y
Berlusconi
El escritor irlandés James Joyce
se autoexilió de su país y entre 1904
y 1920 residió en Trieste. Allí escribió gran parte de los relatos de
Dublineses, transformó Stephen
Hero en el Retrato del artista adolescente y comenzó a escribir Ulises.
Claudio Magris considera que es
incluso ridículo preguntarse por la
posible huella literaria que haya dejado Joyce en los escritores de
Trieste y del resto del mundo, porque la respuesta es que sí. Más allá
de esa profunda marca que dejó
Joyce en la literatura, en Trieste se
conservan también muchos otros
recuerdos de su paso por allí.
Magris afirma que su propio padre tuvo como profesor de inglés
a Stanislaus Joyce, el hermano de
James Joyce, y el propio Magris
reconoce ir a los locales donde
Joyce paraba para tomar algo.
Cuenta Magris una anécdota ocurrida entre los escritores Joyce y
Svevo. Según el autor de El Danubio, Joyce era muy puritano a la
hora de hablar y jamás decía una
palabrota. Una vez que estaban juntos, Svevo rompió un objeto y soltó
un taco. Joyce le dijo: «esas cosas
se escriben, pero no se dicen».
De los recuerdos pasados viajamos
hasta el presente, en el que Silvio
Berlusconi campa a sus anchas por la
política italiana. Magris sostiene que
el «gobierno italiano es absolutamente
escandaloso», aunque de momento no
ha afectado a la labor de los escritores. Magris confiesa que él es muy
conservador y que siempre ha votado
al centro derecha, aunque la presencia de Berlusconi en el gobierno le
ha hecho votar por la izquierda. El
problema con Berlusconi, según
Magris, no afecta tanto a la libertad
de expresión, como al control que
ejerce sobre muchos medios de comunicación, lo que le permite modificar la realidad.
El propio Magris fue senador durante varios años. Los cinco partidos
políticos que le respaldaban eran de
tendencias totalmente opuestas y no
fueron capaces de llegar a un acuerdo
de mínimos para presentar un programa electoral coherente, así que
él figuraba en el senado como una
lista propia denominada «Lista
Magris-Magris». De su paso por la
política recuerda como el problema
más grave la diferencia entre los
tiempos de la política y las transformaciones sociales.
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