VIII Área Derecho Empresarial VIII Contenido ¿A qué precio deben transferirse las acciones de una sociedad anónima? GLOSARIO EMPRESARIAL VIII-1 VIII-4 ¿A qué precio deben transferirse las acciones de una sociedad anónima? Autor : Dr. Cristhian Northcote Sandoval caso de las sociedades anónimas cerradas como son los artículos 237°, 238°, 289°, 240° y 241°. Título: ¿A qué precio deben transferirse las acciones de una sociedad anónima? sociedad implica también una obligación, pues la participación de los socios en el negocio que realice la sociedad, está representada en este capital. 3. Nociones preliminares De manera tal que, si los resultados de la actividad desarrollada por la sociedad son exitosos, las utilidades obtenidas serán repartidas en proporción a esta participación, pero si dichos resultados fueran negativos, al punto de llevar a la sociedad a su extinción, esta deberá devolver sus aportes a cada uno de los socios. Ficha Técnica Fuente: Actualidad Empresarial Nº 302 - Primera Quincena de Mayo 2014 1. Introducción Jurídicamente, las acciones constituyen bienes que forman parte de la propiedad de su titular, que al igual que otros bienes dentro de la esfera patrimonial de una persona, pueden ser objeto de actos de transferencia, como una compraventa, una permuta, una donación o de transmisión sucesoria. Sin embargo, en la práctica suelen generarse confusiones sobre cómo puede realizarse la transferencia de acciones y, sobre todo, cómo se debe fijar el precio a pagar por la adquisición de tales acciones. Por ello, en el presente informe revisaremos las principales consideraciones que intervienen en una operación de transferencia de acciones y qué criterios o reglas se pueden seguir al determinar el valor de las acciones a ser transferidas. 2. Marco legal La transferencia de acciones no es una operación que cuente con un marco normativo específico, sino que su realización está determinada por las reglas aplicables en función del tipo de acto jurídico que se desee realizar, como serían las disposiciones en materia de compraventa y donación contenidas en el Código Civil. Lo que existe en la Ley General de Sociedades son algunas disposiciones que regulan el funcionamiento de las acciones, contenidas en los artículos 82° al 110°, y algunas disposiciones específicas para el N° 302 Primera Quincena - Mayo 2014 Para comprender cómo funciona una operación de transferencia de acciones, es preciso tener claros algunos conceptos o nociones. Como sabemos, en las sociedades anónimas el capital social está dividido en acciones que constituyen valores representativos de los derechos de los socios frente a la sociedad. Así, la cantidad de acciones que posee cada socio determina su participación en el capital social, lo que a su vez, determina el ejercicio de sus derechos políticos y económicos frente a la sociedad y a los demás accionistas. Las acciones constituyen una obligación de la sociedad frente a los accionistas, por lo que se trata de un pasivo, con ciertas características especiales, pero finalmente es un pasivo para la sociedad. Pero también las acciones constituyen una obligación de los accionistas frente a la sociedad, pues las acciones han sido emitidas como consecuencia de los aportes que han hecho los socios a la sociedad, es decir, de su inversión que está comprometida en la empresa. Para comprender el funcionamiento del régimen accionario de las sociedades anónimas, es necesario tener en claro algunos conceptos: a) El capital social El concepto de capital social está referido, como ya hemos señalado, a un pasivo. Cuando una sociedad es constituida, los socios efectúan aportes que formarán el capital de la sociedad. Pero este capital, a la vez que implica un ingreso para la Informe Especial Informe especial Pero el capital social también tiene otra función y es la de constituir una garantía para los terceros que realizan operaciones con la sociedad. Y esto es así porque aunque los socios sean acreedores frente a la sociedad por el valor de sus aportes, se trata de acreedores de último rango, es decir, serán los últimos acreedores en cobrar sus créditos frente a un supuesto en que la sociedad tenga que agotar su patrimonio para cumplir sus obligaciones. Así, los socios solo recuperarán sus aportes cuando la sociedad haya cumplido, previamente, con todos los demás acreedores. Esto implica que los terceros que contratan con la sociedad saben que esta puede cubrir con su patrimonio, al menos, un monto equivalente a su capital social. b)Aportes De manera general, podemos definir al aporte como la transferencia de recursos al capital social de una sociedad. Y cuando nos referimos a recursos estamos haciendo alusión a bienes muebles, inmuebles, dinero, derechos de crédito e incluso servicios, para los tipos societarios en los que esa clase de aportes está permitida. La finalidad de estas transferencias de recursos es que la sociedad, al momento Actualidad Empresarial VIII-1 VIII Informe Especial de su constitución, cuente con los medios necesarios para desarrollar sus actividades o que, con motivo de un aumento capital, se incremente su capacidad para operar o se puedan sanear situaciones de desbalance patrimonial. Cualquiera sea la finalidad que busque la sociedad con los recursos aportados al capital social, tales aportes generan obligaciones y derechos a favor del socio aportante. En general, todo recurso susceptible de valoración económica puede ser materia de aporte al capital de una sociedad. Por lo que pueden hacerse aportes en dinero, bienes muebles, inmuebles, derechos de crédito y servicios. Aunque en el caso de los servicios, debe tenerse en cuenta que solo son admitidos como aportes en algunos tipos societarios, que son la sociedad civil, la sociedad en comandita y la sociedad colectiva. Cabe señalar también que la regla general es que el aporte de bienes se hace a título de transferencia de propiedad, es decir, que en virtud al aporte, la sociedad se convierte en propietaria del bien aportado, salvo que, se haya señalado expresamente que el aporte se hace a título distinto, en cuyo caso la sociedad solo recibe el derecho materia de aporte, como podría ser el derecho de uso o el derecho de usufructo. Un aspecto fundamental en materia de aportes a sociedades es determinar el momento en el que se considera efectuado el aporte y cómo se acredita que se ha realizado. Para determinar dicho momento, la Ley General de Sociedades ha fijado reglas en función del tipo de aporte. Así, cuando se trata de aportes en dinero, deben acreditarse mediante el depósito del dinero en una cuenta de titularidad de la sociedad abierta en una empresa bancaria del sistema financiero nacional. En el caso de bienes muebles, se considera efectuado el aporte al momento en que se otorga la escritura pública de constitución o de aumento de capital, según sea el caso, debiendo acreditarse mediante una declaración que efectúa el representante legal de la sociedad en la que deja constancia de haber recibido los bienes, debiendo además adjuntarse a la escritura pública un informe de valorización de los bienes, en el que se describan sus características, el valor asignado y el criterio utilizado para establecer dicho valor. Este informe no requiere ser suscrito por un perito o tasador, pudiendo ser firmado por el propio socio aportante. En el caso de bienes inmuebles, la transferencia se considera efectuada con el VIII-2 Instituto Pacífico otorgamiento de la escritura pública de constitución o de aumento de capital, según sea el caso, debiendo también adjuntarse a la escritura pública un informe de valorización de los inmuebles aportados, en el que se describan sus características, el valor asignado y el criterio utilizado para establecer dicho valor. Cuando se trata de derechos de crédito, la Ley General de Sociedades dispone que si el aporte consiste en títulos valores o documentos de crédito a cargo del socio aportante, el aporte no se considera efectuado sino hasta que el respectivo título o documento sea íntegramente pagado. Si el derecho de crédito aportado está representado por títulos valores o documentos de crédito en los que el obligado principal no es el socio aportante, el aporte se entenderá cumplido con la transferencia de los respectivos títulos o documentos, con el endoso de los respectivos títulos valores o documentos y sin perjuicio de la responsabilidad solidaria prevista en la ley respectiva. c)Acciones Las acciones son valores que representan derechos sobre una sociedad. Son el resultado de la división de la cifra del capital social en una determinada cantidad de alícuotas que se distribuyen entre los socios en función de los aportes que hayan realizado a la sociedad. Para estos efectos, todas las acciones de una sociedad deben tener el mismo valor nominal y deben dar origen a los mismos derechos, en función de la clase a la que pertenezcan, pues es posible que una sociedad emita distintas clases de acciones con distintos derechos para cada clase. Como regla general, las acciones son transferibles libremente, pero pueden establecerse restricciones en el estatuto de la sociedad o por acuerdo de los socios. Es necesario señalar también que en el caso de las sociedades anónimas cerradas, existe un derecho de adquisición preferente, regulado por el artículo 237° de la Ley General de Sociedades. 4. Titularidad de la acción De conformidad con el artículo 91 de la Ley General de Sociedades, la sociedad considera como propietario de las acciones a quien figure como tal en el libro de matrícula de acciones. Como vemos, la sociedad reputará como propietario de las acciones a quien aparezca en el libro de matrícula de acciones como tal. Pero, esto no implica que una transferencia de acciones no sea válida por el hecho de no estar registrada en el libro de matrícula de acciones. La falta de anotación de la transferencia en el libro de matrícula únicamente significa que el adquirente de las acciones no podrá oponer su derecho frente a la sociedad. Como veremos más adelante, la transferencia surte efectos entre el transferente y el adquirente desde el momento de la celebración del acto de transferencia. 5. Sobre la transferencia de acciones Como habíamos indicado, la transferencia de acciones puede originarse a partir de diversas operaciones o actos. Así, por ejemplo, el titular de una acción puede transferirla mediante un contrato de compraventa, operación en la cual la propiedad de la acción es transferida a cambio de un precio en dinero. En tal caso, serán de aplicación las disposiciones contenidas en los artículos 1529° y siguientes del Código Civil. Asimismo, el titular de una acción podría decidir transferirla a través de una operación de permuta, operación en la que la propiedad de la acción es intercambiada con la propiedad de otro bien, sin que exista un pago en dinero. En este caso, es de aplicación el artículo 1602° del Código Civil. También, por ejemplo, la acción puede ser transferida por donación, operación en la cual la propiedad de la acción es transferida a título gratuito, conforme a las disposiciones del artículo 1621° y siguientes del Código Civil. Para cada una de estas operaciones debemos tener en cuenta las formalidades que se deben respetar para darle validez a la operación, aunque de hecho, en la mayoría de casos, no existe una formalidad obligatoria. Veamos los supuestos más comunes. Las operaciones de compraventa no poseen una formalidad obligatoria, pues la compraventa puede celebrarse incluso en forma verbal. Sin embargo, definitivamente se recomienda que exista al menos un documento escrito que acredite las condiciones acordadas por las partes. En el caso de las operaciones de permuta, tampoco existe una formalidad obligatoria, pero, nuevamente, se recomienda contar con un sustento escrito del contrato. En el caso de las donaciones, es necesario tener en cuenta los artículos 1623° y 1624° del Código Civil: “Donación verbal de bienes muebles Artículo 1623°.- La donación de bienes muebles puede hacerse verbalmente, cuando su valor no exceda del 25 % de la Unidad Impositiva Tributaria, vigente al momento en que se celebre el contrato”. N° 302 Primera Quincena - Mayo 2014 Área Derecho Empresarial Donación por escrito de bienes muebles Artículo 1624°.- Si el valor de los bienes muebles excede el límite fijado en el artículo 1623°, la donación se deberá hacer por escrito de fecha cierta, bajo sanción de nulidad. En el instrumento deben especificarse y valorizarse los bienes que se donen". De acuerdo a estas disposiciones, la donación de acciones, que son bienes muebles, puede hacerse en forma verbal si su valor no supera el 25 % de una UIT. Si supera dicho valor, la donación debe formalizarse por documento escrito de fecha cierta, que se puede obtener, por ejemplo, mediante la legalización notarial de las firmas. La idea entonces es determinar cuál es la operación por la cual se realizará la transferencia de acciones y en función de su naturaleza, establecer si existe una formalidad obligatoria para su validez. En cualquier caso, podemos señalar como recomendación general que la operación de transferencia de acciones conste en un documento escrito, por lo menos, para tener un sustento de las condiciones acordadas. En términos generales, el documento que sustenta la transferencia de acciones debería contener la siguiente información: • Identificación de las partes • Descripción de las acciones a ser transferidas, indicando su cantidad, la sociedad cuyo capital representan, valor nominal, cargas o gravámenes que pudieran existir sobre ellas y la demás información pertinente. • Valor de transferencia de las acciones. • Forma de pago del valor de transferencia, si fuera el caso. Una vez celebrado el contrato, el transferente, el adquirente o ambos, deben comunicarle a la sociedad, a través de una comunicación simple, que se ha producido la transferencia de las acciones a fin que la sociedad anote dicha transferencia en el libro de matrícula de acciones. El responsable por la veracidad de las anotaciones es el gerente general. Sin perjuicio de la necesidad de comunicar la transferencia a la sociedad, el contrato de transferencia surte efectos entre las partes desde el momento de su celebración, por lo que para ellas la transferencia es válida y oponible. Si la transferencia no es comunicada a la sociedad y no se anota en el libro de matrícula de acciones, el adquirente no podrá ejercer sus derechos como accionista, tales como cobrar dividendos, participar y votar en las juntas de accionistas, solicitar información sobre la marcha de la empresa, etc. N° 302 Primera Quincena - Mayo 2014 Entonces, con la celebración del contrato de transferencia y la comunicación a la sociedad para su correspondiente anotación en el libro de matrícula, culmina el procedimiento para la transferencia de las acciones. 5.1. Sobre la inscripción de la transferencia en Registros Públicos Hemos señalado que la transferencia de acciones de una sociedad anónima no requiere ser inscrita en la partida registral de la sociedad. Pero, es necesario comprender por qué las transferencias de acciones no requieren ser inscritas en Registros Públicos. La sociedad anónima es una persona jurídica que se constituye por la voluntad de los accionistas, personas naturales o jurídicas, que mediante el aporte de bienes o derechos, forman el capital inicial de la sociedad. Este punto es muy importante pues debemos tener en claro que la sociedad anónima es una sociedad de capitales, es decir, es una sociedad en la que la presencia de los socios se debe a su aporte de capital y no a sus cualidades personales. En otras palabras, en la sociedad anónima no tiene relevancia la identidad de los socios, pues las operaciones que celebra la sociedad se encuentran respaldadas con el patrimonio de la sociedad y no con el de los socios. En este mismo sentido, las personas que contratan con la sociedad no lo hacen por los méritos o cualidades de sus socios, sino por el respaldo patrimonial de la sociedad y otros aspectos como la calidad de sus servicios o productos, su posición en el mercado, etc. Pero la regla general es que la identidad de los socios no es trascendente en las actividades de la sociedad. Es por estas razones que la sociedad “anónima” lleva ese nombre, pues no tiene relevancia la identidad de sus socios. Y por esas mismas razones, la identidad de los socios de una sociedad anónima no es revelada a terceros mediante su inscripción en Registros Públicos, sino que, únicamente se registra en el libro de matrícula de acciones, que es un libro de carácter privado y al que solo los socios y funcionarios de la sociedad pueden acceder. VIII visto, en la sociedad anónima carece de importancia quiénes son titulares de las acciones. Sin embargo, la Ley General de Sociedades regula la posibilidad de establecer, a través del pacto social, del estatuto o de convenio entre los socios, algunas restricciones a esta libre transmisibilidad. El artículo 101° de la referida ley, dispone que podrán establecerse limitaciones a la transferencia de las acciones, siempre que no impliquen prohibiciones absolutas. Estas limitaciones a la libre transmisibilidad de las acciones serán de observancia obligatoria para la sociedad cuando estén contempladas en el pacto social, en el estatuto o se originen en convenios entre accionistas o entre accionistas y terceros, que hayan sido notificados a la sociedad. Las limitaciones se deberán anotar en la matrícula de acciones y en los respectivos certificados. 5.3.Sobre el derecho de adquisición preferente Además de las restricciones que pueden establecer en el pacto social, en el estatuto o mediante convenios entre los accionistas y entre los accionistas y terceros, la Ley General de Sociedades regula una restricción para la transferencia de acciones de la sociedad anónima cerrada. La sociedad anónima cerrada es una forma de la sociedad anónima que ha sido diseñada para organizaciones en las que el número de accionistas no es muy grande, por lo que no se permiten más de veinte accionistas, y en las que suelen existir relaciones de parentesco o de amistad entre los socios. Atendiendo a ello, el artículo 237°de la Ley General de Sociedades establece que, en para la transferencia de acciones de una sociedad anónima cerrada, el accionista transferente debe comunicar a la sociedad su intención de vender sus acciones, para que la sociedad comunique tal situación a los demás accionistas y estos tengan la posibilidad de adquirir dichas acciones en forma preferente a terceros. De esta manera, salvo por el acto de constitución en el que aparecen los socios fundadores, los posteriores cambios en la identidad de los socios no se inscriben en Registros Públicos. Una vez comunicada la intención del accionista transferente de vender sus acciones, el gerente de la sociedad debe comunicarlo a los demás accionistas dentro de los diez días siguientes. Los demás socios tienen un plazo de treinta días para comunicar si desean adquirir dichas acciones, en las mismas condiciones en las que han sido ofrecidas a terceros. 5.2. Sobre las restricciones a la transferencia Por regla general, la transferencia de acciones de una sociedad anónima es libre y sin restricciones, pues como hemos Si transcurre el plazo de treinta días y los accionistas manifiestan su negativa a adquirir las acciones o si no han manifestado su voluntad dentro del plazo, el accionista transferente quedará en libertad de transferir sus acciones a terceros. Actualidad Empresarial VIII-3 VIII Informe Especial Cabe señalar que este derecho de adquisición preferente existe por disposición de la ley, es decir, no es necesario establecerlo en el pacto social o en el estatuto de la sociedad anónima cerrada. Pero, puede ser eliminado si así se señala en el estatuto. 6. Sobre el valor o precio de las acciones a ser transferidas Teniendo en claro cómo funciona el régimen de las acciones y su transferencia, debemos enfocarnos ahora en un tema crucial para ejecutar una transferencia, esto es, la determinación del precio o valor de las acciones a ser transferidas. La confusión usual se genera por el desconocimiento de las reglas de libre mercado que operan en nuestro país. Así, en el Perú no existen normas legales que fijen los precios de los bienes que son vendidos o comercializados, de forma tal que toda persona puede transferir los bienes de su propiedad al precio que considere pertinente. Las acciones que constituyen un bien mueble dentro de la esfera patrimonial de su titular se someten a las mismas reglas de mercado, por lo que el accionista o titular de estas acciones las puede transferir al precio que estime pertinente. Lo que muchas personas asumen es que las acciones deben ser vendidas a su valor nominal, por ser este un valor determinado, conforme a las disposiciones del estatuto de la sociedad. Y esta confusión generalizada nos lleva a explicar la distinción que existe entre los distintos valores de las acciones. No se trata de conceptos establecidos por la Ley General de Sociedades, salvo por el del valor nominal, pero nos servirán para entender cómo se determina el valor para la transferencia de acciones. En este orden de ideas, podemos identificar tres tipos de valores para las acciones: • El valor nominal.- Que corresponde al valor establecido en el estatuto de la sociedad y que es el resultado de dividir el importe del capital social entre la totalidad de acciones emitidas por la sociedad. Se trata de un valor estable en la medida que su modificación solo se produce VIII-4 Instituto Pacífico cuando se aprueba una modificación del estatuto, por un aumento o reducción de capital. Como es fácil percibir, este valor nominal no necesariamente refleja con precisión el valor que pueden representar las acciones, si consideramos en la valoración el patrimonio de la empresa, pues en la práctica, el patrimonio de una sociedad sufre modificaciones con mayor rapidez que la cantidad de veces que se efectúa un aumento o reducción de capital. Pero este valor nominal constituye un concepto básico para comprender cómo pueden valorizarse las acciones. • El valor patrimonial.- El valor patrimonial es el resultado de dividir el patrimonio neto de la sociedad, esto es, los activos menos los pasivos de la sociedad, entre la cantidad total de acciones emitidas. El valor patrimonial refleja la participación que tiene cada socio en el patrimonio neto de la sociedad. • El valor comercial.- El valor comercial es el determinado por las reglas de la oferta y la demanda. Como tal, podríamos decir que este valor es el que el transferente y el adquirente deciden aplicar a su operación de transferencia. No se trata entonces de un valor establecido por una norma legal o que se defina por criterios previstos legalmente, sino que es el resultado natural de las condiciones del mercado. Claro está, que tratándose de sociedades anónimas o anónimas cerradas que no cotizan sus acciones en el mercado de valores, el mercado, en realidad, se reduce a las operaciones individuales que se realicen cada cierto tiempo, por lo que el valor comercial es, simplemente, el que acuerden las partes en la operación. Teniendo en cuenta estas nociones, debemos preguntarnos: ¿qué valor se debe utilizar al celebrar una transferencia de acciones? La respuesta debería ser que ninguno de ellos. Es decir, que ninguno de estos valores, ni el nominal, ni el patrimonial ni el de mercado, son obligatorios para las operaciones de transferencia de acciones. Pero en un sentido estricto, deberíamos decir que el valor aplicable a las operaciones de transferencia de acciones es el valor de mercado, pero porque dicho valor corresponde al que acuerden las partes para su operación y no porque sea aplicable por obligación legal. No debe interpretarse esta respuesta en el sentido que en la transferencia de acciones el valor o precio aplicado no pueda coincidir, monetariamente, con el valor nominal o el patrimonial, ya que de hecho las partes pueden decidir que el precio aplicable a su operación sea el valor nominal o patrimonial de las acciones, pero nuevamente, este acuerdo resulta de la libre voluntad de las partes y no porque exista una obligación legal. Pese a lo indicado, para muchas personas resulta complicado establecer el valor o precio para sus operaciones. Por ello, y sin que esto constituya una obligación sino una mera referencia, podemos señalar que existen algunos criterios que pueden servir para valorizar las acciones, en función de lo que las partes consideren conveniente, según indicamos a continuación: • Tomar en cuenta el valor patrimonial como base. • Considerar la proyección de ingresos, utilidades y negocios futuros. • Considerar el valor de la reputación, marcas, know how y otros elementos intangibles de la sociedad. • Solicitar una valorización a un profesional o entidad especializada. 7. Conclusiones Luego de haber revisado las principales consideraciones sobre las operaciones de transferencia de acciones y los factores que intervienen en la determinación del precio o valor a pagar, podemos establecer algunas conclusiones. Primero, el precio o valor de las acciones a ser transferidas es determinado por el acuerdo entre el transferente y el adquirente, pudiendo ser un valor menor, igual o mayor al valor nominal, inclusive a título gratuito. Segundo, sin importar cuál sea el valor acordado, la transferencia de acciones no genera ninguna variación en el capital social de la sociedad emisora de las acciones, ni hacia arriba ni hacia abajo. Por último, la operación de transferencia es realizada por el titular de las acciones, no por la sociedad emisora. N° 302 Primera Quincena - Mayo 2014