LAS 10 TAREAS PARA PONER ORDEN EN LA SEGURIDAD EN BOGOTA El nivel de criminalidad que ha alcanzado Bogotá nos muestra que los delitos no son hechos aislados, sino producto de organizaciones criminales que operan en la ciudad. En Bogotá tenemos oficinas de Envigado y estructuras sicariales como las de La Terraza, pero mas sofisticadas y mejor camufladas. Las altas tasas de homicidios en Ciudad Bolívar y en Los Mártires, no se explican porque un par de amigos o de vecinos se tomaron unos tragos y terminaron matándose. Se explican porque en nuestra ciudad operan estructuras criminales que utilizan el homicidio como instrumento para intimidar, extorsionar, controlar el territorio, ajustar cuentas, como mecanismo de venganza y, por supuesto, para asegurar su robo. Si no, ¿cómo explicar las 1.000 ollas barriales, los 900 celulares diarios, los 372 robos a la salida de los bancos del ano pasado, los 4.200 carros que se roban al año? 1. Por eso es urgente corregir el diagnóstico. Esto no es un tema de pobreza ni de cultura. Por eso como primer punto para poner orden a la seguridad, es urgente corregir el diagnóstico y reconocer que la delincuencia en Bogotá opera como una industria criminal. 2. Guerra frontal contra el crimen organizado: Cero tolerancia con las mafias. Desde el Congreso de la República di una lucha frontal contra el paramilitarismo. Me enfrenté a Mancuso, a Báez, a Ramón Isaza. Llegó la hora de hacer lo mismo en Bogotá contra las estructuras criminales que operan en la ciudad como Los Pascuales y Los Tarazona en Usaquén; Los Paisas en Los Mártires, Los Macas en el sector de los barrios Egipto y Girardot; Los Martínez en Ciudad Bolívar; y Los Negros en Kennedy. El combate contra las redes criminales se dará en tres frentes: I. Quitándoles el control del territorio. II. Impidiendo que se embolsillen las rentas ilegales. Es decir, evitando que el producto de la droga llegue a las arcas de estas organizaciones. III. No solo capturando a los responsables sino judicializándolos. Para esto crearemos y financiaremos el GOES B, grupo de operaciones especiales para Bogotá, será un Grupo Élite Distrital, a imagen y semejanza de los que han demostrado alta eficacia en Colombia, como fue el que se encargó de la captura de alias ‘Don Diego’, o el que desvertebró el aparato de corrupción en el Sistema de Salud. 1 3. Cada delito según su naturaleza Diseñaremos y pondremos en marcha ocho ofensivas contra el delito. Porque no podemos tratar al homicidio como si fuera el hurto. Atacaremos los ocho delitos que tienen sitiada a Bogotá: homicidio, extorsión, narcotráfico, hurto a personas, hurto a residencias, fleteo, robo de carros, y delitos sexuales -que nos afectan sobre todo a las mujeres y los niños-. Cada ataque contra estos delitos tendrá metas de reducción y mecanismos de evaluación. 4. Acabaremos con los refugios criminales Bogotá pasó de tener una olla en El Cartucho a tener nueve ollas en El Brons, San Bernardo, Los Mártires, Las Gordas en Suba-Rincón, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Chapinero, Barrios Unidos. Las madres de esas zonas saben de qué estoy hablando. Desmantelaremos la red de narcotráfico y los negocios ilícitos alrededor con el GOES B. De la mano de la Fiscalía produciremos de la judicialización de sus miembros, la incautación de sus bienes y, dentro de nuestra política de salud, haremos los tratamientos de prevención y rehabilitación. Finalmente, modificaremos el espacio urbano con incentivos para atraer nuevos pobladores a esas zonas. Nuestra meta es CERO ollas en nuestra ciudad. Bogotá será una ciudad hostil al delito. I. En el transporte público: introduciremos cámaras y botones de pánico dentro de los buses, para proteger a las víctimas y para disuadir, capturar y visibilizar a los delincuentes. Es decir, si a alguien lo roban en un Transmilenio, hunde el botón de pánico, se cierran las puertas del bus, la persona es entonces capturada en flagrancia, con una pena de cuatro años no excarcelable. II. Sitios de aglomeración de ciudadanos: en el Centro (Santa Fe, La Candelaria, Los Mártires), así como en Chapinero, Venecia, Quirigua, Restrepo, combinaremos la presencia de pie de fuerza policial con medios de vigilancia electrónica y otras medidas complementarias como la mejora del alumbrado público y la recuperación del espacio público. III. Puntos negros en los barrios: El denominador común en los barrios cuando preguntamos que le preocupa: la respuesta es “mi peor vecino es el parque”. Por eso parques, calles, callejones, potreros tendrán mantenimiento por parte del IDRD y de las empresas de aseo, iluminación por parte de Codensa y vigilancia permanente por parte de la Policía. 2 5. Le daremos músculo a la Policía La Policía no puede tener menos recursos que la delincuencia. Tendremos más pie de fuerza: 3.000 nuevos policías: 2.600 en la calle, 400 en inteligencia, y fortaleceremos la contra inteligencia, porque las bandas criminales tienen tentáculos que llegan a todas partes y la Policía no es la excepción. 6. Blindaremos la ciudad Bogotá tiene siete entradas: vía al Llano, Autopista Sur, Calle 13, Calle 80, Autopista Norte, la vía a Choachí, la vía a La Calera. Todas las armas, las drogas, los celulares robados salen y entran por estas siete vías. Las vamos a blindar con Ejército. 7. Seguridad es justicia De nada nos sirve identificar las organizaciones criminales y capturar a los responsables, si vamos a encontrar una talanquera en la justicia. La víctima de la delincuencia tiene que tener la certeza de que algo le va a pasar al delincuente, y el victimario tiene que saber que algo le va a pasar a él. Hoy matan una persona por robarla. No pasa nada. Roban una casa. No pasa nada. Atracan a un niño en un parque. No pasa nada. Le venden droga a un niño en un colegio. No pasa nada. Violan a una mujer en un potrero. No pasa nada. ¿Qué tenemos que esperar para que algo pase? Vamos a poner en marcha el funcionamiento del aparato judicial que es el disuasor por excelencia de la delincuencia. Esto significa fortalecer la DIJIN y SIJIN y la Fiscalía. Hoy se le invierte pero en carros, hay que invertir en inteligencia (con laboratorios, instrumentos a los fiscales, equipos de comunicación). Pongamos un caso: el narcotráfico. Se está buscando e incluso capturando al último eslabón de la cadena, al jibaro que tiene las papeletas o las pastillas. Y ¿hoy qué pasa? Termina suelto, o la estructura criminal en tres horas lo reemplaza. El jibaro ni siquiera sabe quién es el jefe. Mientras que con el fortalecimiento de la justicia y de la inteligencia lo que se busca desmantelar la organización: extinguirla. El fortalecimiento de la inteligencia es lo que nos ayuda a desmantelar esa organización criminal y judicializarla, y no caerle al último eslabón. Cuando capturemos estas organizaciones, va a cambiar la seguridad en Bogotá. 8. Crearemos los santuarios de seguridad Es decir sitios sagrados en donde pondremos toda la intervención del Estado para que no ocurra ni un crimen. Esta trinidad serán: escuelas, parques y transporte público. 3 9. Redefiniremos el papel de los ciudadanos Tendremos frentes de seguridad por cuadras, cofinanciaremos un sistema de sirenas y alarmas conectadas a cada casa, para que los vecinos prevengan la comisión de delitos como el atraco callejero y el hurto a residencias. Y estarán conectados al CAI y al cuadrante. Promoveremos la denuncia. La presentación de una denuncia no puede ser un vía crucis ni otro riesgo de seguridad para la víctima. Habilitaremos los CAIs como centros de recepción de denuncia, las cuales se sistematizarán. Crearemos todas las condiciones de seguridad requeridas para que las víctimas puedan acusar a sus victimarios y reclamar justicia, sin temor a represalias. 10. El cambio en la mentalidad: el crimen sí se puede derrotar. Bogotá se ha acostumbrado a aceptar un nivel de violencia que resultaría intolerable en otros lugares del mundo. De hecho, mientras la tasa de homicidio por cada 100.000 habitantes en Bogotá era de 23,6 en 2009, la cifras para el mismo periodo de Buenos Aires era de 4,6; Montevideo 4,3; y Santiago 1,9. Sin embargo, se ha tratado de defender la idea de que los actuales niveles de seguridad son “el mejor de los mundos posibles” y resulta casi imposible reducir las cifras de delincuencia aún más. Voy a tomar las riendas de la seguridad en la ciudad para ponerle orden a Bogotá. Con esta política garantizaremos que los bogotanos vivan tranquilos en sus casas, en las calles, en los colegios, en el transporte público. Vamos a hacer así de Bogotá una ciudad humana, atractiva y segura. 4