Re". Á,mc, f5p. Neuropsll/uialria. Vol. II ,'\.' f f l'JIi4 Marca de contexto y conclusión de la 1. a entrevista de familia Teresa SUAREZ y Carmen RaJERa A la hora de comparar el trabajo en los contextos institucional y privado, hemos escogido la conclusión de la primera en­ trevista por diferentes razones. En primer lugar, se trataba de una fase de la entrevista de familia en cuyo análisis llevábamos centrados más de un año y cuya teorización habíamos ya enunciado en «La entrevista sistémica: de la conduc­ ción a la conclusión» 1. Por otra parte, la conclusión reúne una serie de características que permiten comparar los distintos contactos con pa­ rámetros relativamente estables: - Por la explicitación de la definición de la relación entre terapeutas y familia en ese momento. - Por la explicitación de las reglas del en el artículo precitado y del que repetire­ mos algunas ideas que nos parecen cen­ trales. Pensamos qúe en nuestras conclusio­ nes están al menos presentes los siguien­ tes principios: 1. La coherencia entre la conducción de la entrevista y la conclusión. 2. La elección de la conclusión según las reglas del contexto terapéutico. 3. La valoración que el terapeuta hace de la relación morfostasis-morfogénesis en el sistema familiar en el momento de la sesión. setting. 1. LA COHERENCIA ENTRE LA CON­ DUCCION DE LA ENTREVISTA Y LA CONCLUSION Nuestra hipótesis a la hora de iniciar es­ ta reflexión era que, tanto la marca de contexto de la Institución como el progra­ ma de la misma, determinarían diferen­ cias en ese submarcador de contexto que es la conclusión. Antes de pasar a describir contextos y programas queríamos señalar aquellos aspectos generales que determinan la ela­ boración de la conclusión y que aparecen En nuestra conducción de la entrevista seguimos los principios de la Escuela de Milán: circularidad, neutralidad e hipoteti­ zación. La coherencia entre la conducción y la conclusión de la entrevista es fundamen­ tal por diferentes razones: 1 «La entrevista sistémica: de la conducción a la conclusión». Carmen F. ROJERO, Teresa SUAREZ, Pi­ lar VAlQUEZ, en Revista de Psicoterapia y Psicoso­ mática, Nueva Epoca, núm. 7. Julio-diciembre 1983. Págs. 63-81. La conclusión debe estar basada en la información obtenida en la entrevista, es decir, en aquellas hipótesis que han sido verificadas. Caso contrario, nos expone­ mos a dar una conclusión demasiado inespecífica, sin duda válida para cual­ quier familia, pero sin ningún potencial de 363 Rev. Asol'. Esp. Neuropsiquio/rio. Vol. IV N. " 1/. 1984 cambio. Ejemplo: «Esta familia está muy unida; todo lo que les pasa es por cariño», A través de la conducción de la entre­ vista, el terapeuta no sólo recibe informa­ ción de la familia, sino que también le transmite a ésta a través de sus pregun­ tas, información que le permitirá el sugerir los temas que el terapeuta considera úti­ les para la resolución del problema; tam­ bién podrá la familia el deducir las reglas del contexto terapéutico aunque éstas sean implícitas. El sistema familiar está confrontado a una contradicción, cuando no a un salto lógico, en aquellos casos en que el terapeuta ha conducido la entrevis­ ta según un modelo estructural, buscan­ do, por ejemplo, diferentes alianzas con sub-sistemas, y clausura la entrevista con una connotación positiva de todo el siste­ ma, lo cual puede ser recuadrado, lógica­ mente, por la familia como una prueba de «cinismo». También es frecuente encon­ trar terapeutas que conduciendo la entre­ vista en el «aquí» y el «ahora», clausuran con una conclusión basada en la dimen­ sión temporal. A menudo esto es el resul­ tado no de la construcción de la conclu­ sión basada en hipótesis, sino que ésta no es más que un invento del terapeuta, cuando no una mala copia de algún cono­ cido «mago». 2. LA ELECCION DE LA CONCLU­ SION SEGUN LAS REGLAS DEL CONTEXTO TERAPEUTICO No vamos a entrar en detalle en este apartado, al que hemos consagrado un artículo en 1983 2 . Sólo añadir que la pri­ mera evaluación en el momento de la conclusión es acerca de la relación entre familia y terapeutas y si la marca de con­ texto es o no terapéutica. Una conclusión bien construida, pero formulada en un «contexto social» o en un «contexto judi­ 2 «La création du contexte thérapeutique lors de la premiére séance», Teresa SUAREZ y Carmen ROJE­ RO, en Thérapie familiale. Genéve, 1983. Vol. 4, núm. 2. 364 cial», tan frecuentes en la práctica de las entrevistas, puede ser un entretenimiento para los terapeutas, pero carece de efica­ cia cuando no agrava aún más la disfun­ ción familiar. Nuestra reflexión nos ha conducido a hacer una cierta corrección en relación con el artículo anteriormente citado. Nos dimos cuenta de que ciertos modos de enunciar la conclusión, que iban en el sentido de una oferta de ayuda a la fami­ lia, determinaban a menudo el que fueran los terapeutas los que asumieran toda la responsabilidad del tratamiento, disminu­ yendo así la motivación de la familia. Que­ remos aclarar que entendemos por moti­ vación, no una disposición intrapsíquica individual, sino el compromiso del siste­ ma familiar en relación con las metas del contexto terapéutico. 3. LA VALORACION QUE EL TERA­ PEUTA HACE DE LA RELACION MORFOSTASIS-MORFOGENESIS EN EL SISTEMA FAMILIAR EN EL MOMENTO DE LA SESION Del seminario que realizó G. PRATA en Madrid en julio de 1983 queríamos señalar un aspecto de su comunicación que nos pareció sumamente esclarecedor. Habi­ tualmente, el terapeuta confunde la peti­ ción de ayuda (consulta) con una deman­ da de cambio por parte de la familia. El análisis de los hechos muestra que, bien al contrario, las familias consultan en dos tipos de situaciones extremas: - Cuando la morfostasis se ha rigidifi­ cado hasta el punto de que asfixie a un miembro o a un sub-sistema. En estos ca­ sos la motivación para el cambio está me­ jor asumida. - En aquellos casos en que la familia está en una situación de crisis provocada por una información procedente de den­ tro y/o de fuera del sistema y que amena­ za con un cambio que la familia interpreta como peligrosos para su supervivencia. Re\'. Asoc. Esp. Neuropslquiarria. Vol. IV N." 1/ 1984 En estos casos, es el miedo al cambio el que motiva la consulta. - Añadiríamos también que existen casos en que el «asfixiado» es el derivan­ te, sea éste un terapeuta individual, un asistente social, etc., quien deriva a la fa­ milia al sentirse impotente por los feed­ backs negativos producidos ante sus pro­ puestas de cambio. La familia sólo espera en estos casos recuperar al derivante. Dependiendo de nuestro juicio acerca de cuál de estas tres situaciones ha pro­ vocado la demanda, elegiremos un enun­ ciado diferente en nuestra conclusión: una proposición abierta de tratamiento produciría en las familias del segundo tipo un movimiento de pánico con descalifica­ ción del contexto terapéutico. En estos casos, pues, la conclusión se apoya en la morfostasis familiar, esperando que al asumir los terapeutas el {(no cambio» pue­ da la familia liberar su potencial morfoge­ nético en la búsqueda de soluciones alter­ nativas. total disponibilidad realiza la ficha telefó­ nica. Durante el período en que se realizó el estudio de las conclusiones de la primera entrevista, nuestro equipo había introdu­ cido una nueva modalidad de trabajo, consistente en realizar la conducción de la entrevista mediante un terapeuta directo y un terapeuta supervisor que sigue la se­ sión a través de un circuito cerrado de te­ levisión. El terapeuta supervisor no inter­ viene nunca en la entrevista y el equipo terapéutico funciona con la regla explícita de que, en caso de desacuerdo, la deci­ sión última corresponde al terapeuta di­ recto como responsable clínico de la fa­ milia. Las reglas del setting terapéutico están explicitadas al realizar la ficha telefónica, salvo el contrato económico que ha sido precisado a veces ya al teléfono, pero de manera sistemática al final de la primera entrevista. 2. A) Descripción somera de los tres contextos 1. Centro para el estudio sistémico de la familia Se trata de un contexto privado, con una doble vertiente investigadora y de formación post-graduada. Este Centro está situado en segunda lí­ nea y a él llegan demandas con una indi­ cación precisa de terapia de familia reali­ zadas por diferentes profesionales traba­ jando en servicios públicos o centros pri­ vados. En general es la propia familia la que es­ tablece el contacto con el Centro directa­ mente, si bien, en algunas ocasiones, el derivante nos contacta para darnos infor­ mación. La demanda queda registrada en un contestador automático y uno de los miembros del equipo, en un momento de Departamento de Salud Mental del Centro de Planificación Fami­ liar de Móstoles Este Departamento estaba integrado durante el período que abarca el estudio, por dos psiquiatras y dos psicólogos a tiempo completo, constituyendo un equi­ po orgánicamente no jerarquizado. Las funciones de este Departamento se distri­ buían en los siguientes programas: • Cobertura del programa de planifi­ cación familiar. • Cobertura del programa materno­ infantil. • Programa de Salud Mental, a/ que nos vamos a referir de modo específico. Tras una coordinación inter-institucio­ nal, nuestro equipo adquirió el compromi­ so de ocuparse de todas las demandas de Salud Mental infantil entre Oy 6 años (tra­ bajo en primera II'nea de atención). Al mis­ mo tiempo el equipo asumía todas aque­ llas derivaciones que podrán contextuali­ 365 Rev. Asoc. Esp. Neuropslquiu/ría. Vol. IV N." 11. 1984 zarse a nivel familiar, dirigidas desde el propio Centro o desde otras instituciones del área. La metodología de trabajo del Equipo, basada en el modelo sistémico, ha sido la siguiente: a) Entrevista telefónica: el primer contacto con el demandante se ha esta­ blecido a través de una llamada telefóni­ ca, recibida en un espacio fijo, horario du­ rante el cual el demandante se pone en contacto con un miembro del Equipo de Salud Mental. A través de esta llamada se toman sistemáticamente una serie de da­ tos y se fija una primera entrevista o se deriva el caso a otra institución. b) Contextualización de la demanda: en la llamada telefónica, síntoma y de­ manda se sitúan en su contexto. La reco­ gida de datos y la focalización de la inter­ vención estarán basados en este trabajo de contextualización. c) Tipo de intervención: el Equipo ha trabajado fundamentalmente con familias o subsistemas familiares. En un escaso porcentaje se han visto pacientes indivi­ duales y en otras ocasiones, se ha trabaja­ do con contextos más amplios que la fa­ milia. En los tratamientos familiares se trabaja a menudo en coterapia, emplean­ do en algunos casos el espejo unidireccio­ nal a lo largo de todo el tratamiento. d) Primera entrevista: en general, los primeros casos eran evaluados, en el mo­ mento en que se realizó el estudio, por la totalidad el Equipo con el empleo del es­ pejo unidireccional. Las primeras entre­ vistas realizadas por un solo miembro del Equipo eran discutidas luego en un grupo de indicaciones de intervención. Al mismo tiempo que el equipo llevó a cabo estas funciones, estaba participan­ do en un proyecto de integración de servi­ cios de Salud Mental, que se plasmó me­ ses más tarde en la creación de un Centro de Salud Mental. Se trata pues de un contexto de trabajo complejo e inestable, tanto en el sentido del organigrama como de los objetivos del Equipo. 366 Por otro lado, las conclusiones analiza­ das en nuestro estudio, pertenecen a pri­ meras entrevistas evaluadas por todo el Equipo utilizando el espejo unidireccional. Este espacio tiene pues una doble marca de contexto: de consu Ita y a la vez de for­ mación. Al mismo tiempo habíamos llegado em­ píricamente a la conclusión de que exis­ tían tres parámetros con los que era difícil trabajar en la Institución pública, estable­ cida con unas reglas que le permiten so­ brevivir más allá de individuos y equipos, no maneja el tiempo, ni a la hora de con­ ceptualizar intervenciones, ni como factor terapéutico. El segundo parámetro es el <mo», lo cual implica que se puedan aceptar inclu­ so demandas que llegan a la Institución y que crean relaciones antiterapéuticas. Una tercera dimensión, corolario de las dos anteriores, es que la Institución basa sus intervenciones más en la motivación de los equipos para llevarlas a cabo, varia­ ble por tanto según los momentos, que sobre la motivación del demandante. Es­ tos tres parámetros eran tenidos muy en cuenta por el equipo durante el período del presente estudio. Al analizar las meta­ conclusiones veremos una vez más que ser conscientes de un fenómeno no es su­ ficiente para cambiarlo. 3. Programa de Salud Parento-In­ tantil del Centro de Promoción de la Salud de Carabanchel El equipo de Salud Mental del C.P.S. de Carabanchel, integrado por dos psi­ quiatras y dos psicólogos, planteó desde su creación en 1981, la elaboración y de­ sarrollo de un programa de Salud Mental que integraba tres actividades funda­ mentales: - La cobertura a los diferentes pro­ gramas preventivos del C.P.S. (Programa de Planificación familiar, programa de Asistencia Social, Programa de agentes Rev. Asoc. Esp. Neuropsiquiatría. Vol. IV N. " 11. 1984 de salud y Programa de salud parento­ infantil). - La coordinación funcional con los equipos y profesionales de salud mental del Distrito. - Un programa de salud mental espe­ cífico en primera y segunda li'nea para un barrio del Distrito y para dos zonas margi­ nales del mismo (Colonia de Pan Bendito y del Tercio Terol). Desde comienzos de este año (1984) y coincidiendo con cambios en la poHtica sanitaria municipal, el equipo de Salud Mental abandonó la actividad, centrada en zonas geográficas concretas del Dis­ trito, para centrarse muy específicamente en la cobertura a los equipos de atención primaria (médicos generales, pediatras, enfermeros, tocólogos, etc.) que atien­ den a la población de la beneficencia mu­ nicipal. De esta manera, el equipo de Sa­ lud Mental, pasó a estar situado en una segunda línea de atención, mientras que el resto de los equipos y programas del C.P.S. se sitúan en la primera línea. El programa de Salud Parento-Infan­ til, fue presentado por Carmen ROJERO y Begoña OLABARRIA en la Revista de la A. E. N. 3. Expusimos los objetivos yactivi­ dades del programa así como los criterios preventivos que nos permitían definir e in­ tervenir en situaciones de alto riesgo biopsicosocial. Asimismo, diferenciába­ mos las intervenciones en situaciones concretas (familias de alto riesgo) de las intervenciones generales de carácter co­ munitario, entre las que valorábamos tan­ to la información sobre aspectos genera­ les o parciales del programa, en diferentes niveles comunitarios, con la sensibiliza­ ción y asesoramiento a los politicos que tienen la responsabilidad de realizar cier­ tas reformas estructurales que impliquen 3 «El programa de Salud Parento-Infantil del Centro de Promoción de la Salud de Carabanchel: Un modelo de prevención primaria precoz en Salud Mental». Carmen F. RaJERa y Begoña OLABARRiA, en Revista de la A. E. N., año 11, núm. 3. Enero-abril 1982. una mayor atención a los problemas de Salud Mental de la familia y más específi­ camente del niño d~ corta edad. En el período en que se publicó este tra­ bajo las actividades concretas de Salud Mental dentro del programa consistían en una entrevista de familia (si había hijos) o de pareja al comienzo del mismo y seis se­ siones de grupo de parejas, realizadas cin­ co de ellas durante el embarazo y la sexta después del parto, asistiendo a esta últi­ ma todas las parejas con sus bebés. A comienzos de este año y debido a cambios en la estabilidad del equipo del C.P.S. (oposiciones para psiquiatras, psi­ cólogos, as'istentes sociales y ginecólo­ gos) se decidió suspender provisional­ mente algunas de las actividades del pro­ grama, entre ellas los grupos de parejas realizados por Salud Mental quedando, pues como única actividad la entrevista de familia que se realizaba en el momento en que se iniciaba el programa. Esta primera entrevista de pareja o de familia del programa parento-infantil po­ see por lo anteriormente expuesto algu­ nas características peculiares que desea­ mos resaltar: 1. o Al tratarse en principio de parejas o familias «normales», éstas no plantean ninguno de los problemas específicamen­ te considerado como de Salud Mental. 2. o Dado que en un porcentaje del 80 %, aproximadamente, se trata de pa­ rejas que esperan su primer hijo, éstas se encuentran en una fase muy específica del ciclo vital de la familia. Frecuentemen­ te no han terminado la fase de autonomi­ zación de sus respectivas familias, están aún constituyendo su relación de pareja y preparándose al mismo tiempo para la lle­ gada de un tercero en la relación: su pri­ mer hijo. 3. o Como consecuencia de lo anterior la entrevista no está planteada como tera­ péutica sino como evaluativa por el mis­ mo programa, dejando, sin embargo, bien abierta la posibilidad de que caso de que se defina algún problema relacional, se pueda intervenir terapéuticamente en 367 ReL Aso(' Esp. /VeuropslqUlalría. Vol. 11 v." 11. 1984 la misma entrevista o en entrevistas pos­ teriores. Las parejas que acuden al programa, en su mayoría presentan una demanda de preparación al parto, que es redefinida por el equipo desde el primer contacto te­ lefónico ya que el recepcionista les infor­ ma que en el C. P. S., la preparación al parto no es más que una actividad dentro de un programa llamado parento-infantil. Explica someramente las actividades del programa, la duración del mismo y no concede la cita hasta que no está seguro de que el padre y los hijos (caso de existir) puedan acudir. Excepciones a esta regla explícita del programa son los casos de madres solteras, separadas o divorciadas que no tienen relación de pareja-estable; también los casos en que el padre ha muerto o vive a gran distancia. En esta úl­ tima situación, la entrevista de pareja no quedará nunca anulada sino pospuesta. B) Metodología del trabajo Nuestra reflexión versó sobre un total de 22 entrevistas de las cuales diez proce­ dían del equipo de Salud Mental de Mós­ toles, cinco del Programa Parento-Infantil del C.P.S. de Carabanchel y siete del Centro para el Estudio Sistémico de la fa­ milia. El criterio de selección de las entrevis­ tas fue el siguiente: - Las del Programa Parentú-Infantil eran las de un grupo completo tomado al azar. - Las del Centro para el estudio de la familia eran todas las primeras entrevistas realizadas entre septiembre de 1983 y julio de 1984. - En la Unidad de Salud Mental de Móstoles se seleccionó las diez primeras entrevistas que pudieron ser grabadas tras la adquisición de los medios técnicos necesarios para ello. Indudablemente, es­ tos datos, no poseen ningún valor esta­ dístico habiendo optado más bien por un 368 estudio monográfico, centrado sobre las redundancias observadas en las conclu­ siones de cada uno de los contextos. En cuanto al estudio de las redundan­ cias dentro de cada grupo ha sido realiza­ do por profesionales de orientación sisté­ mica ajenos al equipo que condujo la en­ trevista y que construyó las conclusiones. C) Redundancias encontradas en cada contexto 1. Centro para el estudio sistémico de la familia En seis de los siete casos analizados la conclusión de la primera entrevista infor­ ma a la familia acerca de la imposibilidad de determinar si hayo no una indicación de tratamiento con propuesta de una se­ gunda entrevista evaluativa. Sólo en uno de los casos la familia recibe una conclu­ sión encuadrada dentro de una «no indi­ cación de tratamiento». En ninguna entrevista faltó ninguno de los miembros convocados ni asistieron miembros no invitados a la sesión. La contextualización más redundante fue la familia nuclear; sólo en dos casos vinie­ ron otros miembros que el equipo consi­ deró significativos. Todos los miembros ajenos a la familia nuclear fueron exclui­ dos explícita y definitivamente al final de la primera entrevista; sólo en un caso en el que el contexto significativo fue mal eva­ luado en la ficha telefónica, la familia ex­ tensa fue invitada a la segunda entrevista. En cinco familias (entre las que se en­ cuentra la que recibe una conclusión de «no tratamiento») se realiza una prescrip­ ción que servirá de «test» de la comple­ mentariedad de la familia con los objeti­ vos de la fase de evaluación. En todos los casos se explicitan las re­ gias del setting y de modo redundante surge la dificultad en la acomodación en torno al contrato económico. Si bien durante el período de estudio la dimensión temporal formaba parte de Rev. Asoc E.'JI fveuropsiqwatría. Vol. IV N. " II 1984 nuestras preocupaciones básicas, en el 50 % de las entrevistas el intervalo entre la primera y la segunda entrevista fue quincenal, mensual en dos de ellas, y de seis meses en el caso de la indicación de «no tratamiento». Los instrumentos terapéuticos utiliza­ dos de manera redundante fueron: la pro­ pia conducción de la entrevista y el man­ tenimiento de la motivación de la familia por medio de la prolongación de la fase de evaluación. No solamente no hemos tenido deri­ vantes sospechosos durante este período sino que, en tres de las siete familias, el derivante (terapeuta de familia en forma­ ción) colaboró activamente en el trata­ miento. Lo que más nos ha llamado la atención en esta fase de la conclusión de la entre­ vista es que, pese a no haber ofrecido aún una información alternativa explícita a los problemas que les traen a la consulta, es­ ta fase es extremadamente larga, con nu­ merosos feed-backs verbales y no verba­ les. Nuestra hipótesis es que los intentos habituales de descalificación de la redefi­ nición terapéutica, por un intento de me­ dir la tolerancia de los terapeutas ante la infracción de las reglas del setting. 2. Equipo de Salud Mental del Cen­ tro de Planificación Familiar de Móstoles En cuanto a la indicación de tratamien­ to al final de la primera entrevista aparece que en seis de los casos el equipo no se compromete en el tratamiento, redefi­ niendo la segunda entrevista como conti­ nuación de la evaluación. Cuando se prescribe una tarea, ésta es recuadrada como un «test» y mide la motivación de la familia durante la fase de evaluación. En tres de los casos hay un deslizamien­ to de la marca de contexto entre la con­ sulta y el tratamiento. En una familia (en la que las insubordinaciones llegan hasta el final de la entrevista) se concluye, con una «no indicación de tratamiento». La delimitación del contexto terapéuti­ co en la primera entrevista es variada, os­ cilando entre la pareja, la familia nuclear y la familia nuclear con miembros significa­ tivos de la familia extensa (que a partir de ahora llamaremos familia significativa). Solamente en un caso se excluyeron los miembros de la familia extensa al final de la primera entrevista y en ningún caso fue preciso ampliar el foco entre la prime­ ra y la segunda entrevista. En cuanto a las reglas del setting sólo en tres casos éstas se explicitan y aún en esos casos se hace solamente de manera parcial. El equipo terapéutico estaba formado, salvo en un caso, por dos terapeutas di­ rectos con el resto del equipo detrás del espejo unidireccional como supervisores. Los instrumentos terapéuticos elegidos al final de la entrevista fueron extremada­ mente variados. En cuatro casos se hace un comentario o una prescripción paradó­ jica, en dos casos es la propia conducción de la entrevista el instrumento terapéuti­ co, en un caso se utiliza un comentario metafórico, en otro una redefinición del síntoma y en el último se refuerzan los lí­ mites alrededor de la familia nuclear. En relación al intervalo entre las sesio­ nes oscila entre 15 días y seis meses, sien­ do la periodicidad mensual la más redun­ dante. La fase de la conclusión de la entrevista es, en estas sesiones, estudiada, en gene­ ral breve, con escasos feed-backs verba­ les (el registro realizado es solamente ver­ bal). En los casos en que los terapeutas no han realizado ningún comentario, los feed-backs ven en el sentido de testar la tolerancia en cuanto a la infracción de las reglas del setting. En cinco entrevistas el derivante ha te­ nido un peso crucial hasta el punto que la relación entre él y la familia ha tenido que ser considerada en la construcción de la conclusión. En dos ocasiones, la terapeuta supervi­ sora responsable funcional del equipo, in­ terviene directamente en la conclusión. 369 Re.'. Aroe Esp. NeuropslQuiatría. Vol. IV N. " 11. 1984 3. Primera entrevista del Programa de Salud Parento-Infantil del C.P.S. de Carabanchel Al tratarse de parejas o familias que, es­ perando un hijo, acuden al programa es­ perando ser ayudados en el parto y en la parentalidad, la primera entrevista realiza­ da por los terapeutas de familia no puede estar lógicamente estructurada de la mis­ ma manera que las primeras entrevistas de familias habituales en los programas de Salud Mental. El estudio de cinco pri­ meras entrevistas de este programa muestra que en ellas existen una prese­ sión y una sesión pero que faltan la pausa y la fase de conclusión de la entrevista. Durante la pre-sesión el terapeuta, con la !"Iistoria clínica y la ficha social realizada por la asistente social, trata de elaborar un mínimo de hipótesis sobre la mujer, la pareja o la familia a la que va a entrevis­ tar. La primera parte de la entrevista, des­ tinada a recoger los teed-backs de la pare­ ja o familia en torno al programa, significa toda una acomodación de entrevistador y pareja a las reglas explícitas de éste, lo cual implica un reto abierto a las reglas socio-sanitarias vigentes que tratan de ex­ cluir al padre de todo lo relacionado con la procreación, el embarazo, el nacimiento y los cuidados del recién nacido. La delimitación del contexto en estos casos se centró en la pareja dado que to­ dos ellos esperaban su primer hijo y no convivían con ningún miembro de la fami­ lia extensa. Las entrevistas fueron realizadas por un solo terapeuta y el registro de las mismas fue solamente verbal. Las sesiones aparecen extraordinaria­ mente estructuradas en torno a los items siguientes: a) Constitución de la Pareja: cómo se conocieron, tiempo de noviazgo, tiempo que llevan casados, cambios que han ex­ perimentado en la relación después de la boda o de empezar a convivir juntos, etc. b) Constitución de la familia: planifi­ cación o no del embarazo, aceptación o 370 no del mismo, recursos económicos para afrontarlo, cambios en la relación de pare­ ja con el embarazo, cambios en relación con las familias de origen, en torno al em­ barazo, sexo del bebé, reglas relaciona­ les, etc. c) Relaciones con las familias de ori­ gen: cómo se han sentido aceptados por la familia política, quiénes asistieron a la boda, a qué distancia viven de los padres, con qué frecuencia les visitan, para cuál de los padres ha sido más dolorosa su marcha de casa, etc. d) Relaciones con el contexto profe­ sional y social: si trabajan o no, si salen con amigos, qué proyectos tienen en tor­ no al trabajo después del nacimiento del niño, etc. e) Embarazo: signos físicos o psíqui­ cos de rechazo, caso de haber existido embarazos o abortos investigación de lo vivido por la mujer y por la pareja, etc. f) Parto: actitud hacia él (miedo, te­ mores, etc.) tanto del padre como de la madre, lugar donde van a dar a luz, etc. En cuanto a la conclusión de la entre­ vista, como decíamos al principio, no aparece como una fase delimitada, sino que, a medida que en la entrevista se ha­ ce un planteamiento explícito de algún problema, bien sea por parte de la pareja o del entrevistador, se exploran las alter­ nativas utilizadas con apoyo explícito de aquellas que aparecen como más válidas. En algunos casos el problema planteado es redefinido por la entrevistadora, estu­ diando a continuación y de manera con­ junta las alternativas posibles destinadas a resolverlo. En cuanto a la marca de contexto de estas entrevistas oscila entre el contexto informativo-pedagógico y el terapéutico (este último en el caso de que se defina un problema concreto). Ninguna de estas familias ha sido con­ siderada como estando en un contexto de alto riesgo y en ninguno de los casos ha habido una propuesta de segunda entre­ vista. En todos ellos ha existido una oferta Rev. Asoc E!>/,. NeuropslqUlalríu. Vol. IV N." 1/. /984 explícita de disponibilidad por parte de la entrevistadora. O) Aspectos diferenciales entre los tres contextos En la comparación de las conclusiones en los tres contextos nos ha parecido evi­ dente que el marcador de contexto del programa preventivo era jerárquicamente superior a los marcadores de contexto institución pública-centro privado que ac­ tuarían por ello como sub-marcadores de contexto. Para poder comparar estas en­ trevistas, hubiéramos necesitado, por tanto, un programa preventivo semejante realizado en el Centro privado. Pensamos que en las entrevistas del programa pre­ ventivo el contexto significativo incluye a los miembros del equipo interdisciplinario que trabaja en el programa y, estos miem­ bros, ausentes en la entrevista, son los re­ ceptores de la conclusión explícita de la entrevista. Podemos decir, pues, que en este programa existen conclusiones (o feed-backs) dados a dos niveles jerárqui­ cos distintos: la «conclusión» que se da al equipo y las «sub-conclusiones» que se dan a la familia a lo largo de la entrevista en la medida que, familia y entrevistadora abordan conjuntamente problemas que la familia define o reconoce como tales. Este tipo, pues, de organización de la entrevista obedece a un objetivo básico del equipo de Salud Mental: conseguir que las familias salgan de la entrevista con la misma etiqueta de normalidad con la que llegaron. En cuanto a la comparación entre las conclusiones de los dos programas asis­ tenciales, hemos encontrado diferencias en cuanto a: 1) La delimitación del contexto signi­ ficativo: en el Centro privado está más centrada sobre la familia nuclear. 2) Las reglas del setting están mucho más claramente definidas en el contexto privado que en el institucional. 3) El equipo terapéutico es más senci­ llo, estable y horizontal en el centro priva­ do. Por el contrario, en la institución el equipo terapéutico es más complejo (cin­ co personas), funcionalmente jerarquiza­ do y más inestable. 4) El intervalo entre la primera y la se­ gunda entrevista es mucho más estable en el centro privado, mientras que en la institución se optó por intervalos en gene­ ral más largos. 5) Las dificultades en torno a la deri­ vación son significativamente más impor­ tantes en la Institución pública que en el centro privado. 6) Los instrumentos terapéuticos son más estables en el Centro privado (donde se juega casi exclusivamente con la con­ ducción de la entrevista y el mantenimien­ to de la tensión en el sistema familiar), mientras que, en la Institución, en las en­ trevistas estudiadas, el equipo maneja un amplio espectro de alternativas. 7) En el Centro privado el terapeuta directo mantiene la conclusión sin que el supervisor intervenga en ningún momen­ to durante esta fase, lo cual sí ocurre, aunque excepcionalmente, en la Insti­ tución. E) Meta-conclusiones Queríamos terminar nuestra reflexión hipotetizando acerca de a qué obedecen los aspectos diferenciales que hemos en­ contrado en la comparación de las con­ clusiones y que a su vez hemos contrasta­ do con nuestra larga experiencia empírica acerca de los diferentes contextos, en que se han realizado estas entrevistas. Pensamos que la institución pública, en tanto que organización compleja, detenta una serie de características que impron­ tan las relaciones dentro del equipo, los programas que este desarrolla, así como las entrevistas (explicitadoras de la rela­ ción entre el equipo y el usuario) y obvia­ mente las conclusiones y los instrumen­ tos terapéuticos en ellos empleados. 371 Re\'. Awc bp. NeuropslqulUfríu. Vol. 1 V 'V.' 11 1984 De estas características institucionales retendríamos aquí una redundancia que hemos observado frecuentemente y que pensamos guarda relación con algunos de los matices diferenciales que hemos en­ contrado en la comparación de las con­ clusiones entre el contexto privado y el contexto institucional. Nos referimos en primer término a la simultaneidad de dife­ rentes organigramas en el interior del equipo institucional, implícitos, coexis­ tentes con el organigrama oficial explícito y que se muestran más evidentes en los momentos de crisis del equipo. Estos aspectos implícitos de los organi­ gramas institucionales pensamos que se correlacionan con la dificultad de los miembros del equipo institucional a la ho­ ra de explicitar a las familias las reglas del setting terapéutico. La presencia de dife­ rentes organigramas hace evidente que además de los objetivos explícitos que siempre tienen equipos e instituciones, coexisten objetivos implícitos que tienen características similares a la de los secre­ tos familiares, es decir, que todo el equi­ po conoce su existencia pero existen re­ gias que prohíben metacomunicar acerca de lo que se sabe. Indudablemente, en la fase de la conclusión de la entrevista, el terapeuta no sólo está definiendo su rela­ ción con la familia, sino también con los objetivos explícitos e implícitos de equipo e institución, entendiendo también entre estos la definición de la relación que la propia institución quiere mantener con la administración y con el resto de la red socio-sanitaria. Dentro de las reglas relacionales que forman parte del organigrama implícito al­ gunas emergen bajo forma de mitos insti­ tucionales a los que evidentemente todo el mundo se acomoda y que incluso a ve­ ces se presentan como evidencias científi­ cas. El cuestiona miento de estas «eviden­ cias científicas» saca a la luz la existencia de estas reglas implícitas institucionales cuya infracción es castigada con la culpa­ bilización y/o la marginación de quien osa hacerlo. Un ejemplo evidente de como la institución se acomoda a estos mitos es que la indicación de «no tratamiento» es un instrumento terapéutico difícil de utili­ zar en la institución pública dado que mostraría uno de los mitos más fuerte­ mente arraigado, esto es, el que la institu­ ción tiene que necesariamente prestar ayuda a quien /0 pide. En relación con lo que acabamos de ex­ poner, está la oferta de múltiples instru­ mentos terapéuticos en las conclusiones del equipo institucional: recogiendo la afirmación de Giuliana PRATA pensamos que en los casos más graves la multiplici­ dad de ofertas terapéuticas contribuyen sobre todo a desestabilizar el contexto te­ rapéutico aunque sin duda dan la sensa­ ción a los terapeutas de que hacen algo por la familia. Hemos pues descubierto, que el aceptar nuestra impotencia tera­ péutica es uno de los cambios más difíci­ les de introducir en la Institución pública. 01 OUOG RAFIA SELVINI PALAZZOLl, M. y cols.: «The problem of the Referring Person», en Journal of Marital and Family therapy. 1980. SELVINI, M. Y PRATA, G.: «Pourquoi un long inter­ valle entre les seances? Praxis et theorie dans notre traitement de la famille du schizophrene», presenta­ do en el VI Simposium Internacional sobre la psico­ terapia de la esquizofrenia. Lausanne, 1978. 372 SELVINI, M. Y cols.: «Dans les coulisses de I'orga­ nisation». E.S.F., 1983. SUAREZ, T. Y RaJERa, c. F.: «Le creation du con­ texte therapeutique lors de la premiére seance», Thérapie famtliale. Vol. 4, núm. 2. SUAREZ, T.; ROJERO, C. F., y VAZQUEZ, P.: «La en­ trevista sistémica: de la conducción a la conclusión». Revista de Psicoterapia y Psicosomáti­ ca. Nueva Epoca, núm. 7. Julio-diciembre, 1983. Págs. 63-81.