15 AÑOS DE CONQUISTA Serie: "DIOS HA SIDO FIEL” UN LEGADO A SEGUIR Parte II. Los riesgos: Prepárese para cuando usted ya no esté LECCIÓN 4 NIÉGUESE A SER UNA UVA SIN SEMILLA Un día fui al supermercado y mientras caminaba por los pasillos vi un cartel que decía: “Uvas sin semilla”. Al principio pensé que era un truco porque jamás había oído cosa semejante. Pensé: “Es posible que haya frutas sin semilla?”. Le pregunté al encargado de la tienda: ¿La información en esos carteles es correcta? Sonrió y dijo: “Es la nueva tendencia”. Extendí el brazo y levanté unas hermosas uvas, parecían normales. Tenían un olor normal pero pensé para mí: “¿Este es nuestro futuro?” y la respuesta explotó en mi mente: esta fruta no tiene futuro. El futuro de todo existe en las semillas de cada cosa y donde no hay semilla no hay futuro. Toda organización, partido político, iglesia, corporación e incluso familia debe cultivar, identificar, asegurar y desarrollar las semillas potenciales que hay dentro de su contexto que garantizarán la perpetuación de esa entidad. Jesús plantó semillas. No dejó el “desarrollo del liderazgo” librado al azar. Tenía un programa. Estuvo tres años y medio entrenando, desarrollando, moldeando, formando y siendo un modelo de liderazgo para sus doce estudiantes. Para cuando se fue, el supremo entrenador se aseguró que ellos pudieran predicar, enseñar, orar, sanar, echar fuera demonios y hacer milagros. Su mayor éxito no fue lo que El hizo, sino lo que sus estudiantes y los estudiantes de ellos hicieron después de que Él se fue. (Mateo 13:31-32). Jesús fue un estupendo mentor. Los líderes que no son mentores son fruto sin semilla. Para ser mentor y llevar fruto, debe erradicar estas tendencias, problemas y emociones: 1. Temor: ser mentor implica que usted planea irse. Cuando los líderes creen que no tienen a donde ir se resisten a ser mentores. Debemos recordar que nuestra vida es más grande que nuestro trabajo y que nuestro trabajo es una fase temporal. No debemos tener temor de preparar a otros para ocupar nuestro lugar. 2. Resistencia: nada asusta más a los seres humanos que el cambio. Cuando es mentor de alguien está creando la perspectiva de cambio que lo afecta directamente a usted. No nos importa cambiar la vida de otros pero no queremos cambiar la nuestra. Debemos vencer esta resistencia. 3. Autoestima pobre: si su sentido de estima o valor proviene de su posición y título, querrá retenerlos toda la vida. Sin embargo, si reconocemos que nuestro propio valor viene de nuestros dones únicos y trasciende al trabajo que tenemos hoy, podemos liberarnos y convertirnos en mentores de otros y ayudarlos a desarrollarse para cuando no estemos. 4. Duda: si no tiene fe en su propia gente y tiene temor a que los que integran su círculo actual pueda algún día calzar sus zapatos, entonces es alguien con duda. Si sigue así no será mentor de nadie porque nunca creerá que hay alrededor de usted alguien digno de ocupar su lugar. 5. Inversión: usted ha invertido toda su vida en esta organización, iglesia o negocio y ahora debe ser el mentor de alguien que podría adueñarse de su inversión o incluso destruirla después de que usted se haya ido. Esa es la actitud de un líder que no entiende que la única forma de preservar la inversión es mentorizar un sucesor. Si usted ha sido un buen mentor, sus inversiones estarán en buenas manos. En resumidas cuentas, gran parte de nuestras razones para no convertirnos en mentores se reduce a falta de confianza en nosotros mismos y en otros. Debemos aprender de Jesús que es nuestro supremo ejemplo de mentor, nunca estuvo preocupado por su posición de liderazgo. Estaba seguro. En los inicios de su ministerio, puso su partida en su agenda y habló de ella. (Mateo 16:21 y Lucas 9:22). ¿Por qué convocar a una reunión para decir: Miren, no voy a estar con ustedes para siempre. Así que quiero entrenarlos para que se arreglen sin mí? Planee su partida el día que comienza para no ser una uva sin semilla. TEXTO A MEMORIZAR: “Mientras la tierra permanezca no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”. Génesis 8:22 Munroe Myles (2012), Un legado a seguir, E.U.A, Casa Creación