Seguimos intentando responder preguntas sobre la banda

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La Banda Ancha en el Hogar: la demanda que se avecina
Juan Cambeiro Cuns
Tecnologías
El hogar constituye una de las grandes oportunidades para la Banda Ancha y los servicios asociados a ella. ¿Qué demanda de BA se nos avecina? ¿Qué servicios se
están gestando y cuánto ancho de banda necesitarán? Este interesante artículo solventa éstas y otras cuestiones.
This article in English
Seguimos intentando responder preguntas sobre la banda ancha, uno de los grandes temas de este año
para las telcos, ahora que los ingresos de datos son las "grandes esperanzas" del crecimiento de nuestras
compañías. ¿Qué demanda de banda ancha se nos avecina? ¿Qué servicios se están gestando y cuánto
ancho de banda exigirán? ¿Hay servicios que a día de hoy no son posibles por las limitaciones de banda
ancha? ¿Cuánto es suficiente? ¿Crecerán indefinidamente las necesidades de capacidad en la banda
ancha? Seguramente, nuestros lectores reconocerán aquí algunas de las preguntas más acuciantes a las que
nuestro trabajo diario debería encontrar respuesta.
A día de hoy existen, fundamentalmente, dos corrientes de pensamiento que se suelen expresar así: "¿Qué
requiere exactamente tanta banda ancha? No veo para qué son necesarios 20 Mbits. No veo la demanda ni
los servicios". La otra es: "dentro de muy poco el hogar medio demandará unos 30Mbits y las exigencias
al respecto seguirán creciendo de manera imparable".
Nokia-Siemens networks tiene en sus webs públicas documentación que refleja sus predicciones de
demanda de banda ancha en los hogares. Dichas predicciones se pueden resumir con la siguiente figura.
¡Entre 25 y 100 Mbps por cabeza!
¿Tienen fundamento estas predicciones? Hagamos un ejercicio a modo de prueba, y veamos qué nos
sale.
Empecemos con el caso de la televisión. ¿Qué teníamos hasta hace unos años, con la televisión pública
analógica, la que recibíamos por la antena? El broadcast (difusión) de televisión significaba la transmisión
de todos los canales disponibles de forma simultánea, cada una en su rango de frecuencias determinado.
Luego era el receptor de TV el que se encargaba de seleccionar el canal que el usuario quería ver. No es
raro tener una TV en el salón, y otra en algún lugar de la casa (habitaciones, cocina o incluso un PC con
una tarjeta de TV), cada una mostrando un canal diferente. Adicionalmente, teníamos un vídeo[*] (¡sí, no
hace tanto, qué lejano parece ya!) que, independientemente del canal que estuviésemos viendo en ese
momento en cualquiera de las TV, era capaz de sintonizar el canal programado y realizar una grabación.
Por tanto, no era raro que los dispositivos del hogar estuviesen en algún momento consumiendo dos
canales diferentes de TV simultáneamente (de hecho, a determinadas horas del día podría ser algo muy
habitual) y en algunos momentos tres canales, cuando el vídeo estuviese realizando alguna grabación. El
límite, por supuesto, no existía, técnicamente hablando: podría tener 25 televisores viendo canales
diferentes a la vez, pero dicho escenario nunca ha sido relevante.
¿Qué ocurriría si quisiésemos tener lo mismo a través de TV vía banda ancha? Teniendo en cuenta que la
alta definición es ya una realidad tecnológica y también comercial en muchos mercados (EE. UU., Reino
Unido, Alemania, etc.), hagamos la suposición razonable de que en el plazo inmediato-medio tendremos
demanda de TV en alta definición en todos los hogares. De media, y hasta que los códecs consigan más
logros, un canal de HDTV son unos 8Mbits. Tenemos entonces que, para igualar el escenario de 3 canales
simultáneos, necesitamos 24 Mbits (al menos hasta que los códecs de video nos den más eficiencia, ver
gráfico). Y aún así, no estaríamos ni cerca de la capacidad que teóricamente tendrá el broadcast de canales
TDT en alta definición, que será de unos X canales simultáneos.
Mejora de los sistemas de codificación de video con el tiempo
¿Es razonable pensar en tres canales de TV simultáneos? Podemos suponer que sí por varios motivos: el
primero de ellos, que es un escenario que era ya posible con la tecnología antigua, usado por un
determinado número de hogares; segundo, porque no tiene mucho sentido decir "apagad la TV de la
cocina, que quiero verla en el salón" o "no puedo ver la TV en la habitación, porque el vídeo está
grabando un canal". Estas restricciones son acatadas por los clientes cuando el servicio ofrecido no les
deja alternativa, pero no se puede decir que al usuario no le gustaría encender la TV sin tener que
preocuparse antes de qué más hay encendido en casa.
Y hasta aquí hemos tratado sólo el caso de la TV, con un escenario que era posible hace años. No
obstante, ¿qué más tenemos?
Tenemos que el teletrabajo es cada vez una realidad más extendida. Si estoy tele trabajando en casa, y
quiero bajarme documentación del trabajo, o quiero asistir a una reunión por videoconferencia de alta
definición (otros 8Mbits), tampoco tiene sentido decir "hijo, apaga la TV que tengo que hacer una
videoconferencia con mi jefe", o "corta la grabación del vídeo, que necesito esos 8Mbits para bajarme un
documento urgente". O bien que la videoconferencia con tu jefe vaya de repente demasiado lento porque
el video se ha puesto a grabar.
Al mismo tiempo, tenemos Internet: puede estar alguien
bajándose contenidos por internet, o conectado a servicios online,
o estarse bajando una película de iTunes, o puedo tener un
amplificador HIFI que está recibiendo música por streaming desde
Internet.
Y, casi sin darnos cuenta, hemos pasado de los 30Mbits, con
servicios que no tienen nada de revolucionarios. Hemos hablado
de TV, teletrabajo e Internet. No nos hemos metido todavía en TV
3D, reuniones virtuales en HD (servicios de varios flujos HD
simultáneos), teleasistencia, el despliegue de la educación a distancia con telepresencia, servicios de
domótica y televigilancia en el hogar, y otro tipo de servicios que puedan requerir más ancho de banda o
conexiones simultáneas en el futuro. Ni siquiera hemos mencionado el Femtonodo[*] del hogar, elemento
fundamental en el despliegue futuro de banda ancha móvil vía estándares del NGMN [*] y el cual
requerirá su "cuota" de ancho de banda para funcionar correctamente.
Tampoco hemos profundizado en contenido generado por el usuario y al acceso a contenidos que
residen en el hogar, lo cual requiere una conexión de "subida" también generosa; ya no vale tener altas
velocidades de descarga, sino que el usuario demandará altas velocidades de subida[*]. Ejemplos:
subir todas las fotos de mis vacaciones a flickr, videos a youtube, o acceder desde cualquier lugar en el
que esté (hotel, lugar de vacaciones, etc.) a los contenidos (vídeos, fotos, películas), etc. No sólo
requeriremos streaming de video HD hacia nuestro hogar, sino desde nuestro hogar.
Y, por último, el "network computing", o la tendencia a tener todo en la red (contenidos y capacidad
de computación). Tengo mis fotos el Flickr, mis videos en youtube, aplicaciones remotas de GoogleDocs
u Office online, y servidores de alta capacidad de computación que se limitan a enviar sólo las
representaciones gráficas a mi PC. La idea es que, esté en donde esté el contenido o la aplicación, quiero
acceder a él como si estuviese en mi disco duro personal, con la misma velocidad y tiempo de respuesta.
Esto también consume ancho de banda.
¿Es razonable pensar en tal simultaneidad de servicios? Siempre es arriesgado predecir los escenarios
futuros y dejaremos que cada uno haga su evaluación personal, pero podemos decir que sí, que es
razonable. Cada vez más gente accede a Internet. A fin de cuentas, la idea de que Internet y que gran parte
de los servicios de la banda ancha son para los jóvenes, cada vez tiene menos fundamento. Los jóvenes de
la era Internet están creciendo, y están siendo ya adultos, y tenemos que una parte muy significativa de la
comunidad de jugadores on-line tiene más de 30 años, por poner un ejemplo. Además, muchas empresas
están diseñando servicios con interfaces muy sencillas, con el fin de conseguir que usuarios no
familiarizados con la tecnología y de edad más avanzada, sean capaces de usar Internet. Y por último, nos
adentramos en el famoso escenario de "The Internet of Things "[*], en donde cada vez habrá más y
más dispositivos (en el hogar y fuera) interconectados vía Internet, como ejemplo: los televisories
Sony Bravia que se conectarán a servicios de alquiler de vídeo por internet tipo Netflix, o a Youtube,
reproductores o grabadores de video que acceden a contenidos de internet, reproductores de música que
hacen lo mismo, sistemas de televigilancia en el hogar, y un largo etcétera.
Por tanto, el "cuadro" muestra que varias personas y varios dispositivos pueden estar utilizando
simultáneamente el acceso de banda ancha del hogar, desde el hogar o cuando están de viaje, mediante
una multitud de servicios que, por ende, cada vez consumen más recursos.
¿Cuánto ancho de banda requiere todo esto? Mucho.
Conclusión
Hay indicios suficientes para que pensar en demandas superiores a los 20-30 Mbits en el hogar en un
plazo muy cercano no sea ninguna tontería. Dicha demanda no vendrá por la aparición de un único
servicio que demande mucho ancho de banda ni por la piratería, sino por la simultaneidad de
servicios, simultaneidad de dispositivos conectados, y simultaneidad de usuarios de una familia que
acceden a servicios de banda ancha a medida que estos se generalicen en nuestro hogar. No tiene sentido
apagar un servicio para encender otro, ni que los usuarios se tengan que turnar entre sí para disfrutar de la
banda ancha. ¿Quién pensaría ya en algo así? Pues bien, todo esto se llama "hambre de más y más ancho
de banda". Hambre que no será posible saciar con la con tecnología basada en el par de cobre (ni siquiera
con el cable para las demandas futuras), siendo imprescindible, por tanto, abordar el despliegue de fibra
óptica. Dicho despliegue requiere unas fuertes inversiones, que no serán viables si no se propicia un
entorno que permita garantizar el retorno de la inversión.
Autor: Juan Cambeiro Cuns. Telefónica España
«Artículo incluido en el boletín eKISS nº 94, una publicación semanal interna de Telefónica»
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