Arte Mudéjar - COMENIUS maristas Jaén

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Arte Mudéjar
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1. INTRODUCCIÓN
Se conoce por Arte Mudéjar, al que se desarrolló, fundamentalmente a lo largo de la
Baja Edad Media, en algunos territorios de los reinos cristianos peninsulares. Esta
denominación tiene su origen en el siglo XIX, cuando algunos eruditos acuñan el término
para definir el arte de origen islámico realizado bajo dominio político cristiano.
Especial trascendencia tiene la población musulmana. Tras la conquista, y ante la
obligación de cambiar de fe para no tener que abandonar los reinos cristianos, se
convirtieron en mudéjares y, posteriormente, tras un proceso de conversión forzosa,
pasaron a ser moriscos, hasta su expulsión definitiva de la Península en el siglo XVII.
Una de las manifestaciones culturales más atractivas delarte español es la
pervivencia de la arquitectura hispanomusulmana. Mudéjar, en la historiografía
actual,engloba a todo el fenómeno de la continuidad artística y cultural de Al Ándalusen las
tierras cristianas, aún después de la desaparición de éste como estado islámico.
Se trata de un fenómeno de amplias dimensiones pero existe una polémica en torno
a la definición y significado del fenómeno mudéjar que oscila entre la que considera al
mudéjar “como un fenómeno artístico privativo de la cultura española medieval, o unenlace
entre la cristiandad y el Islam”y que tiene una repercusión muy importante en Andalucía,
como heredera cultural.
El término "arte mudéjar" lo acuñó Amador de los Ríos, en 1859, cuando pronunció
su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando sobre “El estilo
mudéjar, en arquitectura”.
Mudéjar es un término que deriva de la palabra árabe mudayyan que significa "al
que le ha sido permitido quedarse" y que se utiliza para designar a los musulmanes
españoles que permanecieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos, y bajo su
control político, durante el proceso llamado Reconquista, que se desarrolló a lo largo de la
Edad Media en la península Ibérica. A estos musulmanes se les permitió seguir practicando
su religión, utilizar su lengua y mantener sus costumbres.
Durante la Edad Moderna fueron obligados a convertirse al cristianismo, pasando
así a denominarse moriscos.
El origen histórico-social del mudéjar hay que buscarlo en el avance de la
reconquista leonesa, castellana y aragonesa que supuso la incorporación de territorios con
población musulmana, que aportan su saber en el campo de diversas artes. Es comúnmente
aceptado que la aparición del mudéjar hay que datarla en el siglo XII en la, por entonces
poderosa ciudad de Sahagún. Esta población leonesa del Camino de Santiago se convirtió
en un fuerte centro religioso y económico en los siglos XII y XIII como indica el Códice
Calixtino "prodigio de todo tipo de bienes". Es posible que algunas cuadrillas de alarifes de
Toledo fueran contratadas para acelerar los diversos proyectos arquitectónicos que en ese
momento se desarrollaban en la ciudad leonesa.
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El mudéjar se consolida en el siglo XIII y es exportado hacia el sur y sureste. En
Andalucía, los orígenes de este arte están estrechamente relacionados con el proceso de
conquista de los territorios de Al Ándalus. El arte mudéjar es un estilo artístico que se
desarrolla en los reinos cristianos de la península ibérica, pero que incorpora influencias,
elementos o materiales de estilo hispano-musulmán. Es la consecuencia de las condiciones
de convivencia existente de la España medieval y se trata de un fenómeno exclusivamente
hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVI, como mezcla de las corrientes
artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época y que
sirve de eslabón entre las culturas cristianas y el Islam. Para unos historiadores se trata de
un epígono del arte islámico y para otros se trata de un periodo del arte cristiano en el que
aparece la decoración islámica, ya que lo practican los mudéjares, gentes de
religión musulmana y cultura árabe que permanecían en los reinos cristianos tras la
conquista de su territorio y, a cambio de un impuesto, conservaban su religión y un estatus
jurídico propio; pero también moriscos y cristianos que aprendieron las técnicas propias del
arte musulmán.
No es un estilo artístico unitario, sino que posee características peculiares en cada
región, entre las que destacan el mudéjar toledano, leonés, aragonés y andaluz. Desde
la península ibérica, también viajó a las colonias españolas del continente americano. Se
trata de un fenómeno exclusivamente hispánico que tiene lugar entre los siglos XII y XVI,
como mixtificación de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y
renacentistas) y musulmanas de la época. Seria, por definición, una forma de asimilar lo
árabe en un contexto absolutamente español. Este movimiento artístico se extenderá hasta
principios del siglo XIX por las colonias españolas en América con la denominación de
"arte Colonial". Hoy día, podemos apreciar las iglesias mudéjares a lo largo y a lo ancho
de toda América Latina, desde Cuba hasta el norte argentino, como la bellísima catedral de
la Virgen de la Candelaria.
El mudéjar se consolida en el siglo XIII y es exportado hacia el sur y sureste. En
Andalucía, los orígenes de este arte están estrechamente relacionados con el proceso de
conquista de los territorios de Al Ándalus. . La posterior conquista de Andalucía dará un
mudéjar más joven y con influencias directas de la arquitectura tradicional. Una figura de
importancia en el mudéjar es el albañil y su mundo, en oposición con la cantería y los
canteros. El "albañil", "el alarife" utiliza el ladrillo, el yeso, escayola, mampuesto, madera.
Su situación de vencido lo transforma en mano de obra barata y en condiciones de construir
lo que ordenen sus clientes, que serán iglesias, sinagogas, fortalezas, palacios...
Se puede considerar que la conquista de Andalucía se inicia tras la victoria cristiana
en las Navas de Tolosa (1212). Entre 1236-1246 se produce un importante progreso en el
Reino de Jaén, tomándose la capital y sus grandes ciudades y villas importantes como
Baeza, Úbeda, Arjona, Cabra del Santo Cristo, Santisteban, Porcuna, Alcaudete, Baeza,
Quesada y Andújar.
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El arte mudéjar es un estilo para cristianos pero que incorpora influencias,
elementos o materiales de estilo hispano-musulmán, tratándose de un fenómeno autóctono
y exclusivamente hispánico.Se extiende desde el siglo XII hasta el XVI, mezclándose con
los estilos cristianos internacionales en boga, de ahí que se hable de románico-mudéjar y
gótico-mudéjar, términos que no están exentos de polémica. Para algunos autores este estilo
no es sólo una simple variante española de la arquitectura europea de esa época, sino que
adquiere carácter propio al integrarse las corrientes cristiana y musulmana, reelaborando y
reinventándose un nuevo estilo de enorme importancia para la historia del arte español.
Para otros, no es sino la adaptación del arte europeo internacional a las técnicas
musulmanas, pero sin perder su esencia románica y posteriormente gótica o renacentista,
por lo que recibe los nombres anteriormente citados.
No cabe duda de que el origen mestizo del arte mudéjar, así como diversas
variedades regionales y una larguísima evolución en el tiempo que abarca desde el siglo XII
al XVII hacen de él un estilo controvertido y sujeto a todo tipo de interpretaciones y
valoraciones por los estudiosos.
En función del avance conquistador cristiano o de otras peculiaridades locales
podemos encontrar cuatro focos de arte mudéjar:
El primer foco es el castellano-leonés. Es el más antiguo, predominando las iglesias
parroquiales. Por su cronología (siglo XII) se mezcla con el estilo románico, aunque
construido en ladrillo, como en Toro (Zamora).
Otro foco es el de Castilla La Nueva o Castilla-La Mancha, cuyo centro es Toledo y en
donde destacan las sinagogas, como la de Santa María la Blanca o la del Tránsito.
Aragón constituye otro de los focos, donde destacan sus torres-campanario de
iglesias que tienen en Teruel su máximo exponente, visibles también en la provincia de
Zaragoza (Calatayud, Utebo). La arquitectura mudéjar de Aragón fue declarada por la
UNESCO Patrimonio Mundial el 14 de diciembre de 2001. El foco de Aragón, el más rico
y evolucionado, recoge todo el esplendor del arte taifal saraqustí y las innovaciones que
introducen, tanto los almohades corno los cristianos. Es la evolución del Arte Islámico del
Norte de Al Ándalus, una vez que entra en contacto con la sociedad cristiana y su cultura.
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Torre-campanario de la iglesia de San Martín en Teruel
Finalmente está el foco del sur, el foco de Andalucía, que recrea el arte islámico
existente antes de la conquista cristiana que no solo abarca la Andalucía occidental, sino
que penetra incluso en Extremadura. En este foco la realización más importante es el
palacio del rey Don Pedro I de Castilla (de 1364), en los Reales Alcázares de Sevilla. Pero
no hay que olvidar otras realizaciones como el claustro del Monasterio de Guadalupe
(Cáceres), el monasterio de La Rábida (Huelva), la Sinagoga de Córdoba, entre otras
realizaciones.
Las primeras representaciones del mudéjar surgen en el siglo XII en la cuenca del Duero,
con dos focos principales: las villas medievales de Cuéllar y Sahagún. En el caso de la
primera, por estar situada a medio camino entre las ciudades de Segovia y Valladolid,
representó una plaza de gran importancia, y en ella se implantó un emporio ganadero que la
proporcionó una próspera economía a partir del siglo XII, lo que permitiría un importante
número de construcciones, llegando al siglo XV con veinticuatro iglesias y con una
población de 1.700 habitantes. En sus construcciones, sobre todo en las puertas de la
muralla de Cuéllar y especialmente en el arco de San Basilio se advierten grandes
similitudes con el mudéjar militar toledano.
En lo que respecta a la segunda villa, está situada en el Camino de Santiago y se convirtió
en un fuerte centro religioso y económico en los siglos XII y XIII, donde pudieron trabajar
algunas cuadrillas de alarifes de Toledo para acelerar las obras que en ese momento se
desarrollaban en ella. La rapidez de estos alarifes en las construcciones de ladrillo se
impondría sobre la construcción de sillería romana.
El primer brote conocido se realiza en torno al Duero y es conocido como románico de
ladrillo. Los alarifes siguen las tipologías cristianas tanto en planta como en alzado
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utilizando pilares, arcos de medio punto, arcos ciegos exteriores y portadas con arquivoltas,
con una progresión a la que se le llama abocinamiento.
El periodo más importante en la arquitectura mudéjar en España son los siglos
XII, XIV y XV, que se debe a la calidad y bajo precio de los alarifes frente a constructores
cristianos. Los alarifes son maestros en la utilización del ladrillo y tardan muy poco tiempo
en hacer sus construcciones. La arquitectura mudéjar es fundamentalmente decorativa,
introduce nuevas soluciones que ayudan a la arquitectura actual. Emplean materiales
blandos y baratos como ladrillo, yeso y barro vidriado. Se diferencia de las grandes
construcciones cristianas, es una arquitectura que no utiliza grandes sillares sino albañilería.
Se sustituye la gran bóveda por techumbre plana o armaduras.
La posterior conquista de Andalucía dará un mudéjar más joven y con influencias
directas de la arquitectura tradicional. Una figura de importancia en el mudéjar es el albañil
y su mundo, en oposición con la cantería y los canteros. El "albañil", "el alarife" utiliza
el ladrillo.
En las primeras décadas del siglo XX vuelve a reaparecer, calificándose de
neomudéjar, plasmada en plazas de toros, como la de Las Ventas en Madrid, o estaciones
de ferrocarril, como la de Plaza de Armas.
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2.Características
Podemos destacar del arte mudéjar las técnicas constructivas propias, un sistema de
trabajoheredero de la tradición artística hispanomusulmana que se adapta a las nuevas
funciones y necesidades de una sociedad mayoritariamente cristiana. Así, en el arte mudéjar
destacamos:
La presencia de edificios singulares del arte islámico en España reutilizados y
transformados con otras funciones que sirven de referente a los constructores cristianos.
La minoría mudéjar que es aceptada por la sociedad cristiana y que dada su
especialización en las técnicas constructivas impone sus criterios estéticos.
Aceptación de unas técnicas constructivas y de unas formas estéticas.
La arquitectura mudéjar conjuga características propias de la hispanomusulmana y de
otros estilos hispanos.
La arquitectura mudéjar conjuga características propiasde la hispanomusulmana y
de otros estilos hispanos. En general podemos definir algunos rasgos que pueden ser
coincidentes con otros estilos peninsulares:
- Utilización de materiales autóctonos, especialmente ladrillo y madera.
- El uso de unos materiales concretos, como el ladrillo, con unas medidas determinadas que
condiciona las proporciones generales del edificio.
- Utilización simbólica de algunos materiales (cantería en portadas y presbiterio).
- Espacios sencillos y polivalentes en parte heredados de la tradición mediterránea clásica:
plantas rectangulares, cuadradas, planta basilical, organización en torno a un patio...
- Desarrollo orgánico del edificio.
- Eficacia técnica: posibilidad de resolver las necesidades funcionales, estéticas y
tectónicas.
- Versatilidad de formas y tipos constructivos condicionada por los usos y
técnicastradicionales de los mudéjares y por los métodos de trabajo de unos gremios:
alarifes, albañiles, canteros, azulejeros, carpinteros y yeseros que puede resultar
conservadora
o tradicional.
- El carácter unitario del edificio mudéjar se obtiene gracias al perfecto engranaje y
superposición de técnicas constructivas y decorativas muy diversas.
La decoración tiene su origen en el arte musulmán: geométrica, epigráfica y
ataurique. ..Aunque aparece siempre como un elemento superficial –alicatados, yeserías
armaduras...–, sobrepuesto a la estructura, no cabe duda que es un componente esencial
tanto para su concepción espacial como para la disposición de sus alzados e interiores.
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Es lógico que las formas decorativas, su ubicación y distribución en el edificio, su
ordenamiento y proporción dependan del arte islámico. Sin embargo, los ingredientes
formales islámicos: epigrafía, atauriques, lacería,... se mezclan con otros procedentes de la
tradición cristiana.
Las estructuras arquitectónicas varían, aunque a menudo se basan en patrones
cristianos, y es frecuente encontrar plantas de edificios de inspiración románica o gótica.
Sin embargo, es normal que las cubiertas sean de artesonado de madera, característica
hispano-musulmana, y es ahí donde la tradición islámica parece triunfar, en la cubierta del
cuerpo de la iglesia que suelen emplear la armadura de par y nudillo en la nave central y de
colgadizo en las laterales.
Artesonados: proviene de la palabra “artesón” y son maderas o vigas situadas en las
techumbres entre cuyos huecos eran cubiertos de adornos. Generalmente este nombre se
refiere a toda techumbre con decoración de madera, que resuelve los problemas
estructurales de los edificios, y muy especialmente la realización de forjados de piso y
armaduras de cubierta. Se encuentran fundamentalmente en la arquitectura mudéjar y
musulmana.
Destacan los artesonados de los Alcázares de Sevilla, la sinagoga del Tránsito de Toledo, y
las que existían en el palacio de los duques de Maqueda deTorrijos, parte de los cuales se
encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de España, así como en el Reino
Unido y Estados Unidos.
Armadura: Desde el punto de vista estructural, la primera observación que es menester
apuntar se refiere al uso inadecuado del término artesonado, con que habitualmente se ha
venido denominando a esta techumbre de la catedral de Teruel, un término introducido
incluso en varias publicaciones de carácter científico, tal vez por su mayor casticismo. Con
el término artesonado, que ha sido asimilado además por las lenguas extranjeras que
carecen de un equivalente, se pretende aludir a la forma de artesa invertida que tiene la
sección de la armadura de par y nudillo. Pero tal como ha propuesto con todo rigor Balbina
Martínez Caviró en sus estudios sobre la terminología de la carpintería hispanomusulmana,
el término artesonado debe utilizarse tan sólo con connotación ornamental, debiendo
reservarse su uso para todas aquellas techumbres que, independientemente de su estructura
o de la disposición de su armadura, se hallen decoradas con artesones o casetones. Así
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puede llamarse artesonado a un alfarje o techumbre plana, que se halle decorada con
artesones o casetones, como sucede con el que cubre el salón principal del palacio de los
Reyes Católicos en la Aljafería de Zaragoza. Pero este no es el caso de la techumbre que
cubre la nave central de la catedral de Teruel, por lo que no es procedente la denominación
de artesonado sino la de armadura de par y nudillo.
Antonio Almagro nos ha ofrecido una precisa y clara descripción de la estructura de la
techumbre, que reproduzco a continuación, con la única modificación por mi parte de
presentar en cursiva, la primera vez que se mencionan y describen, los términos
específicos de cada uno de los diferentes elementos que componen la armadura, con el fin
de que así puedan servir a modo de diccionario técnico para el lector no iniciado en el
tema:
Armadura par y nudillo
“La armadura, de par y nudillo, está formada por vigas inclinadas de acuerdo con la
pendiente del faldón de la cubierta y apoyadas en la cumbrera o vértice superior,
entestando con las correspondientes del otro faldón. Estas vigas van colocadas a pequeños
intervalos y se denominan pares o alfardas. Para evitar la flecha y pandeo de estas piezas
se dispone, normalmente a la distancia de un tercio de su longitud desde la cumbrera, una
pieza horizontal de igual sección, que une los dos pares y que recibe el nombre de nudillo.
Los pares entestan superiormente con los de la otra vertiente, bien directamente o bien con
la interposición de una tabla que se denomina hilera. En la parte inferior apoyan en otra
pieza de madera corrida llamada estribo y que es la encargada de repartir el peso y el
empuje horizontal a los muros. Los pares se colocan a escasa distancia unos de otros,
generalmente separados una distancia igual a dos veces su propio grueso, aunque esta
medida varía en ocasiones. El nudillo evita la flecha o comba hacia el interior de los pares
a la vez que absorbe parte del empuje horizontal que produce la estructura.
Como en grandes luces este empuje puede ser considerable, se colocan otras vigas,
los tirantes, uniendo horizontalmente los estribos de los dos lados a fin de contrarrestar los
empujes opuestos que se producen en ambos apoyos. Estas vigas, que se suelen colocar
apareadas, son de notable mayor tamaño que los pares y nudillos, pues además de tener
que trabajar a tracción deben soportar su propio peso con una gran separación entre
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apoyos. Para reducir ésta se disponen piezas empotradas funcionando como ménsulas, que
se denominan canes o asnados y cuyas cabezas o extremos libres se decoran con formas
geométricas, zoomórficas o con cabezas humanas.
La estructura así concebida tiene la facultad de producir un reparto de las cargas y empujes
prácticamente uniforme en todo el perímetro de los apoyos, adecuándose de esta forma a
las fábricas de escasa resistencia, como las de ladrillo y tapial, que caracterizan a la
arquitectura hispanomusulmana y más en particular a la mudéjar.
Sección transversal
Ésta es la disposición estructural del conjunto. Con el fin de permitir el asiento del tejado
por la parte superior y poder presentar decoración hacia el interior, los espacios entre los
pares y entre los nudillos se cubren con tablas, que forman los faldones inclinados y
el almizate o harneruelo horizontal. Estos elementos delimitan el espacio definido por la
armadura que se percibe como unitario al estar sólo interrumpido de manera ocasional por
los tirantes. Éstos, a su vez, también se enlazan cerrando el espacio entre las dos vigas,
dando la impresión de elementos más potentes de lo que en realidad son. Frente a las
estructuras
latinas,
en
las
que
abundan
los
elementos
verticales,
como pendolones y tornapuntas, que dividen el espacio bajo la cubierta, la solución
musulmana y mudéjar es más unitaria recordando una bóveda corrida.
El enriquecimiento decorativo lleva a dividir las calles o espacios entre pares, enlazando
éstos con piezas de unión opeinazos, que determinan formas de hexágonos alargados o de
estrellas. Las aristas de estas piezas se biselan a la vez que reciben cortes con formas
especiales, dando lugar a lo que se conoce como labor de menado. Las zonas de las
paredes que quedan entre los tirantes y los canes se cubren con tablas decoradas, que
enmascaran los estribos formando el alicer. Todos los papos o caras inferiores de las vigas
y las tabicas tablas que cierran las calles están aquí decoradas con pinturas; las vigas y
peinazos con motivos geométricos y las tabicas con un riquísimo repertorio iconográfico
(…) En el centro de cada tramo del almizate, entre dos pares de tirantes, hay un motivo
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decorativo central compuesto por una cúpula agallonada (…) En el exterior la nave central
tiene un alero con canes con rollos menudos y terminados en estilizadas cabezas de toros.
Estos canes tuvieron decoración pictórica al igual que los sofitos y que aún se conserva en
algunas zonas”.
Así, pues, la techumbre de la catedral de Teruel no es un artesonado en sentido estricto,
sino una armadura de madera de par y nudillo, apeinazada y con dobles tirantes apeados en
canes. Tiene 32 m de longitud y 7,76 m de anchura, así como 3,50 m de anchura en el
almizate y 2,85 m de longitud en los faldones. Los diez tirantes de vigas pareadas dividen
visualmente la techumbre en nueve secciones, una sistematización que se utiliza para la
descripción de la misma, numerándose las secciones correlativamente desde el crucero
hasta los pies de la nave, correspondiendo la última y novena sección a la que hubo de ser
repuesta totalmente, como se ha dicho, por el Servicio de Regiones Devastadas en la
restauración realizada tras la Guerra Civil.
Antonio Almagro ha observado que “las pendientes de sus faldones son notablemente
menores de lo que suele ser más corriente en lo propuesto por el tratado de Diego López de
Arenas y en la mayoría de las armaduras de época posterior, sobre todo en Andalucía. Las
armaduras de par y nudillo trazadas con el cartabón de cinco, que es el más usado en el
tratado, presentan una pendiente de 36º mientras que esta armadura de Teruel tiene
alrededor de 30º, lo que parece indicar que se utilizó el cartabón de seis o de 30º, menos
corriente.
Por otra parte aunque la armadura de madera de par y nudillo no economice material ya
que en su estructura se utiliza tanta madera o más que en las armaduras de cerchas y
correas de tradición occidental, sin embargo ofrece dos notables ventajas como son el
empleo de piezas de pequeña escuadría, excepto para los tirantes, de fácil traslado y
montaje, así como un alto grado de prefabricación en el taller. Todo ello incidirá de modo
decisivo en la naturaleza ornamental de revestimiento y en su consiguiente significado.
Sin adelantar todavía la calificación de “unicum” que por su decoración pintada, como se
fundamentará en su momento, ha merecido esta techumbre de la nave central de la catedral
de Teruel, es decir, de ejemplar único y excepcional desde el punto de vista artístico,
también desde el punto de vista de su estructura podemos considerarla un ejemplar
bastante excepcional en el contexto de la arquitectura mudéjar aragonesa e incluso en el
contexto de la arquitectura hispanomusulmana y mudéjar, en general, ya que ciertamente
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son bastante raras las techumbres conservadas de época medieval y más aun las que
pueden adscribirse al siglo XIII.
Por supuesto que esta estructura de la techumbre con armadura de madera de par y nudillo
ha de ser considerada excepcional en el contexto de la arquitectura mudéjar de Aragón,
tanto por su misma naturaleza como por sus notables dimensiones, además de por la
circunstancia nada fútil de haberse conservado, y ello a pesar de que Antonio Almagro
haya discrepado de esta singularidad; no por lo que a su decoración pintada se refiere sino
por su forma estructural, que ahora valoramos, aduciendo la generalización de este tipo de
estructuras para cubiertas de ermitas de la comarca de Albarracín, aunque los ejemplos
conservados son de época más tardía, con predominio del siglo XVI, y por otra parte nos
hallamos en una zona geográfica abundante en madera, como es sabido.
Por supuesto que, en todo caso, la existencia de esta armadura de par y nudillo en la
catedral de Teruel fue posible gracias a la proximidad geográfica de los pinares de la
comarca de Albarracín, de los que además se han establecido series completas para una
datación dendrocronológica, que han permitido corroborar cronologías relativas para el
arte mudéjar de Teruel. Pero si de la zona de Albarracín nos desplazamos al conjunto de la
geografía mudéjar de Aragón se aprecian de inmediato dos constantes relevantes: la
primera se refiere a que en el sistema de cubierta del arte mudéjar aragonés predominan las
bóvedas de crucería realizadas en ladrillo frente a las techumbres de madera; la segunda,
cuando se utilizan cubiertas de madera, se refiere al predominio de otras estructuras
diferentes, como son los alfarjes o techos planos (caso de los coros en alto a los pies de la
iglesia, desde la Virgen de Tobed hasta Santa Tecla de Cervera de la Cañada, además de
los numerosos ejemplos en arquitectura civil), así como las techumbres inclinadas apeando
sobre arcos diafragma (caso de algunas ermitas e iglesias, desde la Virgen de la Fuente en
Peñarroya de Tastavins hasta San Juan Bautista en Chiprana). Incluso en algunas iglesias
donde se utilizaron excepcionalmente armaduras, éstas son de parhilera y no de par y
nudillo, como es el caso de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Tarazona.
De manera que la armadura de par y nudillo de la catedral de Teruel es de todo punto
excepcional en el contexto de la arquitectura mudéjar aragonesa, ya que precisamente uno
de los rasgos que la han definido es el escaso uso de las armaduras de par y nudillo en su
sistema de cubiertas, frente a otros focos regionales hispánicos, en los que predomina
dicho sistema.
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A pesar de esta última apreciación, si nos limitamos al siglo XIII, e incluso si ampliamos
la consideración a todo el periodo medieval, también la armadura de par y nudillo de la
catedral de Teruel puede calificarse de excepcional en el contexto del mudéjar hispánico,
ya que son muy escasos los ejemplares conservados. Balbina Martínez Caviró tan sólo ha
adscrito al siglo XIII las armaduras de par y nudillo que cubren la iglesia de Santiago del
Arrabal y la Sinagoga de Santa María la Blanca, ambos monumentos en la ciudad de
Toledo. Queda, finalmente, una alusión al origen hispanomusulmán de las armaduras de
madera de par y nudillo utilizadas en la arquitectura mudéjar hispánica, tesis defendida por
la historiografía clásica aunque en los últimos años esta corriente haya encontrado un
discrepante en el arquitecto Enrique Nuere. Ha sido mérito del profesor Fernando Chueca
Goitia, en sus notables interpretaciones del arte mudéjar hispánico, haber destacado el
interés estructural de las armaduras de par y nudillo, cuyo antecedente se encuentra en la
arquitectura almohade.
Sobre pilares cruciformes apean generalmente arcos apuntados de sencilla traza que
resultan ser la traducción del arco gótico con técnicas tradicionales mudéjares.
La tipología de los edificios es variada: desde iglesias parroquiales a palacios,
pasando por monasterios y sinagogas. Otros edificios característicos fueron las torrescampanarios
Los materiales utilizados suelen ser los más característicos del arte hispanomusulmán: ladrillo, madera, yeso y azulejos, aunque también hay realizaciones en sillares
de piedra, más utilizados en los reinos cristianos.
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El trabajo de la madera
Los carpinteros mudéjares, herederos de la fecunda tradición artesanal andalusí, nos han
dejado magníficos ejemplos de su pericia. Sirven para ilustrarlo las bellas muestras de
mobiliario, especialmente la realización de puertas decoradas con lacerías, conservadas en
diversos puntos de nuestra geografía. En las techumbres polícromas la carpintería mudéjar
alcanzó la mejor expresión de sus conocimientos. La larga serie existente de alfarjes planos
y la diversa tipología de armaduras a dos aguas o incluso en forma de artesana invertida,
además de aligerar sustancialmente el peso de la cubierta, permitieron plasmar amplios
programas iconográficos pintados, que sintetizaban lo mejor de la pintura gótica con los
típicos motivos abstractos y geométricos propios de la estética musulmana.
Las yeserías
La utilización del yeso o del aljez, ya de larga tradición en el arte musulmán, será uno de
los caracteres más sobresalientes del arte mudéjar. Efectivamente, el yeso, un material
relativamente abundante, y por ello económico, sencillo de trabajar y sobre todo muy
versátil, permitía su empleo tanto en suelos como en los enlucidos de muros. No obstante,
fue en las labores de talla de celosías y estucos donde los maestros artesanos desarrollaron
en todo su esplendor toda la rica panoplia de motivos de tradición andalusí, desde los lazos
y estrellas a los frisos de mocárabes, las caligrafías o los motivos heráldicos.
Ladrillo
Ha sido considerado el material mudéjar por excelencia, utilizándose tanto con fines
decorativos como constructivos. El ladrillo fue muy utilizado en Oriente por influencia de
la cultura mesopotámica, también fue muy utilizado en la época hispano-árabe, tanto en la
época califal, aunque con carácter servicial respecto a la piedra, como bajo los dominios
almorávides y almohades, en los que el ladrillo adquiere más protagonismo.
Cerámica
La utilización de la cerámica al servicio de la arquitectura fue una constante del arte
mudéjar, utilizándose tanto en exteriores como en interiores, portadas, torres, zócalos,
arrimaderos, solerías y techumbres. Los centros productores más importantes fueron
Paterna y Manises, en Valencia; Teruel, Calatayud y Muel, en Aragón y en Sevilla en
Andalucía. Las principales técnicas utilizadas, procedentes del Arte hispanomusulmán,
fueron el alicatado, la cuerda seca y la arista o cuenca.
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3. Edificios mudéjares.
Entre los edificios que vamos a estudiar en este proyecto, vamos a destacar
algunos de la ciudad de Sevilla y posteriormente nos centraremos en Jaén.
El Alcázar de Sevilla y la Casa de Pilatos: desde tiempos de Alfonso X, la
monarquía y la nobleza, deseosa de lujo y la orientación que permitiera
reafirmar su poder, buscó en el arte mudéjar el estilo de sus palacios y casas
señoriales. Especialmente Alfonso XI y sobre todo Pedro I fueron los monarcas
que más se apegaron a las formas mudéjares.Fruto de ello, tenemos el
monasterio de Santa Clara de Tordesillas en Valladolid y muy especialmente el
fastuoso complejo del Real Alcázar de Sevilla, más exactamente Reales
Alcázares de Sevilla.
El Alcázar de Sevilla es un complejo palaciego iniciado en tiempos de Alfonso
X y continuado por Alfonso XI. No obstante, la mayor parte de los edificios que
lo forman fueron de tiempos del reinado de Pedro I.En conjunto pues, el Alcázar
de Sevilla es un edificio ecléctico donde se manifiestan diferentes tendencias del
arte musulmán interpretadas por mudéjares de distintas procedencias y
filiaciones.El Alcázar de Sevilla se articula alrededor de dos patios, el fastuoso y
grande llamado de Doncellas y el más recoleto, denominado de las Muñecas. En
la confluencia de ambos, se encuentra el magnífico Salón de Embajadores.
La casa de Pilatos, residencia de los duques de Medinaceli, es un extraordinario
palacio de dos plantas construido en los primeros años del siglo XVI. Fue
mandado construir por Dº Pedro Enríquez, Adelantado Mayor de Andalucía y su
mujer, Catalina de Ribera, aunque la mayor parte del edificio se erige por D.
Fadrique, hijo de ambos, a su regreso de Jerusalén.No vamos a pararnos a
describir un edificio que es básicamente renacentista y de sabor italianizante,
pero si citaremos aquí la abundante decoración mudéjar que se combina con la
arquitectura del Renacimiento de una manera magnifica y armoniosa.
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El Real Alcázar de Sevilla.
La casa de Pilatos de Sevilla.
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Hacemos mención especial y nuestro estudio se centrará en el mudéjar en la
provincia de Jaén, y concretamente en la ciudad de Jaén donde nos detendremos con mayor
profundidad. En nuestra ciudad y suevolución urbana estuvieron impulsadas por la figura
del valido de Enrique IV, el Condestable D. Miguel Lucas de Iranzo. Además, el
crecimiento urbano en el reino de Jaén durante este período se vio engrandecido por el
mudejarismo, materializado en una serie de restos de la cultura islámica en el mundo
cristiano.
En la provincia de Jaén vamos a cantarnos en dos ciudades: Úbeda, donde hay
vestigios del protogótico en las Iglesias de San Pablo (puerta de los Carpinteros) y San
Pedro. El gótico y mudéjar están presentes en la Iglesia de Santa María, la de San Nicolás
es un buen ejemplo del gótico tardío (s. XIV-XV). En arquitectura civil destacan la Puerta
del Rosal o de Sabiote (s. XIV, mudéjar) y la Torre del Reloj (torreón gótico del s.XIII
remodelado en el XVI), el Museo ocupa lo que fue una casa mudéjar de tipo popular.
Puerta del Losal (Ubeda).
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En Baeza el protogótico se aprecia en las Iglesias de Santa Cruz y El Salvador, la
Puerta de la Luna de la Catedral alterna detalles góticos y mudéjares, la fachada del Palacio
de Jabalquinto (s. XV-XVI) es buena muestra del gótico final o isabelino. Del gótico tardío
son también la Iglesia de Santa María, en Linares, la de San Bartolomé, en Andújar, la
Parroquia de Lopera y el Convento de Santa Marta en Martos.
Puerta de la Luna (Baeza).
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En Jaéncapital pueden visitarse el Castillo de Santa Catalina (Torre del Homenaje y
Capilla), las Iglesias de la Magdalena y San Ildefonso (gótico tardía), las de San Bartolomé,
iglesia de San Andrés y Convento de Santa Clara (armaduras) y los restos del Palacio de
Condestable Iranzo.
Artesonado de la iglesia de San Andrés.
Monasterio de Santa Úrsula
Lo más destacable de este monasterio es la iglesia, con un bonito artesonado mudéjar
Iglesia de San Bartolomé
Se trata de una iglesia medieval construida entre los siglos XVI y XVIII. No podemos pasar
por alto el artesonado mudéjar, el barroco Cristo de la Expiración, el ábside circular y su
retablo y la pila bautismal de cerámica vidriada en estilo gótico-mudéjar.
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Capilla de San Andrés
Esta construcción medieval, posible sinagoga de la ciudad, fue declarada Monumento
Histórico-Artístico en 1931. Destacan en su interior: el presbítero, mezcla de estilo góticocastellano y mudéjar con el retablo mayor del s.XVIII y la Capilla de la Inmaculada, con un
retablo barroco, y a los lados en el púlpito, una puertecita mudéjar y la tabla renacentista de
la Virgen de la Luz. Cierra esta capilla una gran reja policromada obra del Maestro
Bartolomé del s. XVI.
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Arco de San Lorenzo
Es el único resto que queda de la iglesia de San Lorenzo, levantada entre los siglos XIII y
XIV y fue declarado Monumento Nacional en 1877. Es de estilo gótico-mudéjar y en la
parte inferior se encuentra una capilla con decoración de arabescos mudéjares.
Iglesia de la Magdalena en sus libros de fábrica, al campanario se le denomina torre
morisca.
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Método de trabajo.
Rastreo de fuentes escritas y digitales del mudéjar español.
Revisión bibliográfica del patrimonio arquitectónico de la provincia y de la ciudad de Jaén
en la época bajo medieval.
Palabras clave
Arquitectura.
Urbanismo.
Arte gótico.
Arte românico.
Arte mudéjar.
Iranzo, Miguel Lucas de, condestable de Castilla.
Siglo XV.
Arquitecture.
Town planning.
Gothic.
Jaén.
Bibliografia.
Lopez Guzman, Rafael. “ La arquitectura mudéjar”. Catedra. Madrid 2002.
Cuevas Matas, Juan; Arco Moya, Juan del . “ Redacciones de los hechos del muy magnifico
e mas virtuoso, el señor don Miguel Lucas, muy digno Condestable de
Castilla”.Universidad y Ayuntamiento de Jaén, 2001.
Integrantes del grupo:
Raquel Carrillo Blanca.
Fernando Cuervas Bragado.
Gema Lopez-Villalta Moral.
Luís Carlos Perez Ortega.
Tutores:
M. Carmen Díaz Sánchez.
Antonio García Fernández.
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