Activando el optimismo consciente, un camino hacia el éxito Hay que entender el optimismo como una forma de actuar sobre la realidad, como una conducta activa y perseverante motivada por el enfoque positivo de la realidad que influye en nuestra ilusión y en nuestra esperanza a pesar de la situación y de las circunstancias. Veamos que diferencias existen entre un optimista y un pesimista: El pesimista generalmente tiene la sensación de que no tiene el control de la situación, que las probabilidades siempre están en su contra y esto le crea un estado de inseguridad y de ansiedad. Por otra parte por lo general suele culparse a si mismo de que la situación vaya mal, y tiene dificultad para diferenciar responsabilidades, pierde fácilmente la motivación y la energía, y acepta que la situación desfavorable le acompañará durante toda la vida. El optimista se enfrenta a las diversas situaciones con actitud de superación, con la confianza que todo tiene solución y puede ser superado si dispones delos medios necesarios, busca la parte favorable de todo problema o las alternativas para su posible solución, no da nada por perdido, siempre es posible intentarlos de una manera nueva o distinta y quizá de ahí la esperanza en que la situación se resuelva, pues ve a ésta, su naturaleza de algo temporal y pasajero. Suele aprender de sus errores y por ello la experiencia es su principal aliada, intenta cambiar todo aquello que es posible para mejorar o conseguir sus propósitos. Existe un tercer tipo de individuos ciertamente muy minoritario de cual merece la pena hablar, y del que todos en mayor o menor medida participamos. El realista trata las circunstancias inicialmente sin prejuicios e intenta ser sumamente objetivo, es conocedor de sus recursos y los activará sin dudar para conseguir sus logros. Hay que decir que este sujeto puede mecerse entre el optimismo y el pesimismo pero raramente llegará a los extremos, pues busca siempre la ponderación y el pragmatismo, actúa con prudencia y con el máximo control de la situación. Evidentemente el realista pierde muchas oportunidades pero también se aleja de muchos peligros. Percibir la realidad de forma objetiva es muy importante, pero no siempre se consigue. Existen demasiados condicionantes culturales, educativos, genéticos, sociales, familiares que intervienen constantemente en nuestra visión del mundo, que hacen que reducirlos a una mínima intervención no sea tarea fácil. Entre los tres tipos antes mencionados, el optimista destaca a la hora de tener éxito y conseguir lo deseado. En ello influye sobre todo “la actitud” como valor añadido y fundamental. Con ella continuamente está perfeccionando la búsqueda de soluciones, de caminos que le lleven a conseguir sus metas. Es muy interesante ver como con el tiempo, el optimista desarrolla los medios y las técnicas adecuadas para superar los obstáculos, y como poner en marcha todos los instrumentos posibles para desarrollar sus planes. El motor que garantiza el éxito del optimista es sin duda la “actitud positiva” y su capacidad de superación ante el fracaso y la adversidad, el hecho de querer ser mejor y el convencimiento de que se puede conseguir. Para ello las personas optimistas tienen un umbral más alto para la frustración y el desanimo. Sus conductas son mucho menos influenciables y desde luego creen mucho más en si mismas, en contra del pesimista que es fácilmente influenciable por los demás y por el entorno. Si el esfuerzo es muchas veces importante, la perseverancia lo es siempre, la voluntad para continuar y no abandonar debe de ser firme y decidida. Es verdad que el optimismo se viene abajo cuando se pierde la motivación, y es aquí donde hay que determinar la recompensa a conseguir con el fin de activar los estímulos necesarios. El premio es necesario para la adecuada motivación, y ésta es imprescindible para desarrollar un sano optimismo. La esperanza y el deseo de un futuro mejor es necesaria para no frenar la fuerza del optimismo, se puede decir que buscar la superación y la perfección son dos cosas que hace la naturaleza continuamente en todos sus aspectos, así que, si queremos viajar en la misma dirección que la fuerza creadora del universo hay que seguir mejorando día a día. Si queremos alcanzar un mayor grado de superación conviene utilizar algunos pequeños trucos o reglas, una muy importante es la eliminación del “NO”. Esta sílaba es una de las primeras que aprendemos para bien de nuestra supervivencia cuando somos pequeños, pero cuando somos adultos debe ser utilizada lo mínimo posible en nuestro lenguaje. La carga limitadora psíquica y emocional que puede contener la palabra, suele suponer un importante obstáculo para la afirmación de la voluntad y de las posibilidades de realización personal. Es muy Importante relacionarse con personas optimistas, representen un modelo a seguir porque caminan todos los días hacia su realización, pues dado que aprendemos por imitación, seguro que lo fundamental, incluso de forma inconsciente, llega a nosotros. Practicar la gratitud sobre todo lo que hemos conseguido es muy importante, pues nos permite tomar conciencia de ello, nos enfoca en lo positivo de la vida y eso siempre fortalece la autoestima. Algunas personas bien por la noche o por la mañana hacen un recuento de lo realizado y obtenido durante el día anterior. Otras cosa muy importante es evitar las críticas, las quejas y los reproches, esto nos enfoca sólo en lo negativo, en la insatisfacción y la desconfianza. Hay que asumir la responsabilidad propia cuando ésta exista y rapidamente enfocarnos el lo positivo. Conviene alejarse de las personas que sólo hablan de sus problemas y que utilizan continuamente la palabra “YO”. Estas son como polos negativos que engullen la fuerza positiva de las personas que se acercan a ellas. Las emociones tanto positivas como negativas tienen una gran capacidad para mimetizarnos y contagiar su carga afectiva. El miedo, la ira, la envidia, la tristeza, el desanimo, etc. son potentes catalizadores de energía que pueden lograr con rapidez reducir la moral y la ilusión por lograr nuestros sueños. Las lecturas animosas, los juegos en grupo así como las películas o programas de humor que nos hagan reír y manifestar sentimientos positivos siempre contribuyen en el desarrollo del optimismo. La risa y el humor son grandes generadores de alegría y optimismo. Es necesario evitar los medios de comunicación, que exaltan la mediocridad y bombardean con noticias desfavorables, asesinatos, robos, crisis económicas, catástrofes, etc. Tampoco es aconsejable atender los rumores y críticas carentes de ética. La percepción de una falta o pérdida de ética en el entorno alimenta la decepción e inhibe el optimismo. Son de gran ayuda las actividades creativas y los hábitos saludables. También hay que encontrar ese tiempo propio que permite distanciarse de las cuestiones cotidianas, y tener esos momentos de puede acompañarnos una música tranquila. relajación en el que Hay que evitar los hábitos nocivos, tabaco, alcohol, drogas entre otros, para ello hay que fomentar las pautas saludables que nos permitan una mayor calidad de vida. La previsión del futuro puede ser de gran ayuda, el hecho de pensar que se van a realizar nuestros objetivos, sueños y deseos, aporta una gran dosis de esperanza. Hay que pensar, sentirse y visualizarse habiéndolo logrado. imaginarse feliz en el desarrollo de nuestros planes inmediatos o futuros. Algo esencial y muy importante es la búsqueda de elementos positivos en la realidad, algunas personas al no encontrarlos distorsionan la realidad para conseguirlos y esto lleva a algo muy perjudicial, el auto-engaño. Esto irremediablemente conlleva la pérdida del sentido común y fomenta la aparición de muchas dudas e inseguridad en la realización. Cultivar la autoestima siempre revierte favorablemente en el optimismo, pues siempre será más fácil lograr el reconocimiento de los demás si uno se quiere a si mismo y es capaz de valorarse por los hechos y su conducta. En conclusión el optimismo requiere cultivar la autoestima, desarrollar una actitud positiva, conseguir energía a través de hábitos positivos, fuerza de voluntad e ilusión por conseguir nuestros sueños y esperanza para trabajar con perseverancia para lograr el éxito.