477 “DOCTRINA DEL MINISTERIO PÚBLICO 2010” 1.- FECHA DE ELABORACIÓN: Dirección de Consultoría Jurídica 2.- DIRECCIÓN REMITENTE: 3.- MATERIA: 4.- TEMA: 14-05-2010 Recusación Legitimidad para ejercer la recusación contra los Fiscales del Ministerio Público 5.- EXTRACTO Se ratifica el criterio referido a la legitimidad para ejercer la recusación contra los Fiscales del Ministerio Público. en la presente causa no se evidencia que el recusante goce de legitimación activa para interponer esta recusación dado que el poder otorgado por la víctima en la respectiva investigación, no se encuentra debidamente autenticado ante un notario público, razón por la cual no puede acreditarse el carácter de representante legal de la víctima. es por ello que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 74 de la Ley Orgánica del Ministerio Público en concordancia con lo previsto en el artículo 85 del mencionado código, el recusante carece de legitimidad para haber formulado la incidencia bajo análisis. 6.- CONTENIDO 6.1.- COMUNICACIÓN Nº 6.2.- FECHA: RESOLUCIÓN S/N 14-05-2010 6.3.- TRANSCRIPCIÓN “Visto el escrito presentado por el ciudadano (…), quien actúa en representación de la ciudadana (…), víctima en la causa signada con la Distribución Nº (…), mediante el cual propone recusación contra la ciudadana (…), Fiscal Auxiliar de la Fiscalía (…) del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del estado (…), para resolver previamente se observa: Como razones fácticas para fundamentar su recusación, el recusante manifestó lo siguiente: “(…) En fecha: Diez (sic) de Septiembre (sic) del (sic) dos mil ocho (10/09/08), conoce de la causa la Fiscal Dra (sic) (…) para ese entonces Fiscal Auxiliar encargada de la Fiscalía N° (…) de la Protección a la Mujer. Se procede a citar en ocho (8) oportunidades al Ciudadano (sic) (…), denunciado por supuesto delito de acoso, hostigamiento y amenaza, después de presentar pruebas y exámenes de mi representada nuca (sic) compareció. (…). El denunciado violo (sic) las medidas de protección que le otorgaron a mi representada en una segunda oportunidad, por lo que le piden testigos para dar fe de tal violación, una de las testigos es una Señora (sic) ama de casa que ha tenido problemas con el denunciado, esta (sic) se presenta en la fiscalía el día catorce de Diciembre (sic) del presente año (14/12/2.009) y la Fiscal (…) manifiesta que no pueden tomar la declaración ya que para ese momento no había personal (…). / (…) en fin son tantas cosas que han sucedido que yo como representante legal de la victima (sic) me dirigí a la Fiscalía N° (…) a conversar con la Fiscal Dra. (…), le pregunte (sic) si ella imputaría a este Ciudadano (sic), que por cierto tiene denuncia en la Fiscalía (…) por delitos de violencia de géneros (sic) en contra de la Ciudadana (sic) (…) (sic) lo que demuestra que es reincidente en este tipo de delito y en la Fiscalía (sic) (…) (sic) por el Ciudadano (sic) (…) por supuesta violación de acuerdo en un acto de compra y venta de un inmueble (…) la respuesta de la Fiscal DRA (sic) (…) fue que no lo imputaría ya que no consigue elementos probatorios para formular la acusación, por lo tanto le ordeno (sic) a su personal que archivara la causa, pues si Doctrina del Ministerio Público 2010 478 eso era así porque se mantuvo a mi representada durante quince (15) meses acudiendo a la Fiscalía llevando pruebas, testigos, sometiéndola a exámenes psicológicos, generando con esto una tensión emocional para luego decirle que no lo imputaría por la supuesta falta de prueba. (…)” El recusante aduce como razones de derecho, para fundamentar su recusación el numeral 4 del artículo 86 del Código Orgánico Procesal Penal en concordancia con el numeral 4 del artículo 65 de la Ley Orgánica del Ministerio Público. Al respecto, este Despacho destaca que el proceso penal tiene como finalidad establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas y la justicia en la aplicación del derecho, tal y como lo pauta el artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal, y es con ese propósito que se establecieron derechos y garantías a todas las partes intervinientes en él. Entre estos derechos y garantías se encuentra el relativo a la imparcialidad que debe existir en la actuación de los fiscales del Ministerio Público, lo cual se protege mediante el procedimiento de recusación, que es el mecanismo establecido por la ley para sustituir del conocimiento de una causa a aquellos fiscales que pudieran estar incursos en alguna de las causales que se encuentran contenidas en el artículo 65 de la Ley Orgánica del Ministerio Público. En este orden de ideas, el autor Joan Picó I Junoy, en su obra “La imparcialidad judicial y sus garantías: La abstención y recusación” define la recusación como: “...el acto procesal de parte en virtud del cual se insta la separación del órgano jurisdiccional que conoce de un determinado proceso por concurrir en él una causa que pone en duda su necesaria parcialidad. / El temor a la ausencia de objetividad del juzgador es lo que justifica la recusación (...) su ratio essendi se encuentra no en que estos funcionarios del Poder Judicial cedan a bastardos estímulos de interés o de cualquiera pasiones ilícitas - que de producirse nos llevaría a su condena como prevaricadores - sino en la sospecha o creencia, por parte del justiciable, de que su actuación no será todo lo recta, honesta e incorrupta que al decoro y provecho de la justicia conviene” (p. 1.998, 41). Si bien es cierto ese parecer está referido a la actuación del Juez en el caso correspondiente, el mismo aplica para el Fiscal del Ministerio Público, pues este funcionario debe cumplir con sus atribuciones observando los principios de imparcialidad y objetividad195. Ahora bien, para la viabilidad de una recusación es necesario que ésta cumpla con ciertos requisitos de forma y de fondo previamente establecidos en la Ley Orgánica del Ministerio Público y en el Código Orgánico Procesal Penal, éste último aplicable en cuanto su normativa no contradiga las disposiciones de la referida ley. Los requisitos de forma se entienden entonces, como aquellas exigencias establecidas en la ley cuya observancia es de obligatorio cumplimiento, a los fines de lograr la eficacia jurídica del escrito recusatorio, entre los cuales se mencionan la legitimidad del recusante para proponer su planteamiento, la presentación del escrito ante el funcionario competente para recibirlo, consignarlo dentro del lapso legal correspondiente, la adecuación de los hechos en una causal de derecho; y, los requisitos de fondo, se refieren al contenido o motivación que debe llevar la pretensión efectuada, los cuales han de bastarse por sí mismos para evidenciar la falta de imparcialidad alegada. En este contexto, a los fines de ilustrar la importancia de las formas dentro del procedimiento penal, evitando siempre el excesivo uso de formalismos que puedan sacrificar la aplicación de la justicia, lo cual está expresamente prohibido por el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se considera pertinente atender a la opinión del autor Néstor Armando Novoa Velásquez, quien en su obra “Actos y Nulidades en el Procedimiento Penal” expuso: 195 Artículo 145 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en concordancia con el Artículo 10 de la Ley Orgánica del Ministerio Público. Doctrina del Ministerio Público 2010 479 “Ningún ordenamiento procesal puede abandonar definitivamente las formas, siempre se tratará de ir hacia una reglamentación más o menos normal de las formalidades, de manera que ni brillen por su ausencia, dejando casi total libertad a los sujetos del proceso para acomodarlas a su antojo, como tampoco que, por su excesiva expresión, hagan casi inmanejables los actos procesales. Es obvio que si el derecho está para conducir las conductas de los coasociados por el camino de la justicia, la equidad, la licitud y la paz, inequívocamente debe entregar a los ciudadanos la forma como desea que ese mínimo orden sea regulado y conservado” (p. 61, 2003). Tales formalismos esenciales están destinados a garantizar el correcto desenvolvimiento del proceso, procurando que éste se desarrolle sin dilaciones o interferencias indebidas, y en este sentido opina el autor Joan Picó I Junoy en su obra “Las Garantías Constitucionales del Proceso”: “El ordenamiento procesal tiene una serie de reglas formales que se encuentran establecidas en atención a lograr la seguridad jurídica a través de la legalidad. Por ello el cumplimiento de las formalidades no se deja a libre arbitrio de las partes, ya que para la ordenación adecuada del proceso existen formas y requisitos impuestos que afectan al orden público y son de obligada observancia…” (p. 49, 1.997). De tal manera, uno de los requisitos formales que se debe verificar para el trámite de la recusación, es el carácter con el que actúa el recusante, ya que el mismo debe gozar legitimación, a tenor de lo establecido en el artículo 85 del Código Orgánico Procesal Penal. En efecto, el artículo 74 de la Ley Orgánica del Ministerio Público establece: (...) Ahora bien, en la presente causa, no se evidencia que el ciudadano (…), goce de legitimación activa para interponer recusación en contra de la ciudadana (…), Fiscal Auxiliar de la Fiscalía (…) del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del estado (…), dado que el Poder otorgado por la ciudadana (…) víctima en la investigación en comento, no se encuentra debidamente autenticado ante un Notario Público, razón por la cual no puede acreditarse el carácter de representante legal de la víctima. Así pues, sobre la base de lo establecido en el artículo 74 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, resulta procedente y ajustado a derecho declarar improcedente la recusación planteada por el ciudadano (…), quien actúa en representación de la ciudadana (…), víctima en la causa signada con la Distribución Nº (…), en contra de la ciudadana (…), Fiscal Auxiliar de la Fiscalía (…) del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del estado (…), ya que el prenombrado ciudadano no se encuentra legitimado para proponer la presente recusación. Y así se decide. Háganse las correspondientes notificaciones.” Doctrina del Ministerio Público 2010