Universidad Nacional Mayor de San Marcos From the SelectedWorks of Carlos Tamani November, 2014 La autonomía de la inexistencia frente a la nulidad del negocio jurídico Carlos Tamani Available at: http://works.bepress.com/carlos_tamani/3/ Actualidad Acto jurídico COMENTARIO DE JURISPRUDENCIA Comentario a la Cas. N.° 1376-2013 Cusco La autonomía de la inexistencia frente a la nulidad del negocio jurídico Carlos Tamani Rafael Asesor de Centro Jurídico Athena SUMARIO Comentario de jurisprudencia Civil 1. 2. 3. 4. 5. Introducción Autonomía de la inexistencia frente a la nulidad Restitución de lo entregado en virtud de un negocio jurídico nulo Análisis del caso Conclusión 1. Introducción La sentencia casatoria que motiva este comentario nos da la oportunidad de reflexionar sobre la necesidad de adoptar en nuestro ordenamiento jurídico la categoría dogmática de la inexistencia y así también nos permite analizar la forma en la que se restituye lo entregado en un contrato nulo. Antes de tocar estos temas, es necesario hacer un breve resumen del caso que motiva el pronunciamiento de nuestra Corte Suprema. El 26 de octubre de 1995, se otorgó escritura pública de compraventa, entre la vendedora Alejandrina Salas Eguiluz viuda de Vargas y los compradores Cesaria Palomino Gamarra y Federico Toledo Fuentes por la suma de setenta mil dólares americanos, siendo aclarada mediante escritura pública de fecha 6 de enero de 1996, en la que se consigna que la vendedora ha recibido diez mil dólares americanos adicionales al monto ya entre- 116 Instituto Pacífico gado, siendo el precio total de ochenta mil dólares americanos. Aunque no se menciona expresamente, queda claro que en ambas escrituras el notario certificó la entrega de las sumas mencionadas. En fecha posterior, los hijos de la vendedora iniciaron procesos judiciales en su contra, como a continuación detallaremos: - - El Expediente N.° 0098-1995 sobre interdicción civil en el que se declaró interdicta a Alejandrina Salas Eguiluz viuda de Vargas, por lo que los hijos pasaron a administrar sus bienes. Como consecuencia del proceso de interdicción, se inició otro proceso, Expediente N.° 301-96, en el que, con fecha 31 de enero de 2000, se declaró nula la escritura pública y el acto jurídico de compraventa, y nulo el acto jurídico contenido en la escritura de aclaración, así como nulas las inscripciones. Basándose la nulidad Volumen 5 | Noviembre 2014 Comentario de jurisprudencia en la causal de incapacidad absoluta de la vendedora. En dicha resolución se señala que se deja a salvo el derecho de los compradores de reclamar el dinero cancelado. Con fecha 15 de noviembre de 2006, Cesaria Palomino Gamara interpuso demanda solicitando el pago de ochenta mil dólares americanos, más intereses legales, costas y costos del proceso y el pago de una indemnización por daños y perjuicios de cien mil dólares americanos en contra de los hijos de Alejandrina Salas Eguiluz (viuda de Vargas). En primera instancia, se declaró fundada la demanda y sé ordenó que los demandados paguen a la actora la suma de ochenta mil dólares americanos, más intereses legales al considerar que si bien se declaró nula la compraventa; esta nulidad no se debió a causas relacionadas con el precio del bien, por lo que dicha transferencia de dinero sí existió debiendo ser devuelta a los compradores. RESUMEN Analizando un caso judicial en el que se discutió si un contrato “nulo e inexistente” podía servir como medio probatorio de una transferencia patrimonial, el autor defiende la autonomía de la categoría de la inexistencia frente a la nulidad y la considera admisible en nuestro sistema jurídico, conforme a la regulación del Código Civil. Explica que mientras la inexistencia refiere a una situación que no califica como negocio jurídico por ausencia de sus notas características; la nulidad refiere a los defectos presentes en un negocio jurídico existente; distinción que tiene relevancia práctica por la diferencia de efectos de ambas figuras. CONTEXTO NORMATIVO • Código Civil: artículos 140, 219 y 1359. PALABRAS CLAVE Inexistencia / Nulidad / Acto jurídico Elevado el expediente en apelación, la Corte Superior de Justicia del Cusco emitió sentencia revocando la apelada y reformándola la declaró infundada por no haberse acreditado con medio probatorio suficiente la existencia de la obligación reclamada; no debiendo considerarse que existió un efectivo pago del precio pactado. Más aún si los documentos y actos han sido declarados nulos “y por tanto inexistentes”, careciendo de valor probatorio. Esto aunado a que la razón de la nulidad se debió a la participación de un sujeto con incapacidad absoluta. Debido a que no tenemos acceso a la sentencia de vista, no podemos saber si estuvo o no debidamente motivada, por lo que no nos detendremos en ese punto. Se interpuso recurso de casación por las causales de infracción normativa procesal de los artículos 139, incisos 3, 5 y 14 de la Constitución Política del Perú y artículo 50, numeral 6 del Código Procesal Civil, e infracción normativa material de los artículos 225, 228 y 660 del Código Civil. Declarado procedente el recurso, la Corte Suprema se pronunció respecto del tema procesal, indicando que existió una vulneración del principio de motivación de las resoluciones judiciales, toda vez Consideramos que la razón de la contradicción entre la sentencia de primera instancia y la de apelación, se debe a la confusión de los conceptos de nulidad e inexistencia, por lo que desarrollaremos la diferencia entre ambos. Analizaremos, también, si es posible solicitar la restitución de lo entregado en virtud de un contrato nulo y la forma cómo esta restitución debe realizarse. Finalmente, daremos nuestra opinión sobre el caso materia de la sentencia. Volumen 5 | Noviembre 2014 que la Corte Superior se limita a señalar que los documentos han sido declarados nulos, no sustentando su decisión con la cita de la norma aplicable. Por tanto, declara fundado el recurso de casación, casa la sentencia de vista y ordena a la Sala que emita nueva resolución debidamente motivada. Actualidad Civil 117 Actualidad Civil Acto jurídico 2. Autonomía de la inexistencia frente a la nulidad hace referencia a los defectos presentes en un negocio jurídico existente1. El debate sobre la autonomía de la inexistencia como categoría autónoma frente a la nulidad en el derecho civil peruano gira en torno a los siguientes problemas: Así, el problema de la autonomía de la inexistencia tiene dos niveles: uno teórico y otro operativo2. - En primer lugar, la ausencia de una norma jurídica en el Código Civil que expresamente reconozca la inexistencia. Esto en nuestra cultura jurídica en la que el formante legislativo es el predominante, hace que aquel sea el primer obstáculo por superar. - En segundo lugar, la regulación en nuestro Código Civil de la nulidad virtual; lo que según alguna doctrina haría innecesaria la inexistencia ya que esta podría ser siempre reconducida a la nulidad. - Y en tercer lugar, la irrelevancia práctica de la distinción entre la nulidad y la inexistencia. IMPORTANTE La inexistencia hace referencia a una situación que no puede ser calificada como un negocio jurídico debido a la ausencia de sus notas características. En contraposición, la nulidad hace referencia a los defectos presentes en un negocio jurídico existente. Evaluaremos cada uno de estos problemas en detalle. Empero, adelantamos nuestra posición, afirmando que es necesario defender la autonomía de la categoría de la inexistencia frente a la nulidad. Es necesario contraponer y delimitar ambas categorías a un nivel dogmático para poder afrontar los problemas señalados. La inexistencia hace referencia a una situación que no puede ser calificada como un negocio jurídico debido a la ausencia de sus notas características. En contraposición, la nulidad 118 Instituto Pacífico En un nivel teórico, la inexistencia debe ser delimitada en dos direcciones. La primera de ellas es la delimitación con la nulidad, siendo “necesario reconocer que ella responde a una exigencia concreta, que es la determinación del ámbito dentro del cual el contrato puede constituir objeto de la valoración de nulidad y producir los efectos que, aun excepcionalmente, están ligados al contrato nulo, para excluir, por el contrario, aquellas situaciones en las que no se puede identificar un acto de autonomía privada”3. La segunda, hace referencia a la necesidad de delimitar las inexistencias significativas de las insignificantes. Así, “para que valga la pena hablar de un contrato inexistente –o bien para que se dé la inexistencia significativa-, es necesario por lo tanto, que el ‘contrato’ sea invocado por alguien contra cualquier otro, y que la invocación esté sostenida por un mínimo de evidencia material de la existencia del contrato mismo (aun cuando se trate de evidencia que se pueda desmentir prima facie)”4. En un nivel operativo, la inexistencia desarrolla dos funciones diversas. La primera, es señalar con claridad los límites dentro de los cuales los contratos nulos pueden tener efectos, en contraposición, a aquellos casos de inexistencia en los que estos no serán posibles. La segunda, es subsanar aquellas posibles 1 Escapa a los fines de este comentario un desarrollo pormenorizado de los antecedentes y desarrollo de la figura. Para dichos aspectos, revisar: BIANCA, Massimo, Derecho Civil 3. El contrato, traducción de Fernando HINESTROSA y Édgar Cortés, Colombia, Universidad Externado de Colombia, 2007, pp. 635 y ss.; SCOGNAMIGLIO, Renato, Contribución a la teoría del negocio jurídico, traducción de LEYSSER León, Lima, Grijley, 2004, pp. 425 y ss. 2 ROPPO, Vincenzo, El contrato, traducción de Nelvar Carreteros Torres, Gaceta Jurídica, 2001, p. 694. 3 BIANCA, Massimo, op. cit., p. 696. 4 ROPPO, Vincenzo, op. cit., p. 696. Volumen 5 | Noviembre 2014 Comentario de jurisprudencia lagunas legislativas que, por una extrema rigidez de las causales de nulidad, podrían escapar al control por parte del ordenamiento jurídico5. Entonces, la inexistencia serviría de límite frente a la nulidad para evitar que se atribuyan efectos a aquellas situaciones que no pueden ser calificables como contrato ni siquiera en apariencia. Diferenciadas las categorías, volvamos a los problemas planteados inicialmente para la aplicación de la inexistencia en nuestro ordenamiento jurídico. El primer problema es la ausencia de una regulación expresa sobre el tema en nuestra normativa civil, lo que haría que la inexistencia no pueda ser asumida por nosotros. Esta doctrina señala que “el Código Civil peruano solamente reconoce dos modalidades de invalidez o ineficacia estructural, la nulidad y la anulabilidad, y en modo alguno se refiere a la inexistencia como categoría principal o accesoria de ineficacia. Ello es así por cuanto la inexistencia es una categoría de ineficacia que sólo se acepta en los sistemas que no aceptan la nulidad virtual, como consecuencia del principio que ‘no hay nulidad sin texto’, consagrado legalmente en algunos sistemas jurídicos como el francés”6. Consideramos que esta opción del legislador no es impedimento para que la categoría sea adoptada por nuestro ordenamiento, toda vez que la legislación no es obstáculo para el desarrollo doctrinal de nuevos conceptos que ayuden a la mejor solución de problemas concretos. Así, por ejemplo, en el derecho italiano 5 Ibídem. 6 TABOADA CORDOVA, Lizardo, Acto jurídico, Negocio jurídico y contrato, Lima, Grijley, 2002, p. 328. En el mismo sentido: VIDAL Ramírez, Fernando, El acto jurídico, Lima, Gaceta Jurídica, 2007, p. 489; LOHMANN Luca de Tena, Juan Guillermo, El negocio jurídico, Lima, Librería Studium, 1986, p. 386; NINAMANCCO Cordova, Fort, La invalidez y la ineficacia del negocio jurídico en la jurisprudencia de la Corte Suprema, Lima, Gaceta Jurídica, 2014, p. 40 y ss.; PUENTE Y LAVALLE, Manuel de la, El contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil, Tomo I, Lima, Palestra Editores, 2007, p. 292. Volumen 5 | Noviembre 2014 la teoría de la inexistencia se emplea pese a la ausencia de un reconocimiento normativo en su Código Civil7. La legislación nunca debe funcionar como una barrera a la innovación y generación de nuevos conceptos ni debe obligarnos a interpretar y resolver los problemas conforme a las ideas del legislador. Debemos buscar mantener la vitalidad del código a través de la generación de respuestas a problemas concretos, ya sea por intermedio de la doctrina o de la jurisprudencia8. Pasemos al segundo problema planteado. Debido a la regulación en nuestro Código Civil de la nulidad virtual no se puede adoptar la categoría de la inexistencia, ya que todas las posibles situaciones que se consideran supuestos de inexistencia serían reconducibles a la nulidad9. 7 Autorizada doctrina al respecto señala que “la legislación no es un obstáculo para crear nuevos institutos útiles como protectores de intereses relevantes para la conciencia jurídica. El hecho de que la figura de la nulidad virtual esté normada en el código civil italiano, no ha impedido que la doctrina y la jurisprudencia italianas hayan desarrollado dogmáticamente la figura de la inexistencia”. MORALES HERVIAS, Rómulo, Estudios sobre teoría general del negocio jurídico, Lima, Ara Editores, 2002, p. 255. 8 Haciendo referencia al código civil alemán de 1900, se ha señalado: “…el BGB mismo se ha convertido en un documento histórico, un texto emanado de una época muy diferente a la nuestra, que ha sido envuelto por densas capas de jurisprudencia y por una gran variedad de doctrinas jurídicas sofisticadas que a menudo se apoyan muy poco en su tenor. Por tal motivo, el BGB no solo debe ser estudiado como un documento normativo sino también como un documento históricamente condicionado, que se encuentra basado en valoraciones que pueden diferir de las nuestras. La jurisprudencia y la doctrina han tenido que encontrar respuestas a problemas jurídicos completamente nuevos e imprevistos, han debido adecuar el derecho a los cambios sociales y a las condiciones económicas, así como también se han visto obligadas a armonizarlo con el sistema de valores contenidos en la Ley Fundamental (Grundgesetz) a partir de 1949”. ZIMMERMANN, Reinhard, Derecho romano, derecho contemporáneo, derecho europeo. La tradición del derecho civil en la actualidad, traducción de Javier Rodríguez Olmos, Colombia, Universidad Externado de Colombia, 2010, p. 127. 9 Ver: TABOADA Cordova, Lizardo, op. cit., 325 y ss.; Actualidad Civil 119 Actualidad Civil Acto jurídico No consideramos correcta dicha afirmación, ya que la nulidad es un predicado que solamente puede ser aplicado a un negocio jurídico existente; de ahí que afirmar lo contrario devendría en un contrasentido dotando de efectos a un negocio inexistente, con todo lo que ello significa. Una autorizada doctrina ha señalado al respecto: “(…) resulta ser plenamente evidente que la nulidad presupone, ni más ni menos, la existencia, la identificación jurídica del negocio. La proposición consiguiente, de que el negocio jurídico (por lo tanto, jurídicamente existente) puede ser nulo (o válido) no contiene, si es exactamente entendida, ninguna contradicción. Como anotábamos, el negocio existe en tanto y en cuanto se presenta su noción jurídica, tal cual ha sido hipotéticamente contemplada por el ordenamiento; y este último puede hacer, en determinados casos, que el negocio sea nulo, pero sin derogar el concepto que –según cuanto hemos vistodicta de él. Por el contrario, si el negocio no existe, no es necesario, ni tampoco posible, disponer su nulidad: del mismo modo el ordenamiento no puede –por la contradicción, que no se lo permite- elevar a la condición de fattispecie jurídica el negocio inexistente, que equivale a la nada en el plano del derecho (obviamente como negocio)”10. Lo señalado va directamente relacionado con el tercer problema, es decir, el aspecto operativo de la categoría. Al respecto, se ha sostenido que la inexistencia no tendría mayor utilidad práctica; por ello debería ser excluida de una consideración autónoma, al menos en nuestro ordenamiento jurídico. Entre los aspectos operativos de la inexistencia estarían los siguientes: - A la inexistencia no se le podría aplicar la conversión para subsanar su ineficacia. TORRES Vásquez, Aníbal, Acto jurídico, Lima, Editorial San Marcos, 1998, pp. 584 y ss.; LOHMANN Luca de Tena, Juan Guillermo, op. cit., pp. 385 y ss.; NINAMANCCO Cordova, Fort, op. cit., pp. 48 y ss. 10 SCOGNAMIGLIO, Renato, op. cit., p. 438. 120 Instituto Pacífico - - - Existen lagunas normativas que deben ser reconducidas a la inexistencia, existiendo, también, normas de inexistencia. El negocio jurídico inexistente no tendría efectos en cuanto tal. La acción por inexistencia sería imprescriptible. IMPORTANTE Si consideramos que un “contrato de compraventa” con ausencia del vendedor es nulo y no inexistente, la consecuencia sería que dicha “transferencia” quedaría convalidada con la venta a un tercero de buena fe. Dichos supuestos son necesariamente inexistentes, puesto que no habrían completado los elementos necesarios para hablar siquiera de negocio jurídico. Respecto del primer aspecto, una doctrina ha señalado que al no ser todo negocio jurídico convertible ya existiría una figura extrema que no permite la conversión: “el negocio nulo no susceptible de conversión”11. Consideramos que esta opinión es equivocada, ya que no considera lo que ocurre en aquellos casos donde siendo el negocio inexistente no puede ser enmarcado en los supuestos de nulidad no susceptible de conversión; en cuyo caso: ¿serían convalidables dichos negocios inexistentes a través de la conversión? Consideramos que no, por lo que la categoría de la inexistencia continúa siendo necesaria. Respecto del segundo aspecto, existirían algunas situaciones no contempladas en el artículo 219, como la ausencia de las partes, causa u objeto, que tendrían que ser consideradas inexistentes; así también, los supuestos contemplados en los artículos 171, 1359, 1360 y 1386 harían referencia expresa a la inexistencia. 11 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit, p. 41. Volumen 5 | Noviembre 2014 Comentario de jurisprudencia Se ha señalado que el artículo 219 tendría alcances más amplios de los que a primera vista parecería tener, indicándose que “cabe una interpretación a contrario sensu del artículo 140 del Código Civil para establecer otros supuestos de invalidez del negocio jurídico”12. Consideramos que dicha afirmación es peligrosa, puesto que se estaría dotando la calidad de negocio jurídico a un acto que no tendría tal condición. Pensemos en un contrato de compraventa con ausencia del vendedor; si consideramos que es nulo y no inexistente, la consecuencia sería que dicha ‘transferencia’ quedaría convalidada con venta a un tercero de buena fe. Consideramos que dichos supuestos son necesariamente inexistentes y no pueden ser reconducidos a la nulidad; puesto que no habrían completado los elementos necesarios para hablar siquiera de negocio jurídico. Respecto del artículo 1359, se ha señalado que “el Código Civil en el inciso 8 del artículo 219 contempla un segundo supuesto específico que no se asimila al supuesto de nulidad virtual del acto jurídico. En efecto, el Artículo V del Título Preliminar del Código Civil dispone la nulidad del acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres y el inciso 8 del artículo 219 indica que la ley puede establecer una sanción diversa a la nulidad si el acto jurídico es contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres. Entonces, cabe interpretar el artículo 1359 en el sentido que es inexistente el contrato si las partes no 12 Ibídem. Así también señala: “La ausencia de partes, del objeto y de causa (que debe ser entendida como regulada en el inciso 3 del artículo 140 del Código Civil) son supuestos que pueden ser entendidos como de invalidez (nulidad) en virtud de una interpretación a contrario sensu del ya referido artículo 140. No creo que puedan ser considerados como supuestos de inexistencia y no de nulidad, con base en que no existe regulación para tales casos, porque sí la hay. ¿Qué fundamento contundente existe para no derivar consecuencia de una interpretación a contrario sensu del artículo 140? Pienso que no existe impedimento para efectuar esta interpretación a contrario sensu.” Ibídem, p. 51. Volumen 5 | Noviembre 2014 están conformes sobre todas sus estipulaciones, aunque la discrepancia sea secundaria. La sanción de inexistencia importa un supuesto diferente a la nulidad virtual por cuanto el contrato no puede configurarse si las partes no convienen en todas las estipulaciones de conformidad con el inciso 8 del artículo 219”13. En sentido contrario, una doctrina señala lo siguiente: “decir que el artículo 1359 del Código Civil regula una situación diferente a la contemplada en el inciso 1 del artículo 219 necesariamente implicaría concluir que, a tenor de nuestro Código Civil, la falta de manifestación de voluntad genera nulidad en todo negocio jurídico, salvo en el contrato, donde genera inexistencia. ¿Cuál sería la razón para semejante diferenciación de ‘trato legal’? Si el contrato es el negocio jurídico por excelencia, ¿por qué tendría que estar necesariamente sometido a una diferente regulación a la de los demás negocios? Ciertamente no se ve razón de peso para esto, Nótese la contradicción que acarrea este argumento en defensa de la figura de la inexistencia”14. Consideramos que la crítica reseñada se equivoca al no diferenciar los planos diversos donde se configuran las situaciones mencionadas. El supuesto del inciso 1 del artículo 219 hace referencia a un supuesto en el que “una manifestación de voluntad contractual parece existir, pero, justamente, existe solo en apariencia; o bien solo en apariencia se refiere a quien parece el autor”15, es decir, esto se daría en aquellos casos en los que existe, al menos, la apariencia de un acuerdo (oferta y aceptación); por ejemplo, en las declaraciones hechas en broma o en la suplantación de una persona. En cambio, la inexistencia del artículo 1359 hace referencia a un acto que no es, ni siquiera, valorable como acuerdo16. Afirmar su nulidad implica decir que, al menos, en apariencia, hay un acuerdo, interpretación que es contraria al 13 14 15 16 MORALES Hervias, op. cit., p. 261. NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 42. ROPPO, Vincenzo, op. cit., p. 685. Cfr. BIANCA, Massimo, op. cit., p. 637. Actualidad Civil 121 Actualidad Civil Acto jurídico sentido de dicho artículo. Entonces, mientras la nulidad por falta de acuerdo hace referencia a las escasas situaciones en las que existe al menos la apariencia de un acuerdo, siendo por ello necesario declarar la nulidad de un negocio aparente, la inexistencia por falta de acuerdo hace referencia a aquellas situaciones que no pueden siquiera ser valoradas como un acuerdo. Véase que no hay contradicción alguna en esta interpretación. La ausencia de efectos del negocio inexistente en cuanto tal, se debe a que al ser la inexistencia irrelevante para el ordenamiento, esta no puede generar efectos; en cambio, el negocio nulo sí podría generar efectos en cuanto tal, debido a que al menos en apariencia es un negocio jurídico. En sentido contrario, se ha señalado que “en el negocio nulo no hay negocio porque no hay efectos negociales, razón por la cual la diferencia entre inexistencia y nulidad se hace todavía más difícil de apreciar en el ámbito de la praxis. En ambos casos, no hay efectos negociales. Todo, por ende, se reduciría a solo dos alternativas: o hay negocio (validez) o no la hay (inexistencia), lo que dependerá de la posibilidad de apreciar efectos negociales genuinos. La autonomía de la inexistencia frente a la nulidad, en consecuencia se termina ‘evaporando’ ya que, jurídicamente hablando, ambas formarían parte de un mismo grupo: inexistencia del negocio”17. Lo señalado se basa en una concepción del negocio como un precepto al que el ordenamiento jurídico hace suyo y dota de efectos. No me detendré en la refutación de dicha concepción, por cuestiones de espacio18. Mencionaré, solamente, que considero que el negocio jurídico es una norma jurídica y que, por ende, tiene una doble naturaleza, como supuesto de hecho y como fuente normativa. Por lo que la nulidad vendría a 17 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 47. 18 Ver: Ferri, Luiggi, La autonomía privada, traducción y notas de derecho español por Luis Sancho Mendizabal, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1969; Morales Hervías, op. cit., pp. 111 y ss. 122 Instituto Pacífico ser una sanción a un hecho jurídicamente relevante para el ordenamiento (invalidez normativa) y la inexistencia vendría a ser un hecho irrelevante (invalidez formal)19. Siendo así, lo irrelevante (o inexistente) no puede tener efectos jurídicos. Entonces, cuando se señala que los contratos en formación o los matrimonios donde uno de los esponsales se retracta, son supuestos de inexistencia, no se ha entendido adecuadamente la delimitación entre la inexistencia y la nulidad. El último aspecto a evaluar es el de la imprescriptibilidad de la acción por inexistencia. Toda vez que no se habría contemplado un plazo para la declaración de inexistencia, como equivocadamente se ha hecho con la nulidad, se podría solicitar su declaración en cualquier momento, lo que sería una nota distintiva importante. En sentido contrario, una doctrina ha señalado que el plazo de prescripción “es un asunto de regulación y una diferencia de orden conceptual, no indica supuestos concretos en los cuales pueda 19 “La validez normativa de toda norma jurídica es su fuerza vinculante. Verbigracia, el fundamento de validez de las normas de un contrato de compraventa se encuentra en las normas del Código Civil y éstas a su vez en la Constitución Política. En consecuencia, las normas que tienen un contenido compatible con las superiores en rango, y que reúnen esos requisitos de creación, poseen no sólo existencia –validez formal- sino también ‘fuerza obligatoria’, es decir validez normativa, en el sentido de que obligan a aquellos cuya conducta regulan. Esta idea de validez normativa debe diferenciarse claramente de la validez formal de la norma jurídica la cual se entiende mediante la identificación de las reglas de reconocimiento: son las reglas que sirven para identificar qué normas forman parte de un sistema jurídico y cuáles no. La falta de certeza sobre que normas rigen en la sociedad da origen a una regla de reconocimiento, que determina las condiciones para que una regla sea una norma valida del sistema. La determinación de la validez formal se materializa en términos de existencia jurídica. Por otra parte, la validez normativa y la validez formal se interrelacionan en tanto supuestos de inexistencia de autorización de poder producir normas jurídicas, de comprobación si no han sido derogadas y de comprobación que no sean incompatibles con otras normas del ordenamiento jurídico. Es decir, la existencia de una autorización normativa, la vigencia normativa del programa contractual y la compatibilidad con las normas del Derecho positivo establecen la validez formal y la validez normativa”. MORALES Hervias, Rómulo, op. cit., pp. 240-241. Volumen 5 | Noviembre 2014 Comentario de jurisprudencia hablarse de inexistencia y no de nulidad”20. Continúa indicando que pese a existir un plazo para la nulidad, se ha aceptado que esta se oponga como excepción dentro del proceso; por lo que “al final del día, la nulidad puede ser esgrimida en un proceso aunque haya transcurrido el plazo de prescripción. No habría, pues, mayor diferencia”21. ROMULO MORALES dice: “El Código Civil (…) contempla un segundo supuesto específico que no se asimila al supuesto de nulidad virtual del acto jurídico. En efecto, el Artículo V del Título Preliminar (….) dispone la nulidad del acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres y el inciso 8 del artículo 219 indica que la ley puede establecer una sanción diversa a la nulidad si el acto jurídico es contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres . ” Al respecto, consideramos que dicha afirmación es equivocada, toda vez que no es lo mismo poder demandar algo que poder excepcionarlo dentro del proceso. La posibilidad de poder demandar implica una mayor protección a los intereses que pudieran ser afectados, ya que para el momento en el que podemos excepcionar podrían haberse interpuesto medidas cautelares que afecten injustificadamente a la parte demandada. Afirmar que excepcionar es lo mismo que accionar, es algo bastante peligroso para la práctica legal. En conclusión, la categoría de la inexistencia es autónoma de la categoría de la nulidad, 20 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 50. 21 Ibídem, p. 51. Volumen 5 | Noviembre 2014 no solo a un nivel conceptual sino a un nivel operativo. Siendo entonces que su aplicación serviría para delimitar el campo de aplicación de la nulidad, ocupándose de los supuestos no contemplados en el artículo 219, protegiendo así los intereses que se pudieran ver afectados y además podría ser invocada en forma imprescriptible. 3. Restitución de lo entregado en virtud de un negocio jurídico nulo Declarado nulo un negocio jurídico deberán restituirse las prestaciones que llegaron a ser entregadas antes de la declaración de nulidad. En torno a dicha restitución podrían darse diversas situaciones. Nos centraremos en el caso de lo entregado en un contrato de compraventa declarado nulo. De haberse realizado ambas prestaciones (la suma de dinero y la entrega del bien) estas deberían ser restituidas a quienes las realizaron. Respecto de la transferencia de propiedad, esta no se habría realizado nunca, por lo que la propiedad continuaría siendo del vendedor, motivo por el cual podría restituir el bien en su patrimonio de la forma que considere más adecuada a sus intereses. Esto siempre y cuando no se haya dado la prescripción adquisitiva de propiedad, situación que otorga de forma originaria la propiedad al comprador. Así, también mientras no se haya realizado alguna transferencia en virtud del título inválido inscrito en Registros Públicos, según artículo 2014 del Código Civil. En el caso de la entrega de la suma de dinero, esta se realizará descontando parte del dinero por el concepto de uso del bien por el tiempo desde la entrega hasta la declaración de nulidad. En este último punto, surgen algunas cuestiones debido a la existencia de plazos de prescripción que podrían entrar en conflicto. Si tomamos en cuenta que el plazo prescriptorio del pago indebido (artículo 1274) es de cinco años, es válido preguntarse ¿qué ocurre en aquellos casos donde la declaración de nulidad es realizada mucho después de dicho plazo? ¿Se Actualidad Civil 123 Actualidad Civil Acto jurídico podría demandar la repetición de lo pagado? ¿Existe otra acción que pudiera servir para demandar la restitución de lo entregado? Consideramos que si la declaración de nulidad se realizó vencido el plazo de los cinco años, ya no sería posible demandar el pago indebido conforme el estricto artículo 127422, quedando como única vía la acción por enriquecimiento sin causa (artículo 1954). IMPORTANTE El numeral 1 del artículo 219 del Código Civil hace referencia a un supuesto en el que una manifestación de voluntad contractual parece existir, pero, justamente, existe solo en apariencia. En cambio, la inexistencia del artículo 1359 hace referencia a un acto que no es, ni siquiera, valorable como acuerdo. 22 El artículo 1274, señala que “la acción para recuperar lo indebidamente pagado prescribe a los cinco años de efectuado el pago”. Consideramos que lo correcto sería que la regla del artículo 1993, rija también para el pago indebido, así el artículo 1993, señala que: “La prescripción comienza a correr desde el día en que puede ejercitarse la acción…”. En Italia, al ser la acción de nulidad imprescriptible, se presenta un problema similar, ya que al ser declarada la nulidad en el momento en el que ya la repetición de lo pagado indebidamente ha prescrito, ya no podría demandarse la restitución. Autorizada doctrina italiana ha señalado al respecto: “La conclusión indicada es inevitable, si la acción para repetir la prestación ejecutada en base al contrato nulo se concibe como marcadamente autónoma de la acción de nulidad, y se identifica con la acción de repetición de lo indebido objetivo ex art. 2033. Pero precisamente para ampliar las posibilidades de recuperación del solvens, se formula la más estrecha conexión entre acciones de nulidad y de repetición: por ejemplo, concibiendo a la acción de repetición como la acción de nulidad misma (del pago, por ausencia de causa solvendi); o sustancialmente convirtiéndola en imprescriptible acción de reivindicación del bien transferido con el contrato nulo, bajo el perfil de que este, radicalmente improductivo de efectos, ha dejado la propiedad del solvens”. Roppo, Vincenzo, op. cit., p. 778. La solución planteada sería inaplicable en nuestro ordenamiento debido al plazo de diez años establecido para la acción de nulidad. 124 Instituto Pacífico 4. Análisis del caso Respecto al caso materia de la sentencia, nos encontramos frente a una nulidad por incapacidad de una de las partes en un contrato de compraventa. Como ya se explicó en el acápite anterior, esto implica que de haber sido ejecutadas las prestaciones, estas se retrotraigan al momento anterior de la celebración del contrato. Respecto de la propiedad, esta no se habría trasferido, quedando a elección del propietario la forma en la que la restituya a su patrimonio. Respecto de la suma entregada en dinero, se le debe restituir, no en forma completa, según se ha explicado, sino descontando un monto por el tiempo de uso indebido del bien. El contrato se celebró el 26 de octubre de 1995, siendo declarado nulo el 31 de enero de 2000 e interponiéndose la demanda el 15 de noviembre de 2006. Es evidente que el plazo para demandar la repetición de lo pagado habría sido superado en exceso, por lo que consideramos que la única acción viable sería la demanda por enriquecimiento sin causa. Se ha observado que los órganos jurisdiccionales no evalúan las situaciones mencionadas, limitándose a discutir sobre si el contrato “nulo e inexistente” puede servir como medio probatorio de la transferencia de patrimonio. Creemos que la confusión proviene de igualar la nulidad y la inexistencia; puesto que si se consideran como categorías iguales, lo nulo es inexistente; por lo que, al carecer de existencia, el documento del contrato nulo no serviría para demostrar la transferencia patrimonial. Este razonamiento no permite una adecuada protección del interés del que pagó indebidamente, generando serios problemas para que se pueda demostrar que efectivamente se realizó la transferencia patrimonial en virtud de un contrato nulo. Pero siendo el contrato nulo diferente del inexistente, el documento del contrato nulo puede y debe servir como medio probatorio de la transferencia patrimonial realizada en la creencia de su validez. En el caso concreto, Volumen 5 | Noviembre 2014 Comentario de jurisprudencia esto significa que de no haberse vencido los plazos para la repetición del pago, el documento presentado bastaba para que se ordene la repetición de lo pagado indebidamente, con el respectivo descuento por el tiempo de uso indebido del bien a favor del vendedor. 5. Conclusión Es necesario superar el criterio interpretativo que se basa principalmente en las ideas que el legislador tuvo al momento de diseñar el Código Civil y trabajar en la construcción de una ciencia jurídica que responda a las necesidades de la realidad, más allá de lo que el texto normativo nos pueda decir, manteniendo, de esa forma, el Código Civil como un texto vivo. Así, hemos buscado brindar una breve afirmación de la necesidad de defender la autonomía de la inexistencia frente a la nulidad, tanto por razones de orden teórico como de orden práctico. Esto con la finalidad de evitar confusiones que como en el caso que motivó la sentencia casatoria, lleven a nuestros jueces a calificar inadecuadamente los hechos ofrecidos por las partes. CAS. N.° 1376-2013 CUSCO Obligación de dar suma de dinero Lima, veinte de enero de dos mil catorce.LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA: Vista la causa número mil trescientos setenta y seis – dos mil trece en audiencia pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley expide la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación corriente a fojas mil ciento veintidós interpuesto por Cesaria Palomino Gamarra contra la sentencia de vista obrante a fojas mil ciento cuatro dictada por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cusco el ocho de marzo de dos mil trece que revoca la sentencia apelada contenida en la resolución número setenta y tres obrante a fojas novecientos setenta y dos dictada el seis de julio de dos mil doce que declaró fundada la demanda y en consecuencia ordenó que los demandados paguen a la actora la suma de ochenta mil dólares americanos (US$ 80,000.00) más intereses legales y reformando la misma declara infundada la citada demanda.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala Suprema por resolución de fecha dos de julio de dos mil trece obrante a fojas sesenta y nueve del Cuaderno formado por este Supremo Tribunal ha declarado procedente el recurso de casación: 1) Por la causal de infracción normativa procesal de las normas que se indican en los literales siguientes: a) Artículos 139 incisos 3, 5 y 14 de la Constitución Política del Estado y 50 inciso 6 del Código Procesal Civil, alega al respecto que la sentencia de vista no ha motivado la resolución judicial limitando su derecho de defensa y del debido proceso; y g) Artículo 276 del Código Procesal Civil, sostiene que asimismo se han dado indicios suficientes que acreditan la entrega por la recurrente de la suma dineraria indicando además que la Sala Superior señala que no se han analizado todos los medios de prueba y que no se trata de un título ejecutivo lo cual no resulta motivo suficiente para revocar la sentencia de primera instancia; y 2) Por la causal de infracción normativa material de las normas citadas en los literales siguientes: c) Artículo 225 del Código Civil, arguye que la sentencia de primera instancia aplica estos artículos correctamente sin embargo la sentencia de vista omite pronunciarse sobre dicha norma sustantiva; d) Artículo 660 del Código Civil, afirma que se instó la demanda contra los hijos por cuanto desde la muerte de una persona los bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores; y h) Artículo 228 del Código Civil, aduce que la nulidad en la que se incurre en la sentencia dictada en el proceso de nulidad de acto jurídico del contrato de compraventa del inmueble tiene la calidad de cosa juzgada y concede a la recurrente el derecho a que se le restituya aquello que ha pagado en virtud del acto nulo.- CONSIDERANDOS: Primero.- Que, en el caso de autos co- Volumen 5 | Noviembre 2014 Actualidad Civil 125