La autonomía de la inexistencia frente a la nulidad del negocio

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Universidad Nacional Mayor de San Marcos
From the SelectedWorks of Carlos Tamani
November, 2014
La autonomía de la inexistencia frente a la nulidad
del negocio jurídico
Carlos Tamani
Available at: http://works.bepress.com/carlos_tamani/3/
Actualidad
Acto jurídico
COMENTARIO DE JURISPRUDENCIA
Comentario a la
Cas. N.° 1376-2013
Cusco
La autonomía de la inexistencia
frente a la nulidad del negocio
jurídico
Carlos Tamani Rafael
Asesor de Centro Jurídico Athena
SUMARIO
Comentario de jurisprudencia
Civil
1. 2. 3. 4. 5. Introducción
Autonomía de la inexistencia frente a la nulidad
Restitución de lo entregado en virtud de un negocio jurídico nulo
Análisis del caso
Conclusión
1. Introducción
La sentencia casatoria que motiva este comentario nos da la oportunidad de reflexionar
sobre la necesidad de adoptar en nuestro
ordenamiento jurídico la categoría dogmática
de la inexistencia y así también nos permite
analizar la forma en la que se restituye lo
entregado en un contrato nulo.
Antes de tocar estos temas, es necesario hacer
un breve resumen del caso que motiva el
pronunciamiento de nuestra Corte Suprema.
El 26 de octubre de 1995, se otorgó escritura
pública de compraventa, entre la vendedora
Alejandrina Salas Eguiluz viuda de Vargas y
los compradores Cesaria Palomino Gamarra
y Federico Toledo Fuentes por la suma de
setenta mil dólares americanos, siendo aclarada mediante escritura pública de fecha 6
de enero de 1996, en la que se consigna que
la vendedora ha recibido diez mil dólares
americanos adicionales al monto ya entre-
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Instituto Pacífico
gado, siendo el precio total de ochenta mil
dólares americanos. Aunque no se menciona
expresamente, queda claro que en ambas
escrituras el notario certificó la entrega de las
sumas mencionadas.
En fecha posterior, los hijos de la vendedora
iniciaron procesos judiciales en su contra,
como a continuación detallaremos:
-
-
El Expediente N.° 0098-1995 sobre
interdicción civil en el que se declaró interdicta a Alejandrina Salas Eguiluz viuda
de Vargas, por lo que los hijos pasaron a
administrar sus bienes.
Como consecuencia del proceso de interdicción, se inició otro proceso, Expediente
N.° 301-96, en el que, con fecha 31 de
enero de 2000, se declaró nula la escritura pública y el acto jurídico de compraventa, y nulo el acto jurídico contenido en
la escritura de aclaración, así como nulas
las inscripciones. Basándose la nulidad
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Comentario de jurisprudencia
en la causal de incapacidad absoluta
de la vendedora. En dicha resolución se
señala que se deja a salvo el derecho de
los compradores de reclamar el dinero
cancelado.
Con fecha 15 de noviembre de 2006, Cesaria
Palomino Gamara interpuso demanda solicitando el pago de ochenta mil dólares americanos, más intereses legales, costas y costos del
proceso y el pago de una indemnización por
daños y perjuicios de cien mil dólares americanos en contra de los hijos de Alejandrina
Salas Eguiluz (viuda de Vargas).
En primera instancia, se declaró fundada la
demanda y sé ordenó que los demandados
paguen a la actora la suma de ochenta mil
dólares americanos, más intereses legales
al considerar que si bien se declaró nula la
compraventa; esta nulidad no se debió a
causas relacionadas con el precio del bien,
por lo que dicha transferencia de dinero sí
existió debiendo ser devuelta a los compradores.
RESUMEN
Analizando un caso judicial en el que se
discutió si un contrato “nulo e inexistente”
podía servir como medio probatorio de una
transferencia patrimonial, el autor defiende la
autonomía de la categoría de la inexistencia
frente a la nulidad y la considera admisible
en nuestro sistema jurídico, conforme a la
regulación del Código Civil. Explica que
mientras la inexistencia refiere a una situación que no califica como negocio jurídico
por ausencia de sus notas características; la
nulidad refiere a los defectos presentes en
un negocio jurídico existente; distinción que
tiene relevancia práctica por la diferencia de
efectos de ambas figuras.
CONTEXTO NORMATIVO
• Código Civil: artículos 140, 219 y 1359.
PALABRAS CLAVE
Inexistencia / Nulidad / Acto jurídico
Elevado el expediente en apelación, la Corte
Superior de Justicia del Cusco emitió sentencia revocando la apelada y reformándola la
declaró infundada por no haberse acreditado
con medio probatorio suficiente la existencia
de la obligación reclamada; no debiendo
considerarse que existió un efectivo pago del
precio pactado. Más aún si los documentos y
actos han sido declarados nulos “y por tanto
inexistentes”, careciendo de valor probatorio.
Esto aunado a que la razón de la nulidad se
debió a la participación de un sujeto con
incapacidad absoluta.
Debido a que no tenemos acceso a la sentencia de vista, no podemos saber si estuvo
o no debidamente motivada, por lo que no
nos detendremos en ese punto.
Se interpuso recurso de casación por las
causales de infracción normativa procesal
de los artículos 139, incisos 3, 5 y 14 de la
Constitución Política del Perú y artículo 50, numeral 6 del Código Procesal Civil, e infracción
normativa material de los artículos 225, 228
y 660 del Código Civil. Declarado procedente
el recurso, la Corte Suprema se pronunció
respecto del tema procesal, indicando que
existió una vulneración del principio de motivación de las resoluciones judiciales, toda vez
Consideramos que la razón de la contradicción entre la sentencia de primera instancia
y la de apelación, se debe a la confusión de
los conceptos de nulidad e inexistencia, por
lo que desarrollaremos la diferencia entre
ambos. Analizaremos, también, si es posible
solicitar la restitución de lo entregado en
virtud de un contrato nulo y la forma cómo
esta restitución debe realizarse. Finalmente,
daremos nuestra opinión sobre el caso materia de la sentencia.
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que la Corte Superior se limita a señalar que
los documentos han sido declarados nulos,
no sustentando su decisión con la cita de la
norma aplicable. Por tanto, declara fundado el
recurso de casación, casa la sentencia de vista
y ordena a la Sala que emita nueva resolución
debidamente motivada.
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Actualidad
Civil
Acto jurídico
2. Autonomía de la inexistencia
frente a la nulidad
hace referencia a los defectos presentes en un
negocio jurídico existente1.
El debate sobre la autonomía de la inexistencia como categoría autónoma frente a la
nulidad en el derecho civil peruano gira en
torno a los siguientes problemas:
Así, el problema de la autonomía de la
inexistencia tiene dos niveles: uno teórico y
otro operativo2.
-
En primer lugar, la ausencia de una norma
jurídica en el Código Civil que expresamente reconozca la inexistencia. Esto
en nuestra cultura jurídica en la que el
formante legislativo es el predominante,
hace que aquel sea el primer obstáculo
por superar.
-
En segundo lugar, la regulación en nuestro
Código Civil de la nulidad virtual; lo que
según alguna doctrina haría innecesaria
la inexistencia ya que esta podría ser
siempre reconducida a la nulidad.
-
Y en tercer lugar, la irrelevancia práctica
de la distinción entre la nulidad y la
inexistencia.
IMPORTANTE
La inexistencia hace referencia a
una situación que no puede ser calificada como un negocio jurídico
debido a la ausencia de sus notas
características. En contraposición,
la nulidad hace referencia a los
defectos presentes en un negocio
jurídico existente.
Evaluaremos cada uno de estos problemas en
detalle. Empero, adelantamos nuestra posición, afirmando que es necesario defender la
autonomía de la categoría de la inexistencia
frente a la nulidad.
Es necesario contraponer y delimitar ambas
categorías a un nivel dogmático para poder
afrontar los problemas señalados.
La inexistencia hace referencia a una situación
que no puede ser calificada como un negocio
jurídico debido a la ausencia de sus notas
características. En contraposición, la nulidad
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Instituto Pacífico
En un nivel teórico, la inexistencia debe ser
delimitada en dos direcciones. La primera de
ellas es la delimitación con la nulidad, siendo
“necesario reconocer que ella responde a una
exigencia concreta, que es la determinación
del ámbito dentro del cual el contrato puede
constituir objeto de la valoración de nulidad
y producir los efectos que, aun excepcionalmente, están ligados al contrato nulo, para
excluir, por el contrario, aquellas situaciones
en las que no se puede identificar un acto
de autonomía privada”3. La segunda, hace
referencia a la necesidad de delimitar las
inexistencias significativas de las insignificantes. Así, “para que valga la pena hablar de
un contrato inexistente –o bien para que se
dé la inexistencia significativa-, es necesario
por lo tanto, que el ‘contrato’ sea invocado
por alguien contra cualquier otro, y que la
invocación esté sostenida por un mínimo de
evidencia material de la existencia del contrato mismo (aun cuando se trate de evidencia
que se pueda desmentir prima facie)”4.
En un nivel operativo, la inexistencia desarrolla dos funciones diversas. La primera, es
señalar con claridad los límites dentro de los
cuales los contratos nulos pueden tener efectos, en contraposición, a aquellos casos de
inexistencia en los que estos no serán posibles.
La segunda, es subsanar aquellas posibles
1 Escapa a los fines de este comentario un desarrollo
pormenorizado de los antecedentes y desarrollo de
la figura. Para dichos aspectos, revisar: BIANCA,
Massimo, Derecho Civil 3. El contrato, traducción de
Fernando HINESTROSA y Édgar Cortés, Colombia,
Universidad Externado de Colombia, 2007, pp. 635
y ss.; SCOGNAMIGLIO, Renato, Contribución a la teoría
del negocio jurídico, traducción de LEYSSER León,
Lima, Grijley, 2004, pp. 425 y ss.
2 ROPPO, Vincenzo, El contrato, traducción de Nelvar
Carreteros Torres, Gaceta Jurídica, 2001, p. 694.
3 BIANCA, Massimo, op. cit., p. 696.
4 ROPPO, Vincenzo, op. cit., p. 696.
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Comentario de jurisprudencia
lagunas legislativas que, por una extrema
rigidez de las causales de nulidad, podrían
escapar al control por parte del ordenamiento
jurídico5. Entonces, la inexistencia serviría de
límite frente a la nulidad para evitar que se
atribuyan efectos a aquellas situaciones que
no pueden ser calificables como contrato ni
siquiera en apariencia.
Diferenciadas las categorías, volvamos a los
problemas planteados inicialmente para la
aplicación de la inexistencia en nuestro ordenamiento jurídico.
El primer problema es la ausencia de una
regulación expresa sobre el tema en nuestra
normativa civil, lo que haría que la inexistencia no pueda ser asumida por nosotros. Esta
doctrina señala que “el Código Civil peruano
solamente reconoce dos modalidades de
invalidez o ineficacia estructural, la nulidad y
la anulabilidad, y en modo alguno se refiere
a la inexistencia como categoría principal o
accesoria de ineficacia. Ello es así por cuanto
la inexistencia es una categoría de ineficacia
que sólo se acepta en los sistemas que no
aceptan la nulidad virtual, como consecuencia
del principio que ‘no hay nulidad sin texto’,
consagrado legalmente en algunos sistemas
jurídicos como el francés”6.
Consideramos que esta opción del legislador
no es impedimento para que la categoría sea
adoptada por nuestro ordenamiento, toda
vez que la legislación no es obstáculo para el
desarrollo doctrinal de nuevos conceptos que
ayuden a la mejor solución de problemas concretos. Así, por ejemplo, en el derecho italiano
5 Ibídem.
6 TABOADA CORDOVA, Lizardo, Acto jurídico, Negocio
jurídico y contrato, Lima, Grijley, 2002, p. 328. En el
mismo sentido: VIDAL Ramírez, Fernando, El acto jurídico, Lima, Gaceta Jurídica, 2007, p. 489; LOHMANN
Luca de Tena, Juan Guillermo, El negocio jurídico,
Lima, Librería Studium, 1986, p. 386; NINAMANCCO
Cordova, Fort, La invalidez y la ineficacia del negocio
jurídico en la jurisprudencia de la Corte Suprema, Lima,
Gaceta Jurídica, 2014, p. 40 y ss.; PUENTE Y LAVALLE,
Manuel de la, El contrato en general. Comentarios a la
Sección Primera del Libro VII del Código Civil, Tomo I,
Lima, Palestra Editores, 2007, p. 292.
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la teoría de la inexistencia se emplea pese a
la ausencia de un reconocimiento normativo
en su Código Civil7.
La legislación nunca debe funcionar como una
barrera a la innovación y generación de nuevos conceptos ni debe obligarnos a interpretar
y resolver los problemas conforme a las ideas
del legislador. Debemos buscar mantener la
vitalidad del código a través de la generación
de respuestas a problemas concretos, ya sea
por intermedio de la doctrina o de la jurisprudencia8.
Pasemos al segundo problema planteado.
Debido a la regulación en nuestro Código
Civil de la nulidad virtual no se puede adoptar
la categoría de la inexistencia, ya que todas
las posibles situaciones que se consideran
supuestos de inexistencia serían reconducibles
a la nulidad9.
7 Autorizada doctrina al respecto señala que “la legislación no es un obstáculo para crear nuevos institutos
útiles como protectores de intereses relevantes para
la conciencia jurídica. El hecho de que la figura de la
nulidad virtual esté normada en el código civil italiano, no ha impedido que la doctrina y la jurisprudencia
italianas hayan desarrollado dogmáticamente la figura
de la inexistencia”. MORALES HERVIAS, Rómulo,
Estudios sobre teoría general del negocio jurídico,
Lima, Ara Editores, 2002, p. 255.
8 Haciendo referencia al código civil alemán de 1900,
se ha señalado: “…el BGB mismo se ha convertido
en un documento histórico, un texto emanado de
una época muy diferente a la nuestra, que ha sido
envuelto por densas capas de jurisprudencia y por
una gran variedad de doctrinas jurídicas sofisticadas
que a menudo se apoyan muy poco en su tenor.
Por tal motivo, el BGB no solo debe ser estudiado
como un documento normativo sino también como
un documento históricamente condicionado, que se
encuentra basado en valoraciones que pueden diferir
de las nuestras. La jurisprudencia y la doctrina han
tenido que encontrar respuestas a problemas jurídicos
completamente nuevos e imprevistos, han debido
adecuar el derecho a los cambios sociales y a las
condiciones económicas, así como también se han
visto obligadas a armonizarlo con el sistema de valores
contenidos en la Ley Fundamental (Grundgesetz) a
partir de 1949”. ZIMMERMANN, Reinhard, Derecho
romano, derecho contemporáneo, derecho europeo. La
tradición del derecho civil en la actualidad, traducción
de Javier Rodríguez Olmos, Colombia, Universidad
Externado de Colombia, 2010, p. 127.
9 Ver: TABOADA Cordova, Lizardo, op. cit., 325 y ss.;
Actualidad Civil
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Actualidad
Civil
Acto jurídico
No consideramos correcta dicha afirmación,
ya que la nulidad es un predicado que solamente puede ser aplicado a un negocio jurídico existente; de ahí que afirmar lo contrario
devendría en un contrasentido dotando de
efectos a un negocio inexistente, con todo lo
que ello significa.
Una autorizada doctrina ha señalado al respecto: “(…) resulta ser plenamente evidente
que la nulidad presupone, ni más ni menos,
la existencia, la identificación jurídica del negocio. La proposición consiguiente, de que el
negocio jurídico (por lo tanto, jurídicamente
existente) puede ser nulo (o válido) no contiene, si es exactamente entendida, ninguna
contradicción. Como anotábamos, el negocio
existe en tanto y en cuanto se presenta su noción jurídica, tal cual ha sido hipotéticamente
contemplada por el ordenamiento; y este
último puede hacer, en determinados casos,
que el negocio sea nulo, pero sin derogar el
concepto que –según cuanto hemos vistodicta de él. Por el contrario, si el negocio no
existe, no es necesario, ni tampoco posible,
disponer su nulidad: del mismo modo el ordenamiento no puede –por la contradicción,
que no se lo permite- elevar a la condición de
fattispecie jurídica el negocio inexistente, que
equivale a la nada en el plano del derecho
(obviamente como negocio)”10.
Lo señalado va directamente relacionado
con el tercer problema, es decir, el aspecto
operativo de la categoría. Al respecto, se ha
sostenido que la inexistencia no tendría mayor
utilidad práctica; por ello debería ser excluida
de una consideración autónoma, al menos en
nuestro ordenamiento jurídico.
Entre los aspectos operativos de la inexistencia
estarían los siguientes:
-
A la inexistencia no se le podría aplicar la
conversión para subsanar su ineficacia.
TORRES Vásquez, Aníbal, Acto jurídico, Lima, Editorial
San Marcos, 1998, pp. 584 y ss.; LOHMANN Luca
de Tena, Juan Guillermo, op. cit., pp. 385 y ss.; NINAMANCCO Cordova, Fort, op. cit., pp. 48 y ss.
10 SCOGNAMIGLIO, Renato, op. cit., p. 438.
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Instituto Pacífico
-
-
-
Existen lagunas normativas que deben ser
reconducidas a la inexistencia, existiendo,
también, normas de inexistencia.
El negocio jurídico inexistente no tendría
efectos en cuanto tal.
La acción por inexistencia sería imprescriptible.
IMPORTANTE
Si consideramos que un “contrato
de compraventa” con ausencia del
vendedor es nulo y no inexistente, la consecuencia sería que dicha
“transferencia” quedaría convalidada con la venta a un tercero
de buena fe. Dichos supuestos son
necesariamente inexistentes, puesto que no habrían completado los
elementos necesarios para hablar
siquiera de negocio jurídico.
Respecto del primer aspecto, una doctrina ha
señalado que al no ser todo negocio jurídico
convertible ya existiría una figura extrema
que no permite la conversión: “el negocio
nulo no susceptible de conversión”11. Consideramos que esta opinión es equivocada, ya
que no considera lo que ocurre en aquellos
casos donde siendo el negocio inexistente
no puede ser enmarcado en los supuestos
de nulidad no susceptible de conversión; en
cuyo caso: ¿serían convalidables dichos negocios inexistentes a través de la conversión?
Consideramos que no, por lo que la categoría
de la inexistencia continúa siendo necesaria.
Respecto del segundo aspecto, existirían
algunas situaciones no contempladas en el
artículo 219, como la ausencia de las partes,
causa u objeto, que tendrían que ser consideradas inexistentes; así también, los supuestos
contemplados en los artículos 171, 1359,
1360 y 1386 harían referencia expresa a la
inexistencia.
11 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit, p. 41.
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Comentario de jurisprudencia
Se ha señalado que el artículo 219 tendría
alcances más amplios de los que a primera
vista parecería tener, indicándose que “cabe
una interpretación a contrario sensu del artículo
140 del Código Civil para establecer otros
supuestos de invalidez del negocio jurídico”12.
Consideramos que dicha afirmación es peligrosa, puesto que se estaría dotando la calidad
de negocio jurídico a un acto que no tendría
tal condición. Pensemos en un contrato de
compraventa con ausencia del vendedor; si
consideramos que es nulo y no inexistente, la
consecuencia sería que dicha ‘transferencia’
quedaría convalidada con venta a un tercero
de buena fe. Consideramos que dichos supuestos son necesariamente inexistentes y no
pueden ser reconducidos a la nulidad; puesto
que no habrían completado los elementos
necesarios para hablar siquiera de negocio
jurídico.
Respecto del artículo 1359, se ha señalado
que “el Código Civil en el inciso 8 del artículo
219 contempla un segundo supuesto específico que no se asimila al supuesto de nulidad
virtual del acto jurídico. En efecto, el Artículo
V del Título Preliminar del Código Civil dispone la nulidad del acto jurídico contrario a las
leyes que interesan al orden público o a las
buenas costumbres y el inciso 8 del artículo
219 indica que la ley puede establecer una
sanción diversa a la nulidad si el acto jurídico
es contrario a las leyes que interesan al orden
público o a las buenas costumbres. Entonces,
cabe interpretar el artículo 1359 en el sentido
que es inexistente el contrato si las partes no
12 Ibídem. Así también señala: “La ausencia de partes,
del objeto y de causa (que debe ser entendida como
regulada en el inciso 3 del artículo 140 del Código
Civil) son supuestos que pueden ser entendidos como
de invalidez (nulidad) en virtud de una interpretación
a contrario sensu del ya referido artículo 140. No
creo que puedan ser considerados como supuestos
de inexistencia y no de nulidad, con base en que no
existe regulación para tales casos, porque sí la hay.
¿Qué fundamento contundente existe para no derivar
consecuencia de una interpretación a contrario sensu
del artículo 140? Pienso que no existe impedimento
para efectuar esta interpretación a contrario sensu.”
Ibídem, p. 51.
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están conformes sobre todas sus estipulaciones, aunque la discrepancia sea secundaria. La
sanción de inexistencia importa un supuesto
diferente a la nulidad virtual por cuanto el
contrato no puede configurarse si las partes no
convienen en todas las estipulaciones de conformidad con el inciso 8 del artículo 219”13.
En sentido contrario, una doctrina señala
lo siguiente: “decir que el artículo 1359 del
Código Civil regula una situación diferente
a la contemplada en el inciso 1 del artículo
219 necesariamente implicaría concluir que, a
tenor de nuestro Código Civil, la falta de manifestación de voluntad genera nulidad en todo
negocio jurídico, salvo en el contrato, donde
genera inexistencia. ¿Cuál sería la razón para
semejante diferenciación de ‘trato legal’? Si el
contrato es el negocio jurídico por excelencia,
¿por qué tendría que estar necesariamente
sometido a una diferente regulación a la de los
demás negocios? Ciertamente no se ve razón
de peso para esto, Nótese la contradicción
que acarrea este argumento en defensa de la
figura de la inexistencia”14.
Consideramos que la crítica reseñada se
equivoca al no diferenciar los planos diversos
donde se configuran las situaciones mencionadas. El supuesto del inciso 1 del artículo
219 hace referencia a un supuesto en el que
“una manifestación de voluntad contractual
parece existir, pero, justamente, existe solo
en apariencia; o bien solo en apariencia se
refiere a quien parece el autor”15, es decir,
esto se daría en aquellos casos en los que
existe, al menos, la apariencia de un acuerdo (oferta y aceptación); por ejemplo, en
las declaraciones hechas en broma o en la
suplantación de una persona. En cambio, la
inexistencia del artículo 1359 hace referencia
a un acto que no es, ni siquiera, valorable
como acuerdo16. Afirmar su nulidad implica
decir que, al menos, en apariencia, hay un
acuerdo, interpretación que es contraria al
13
14
15
16
MORALES Hervias, op. cit., p. 261.
NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 42.
ROPPO, Vincenzo, op. cit., p. 685.
Cfr. BIANCA, Massimo, op. cit., p. 637.
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Actualidad
Civil
Acto jurídico
sentido de dicho artículo. Entonces, mientras
la nulidad por falta de acuerdo hace referencia
a las escasas situaciones en las que existe al
menos la apariencia de un acuerdo, siendo
por ello necesario declarar la nulidad de un
negocio aparente, la inexistencia por falta de
acuerdo hace referencia a aquellas situaciones
que no pueden siquiera ser valoradas como
un acuerdo. Véase que no hay contradicción
alguna en esta interpretación.
La ausencia de efectos del negocio inexistente
en cuanto tal, se debe a que al ser la inexistencia irrelevante para el ordenamiento, esta no
puede generar efectos; en cambio, el negocio
nulo sí podría generar efectos en cuanto tal,
debido a que al menos en apariencia es un
negocio jurídico. En sentido contrario, se ha
señalado que “en el negocio nulo no hay negocio porque no hay efectos negociales, razón
por la cual la diferencia entre inexistencia y
nulidad se hace todavía más difícil de apreciar
en el ámbito de la praxis. En ambos casos,
no hay efectos negociales. Todo, por ende,
se reduciría a solo dos alternativas: o hay
negocio (validez) o no la hay (inexistencia), lo
que dependerá de la posibilidad de apreciar
efectos negociales genuinos. La autonomía
de la inexistencia frente a la nulidad, en consecuencia se termina ‘evaporando’ ya que,
jurídicamente hablando, ambas formarían
parte de un mismo grupo: inexistencia del
negocio”17.
Lo señalado se basa en una concepción del
negocio como un precepto al que el ordenamiento jurídico hace suyo y dota de efectos.
No me detendré en la refutación de dicha
concepción, por cuestiones de espacio18.
Mencionaré, solamente, que considero que
el negocio jurídico es una norma jurídica y
que, por ende, tiene una doble naturaleza,
como supuesto de hecho y como fuente
normativa. Por lo que la nulidad vendría a
17 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 47.
18 Ver: Ferri, Luiggi, La autonomía privada, traducción
y notas de derecho español por Luis Sancho Mendizabal, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado,
1969; Morales Hervías, op. cit., pp. 111 y ss.
122
Instituto Pacífico
ser una sanción a un hecho jurídicamente
relevante para el ordenamiento (invalidez
normativa) y la inexistencia vendría a ser un
hecho irrelevante (invalidez formal)19. Siendo
así, lo irrelevante (o inexistente) no puede
tener efectos jurídicos. Entonces, cuando se
señala que los contratos en formación o los
matrimonios donde uno de los esponsales se
retracta, son supuestos de inexistencia, no se
ha entendido adecuadamente la delimitación
entre la inexistencia y la nulidad.
El último aspecto a evaluar es el de la imprescriptibilidad de la acción por inexistencia.
Toda vez que no se habría contemplado un
plazo para la declaración de inexistencia,
como equivocadamente se ha hecho con la
nulidad, se podría solicitar su declaración en
cualquier momento, lo que sería una nota
distintiva importante. En sentido contrario,
una doctrina ha señalado que el plazo de
prescripción “es un asunto de regulación y
una diferencia de orden conceptual, no indica supuestos concretos en los cuales pueda
19 “La validez normativa de toda norma jurídica es su fuerza
vinculante. Verbigracia, el fundamento de validez de las
normas de un contrato de compraventa se encuentra
en las normas del Código Civil y éstas a su vez en la
Constitución Política. En consecuencia, las normas que
tienen un contenido compatible con las superiores en
rango, y que reúnen esos requisitos de creación, poseen
no sólo existencia –validez formal- sino también ‘fuerza
obligatoria’, es decir validez normativa, en el sentido de
que obligan a aquellos cuya conducta regulan. Esta idea
de validez normativa debe diferenciarse claramente de
la validez formal de la norma jurídica la cual se entiende
mediante la identificación de las reglas de reconocimiento: son las reglas que sirven para identificar qué
normas forman parte de un sistema jurídico y cuáles
no. La falta de certeza sobre que normas rigen en la
sociedad da origen a una regla de reconocimiento, que
determina las condiciones para que una regla sea una
norma valida del sistema. La determinación de la validez
formal se materializa en términos de existencia jurídica.
Por otra parte, la validez normativa y la validez formal
se interrelacionan en tanto supuestos de inexistencia
de autorización de poder producir normas jurídicas, de
comprobación si no han sido derogadas y de comprobación que no sean incompatibles con otras normas
del ordenamiento jurídico. Es decir, la existencia de
una autorización normativa, la vigencia normativa del
programa contractual y la compatibilidad con las normas
del Derecho positivo establecen la validez formal y la
validez normativa”. MORALES Hervias, Rómulo, op.
cit., pp. 240-241.
Volumen 5 | Noviembre 2014
Comentario de jurisprudencia
hablarse de inexistencia y no de nulidad”20.
Continúa indicando que pese a existir un plazo
para la nulidad, se ha aceptado que esta se
oponga como excepción dentro del proceso;
por lo que “al final del día, la nulidad puede
ser esgrimida en un proceso aunque haya
transcurrido el plazo de prescripción. No
habría, pues, mayor diferencia”21.
ROMULO MORALES dice:
“El Código Civil
(…) contempla un
segundo supuesto
específico que no
se asimila al supuesto de nulidad
virtual del acto jurídico. En efecto, el
Artículo V del Título Preliminar (….)
dispone la nulidad del acto jurídico
contrario a las leyes que interesan al
orden público o a las buenas costumbres y el inciso 8 del artículo 219 indica que la ley puede establecer una
sanción diversa a la nulidad si el acto
jurídico es contrario a las leyes que
interesan al orden público o a las
buenas costumbres .
”
Al respecto, consideramos que dicha afirmación es equivocada, toda vez que no es lo
mismo poder demandar algo que poder excepcionarlo dentro del proceso. La posibilidad de
poder demandar implica una mayor protección
a los intereses que pudieran ser afectados, ya
que para el momento en el que podemos
excepcionar podrían haberse interpuesto medidas cautelares que afecten injustificadamente a
la parte demandada. Afirmar que excepcionar
es lo mismo que accionar, es algo bastante
peligroso para la práctica legal.
En conclusión, la categoría de la inexistencia
es autónoma de la categoría de la nulidad,
20 NINAMANCCO Córdova, Fort, op. cit., p. 50.
21 Ibídem, p. 51.
Volumen 5 | Noviembre 2014
no solo a un nivel conceptual sino a un nivel
operativo. Siendo entonces que su aplicación
serviría para delimitar el campo de aplicación
de la nulidad, ocupándose de los supuestos
no contemplados en el artículo 219, protegiendo así los intereses que se pudieran ver
afectados y además podría ser invocada en
forma imprescriptible.
3. Restitución de lo entregado en
virtud de un negocio jurídico nulo
Declarado nulo un negocio jurídico deberán
restituirse las prestaciones que llegaron a
ser entregadas antes de la declaración de
nulidad. En torno a dicha restitución podrían
darse diversas situaciones. Nos centraremos
en el caso de lo entregado en un contrato de
compraventa declarado nulo.
De haberse realizado ambas prestaciones (la
suma de dinero y la entrega del bien) estas deberían ser restituidas a quienes las realizaron.
Respecto de la transferencia de propiedad,
esta no se habría realizado nunca, por lo que
la propiedad continuaría siendo del vendedor,
motivo por el cual podría restituir el bien en
su patrimonio de la forma que considere más
adecuada a sus intereses. Esto siempre y cuando no se haya dado la prescripción adquisitiva
de propiedad, situación que otorga de forma
originaria la propiedad al comprador. Así,
también mientras no se haya realizado alguna transferencia en virtud del título inválido
inscrito en Registros Públicos, según artículo
2014 del Código Civil.
En el caso de la entrega de la suma de dinero, esta se realizará descontando parte del
dinero por el concepto de uso del bien por el
tiempo desde la entrega hasta la declaración
de nulidad.
En este último punto, surgen algunas cuestiones
debido a la existencia de plazos de prescripción
que podrían entrar en conflicto. Si tomamos
en cuenta que el plazo prescriptorio del pago
indebido (artículo 1274) es de cinco años, es
válido preguntarse ¿qué ocurre en aquellos
casos donde la declaración de nulidad es
realizada mucho después de dicho plazo? ¿Se
Actualidad Civil
123
Actualidad
Civil
Acto jurídico
podría demandar la repetición de lo pagado?
¿Existe otra acción que pudiera servir para
demandar la restitución de lo entregado?
Consideramos que si la declaración de nulidad se realizó vencido el plazo de los cinco
años, ya no sería posible demandar el pago
indebido conforme el estricto artículo 127422,
quedando como única vía la acción por enriquecimiento sin causa (artículo 1954).
IMPORTANTE
El numeral 1 del artículo 219 del
Código Civil hace referencia a un
supuesto en el que una manifestación de voluntad contractual parece existir, pero, justamente, existe
solo en apariencia. En cambio, la
inexistencia del artículo 1359 hace
referencia a un acto que no es, ni
siquiera, valorable como acuerdo.
22 El artículo 1274, señala que “la acción para recuperar
lo indebidamente pagado prescribe a los cinco años
de efectuado el pago”. Consideramos que lo correcto
sería que la regla del artículo 1993, rija también para
el pago indebido, así el artículo 1993, señala que:
“La prescripción comienza a correr desde el día en
que puede ejercitarse la acción…”. En Italia, al ser
la acción de nulidad imprescriptible, se presenta un
problema similar, ya que al ser declarada la nulidad
en el momento en el que ya la repetición de lo pagado
indebidamente ha prescrito, ya no podría demandarse
la restitución. Autorizada doctrina italiana ha señalado
al respecto: “La conclusión indicada es inevitable, si
la acción para repetir la prestación ejecutada en base
al contrato nulo se concibe como marcadamente
autónoma de la acción de nulidad, y se identifica con
la acción de repetición de lo indebido objetivo ex art.
2033. Pero precisamente para ampliar las posibilidades
de recuperación del solvens, se formula la más estrecha
conexión entre acciones de nulidad y de repetición: por
ejemplo, concibiendo a la acción de repetición como
la acción de nulidad misma (del pago, por ausencia
de causa solvendi); o sustancialmente convirtiéndola
en imprescriptible acción de reivindicación del bien
transferido con el contrato nulo, bajo el perfil de que
este, radicalmente improductivo de efectos, ha dejado
la propiedad del solvens”. Roppo, Vincenzo, op. cit., p.
778. La solución planteada sería inaplicable en nuestro
ordenamiento debido al plazo de diez años establecido
para la acción de nulidad.
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Instituto Pacífico
4. Análisis del caso
Respecto al caso materia de la sentencia, nos
encontramos frente a una nulidad por incapacidad de una de las partes en un contrato
de compraventa. Como ya se explicó en el
acápite anterior, esto implica que de haber
sido ejecutadas las prestaciones, estas se retrotraigan al momento anterior de la celebración
del contrato. Respecto de la propiedad, esta
no se habría trasferido, quedando a elección
del propietario la forma en la que la restituya
a su patrimonio. Respecto de la suma entregada en dinero, se le debe restituir, no en
forma completa, según se ha explicado, sino
descontando un monto por el tiempo de uso
indebido del bien.
El contrato se celebró el 26 de octubre de
1995, siendo declarado nulo el 31 de enero
de 2000 e interponiéndose la demanda el 15
de noviembre de 2006. Es evidente que el
plazo para demandar la repetición de lo pagado habría sido superado en exceso, por lo que
consideramos que la única acción viable sería
la demanda por enriquecimiento sin causa.
Se ha observado que los órganos jurisdiccionales no evalúan las situaciones mencionadas,
limitándose a discutir sobre si el contrato
“nulo e inexistente” puede servir como medio
probatorio de la transferencia de patrimonio.
Creemos que la confusión proviene de igualar
la nulidad y la inexistencia; puesto que si se
consideran como categorías iguales, lo nulo es
inexistente; por lo que, al carecer de existencia, el documento del contrato nulo no serviría
para demostrar la transferencia patrimonial.
Este razonamiento no permite una adecuada
protección del interés del que pagó indebidamente, generando serios problemas para
que se pueda demostrar que efectivamente se
realizó la transferencia patrimonial en virtud
de un contrato nulo.
Pero siendo el contrato nulo diferente del
inexistente, el documento del contrato nulo
puede y debe servir como medio probatorio
de la transferencia patrimonial realizada en
la creencia de su validez. En el caso concreto,
Volumen 5 | Noviembre 2014
Comentario de jurisprudencia
esto significa que de no haberse vencido
los plazos para la repetición del pago, el
documento presentado bastaba para que
se ordene la repetición de lo pagado indebidamente, con el respectivo descuento por
el tiempo de uso indebido del bien a favor
del vendedor.
5. Conclusión
Es necesario superar el criterio interpretativo
que se basa principalmente en las ideas que
el legislador tuvo al momento de diseñar el
Código Civil y trabajar en la construcción
de una ciencia jurídica que responda a las
necesidades de la realidad, más allá de lo
que el texto normativo nos pueda decir,
manteniendo, de esa forma, el Código Civil
como un texto vivo.
Así, hemos buscado brindar una breve afirmación de la necesidad de defender la autonomía de la inexistencia frente a la nulidad,
tanto por razones de orden teórico como de
orden práctico. Esto con la finalidad de evitar
confusiones que como en el caso que motivó
la sentencia casatoria, lleven a nuestros jueces
a calificar inadecuadamente los hechos ofrecidos por las partes.
CAS. N.° 1376-2013 CUSCO
Obligación de dar suma de dinero
Lima, veinte de enero de dos mil catorce.LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA:
Vista la causa número mil trescientos setenta y seis – dos mil trece en audiencia pública de la
fecha y producida la votación con arreglo a ley expide la siguiente sentencia: MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del recurso de casación corriente a fojas mil ciento veintidós interpuesto
por Cesaria Palomino Gamarra contra la sentencia de vista obrante a fojas mil ciento cuatro
dictada por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cusco el ocho de marzo de dos mil
trece que revoca la sentencia apelada contenida en la resolución número setenta y tres obrante a fojas novecientos setenta y dos dictada el seis de julio de dos mil doce que declaró fundada la demanda y en consecuencia ordenó que los demandados paguen a la actora la suma
de ochenta mil dólares americanos (US$ 80,000.00) más intereses legales y reformando la
misma declara infundada la citada demanda.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala
Suprema por resolución de fecha dos de julio de dos mil trece obrante a fojas sesenta y nueve
del Cuaderno formado por este Supremo Tribunal ha declarado procedente el recurso de casación: 1) Por la causal de infracción normativa procesal de las normas que se indican en
los literales siguientes: a) Artículos 139 incisos 3, 5 y 14 de la Constitución Política del
Estado y 50 inciso 6 del Código Procesal Civil, alega al respecto que la sentencia de vista
no ha motivado la resolución judicial limitando su derecho de defensa y del debido proceso;
y g) Artículo 276 del Código Procesal Civil, sostiene que asimismo se han dado indicios
suficientes que acreditan la entrega por la recurrente de la suma dineraria indicando además
que la Sala Superior señala que no se han analizado todos los medios de prueba y que no se
trata de un título ejecutivo lo cual no resulta motivo suficiente para revocar la sentencia de
primera instancia; y 2) Por la causal de infracción normativa material de las normas citadas
en los literales siguientes: c) Artículo 225 del Código Civil, arguye que la sentencia de primera instancia aplica estos artículos correctamente sin embargo la sentencia de vista omite
pronunciarse sobre dicha norma sustantiva; d) Artículo 660 del Código Civil, afirma que se
instó la demanda contra los hijos por cuanto desde la muerte de una persona los bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores; y h) Artículo
228 del Código Civil, aduce que la nulidad en la que se incurre en la sentencia dictada en el
proceso de nulidad de acto jurídico del contrato de compraventa del inmueble tiene la calidad de cosa juzgada y concede a la recurrente el derecho a que se le restituya aquello que ha
pagado en virtud del acto nulo.- CONSIDERANDOS: Primero.- Que, en el caso de autos co-
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