Bases para un crecimiento sostenido

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LA AIF EN ACCIÓN: VIET NAM
Bases para un crecimiento sostenido
V
iet Nam es una de las economías en desarrollo con mejor
desempeño en todo el mundo. En la actualidad, atraviesa una
transformación en gran escala por la que está dejando de ser una
economía planificada y centrada en sí misma para convertirse en
otra globalizada y con base en el mercado. Cuenta con el potencial
necesario para convertirse en un caso exitoso en lo que respecta
al desarrollo.
Indicadores
1993
2005
INB per cápita (método Atlas, en dólares estadounidenses)
170
620
Inflación (IPC, tasa anual, porcentaje)
8,4
8,4
Deuda externa (porcentaje del INB)
191
33
Incidencia de la pobreza (porcentaje de la población cuyo consumo
se sitúa por debajo del nivel de las necesidades básicas)
58
20 (2004)
Tasa de matrícula en la escuela primaria (porcentaje del grupo de
edad correspondiente)
77 (1990)
94 (2004)
Mortalidad infantil (menores de cinco años, por 1.000)
53 (1990)
23 (2004)
Mortalidad materna (por cada 100.000 nacidos vivos)
200
80
Población (en millones)
70,3
83
2
1
Tasa de crecimiento de la población (porcentaje anual)
Fuentes: Oficina general de estadísticas de Viet Nam y Grupo de gestión de datos sobre el
desarrollo del Banco Mundial.
El ingreso real ha aumentado un 7,3% anual durante los últimos 10 años. Cuando en 1993 el
Banco Mundial reinició sus operaciones con Viet Nam, el ingreso per cápita era de US$170. En
la actualidad, asciende a US$620 y para el año 2010 podría llegar a los US$1.000. La tasa de
pobreza se redujo del 58% en 1993 a menos del 20% en 2004. Viet Nam está en condiciones de
alcanzar la mayor parte de los objetivos de desarrollo del milenio.
Viet Nam recibe gran cantidad de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF),
pero no depende de la ayuda internacional. En vista del enorme volumen de recursos que
moviliza el Banco Mundial y, en particular, de su reconocida capacidad técnica, éste se ocupa
de coordinar la asistencia que Viet Nam obtiene del extranjero. Esto ha dado como resultado
un diálogo muy fructífero sobre las reformas de políticas que sustentan la transición del país
hacia una economía de mercado.
LOGROS DEL PAÍS
Los logros de Viet Nam en materia de
desarrollo han sido notables.
Hacia mediados de la década de 1980, este
país arrasado por la guerra enfrentaba el
hambre y su economía dirigida era deficiente.
En 1986, el gobierno inició un proceso de
renovación (Doi Moi), a pesar del colapso
de la Unión Soviética (su principal mercado
y fuente crucial de asistencia extranjera) y
de la crisis fiscal interna y la hiperinflación.
Durante el Doi Moi se experimentó con diversos mecanismos de mercado a la vez que se
procuraba preservar la inclusión social.
La redistribución equitativa de las tierras
agrícolas, unida a una mayor libertad en el
comercio de los productos agropecuarios y
mejores servicios de apoyo al sector agrícola
en el nivel local dieron como resultado un
auge en las exportaciones de ese sector y una
drástica reducción de la pobreza rural.
La inversión extranjera aumentó a medida
que se liberaba la actividad comercial y se
daba rienda suelta al espíritu empresario
del país. Los residentes de las ciudades se
desplazaron hacia empleos remunerados, lo
que contribuyó a reducir aún más el número
de pobres en las zonas rurales.
La economía de Viet Nam se expandió con
rapidez. Logró evitar tanto el colapso económico que experimentaron otras economías
en transición durante los primeros años de la
década de 1990 como la crisis que padecieron
varios países del sudeste asiático a fines de
esa década. En los últimos dos años, el crecimiento económico ha superado el 8% y para el
2010 Viet Nam aspira a integrar la categoría
de país de ingreso mediano.
El rápido crecimiento económico
fue acompañado de una
reorganización institucional.
En vista de que su estrategia de desarrollo
estaba dando resultados, el gobierno decidió
profundizar las reformas económicas.
La aprobación de una nueva ley del presupuesto estatal ha generado un gran avance en
la gestión de las finanzas públicas, plasmado
en una mayor transparencia y difusión y en
un foro para las consultas públicas. Se establecieron los marcos legales y regulatorios de
los sectores de energía, agua y silvicultura,
así como para las inversiones y la actividad
empresarial.
Estas mejoras institucionales conforman una
base sólida para un desempeño económico
positivo y sostenido. Además, Viet Nam
registró importantes progresos en la venta de
bienes estatales y la adopción de un programa
ambicioso para la reforma del sector financiero. La incorporación en la Organización
Mundial del Comercio (OMC), que tendrá lugar
en enero de 2007, abrirá la competencia para
los establecimientos agrícolas y las empresas
del país y generará la modernización de su
sistema jurídico.
El sector privado ha surgido como
impulsor del crecimiento.
Al igual que en China, la transición hacia una
economía de mercado competitiva está bastante avanzada e impulsa el crecimiento de Viet
Nam y aumenta su capacidad de adaptación.
Las empresas privadas, cuyas actividades no
eran significativas en 1993, en la actualidad
son responsables de más de la mitad de las
inversiones que se realizan anualmente. En
los últimos años, las empresas estatales han
tenido un desempeño razonablemente bueno
a pesar de la mayor competencia interna y
externa y de otras medidas destinadas a
aumentar la eficiencia. Las tres cuartas partes de dichas empresas obtienen ganancias,
con tasas de rentabilidad del capital de entre
7% y 8% anual.
Aunque se circunscribieron a ciertos sectores,
las privatizaciones han sido numerosas: en los
últimos cinco años, la cantidad de empresas
estatales disminuyó a la mitad, hasta llegar a
3.000. Esto generó espacio para la expansión
de las empresas privadas.
A medida que el sector privado se expande
con rapidez, tanto las empresas que reciben
inversiones nacionales como las que se benefician de inversión extranjera, han establecido
sólidos lazos con los mercados internacionales. En la actualidad, las empresas privadas
aportan el 65% de los productos manufacturados y más del 70% de las exportaciones
no petroleras. Viet Nam se está convirtiendo
cada vez más en una parte integral de las
cadenas internacionales de producción y
distribución.
CONTRIBUCIONES DE LA AIF
La Asociación Internacional de Fomento (AIF),
el fondo del Banco Mundial para los países
de ingreso bajo, ha ayudado a Viet Nam a
luchar contra la pobreza, entre otras cosas,
mediante el financiamiento de programas
para los sectores de agricultura, infraestructura, salud y educación. El país ha recibido
más de US$6.000 millones en créditos sin
interés y donaciones de la AIF, la segunda
fuente de asistencia para Viet Nam después
del Japón.
Sin embargo, el país no depende de la ayuda
externa. La asistencia extranjera representa
tan sólo alrededor del 15% del gasto público
total. Esto obliga a los donantes a mejorar su
labor y centrar sus esfuerzos en los diálogos
sobre políticas, los estudios y las inversiones
en esferas clave para el desarrollo.
Desde 1993, la colaboración del Banco
con Viet Nam ha contribuido a lograr
resultados notables.
Apoyo a las reformas de las políticas:
El diálogo sobre políticas es seguramente la
modalidad de contribución de los donantes
que provoca mayor impacto, puesto que sustenta las reformas que están transformando
el sistema económico en su totalidad.
Parte de la labor en esta área ha influido de
modo directo en los programas y políticas del
gobierno. Por ejemplo, la investigación que
realizó el Banco Mundial para el Programa
nacional contra la pobreza generó mayor
participación de la comunidad en las etapas
de planificación y ejecución de proyectos
de infraestructura locales tales como clínicas
y caminos.
En la actualidad, ya se han otorgado cinco
créditos de apoyo a la lucha contra la pobreza
(CALP), que contaron con la participación
activa de 19 donantes1 y el cofinanciamiento
de 11 de ellos. Estos créditos han respaldado
reformas principalmente en seis esferas:
integración comercial, reforma financiera y
de empresas estatales, infraestructura, sector
social (salud, educación, protección social),
gestión de los recursos naturales y buen
gobierno. Se estableció un cronograma
cuidadoso de las actividades en cada esfera
para que no hubiera desfases con respecto
a la capacidad de ejecución y se pudieran
aprovechar las sinergias entre los diversos
sectores.
A continuación se exponen algunos de
los beneficios que generaron las reformas
respaldadas por créditos de la AIF:
• Medidas para transformar el Banco Estatal de
Viet Nam en un banco central moderno;
• Criterios de calidad escolar que han mejorado la
enseñanza;
• Certificados de usuarios de la tierra en los que
constan tanto los nombres de los esposos como
de las esposas, lo que permite a las mujeres
utilizar esos certificados como garantía para la
obtención de créditos bancarios;
• Plan presupuestario estatal difundido
públicamente por primera vez en 2005;
• Ley sobre empresas (del año 2000) que duplicó
el número total de empresas registradas y
uniformó las reglas del juego para las empresas
nacionales, extranjeras, estatales y privadas.
1. Los 19 donantes son: Alemania, Australia, el Banco Asiático
de Desarrollo, Bélgica, Canadá, la Comunidad Europea, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Japón, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Fortalecimiento de la capacidad local:
Según la última de las encuestas que realizó
el Banco entre sus clientes, las contribuciones
más importantes de la AIF son los conocimientos y la experiencia técnica. A este respecto,
el enfoque ha consistido en fortalecer la
capacidad gubernamental para llevar a cabo
sus propias investigaciones orientadas a sus
propios fines.
Por ejemplo, si bien el Banco llevó adelante
la primera evaluación de la pobreza en Viet
Nam, la segunda fue realizada en colaboración
con el gobierno. Actualmente, el gobierno
realiza su propia evaluación, con la guía del
Banco. En la esfera de la educación, el Banco
ha ayudado a desarrollar la capacidad con
respecto a la fijación de criterios mínimos
para la educación primaria (por ejemplo, en
lo referente a la preparación de los maestros),
la calidad de los libros de texto y lo idoneidad
de los maestros de primaria. Estos niveles de
calidad están vinculados con las asignaciones
del presupuesto nacional. Mediante una
serie de proyectos de educación de la AIF, el
gobierno está llevando estas innovaciones a
otras zonas geográficas y a niveles más altos
del sistema educativo.
Varios créditos de inversión tienen como
objetivo reorganizar los procesos relacionados con las empresas a fin de mejorar la
eficiencia en el uso de los recursos públicos y
aumentar la transparencia. Se destinan a los
organismos más vulnerables a la corrupción,
incluidas las aduanas, y la administración de
tierras e impuestos.
Coordinación y promoción del
apoyo de otros donantes:
Viet Nam recibe casi US$3.000 millones
anuales de más de 30 donantes bilaterales
y multilaterales. El Banco Mundial actúa
como coordinador y, a menudo, como agente
catalizador de la ayuda extranjera destinada
a Viet Nam, no sólo por los fondos que moviliza, sino también por su reconocida capacidad técnica.
El Banco preside las reuniones del grupo consultivo con el gobierno, dirige los procesos
relativos a los CALP y, en forma creciente,
promueve los créditos y las iniciativas de
donantes múltiples. Entre éstas se incluyen
la modernización de la gestión de las finanzas
públicas, la iniciativa Educación para Todos
y el acuerdo de colaboración en materia de
silvicultura. Todos estos son buenos ejemplos
del apoyo de múltiples donantes a programas gubernamentales2. En la actualidad, se
considera a Viet Nam como un modelo de
armonización de la asistencia.
Establecimiento de sistemas para un
cambio duradero
“Nuestra labor con el Gobierno de Viet Nam se ha
centrado en cuestiones sistémicas relacionadas con
la educación”, sostiene Klaus Rohland, director del
Banco Mundial a cargo de las operaciones en Viet
Nam.
“En un principio, construimos escuelas. Y seguimos
haciéndolo, puesto que el país necesita más
escuelas de las que tiene. Pero también nos hemos
centrado en cuestiones como la capacitación
docente. Hemos trabajado junto con el Ministerio de
Educación y hemos observado un cambio de actitud.
En lugar de ser un simple proveedor de educación, el
Ministerio ahora elabora políticas educativas y hace
hincapié en la calidad, un ámbito al que podemos
aportar nuestra experiencia internacional.
Lo mismo sucede en el sector de la salud o de
vialidad. No sólo construimos caminos, sino que
establecemos sistemas para su mantenimiento.
Estas cuestiones sistémicas conforman el centro de
nuestra labor en Viet Nam hoy en día, y lo seguirán
siendo durante los próximos cinco años, hasta que
el país finalice su transición hacia una economía de
mercado”.
2. Los donantes que participan en la gestión de las finanzas
públicas son Canadá, Dinamarca, Suecia, Suiza, Noruega, los
Países Bajos, la Comunidad Europea y el Reino Unido. Las iniciativas del sector de educación involucran a Bélgica, Canadá,
Nueva Zelandia, la Comunidad Europea y el Reino Unido. La
silvicultura recibe el apoyo de Finlandia, los Países Bajos,
la Comunidad Europea y el Fondo para el Medio Ambiente
Mundial (FMAM).
Modelos de prácticas recomendadas:
Los créditos de inversión y la asistencia técnica (por ejemplo, referida a la ordenación de
cuencas hidrográficas o a la infraestructura)
han generado efectos de demostración y han
influido en los enfoques del gobierno relativos
a las políticas y las cuestiones técnicas.
Los conocimientos técnicos con que cuenta
la AIF para fijar etapas, determinar el orden
de secuencia de las actividades y trabajar en
diversos sectores han reforzado la eficacia
de la ayuda para el desarrollo. Por ejemplo,
en el contexto más amplio del desarrollo de
infraestructura en el nivel nacional y provincial, el gobierno se ha abocado a proyectos
impulsados por las comunidades locales, que
no se administran desde Hanoi. Los proyectos
del sector de energía han abierto la puerta
a la participación de empresas privadas en
el ámbito de la infraestructura. Un crédito
otorgado en apoyo de escuelas situadas en
zonas pobres dio como resultado el establecimiento de criterios de calidad escolar a
nivel nacional y la realización de auditorías
periódicas en las escuelas en relación con
dichos criterios.
El impacto de la AIF se hace sentir en
diversos sectores.
Transporte. Hacia 2004, el 83% de los vietnamitas vivían a una distancia máxima de 2
kilómetros de un camino transitable todo el
año, en comparación con el 30% en 1993 y
el 76% en 2002. La AIF financió la reparación
de 1.000 kilómetros de la Carretera Uno, la
principal ruta de transporte del país. En la
actualidad se están reparando otros 900 kilómetros. La AIF también ayudó a construir más
de 7.000 kilómetros de caminos provinciales
y rurales. Como resultado, entre seis y ocho
millones de personas tienen mejor acceso
al sistema de transporte, lo cual les permite
llegar con más rapidez a mercados, escuelas,
centros de salud u hospitales.
Electricidad. Como resultado del programa
gubernamental de electrificación rural, más
del 90% de los hogares rurales ahora cuenta
con electricidad. Hace 10 años, esa proporción apenas superaba el 50%. La AIF ayudó a
diseñar este esfuerzo y a ejecutarlo mediante
varios proyectos. Uno de ellos brindó electricidad a unos 2,7 millones de personas en
zonas rurales pobres. Esto ya ha transformado cientos de comunidades rurales y ha
permitido que surgieran pequeñas empresas
y se mejoraran los servicios que brindan las
escuelas y los centros de salud. Un segundo
proyecto ampliará el acceso al servicio eléctrico a millones de personas más.
Educación. La escolarización ha aumentado
en forma notable: la tasa neta de matrícula
en la escuela primaria ascendió del 86% en
1993 al 94% en 2004. Para la quinta parte
más pobre de la población, el incremento fue
del 71% al 91%, y para las comunidades de
minorías étnicas vulnerables, del 62% al 88%.
La AIF ha entregado más de 80 millones de
libros de texto de gramática y matemática
a escuelas primarias de todo el país, ha
construido unas 12.000 aulas y mejorado la
capacitación docente.
Salud. La AIF ha generado mejoras en la calidad de los servicios de salud y los programas
nacionales contra el paludismo, la tuberculosis y las infecciones respiratorias agudas.
Las contribuciones de la AIF han financiado
la provisión de medicamentos esenciales a
los centros de atención de salud, y la construcción y el mejoramiento de 15 centros de
salud y planificación familiar, 137 quirófanos
y salas de atención obstétrica en hospitales
distritales y más de 2.500 centros de salud
comunitarios. Además, han permitido capacitar a 22.000 trabajadores sanitarios en más
de 2.800 comunidades de las 18 provincias
más pobres. La mortalidad infantil descendió
de 30 por cada 1.000 de los nacidos vivos en
1997 a 18 por cada 1.000 en 2002. También
descendió la mortalidad de los niños menores
de cinco años.
Agricultura y crecimiento rural. Unos 250.000
hogares se han beneficiado con los proyectos
de financiamiento rural respaldados por la AIF,
que han permitido otorgar casi 850.000 préstamos en las áreas rurales de Viet Nam para
expandir la producción agrícola y aumentar
el empleo en actividades no agrícolas. Esto
contribuyó a la creación de más de 200.000
empleos rurales. El financiamiento otorgado
por la AIF al sector rural también permitió
aumentar la intensidad de los cultivos y el
control de inundaciones mediante mejoras
en 44 mecanismos de riego y drenaje en la
región del delta del Mekong. Los esfuerzos de
la AIF en pos de la diversificación agrícola han
permitido destinar más de 23.000 hectáreas a
minifundios productores de caucho.
Pobreza urbana. Gracias a la asistencia de
la AIF, 2,7 millones de personas en tres
ciudades, incluida Hanoi, se beneficiaron con
nuevos o mejores servicios de abastecimiento
de agua. Ya están en marcha proyectos destinados a mejorar los medios de subsistencia
de casi tres millones de habitantes urbanos,
muchos de ellos pobres, mediante el acceso
a servicios de infraestructura básicos, el
control de inundaciones y la recolección y
tratamiento del agua de desecho y los residuos sólidos.
Un círculo virtuoso
Los servicios de infraestructura están demostrando
ser económicamente accesibles y sostenibles. La
ampliación de los servicios se coordinó con las
reformas presupuestarias y financieras. El ritmo
acelerado del crecimiento y la diversificación
económica han aumentado por su parte la
demanda de servicios y a la vez han permitido a
los prestadores de dichos servicios incrementar el
volumen y alcance de sus operaciones y bajar sus
costos.
DESAFÍOS FUTUROS
Los próximos cinco años serán de importancia
crucial. Hacia finales de dicho período, se
habrá completado la transición hacia una economía de mercado y Viet Nam habrá sentado
las bases institucionales para convertirse en
un país de ingreso mediano.
Las decisiones políticas que se tomen a lo
largo de los próximos cinco años determinarán si esas bases institucionales son lo suficientemente sólidas para que el crecimiento
siga siendo sostenible e inclusivo. Por este
motivo, es de importancia fundamental que
los donantes mantengan un nivel elevado
de asistencia para respaldar el avance del
país hacia la categoría de país de ingreso
mediano.
A medida que la economía de Viet
Nam se vuelve más compleja, surgen
nuevos desafíos.
Por ejemplo, para la movilización de recursos
para inversión se requiere un mercado de
capitales muy dinámico. También es de crucial
importancia que existan marcos más sólidos
para la participación del sector privado en el
desarrollo de la infraestructura y más oportunidades económicas para el surgimiento de
empresas privadas. En el sector de la salud,
el desafío consistirá en lograr combinar la
eficiencia con un adecuado acceso para los
pobres. El crecimiento acelerado está ejerciendo mayor presión sobre los recursos naturales y la sostenibilidad del medio ambiente,
por lo que urge hallar instrumentos para la
planificación integrada de la utilización de la
tierra, la gestión de las cuencas hidrográficas
y el control eficaz de la contaminación.
Una economía más compleja requiere mejores
mecanismos para que los ciudadanos expresen su opinión sobre la calidad de las políticas
públicas, y eso implica mayor transparencia y
rendición de cuentas. Por ejemplo:
• Las reformas de las entidades bancarias y
empresas estatales deberá centrarse en la
competencia y fijar criterios de prácticas
óptimas en lo que respecta a la transpa-
rencia y la buena gestión. Esto ha cobrado
mayor importancia dada la incorporación
de Viet Nam en la OMC.
• La urbanización y la conversión de la tierra en gran escala, sumadas a un sistema
jurídico aún endeble, incrementarán las
oportunidades para que se cometan actos
de corrupción.
El hecho de que el crecimiento económico
perdure dependerá en buena parte de la
habilidad del gobierno para abordar estas
cuestiones a lo largo de los próximos cinco
años.
Estas prioridades hacen necesario
un mayor apoyo de la AIF
En el corto y mediano plazo, reviste prioridad
el apoyo a las buenas opciones en materia de
políticas, en particular las relacionadas con
el buen gobierno, y el fortalecimiento de los
sistemas gubernamentales. Pero el costo de
ejecutar esas políticas será alto.
La recapitalización de los bancos comerciales estatales y la privatización y reforma de
grandes empresas estatales generarán despidos y harán necesario contar con una red de
protección social eficaz.
Financiar el desarrollo de la infraestructura
constituye otra prioridad onerosa. Es necesario incrementar rápidamente la inversión en
transporte, energía, agua y saneamiento a fin
de evitar cuellos de botella en el desarrollo y
alcanzar los principales objetivos de desarrollo del milenio.
Los ingresos tributarios por sí solos no serán
suficientes, y un endeudamiento en gran
escala con los mercados internacionales
podría aumentar el peso de la deuda pública
más allá de lo prudente. Hasta que la infraestructura en Viet Nam se ponga a la altura de
la de sus vecinos y competidores, la asistencia
en condiciones concesionarias debe ocupar
un lugar importante.
De cara al futuro
En la actualidad, más del 90% de los hogares
rurales de Viet Nam tienen electricidad. El primer
proyecto de energía rural de Viet Nam, que cuenta
con financiamiento parcial de la AIF, ha llevado los
beneficios del servicio eléctrico a unos 2,7 millones
de personas de las zonas más pobres del país.
Ahora la gente puede ganar más dinero, estudiar
durante más tiempo y recibir asistencia médica de
mejor calidad.
Una niña contó cómo antes debía pasar cuatro
horas al día moliendo arroz para su familia y maíz
para los cerdos. Con una máquina eléctrica, afirma
que puede “hacer el trabajo en una hora”.
La AIF está colaborando con el gobierno para
planificar la siguiente fase de su programa de
electrificación rural. Tres proyectos respaldados
por la AIF, que se extenderán hasta el año 2010,
ayudarán a mejorar la distribución y ampliar la
cobertura del servicio eléctrico hasta los hogares
más remotos y aislados.
Cómo preservar el crecimiento inclusivo
Aún se necesitan recursos para lograr que el
crecimiento siga siendo inclusivo. Durante
gran parte del período posterior al Doi Moi,
reducir la pobreza se consideraba una cuestión principalmente económica. En la actualidad, la pobreza se concentra cada vez más
en grupos de minorías étnicas.
Se necesitan transferencias continuadas de
fondos para garantizar que los niveles de vida
de esos grupos no queden aún más rezagados
con respecto a los de la mayoría. Los recursos de la AIF podrían usarse, por ejemplo,
para reforzar el Programa nacional contra la
pobreza y el Plan nacional de mejoramiento
urbano (de barrios de tugurios). Viet Nam
también está intentando diseñar programas
universales de seguro social y de salud. Para
preservar los logros alcanzados en materia de
salud y sentar las bases de un sistema sólido
de seguro social harán falta considerables
recursos financieros durante los próximos
cinco a 10 años.
Es probable que las necesidades de inversión
pública y el costo de las reformas de gran
envergadura oscilen entre US$16.000 millones
y US$18.000 millones anuales hasta 2010.
Según las actuales estimaciones de la participación del gobierno en los costos y las
proyecciones realistas acerca de la actuación
privada en el sector de infraestructura, se
prevé que se necesitarán recursos de la AIF
por valor de entre US$900 millones y US$1.100
millones anuales.
viceministro de Planeamiento e Inversión
de Viet Nam, reconoce el mérito del Banco
Mundial por “resolver los problemas a largo
plazo de Viet Nam mediante sus estrategias
de asistencia al país”, una consideración que
se vio también reflejada en las encuestas a
los países clientes de 2003 y 2005.
En particular, los proyectos complejos que
abordaron problemas intersectoriales se
consideraron más exitosos en Viet Nam que
en muchos otros países.
Aprender de la experiencia
A pesar de las opiniones positivas, todas las
partes interesadas reconocen que el ritmo de
la preparación de los proyectos y su ejecución
es aún lento.
De acuerdo con las evaluaciones del Banco
Mundial, Viet Nam es uno de los tres países
prestatarios que han logrado los mejores
resultados en el período 2000-2004.
Será fundamental armonizar los procedimientos de los donantes y hacerlos converger con
los del gobierno a fin de acelerar la puesta en
marcha y terminación de los proyectos.
El impacto de los programas de la AIF en el
desarrollo institucional del país es especialmente digno de mención. Cao Viet Sinh,
Febrero de 2007,
http://www.worldbank.org/ida
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