Evaluación y recomendaciones para la elaboración de peritajes

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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Evaluación y
recomendaciones para la
elaboración de peritajes
psicológicos y psiquiátricos en
el Poder Judicial
Coordinador de la Investigación
Rodrigo Jiménez Sandoval
Equipo de la Investigación
MSc. Erick Quesada Ramírez
Licda. Marcia Vargas Zúñiga.
2008
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Contenido
Introducción. ........................................................................ 3
Recomendaciones para la elaboración de peritajes..............12
1. Procedimiento Previo a la Valoración de la Sección de Psiquiatría y
Psicología. .............................................................................................. 14
2. Procedimiento de la Valoración Psiquiátrica / Psicológica............... 16
3. Procedimiento general de la valoración del Equipo Interdisciplinario
................................................................................................................ 18
4. Valoración Equipo Interdisciplinario (Peritaje Psicosocial) ............ 20
5. Atención inmediata del Programa de Violencia Doméstica:
Valoración previa a otorgar medidas de protección e intervención en
crisis. ...................................................................................................... 21
6. Acompañamiento del Programa de Violencia Doméstica ................. 23
7. Investigación pericial en violencia doméstica ................................... 24
8. Valoración en casos de levantamiento o modificación de medidas por
parte del Programa de Violencia Doméstica ......................................... 25
9. Seguimiento a las medidas de protección (posterior al dictado de la
resolución de fondo) por parte del Programa de Violencia Doméstica 27
Evaluación de los procedimientos ....................................... 29
Buenas prácticas: ................................................................................... 29
Malas prácticas...................................................................................... 30
Recomendaciones: ................................................................................ 30
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Introducción
La violencia doméstica, la violación y el acoso sexual son expresiones de la
violencia masculina como un modo de ejercer poder sobre aquello(s) que “le
pertenecen”. La violencia masculina es un problema mundial que durante mucho
tiempo se trató de ocultar, pero durante los últimos diez o quince años los datos
afirman que la violencia es violencia masculina. En casi todas las situaciones de
violencia, podemos encontrar hombres que intentan recuperar su sensación de
tener poder y utilizan la violencia para conseguirlo o “recuperarlo”, por ello, hoy se
sabe que la mayoría de las violaciones son planificadas y que en todos los casos de
violencia los hombres utilizan el castigo porque el poder que dan por sentado ha
sido cuestionado.
En América Latina, la violencia doméstica es muchas veces aquella basada en
género que suele expresarse con algunas diferencias de acuerdo con la edad. Así,
para las adultas, la violencia se presenta principalmente en la forma de abuso
físico, sexual, patrimonial y psicológico, la prostitución forzada y el tráfico
perpetrado por el esposo o compañero.
En el caso de las niñas y las adolescentes, la violencia se ha caracterizado por una
alta prevalencia de abuso sexual e incesto. Adicionalmente, en los últimos años, se
señala sobre la existencia de dos formas modernas de esclavitud: la primera es la
explotación sexual comercial, que incluye el uso de personas menores de edad en
actividades sexuales y su tráfico con carácter sexual tanto al interior del país como
al nivel internacional. La segunda, es la esclavitud para el trabajo doméstico fuera y
dentro de la familia.
Cuando hablamos de violencia doméstica nos referimos a una de las formas de la
Violencia de Género; la que se desarrolla en el espacio doméstico (concepto que va
más allá del espacio físico de la casa o el hogar). Entendemos por espacio
doméstico aquellas interacciones en contextos privados: una relación de noviazgo,
una relación de pareja, con o sin convivencia, o los vínculos con ex parejas.
Existen muchas otras formas de expresión, y tal y como señalamos en el párrafo
anterior, todas tienen su correspondiente legitimidad o tolerancia social, pues se
supone la existencia de la responsabilidad de la víctima en la ocurrencia del
problema.
Y en este sentido, hasta no exonerar de responsabilidad y
desculpabilizar a la víctima se continuará tolerando la violación de los derechos
humanos de las mujeres.
La Declaración de los Derechos del Niño, no es sino hasta 1989, cuando la
Orgaización de las Naciones Unidas y la Convención respectiva, es un instrumento
significativo, ya que en uno de sus capítulos se detalla acerca del maltrato de
personas menores de edad y como parte del mismo problema, se especifica la
explotación sexual comercial como una violación de los derechos humanos de las
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niñas, niños y adolescentes. En relación con esta problemática, la Organización
Internacional del Trabajo reconoce la utilización de personas menores de edad en
el comercio sexual como un asunto prioritario de atención y en el año 1999, la
Conferencia General adopta el Convenio 182, con el objeto de prohibir las peores
formas de trabajo infantil y dentro de ellas la explotación sexual comercial.
Es de esperar que la gran mayoría de las personas que han sido víctimas de
violencia doméstica y/o delitos sexuales presenten una alteración emocional. Sin
embargo, las reacciones emocionales que podemos observar en éstas pueden ser
múltiples, y variar de persona en persona.
Conocer en detalle dichas reacciones, en el marco del reconocimiento de sus
necesidades de salud física y emocional, así como de la importancia de la no
revictimización, resulta de suma importancia para todo(a) funcionario(a) que tenga
contacto con las víctimas, puesto que en ocasiones los prejuicios que giran en torno
a las mismas podrían hacerles interpretar sus conductas y respuestas emocionales
de manera inadecuada, violentando con esto sus derechos.
Estudios realizados en personas que han sido víctimas de violencia intrafamiliar,
sugieren que el tipo de vínculo que se establece con la persona agresora (esto
también cumple para las víctimas de delitos sexuales), el tiempo de exposición y el
tipo e intensidad de la agresión cumplen un papel importante en la constitución del
trauma.
La Dra. Mary Harvey, investigadora en el campo de la violencia intrafamiliar del
Departamento de Psiquiatría del Hospital de Cambridge y profesora de la Escuela
de Medicina de la Universidad de Harvard, ha propuesto una nueva entidad
diferencial para el diagnóstico de las mujeres que han sido o son víctimas de la
violencia intrafamiliar: el “Complex PTSD” o Síndrome de Estrés Postraumático
Complejo, el cual está constituido por:
1 “Historia de exposición prolongada al control totalitario.
2 Alteraciones en la regulación del afecto (escapes a través de la fantasía de ser
amada, protegida, etc.)
3 La disociación, como mecanismo de ajuste ante la violencia intrafamiliar se
convierte también en un mecanismo de sobrevivencia para estas mujeres
4 Alteraciones en la conciencia.
5 Alteraciones en la percepción de sí misma (autoestima y autoconcepto).
6 Alteraciones en la percepción del agresor (ambivalencia).
7 Alteración en la relación con otros/as (volatilidad, inestabilidad, puede
trasladar a otros la ambivalencia y desconfianza que experimenta hacia el
agresor).
8 Alteraciones en los sistemas de significados (concepción de su realidad y la
circundante).
En algunas personas que han sufrido vivido muchas situaciones difíciles se
desarrolla algunos comportamientos que afectan la autoestima . Las personas con
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este síndrome no se cuestionan si puede haber algo mejor puesto que creen no
merecerla o ser capaces de alcanzarla y por ello caen en una actitud de resignación
Si se trata de una mujer que ha sido agredida física, emocional y/o sexualmente, se
manifiesta en:
• Sentimiento de ser incapaz de protegerse
• Miedo
• Pérdida de control sobre la vida
• Seria dificultad para poner límites
• Gran inseguridad e indefinición para tomar decisiones
• Depresión
• Pérdida de la capacidad de tener expectativas ante la vida y la posibilidad de
vivir de otra forma
• Pasividad, sumisión, sensación de ser personas desvalidas. Incluso, si no ha
sido víctima de abuso, la forma en que se educa a las mujeres les crea un
sentimiento de indefensión que les impide protegerse a sí mismas y a sus hijos.
La violencia crea en sus víctimas una serie de efectos como producto de la
impotencia que siente ante ésta como la evitación al contacto o mostrar afecto,
ansiedad, hipervigilancia, actitudes dependientes, desconfianza de otras personas,
desorientación y pérdida de memoria, entre otras secuelas emocionales, cognitivas
y conductuales que viven diariamente las personas que sufren o han sufrido de
violencia intrafamiliar”.
Por esto, el personal que atiende esta población debe tener claro que muchos de los
síntomas o de las secuelas son a la vez mecanismos de afrontamiento para
sobrevivir en una situación de maltrato, por lo que no se deben confundir los
efectos sobre la conducta ni con psicopatología ni con rasgos de carácter.
Otro aspecto que se debe tener claro es que las mujeres agredidas no son
constantemente agredidas, sino que existe un ciclo definido de agresión que estas
mujeres experimentan. La comprensión de este ciclo es muy importante si
queremos aprender cómo detener o prevenir los incidentes de agresión. Este ciclo
también ayuda a explicar cómo llegan a ser víctimas las mujeres agredidas, cómo
caen dentro del comportamiento del ciclo , y porqué no intentan escapar.
El ciclo de la agresión parece estar compuesto de tres fases distintas, las cuales
varían en tiempo e intensidad, para la misma pareja y entre las diferentes parejas.
Estas fases son: 1) la fase de aumento de tensión; 2) la explosión o el incidente
agudo de agresión; y 3) el respiro lleno de calma y de cariño. Una vez aceptadas las
disculpas y regalos de la persona ofensora, el ciclo inicia nuevamente.
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Acumulación de
la Tensión
Explosión
Reconciliación
Distanciamiento
Los ciclos de agresión pueden presentarse en una pareja en forma regular o están
separados por diferentes períodos. Pueden aparecer tempranamente en la relación,
puede ser al corto plazo de convivencia o aparecer después de varios años de
convivencia (Batres, 1996).
En la primera fase ocurren incidentes de agresión menores: gritos, peleas pequeñas
y la víctima:
Trata generalmente de calmar al agresor: es chineadora, es condescendiente, se
anticipa a cada capricho, permanece “fuera del camino” de él.
“Acepta” sus abusos como legítimamente dirigidos hacia ella: piensa que ella
puede merecer ese comportamiento agresivo.
Trata desesperadamente de evitar que él la lastime más.
Se niega a sí misma que está enojada por ser lastimada psicológica y físicamente.
Busca excusas: “tal vez yo merecía esa agresión”, “no tenía la comida a tiempo”,
“no planché bien la ropa”, “salí sin decirle hacia adonde iba”, “estoy ganando más
que él”, “la comunidad me quiere más”, etc.
Tiende a minimizar los incidentes al saber que el agresor es capaz de mucho
más: “no fue para tanto”, “pudo haber sido peor”, etc.
Tiende a echar la culpa a determinada situación: “tuvo un mal día de trabajo”,
“no tiene dinero”, “estaba borracho”, “está muy tenso”, etc.
Tiene esperanza en que con el tiempo todo cambiará: “pronto pasará”.
Niega psicológicamente el terror por la inevitable II Fase que se aproxima.
Aumenta el enojo “no reconocido” y conforme avanza esta Fase ella pierde
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rápidamente el poco control que tenía de la situación.
Las mujeres que ya conocen el ciclo, muchas veces “aceleran” la llegada de la II
Fase: “si inevitablemente ésta llegará, entonces en mejor que llegue pronto y pase”.
Ella encubre al agresor como una manera de impedir más incidentes de
agresión: lo encubre con otros/as miembros/as de la familia, da excusas de su
comportamiento, aleja a las personas que quieren y podrían ayudar.
Es incapaz de lograr el restablecimiento del aparente equilibrio en la relación.
Evita al agresor temiendo una explosión de agresión.
La tensión llega a ser insoportable.
Se produce el incidente de agresión aguda.
La persona abusadora:
Se enoja por cosas insignificantes: por la comida, por la bulla que provocan los
niños y niñas, porque su esposa o compañera no está cuando la necesita para algo,
etc.
Está sumamente sensible (todo le molesta).
Está cada vez más tenso e irritado.
Cada vez se vuelve más violento, más celoso; aumenta sus amenazas e
incrementa las humillaciones en contra de la víctima.
Las mujeres se refieren a esta fase como aquella en la cual ocurren incidentes
menores de agresión de diversas formas. En esta fase ellas están muy alertas de las
manifestaciones y tratan, por todos los medios de “calmar” al agresor, haciendo
todas las cosas que conocen para poder complacerlo. Es aquí cuando se inicia el
proceso de auto-culpabilización y elabora la fantasía de creer que algo que ella haga
logrará detener o reducir la conducta agresiva del ofensor. Generalmente, en esta
fase las mujeres atribuyen la agresión a factores externos como el “estrés” y niegan
el enojo de su esposo o compañero y el suyo.
Esta actitud de aceptación refuerza el hecho de que el agresor no se sienta
responsable por su comportamiento, a la vez que la sociedad, con diferentes
mensajes, también aprueba este derecho que el hombre cree tener: disciplinar a su
esposa aún usando la violencia física. Muchas veces, para evitar un nuevo estallido
de violencia, la mujer se aleja afectivamente, lo que aumenta el acoso opresivo del
compañero, llegando a ser insoportable la tensión.
En la segunda fase:
Hay falta de control y destructividad total.
Ella acepta el hecho de que la ira del agresor está fuera de control.
Ella es gravemente golpeada.
Ella sufre tensión psicológica severa, expresada en insomnio, pérdida de
peso, fatiga constante, ansiedad, etc.
El es el único que puede detener esta Fase.
Ella, como única opción, buscará un lugar seguro para esconderse.
Ella obtiene la golpiza sin importar cual sea su respuesta.
Ella espera que pase el ataque: considera inútil tratar de escapar.
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Cuando el ataque termina hay negociación, incredulidad de que realmente
ha ocurrido, racionalización de la seriedad de los ataques, ella tiende a
minimizar las heridas físicas y, general-mente, no busca ayuda.
Ella tiende a permanecer aislada. Psicológicamente funciona así: “Si no lo
cuento es como si no hubiera pasado”. Experimenta indiferencia, depresión,
sentimientos de impotencia.
En esta fase es en donde alguien puede llamar a la policía. Una vez que éstos
se han ido, aumenta la agresión contra la mujer.
Al final de la I Fase se alcanza un nivel de tensión que ya no responde a ningún
control. Es en este momento cuando empieza la segunda etapa, la cual se
caracteriza por una descarga incontrolable de la violencia física. La naturaleza
incontrolable es su característica típica.
Los agresores generalmente culpan a las esposas/compañeras de la aparición de
esta II Fase. Se ha comprobado que los agresores, sin embargo, tienen control
sobre su comportamiento violento y que lo descargan selectivamente sobre sus
esposas. Por lo tanto, el agresor es el único que puede detener este episodio.
Cuando termina la golpiza, generalmente ambos están confusos y la mujer sufre un
fuerte trauma o conmoción. Permanece aislada, deprimida, sintiéndose impotente
y casi nunca busca ayuda. Sabe, además, que difícilmente la policía o las leyes la
protegerán del agresor. Si se considera una intervención profesional en esta Fase,
igualmente se debe considerar que la mujer está muy atemorizada y que,
generalmente, cuando regresa a casa será de nuevo golpeada, por lo que es muy
renuente a aceptar ayuda en este momento.
Referente a la tercera fase ( Arrepentimiento o tregua amorosa) :
Es bienvenida por ambas partes.
Se caracteriza por un comportamiento extremadamente cariñoso, amable y
de arrepentimiento por parte del agresor.
Trae un inusual período de calma.
La tensión acumulada en la fase uno y liberada en la fase dos ha
desaparecido.
El agresor generalmente se siente arrepentido, suplica perdón y promete que
no lo hará nunca más. Cree que puede controlarse y cree que ella ha
aprendido la lección. Utiliza a otros/as miembros/as de la familia para
convencerla.
Inicia acciones para mostrar su arrepentimiento: le da regalos, le ayuda en la
labores de la casa, la lleva a pasear, etc.
Ella se siente feliz, confiada y cariñosa.
Ella puede pensar: “el matrimonio es una cruz para siempre” y esta Fase le
da esperanza de que no todo es malo en su relación.
Ella cree que, quedándose con él, éste tendrá la ayuda que necesita.
Ella quiere creer que no tendrá que sufrir abusos nunca más.
Ella cree que el agresor es, en realidad, el tipo de persona que se muestra en
esta Fase.
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Se estrecha la relación de dependencia víctima-agresor.
Antes de que ella se de cuenta, el cariño y la calma dan lugar otra vez a los
incidentes pequeños de la I Fase.
Esta fase se caracteriza por un comportamiento cariñoso y arrepentido por parte
del hombre violento.
Es aquí donde se cierra el proceso de estructuración de la victimización de la mujer.
La tensión disminuye a sus mínimos niveles. El agresor cree que nunca más se
presentará este episodio, entre otras cosas, porque la conducta de la
esposa/compañera cambiará y, a veces, busca ayuda en este momento. La mujer
que haya tomado la decisión de dejar la relación en esta fase abandonaría la idea.
El la acosa afectuosamente y utiliza todos los recursos familiares que la convenzan
de desistir en su decisión de terminar la relación. Los valores tradicionales que las
mujeres han interiorizado en su socialización con respecto a su rol en el
matrimonio operan, en este momento, como reforzadores de la presión para que
mantenga su matrimonio. Es entonces cuando la mujer retira los cargos, abandona
el tratamiento y toma como real la esperanza de que todo cambiara.
Esta Fase no tiene una duración igual en todas las relaciones. Lo que la práctica ha
revelado es que, conforme la agresión se hace más brutal y notoria, esta fase va
disminuyendo, hasta desaparecer en algunos casos.
¿Por qué la mujer no se va?
Miedo
Confusión
Ilusión
Lástima
Acumulación
de la Tensión
Angustia
Ansiedad
Miedo
“Evita
Provoc ación”
Desilusión
Culpa
Explosión
Reconciliación
Protección
Parálisis
Miedo
Odio
Impotencia
Soledad
Dolor
Renegociación
Mujer
¿ced e en sus derechos y
recursos?
Hombr e
¿sólo promete cambiar?
Distanciamiento
Culpa
Vergüenza
Confusión
Miedo
Lástima
propia
Dolor
9
Toma de
decisiones
Busca Ayuda
Se escond e
Denuncia
Se va de la c asa
Grupos de Apoyo
Aislamiento
Suicidios
Divorcio
Sep aració
n
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Es de suma importancia señalar que no todas las personas que son víctimas
de violencia intrafamiliar y/o de delitos sexuales presentan el SEP. Sin embargo,
para quienes han sido víctimas de alguno o ambos delitos de forma repetida y por
periodos prolongados de tiempo, es probable que presenten dificultad para
elaborar un discurso coherente y consistente de los eventos y/o a la persona
agresora, visión desesperanzadora del futuro, distorsiones en la autoimagen, apatía
o desinterés, ambivalencia hacia la persona agresora y baja autoestima.
Sin embargo, otras personas logran salir adelante debido a la capacidad de
resilencia con que asumen la vida. Al hablar de resiliencia humana se afirma que
es la capacidad de un individuo o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse
positivamente pese a las difíciles condiciones de vida y más aún, de salir
fortalecidos y ser transformados por ellas. La resilencia presenta dos elementos
básicos: la resistencia o capacidad de proteger la propia integridad a pesar de la
presión, es decir, la superación de las crisis1 y el otro elemento es la capacidad de
construir o reconstruir su propia vida a partir de las circunstancias difíciles.
El concepto de resilencia tiene concordancia con el concepto chino de crisis
al significar tanto como una dificultad y como una oportunidad. Las crisis son
conflictos
de alta intensidad emocional y que tienen un alto potencial de transformar
a las personas. Se puede definir una crisis cuando lo que una persona vive excede a
su capacidad de respuesta o de recuperación, por lo que en un primer momento se
pierde la esperanza y el sentido de lucha pero que dependiendo del grado de
resiliencia de cada persona, los conflictos son la base del desarrollo, una posibilidad
de crecimiento y transformación.
Se trata entonces de un potencial humano activado que logra buenos
resultados a pesar de un alto riesgo, que mantiene aptitudes y capacidades en
situaciones amenazantes, que brinda la fortaleza de convertir el trauma en una
oportunidad
de
crecimiento, lo cual implica que se debe fortalecer aquellos factores que
dinamicen y activen este potencial humano de superar las dificultades y salir
avante. Entre estos factores se destacan:
- La capacidad de crear sentido y significación de que pese a las dificultades hay
aspectos positivos en la vida capcaes de dar coherencia y orientación a la
misma.
- La vincularidad. Son las redes de apoyo incondicional que un ser humano
requiere para sentirse parte del mundo, lo cual implica una intercomunicación
afectiva, que es la base de todo crecimiento humano. Por tanto, los seres
humanos en circunstancias especialmente difíciles requieren un "cómplice
1
Entiéndase como situaciones límites ante las cuales se resiste o desiste el ser humano.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
significativo"2 que les permita crear lazos y vínculos consigo mismos, con los
otros y con su entorno y que suscitan el potencial humano de la resiliencia.
- El sentido del humor. Las personas que son capaces de reírse de sus males
tienen la capacidad de reconocer lo imperfecto y el fracaso, de admirarse ante
lo
inesperado ya que con el humor se dinamiza el potencial humano en situaciones
límites.. Quien logra, pese a las dificultades, no perder el buen ánimo gana en
libertad interior y fuerza.
- Valoración de la diferencia. La diferencia se convierte en un factor protector
por excelencia de la superación humana. Darle la oportunidad a cada ser
humano
de descubrirse como único e irrepetible en su diferencia, se convierte en la clave
de la aceptación personal y social.
El enfoque de resiliencia puede aportar significativamente a la reproyección
de la vida sin negar los problemas centrando la atención en las fuerzas y potencial
humano que se pueden capitalizar. Los estudios sobre resiliencia en mujeres
maltratadas aportan elementos para comprender la adaptación eficaz de estas
mujeres y muestran cómo se recuperan del trauma y logran vidas y relaciones
personales exitosas.
2
Término de la autora Combarías.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Recomendaciones para la
elaboración de peritajes
En nuestro sistema social existen una serie de prejuicios y estereotipos que
se depositan sobre las personas, y que están en función de diversas características
como su sexo, edad, etnia, nacionalidad, orientación sexual, identidad de género,
zona de procedencia y si posee alguna discapacidad, entre otras.
En el caso de las víctimas de violencia doméstica y delitos sexuales, estos
prejuicios y estereotipos bien pueden hacer que los(as) funcionarios(as) judiciales
tengan una percepción inadecuada de las mismas, lo que a su vez podría generar un
trato revictimizador. En este sentido, es importante señalar que vivimos en una
sociedad patriarcal en la que se nos ha enseñado sobre la supuesta superioridad del
hombre sobre la mujer y otros miembros(as) de la familia; y donde el tema de la
sexualidad y otros relacionados con la misma son tabú, lo que implica una serie de
distorsiones y mitos muy generalizados.
Por su parte, resulta de suma importancia otorgar el lugar que merece el estado
emocional de las víctimas de estos delitos cuando requieren de los servicios del
Poder Judicial. Son muchos los factores que subyacen a las respuestas emocionales
de dichas personas, los que, combinado con aspectos de índole temperamental (que
hace referencia a su forma particular e innata de reaccionar ante ciertas
situaciones), hacen que cada una reaccione de manera diferente ante estos delitos.
Dichas reacciones y respuestas pueden ser interpretadas por parte de un(a)
funcionario(a) que no ha sido debidamente capacitado(a) y sensibilizado(a) sobre
el tema, de forma subjetiva y errónea.
En ocasiones, las actitudes y las conductas de la víctima podrían hacer pensar
al(a) funcionario(a) que el delito no le ha causado mayor daño, puesto que se
muestra serena o poco expresiva emocionalmente; o porque, como suele suceder en
los casos de violencia doméstica, lejos de demandar medidas de protección más
bien hasta justifica y defiende a la persona agresora.
Los prejuicios y estereotipos hacia estas víctimas, sumado al desconocimiento
del impacto de la violencia a nivel emocional, cognitivo y conductual puede llevar
al(a) funcionario(a) judicial a ejercer un trato revictimizador ante las mismas.
Con la finalidad de promover la debida comprensión de las actitudes y conductas
de estas víctimas, así como el trato más respetuoso y adecuado según sus estados y
necesidades emocionales, se ha planteado la necesidad de que quienes interactúen
con víctimas de violencia intrafamiliar y delitos sexuales sean debidamente
capacitados(as) y sensibilizados(as) sobre la temática de la violencia desde una
perspectiva psicosocial (que incluye el reconocimiento de los prejuicios y
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
estereotipos, su origen y funcionalidad como reproductores de un orden social de
desigualdad, discriminación y violencia), y sobre las respuestas emocionales
propias de dichas víctimas , tomando en cuenta las siguientes variables:
1 El estado emocional de la víctima: las víctimas de estos delitos sufren
una serie de alteraciones emocionales que si no son reconocidas
adecuadamente por el personal que las atiende podría dar pie a que actúen
con base en prejuicios y estereotipos.
2 Las necesidades emocionales de las víctimas: un debido
reconocimiento de las mismas podría permitirle al(a) funcionario(a)
interpretar de manera objetiva las actitudes y conductas de las mismas, y
saber cómo actuar adecuadamente.
3 El perfil victimológico de las víctimas de violencia doméstica y
delitos sexuales: estas personas desarrollan un perfil victimológico
condicionado por diversos factores (personales, familiares, comunitarios,
psicosociales, temperamentales, de historia de vida, de historia y de
exposición a la violencia, entre otros) que al ser tomado en cuenta por
los(as) funcionarios(as) podría generar una comprensión más amplia y
profunda de la dinámica psicológica y relacional de las mismas, y a su vez
dotarles de los recursos conceptuales y emocionales para ofrecerles
condiciones cada vez más apropiadas y respetuosas de sus derechos.
4 El Síndrome de Estrés Agudo y el Síndrome de Estrés
Postraumático: aunque no están siempre presentes en este tipo de
víctimas, su debida comprensión también puede ser fundamental para la
comprensión de las actitudes y conductas de las víctimas que podrían ser
interpretadas de forma inadecuada y/o que generen confusión y duda por
parte del(a) funcionario(a) judicial.
A continuación se señalan, dentro de diferentes procedimientos judiciales
propios de la elaboración de peritajes psiquiátricos y psicológicos, los momentos
más importantes donde deben tomarse en cuenta los criterios expuestos antes, así
como otras recomendaciones más puntuales. Sin embargo, es importante señalar
que la recomendación más importante es la continua capacitación e incremento de
la sensibilización en las temáticas antes citadas, dado que se constituyen en el
fundamento para la promoción de una cultura judicial de la no revictimización.
Para cada uno de los procedimientos relacionados con la elaboración de peritajes
psicológicos y psiquiátricos en el Poder Judicial se establecen una serie de
recomendaciones, primero se detalla el procedimiento mediante flujograma.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
1. Procedimiento Previo a la
Valoración de la Sección de
Psiquiatría y Psicología
A continuación se detalla el procedimiento previo al a valoración y luego se detallan
las recomendaciones:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
Autoridad Judicial
Cuando se entrega la solicitud directamente a la persona.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Personal administrativo
Inicio: en el momento donde se clasifica si un caso es urgente o no, es importante
determinar si los criterios utilizados contemplan los elementos de las respuestas
emocionales propias de las víctimas, y si no se corre el riesgo de revictimizarlas por
la misma razón.
Persona
1. En caso de que decida no presentarse en la Sección de Psiquiatría y Psicología, es
importante considerar la pertinencia de definir un procedimiento para determinar
las causas de dicha decisión y/o para motivar a la persona a continuar con el
proceso.
2. Si la persona no es habitante del Valle Central indudablemente el proceso se hará
más largo y engorroso. En este punto hay que tomar en cuenta que muchas de las
víctimas deben permanecer en el mismo estado (con la misma ropa, condiciones
higiénicas inapropiadas, golpeadas y/o maltratadas físicamente, etc.) para la
debida recopilación de las pruebas, en espacios públicos donde podrían estar
expuestas a otras personas y alejadas de espacios y personas que generen la
contención y el apoyo emocional necesario durante el tiempo que tome la
realización de la valoración. Sin duda esto contribuye a su revictimización y a que
eventualmente decidan abandonar el proceso.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
2. Procedimiento de la
valoración Psiquiátrica /
Psicológica
El flujograma siguiente detalla el procedimiento de valoración psiquiátrica o
psicológica que se realiza en la Sección de Psiquiatría y Psicología Forense del
Departamento de Medicina Legal.
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Persona
En caso de que decida no presentarse a la cita, es importante que la Autoridad
Judicial solicitante considere la pertinencia de definir un procedimiento para
determinar las causas de dicha decisión y/o para motivar a la persona a continuar
con el proceso.
Personal administrativo
En cualquiera de los procedimientos donde haya contacto con la víctima, en
especial durante la confección del expediente.
Profesional en Psicología/Psiquiatría
Especialmente durante los diferentes procedimientos
psicológica/psiquiátrica.
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de
la
valoración
Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
3. Procedimiento general de la
valoración del Equipo
Interdisciplinario
El flujograma que se muestra a continuación detalla de manera general la
valoración que realiza el Equipo Interdisciplinario tomando en cuenta los
procedimientos administrativos:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Persona
Inicio: en el caso de que la persona no asista a la cita con el Equipo
Interdisciplinario, sería importante que como parte del análisis del caso por parte
del solicitante se tome en cuenta el las respuestas emocionales típicas de las
víctimas de violencia doméstica y delitos sexuales.
Profesional Forense
En todas las ocasiones en que tenga contacto con la víctima.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
4. Valoración Equipo
Interdisciplinario (Peritaje
Psicosocial)
El flujograma que se muestra a continuación detalla el procedimiento de
elaboración del peritaje psicosocial:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
Inicio: Cuando se realiza la entrevista psicosocial debe valorarse el impacto de la
presencia de observadores(as), y tomar las medidas y consideraciones del caso al
recopilar antecedentes familiares y personales, situación actual personal y aspectos
relacionados con el proceso y los hechos que se investigan.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
5. Atención inmediata del
Programa de Violencia
Doméstica: Valoración previa a
otorgar medidas de protección e
intervención en crisis.
A continuación se detalla el flujograma que ilustra el procedimiento y luego se
realizan las recomendaciones:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Autoridad judicial
Al analizar el estado en que se encuentra la persona y si requiere o no de la
participación del Departamento de Trabajo Social y Psicología para la asignación o
no de las medidas de protección, es de vital importancia que el personal esté
debidamente capacitado y muestre empatía hacia las respuestas emocionales
propias de este tipo de víctimas. Por ejemplo, podría llamar a confusión el hecho
de que como parte del estado emocional de las mismas puedan mostrarse como
“desinteresadas” o “poco afectadas” y que no parezcan requerir medidas de
protección, cuando podrían estar corriendo un gran riesgo.
Profesional en Trabajo Social y Psicología:
Durante la intervención para emitir criterio para otorgar medidas de protección y
en el caso de realizar una intervención en crisis. Es importante que en el informe
que se envíe a la Autoridad Judicial se consigne, si es del caso, aspectos
relacionados con las respuestas emocionales propias de la víctima con dos
objetivos: dimensionar su importancia en términos psicosociales y de riesgo, y de
crear una cultura de la importancia de dichas respuestas en otros(as)
funcionarios(as) involucrados(as) en la atención.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
6. Acompañamiento del
Programa de Violencia
Doméstica
A continuación se muestra un flujograma que ilustra este procedimiento:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
Profesional en Trabajo Social y Psicología
Durante el acompañamiento
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
7. Investigación pericial en
violencia doméstica
A continuación se muestra un flujograma que ilustra este procedimiento:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
Profesional en Trabajo Social y Psicología
En todo el proceso.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
8. Valoración en casos de
levantamiento o modificación de
medidas por parte del Programa
de Violencia Doméstica
A continuación se muestra un flujograma que ilustra este procedimiento:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Autoridad Judicial
Es sumamente importante que los(as) funcionarios(a) a cargo de decidir si
requieren o no del criterio del perito estén debidamente capacitadas y
sensibilizadas sobre las respuestas emocionales propias de las víctimas.
Profesional en Psicología y Trabajo Social.
Debe tener muy en cuenta los componentes emocionales, cognitivos y conductuales
propias de las respuestas emocionales propias de las víctimas al identificar y
valorar las motivaciones de la víctima para solicitar el levantamiento o
modificación de las medidas, así como al definir las recomendaciones a la
Autoridad Judicial.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
9. Seguimiento a las medidas de
protección (posterior al dictado de la
resolución de fondo) por parte del
Programa de Violencia Doméstica
Según el Art.17 de la Ley contra la Violencia Doméstica, dicho proceso es asignado
a profesionales de Trabajo Social. A continuación se muestra un flujograma que
ilustra este procedimiento:
A continuación se señalan los momentos más importantes donde deben tomarse en
cuenta los criterios expuestos en las páginas 1,2 y 3:
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Profesional en Trabajo Social.
Durante todo el proceso.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
Evaluación de los procedimientos
A través de entrevistas y talleres realizados con funcionarios(as) involucrados(as)
en los procedimientos antes mencionados, se estableció una serie de “buenas
prácticas”, “malas prácticas” y recomendaciones para evitar la revictimización de
las personas víctimas de violencia doméstica y delitos sexuales.
Buenas prácticas:
1 Que exista coordinación entre la Fiscalía y el Departamento de Trabajo
Social para asignarle la cita a la persona.
2 Que la Autoridad Judicial envíe la epicrisis junto con la solicitud en los casos
que conste en el expediente judicial.
3 Que la Autoridad Judicial indique al usuario que haya tenido intervenciones
en centros médicos previamente que el día de la valoración aporte la
documentación médica pertinente en la Sección de Psiquiatría y Psicología.
4 Que el criterio de voluntariedad del peritaje se haga de acuerdo a la edad,
género, escolaridad, origen y la forma de comunicar.
5 Que la valoración que se hace de la persona en el Departamento de Trabajo
Social y Psicología se haga con los requisitos de la ley, lineamientos del
Departamento, directrices y protocolos institucionales.
6 La definición de un rol de visitas para el trabajo de campo.
7 El acompañamiento de la víctima por una persona de su confianza durante
la valoración médica para que se sienta respaldada.
8 Incluir en el dictamen pericial información que facilite la comprensión de la
Autoridad Judicial.
9 El debido conocimiento de los funcionarios judiciales de las funciones del
Departamento de Medicina Legal, del Departamento de Ciencias Forenses y
el Departamento de Trabajo Social y Psicología.
10 Que la autoridad judicial siempre proporcione facilidades de transporte a las
víctimas en los casos que lo requiera.
11 Que la autoridad Judicial comunique a la persona encargada que debe
acompañar a la persona referida a la cita en el Departamento de Trabajo
Social y Psicología.
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
12 Que la solicitud de valoración o intervención del Departamento de Trabajo
Social y Psicología sea lo más clara posible.
Malas prácticas (prácticas que deben mejorarse):
1 La solicitud de peritaje viene mal dirigida, mal confeccionada, incompleta
con datos erróneos, no indica qué tipo de análisis, generalmente no
especifica en cuáles puntos debe pronunciarse el/a perito/a.
2 No llega la denuncia con la solicitud de peritaje.
3 La Autoridad Judicial solicita de manera simultánea un peritaje psicosocial
con el Equipo Interdisciplinario o con el Equipo Psicosocial del
Departamento de Trabajo Social y un peritaje psicológico con la sección de
Psiquiatría y Psicología.
4 La Autoridad Judicial coordina una cita con la Sección de Psiquiatría y
Psicología Forense del Departamento de Medicina Legal o con el
Departamento de Trabajo Social y Psicología pero no le avisa a la persona
(víctima).
5 En algunos casos la Autoridad Judicial trae a la persona sin haberse
alimentado durante horas a la toma de muestras, fotografía, valoraciones
y/o declaraciones.
6 La Autoridad Judicial no comunica a los peritos si el caso ha concluido o si
no necesitan las pericias.
Recomendaciones:
1 Unificar los procedimientos de asignación de citas en todo el país en el
Departamento de Trabajo Social, en la medida de lo posible que a la persona
se le dé directamente la cita sin que tenga que estar desplazándose de un
lugar a otro.
2 Crear un protocolo de cómo comunicar el criterio de voluntariedad según
género, escolaridad, edad, origen y forma de comunicación.
3 Que la distribución geográfica de los servicios de peritaje alcance para todo
el país.
4 Que junto con la solicitud y con la denuncia venga el estudio realizado por el
Departamento de Trabajo Social y Psicología cuando se cuente con éste, para
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Evaluación y recomendaciones para elaboración de peritajes Psicológicos y Psiquiátricos
que sea utilizado en el peritaje que realiza la Sección de Psiquiatría y
Psicología.
5 Diseñar un panfleto que se le dé a la víctima con recomendaciones sobre los
servicios de peritaje.
6 Que la Corte apruebe la creación de más plazas para que puedan haber más
peritos que mejoren los tiempos de respuesta.
7 Que en el caso de que la persona se descompense o entre en un estado de
crisis durante la toma de muestra y/o fotografía, se le solicite
acompañamiento médico y psicológico.
8 Dejar una constancia en un documento de que la persona dio el
consentimiento informado.
9 Mejorar la infraestructura física del Departamento de Ciencias Forenses,
Departamento de Medicina Legal y Departamento de Trabajo Social y
Psicología para que responda a las necesidades de las personas con
discapacidad.
10 Que los diferentes Departamentos del Poder Judicial que tienen relación con
víctimas de delitos sexuales y violencia doméstica tengan un presupuesto
destinado a ayudar a las víctimas en el caso de que necesiten alimentación o
transporte.
11 Que llegue copia de la denuncia con la solicitud de peritaje y/o intervención.
12 Que la Autoridad Judicial provea de un intérprete oficial que acompañe a la
persona que no hable español durante las valoraciones.
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