Masticar chapopote

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Masticar chapopote
2014-07-20- Columnas-VoxPopuli
Len Garca Soler, La Jornada
Hablaron desde la tribuna, iba a escribir debatieron, pero hablaron, 109 senadores de la
pluralidad poltica que pari la montaa. Del modo que fuere, result un portento del aparato
de movimiento continuo que se mueve sin avanzar, que altera el panorama sin cambiar
el horizonte. Reforma energtica y puesta al da del proceso poltico que consolid nuestra
soberana y ciment el poder constituido del Estado moderno mexicano. Casi nada. Ms de
cien hablaron y al concluir la sesin el recuento fue de 97 votos a favor y 27 en contra:
aprobado.
Ah quedaron las palabras voltiles y rgidas, sobrias y ridculas, los cambios de giro y
sentido; las maromas que pusieron argumentos de la derecha histrica en voces de la
llamada izquierda moderna, y del nacionalismo revolucionario en las del antiguo rgimen
que permanece. Bueno, esplndido que el acto legislativo se transmitiera en su totalidad
y los ciudadanos pudieran acudir al gora electrnica y ver a los solones del vuelco
milenario exhibir sus devaneos y una solemne ignorancia en temas que han trabajado
hasta el cansancio y agotado hasta la muerte. Ah quedan los reclamos agraristas y la
defensa de la tenencia de la tierra con tintes virginales azul y blanco junto a las feroces
condenas a la expropiacin hechas desde las que fueran barricadas de la izquierda
combativa.
Uno hubo que sealara con ndice de fuego al malo y abusivo hbito del Estado mexicano
de no pagar el valor convenido por las expropiaciones. Y se sonroj el rostro de Lzaro
Crdenas del Ro en las cartulinas lucidas en los escaos del PRD y en las manos
espirituales y expectantes de las avanzadas de Morena. Esa expropiacin, la que precedi
a la nacionalizacin del petrleo, se empez a pagar de inmediato en la colecta de
modestas aportaciones del pueblo, de los mexicanos del comn; y se acab de pagar
despus de llegado el primer relevo generacional con el arribo del alemanismo. Se pag a
las empresas expropiadas que explotaron inmisericordemente los fundos petroleros y a
los trabajadores mexicanos. La izquierda no aceptaba el truco de la ocupacin temporal,
pero le cortaba las arterias vitales al acto soberano de la expropiacin, as sea de
propiedad privada, social o comunal.
Flotaba en el ambiente la ausencia de una voz que rememorara el voto particular de
Ponciano Arriaga en 1857. Extraas posturas desde las cuales un panista sinaloense, el
Gil valido de Caldern, escudero de doa Josefina y guardin de Ernesto Cordero en la
derrota a manos de Madero el mnimo, simulara dialctica hegeliana y un hidalguense, el
senador David Penchyna, del PRI, al frente de la Comisin, sentenciara que el uso del
mtodo de fractura hidrulica del subsuelo ( fracking, dicen los tcnicos) para la extraccin
de gas favorecera a las comunidades indgenas de Puebla, Veracruz y Chiapas. En
Coahuila, en Tamaulipas, en el norte, dijeron, no hay, la poblacin es ms mestiza. Tal
cual, hasta que subi a tribuna Fidel Demdecis, senador perredista de Morelos, para
recordarles a los rarmuris de Chihuahua.
De la Tarahumara al Valle del Yaqui, desde la sierra de Durango a los llanos de
Coahuila y desde el rido altiplano potosino hasta los cerros secos de Nayarit y Jalisco,
frontera con Zacatecas, mexicaneros y huicholes peregrinan en territorio de las muchas
etnias que los mexicas llamaban chichimecas. Indios y pobres, tanto como los del sur,
cuya presencia estall en el rostro feliz del reformismo neoliberal que ya nos haca
prximos a la modernidad primermundista. Sean de cualquiera de nuestras tres sangres,
los mexicanos dueos de la tierra han de recibir los beneficios de la reforma en
aprobacin. Mnimo, el pago por la expropiacin de sus bienes. Lo otro, la calca de las
concesiones mineras es legado de la modernizacin porfiriana. Por eso asust a la
mayora la solemne recitacin de la Ley de petrleo expedida en 1901. En tiempos
aquellos en que Dios era omnipotente y el seor don Porfirio Presidente. Tiempos, ay,
tan parecidos al presente, como supo bien decir Renato Leduc.
Tal vez por eso y porque nada se parece a la victoria, Emilio Gamboa luci sonrisa y
gestos de anfitrin, actitudes de tolerancia y generosidad de mecenas renacentista. Todo
en orden, el presidente Enrique Pea Nieto conoce los costos polticos de esta reforma.
Costos en una popularidad a la baja, arrastrada por la misteriosa parlisis del gasto
pblico que se aprueba, se distribuye y del que se pierde huella cuando se dice que se
ejerce. Siga al dinero, aconsejan los autores de ficcin y los investigadores del
sempiterno fraude en las finanzas pblicas tanto como en las privadas. Pea Nieto est
dispuesto a asumir el costo poltico. Apost todo a las reformas estructurales hechas
viables por el Pacto.
Pero sabe sumar y no est dispuesto a pagar ese costo en diputaciones federales de las
elecciones del ao entrante. La mayora impone, aunque respete el imperativo democrtico
de escuchar y respetar a las minoras. Desconcierta que en dos aos del mandato
sexenal ignorara la mxima jeffersoniana de la primaca absoluta de la prensa libre; por
encima del gobierno mismo, dira el primero en declarar que en la Repblica hablaba
directamente el pueblo en primera persona plural y no en el nombre de Dios. Se hace
tarde. La comunicacin social no puede posponerse al reparto de las concesiones de la
telecomunicacin y el ajuste de cuentas de los oligarcas consolidados despus de la cada.
La alternancia de la alternancia hace extraos compaeros de lecho. En el debate
imaginario, la leal oposicin insisti en sealar con ndice de fuego a la alianza PRI-PAN.
Hasta que un senador prista record al orador que hace unos das hubo elecciones en
Nayarit y socarronamente le pregunt con quin se aliaron ah los panistas: con el PRD; la
alianza era PAN-PRD.
Hace unos cuantos das pude ver escenas de una implosin programada con matemtico
ingenio para derribar un edificio, sin daar estructuras vecinas. Inquietante espectculo la
demolicin de la Federacin de Estudiantes de Guadalajara, baluarte liberal, social,
revolucionario, frente al podero econmico de los Tecos de la Universidad Autnoma. El
oxmoron es negado por la tradicin britnica que llama escuela privada a la del Estado y
escuela pblica al resto: hay Estado. En Jalisco se ha impuesto la derecha de notables,
oscurantista, que dispone del dinero pblico como si fuera privado.
Ah festejaban el panista gobernador Emilio Gonzlez y el cardenal Sandoval el gobierno
de Dios en la Tierra; y el mandatario dispona de millones del erario para erigir un templo
a los mrtires de la guerra cristera. Desde luego eran excluidas las maestras mutiladas
de senos y de orejas cortadas por ser misioneras de la educacin pblica, laica y gratuita,
as como los agraristas colgados, castrados, asesinados por repartir la tierra. Ni siquiera
diran entonces ni ahora como en la guerra medieval de los 30 aos: Mtenlos a todos. Ya
Dios separar a los buenos de los malos.
Aristteles Sandoval se llama el gobernador de Jalisco. Del PRI de Pea Nieto, de estilo
populachero y desenfadado. Ojal sea cauto ante el reto de la derecha clerical. En las
elecciones de 2015 huele a incienso. La FEG es demolida en silencio. No olvide el
gobernador que Aristteles, el filsofo, se sent a la mesa con la tirana: Filipo de
Macedonia le encomend la tutela de su hijo Alejandro.
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