Anulación de elección por violación a principios constitucionales. El

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ANULACIÓN DE ELECCIÓN POR VIOLACIÓN
A PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES.
El caso Morelia
Comentarios a la sentencia
ST-JRC-117/2011
Rosa María de la Torre Torres
Nota
introductoria a cargo de
Enrique Inti García Sánchez
342.7996
T826a
Torre Torres, Rosa María de la.
Anulación de elección por violación a principios
constitucionales. El caso Morelia / Rosa María de la Torre
Torres; nota introductoria a cargo de Enrique Inti García
Sánchez. -- México : Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación, 2014.
71 p.; + 1 cd-rom. -- (Serie Comentarios a las Sentencias
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Vertiente Salas Regionales; 20)
Comentarios a la sentencia ST-JRC-117/2011.
ISBN 978-607-708-208-8
1. Nulidad de elecciones. 2. Causales de nulidad. 3. Control
de constitucionalidad. 4. Elecciones locales – Morelia
(Michoacán, México). 5. Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación – Sala Regional Toluca (México) –
Sentencias. I. Armenta Gómez, Adán. II. Serie.
Serie Comentarios a las Sentencias del Tribunal Electoral.
Vertiente Salas Regionales
Primera edición 2014.
D.R. © Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Carlota Armero núm. 5000, colonia CTM Culhuacán,
CP 04480, delegación Coyoacán, México, DF.
Teléfonos 5728-2300 y 5728-2400.
Coordinación: Centro de Capacitación Judicial Electoral.
Edición: Coordinación de Comunicación Social.
Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva de los autores.
ISBN 978-607-708-208-8
Impreso en México.
Sala Superior
Magistrado José Alejandro Luna Ramos
Presidente
Magistrada María del Carmen Alanis Figueroa
Magistrado Constancio Carrasco Daza
Magistrado Flavio Galván Rivera
Magistrado Manuel González Oropeza
Magistrado Salvador O. Nava Gomar
Magistrado Pedro Esteban Penagos López
Comité Académico y Editorial
Magistrado José Alejandro Luna Ramos
Magistrado Flavio Galván Rivera
Magistrado Manuel González Oropeza
Magistrado Salvador O. Nava Gomar
Dr. Álvaro Arreola Ayala
Dr. Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot
Dr. Alejandro Martín García
Dr. Hugo Saúl Ramírez García
Dra. Elisa Speckman Guerra
Secretarios Técnicos
Dr. Carlos Báez Silva
Lic. Ricardo Barraza Gómez
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Nota introductoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Anulación de elección por violación
a principios constitucionales.
El caso Morelia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
SENTENCIA
ST-JRC-117/2011 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Incluida en CD
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Indudablemente, uno de los temas más importantes en el derecho electoral es la nulidad de una elección. Sus implicaciones políticas, sociales e incluso económicas son de vital importancia.
Asimismo, lo controvertido del tema hace que su discusión sea
permanente, tanto en los plenos de los tribunales como en el seno de los órganos legislativos, en la prensa y en la academia. En
el fondo, la discusión de la teoría contemporánea acerca del papel de los jueces en una democracia claramente ha tenido cabida en México a partir, precisamente, del debate de la nulidad de
una elección decretada por un tribunal electoral.
En efecto, si hoy en día es una nota característica la de aquellos países en los que los órganos del Estado se encuentran a
prueba en función de la posibilidad de desplegar ideales relativos a la independencia e imparcialidad, los jueces, desde luego,
no escapan a esa lógica de funcionamiento en un determinado
Estado constitucional.
El presente texto representa un comentario a la sentencia
ST-JRC-117/2011 emitida por la Sala Regional Toluca del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación. Dicha sentencia se
circunscribe a la renovación en los cargos de elección popular en
los ayuntamientos en Michoacán en 2011 y representa una resolución de importancia notable derivada de la decisión tomada en el
sentido de anular la elección del ayuntamiento de Morelia.
En una decisión dividida, se determinó que dos hechos acontecidos en el referido proceso electoral implicaron la afectación
a varios principios constitucionales. En ese sentido, la discusión
en el interior de la Sala Regional en torno a la nulidad de la elección se circunscribe al grado de afectación producido por tales
irregularidades, así como al nivel o posibilidad de comprobación
de las mismas. Este comentario se dirige a esas vicisitudes, no
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
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sin antes establecer el marco correspondiente al régimen de la
nulidad de elecciones por principios constitucionales.
Así, el presente escrito se suma a la ya larga lista de publicaciones del Tribunal Electoral; éste, consciente de las importantes
contribuciones de la academia a la judicatura, no se cierra ante
la posibilidad de textos que, aunque críticos de sus propias resoluciones, pueden eventualmente establecer nuevos derroteros
en sus decisiones. En efecto, esta edición se constituye como un
replanteamiento o una nueva reflexión a partir de lo decidido jurisdiccionalmente, pues ello implica una especie de control extralegal de las determinaciones judiciales.
De esta manera, además de la discusión propia de la sentencia señalada, paralelamente, el lector encontrará una variada referencia a autores clásicos de la teoría constitucional
contemporánea, como Ronald Dworkin, Luigi Ferrajoli, Gustav
Zagrebelsky, Luis Prieto Sanchís o Jerzy Wróblewski, quienes,
por cierto, han tenido una especial recepción por parte de los
diferentes actores (estudiosos e impartidores) vinculados con
la justicia electoral.
De ahí que, a partir de un plano meramente teórico, subyace en un caso como el de Morelia la figura señera de Alexander
Bickel, pues es quien pone en la palestra académica el concepto
de la objeción contramayoritaria, es decir, el déficit democrático
con el que, algunos afirman, cuenta el Poder Judicial para determinar en última instancia una decisión que en principio le correspondería a las mayorías, las cuales encuentran mejor cabida y
representación en los órganos legislativos, según el autor. Cabe
señalar que incluso la crítica a ese poder importantísimo de los
jueces se puede rastrear en el origen mismo del judicial review
estadounidense, el cual no estuvo exento de tales observaciones (Valdés 2012, 3-38).
En ese sentido, la experiencia mexicana agrega un campo
fértil para la reflexión y un ingrediente adicional a ese clásico debate, pues ya no sólo se trata de la viabilidad o no de una ley establecida por un órgano legislativo, sino de la viabilidad o no de
Vertiente
Salas
la elección misma, circunstancia en la que los ciudadanos participan incluso de manera más directa.
Por otra parte, en relación concreta con el debate correspondiente al caso de Morelia, el presente comentario destaca una
y otra postura, tanto la mayoritaria, consistente en la actualización de la violación a principios constitucionales, como aquella
que, sin negar la posibilidad de tales facultades, considera la inviabilidad de tal derrotero a partir de la carencia en la prueba correspondiente.
El texto muestra un delineado de cada una de las posturas,
no sin críticas a la posición mayoritaria. En primer término deben
destacarse dos hechos que resultaron clave en la lista de agravios planteados y para la posterior resolución del caso. A continuación se señalan tales aspectos fácticos:
Regionales
1) La transmisión del cierre de campaña, en televisión por cable, del candidato a gobernador en el estado y la aparición
en este evento masivo, durante casi cinco minutos, del candidato a la presidencia municipal de Morelia. Este hecho fue
considerado por la actora como violatoria de la equidad en
la contienda.
2) La portación del boxeador mexicano Juan Manuel Márquez
Méndez del emblema del Partido Revolucionario Institucional (pri) en sus calzoncillos durante la tercera pelea, desarrollada en Las Vegas, Nevada, contra Emmanuel Dapidran
Manny Pacquiao. El combate fue transmitido en televisión
nacional abierta la noche anterior al día de la elección y,
con ello, según el impugnante, se afectó el principio de sufragio libre al hacer actos de propaganda política en tiempos prohibidos para ésta.
Para la mayoría, y como bien se desmenuza en el presente comentario, esos hechos se consideraron graves y suficientes para
anular la elección a pesar de que, en el caso del logotipo del pri,
no se considerara en sí mismo propaganda electoral al no traer
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
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aparejada invitación alguna al voto o no hacer referencia en concreto a la elección de Morelia.
Por su parte, la magistrada Adriana Favela, disidente del asunto, manifiesta que dichas irregularidades no pueden tener como
efecto la anulación de los comicios señalados, pues no son de
la envergadura o entidad suficiente para la constitución de violaciones a principios constitucionales.
En estos términos, la autora, a partir de los criterios emitidos
por la Sala Superior, señala en términos generales que una irregularidad, para tener las implicaciones y consecuencias indicadas,
debe estar plenamente acreditada para posteriormente realizar un
test de determinancia o grado de afectación, el cual tiene que ser
notable e importante para acarrear una consecuencia como la nulidad de una elección. De ahí que se inscriba en la tesis de la postura disidente y sea crítica de la postura mayoritaria.
Así, el punto nodal de la discusión versa acerca de la manera de probar una determinada irregularidad con pretensiones de
nulidad de elección, pero sobre todo acerca de la determinancia
o impacto de los hechos señalados como ilícitos. La pregunta
que flota a partir de lo anterior es si hay parámetros más o menos asequibles y objetivos para estimar o no la nulidad de elección, y qué herramientas se pueden utilizar. Parece que, pese a
todo, la discusión futura seguirá manifestándose precisamente
acerca de cómo acreditar esa determinancia o relevancia del impacto de una irregularidad.
En el fondo, se puede encontrar un debate que, por un lado,
en determinadas irregularidades, deba necesariamente atribuirles
consecuencias jurídicas con el fin de concluir que el sistema jurídico mexicano funciona de manera eficaz. Por otro lado, el principal sustento de la postura contraria a la luz del presente caso se
refiere a la exigencia clara y vital de comprobación de un hecho
irregular, así como al grado de influencia e impacto en una elección determinada. Es decir, el argumento es más bien de tipo procesalista en el sentido amplio de la palabra, pues no sólo habla de
la estructura jurisdiccional, sino de los procedimientos judiciales.
Vertiente
Salas
Otro aspecto notable que los lectores podrán encontrar en esta publicación tiene que ver con el recorrido de distintos casos en
los que el tema fundamental es la nulidad de una elección. Desde el caso Tabasco (SUP-JRC-487/2000) hasta el asunto de Yurécuaro (SUP-JRC-604/2007), un poco a la manera de lo que se
conoce como línea jurisprudencial. Lo anterior, sin dejar de mencionar los propios precedentes de la Sala Regional Toluca, como
los juicios ST-JIN-7/2009 y ST-JRC-57/2011, en los que se estableció que las irregularidades graves así planteadas no deben ser
rechazadas de forma automática como causas de invalidez por
el solo hecho de no estar previstas en las leyes electorales, las
cuales, obviamente, se encuentran regidas por los principios de
la materia electoral previstos en la Constitución federal.
Éste es precisamente uno de los grandes problemas del debate actual del derecho electoral, en el sentido de conciliar la previsión fija de sólo anular elecciones por las causales previstas
en la ley y la posible violación a principios constitucionales. Si la
apuesta de la reforma constitucional y legal de 2007 y 2008, respectivamente, fue eliminar la supuesta subjetividad de jueces en
temas como los comentados, en textos como el presente se trata de ofrecer la problemática viviente por la judicatura que más
bien, en algunos casos, se refiere a temas probatorios.
La discusión, tanto teórica como práctica, se encuentra inmersa
ahí. Tal vez, textos como éste buscan finalmente conseguir herramientas que sirvan a la judicatura para resolver problemas reales
que afectan a toda la ciudadanía, por ejemplo, métodos, razonamientos y argumentos que ayudan a trasladar la concreción de
un principio a un determinado caso. Es decir, si la adopción
del modelo principalista es una realidad en la judicatura, se necesitan crear más insumos congruentes con ese ideario.
De igual forma, este texto puede ser muy útil para decantarse
posteriormente acerca de las relaciones y conexiones de irregularidades vistas desde la óptica del derecho administrativo sancionador (por ejemplo, la portación del emblema de un partido
político por un boxeador importante) y su repercusión estricta
Regionales
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
para efectos de la calificación de una elección. Uno y otro efecto
no necesariamente se implican, sino pueden tener consecuencias
traducidas en sanciones administrativas sin afectación a principios que ameriten la nulidad de una elección, pero eso, en todo
caso, debe ser motivo de reflexión, pues si una irregularidad tiene alcances mayúsculos, eventualmente alcanzaría los dos ámbitos jurídicos mencionados.
Finalmente, con el presente ejercicio editorial se derrumba uno
de los principales mitos, consistente en que la teoría del derecho
o la teoría política están desconectadas de una práctica judicial.
Por el contrario, buena parte de los litigios constitucionales electorales se basan y se resuelven a partir de elementos normativos, pero también con la incorporación de elementos aportados
por otras disciplinas como las ya mencionadas. Así, el presente
caso evidencia que la concepción del derecho en su práctica ha
evolucionado notablemente en este país.
Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación
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ST-JRC-117/2011
Enrique Inti García Sánchez*
Contexto de la sentencia
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (tepjf),
como máxima autoridad electoral en México, ha llegado a conocer, previo agotamiento de las instancias locales, dos casos que
se presentaron en el estado de Michoacán en materia de nulidades electorales por violación a principios constitucionales; el
primero de ellos, en 2007, conocido como el caso Yurécuaro
(SUP-JRC-604/2007), y el segundo, comentado en esta obra por
la doctora Rosa María de la Torre Torres, resuelto en 2011, que
denominaré el caso Morelia (ST-JRC-117/2011).
Ambos fueron resueltos en el contexto de la reforma electoral
constitucional y legal de 2007-2008, que buscó fortalecer a las
autoridades electorales, acercar “la justicia electoral a la ciudadanía y garantizar la constitucionalidad y legalidad de los actos
y resoluciones electorales en aspectos como la transmisión del
poder” (Favela 2013, 263).
En el caso Morelia, la resolución fue posterior a la reforma
constitucional paradigmática en materia de derechos humanos
del 10 de junio de 2011, en la que se estableció que:
*
Asesor de la Unidad de Investigación en el Centro de Capacitación Judicial Electoral
del tepjf.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad
y progresividad (cpeum, artículo 1, párrafo 3, 2013).
Es por ello que tanto en el ámbito jurisdiccional como en el legislativo la Sala Regional Toluca, al resolver el caso Morelia, ya
contaba con precedentes orientadores en materia de nulidades
electorales por violación a principios constitucionales, pero que
aún permitirían aportar criterios al sistema mexicano de nulidades electorales de frente al proceso electoral federal 2011-2012,
como se destaca en el presente trabajo.
Habrá que señalar, antes de introducir al lector a la sentencia,
que en el año 2002 Michoacán vivió la alternancia en el Poder Ejecutivo local (con el cambio del Partido Revolucionario Institucional [pri] al Partido de la Revolución Democrática [prd]), siguiendo
los pasos que dos años antes, en el ámbito federal, habían reanimado la vida democrática del país (con el cambio pri-Partido Acción Nacional [pan]). Sin embargo, para los procesos electorales
2011-2012, tanto en la entidad federativa como en el país, el pri
regresó al poder; en el caso del municipio de Morelia, en 2011,
estuvo sumamente cerrada la elección ordinaria (0.7%) entre el
pri y el pan, quedando el prd muy alejado de éstos.
Independientemente de los resultados electorales, es necesario el estudio de los temas procesales y sustantivos que se analizaron en la sentencia del caso Morelia (ST-JRC-117/2011), con el
fin de ver si ésta resulta garante de la Constitución y de las leyes
electorales, por lo que a continuación se mencionan sus aristas.
Ficha técnica de la sentencia
1) Actor: Partido Acción Nacional (pan).
2) Terceros interesados: Partido Revolucionario Institucional
(pri) y Wilfrido Lázaro Medina.
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Vertiente
Salas
3) Autoridad responsable: Tribunal Electoral del Estado de
Michoacán (teem).
4) Acto impugnado: Sentencia TEEM-JIN-096/2011 que declaró
la nulidad de la votación recibida en cuatro casillas, modificó
los resultados y confirmó la declaración de legalidad y validez
de la elección, así como el otorgamiento de la constancia de
mayoría a favor de la candidatura común del pri y el Partido
Verde Ecologista de México (pvem).
5) Magistrado ponente: Santiago Nieto Castillo.
6) Fecha de resolución: 28 de diciembre de 2011.
7) Resolución: (1) Se revocó el juicio de inconformidad local
096/2011 del teem; (2) se decretó la nulidad de la elección de
miembros del ayuntamiento del municipio de Morelia, Michoacán, y se revocó la declaración de validez de la elección y las
constancias de mayoría, y (3) se comunicó la resolución al Congreso y al Instituto Electoral de Michoacán (iem).
8) Votación: Ésta se tomó por unanimidad, mientras que los otros
dos resolutivos se alcanzaron sólo por mayoría de votos, emitiéndose uno particular a cargo de la magistrada Adriana Favela Herrera.
Regionales
Antecedentes de la demanda
De conformidad con el Código Electoral del Estado de Michoacán
(ceem), el iem organizó el proceso electoral local ordinario, cuya
jornada electoral se llevó a cabo el 13 de noviembre de 2011 para elegir a los miembros del ayuntamiento de Morelia, Michoacán;
tres días después de la elección se realizó el cómputo, se declaró
la validez y se otorgó la constancia de mayoría.
El 27 de noviembre, el representante del pan interpuso un juicio de inconformidad (jin), mismo que fue resuelto por el teem
el 16 de diciembre, declarando la nulidad de la votación recibida
en cuatro casillas y modificando los resultados, aunque finalmente terminó confirmando la declaración de validez de la elección
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
y el otorgamiento de la constancia. Ante dicha resolución, el 22
de diciembre el pan interpuso un juicio de revisión constitucional
electoral (jrc).
Respuesta de la autoridad
responsable a la demanda
La autoridad responsable, al contestar a la demanda interpuesta, señaló tres causas que desde su perspectiva deberían considerarse para resolver la improcedencia de la misma, las cuales
fueron calificadas como infundadas por la Sala Regional Toluca
del tepjf.
En primer lugar, señalaba que no se expresa argumento alguno en relación con la violación de algún precepto constitucional,
lo cual resultaba erróneo, ya que el actor sí señalaba que con la
sentencia impugnada se violaban en su perjuicio los artículos 1,
14, 16, 17, 39, 41, fracción V, 60, 99, y 116, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (cpeum).
En segundo lugar, hacía referencia a que la violación reclamada no resultaba determinante para cambiar el resultado de la
elección, a lo que la Sala Regional resolvió que bastaba con
la solicitud de nulidad de la elección para que por sí misma se
actualizara la procedencia del juicio.
Finalmente, indicaba la autoridad responsable que el medio
de impugnación no era oportuno, por lo cual se dijo que la demanda se presentó dentro de los cuatro días establecidos por
la ley, no operando la notificación automática, pues ésta sólo es
aplicable a los consejos electorales y no a los tribunales electorales, debido a que de la sesión pública el actor no puede conocer total y materialmente la resolución impugnada, de lo contrario
terminaría vulnerando el derecho a una tutela judicial efectiva
(jurisprudencia 19/2001, jurisprudencia 19/2003 y jurisprudencia
18/2009).
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Vertiente
Salas
Agravios hechos valer en la demanda
Regionales
El actor planteó 12 agravios que se clasificaron en dos tipos: a)
los que permitirían revertir el resultado de los comicios, y b) los
que llevarían a la nulidad de la elección y, por tanto, a convocar a
un proceso electoral extraordinario; todos se estudiaron en plenitud de jurisdicción y se calificaron de la siguiente manera:
1) Violación de los principios de certeza y legalidad, por falta de
exhaustividad y congruencia en el análisis de la indebida integración de mesas directivas de casilla, al omitirse anotar
en las actas el nombre de los funcionarios que las conformaron (fundado).
2) Violación de los principios de exhaustividad, certeza, libertad y secrecía del voto por presión en el electorado (fundado
en parte).
3) Falta de exhaustividad y violación al principio de legalidad en
el análisis de la causal consistente en la entrega extemporánea de paquetes electorales (infundado).
4) Falta de exhaustividad y congruencia respecto del análisis
del agravio relativo a que la casilla 0945 básica se instaló en
el inmueble propiedad de la representante del pri acreditada ante la mesa directiva de casilla (infundado).
5) Violación de los principios de congruencia y exhaustividad en la
valoración de propaganda con contenido religioso (inoperante).
6) Violación de los principios de congruencia y exhaustividad
por empleo de símbolos religiosos (inoperante).
7) Violación al principio de exhaustividad por adquisición indebida de un espacio en televisión para la transmisión del cierre
de campaña del candidato postulado en candidatura común
por el pri y el pvem e indebida valoración de las pruebas aportadas en el juicio de inconformidad (fundado).
8) Violación al principio de exhaustividad por omisión de la responsable de valorar las pruebas ofrecidas por el partido político actor, respecto del cómputo de 75 paquetes electorales
(infundado).
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
9) Violación al principio de exhaustividad por indebida valoración de las pruebas ofrecidas por el actor respecto a los votos nulos reservados, con motivo de la diligencia de recuento
(fundado pero inoperante).
10) Falta de valoración por la responsable respecto de las pruebas
ofrecidas por el actor en el juicio de inconformidad local, en cuanto a la indebida anulación de votos por exclusión (infundado).
11) Violación al principio de exhaustividad por la omisión de la
responsable de estudiar el agravio formulado por el instituto
político actor respecto al impacto de propaganda electoral
ilegal transmitida en televisión en periodo de veda electoral (fundado).
12)Intervención de grupos de la delincuencia organizada
(fundado).
Anulación de la elección ordinaria
por violación a principios constitucionales
Del estudio de fondo que realizó la Sala Regional, y sólo por lo que
respecta a la determinación de anular la elección por violación a
principios constitucionales, se destaca el hecho de haber considerado que los actos o resoluciones electorales que sean contrarios a las disposiciones de la Constitución Política e impacten en
los procesos comiciales constituyen causa de invalidez de éstos,
porque al vulnerar esas disposiciones quedan fuera del marco jurídico fundamental y ello conduce a que, mediante la declaración
correspondiente, se determine su ineficacia.
En ese mismo sentido se fijó el criterio correspondiente a que
la previsión contenida en el artículo 99, fracción II, de la Constitución, relativa a la exigencia de decretar la nulidad de las elecciones por causas que estén expresamente previstas en la ley,
se refiere a las leyes secundarias, en las que se delimitan los
casos ordinarios de nulidad, pero no entraña excluir la posibilidad de constituir causa de invalidez de los comicios cuando se
acredite la violación de distintas normas de materia electoral que
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Vertiente
Salas
prevé la propia ley suprema, en cuyo caso no se requiere la reiteración en normas secundarias ni la consignación expresa de
la consecuencia de nulidad, pues basta con justificar fehacientemente que se han contravenido dichas normas de manera generalizada y grave, y que ello es determinante en la elección para
declarar su invalidez.
En el caso Morelia, concretamente, se llegó a la conclusión de
que las conductas desplegadas incidieron en el ánimo del elector
y, en consecuencia, dieron lugar a desequilibrar la contienda en
favor del pri, que a pesar de estar constituido como una entidad
de interés público vulneró dispositivos constitucionales y trastocó los principios de equidad, certeza y legalidad, rectores de todo proceso electoral, no obstante que al tener dicho carácter se
encuentra obligado a observar y cumplir la Constitución y la ley.
Dado lo anterior, la mayoría de la Sala Regional estimó determinante la violación constitucional referida, pues bastaba con
que en promedio 2.5 ciudadanos por casilla hubieren variado el
sentido de su voto, con motivo de la vulneración a la libertad de
su sufragio, para revertir los resultados en la elección, resultando evidente que cualquier variación, por mínima que se hubiera
presentado en el electorado, pudo ser determinante para revertir los resultados.
Regionales
Voto particular
La magistrada Favela Herrera presentó un voto particular, argumentando las tres cuestiones siguientes.
En un primer momento, señaló respecto del impacto de la propaganda electoral ilegal transmitida en televisión en periodo de
veda electoral, específicamente en la pelea de box (entre Juan
Manuel Márquez y Emmanuel Manny Pacquiao), que desde su
perspectiva no constituía una irregularidad grave que haya resultado determinante para invalidar la elección impugnada, pues no
puede ser considerada como propaganda electoral.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
En cuanto a la adquisición indebida de espacios en un canal
de televisión restringida, por la transmisión del cierre de campaña del candidato a gobernador en el estado de Michoacán postulado en candidatura común por el pri y pvem, la magistrada
señaló que si bien quedó demostrado que el 6 de noviembre de
2011 se transmitió el cierre de campaña del ciudadano Fausto
Vallejo (pri-pvem), no se evidenció que dicha transmisión fuera determinante para los resultados obtenidos en la elección
de los integrantes del ayuntamiento del municipio de Morelia,
Michoacán. Entre otras razones, porque:
1) No se demostró un nexo causal entre el acto relativo al cierre de campaña del candidato a gobernador con la elección
municipal de Morelia, Michoacán, pues únicamente se acreditó la participación de Wilfrido Lázaro Medina, candidato a
presidente municipal en los términos antes señalados, por
un reducido periodo que fue transmitido en el canal de televisión restringida.
2) No se tomó en cuenta el contexto en el que se transmitió
el acto, ni siquiera se precisa el tiempo en que el candidato hizo uso de la voz (4:41 minutos), o el periodo en que su
imagen se transmitió en el canal de televisión restringida.
3) No se contextualizó que esa intervención se dio en el acto
relativo al cierre de campaña del candidato a gobernador en
el estado de Michoacán.
4) No se consideró que dicho acto fue transmitido solamente
en un canal de televisión restringido, lo que reduce el número de electores que podrían haber tenido acceso a la transmisión y, por tanto, el impacto en el electorado.
Finalmente, la magistrada Favela consideró que no se actualizaron los requisitos para que procediera la nulidad de la referida
elección municipal por violación a principios constitucionales, ya
que tales irregularidades, en su concepto, no fueran de la magnitud suficiente, es decir, no fueron determinantes para el resultado de dicha elección, por lo siguiente:
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Vertiente
Salas
1) La magistrada señaló que la resolución de la mayoría fue
incongruente porque en un primer lugar se afirmó que no
existían elementos para medir la influencia de las irregularidades detectadas y, posteriormente, se llegó a la conclusión
de que sí fueron determinantes, para lo cual únicamente se
tomó en consideración el elemento consistente en que en la
elección municipal se obtuvo una diferencia de votos mínima entre el primer lugar y el segundo.
2) En un segundo punto, reiteró que la planilla postulada en candidatura común no obtuvo una cantidad de votos que fuera
inmensamente superior a los alcanzados por la fuerza política que ocupó el segundo lugar en la elección. Es decir, no
quedó demostrado que las irregularidades acreditadas hayan sido la causa directa y eficiente para que esa candidatura común obtuviera el triunfo en la elección municipal. De
hecho, se advierte que los resultados alcanzados en la elección de los integrantes del ayuntamiento del municipio de
Morelia, Michoacán, es acorde con el comportamiento electoral que se observó en el resto de los municipios y distritos
electorales en los que se celebraron elecciones en el estado de Michoacán.
Regionales
En razón de lo anterior, De la Torre genera una discusión teórica, normativa e interpretativa de la anulación de las elecciones
en Morelia, Michoacán, por violación a principios constitucionales,
aspecto que deberá ser considerado para próximas actualizaciones al derecho electoral mexicano, así como en los subsecuentes
ejercicios democráticos en dicha entidad federativa.
23
Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Fuentes consultadas
Electoral
ceem.
Código Electoral del Estado de Michoacán. 2012. México:
tepjf.
cpeum. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
2013. México: Cámara de Diputados.
Favela Herrera, Adriana y Saúl Mandujano Rubio. 2013. Derecho
electoral. Visión práctica. México: Limusa.
Jurisprudencia 19/2001. Notificación automática. Requisitos
para su validez. Disponible en http://www.te.gob.mx/IUSE/
tesisjur.aspx?idTesis=730 (consultada el 22 de marzo de
2013).
——— 19/2003. Notificación automática. No opera para los partidos
políticos, por la presencia de sus diputados en sesiones
del Congreso. Disponible en http://www.te.gob.mx/IUSE/
tesisjur.aspx?idTesis=728 (consultada el 22 de marzo de
2013).
——— 18/2009. Notificación automática. El plazo para promover los
medios de impugnación inicia a partir del día siguiente al
que se configura, con independencia de ulterior notificación
(legislación federal y similares). Disponible en http://www.
te.gob.mx/IUSE/tesisjur.aspx?idTesis=1241 (consultada el
22 de marzo de 2013).
Sentencia SUP-JRC-604/2007. Actor: Partido Revolucionario
Institucional. Autoridad Responsable: Tribunal Electoral
del Estado de Michoacán. Disponible en http://www.te.gob.
mx/documentacion/publicaciones/Serie_comentarios/19_
SUP-JRC-604-2007.pdf (consultada el 13 de octubre
de 2013).
——— ST-JRC-117/2011. Actor: Partido Acción Nacional. Autoridad
responsable: Tribunal Electoral del Estado de Michoacán.
Disponible en http://portal.te.gob.mx/colecciones/sentencias/
html/ST/2011/JRC/ST-JRC-00117-2011.htm.
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ANULACIÓN DE ELECCIÓN
POR VIOLACIÓN A PRINCIPIOS
CONSTITUCIONALES.
El caso Morelia
Rosa María de la Torre Torres
SERIE
EXPEDIENTE:
ST-JRC-117/2011
SUMARIO: I. Preliminares; II.
Marco normativo de las nulidades
electorales en México; III. Invalidez
de la elección por violación al principio
constitucional; IV. Argumentos base
de la impugnación en el expediente
ST-JRC-117/2011; V. Nulidad de
elección por violación a principios
constitucionales; VI. Voto disidente
de la magistrada Adriana Margarita
Favela Herrera; VII. Reflexiones
finales, VIII. Fuentes consultadas.
I. Preliminares
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Electoral
Vertiente Salas
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La judicialización de los procesos electorales es un fenómeno creciente en el
país, y en Michoacán no es la excepción.
El incremento de las controversias en la
materia y la fruición de los partidos políticos en acudir a los tribunales electorales
dan cuenta de una creciente cultura que
apunta a resolver, por la vía jurisdiccional, lo que en la electoral pareciera perfectible o por lo menos mejorable.
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Electoral
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La importancia que ha cobrado la justicia electoral es innegable. El papel de los tribunales en la materia reviste una doble
trascendencia. Por un lado, como árbitros de la contienda electoral, salvaguardando los lineamientos legales, las reglas y las normas que hacen diáfanos y certeros los resultados electorales. Y,
por otro lado, los jueces electorales tienen una función aún más
trascendente como guardianes de los principios constitucionales
que dan fundamento no solamente a las elecciones en el país,
sino que cimientan la democracia mexicana desde el texto de la
carta fundamental.
La trascendencia de la justicia electoral es mayor si se considera que la alternancia y participación efectiva y más equitativa
de las distintas expresiones políticas han transformado los procesos electorales en contiendas muy competitivas, con resultados cada vez más cerrados.
Aunado a lo anterior, los partidos políticos y sus candidatos
han buscado, en cada elección, mecanismos más novedosos para acercarse a su electorado e inclinar el voto a su favor. Lejos
han quedado los tiempos en los que el candidato hacía ese tipo de campaña conocida como shaking hands (estrechando manos), ciudad por ciudad, barrio por barrio, calle por calle, mano
por mano. Ahora las campañas electorales se han convertido en
ejercicios en los que el discurso ha cedido paso a la mercadotecnia, en los que posicionar la imagen del candidato en los medios
de comunicación masiva, incluidos los electrónicos, es la premisa. De ahí, la imperiosa necesidad de revisar a detalle, de cuidar
hasta la mínima aparición de los candidatos y los partidos en los
medios, y de ahí también surge la posibilidad de impugnar procesos electorales por violación a las reglas del reparto del tiempo aire y a los principios de equidad en las contiendas.
En el proceso electoral federal del año 2006 se vivió en México lo que parecía ser el súmmum de lo antes esbozado. Con resultados muy “cerrados” y muy difundidas presunciones de fraude
electoral, basadas en supuestas inequidades en la contienda, se
preparó y se publicó en 2007, en el Diario Oficial de la Federación
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(dof), una reforma electoral inspirada en la noble finalidad de dotar de mayor certeza y equidad a los procesos electorales.
Las reformas legal y constitucional en materia electoral, publicadas el 13 de noviembre de 2007 y el 14 de enero de 2008
en el dof, respectivamente, buscaron dotar a las elecciones de
principios y reglas claros en materia de fiscalización de gastos
de campaña, manipulación y compra de votos, propaganda utilitaria, entre otros. Al analizar el alcance de éstas, señala el doctor José de Jesús Orozco Enríquez (2011, 270) que:
Regionales
El objetivo central [de la reforma] fue el establecimiento de la
exclusividad de los partidos políticos para difundir propaganda
electoral en radio y televisión, con las consecuentes
restricciones no sólo a los partidos políticos, sino a cualquier
individuo o corporación para contratar tiempo aire en tales
medios con propósitos electorales. Como complemento, la
reforma contempló límites al contenido de la propaganda
electoral en los partidos políticos y a los mensajes
institucionales a cargo de los órganos, dependencia,
entidades y servidores públicos.
Esta reforma constituye uno de los ejercicios más completos
de revisión de la legislación electoral en el país. Con más claros
que oscuros, se buscó aportar elementos para construir un escenario de normalidad democrática en México. Sin embargo, el
análisis de esta reforma, sus aciertos y sus áreas de oportunidad
son objeto de otro estudio.
Para abordar con precisión el objeto de estudio del presente
análisis, es necesario recurrir a algunos aspectos clave de esta
reforma de 2007 que incidieron de manera directa en la resolución del expediente ST-JRC-117/2011 acerca de la nulidad de
elección de integrantes al ayuntamiento de Morelia, Michoacán,
como son los temas de los tiempos asignados a cada partido político para transmitir sus mensajes electorales en radio y televisión y la propaganda política o electoral de los mismos. Elementos
que serán analizados a la luz de los argumentos vertidos por la
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Sala Regional de la V Circunscripción del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (tepjf) con sede en la ciudad de
Toluca, Estado de México, y a la que corresponde jurisdiccionalmente la resolución de los conflictos electorales suscitados en el
estado de Michoacán de Ocampo.
El 13 de noviembre de 2011 se llevaron a cabo, con fundamento en el artículo 96 del Código Electoral del Estado de Michoacán, los comicios para elegir gobernador, diputados al
Congreso local e integrantes de 112 municipios de un total de
113.1 El 16 de septiembre de ese mismo año, el Consejo Distrital
Electoral de Morelia realizó el cómputo de la elección de ayuntamiento y declaró la validez de la elección, y otorgó la constancia de mayoría a la planilla postulada en candidatura común por
los partidos Revolucionario Institucional (pri) y Verde Ecologista
de México (pvem), encabezada por Wilfrido Lázaro Medina.
El 27 de noviembre del mismo 2011, el Partido Acción Nacional (pan), por medio de su representante suplente, promovió un
juicio de inconformidad en contra de los resultados del cómputo
municipal realizado por el Consejo Municipal Electoral del Instituto Electoral de Michoacán y el otorgamiento de la constancia de
mayoría correspondiente. Dicho juicio fue registrado en el expediente TEEM-JIN-096/2011, y resuelto el 16 de diciembre de ese
año, en los términos siguientes:
1
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La comunidad de San Francisco Cherán solicitó al Instituto Electoral del
Estado de Michoacán llevar a cabo las elecciones con el sistema de usos y
costumbres. Alegando pertenecer a la etnia purépecha, reclamaron su derecho
de autodeterminación. El instituto electoral local se declaró incompetente.
Inconformes, 2,312 ciudadanos acudieron al tepjf reclamando el respeto a su
derecho consuetudinario. En la resolución del expediente SUP-JDC-9167/2011, el
2 de noviembre de 2011, el Órgano Jurisdiccional dictó sentencia en el juicio para
la protección de los derechos político-electorales del ciudadano en el que resolvió
que los integrantes de la comunidad tenían derecho a solicitar la elección de sus
propias autoridades, siguiendo para ello sus normas, procedimientos y prácticas
tradicionales, con pleno respeto a los derechos humanos. Por lo anterior, se ordenó
al Consejo General del Instituto Estatal Electoral de Michoacán realizar todas las
acciones ordenadas en la comentada resolución, y fue así como la comunidad
indígena de Cherán eligió a su autoridad, denominada Concejo mayor, según
lo establecido en sus usos y costumbres, sin participar en el proceso electoral
desarrollado el 13 de noviembre de 2011.
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PRIMERO. Se declara la nulidad de la votación recibida en
las casillas 1200 contigua 2, 1233 básica, 1235 contigua 2 y
1276 contigua 2.
SEGUNDO. Se modifican los resultados asentados en el
acta de cómputo municipal de la elección del ayuntamiento
(sic) de Morelia, Michoacán. En términos del considerando
cuarto de la presente resolución.
TERCERO. Se confirma la declaración de legalidad y validez
de la elección, así como el otorgamiento de las constancias de
mayoría a favor de los integrantes de la planilla postulada en
candidatura común por los partidos Revolucionario Institucional
y Verde Ecologista de México, en el Ayuntamiento de Morelia,
Michoacán.
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La resolución fue notificada al representante de Acción Nacional el 18 de diciembre y el día 22 el representante suplente del
mismo partido promovió ante el Consejo Municipal Electoral y
Distrital 16 del Instituto Electoral del Estado de Michoacán el juicio de revisión constitucional electoral (jrc) contra la sentencia
emitida por el Tribunal Electoral del Estado de Michoacán (teem)
ante la Sala Regional de la V Circunscripción del tepjf con sede
en la ciudad de Toluca, Estado de México.
La demanda fue recibida el 23 de diciembre de 2011 y turnada a la ponencia del magistrado Santiago Nieto Castillo, para la
sustanciación del juicio y la elaboración del correspondiente proyecto de sentencia. El 24 de diciembre, el magistrado instructor
acordó admitir y radicar el medio de impugnación que quedó registrado con el número de expediente ST-JRC-117/2011.
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II. Marco normativo de las nulidades
electorales en México
Antecedentes. El marco normativo de las nulidades en 1996
La reforma publicada en el dof el 22 de noviembre de 1996 generó un nuevo marco jurídico en materia electoral: la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral
(lgsmime), la cual estableció causales específicas en materia de
nulidad de la elección recibida en casillas, concretamente, en el
artículo 75. Así, en los incisos del a al j se establecieron causales específicas de nulidad y en el inciso k se asentó la denominada causal genérica.
El señalado numeral establecía entonces las siguientes causales de nulidad de votación recibida en casilla:
a) Instalar la casilla, sin causa justificada, en lugar distinto
por el señalado por el Consejo Distrital correspondiente;
b) Entregar, sin causa justificada, el paquete que contenga
los expedientes al Consejo Distrital, fuera de los plazos
que el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales señale;
c) Realizar, sin causa justificada, el escrutinio y cómputo en
local diferente al determinado por el Consejo respectivo;
d) Recibir la votación en fecha distinta a la señalada para la
celebración de la elección;
e)Recibir la votación personas u órganos distintos a los
facultados por el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales;
f) Haber mediado dolo o error en la computación de los
votos y siempre que ello sea determinante para el resultado de la votación;
g) Permitir a ciudadanos sufragar sin Credencial para Votar
o cuyo nombre no aparezca en la lista nominal de electores y siempre que ello sea determinante para el resultado
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de la votación, salvo los casos de excepción señalados
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en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales y en el artículo 85 de esta Ley;
h) Haber impedido el acceso a los representantes de los partidos políticos, o haberlos expulsado, sin causa justificada;
i) Ejercer violencia física o presión sobre los miembros de
la mesa directiva de casilla o sobre los electores y siempre que esos hechos sean determinantes para el resultado de la votación;
j) Impedir, sin causa justificada, el ejercicio del derecho al
voto de los ciudadanos y esto sea determinante para el
resultado de la votación, y;
k) Existir irregularidades graves, plenamente acreditadas y
no reparables durante la jornada electoral o en las actas
de escrutinio y cómputo que, de forma evidente, pongan
en duda la certeza de la votación y sean determinantes
para el resultado de la misma.
Además, se establecieron causales específicas de nulidad de
la elección en los artículos 76 y 77 de la misma ley, así como una
causal genérica de nulidad de la elección de diputados y senadores en el artículo 78.
En materia de nulidad de elecciones hay un antecedente interesante en el expediente SUP-JRC-487/2000, que dedica la parte central de las consideraciones a dilucidar si es posible anular
una elección por causales no contenidas en la legislación electoral, pero que, por su gravedad y trascendencia, representen violación a un principio constitucional. En la parte considerativa, la
resolución de este expediente señaló que en la legislación electoral del estado de Tabasco pueden distinguirse dos órdenes de
causales: a) las específicas y b) la causal abstracta.
Esta última es aquella cuyo contenido debe ser identificado
por el juzgador en cada caso que se someta a su juicio, atendiendo a las especificidades del caso concreto y observando que la
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elección en análisis cumpla con los requisitos establecidos en la
Constitución y en las leyes secundarias.
El asunto que constituyó el primer precedente de la nulidad
de elección por causal abstracta fue el juicio de revisión constitucional electoral (jrc) registrado con el número de expediente SUP-JRC-487/2000 y su acumulado SUP-JRC-489/2000,
cuyos actores fueron el Partido de la Revolución Democrática
(prd) y el pan, respectivamente, resuelto el 29 de diciembre del
año 2000, por mayoría de votos, comúnmente conocido como
el caso Tabasco.
En el citado precedente, el prd señaló como irregularidades la
violación, en su perjuicio, del principio de exhaustividad que debe fundamentar cualquier sentencia o resolución de los órganos
electorales porque, en su dicho, el Tribunal Electoral del Estado
de Tabasco no analizó los hechos y las pruebas correspondientes a las circunstancias y sucesos de los días previos al desarrollo de la jornada electoral, en los que la parte demandante
fundaba su pretensión de anular la elección de gobernador, porque a su juicio constituían violaciones graves que trascendían a
la jornada electoral.
El instituto electoral demandante argumentó que en el proceso se configuraron irregularidades como la compra de voto, la inequidad en el acceso a los medios de comunicación, la
quema de papelería electoral y la apertura ilegal de paquetes
electorales.
El argumento sostenido por la autoridad responsable en el expediente en comento fue que el principio de estricto derecho prevalece en las nulidades electorales, al tenor del dicho: “no hay
nulidad sin ley”. Por ello, la autoridad jurisdiccional electoral del
estado de Tabasco desestimó los argumentos que, por parte de
la actora, pretendían justificar y sostener la razón de pedir la nulidad de la elección de gobernador, aduciendo que no procedía
anular la elección porque las señaladas irregularidades no estaban contenidas en la legislación local como causal expresa de
nulidad de una elección.
Vertiente
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Así, con fundamento en el argumento de la instancia judicial
electoral del estado de Tabasco, se elevó la litis constitucional para determinar si era posible o no declarar anulada una elección
por causales diversas a las contenidas de manera expresa en el
Código de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Tabasco.
Al resolver este asunto, la Sala Superior del tepjf señaló que
en el sistema legal de nulidades del Código de Instituciones y
Procedimientos Electorales del Estado de Tabasco se podía establecer un distingo, en atención a su extensión, de dos órdenes
de causales de nulidad.
El primero está compuesto por causales específicas, que rigen la nulidad de la votación recibida en casillas, respecto a cualquier tipo de elección, así como la nulidad de las elecciones de
diputados de mayoría relativa y de presidentes municipales y regidores; el segundo, integrado por una sola categoría abstracta de nulidad, cuyo contenido debe encontrarlo el juzgador en
cada situación que se someta a su decisión, atendiendo a las
consecuencias concurrentes en cada caso concreto, a la naturaleza jurídica de las instituciones electorales, a los fines perseguidos con ellas, y, dentro de este marco, a que la elección concreta
que se analice satisfaga los requisitos exigidos como esenciales
e indispensables por la Constitución y las leyes, para que pueda producir efectos.
En ese mismo orden de ideas, la Sala Superior del Tribunal
Electoral sostuvo que de los artículos 39, 41, 99 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (cpeum), relacionados con los artículos 9, 10, 43 y 63 de la Constitución Política
del Estado Libre y Soberano de Tabasco, así como de diversos
artículos del Código de Instituciones y Procedimientos Electorales
del Estado de Tabasco, es posible inferir cuáles son los elementos fundamentales de una elección democrática, cuyo cumplimiento debe ser imprescindible para que se considere producto
del ejercicio popular de la soberanía, dentro del sistema jurídicopolítico construido en la Carta Magna y en las leyes electorales
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estatales, que están inclusive elevadas a rango constitucional, y
son imperativos, de orden público, de obediencia inexcusable
y no son renunciables.2
Lo destacable de este precedente es que señala como causal de nulidad abstracta la eventual violación a ciertos principios
rectores de los procesos electorales, entre los que destacan: las
elecciones libres, auténticas y periódicas; el sufragio universal,
libre, secreto y directo; que en el financiamiento de los partidos
políticos y sus campañas electorales prevalezcan los recursos
públicos sobre los de origen privado; la organización de las elecciones mediante un organismo público y autónomo; la certeza,
legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad como principios rectores del proceso electoral; el establecimiento de condiciones de equidad para el acceso de los partidos políticos a los
medios de comunicación social, el control de la constitucionalidad
y legalidad de los actos y las resoluciones electorales.
Con base en los argumentos arriba señalados y tomando en
consideración que esos principios son indispensables para tener
elecciones libres y auténticas, la Sala Superior concluyó que cuando en una elección, en las que se consigne una fórmula abstracta
de nulidad, se constate que alguno de los principios ha sido perturbado de manera importante, trascendente, que impida la posibilidad de tenerlo como satisfecho cabalmente, y que por esto
se ponga en duda fundada la credibilidad y la legitimidad de los
comicios, resulta procedente considerar actualizada dicha causal abstracta de nulidad de elección.
Así, en México, hasta la reforma electoral de 2007, era posible
anular una elección por dos tipos de causales: las expresamente
señaladas en la legislación y la conocida como causal abstracta
de nulidad, consistente en la identificación, por parte del juzgador, de violaciones a los principios constitucionales que sustentan
la equidad, transparencia y certeza del proceso electoral.
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Para mayores referencias acerca de este importante precedente en materia de
nulidad por causal abstracta, véase Orozco (2011).
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Nulidades electorales
en la reforma electoral de 2007
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El 13 de noviembre de 2007 se publicó en el dof la reforma al
artículo 99 de la cpeum, que estableció nuevas reglas en materia de nulidades. Del texto reformado es importante destacar los
siguientes puntos:
El Tribunal Electoral será, con excepción de lo dispuesto en
la fracción II del artículo 105 de esta Constitución, la máxima
autoridad jurisdiccional en la materia y órgano especializado
del Poder Judicial de la Federación.
[…]
Al Tribunal Electoral le corresponde resolver en forma
definitiva e inatacable, en los términos de esta Constitución y
según lo disponga la ley, sobre:
I. Las impugnaciones en las elecciones federales de
diputados y senadores;
II. Las impugnaciones que se presenten sobre la elección
de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos que serán
resueltas en única instancia por la Sala Superior.
Las Salas Superior y Regionales del Tribunal sólo podrán
declarar la nulidad de una elección por las causales que
expresamente se establezcan en las leyes […]
III. Las impugnaciones de actos y resoluciones de la
autoridad electoral federal, distintas a las señaladas en las
dos fracciones anteriores, que violen normas constitucionales
o legales […] (cpeum, artículo 99, 2013).
Queda perfectamente explicado que la intención del reformador constitucional fue establecer reglas claras en materia de
nulidad, desvaneciendo la denominada causal abstracta de nulidad que había sido tan cuestionada en diversas impugnaciones
electorales. Sin embargo, pese al contenido explícito de la reforma, la Sala Superior del Tribunal Electoral, en el mismo año,
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abrió la puerta a anular las elecciones por violaciones graves a
principios constitucionales, al ratificar la resolución emitida por
el teem, en el juicio conocido como caso Yurécuaro, expediente
SUP-JRC-604/2007, que se analizará con más detalle en apartados posteriores del presente estudio.
III. Invalidez de la elección por violación
al principio constitucional
Anular la voluntad ciudadana, expresada en las urnas, por violaciones a principios constitucionales requiere una fundamentación y una motivación exhaustivas.
En una interesante obra titulada Teoría y práctica de las nulidades electorales, desde la primera página, su autora, la magistrada disidente Adriana M. Favela (2012, 4), hace las precisiones
epistemológicas atinadas, dejando en claro lo que debe entenderse por nulidad en un concepto primigenio que me parece muy
pertinente metodológicamente hablando. Cito:
En principio concepto único, con la nulidad se califica la
relación que se establece entre la norma de derecho y
la realización efectiva de un acto; tiende así a la desaprobación, por parte del ordenamiento jurídico, para la vigencia
y validez del acto irregular en relación con el tipo perfecto;
en consecuencia, niega la producción plena de los efectos
pretendidos […]
La función específica de la nulidad no es asegurar el
cumplimiento de las formas, sino preservar los fines asignados
a éstas por el legislador […].
Trascendente función la del juzgador: preservar los fines del
derecho, el mecanismo y, en muchos casos, la nulificación de actos irregulares que violentando las formalidades atenten contra
el contenido teleológico de la norma.
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Señala la magistrada que las nulidades no son automáticas.
Su finalidad, ratifica, no es asegurar las formas, sino los fines
asignados a éstas; sólo cuando dichos fines se trastocan se produce la nulidad. Así, las irregularidades que den lugar a la nulidad
deben ser de tal gravedad que resulte imposible, en lo jurídico,
sostener la validez del acto.
Aún más, tratándose de anulación de elecciones por violación
a principios constitucionales, habrá que enfrentarse a profundos
retos epistémicos, metodológicos, jurídicos y, por supuesto, argumentativos.
Y desde aquí se aborda un tema apasionante en la materia:
¿Qué son los principios constitucionales? ¿Cómo se conoce su
naturaleza? ¿Su alcance? ¿Sus límites?
Dar una definición de principio constitucional no es una tarea
fácil, ya que los principios son concebidos tanto como valores,
metanormas o supernormas, además de que la forma de operar
de los principios puede ser distinta; hay organizativos del poder
político, otros son procedimentales y otros son de criterio. El tema de los principios constitucionales ha tenido una especial incidencia en materia de derecho electoral, pues parece muy claro
el maridaje entre éste y aquéllos.
De acuerdo con Dieter Nohlen (2003, 23), por derecho electoral se entiende el conjunto de determinaciones jurídico-positivas
y consuetudinarias que regulan la elección de representantes o
personas para los cargos públicos. Sin embargo, sin menosprecio
de lo que señala Nohlen, se debe apuntar que el derecho electoral es una disciplina mucho más amplia, porque aunado al contenido del concepto señalado se debe precisar la tarea de fomento
y difusión de los valores y la cultura democrática. En el mismo
sentido, más allá de la óptica normativa o estructural que se tome acerca del significado y contenido del derecho electoral, se
entiende que éste se nutre a su vez —principalmente en la práctica— de un talante funcional y valorativo, pues se es consciente, al seguir con Manuel Atienza (1996, 22), de que el derecho se
vive y no sólo se prescribe.
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Para comentar los principios constitucionales resulta ineludible hablar del término constitución. Quiero en este punto retomar las reflexiones de Luigi Ferrajoli (2008, 32) acerca del tema
para sintetizar una concepción de las diversas caracterizaciones
en torno a la Constitución:
Consiste en un sistema de reglas, sustanciales y formales,
que tiene como destinatarios propios a los titulares del poder.
Bajo este aspecto las consti­tuciones no representan sólo
el perfeccionamiento del Estado de derecho a través de la
extensión del principio de legalidad a todos los poderes, incluso
al legislativo. Constituye también en un programa político para
el futuro: la imposición a todos los poderes de imperativos
negativos y positivos como fuente para su legitimación,
pero además –y diría sobre todo– para su deslegitimación.
Constituyen, por así decirlo, utopías de derecho positivo que, a
pesar de no ser realizables perfectamente, establecen de todos
modos, en cuanto derecho sobre el derecho, las perspectivas
de transformación del derecho mismo en dirección de la
igualdad en los derechos fundamentales.3
Es admisible, entonces, concebir a la Constitución —dentro
del esquema neoconstitucionalista— como regla de juego de la
competencia social y política, como pacto de mínimos que permiten asegurar la autonomía de los individuos como sujetos privados y como agentes políticos, a fin de que sean ellos, en un
marco democrático y relativamente igualitario, quienes desarrollen
libremente su plan de vida personal y adopten en lo fundamental
las decisiones colectivas pertinentes en cada momento histórico.
3
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Es relevante subrayar dos notas esenciales que Ferrajoli distingue en la composición
de su concepto, como lo son: “sistemas de reglas sustanciales y formales…” e
“imperativos negativos y positivos…”. La primera alude a la esfera de lo indecidible,
traducida en la imposibilidad de las mayorías para disponer de los derechos que
la componen, como lo son los fundamentales, esto es, se distingue al derecho en
cuanto a su contenido sustancial de su validez formal. La segunda se refiere al
concepto de libertad positiva, concebida dentro de la doctrina jurídica a raíz de la
adopción de los sentidos de libertad delineados por el politólogo Isaiah Berlin.
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A partir de la segunda mitad del siglo xx, inicialmente en Europa, luego en América, se originó una corriente denominada
principalista, que es precisamente la que otorga un elemento
moral al derecho o al menos de racionalización4 del mismo, mediante, primordialmente, la función jurisdiccional en defecto de
la tarea legislativa.
Así, se puede considerar, como lo sostiene Carlos Santiago
Nino (1995), que una jurisprudencia normativa debe ocuparse no
sólo de describir y sistematizar el derecho, sino, en forma abierta, de cuestionar la justificación de sus regulaciones y proponer
soluciones valorativamente satisfactorias para los casos en que
se presenten indeterminaciones y el derecho positivo no ofrezca
una solución unívoca.
De ahí en adelante la aplicación de principios como un valor
superior, y además como una norma de aplicación de la Constitución, se debe a teóricos, entre los que destacan Jürgen Habermas, Ronald Dworkin, Robert Alexy o Carlos Nino y, por supuesto,
el profesor italiano Gustav Zagrebelsky con su idea del derecho
dúctil (Ponce 2005, 211).
En su libro El derecho dúctil, Zagrebelsky (1995) distingue
que el derecho está compuesto de normas legislativas que son
prevalentemente reglas, mientras que las normas constitucionales acerca de derechos y justicia son prevalentemente principios, “por ello distinguir los principios de las reglas significa, a
grandes rasgos, distinguir la Constitución de la ley”. Los principios desempeñan el papel constitutivo del orden jurídico, y las
reglas que en todo caso se encuentren en una Constitución no
son más que leyes reforzadas por su forma especial, y como se
agotan en sí mismas no tienen fuerza constitutiva fuera de lo que
ellas mismas significan.
Un criterio de distinción esencial para autores como Robert
Alexy, Luis Prieto Sanchís y Gustav Zagrebelsky es en cuanto a
la operación de ambas. Se acude a la ponderación cuando hay
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Regionales
Se alude a la racionalización en el sentido de justificación de los principios mediante
argumentos que excluyen su derivación de entes metafísicos.
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a las Sentencias
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que aplicar principios, mientras que se realiza la subsunción como solución para las reglas, pues éstas precisan un criterio directo de acción o no acción; los primeros representan criterios
para tomar posición ante situaciones concretas, pero que a priori aparecen indeterminadas, es decir, son normas que ordenan
que algo sea realizado en la mayor medida, dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes, por tanto, los principios son
mandatos de optimización.
Ahora bien, hay quienes sostienen que no hay una distinción
cualitativa entre reglas y principios. Las reglas no funcionan a
la manera de todo o nada —como lo asevera Dworkin (1978)—,
sino que pueden competir con los principios. Así, en el razonamiento jurisdiccional hay ciertamente una interacción entre
reglas y principios. No sólo existen casos de conflictos entre reglas, y conflictos entre principios, sino también colisiones entre
reglas y principios.
A decir de Manuel Atienza y Juan Ruiz Manero, para resolver
un caso en el que están en juego principios es necesario el establecimiento de una nueva regla a partir de éstos; operación que los
citados autores llaman “concreción”, y que consiste en transformar
los principios en reglas, gracias a la fuerza expansiva de éstos.
En palabras de Riccardo Guastini (2005), concretizar un principio significa determinar las reglas implícitas (en sentido amplio) que pueden obtenerse del mismo, y, por lo tanto, en primer
término, establecer su ámbito de aplicación, decidir a cuáles
clases de supuestos concretos es aplicable, y, en segundo lugar, determinar al mismo tiempo sus excepciones o subclases
de supuestos a los que no resulta aplicable. Por ejemplo, ¿el
principio de autodeterminación de pueblos indígenas permite
o no la restricción de voto universal?, o ¿el principio de igualdad permite o no al legislador establecer las cuotas de género
en las listas de candidaturas?
Atienza y Ruiz Manero (1996) sostienen que los principios pueden agruparse atendiendo a los diversos sentidos en que son utilizados dentro del lenguaje jurídico, en la forma que sigue:
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1) En el sentido de norma, con alto grado de generalidad.
2) En el sentido de norma redactada en términos particularmente vagos.
3) En el sentido de norma programática o directriz, esto es, de
norma que estipula la obligación de perseguir determinados
fines.
4) En el sentido de norma que expresa los más altos valores de
un orden jurídico.
5) En el sentido de normas cuyos destinatarios son los órganos
aplicadores de un sistema jurídico.
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A decir de José de Jesús Orozco Enríquez (2006, 282), identificar los principios que protege el derecho electoral mexicano y
las instituciones de la democracia político-electoral que el mismo establece no sólo permite comprender la esencia y la función
de esta materia, así como el significado de los comicios y sus resultados, sino que permite contar con mayores elementos para
evaluar y, en su caso, proponer soluciones valorativamente satisfactorias cuando se presenten indeterminaciones (lingüísticas o
normativas) o, incluso, para buscar la transformación de las respectivas normas jurídicas positivas.
Para aplicar la clasificación antes referida al ámbito del derecho electoral, siguiendo los argumentos del magistrado Orozco,
en primer término agrupa el estudio de los principios que expresan
los valores más altos de un orden jurídico —a los cuales denomina
principios en sentido estricto— con aquellos que refieren normas
programáticas. Los principios procedentes del artículo 41 constitucional serían principios en sentido estricto, y los derivados del 116
serían programáticos.
Así, se consideran como fundamentales del sistema electoral
los principios relativos al sufragio universal, libre, secreto y directo; el de equidad que debe prevalecer en el financiamiento público de los partidos políticos, sus campañas electorales y en el
acceso a los medios de comunicación social; la organización de
las elecciones mediante un organismo público y autónomo, y la
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Comentarios
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certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad como principios rectores del proceso electoral.
De esta manera, se debe entender a los principios constitucionales no sólo como integrantes del ordenamiento jurídico
(en caso de lagunas materiales, técnicas o axiológicas —si se
quiere—), sino incluso como instrumentos que impregnan las propias instituciones democráticas. Habrá que servirse en este punto
de la clasificación de principios elaborada por Jerzy Wróblewski
(1989), en la que se encuentran los principios-nombre derecho,
que en sí no constituyen reglas, pero que caracterizan los rasgos
esenciales de las instituciones jurídicas o la línea general de regulación del derecho. Son, antes que nada, instrumentos de descripción del derecho en vigor.
La función de los principios —en específico, electorales— como transformadores de las normas jurídicas encuentra rasgos
dentro del sistema de acuerdo con criterios sostenidos por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (scjn), órgano que ha
determinado que para el análisis de toda ley electoral es pertinente acudir a los principios rectores y valores democráticos previstos
en los artículos 41 y 116, fracción IV, de la Constitución Política,
como punto de partida de los criterios de validez que orientan el
examen de ese tipo de normas, pues para verificar el apego de
las leyes secundarias a la norma fundamental, además de atender a lo que establece textualmente, también deben observarse
los postulados esenciales que contiene, los cuales sirven de guía
para cimentar ulteriores razonamientos que integren un orden jurídico armónico, que guarde uniformidad y consistencia en relación con los fines que persigue el sistema electoral mexicano.5
Resulta esclarecedor, a la luz de estas reflexiones, el acucioso
análisis que realiza la magistrada Favela en el apartado correspondiente a las nulidades por violaciones a principios constitucionales dentro de su referida obra. Retomando la postura de la Sala
Regional, Favela hace una reflexión acerca de la obligación que
5
42
Véase tesis 30/2005.
Vertiente
Salas
tiene el Órgano Jurisdiccional de garantizar que los comicios se
ajusten no solamente a la legalidad, sino a la Constitución federal.
Hay que recordar que en la reforma electoral de 2007, en especial en lo que se refiere a la modificación del artículo 99, párrafo 4, fracción II, de la cpeum, se precisó que las Salas Regionales
del tepjf solamente podrán pronunciarse acerca de la nulidad de
una elección por causas expresamente señaladas en la ley. En
la interpretación ya señalada de la Sala Superior, se estableció
que sólo en los casos en los cuales se prevea de manera expresa como causa de nulidad, en la legislación secundaria, según la
regulación específica, atendiendo al mandato constitucional, podrá decretarse la nulidad.
Sin embargo, cuando resultado de un estudio del proceso electoral se constate violación grave de principios constitucionales,
se podrá determinar la invalidez de la elección, aun cuando las
causas de la irregularidad o irregularidades que vician el proceso no estén expresamente señaladas en la ley.
En este apartado, la magistrada Favela trae a colación un importantísimo precedente sentado por el teem que, al ser ratificado por la Sala Superior del tepjf, sentó las bases para hacer este
control de constitucionalidad de las elecciones, y es el referente
al caso de la elección de los integrantes del ayuntamiento de
Yurécuaro, Michoacán, en 2007.
En el mencionado precedente, el teem anuló la elección
municipal al considerar demostrado el supuesto normativo
del artículo 35, fracción XI, del Código Electoral del Estado de
Michoacán (Vado 2011, 15), en concordancia con lo previsto en
el artículo 130 constitucional que establece el principio histórico de separación Estado-Iglesia. Lo anterior, al considerar que
las manifestaciones religiosas en actos proselitistas vulneraron
este principio constitucional.
No queda duda alguna de la atribución conferida, con base
en estos precedentes, a las Salas Regionales para poder anular
las elecciones sometidas a su valoración por identificar y acreditar violaciones graves a principios o preceptos contenidos en la
Regionales
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
Constitución. Pero, a riesgo de resultar reiterativa, planteo: no es
suficiente que se acredite la existencia de un hecho irregular que
constituya una violación a los principios constitucionales; se requiere que la irregularidad y la consecuente violación a la Constitución hayan sido determinantes en el resultado electoral.
Se ha reiterado, jurisprudencialmente, que para que opere la invalidación de una elección por violación a un principio
contenido en la Constitución deberán actualizarse los siguientes supuestos:
1) Que la parte demandante exponga un hecho que considere
violatorio de algún principio o precepto constitucional.
2) Que se dé la comprobación plena del hecho señalado como
violatorio de algún contenido constitucional.
3) Que se compruebe que se ha producido una grave afectación
resultado de la violación del principio o precepto constitucional dentro de la elección.
4) Que se determine si la violación de principio o precepto constitucional resulta, cualitativamente o cuantitativamente, determinante para invalidar la elección de que se trate.
Por lo anteriormente expuesto, ni doctrinal ni legislativa ni jurisprudencialmente puede quedar duda de que es atribución plena de los tribunales electorales —sean éstos locales, sean las
Salas Regionales del tepjf o la Sala Superior del mismo— declarar invalidada cualquier elección por violaciones a principios
o preceptos constitucionales. Sin embargo, dada la delicadeza del asunto que representa anular la decisión ciudadana expresada en las urnas, es ineludible que la resolución que anule
una elección por violación a principios constitucionales debe estar fundada en argumentos sólidos y congruentes y en un análisis exhaustivo de los hechos impugnados en el que se acredite
no solamente su existencia, sino su determinancia en el resultado electoral.
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Vertiente
Salas
IV. Argumentos base de la impugnación
en el expediente ST-JRC-117/2011
Regionales
De los 12 agravios presentados por el pan en el expediente
ST-JRC-117/2011, cuatro se encuentran vinculados con violación
y, por tanto, con nulidad de la votación recibida en las casillas, y
ocho por nulidad de la elección, incluyendo acusaciones de participación e influencia directa de grupos criminales organizados.
El magistrado ponente Santiago Nieto Castillo consideró fundados, pero inoperantes, la mayoría de los agravios argumentados
por el pan. Sin embargo, calificó como graves dos hechos que a
su decir violentaron el contenido del artículo 41 de la Constitución
Política; el primero de ellos, la aparición del candidato a la presidencia municipal, Wilfrido Lázaro Medina, por un espacio poco
mayor de cuatro minutos en el cierre de campaña del candidato
a gobernador por los partidos Verde Ecologista de México y Revolucionario Institucional, Fausto Vallejo Figueroa.
Los magistrados que integran la Sala Regional con sede en la
ciudad de Toluca, Estado de México, decidieron por mayoría de
dos votos —los del magistrado Santiago Nieto Castillo, ponente del asunto en comento, y Carlos Morales Paulín— declarar la
nulidad de la elección de miembros al ayuntamiento de Morelia,
Michoacán. Con voto en contra de la magistrada Adriana Favela
Herrera, quien formuló voto particular.
Para que se declare la nulidad de la elección deben actualizarse cuatro elementos. El primero, que los hechos presuntamente
violatorios sean señalados por la parte actora en su demanda; el
segundo, que las irregularidades señaladas por los demandantes queden plenamente acreditadas; el tercer elemento alude
a la gravedad de los hechos irregulares probados, y el cuarto es
lo que se conoce como determinancia, es decir, la calificación de
que estos hechos comprobadamente irregulares han sido determinantes en el resultado de la elección.
Ahora bien, la Constitución federal mexicana es muy clara
en su artículo 99 al señalar que “las salas superior y regionales
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
del Tribunal sólo podrán declarar la nulidad de una elección
por las causales que expresamente se establezcan en las leyes”, disposición que, aprobada en 2007, condujo a la inaplicabilidad de la importante jurisprudencia acerca de la causal
abstracta de nulidad.
En una interpretación y que tiene antecedentes directos en los
casos ST-JIN-7/2009 y ST-JRC-57/2011, la Sala Regional establece que las irregularidades graves no deben ser rechazadas de
manera automática en todos los casos como causas de invalidez
por el solo hecho de no estar previstas en las leyes electorales,
es decir, en normas inferiores a la Constitución federal. Para la
Sala, el texto del artículo 99 no impide que el tepjf analice si en
unos comicios se da la violación de normas constitucionales, ya
que es su deber garantizar que las elecciones se ajusten no solamente a legalidad, sino a la constitucionalidad.
Lo anterior resulta de tal modo, en esta reflexión de la Sala, que
si estas irregularidades constituyen violación grave de un principio constitucional, ello podría conducir a la invalidez de las elecciones, tal como ocurrió en la resolución que se comenta. Esto
ha sido sostenido, como se verá más adelante, por la Sala Superior del tepjf, al confirmar la resolución del Tribunal Electoral del
Estado de Michoacán en el caso Yurécuaro, primer antecedente
de anulación de elección por violación a principios constitucionales, en el que se anuló la elección de integrantes al ayuntamiento
de ese municipio michoacano por violación al principio constitucional de separación Estado-Iglesia.
De los argumentos señalados por la actora, son dos los que
destacan:
1) La transmisión, en televisión por cable, del cierre de campaña del candidato a gobernador en el estado y la aparición
en este acto masivo, por casi cinco minutos, del candidato a la presidencia municipal de Morelia. Hecho que la demandante consideró violatorio del principio de equidad en
la contienda.
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Vertiente
Salas
2) La portación del boxeador mexicano Juan Manuel Márquez del
logotipo institucional del pri, en sus calzoncillos durante una
pelea desarrollada en Las Vegas, Nevada, contra un púgil filipino. Combate que fue transmitido en televisión nacional abierta y que, a juicio del instituto político demandante, violentó el
principio de sufragio libre al hacer acto de propaganda política
en tiempos de veda electoral; esto así, debido a que la pelea
fue transmitida en vivo el día inmediato anterior al desarrollo
de los comicios en el estado de Michoacán.
Regionales
Del análisis de la resolución en comento, y acerca del argumento vertido por la parte demandante en cuanto a los actos de
propaganda, verificados, a dicho de la misma actora, en la transmisión televisiva de la pelea es destacable la diferenciación que
hace la Sala Regional entre los conceptos de propaganda política y de propaganda electoral.
Así, a juicio de la mayoría de la Sala Toluca, se señala, por
un lado, que para que la propaganda pueda considerarse política se debe considerar el contenido del mensaje que se transmite, el cual debe tener elementos objetivos que presenten una
ideología, un programa o una plataforma política, o la invitación
a ser afiliado al partido político.
Y, por otro lado, por propaganda electoral se entiende el conjunto
de mensajes que se difunden, en el margen de una contienda comicial, con la finalidad de obtener el voto a favor de determinado(s)
candidato(s) o de disminuir votos o adeptos de otros partidos que
intervienen en la contienda.
Reafirmando los argumentos arriba vertidos, se recurre, en
el transcurso de la resolución, al precedente en el que la Sala
Superior considera, en el expediente SUP-RAP-475/2011, que
para determinar si se trata de propaganda electoral se deben
cumplir ciertas condiciones:
1) Que se produzca y difunda durante la campaña electoral.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
2) Que se genere por los partidos políticos, por sus militantes o
simpatizantes, por los candidatos o por terceros vinculados.
3) Que tenga como objetivo presentar candidaturas o precandidaturas registradas.
4) Que se solicite el apoyo electoral con expresiones, voto, sufragio, elección, proceso electoral o cualquier otra vinculada
con las diversas etapas del proceso electoral.
5) Que incluya expresiones para incidir en el voto, en sus aspectos pasivo y activo, o cualquier otra frase que se refleje
en un proceso concreto o una descalificación para inhibir al
elector.
A partir de lo anterior, la Sala Regional deduce que la información controvertida por el pan es considerada propaganda política
y no propaganda electoral, ya que no cumple con los requisitos
establecidos por la Sala Superior del tepjf, en resoluciones señaladas, para considerarse como tal.
En este mismo orden de ideas, señala la autoridad jurisdiccional en materia electoral de la V Circunscripción que, conforme a lo previsto en el artículo sexto transitorio de la Constitución
Política del Estado de Michoacán de Ocampo, así como a lo dispuesto en el artículo 96 del Código Electoral de Michoacán, los
comicios para renovar a los integrantes de los ayuntamientos en
la entidad se realizaron el segundo domingo de noviembre de
2011, por lo que la jornada electoral se desarrolló el 13 de noviembre. Factor destacable a la luz de las irregularidades argumentadas porque, según lo dispuesto por el artículo 51, párrafo
2, de la legislación electoral michoacana, existe la prohibición de
realizar, tanto el día de la jornada como los tres días previos, actos proselitistas o de campaña.
La Sala Regional consideró inconcuso que la difusión del logotipo del pri se realizó fuera de los tiempos permitidos de campaña,
específicamente la noche del 12 de noviembre de 2011, a menos
de 10 horas de que se iniciara la jornada electoral en Michoacán.
48
Vertiente
Salas
De acuerdo con lo establecido en las reglas que aportó la reforma constitucional en materia electoral de 2007, es innegable
que el Instituto Federal Electoral (ife) es el único autorizado por
la ley para hacer la asignación de espacios de difusión, en radio
y televisión, para los partidos políticos, por lo que los concesionarios y permisionarios de éstos deben abstenerse de contratar
con terceros y difundir propaganda con contenido político o electoral que favorezca a un candidato o partido político mediante la
divulgación de su propuesta ideológica o de su emblema. Dicha
infracción se actualiza con independencia de si el concesionario
o permisionario hubiera o no pagado por ello. Sin embargo, pese a que éste es un argumento incontrovertible, en ninguna de
las pruebas aportadas el partido político comprobó que el Revolucionario Institucional contratara al boxeador para portar en la
difundida pelea su logotipo institucional.6
Sin embargo, pese a lo anterior, la Sala llegó a la conclusión
de que se transmitió y difundió propaganda de naturaleza política
fuera de los plazos autorizados por la autoridad electoral competente, y esto constituyó una contravención al principio de equidad
en la contienda por violación al principio constitucional de equidad en el acceso a medios de comunicación.
Aunado a lo anterior, en la página 750 de la resolución, el criterio mayoritario de la Sala asienta que si bien el partido político
demandante no demuestra la determinancia que pretendía probar con una serie de estudios y tablas de referencia, la irregularidad queda demostrada y será objeto de análisis posterior, en el
fallo comentado, establecer su determinancia respecto de la nulidad de los comicios. Sin embargo, ha resultado que en ningún
momento, como se verá a mayor detalle con posterioridad, el magistrado ponente demuestra la irregularidad ni su determinancia
en el resultado electoral.
Una de las causales de nulidad electoral más graves que invocó el pan fue la presunta participación de grupos del crimen
organizado en el desarrollo de los comicios y en días previos a
6
Regionales
Véanse SUP-RAP- 201/2009, SUP-RAP-242/2009 y SUP-RAP-236/2009.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
50
los mismos. El instituto político actor señala que la resolución
combatida carece de ameritado estudio de los agravios planteados y de los elementos probatorios indiciarios aportados en
el juicio de inconformidad local.
La actora señaló en el juicio primigenio que se difundieron amenazas y actos de terrorismo por parte de la delincuencia organizada, los cuales, afirmó, inhibieron el ánimo del electorado para
no votar por el pan y para, en cambio, votar por el pri.
El teem consideró los argumentos vertidos por el actor como
subjetivos, genéricos y sin base probatoria u objetiva. La parte actora señaló que esto violó, en su perjuicio, lo establecido
en el artículo 21 de la Ley de Justicia Electoral del Estado de
Michoacán, que obliga al juzgador a resolver con base en las
pruebas aportadas por las partes.
En este mismo orden de ideas, el partido político demandante
señaló que la autoridad responsable aplicó de manera incorrecta el artículo 23, fracción VI, de la Ley de Justicia Electoral del
Estado de Michoacán, al no requerir al instituto electoral de
Michoacán la información que para el partido era reservada.
Este agravio resultó fundado en criterio de la Sala Regional.
El teem señaló que los hechos aludidos por la demandante ocurrieron fuera de Morelia, en municipios como Tacámbaro, Tarímbaro,
Apatzingán, Quiroga, entre otros, por lo que no podían ser valorados en la nulidad correspondiente y que los hechos de Morelia se
plantearon en términos vagos e imprecisos.
La Sala consideró que la razón asistía a la demandante porque
la autoridad responsable no fundó ni motivó el acto reclamado.
En este agravio, la parte demandante refirió que grupos delincuenciales habían presionado al electorado para no acudir a votar
por el pan, señalando 17 hechos acompañados de diverso material que pretendía acreditar la presencia de grupos delincuenciales y por lo que requería la nulidad de la elección.
Entre las pruebas presentadas se encontraron notas periodísticas, la relatoría del asesinato, el 2 de noviembre de 2011, del
Vertiente
Salas
presidente municipal de La Piedad, lo cual refirió como hecho público y notorio. Asimismo, presentó las denuncias hechas por el
propio pan en la mesa de distensión política instalada en el Protocolo de Seguridad, en las que denunció diversos hechos y solicitó apoyo para la seguridad de sus candidatos.
De entre las pruebas presentadas para fundar este agravio
destaca el desplegado aparecido el 12 de noviembre de 2011,
en el periódico A.M., con un tiraje de 20,000 ejemplares, que señaló: “Si los azules ganan las muertes en el estado y municipios
serán todos los días”.
El 21 de noviembre, el canal de televisión Milenio transmitió
una grabación de audio que reproduce la conversación de un presunto líder de la Familia Michoacana7 y una persona del sexo femenino vecina del municipio de Tuzantla. A juicio del actor, esta
grabación mostraba la forma en que el crimen organizado participó e influyó en las elecciones.
La Sala consideró que algunos de los hechos planteados en
la demanda sí tenían vinculación con la elección del municipio de
Morelia y que la autoridad responsable debió analizar los argumentos del partido enjuiciante. La Sala calificó el argumento del
Tribunal Electoral local como “reduccionista”, al declarar la inoperancia del agravio por “vago y genérico”, y, por consecuencia,
falto de fundamentación y motivación. Por ello, con plenitud de
jurisdicción se enfocó a resolver este agravio.
En primer término, señaló la Sala de alzada que las afirmaciones de la demandante se refieren a hechos concretos y que debieron ser analizados, en su momento, por el teem; en ese mismo
orden de ideas, afirma que cualquier manifestación proveniente
de la delincuencia organizada que pretenda inhibir el ejercicio libre del voto afecta la equidad en la contienda y, por ende, la certeza en las elecciones.
7
Regionales
La Familia Michoacana fue una organización criminal dedicada principalmente al
narcotráfico y a la extorsión, cuya base principal de operación estuvo en el estado
de Michoacán, aunque también desarrollaba actividades en el Estado de México
y Guerrero.
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Comentarios
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del Tribunal
Electoral
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Sin embargo, la Sala consideró que varios de los hechos descritos por la demandante tuvieron lugar en otros municipios, diversos a Morelia, por lo que no se acreditó el nexo causal entre
la conducta descrita y la elección que se pretendía anular. Pese
a lo anterior, consideró que hay otros hechos que impactaron en
toda la entidad en conjunto, incluido el municipio de Morelia, como las notas periodísticas o las inserciones, y consideró también
que hay hechos que se desarrollaron específicamente en el municipio de Morelia, por lo que procedió a analizarlos.
En el caso de las solicitudes que presentó Acción Nacional a
las autoridades locales y federales para informar acerca de reportes de amenazas y coacción, la Sala Regional consideró que
las copias simples de las solicitudes son contingentes con la respuesta que, en todo caso, pudieran dar las autoridades a las que
están dirigidas y que lo único que probaron es que solicitó dicha
información sobre las presuntas irregularidades.
Por lo que se refiere a los hechos relativos a la imposibilidad de algunas organizaciones de ciudadanos para acreditar
observadores electorales en algunas regiones del estado por
cuestiones de seguridad, las denuncias de presión por parte
del crimen organizado y el análisis de diversas columnas, cuyas afirmaciones se basan en notas periodísticas, la Sala consideró que éstas acreditan únicamente de manera indiciaria lo
que en ellas se consigna.
La Sala Regional consideró que, al hacer una valoración
conjunta de sus contenidos, lo único que se desprendió es la
presunción del clima de inseguridad que se vive en la entidad,
pero no se desprendió de manera alguna que los ciudadanos
hayan emitido su voto presionados.
En este agravio, la demandante presentó otros hechos fundados, además de en notas periodísticas, en otros medios probatorios como denuncias ante el Ministerio Público y pruebas
documentales y técnicas como volantes, panfletos y directorios
electrónicos. En este rubro, la Sala se pronunció señalando que
tanto los panfletos como los volantes son manifestaciones de las
Vertiente
Salas
que no se puede inferir lógica o empíricamente, que efectivamente provocaron en el electorado vulneración al principio de libertad
del sufragio, y que constituyen libres manifestaciones de ideas.
De acuerdo con la evaluación que hizo la Sala Regional del
material de probanzas ofrecido por la actora, se advierte que, solamente de manera indiciaria, existió vulneración al principio de libertad de sufragio que no ameritó la nulidad de la elección, por lo
que consideró el agravio insuficiente para acreditar la irregularidad.
Regionales
V. Nulidad de elección por violación
a principios constitucionales
Como ya se ha señalado en apartados anteriores, en 2007 se
transformó el marco legislativo y constitucional para establecer
bases más sólidas en materia de nulidades electorales, esto con la
clara intención de desvanecer del panorama electoral la controvertida causal abstracta de nulidad. Así, la reforma al artículo 99, párrafo 4, fracción II, de la cpeum, estableció que las Salas Regionales
del tepjf solamente pueden anular por causas previstas en la ley,
y no por causal abstracta. Aparentemente las reglas estaban claras: solamente por supuestos previstos expresamente en la norma
secundaria, las Salas Regionales podrían anular elecciones.
Sin embargo, la práctica ha mostrado que hay casos excepcionales de irregularidades que no estando previstas en la norma
secundaria electoral acometen atentados graves contra principios
o preceptos constitucionales fundamentales de la democracia
mexicana. Así, puede acontecer que las inconsistencias o irregularidades, aun cuando no estén contempladas en la ley electoral
local o federal, constituyan una conculcación directa a disposición constitucional, en la cual se determine cómo deben ser las
elecciones para calificarlas como democráticas. De presentarse
casos en los que las irregularidades sean contrarias a una disposición constitucional, este acto puede afectar o viciar de manera
determinante el proceso comicial y esto puede conducir a la invalidez de la elección por ser contraria a la Constitución federal.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
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Dentro de estos principios constitucionales, incorporados en
la carta fundamental, en la reforma de 2007 se establece, entre otros, el otorgamiento de la administración y asignación de
tiempos del Estado para los partidos políticos mediante su distribución, en forma exclusiva, a la autoridad administrativa electoral; la contratación directa por parte del ife de tiempos en radio
y televisión para la difusión de propaganda electoral; la prohibición de que los partidos contraten, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión, y la
prohibición de que cualquier persona pueda contratar propaganda para influir en las preferencias electorales.
En consecuencia, al tener dichas disposiciones constitucionales el carácter de norma suprema, y por ende plenamente vinculantes, resulta innegable, a decir de la Sala, que si en un proceso
se demuestra la existencia de actos contraventores de la Constitución deben ser calificados como no amparados por el sistema
nacional y deben ser privados de validez y no producir efectos.
Tales conclusiones son, a juicio de la Sala Regional, resultado de una interpretación sistemática y funcional de los artículos
39, 40, 41, 99 y 116 de la ley fundamental, y no de una apreciación gramatical.
Como se apuntó, el artículo 99, fracción II, de la Constitución
establece que las Salas del Tribunal Electoral sólo podrán declarar la nulidad de una elección por causas expresamente previstas en la ley. La intelección literal de dicha norma implicaría que,
a falta de regulación expresa, no podría determinarse la nulidad
de una elección al margen del cumplimiento o no de los imperativos constitucionales.
En cambio, dice la Sala Regional que de la correlación hecha
de los artículos arriba mencionados se establece una serie de
mandamientos para las elecciones que para ser funcionales deben tener aplicación. En este tenor, sugiere la Sala que estimar
la previsión del artículo 99, fracción II, de la Constitución, relativa
a la exigencia de decretar la nulidad de las elecciones por causales que estén expresamente previstas en la ley, se refiere a leyes
secundarias, en las que se delimitan los casos ordinarios de nuli-
Vertiente
Salas
dad; no entraña excluir la posibilidad de construir causa de invalidez de los comicios cuando se acredite la violación de distintas
normas en materia electoral previstas por la ley suprema, pues
“basta con justificar fehacientemente que se han contravenido
dichas normas de manera generalizada y grave, y que ello es
determinante en la elección para declarar su invalidez”.
Por lo anterior, la Sala procedió a examinar las irregularidades
aducidas como causa de invalidez de la elección, aun cuando algunas de ellas no se encuentran previstas literalmente como tales
en norma secundaria.
Del análisis de los motivos de disenso formulados por el partido político actor, es posible establecer válidamente que, a juicio
de la Sala, de los 12 agravios expuestos en la demanda, únicamente se demostraron dos en plenitud de jurisdicción:
Regionales
1) El relativo a la transmisión por cable del cierre de campaña
de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista
de México en el estado de Michoacán.
2) La transmisión en televisión abierta de propaganda política
en periodo prohibido por la ley a favor del pri.
Así, la Sala Regional consideró que en el caso de las irregularidades consistentes en la transmisión en televisión de propaganda electoral y política, relativas a la difusión del cierre de campaña
y de difusión de propaganda política en periodo de reflexión electoral, a favor del pri, resultaron violatorias de la Constitución federal y de los principios de equidad, certeza y legalidad.
El principio de equidad se vulnera cuando los partidos políticos o terceros contratan o utilizan espacios en radio y televisión
fuera de los pautados por el Estado. La Sala afirmó que la equidad es uno de los valores superiores del ámbito electoral.
Resultó evidente que las transmisiones controvertidas no fueron autorizadas ni ordenadas por el órgano constitucional autónomo que tiene facultad exclusiva para hacerlo, es decir, el ife,
con lo que se dejó en desventaja, a decir de la Sala, a los otros
partidos participantes en la contienda electoral.
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Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
La resolución en comento señaló que las transmisiones
posicionaron al pri de manera indebida frente a los electores que
siguieron ambos actos por televisión. Lo anterior en franca violación, según el dicho de dos de los tres magistrados de la Sala
Regional Toluca, de los principios de certeza y legalidad.
Para el criterio mayoritario de la Sala, la “vulneración al principio de legalidad resulta evidente” por conductas “caprichosas
y arbitrarias, que deben inhibirse en todo Estado democrático”
(ST-JRC-117 2011).
En cuanto al grado de afectación por la violación al precepto
constitucional, la Sala Regional la consideró grave, ya que, en
sus palabras: “confronta de manera directa a la norma fundamental, así como a los principios de equidad, certeza y legalidad”
(ST-JRC-117 2011).
En cuanto a la transmisión, por televisión por cable, del acto
de cierre de campaña de los partidos Revolucionario Institucional
y Verde Ecologista de México, la Sala señaló que de los 45 minutos de duración de éste, el candidato a la presidencia municipal de
Morelia apareció como figura central alrededor de cinco minutos.
En cuanto a la difusión de propaganda política del pri, con el
logotipo en los calzoncillos del pugilista Juan Manuel Márquez,
la Sala Regional consideró que a pesar de que se transmitió en
cadena abierta a todo el país, solamente en Michoacán había
elecciones al día siguiente, y que dada la inmediatez de los comicios no se dio tiempo a los otros partidos para reaccionar y el
pri no se deslindó. Es precisamente con base en este criterio de
inmediatez entre la aparición de lo que la Sala considera propaganda política del pri y las elecciones en Michoacán lo que, a dicho de la mayoría de los magistrados de dicha Sala, resultó de
gran impacto, ya que ninguno de los afectados pudo tomar medidas que disminuyeran, en su caso, las consecuencias del presunto actuar ilícito del pri.
En ese mismo orden de ideas, la Sala consideró que se trató de
conductas graves y sistemáticas, ya que no se producen de
forma aislada, sino que se advierte una preparación clara […]
56
Vertiente
Salas
para posicionarse frente a los demás contendientes de manera
irregular (ST-JRC-117 2011, 781).
Regionales
En cuanto a la infracción, que resulta determinante para invalidar la elección impugnada, la Sala Regional consideró que
la difusión de la propaganda electoral y política
sin duda generó efectos negativos que atentan contra la
libertad del voto en tanto que pueden constituir un factor
determinante que influya en el ciudadano para orientar su
elección electoral (ST-JRC-117 2011, 811).
La misma Sala Regional reconoce que “los efectos de actos
de tal naturaleza difícilmente pueden ser medidos de manera precisa”; sin embargo, apreció, de acuerdo con su criterio, que existieron diversos factores que pueden evidenciar si la difusión de
los actos citados pudo generar afectación a la libertad del ciudadano para emitir su voto.
En un argumento vago, en la página 814 de la resolución
(ST-JRC-117 2011), la Sala afirma que hay otros elementos que
pueden determinar la voluntad del ciudadano, factores “ajenos incluso al análisis razonado de las opciones políticas”. Desde estas afirmaciones genéricas, la Sala arriba a la conclusión de que
las conductas desplegadas incidieron en el ánimo del elector y
desequilibraron la contienda en favor del pri.
En la resolución en comento, la Sala pretende establecer
un nexo causal entre la diferencia de votos y la manipulación
del voto mediante las dos transmisiones televisivas señaladas.
La votación total en el municipio de Morelia fue de 304,134 votos y la diferencia entre el primer y el segundo lugar fue de 2,317
votos en 923 casillas, lo que arroja una diferencia de 0.76%
calificada por la Sala como “mínima”.
El criterio mayoritario consideró que las conductas violatorias
de la Constitución federal, consistentes en las transmisiones televisivas concatenadas con la mínima diferencia, produjeron
una incertidumbre en el resultado porque al propagarse estas
57
Comentarios
a las Sentencias
del Tribunal
Electoral
conductas ilícitas, en los medios de comunicación masiva, al
alcance de cualquier ciudadano, resultó “evidente” que cualquier
variación mínima que se presentara en el electorado pudo ser determinante para revertir los resultados.
Por lo expuesto, la mayoría de los magistrados de Sala
Regional del tepjf acordaron revocar la resolución impugnada y
declarar la nulidad de la elección de miembros del ayuntamiento
de Morelia, Michoacán.
VI. Voto disidente de la magistrada
Adriana Margarita Favela Herrera
En su voto particular, la magistrada Adriana Margarita Favela
Herrera, disiente de la mayoría, específicamente en los puntos
resolutivos segundo y tercero, correspondientes a la declaratoria de nulidad de la elección de miembros al ayuntamiento de
Morelia, Michoacán, y a la notificación de esta circunstancia al
Honorable Congreso del Estado de Michoacán.
Por lo que refiere a la transmisión del encuentro deportivo,
celebrado el 12 de noviembre de 2011, en Las Vegas, Nevada,
consistente en la pelea de box entre Juan Manuel Márquez y
Emmanuel Dapidran Pacquiao, Manny Pacquiao, el cual fue
transmitido por televisión abierta, la magistrada Favela piensa
que las consideraciones que sirvieron al teem para desestimar
el agravio deben seguir rigiendo el fallo primigenio.
La magistrada Favela concuerda con el criterio del Tribunal local, que señaló, en la resolución primigenia, que la propaganda
electoral es distinta a los eventuales efectos que pueda producir
en el electorado; si bien la propaganda electoral tiene como finalidad influir en el electorado, el éxito en esa tarea es una cuestión
diversa para cuya medición intervienen muy diversos factores.
Señala la magistrada que acreditar la propaganda electoral
no guía de manera clara e incontrovertible a sus consecuencias
y efectos, los que debieron ser demostrados con bases objetivamente medibles.
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Insiste la disidente en que ha sido criterio reiterado de la autoridad electoral que, tratándose de nulidad, además de acreditar la irregularidad prevista en la legislación, deben demostrarse
las repercusiones en el resultado de la elección correspondiente
y que éstas fueron determinantes.
La autoridad responsable concluyó que no había demostración
alguna, que el hecho indirecto de la referida propaganda electoral no había contenido relación con la elección del ayuntamiento
de Morelia, Michoacán, y menos aun con sus resultados. Lo anterior, aunado a que la pelea se había desarrollado en el extranjero y que no se advirtió que fuera organizado por instituto político
alguno o que se hiciera mención, durante la transmisión, de las
elecciones en Michoacán.
La magistrada Favela disintió, específicamente, de la consideración de que la transmisión por televisión de dicho encuentro deportivo constituyó una irregularidad grave con la determinancia
suficiente para invalidar la elección impugnada.
Lo anterior, porque —según la magistrada Favela— el criterio sostenido por la mayoría es incongruente, ya que a pesar de
que coincide con el criterio mayoritario de que no se puede considerar el logotipo en los calzoncillos del púgil como propaganda
electoral porque no cumple con los requisitos establecidos en la
propia legislación electoral, lo cierto es que la mayoría concluyó,
de manera incongruente, que tal circunstancia constituye una violación a lo dispuesto por el artículo 51, párrafo 2, del ceem, que
establece el periodo de veda electoral.
Desde la perspectiva de la magistrada, la transmisión de la
pelea no vulneró el supracitado dispositivo porque no se puede considerar como propaganda electoral, la cual está prohibida
por el artículo 51, párrafo 2, del ordenamiento invocado, ya que
el emblema portado por el boxeador no tuvo como finalidad directa o indirecta comprobada promover el voto a favor de ningún
partido o candidato. Es más, entrevistado en días posteriores a
la anulación electoral, Juan Manuel Márquez señaló, ante diversos medios de comunicación, que su única intención, fundada en
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el principio de libre manifestación de las ideas, era expresar su
propia convicción y que era completamente ajeno al tema de las
elecciones en Michoacán, ignorando por completo el hecho de
que al día siguiente de su pelea habría comicios en el estado.8
Aunado a lo anterior, Favela recuerda que en las páginas 74952 el criterio sostenido por la mayoría señala que “no se acredita la determinancia de dicha irregularidad”; así las cosas, en esta
parte de la sentencia la mayoría señaló:
Que ante la ausencia de elementos que permitan establecer
con un alto grado de probabilidad y certeza los datos que el
actor proporciona, es inconcuso que no le asiste la razón al
partido político en cuanto a la determinancia que pretendía
mostrar con la irregularidad en estudio (ST-JRC-117/2011,
749-52).
Conclusión que la magistrada Favela considera correcta.
Sin embargo, pese a ésta, de manera incongruente, en los resolutivos de la sentencia se afirma que la irregularidad ya señalada sí fue determinante para el resultado de la elección municipal,
ello a pesar de que al principio el magistrado ponente señaló que
no se contaron con elementos objetivos para acreditar la determinancia de dicha irregularidad.
Pero lo que resulta escandaloso, y bien señalado por la magistrada, es que esa incongruente conclusión se obtiene de sostener
como elemento concluyente el margen de diferencia de votos entre el primer y segundo lugar, lo cual es insuficiente a todas luces.
Aun cuando la transmisión del referido acto se considerara
una violación a lo dispuesto en el artículo 51, párrafo 2, del código electoral local, lo cierto es que esa supuesta irregularidad (no
acreditada como tal) no fue determinante para el resultado de la
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Desde temprana hora del 13 de noviembre de 2011, el pugilista se deslindó de la
irregularidad fundada en la portación del emblema del pri (ap 2011).
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mencionada elección municipal, por lo menos en lo que a verdad
legal, probada en las actuaciones judiciales, se refiere.
Respecto de la transmisión del cierre de campaña de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México, por
un canal de televisión por cable, la magistrada Favela considera
que tampoco hay evidencia de que dicha transmisión fuera determinante para los resultados obtenidos en la elección impugnada.
No basta con que se demuestre una violación a un principio
constitucional para que, por sí misma, se decrete la nulidad de
una elección, ya que para ello es indispensable que se acredite
que dicha irregularidad fue determinante para el resultado de la
elección respectiva.
En consecuencia, la magistrada consideró que las dos aparentes irregularidades que han quedado acreditadas en el expediente no son de la entidad suficiente para anular la elección de
los integrantes del ayuntamiento de Morelia, Michoacán.
La lgsmime permite acudir al recurso de reconsideración contra las sentencias de las Salas Regionales cuando éstas hayan
determinado la no aplicación de una ley electoral por considerarla
contraria a la Constitución, y en el expediente ST-JRC-117/2011
no se actualiza esta hipótesis; por lo tanto, la desafortunada resolución resultó inatacable.
Regionales
VII. Reflexiones finales
Ante la fragilidad, a todas luces expuesta, de los argumentos de
la resolución en comento, vale hacer algunas reflexiones a manera de conclusión.
Si bien esta resolución puede ser un ejemplo digno de tomarse
en cuenta por lo que se refiere a lo que no debe hacer un juzgador, habrá que elaborar conclusiones acerca de la misma, algunas de las cuales fueron expuestas por la Sala Superior del tepjf
al momento de resolver el juicio de nulidad en el que se impugnó
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el resultado de la elección de gobernador en Michoacán, acontecida en el mismo proceso electoral del 13 de noviembre de 2011
y atacada judicialmente por el pan, con los mismos argumentos
con los que se impugnó la elección del ayuntamiento moreliano.
Por lo que se refiere a la presunta violación del principio de libertad de sufragio, derivada del uso del emblema institucional del
pri en el calzoncillo del boxeador Juan Manuel Márquez, uno de
los elementos en los que pretende anclar su argumento el magistrado ponente es en la supuesta falta de deslinde del partido
por la comisión de esta irregularidad. Así, la Sala Regional afirma que el Revolucionario Institucional no se deslindó de la portación de su emblema por el púgil en la multicitada pelea, dejando
la posibilidad a un argumento nada claro que pudiera apuntar a
que implícitamente el pri convalidaba y consentía la portación del
logotipo. Nada más alejado de la realidad. El 13 de noviembre,
al inicio de la sesión correspondiente a la jornada electoral, ante
el Instituto Electoral del Estado de Michoacán, el representante
institucional del pri hizo el deslinde formal correspondiente, no
pudiendo hacerlo antes porque no estaban en sesión a las 23:00
horas del día inmediato anterior, momento de la transmisión de la
contienda boxística.
En cuanto a la transmisión por un canal de televisión por cable del cierre de campaña de Fausto Vallejo Figueroa, candidato a la gubernatura, y la aparición por más de cuatro minutos del
candidato a la alcaldía, no puede tampoco hablarse de inequidad. Sólo hay que recordar el hecho, notorio y sabido por los seguidores de dicho canal televisivo y acreditable con el historial de
programas pautados, consistente en la transmisión de los cierres
de campaña de los candidatos al gobierno del estado de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática.
Aunado a la endeble construcción argumentativa de los resolutivos, en ambos casos, los motivos esgrimidos por la Sala para anular la elección constituyen conductas ajenas al candidato
o al partido. Nunca se comprobó en el expediente la contratación
del logotipo en los calzoncillos de Márquez ni la transmisión en
Vertiente
Salas
televisión de paga del cierre de campaña para la gubernatura del
pri, y mucho menos se probó la determinancia de ambos hechos
en el resultado electoral.
Por lo que se refiere a la presunta propaganda política hecha
por Juan Manuel Márquez en su contienda boxística, nunca se
comprobó la participación directa del candidato o del partido político en cuestión en la decisión del púgil para vestir ese día el emblema del pri, ni se demostró la intención de que con ese hecho
se condicionara o programara el voto moreliano. Dicho llanamente: no hay prueba o indicio consistente que vincule la campaña de
Wilfrido Lázaro Medina con los calzoncillos del boxeador.
En cuanto a la participación de Wilfrido Lázaro Medina en la
transmisión por CB-televisión del cierre de campaña de Fausto
Vallejo Figueroa, no se demostró la determinancia de este hecho en el resultado electoral y, por ende, la pretendida inequidad electoral.
En ambos casos, los argumentos sostenidos por la Sala Regional con sede en Toluca fueron desestimados por la Sala Superior,
al resolver la impugnación de la elección de gobernador en el estado de Michoacán, desarrollada en la misma jornada electoral
del 13 de noviembre de 2011. La impugnación, enderezada también por el pan contra el Revolucionario Institucional, se sustenta
en los mismos argumentos esgrimidos en la impugnación municipal, sin embargo, la Sala Superior enmienda la plana de la Sala
Regional declarando la validez de la elección para gobernador.
Analizar la resolución en comento da para mucho. Hablar de
anulación de una elección es hablar de la máxima penalización
en el sistema electoral; es un tema que no debe admitir caprichos
ni argumentos falaces.
Dentro de la argumentación de la Sala Regional para anular
la elección municipal de Morelia en 2011, se pueden encontrar
ideas peligrosas en la práctica, como la posibilidad de establecer limitaciones excesivas a la libertad de expresión —de las
preferencias políticas en lo individual— como el portar el emblema del partido de la preferencia de cada uno y las libertades de
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información de las empresas de comunicación; esto, porque nunca se comprobó adquisición ilegal o irregular, por lo menos, de espacios radioeléctricos, y se sancionó a un instituto político y a su
candidato por la manifestación libre de las preferencias políticas de
un tercero completamente ajeno a la contienda electoral.
Sin embargo, uno de los puntos más delicados de esta resolución es el relativo a que el fallo muestra una grave inconsistencia argumentativa: los magistrados que lo suscriben objetan
que no se puede determinar qué tanto influyeron ambas transmisiones en la decisión de los morelianos, pero de cualquier
manera anularon la elección.
El anclaje central del falaz argumento es la existencia de violación al artículo 41 de la Constitución federal, por lo que se estaría configurando la causal de nulidad por violación de principio
constitucional. Sin embargo, nunca se demostró la irregularidad
como tal y su determinancia en el resultado electoral.
La elección de integrantes del ayuntamiento de Morelia se repitió y el 1 de julio de 2011, Wilfrido Lázaro Medina, candidato común
de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de
México, ganó la elección extraordinaria con una ventaja de 7,544
votos respecto del segundo lugar, el candidato postulado por el
pan y el partido Nueva Alianza. Ésa fue la segunda vez que ganó
unos comicios para ocupar el mismo cargo, porque ocho meses
antes había derrotado al mismo candidato, pero con una diferencia menor, de 2,117 votos. Esta diferencia triplicada en el proceso electoral extraordinario debería decir algo.
La elección se repitió porque la Sala Regional de la V Circunscripción decidió que el emblema del pri en los calzoncillos de un
boxeador, cuya pelea se transmitió para todo México, desde Las
Vegas, Nevada, la noche inmediata anterior a la jornada electoral, fue un elemento suficiente para condicionar el voto de los
morelianos y producir una elección con “una mínima diferencia”,
violando el principio constitucional de equidad en las elecciones;
esto sin argumentar cómo o por qué arribó a tan delicada conclusión. Aunado a este endeble argumento, la resolución que anuló
Vertiente
Salas
la mencionada elección municipal intentó anclarse, sin mayor
éxito argumentativo, en el hecho, débilmente sostenido, de que
el candidato Lázaro Medina apareció por casi cinco minutos en
una transmisión, en televisión por cable, del cierre de campaña
para gobernador en el estado de Michoacán, violando, a dicho
de la mayoría de la Sala, las reglas de distribución de tiempo en
espacio radioeléctrico asignado por el ife.
El voto de la Sala estuvo dividido. La votación mayoritaria fue
aportada por el magistrado ponente, Santiago Nieto Castillo, y
el magistrado Carlos Morales Paulín, mientras que la magistrada Adriana Favela Herrera formuló un interesantísimo voto disidente en el que se manifestó en contra de anular la elección al
no encontrar fundamentada la gravedad de la violación a principios constitucionales.
Tal vez una de las lecciones más importantes que debería dejar el análisis de esta resolución y su impacto en el ámbito político y electoral de todo el estado de Michoacán es la relativa a
repensar el papel de los órganos electorales.
No se debe olvidar la teleología que da origen y sustento a las
instituciones electorales: salvaguardar los principios democráticos.
Su compromiso debe estar con la construcción de la democracia.
Este fallo, además de desafortunado, resultó peligroso porque vulnera un principio básico de la democracia, que es el respeto al
voto, y pone en entredicho la eficacia de los órganos electorales
y su congruencia con los objetivos para los que fueron creados.
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Encuadernadora Progreso, S.A. de C.V. (iepsa), calzada
San Lorenzo 244, colonia Paraje San Juan, CP 09830,
México, DF.
Su tiraje fue de 2,500 ejemplares.
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