Miguel de Unamuno

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SPAN 764: Spanish American Fiction II
Martes, 11 de marzo del 2008
Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno es el autor más discutido y más leído
entre críticos y filósofos en nuestro tiempo.
Ibarra y Machado
da Rosa dice que Unamuno no sólo plasma el problema del ser
humano
de
existir,
sino
también
influyó
ramificaciones
políticas, religiosas y sociales dentro y fuera de España (257).
Bautizado por Azorín, Unamuno pertenece a la Generación del 98,
un
grupo
de
intelectuales
que
tratan
la
preocupación
del
problema de España.
Miguel de Unamuno nació en Bilbao en 1864.
era católico y muy ferviente en su fe.
Desde pequeño
Estudió filosofía en
Madrid y fue profesor de griego en la Universidad de Salamanca y
más tarde rector de la misma.
En 1924, por su oposición a la
dictadura política, fue desterrado.
Vivió seis años en Francia
y regresó a España en 1930 para vivir en Salamanca donde allí
murió en 1936.
Unamuno escribió varias producciones: ensayos, novelas y
poesías.
Entre los ensayos se destacan En torno al casticismo
(1902), Mi religión y otros ensayos (1910), Vida de don Quijote
y Sancho (1905), y Del sentimiento trágico de la vida en los
hombres y en los pueblos (1913).
Rosa,
Unamuno
no
es
un
pensador
Según Ibarra y Machado da
frio
en
sus
ensayos.
Al
contrario, es un escritor que da trozos de su corazón en cada
palabra que él escribe para su audiencia (258).
En
sus
poesías,
se
destacan
Poesías
(1907),
Rosario
sonetos líricos (1911) y El Cristo de Velázquez (1910).
de
Según
Ibarra y Machado Da Rosa, Unamuno “fue un gran poeta” fecundo
aunque sus poemas eran “muy desigual, pero siempre tremendamente
personal”
(258).
Aunque
Unamuno
se
establece
como
un
gran
poeta, Unamuno es más reconocido por sus novelas filosóficas.
En las novelas se destacan Paz en la guerra (1897), Niebla
(1914), Abel Sánchez (1917), y San Manuel Bueno, mártir (1931).
Las novelas de Unamuno son reflejos de su infancia y juventud.
A
través
de
la
novela,
Unamuno
intenta
dar
a
la
vida
un
significado metafísico pero ofrece solamente duda, incertidumbre
y preguntas sin respuesta (258).
En el género de la novela, Unamuno comienza la nivola.
Según Granjel, en estos tiempos se exigían unos patrones rígidos
de procedimientos a la hora de escribir y publicar una novela:
una temática particular, líneas de tiempo y acción específicas,
convencionalismo social.
pero
aceptado
por
Son una especie de guión no escrito
todos.
Unamuno
comenzó
esta
ruptura
con
Niebla (1914) en que Unamuno muestra la vida de su personaje,
Andrés, como un sueño.
Esta ruptura lo explica Unamuno en el
prólogo de Niebla (1914):
[...] He oído también contar de un arquitecto arqueólogo que pretendía derribar una
basílica del siglo X, y no restaurarla, sino hacerla de nuevo como debió haber sido hecha y
no como se hizo. Conforme a un plano de aquella época que pretendía haber encontrado.
Conforme al proyecto del arquitecto del siglo X. ¿Plano? Desconocía que las basílicas se
han hecho a sí mismas saltando por encima de los planos, llevando las manos de los
edificadores. También de una novela, como de una epopeya o de un drama, se hace un
plano; pero luego la novela, la epopeya o el drama se imponen al que se cree su autor. O
se le imponen los agonistas, sus supuestas criaturas. Así se impusieron Luzbel y Satanás,
primero, y Adán y Eva, después, a Jehová. ¡Y ésta sí que es nivola, u opopeya o trigedia!
Así se me impuso Augusto Pérez. Y esta trigedia la vio, cuando apareció esta mi obra,
entre sus críticos, Alejandro Plana, mi buen amigo catalán. Los demás se atuvieron, por
pereza mental, a mi diabólica invención de la nivola. Esta ocurrencia de llamarle nivola –
ocurrencia que en rigor no es mía, como lo cuento en el texto– fue otra ingenua zorrería
para intrigar a los críticos. Novela y tan novela como cualquiera otra que así sea. Es decir,
que así se llame, pues aquí ser es llamarse. ¿Qué es eso de que ha pasado la época de
las novelas? ¿O de los poemas épicos? Mientras vivan las novelas pasadas vivirá y revivirá
la novela. La historia es resoñarla.
Unas de las novelas más leídas y discutidas de Unamuno es
San
Manuel
Bueno,
mártir.
En
esta,
el
autor
concretiza
y
comparte su lucha trágica de vivir, su deseo de creer y tener
vida eterna después de vivir pero la escasez de fe para creerlo.
En el curso SPAN 756 con la Prof. Hernández-Ojeda, estudiamos
una cita de Unamuno que explica la esencia de Unamuno:
“Soy un hombre que dice una cosa con el corazón y la
contraria con la cabeza. De esa lucha hago mi vida”.
Es a partir de esta cita vemos que Unamuno no es simple filosofo
de la vida, sino más bien un hombre que comparte su lucha con el
lector.
Según la Real Academia Española, el existencialismo es el
movimiento filosófico que trata de fundar el conocimiento de
toda realidad sobre la experiencia inmediata de la existencia
propia.
Según
Shaw
el
existencialismo
“emergió
como
un
movimiento en la literatura y filosofía del Siglo XX, heredera
de los argumentos de filósofos como Kierkegaard, Nietzsche y
Unamuno” (260).
Como ya se ha dicho, Unamuno emplea el arte
como un medio para expresar las inquietudes de su espíritu.
Este
movimiento
y
inquietud
son
evidentes
en
su
novela
San
Manuel Bueno, mártir.
En suma, se puede decir que Unamuno es un gran escritor que
ha cambiado la manera de pensar a nueva generaciones.
Y se
puede decir que la voz de Unamuno estará con nosotros por un
buen tiempo.
Unamuno
toma
Sin embargo, lo que es importante reconocer es que
un
lugar
especial
no
solamente
por
escribir
literatura filosóficas, sino por dibujarse así mismo en tinta y
hoja para convertirse en el espejo el cual nos medimos en esta
vida.
Obras citadas
Ibarra, F. & Da Rosa, A. Antología de Autores Españoles Antiguos
y Modernos II. New Jersey: Prentice Hall, 1972. 257-258.
Granjel, L. Panorama de la Generación del 98. Madrid: Ediciones
Guadarrama, S.L., 1959.
Jeschke, H. La Generación de 1898 en España. Chile: Ediciones de
la Universidad de Chile, 1950.
Shaw, D. La Generación del 98. Segunda Edición. Madrid: Ernest
Benn, LTD, 1978.
Unamuno, M. Niebla. Madrid: Cátedra Letras Hispánicas, 2005.
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