A PRIORI El término 'a priori' parece tener, en principio, un sentido meramente negativo, definido por su contraposición a lo 'a posteriori'. Desde esta perspectiva, significaría "lo que es independiente de la experiencia en su formación u origen". Sin embargo, tiene dos dimensiones cuya calificación en Kant es positiva: (1) 'A priori' como teniendo su origen en la razón pura, pues es función propia de la razón suministrar los principios a priori del conocimiento o ser la razón pura la que suministra los conocimientos a priori que así gozan de universalidad y necesidad. (2) 'A priori' como condición necesaria de la experiencia, identificándose así con la noción de 'trascendental'. Así los principios puros del Entendimiento, como juicios sintéticos a priori, son principios necesarios para que la experiencia misma sea posible. De esta manera, la noción de 'A PRIORI' añade algo más a la noción de 'PURO'. Este último término refiere a aquello que no contiene nada empírico y en este sentido todo lo 'a priori' es puro. Pero no todo lo puro es 'a priori', es decir, condición necesaria de experiencia. La noción leibniziana de 'mónada', por ejemplo, es una representación pura, pero no por ello es condición necesaria de experiencia. Tampoco lo son las representaciones típicas de la razón, las ideas. Por otra parte y paralelamente, Kant utiliza la oposición CONTINGENTE-NECESARIO. La contingencia define el conocimiento empírico, y la necesidad el conocimiento a priori. 'Empírico' y 'Contingente' son intercambiables en Kant, al igual que 'a priori' y 'necesario'. (Neus Campillo, Manuel Ramos: Materiales de Historia de la Filosofía para COU y Bachillerato Experimental: Kant. Generalitat Valenciana. Conselleria de Cultura, Educació i Ciencia)