EL ENFERMO MENTAL EN NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO Dra. Elvira Grimaldi de Caldera Dra. Graciela Bilbao de Romer PROLOGO Nuestro estudio versará sobre el incapaz por defecto intelectual grave, denominado "entredicho"; el débil de entendimiento y el pródigo sometidos al régimen de inhabilitación, circunstancia que prueba en el primer caso que la persona aun cuando es mayor de edad no tiene aptitud para ejercer por sí los derechos que le corresponden. Por esta razón, la interdicción es una institución jurídica establecida en provecho del propio individuo a quien se le impone y hasta cierto punto en bien de la sociedad; en el segundo caso: el inhabilitado o débil de entendimiento es el individuo que se encuentra en un estado " habitual de defecto intelectual" pero notan grave que lo haga incapaz totalmente de proveer a sus intereses y en el tercer caso; el pródigo que se trata de una verdadera anomalía psíquica, que en los casos más graves constituye una enfermedad o debilidad mental. En nuestro trabajo trataremos tan sólo la enfermedad mental, aunque no hay duda sobre las importantes consecuencias jurídicas de la enfermedad física, tanto en la esfera del Derecho Público como del Derecho Privado, y en particular en el campo específico de la capacidad; pero ello justifica un tratamiento aparte por cuanto en sí no afecta la capacidad volitiva y,.en consecuencia, no limita la capacidad de obrar, aunque puede hacer difícil la administración del patrimonio del afectado, lo que implicará la necesidad de protección jurídica. (1) Von Tuhr. Derecho Civil. Teoría General del Derecho Civil Alemán. Vil. 1-2. Las Personas. Ed. Depalma. Buenos Aires. 1946. p.p. 49 y 55. INTRODUCCION La salud, del latín salus - intem, se entiende como "el estado en que el ser viviente animal o vegetal, ejerce con normalidad todas sus funciones" mientras que la enfermedad se le puede definir como conjunto de signos y síntomas que tienen la misma evolución y proceden de una cosa específica de origen no siempre conocido y que provocan una alteración más o menos grave de la salud. Según su curso pueden ser: a.- Aguda: cuando aparece bruscamente y dura poco b.- Crónica: de evolución larga, en ocasiones de años. De conformidad con los estudios clásicos se deben distinguir entre las enfermedades mentales o psicosis aguda y las enfermedades mentales o psicosis crónica. Sin embargo, esto no supone una oposición entre formas curables o incurables, puesto que ciertas formas agudas son rebeldes a la terapéutica, mientras que las formas crónicas pueden ser beneficiosamente influidas por los tratamientos. Lo que caracteriza a las enfermedades mentales o psicosis aguda es el estar constituidas por síntomas cuya yuxtaposición u organización permiten prever su carácter transitorio. Se trata de crisis, accesos o episodios más o menos largos que, ciertamente, pueden reproducirse, pero que presentan una tendencia natural a la remisión e, incluso, a la restitutio ad íntegrum. Dentro de este grupo distinguiremos: las psiconeurosis emocionales, las manías, las melancolías, las psicosis delirantes y alucinatorias agudas, las psicosis confesionales y los trastornos mentales de las epilepsias. Lo que caracteriza las enfermedades mentales crónicas es el presentar espontáneamente una evolución continúa y progresiva que altera de manera persistente la actitud psíquica. Según su grado de potencialidad destructora pueden distinguirse dentro de este grupo: las neurosis, las psicosis esquizofrénicas y finalmente las demencias. Los estados de retraso mental forman un grupo aparte en la medida en que se trata de agenesias del desarrollo más bien que de una disolución o desestructuración del ser psíquico. Las enfermedades mentales no son "entidades anatomo-clínicas" sino formas de existencia o de conciencia patológicas, que se distinguen y definen por su fisonomía clínica, su estructura y su evolución. La alteración de las facultades mentales es una de las causales más necesarias de incapacidad que existen: el ser privado de razón, total o parcialmente, no se encuentra en condiciones de realizar obra de voluntad consciente, obra jurídica los actos jurídicos no podrían emanar más que de un cerebro lúcido, apto para apreciar su significación y calcular su alcance, y los actos ilícitos mismos no podrían comprometer la responsabilidad de aquél que los ha realizado inconscientemente sin haberlos querido; a decir verdad quien los realizó no es su autor, en el sentido filosófico y jurídico de la palabra. Clasificaremos a las enfermedades en cuatro grupos: el primero comprende todas las perturbaciones mentales (locura e imbecilidad); el segundo grupo trata de las enfermedades que privando al hombre de los medios naturales de comunicación, le obligan a valerse de procedimientos extraordinarios para manifestar los acuerdos de su voluntad (sordomudez), el tercero, contiene las afecciones que disminuyen la independencia del hombre sin causar la privación (ceguera y demás alteraciones de los órganos visuales); y por último el cuarto grupo está constituido por aquellas imperfecciones fisiológicas congénitas o adquiridas que incapacitan al hombre para el cumplimiento de uno de los fines del matrimonio; la procreación (impotencia). La capacidad jurídica del sujeto supone, como condición indispensable, la existencia de ciertos requisitos y propiedades generales, en cuanto concurren a la realización de los fines humanos. Si, pues, el hombre necesita, para el libre y ordenado ejercicio de su capacidad jurídica, del íntegro y normal funcionamiento de la inteligencia, la enfermedad que a éste afecte, perturbándola, ora permanentemente, ora de un modo pasajero y transitorio, modificará en grado proporcional el ejercicio de su capacidad de derecho. Las enfermedades que afectan a las facultades intelectuales no modifican el ejercicio de la capacidad jurídica, considerado el sujeto como fin, sino en concepto de causa o ser llamado a cumplir fines, y fines personalísimos, pues los que no tienen este carácter sufren una suspensión, y cuando no son susceptibles de aplazamiento, queda encomendado su cumplimiento al guardador. CAPITULO I ANTECEDENTES HISTORICOS SOBRE LA PROTECCION DEL ENFERMO MENTAL EN NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO Nuestro ordenamiento civil (1862) ya consagraba para el demente habitual una "curaduría", que implicaba la privación de la administración de sus bienes (Ley VIII. Artículo 1°) En la reforma de 1867 se protege al enfermo mental a través de una curatela, al incluirlo dentro de la enumeración de los incapaces para administrar sus bienes (2). En efecto, en el artículo 239 se señalan como tales a las siguientes personas: a.- el loco o demente, aunque tenga intervalos lúcidos b.- el sordomudo que no sabe leer y escribir. c.- el pródigo d.- el que esté sufriendo interdicción civil. La diferencia estriba entre éste último y el "loco demente", en que la interdicción procedía por locura grave, privaba totalmente de capacidad y sujetaba la persona del enfermo a la potestad del curador; en cambio, en los casos de locura o demencia menos grave, el juez podía prohibir únicamente la ejecución de ciertos actos (3). En el código civil de 1873, por primera vez el Legislador utiliza la misma expresión de nuestro ordenamiento vigente para referirse a la enfermedad mental que amerita una privación de la capacidad negocial; estado habitual de defectio intelectual (Artículo 361); y también define aquella enfermedad mental, menos grave, que justifica solo una limitación de la capacidad: la debilidad de entendimiento y la prodigalidad (Artículo 376) (4). (2) Código Civil de 1867. Articulo 238. En efecto, el artículo 243 rezaba así: "El Tribunal podrá según los casos y circunstancias, declarar la interdicción absoluta del incapaz, o prohibirle únicamente ejecutar ciertos actos" (3) En este ordenamiento jurídico el que prevé la tutela para los enfermos mentales más graves y la curatela para los menos graves, en la misma forma de nuestra legislación actual. En las sucesivas reformas de 1880,. 1904, 1922 y 1942, no se produjeron cambios en esa materia (5) . Nuestro ordenamiento civil vigente establece a favor de los enfermos mentales una incapacidad de protección (6). Prevé tanto la privación absoluta de la capacidad negocial como una limitación a la misma, de acuerdo al grado de enfermedad y en relación con la incidencia de ésta en la aptitud para proveer a la protección del propio patrimonio y de la propia persona. El legislador ha sido particularmente cuidadoso en mantener esta relación proporcional; ello se advierte en la facultad que atribuye al Juez para determinar si procede de la interdicción, que priva totalmente de capacidad, o la inhabilitación que únicamente la limita; y aún en este último supuesto, el Juez podrá apreciar el grado de incapacitación que requiere el individuo y, en consecuencia, estará facultado para determinar a cada inhabilitado su propio régimen (7). En este mismo sentido, cuando el problema mental es transitorio, el legislador se limita a consagrar la posibilidad de impugnar el acto aislado que el individuo haya realizado en ese estado (8) . (4) (5) Sobre la prodigalidad como falla de voluntad Véase infra pág. Código Civil de 1880. Artículos 367 y 382. Código Civil de 1916 Artículos 420 y 438. Código Civil de 1922. Artículos 420 y 438. (6) Véase: Aguilar, Derecho Civil I - Personas UCAB. Manuales de Derecho. Caracas 1977. P. 193. Dominici Aníbal, Comentarios del Código Civil Venezolano. Caracas. Imprenta Bolívar 1897. 1905. Tomo 1. p.p. 507-508, señala que la interdicción judicial se ha establecido en interés del entredicho a quien la Ley ampara, como al menor en su incapacidad.... (7) Véase Código Civil Artículo 409. (8) Debe demostrarse que para el momento de la realización del acto existía un grado de perturbación que impedía una real manifestación del consentimiento. En el campo de la responsabilidad delictual, el papel de la enfermedad mental es determinante, por cuanto esta materia se rige por el principio del discernimiento para el momento de la realización del hecho ilícito (9). Por otra parte, nuestro Código Civil prevé la protección de la persona del enfermo mental; en este sentido además de someterse al enfermo grave a la potestad de un tutor, establece para éste como primera obligación, la de hacer todo lo necesario para que el enfermo recobre su salud, es más, ordena que los frutos de su patrimonio sean destinados, fundamentalmente, a ese fin. Sin embargo, notamos un. vacío en la Ley, en la contratación de servicios médicos y en la responsabilidad de los establecimientos asistenciales. LA ENFERMEDAD MENTAL EN EL DERECHO COMPARADO En todas las legislaciones modernas, la enfermedad mental da lugar a sistemas de protección tanto del individuo afectado como de la sociedad en la que éste se desenvuelve. El grado de protección depende en buena medida, de la intensidad de la enfermedad, tanto en lo relativo a la calidad de la misma como a su habitualidad. En este orden de ideas, la protección civil al enfermo mental fluctúa entre la limitación de la capacidad negocial y la privación total de la misma; y, la sujeción, en consecuencia, a un régimen de curatela o a un régimen de tutela, con las implicaciones que éste último tiene en cuanto al gobierno de la persona del enfermo. Así, la legislación alemana somete a tutela a los mayores de edad' que, por causa de enfermedad mental, de embriaguez o de prodigalidad, sean declarados entredichos, como resultado de un procedimiento judicial (10). La tutela se ejerce bajo la vigilancia directa de tribunales especiales de tutela. La curatela es un régimen excepcional que sólo se admite en los casos en que el mayor de edad requiere gestor 0 representante para uno o varios negocios determinados, o en que por ausencia u otros motivos, no pueda atenderlos (11). (9) Código Civil. Artículo 1186. Código Civil Alemán B.G.B. Artículo 1906. Tomado de Ennercerus, Kipp-Wolff. Tratado de Derecho Civil. Apéndice, Bosch, Casa Editora. Barcelona 1955. (11) Código Civil Alemán. Articulo 1909. (10) En cuanto a la legislación Argentina, el Código Civil de 1871 establece que podrán ser declarados incapaces los dementes y los sordomudos que no supieran darse a entender por escrito. La Ley 17.711 de 1968 reformó esta materia al enumerar las siguientes categorías de personas cuya capacidad puede verse afectada, previa intervención judicial: a.- Los enfermos mentales que no tengan aptitud para dirigir su persona y sus bienes (12). b.- Los que por embriaguez habitual o uso de estupefacientes corran el riesgo de realizar actos que perjudiquen su persona o sus bienes (13). c.- Los que sin llegar al supuesto del artículo 141 (14), tengan disminuidas sus facultades en un grado que hace presumir que el ejercicio de su plena capacidad pueda perjudicar su persona o su patrimonio (15). d.- Los pródigos, cuando expusieron a su familia a la pérdida del patrimonio (16). e.- Los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito y padezcan de enfermedad mental (17). En Ecuador, están sujetos a curaduría general "los que por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar sus bienes y los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito". Los ebrios consuetudinarios "que serán sometidos a interdicción civil que se regirá por las reglas referentes a la interdicción de los disipadores, en cuanto fueron aplicables. Tanto la tutela como la curatela requieren discernimiento. (12) Argentina. Código Civil. Articulo 141. (Introducido por la Ley 17.711 de 1968) "Se declaran incapaces por demencia las personas que, por causa de enfermedades mentales no tengan aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes". (13) Argentina. Ley 17.711 de 1968. Artículo 152 bis. Ord. 1° (14) Véase nota N° 12 (15) Argentina Ley 17.711 Artículo 152 bis. Ord. 2° (16) Argentina. Ley 17.711 Articulo 152 bis. Ord. 3° (17) Argentina. Ley 17.711. Artículo 155. Es de destacar que el sordomudo es declarado incapaz por el solo hecho de no poderse dar a entender por escrito; sin embargo, si el médico dictamina que padece además de enfermedad mental, se le seguirá el trámite de incapacidad por demencia, lo cual tiene ciertos efectos en su esfera familiar (Véase infra 6). La norma reza así; "El examen de facultativos verificará si pueden darse a entender por escrito. Si no pudieren expresar su voluntad de ese modo, los médicos examinarán también si padecen de enfermedad mental que les impida dirigir su persona o administrar sus bienes y en tal caso seguirá el trámite de incapacidad por demencia". En el Código Civil brasileño se consagra la curatela para los mayores de edad locos, sordomudos sin educar y pródigos, previa declaración judicial (18). El Código Civil Español sujeta a tutela a todos los incapaces para gobernarse a sí mismos (19) y enumera, además de los menores no emancipados a los "locos o dementes" aunque tenga intervalos lúcidos y a los sordomudos que no sepan leer ni escribir; a los declarados pródigos por sentencia firme y a "los que estuvieren sufriendo de interdicción civil " (20). El Código Civil Mexicano, vigente en el Distrito y Territorio Federal, somete a tutela a todos los que adolezcan de incapacidad natural o legal, y enumera en estas categorías a los menores; "los mayores de edad privados de inteligencia por locura, idiotismo o imbecilidad, aún cuando tengan intervalos lúcidos", los sordomudos que no sepan leer ni escribir; los "ebrios consuetudinarios" y "los que habitualmente hacen uso de drogas enervantes" (21). El Código Civil Soviético consagra la tutela y curatela "para la defensa de la persona incapacitada para obrar y de sus derechos e intereses legítimos, así como para salvaguardia de su patrimonio en los casos previstos por la Ley (22). La tutela se prevé para los declarados "débiles o enfermos mentales" y la curatela para los mayores de edad que "por su estado no pueden por sí mismos defender sus derechos" (23). (18) Brasil: Código Civil Artículo 446. Decretó 24.559 del 03.07.1934 sobre asistencia y protección de la persona y bienes de los psicópatas. Decreto 20.930 del 11.01. 1932 sobre toxicómanos. Código de Procedimiento Civil. Artículo 612. (19) Código Civil Español. Artículo 199. (20) Código Civil Español. Artículo 200. (21) Código Civil Mexicano del Distrito y Territorios Federales. Artículo 450. (22) Código Civil de la URSS. Artículo 68. Tomado de Legislación Soviética Moderna. Unión Tipográfica. Editorial Hispanoamericana. México 1947. (23) Código Civil de la URSS. Artículo 69 y 70 Ob cit. En el ordenamiento jurídico de la República de El Salvador se somete a curaduría al "mayor de edad que se halla en un estado habitual de demencia... aunque tenga intervalos lúcidos... (24). El nuevo Código de Familia de Cuba somete a tutela a los "mayores de edad que hayan sido declarados judicialmente incapacitados para regir su persona y bienes por razón de enajenación mental, sordomudos o por otra causa" (25). El ordenamiento civil Portugués somete a tutela a aquellas personas que por anomalía psíquica, sordomudez o ceguera sean incapaces para gobernar su persona o sus bienes, y a curatela a los individuos cuya anomalía psíquica, sordomudez o ceguera sea tan grave que justifique su interdicción, a los pródigos y aquellos que por abuso de bebidas alcohólicas o de estupefacientes son incapaces de regir convenientemente su patrimonio (26). El Código Civil Uruguayo somete a curaduría general a los incapaces mayores de edad e incluye dentro de éstos a los dementes que tengan intervalos lúcidos y a los sordomudos que no pueden darse a entender por escrito. Colombia establece la interdicción provisional y la definitiva para el demente, el cuales provisto de un curador que puede ser testamentario, legítimo o dativo. El Código Civil Colombiano contempla la curaduría para los pródigos o disipadores que "han sido puestos en entredicho de administrar sus bienes" y si el disipador es extranjero, el juicio puede ser propuesto a instancia del funcionario diplomático o consular correspondiente (27). (24) Código Civil de El Salvador. Artículo 457. Código Civil Chileno. Artículo 456. Código de Familia de Cuba. Artículo 139. Ord. 22 (26) Código Civil de Portugal. Artículos 138 y 152. Artículo 138: "Podem ser interditos do excercicio dos seus direitos todos aquelles que por anomalía psíquica, surdez mudez ou ceguera se mostren incapaces de governar sues pessoas e ben". Artículo 152: "Podem ser inabilitados os individuos cuya anomalía psíquica surdez - mudez ou ceguera, embora de caracter permanente, mas sejade tal modo grave que justifique a sus interdicao, assim como aquellas que, pela sua habitual prodigalidade ou pelo abuso de bebidas alcoolicas ou estupefacientes, se mostren incapazes de reger convenientemente e seu patrimonio". (27) Código Civil Colombiano Artículo 531. (25) En el Derecho Suizo la tutela para los mayores enfermos mentales o que adolezcan de debilidad de espíritu que los haga incapaces de dirigir sus negocios, o que no puedan pasar sin cuidados o socorros permanentes o amenacen la seguridad de otros (28); o aquellos que por prodigalidad, embriaguez, mala conducta o daños a gestión de sus negocios, se exponen o exponen a su familia a la miseria (29), y los condenados a un año o mas de privación de libertad (30). En esta legislación existe también la llamada "tutela voluntaria" que se organiza a petición del propio interesado si demuestra que está impedido para dirigir convenientemente sus negocios por causa de debilidad senil, de cualquier enfermedad o bien de su inexperiencia (31). La curatela sólo se admite para la hipótesis en que un mayor de edad no puede atender por sí mismo un negocio urgente o cuando los intereses del incapaz estén en pugna con los de su representante o cuando éste se halla impedido (32). (28) Código Civil suizo Artículo 370. Código Civil Suizo Artículo 371. (30) Código Civil Suizo Artículo 372. (31) Código Civil Suizo. Artículo 269. (32) Código Civil Suizo. Artículo 269. (29) CAPITULO II CLASES DE ENFERMO MENTAL EN EL DERECHO POSITIVO A.-Defecto intelectual grave El Artículo 393 del Código Civil establece: "El mayor de edad y el menor emancipado que se encuentre en estado habitual de defecto intelectual que los haga incapaces de proveer a sus propios intereses, serán sometidos a interdicción, aunque tengan intervalos lúcidos". En primer término vale la pena analizar la expresión " estado habitual"; tal expresión representa un término medio entre lo pasajero y lo permanente y es lo que permite la presencia de un intervalo lúcido. Es habitual el defecto cuanto tiene caracter permanente y durable, sin que se exija que sea incurable, es decir, que un simple trastorno mental capaz de producir un estado de inconciencia momentánea de carácter pasajero, no sería el estado habitual requerido por la Ley, pues de un acto no se podrá deducir la existencia del defecto grave exigido para la interdicción, de tal manera que la presencia de una alteración mental como consecuencia de una enfermedad pasajera no sería suficiente, como tampoco la producida por el consumo de alcohol o drogas sino se demuestra que por esas causas ha quedado afectado el ejercicio de la inteligencia y de la voluntad. (33). La psiquiatría moderna admite que ciertos trastornos pasajeros por su naturaleza pueden hacerse crónicos y en ese caso se configurará el estado habitual. En segundo término, la expresión "defecto intelectual" exigida para la interdicción debe ser grave y por tal motivo es totalmente diferente la incapacidad en las personas que se hallan en estado habitual de defecto intelectual absolutamente privadas de voluntad y discernimiento, de la de aquellos cuyo estado de debilidad de entendimiento no es tan grave. (33) On. cit. Domicini. Pág. 508. Sanojo Luis (Instituciones de Derecho Civil Venezolano) 1953. Madrid-Tomo I. Pág. 304. "una enajenación de cortos días proveniente de algún accidente transitorio no es suficiente motivo para que se tome una medida de tal trascendencia". La calificación "intelectual" del defecto, es criticada por algunos autores, considerando más precisas expresivas como "defecto mental" o "defecto psíquico", por cuanto interpretan que el legislador ha querido cubrir no sólo el aspecto cognoscitivo, sino también el volitivo (34) Es indudable que la capacidad de obrar requiere la capacidad de querer, por cuanto aquella tiene un sentido dinámico: la aptitud de la persona para realizar directamente actos de relevancia jurídica; a diferencia de la capacidad jurídica que es un concepto de naturaleza estática: la aptitud de la persona para ser sujeto de derecho. Nuestro Legislador al utilizar una expresión tan poco precisa como "defecto intelectual" permite y ello debe destacarse como positivo, la inclusión de una gama de perturbaciones mentales siempre , que sean graves y habituales, a diferencia de otras legislaciones que enumeran las alteraciones que justifican una incapacitación civil y limitan, en consecuencia, la interpretación que puede hacer el Juez del informe psiquiátrico. El sistema seguido por algunos ordenamientos jurídicos como es el Colombiano, que establece en el artículo 545 del Código Civil" al adulto que se halle en estado habitual de imbecilidad o idiotismo, de demencia o de locura furiosa" ha sido criticado por considerase que no está en armonía con los modernos conocimientos de la psiquiatría, pues existen una serie de estados mentales que no pueden encajar, en una enumeración legal, pero que sin embargo determinan en el individuo una incapacidad para proveer a sus propios intereses. Por otra parte, las investigaciones científicas continúan y cada día nuevos tipos de alteraciones mentales se definen, y la Ley no puede ser modificada al paso en que la ciencia avanza, por lo-tanto resulta más conveniente la utilización de expresiones amplias que permitan la ubicación dentro de la norma de los nuevos términos médicos. En tercer lugar, la expresión "intervalos lúcidos", utilizada por nuestro legislador no desvirtúa la habitualidad, es más, expresamente consagra lo contarlo al igual que muchos otros ordenamientos jurídicos (El Código Civil Colombiano, Boliviano, Chileno, etc). (34) Aguilar. Ob. cit. Pág. 373. "Se ha sostenido por el contrario que la persona que presenta intervalos lúcidos es la que más necesita de la incapacitación civil, por cuanto que aquella que sin intermitencia presenta un estado de locura, seguramente hará pública su incapacidad natural en el seno de la sociedad donde vive y será menos frecuente la contratación con ella, y en todo caso resultará más fácil la anulación de sus negociaciones. La psiquiatría moderna critica la expresión "intervalos lúcidos" porque la considera un resto del Derecho Romano, donde se tomaban en cuenta los períodos intermediarios en que el "furiosus" presentaba cierta calma. Actualmente los avances científicos han tratado de erradicar este concepto, demostrando que no existen verdaderos intervalos lúcidos es decir, sostienen que cuando existe una anomalía en el psiquismo, el individuo aunque revele en determinados momentos una notable claridad mental en muchas de sus actuaciones procederá de acuerdo a su perturbación. B. La debilidad de entendimiento Puede consistir en la pérdida de la memoria, en la imposibilidad de contraer seguidamente la atención a los asuntos comunes de la vida, la dificultad de racionar, etc; o ser congénita, resultar de una enfermedad cuyas consecuencias no son reparables o efecto de la edad avanzada de la persona; estado en que el ejercicio de las facultades intelectuales existe, pero menoscabando en mayor o menor grado. El débil de entendimiento al que se refiere el Legislador, en el artículo 409 del Código Civil, es un individuo que se encuentra en un estado habitual de defecto intelectual pero no es tan grave, que lo haga incapaz totalmente de proveer a sus intereses, de tal manera que difiere del artículo 393 ejusdem, en la gravedad de la anomalía desde un punto de vista cuantitativo o sea, que todo depende del grado de capacidad mental que queda al enfermo y la apreciación de éste corresponde a los fines de su protección del sujeto al Juez (35). (35) Von Tuhr. Vol. 1-2 P. 59: "En sus supuestos y efectos, la interdicción por enfermedad constituye un plus frente a la que corresponde por debilidad. ' Dominici, ob. Cit. pág. 528. el ejercicio de las facultades intelectuales existe, pero menoscabo en mayor o menor grado". En conclusión, los débiles de entendimiento son aquellas personas que, no pudiendo decirse que están completamente enajenadas, tampoco se puede asegurar que están en pleno uso de sus facultades mentales. Son los que no tienen la inteligencia bastante desarrollada. La Doctrina también está acorde que se deben catalogar entre ellos a los monomaníacos (36), o los beodos consuetudinarios, ya que la voluntad en estos casos, está casi destruida, quedando sólo en el fondo un pensamiento relajado, y tenue. Como la apreciación es aquí de hecho, tienen los Tribunales, a quienes les toca dilucidar la cuestión, completa facultad para resolver sobre si la persona de que se tratase entredicho o débil de entendimiento. Nuestra jurisprudencia interpreta la debilidad de entendimiento como "normalidad psíquica limitativa de la capacidad mental, que puede alcanzar diversidad de formas y grados, pero sin llegar a la pérdida total de la razón (37). C.-Prodigalidad El pródigo es aquel que por desorden del espíritu o de las costumbres, disipa su fortuna en gastos sin sentido. Dos elementos deben considerarse en la apreciación de la prodigalidad: los gastos deben ser excesivos, es decir, que no puede explicárselos de una manera plausible. Resulta difícil dar una definición de la prodigalidad; como todo los defectos, es relativa, susceptible de más y de menos, capaz incluso de tornarse en virtud. Se requiere una conducta habitual, no basta un acto aislado. Conducta que importa no en cuanto haya sido ya dañosa, sino en cuanto, siendo de presumible continuidad será perjudicial en el futuro. Se trata de impedir su continuación pero lo hecho ya, no es atacable. Es preciso que dicha conducta sea contraria a los dictados de conciencia social, cosa que ocurre cuando alguien dilapida o derrocha su fortuna o, sinrazón ni tino emprende negocios arriesgados que seguramente le harán perder su capital. Sin embargo, las empresas aventuradas no son por sí socialmente condenables, sino sólo cuando, habida cuenta de las circunstancias, resulten irrazonables. Por otro lado no es necesario que los actos del sujeto sean inmorales, pues también es pródigo quien, por ejemplo, destina todos sus ingresos a obras benéficas y, así, se arruina. (36) (37) Monomanía - locura o delirio parcial sobre una sola idea o un solo orden de ideas. Nuevo Diccionario ilustrado Sopena. Pág. 698. Véase Planchart Hernández, Antonio., Jurisprudencia Sen. del 22.1.49 p.p. 76 - 79. La conducta socialmente condenable ha de crear un peligro injustificado 138% para el patrimonio del pródigo que repercuta en perjuicio de sus familiares más allegados (herederos forzosos),pues no se tiende a proteger a aquél sino a éstos. Así cuando de seguir realizándose los gastos de que se trate, vendrán a faltar los medios necesarios para el sostenimiento de la familia, o el día de mañana no quedará legítima alguna, a tenor de lo que, razonablemente gobernado, el patrimonio del pródigo permite esperar. (38) El peligro, procediendo de tal conducta, sería injustificado; y, en cuanto sea justificado, procederá necesariamente de una conducta socialmente no condenable. Por ejemplo, corre peligro de arruinarse y dejar a los suyos en la miseria quien emplea todos sus medios en obtener la curación de un hijo enfermo. Pero el gasto está justificado porque la conciencia social no estima condenable la conducta que consiste en hacerlo; y, por eso, no pone trabas a que se siga haciendo. CAPITULO III LA INTERDICCION. CONCEPTO Y GENERALIDADES Es una institución creada para gobernar a los enajenados mentales, a los locos como son vulgarmente denominados. Esto debido al desequilibrio total de sus mentes no pueden gobernarse a sí mismos, no pueden discernir, ni distinguir entre lo bueno y lo malo; mucho menos pueden proveer respeto a sus intereses, de ahí que la Ley en su amparo sustituye su capacidad por un tutor que los representará un consejo de tutela, y el tribunal, vigilando y controlando las gestiones de aquellos. Como lo entredichos, están en una situación de excepción frente a los capacitados en general, se les crea un régimen de excepción que es el objeto de nuestro trabajo. Ahora bien, si estudiamos el entendimiento humano, la facultad de pensar y discernir nosotros podemos formar tres zonas al respecto. La primera, compuesta de los normales, es decir, aquellos que pueden desenvolverse mas o menos bien su vida es la zona clara. La segunda, de aquellos que aunque con cierta normalidad se les observa ciertos inconvenientes mentales, originados por el desarrollo imperfecto de sus facultades, es la zona gris, bastante difícil de descifrar ya que la persona que se trata de examinar presenta marcadamente caracteres de hombre normal y en otros aparece completamente desequilibrado, y por último, la tercera, que es la denominada zona negra, que es aquella en la que brilla por su ausencia el discernimiento, la voluntad, es el campo en el que se hallan los enajenados o entredichos. Es decir, que en aquellos casos en que el mayor de edad carece totalmente de discernimiento y voluntad es sometido a interdicción en razón de su incapacidad natural y por ende queda sometido a una incapacidad plena, general y uniforme. El régimen correspondiente es el de la representación: la tutela de entredichos por defecto intelectual. Por otra parte, por razones de defensa social y en orden al cumplimiento de condenas penales, la Ley declara entredicha a la persona condenada a la pena de presidio durante el tiempo de éste. Esta interdicción implica una incapacidad plena, general y uniforme dictada en protección directa de un interés colectivo y no del interés individual del entredicho; en este caso el entredicho no queda sometido a potestad sino sujeto al régimen penitenciario. "El mayor de edad y el menor emancipado que se encuentren en estado habitual de defecto intelectual que los haga incapaces de proveer a sus propios intereses, serán sometidos a interdicción, aunque tengan intervalos lúcidos" (39). Existen en derecho dos (2) clases de interdicción - La interdicción por defecto intelectual La interdicción por condenación penal Entre ellas existen diferencias esenciales: la primera se ha establecido en interés del entredicho a quien la Ley ampara, como al menor en su incapacidad, y la interdicción penal se ha creado en resguardo de la sociedad. Para Aníbal Dominici, la interdicción en el primer caso es "favor" y en el segundo es "castigo". La interdicción judicial se fundamenta en una incapacidad que realmente existe. La interdicción penal se fundamenta en una incapacidad ficticia. De todo esto resulta qué en interdicción judicial es general ya que el sometido a ella por enajenación mental no puede ejercer ninguno de sus derecho civiles y la otra es limitada, porque el condenado a presidio puede testar y casarse. Para que una persona pueda ser sometida a interdicción es preciso que se halle en estado habitual de defecto intelectual, estado que no excluye los intervalos lúcidos. Este defecto puede ser por locura, demencia imbecilidad, etc. (39) Código Civil Venezolano. Artículo 393. No sería suficiente que se encontrare en aquel estado por consecuencia de una enfermedad, que puede pasar y recobrar el enfermo el uso de razón, ni podrá sostenerse tampoco que hay deficiencia en las facultades mentales sólo por el hecho de hallarse la persona en una vejez avanzada, entregada al uso del alcohol, de la morfina y otros narcóticos o acometida de una parálisis sino se prueba al mismo tiempo, que por efecto de esas causas se ha debilitado o abolido en ella el ejercicio de su inteligencia, su memoria y su voluntad de una manera casi total y permanente. CLASES DE INTERDICCIÓN La Interdicción puede ser Judicial y Legal. Es Judicial cuando resulta de un defecto intelectual habitual grave. Como su nombre indica es necesaria la intervención del Juez para pronunciarla. Determina una incapacidad de protección. La interdicción es Legal cuando resulta de una condena a presidio. Su nombre deriva de que impuesta la condena, el reo queda entredicho en virtud de Ley. Determina una incapacidad de defensa social. La interdicción es algo que interesa ala sociedad, al grupo social, ya que este importa que el incapaz tenga quien le represente, administre sus bienes y cuide su salud. Por eso las normas jurídicas que rigen la institución son de orden público. (40). La interdicción Judicial se ha establecido en beneficio del entredicho a quien la Ley ampara basándose en la incapacidad realmente comprobada y que se hace general, ya que el entredicho por enajenación mental no puede ejercer ninguno de sus derechos civiles. La interdicción judicial, dice Aníbal Dominici (41) es "favor".. Mal puede un cerebro enfermo (Legislación Francesa) apreciar el significado y el alcance de los actos jurídicos por él realizados y hablar de responsabilidad con relación -a los que ha llevado a cabo. Desde un punto de vista filosófico y jurídico, el enfermo mental que haya realizado un acto en tal estado, no puede ser considerado como autor del hecho. Así cualquier acto jurídico (matrimonio) (42) testamento, etc. que celebre un alienado, está afectado de "incapacidad integral" porque su capacidad ha dejado de ser para convertirse en incapacidad natural, general y absoluta, solo comparable a la de un niño. No basta con decir que el acto es nulo porque ha faltado la voluntad, sino que se le considera como inexistente. (40) (41) Código Civil Venezolano. Articulo 6. Comentarios al Código Civil Venezolano. Aníbal Dominici. Tomo I. Pág. 508. El Código Penal Venezolano, en el libro Primero, Titulo II, hace una división de las penas: Corporales y no corporales. Las penas corporales que también son restrictivas de la libertad son: 1.- Presidio; 2.- Prisión; 3.- Arresto; 4.- Relegación a una colonia penitenciaria; 5.- Confinamiento y 6.- Expulsión del territorio de la República. Las penas no corporales son: 1.- Sujeción a la vigilancia de la autoridad pública. 2.Interdicción civil por condena penal 3.- Inhabilitación política; 4.Inhabilitación para ejercer alguna profesión, industria o cargo, "etc (43). El mismo código señala que la pena de presidio debe cumplirse en penitenciaria y que la pena implica trabajos forzados dentro o fuera del establecimiento donde el reo cumple la condena. Establece nuestro Legislador en el Artículo 23 que la interdicción civil por causa criminal no podrá imponerse como pena principal sino únicamente como accesoria de la de presidio. Los efectos son privar al reo de la disposición de sus bienes por actos entre vivos y de la administración de los mismos, de la patria potestad y de la autoridad marital. La interdicción civil como accesoria a la pena de presidio implica: a.- El reo pierde durante el tiempo que dure la pena la facultad o el derecho de disponer de sus bienes por actos entre vivos y de administrarlos. Establece nuestro Legislador Civil en su artículo 408 que "el entredicho por condenación penal queda sometido a tutela". b.- Le priva del ejercicio dela patria potestad, en cuyo caso el Juez decidirá si ha de ejercerla el otro cónyuge salvo que demuestre que éste ha intentado corromper a los hijos o ha tolerado su corrupción o prostitución en cuyo caso se abrirá la tutela (44). (42) Código Civil Venezolano. Artículo 48, reza: Tampoco puede contraer válidamente matrimonio el entredicho por causa de demencia, ni el que no se halle en su juicio. Si la interdicción ha sido únicamente promovida, se suspenderá la celebración del matrimonio hasta que la autoridad judicial haya decidido definitivamente" (43) Código Penal Venezolano. Artículos 8 y 9. (44) Código Civil Venezolano. Artículo 192. ¿QUIENES PUEDEN PROMOVER LA INTERDICCION? "Pueden promover la interdicción el cónyuge, cualquier pariente del incapaz, el síndico procurador municipal y cualquier persona a quien le interese, El Juez puede promoverla de oficio" La ley no establece preferencias entre estas personas y así podrá un pariente lejano promover la interdicción, aún cuando existan otros más cercanos y aún, cónyuge (45). El Síndico Procurador Municipal podrá hacerlo, no obstante que existe alguna de esas personas, el Juez procederá de oficio, cuando encuentre motivos para ello. También tendrán interés en que se decrete la interdicción y por ende, derecho a promoverla, según los términos del artículo que venimos hablando, el presunto heredero testamentario del incapaz, el propietario de una casa de cuyo usufructo goce aquél, el acreedor como interesado es hacer válidamente el cobro de su crédito, el deudor que también lo está en que haya una persona legítima de su deuda, y las demás personas que se hallan en casos semejantes. El interés puede ser aquí actual o futuro, con tal que sea cierto; es conveniente para quien demanda la interdicción, presentar con la querella un justificativo en el cual determine ese interés por declaraciones testificables, a fin de evitar en lo futuro que lo opongan los interesados en sostener la capacidad del entredicho, una excepción de inadmisibilidad por falta de interés (46). Naturalmente que para el cónyuge y el pariente con sólo presentar las copias certificadas de matrimonio o de la parentela, bástales para satisfacer las exigencias del artículo, pues por ellas queda determinada la relación jurídica que los une. En cuanto al Síndico Procurador Municipal, tiene su justificación porque éste es el representante legal del conglomerado local, interesado también en despejar la incógnita que se plantea. El Tutor debe promover la interdicción de su pupilo en el último año de su menor edad, puesto que tiene que velar por la persona y los intereses de éste. Para Aníbal Dominici (47) la acción para solicitar la interdicción si bien la Ley la hecho en gran manera extensiva a unas personas se le permite por interés de piedad, a otros por interés pecuniario y a la autoridad en interés social. Fuera de ellas nadie más puede intentarla ya que sería sumamente peligroso para la libertad de los ciudadanos. (45) Algunos autores interpretan que el cónyuge divorciado tiene legitimación activa para solicitar la inhabilitación por prodigalidad mientras tenga vocación sucesoria o reciba alimentos del otro. (Borda. La Reforma del Código Civil. Inhabilitación. 29. P. 715. esp. V.P. 718.) (46) Código de Procedimiento Civil Venezolano. Artículo 257.Ordigal 1. (47) Dominici Aníbal. Ob., Cit. Pág. 511. EL JUICIO DE INTERDICCIÓN "La interdicción no se declarará sin haberse interrogado a la persona de quien se trate, y oído a cuatro de sus parientes inmediatos, y en defecto de éstos, amigos de su familia. Después del interrogatorio podrá el Juez decretar la interdicción provisional y nombrar un tutor interino" (48). El procedimiento judicial de interdicción corresponde al Juez, la investigación de datos que indiquen la necesidad de decretar la interdicción, previo interrogatorio del demandado o demente, oír a cuatro parientes y requerir el concurso de por lo menos dos facultativos. La acción del Juez, si encontrase razones para decretar la interdicción ha de ser rigurosa. Es así como la Ley permite, dada la urgente necesidad de proteger al alienado en su persona y en su patrimonio nombrar un tutor provisional o interino, que es consecuencia del decreto de interdicción provisional. Pero el Juez no está obligado en todos los casos a decretar esa providencia cautelar especial. Sólo lo está cuando la urgencia de la situación planteada así lo indique. La facultad es discrecional. Este juicio se compone de dos (2) partes: uno Sumario y otro Plenario. El Sumario comienza con la solicitud de interdicción o el auto por el que se manda proceder de oficio, y llega hasta la determinación de la interdicción provisional. El Plenario comienza con la misma sentencia provisional y la aceptación del curador continúa con el lapso probatorio que se abre en todo caso y termina con la sentencia definitiva, la cual debe consultarse siempre con el Tribunal Superior. La sentencia de interdicción provisional es la primera que se dicta en el estado sumaria¡ del juicio para declarar la interdicción promovida. Si es confirmada en la sentencia definitiva, es evidente que la incapacidad existió desde entonces. Declarada por sentencia definitiva la interdicción, se abre la tutela para el entredicho (49). (48) (49) Código Civil Venezolano. Articulo 396. Código Civil Venezolano. Articulo 397. Las disposiciones que rigen en materia del juicio de interdicción se hallan contempladas en los artículos 733, 734, 735, 736, 737,738 y 739 del Código de Procedimiento Civil. De la concatenación de éstas disposiciones podemos deducir lo siguiente: a.- Base esencial para declarar el Juez de Primera Instancia la interdicción provisional, es que se haga examinar el presunto entredicho por dos (2) Psiquiatras, si fuere posible, o si no por dos (2) Médicos. b.- Si el dictamen de estos peritos es desfavorables a el presunto entredicho, además queda demostrado en los interrogatorios, de acuerdo a la disposición contenida en el Artículo 738 del Código de procedimiento Civil, es obligatorio para el Juez declarar la interdicción provisional: si es favorable, no quiere decir que el juicio se acabe sino que se debe continuar en el procedimiento ordinario en donde se aclare si el demandado está o no enajenado. c.- Declárese o no la interdicción provisional, la causa sigue su curso siguiendo el procedimiento común. LA TUTORIA DEL ENTREDICHO Establece nuestro legislador civil, en su artículo 397, lo siguiente: "El entredicho queda bajo tutela y las disposiciones relativas a la tutela de los menores son comunes a la de los entredichos, en cuanto sean adaptables a la naturaleza de ésta". Por lo tanto, el entredicho tendrá un representante legal que es el tutor, un Consejo de tutela, un protutor y por encima de todos, ejerciendo sus delicadas funciones el Tribunal de Primera Instancia en lo Civil del domicilio del entredicho. Así mismo establece en su Artículo 398 ejusdem: "El cónyuge mayor de edad, y no separado legalmente de bienes, es de derecho tutor de su cónyuge entredicho. A falta del cónyuge, o cuanto éste se halle impedido, el padre y la madre acordarán, con aprobación del Juez cuál de ellos ejercerá la tutela del entredicho". No prevé nuestro legislador lo que procede cuando el padre y la madre no están de acuerdo, ni cuando sólo uno de los padres pueden ejercer la tutela ya que con respecto a él, está legalmente establecida la filiación y no lo esta con respecto al otro progenitor, o éste haya fallecido, sea inhábil para el cargo o se haya excusado del mismo. En nuestra opinión, si no existe acuerdo, la designación del progenitor que ha de ejercer la tutela corresponde al Juez y si solo uno de los padres puede ejercerla, a éste corresponde el cargo. Y por último, el Artículo 399 ejusdem, establece que "A falta de cónyuge padre y madre o cuando éstos estuvieren impedidos, el Juez nombrará tutor del modo previsto en el Artículo 309, a menos que el padre y la madre hayan nombrado tutor por testamento o por escritura pública previendo el caso de interdicción del hijo". REVOCATORIA DE LA INTERDICCIÓN "Se revocará la interdicción a instancia de los parientes, del cónyuge, del mismo entredicho, del Síndico Procurador Municipal o de oficio, cuando se prueba que ha cesado la causa que dio lugar ella. (Artículo 407 del Código Civil Venezolano). El Tribunal competente para la revocación es el del domicilio del tutor y puede ser o no el mismo que le decretó en primera instancia. Ahora bien, como las normas que regulan la interdicción pertenecen al orden público, tanto el Juez como el Síndico Procurador Municipal están obligados, si llegaren a tener conocimientos que han cesado los motivos que provocaron la interdicción, a solicitar la revocación, puesto que el legislador no puede privar indebidamente a una persona del libre ejercicio de sus derechos. A la revocación se pueden oponer las mismas personas que pueden solicitar la interdicción y se les admitirá "coma partes legítimas en las respectiva actuación." A diferencia de la tutela de menores, la tutela del entredicho, en principio, es perpetua; ésta termina por fallecimiento del alienado o por su retorno a la salud, requiriendo en éste último caso, la sentencia de levantamiento, rehabilitación o revocación. CAPITULO IV LA INHABILITACIÓN Artículo 409. Código Civil: "El débil de entendimiento cuyo estado no sea tan grave que de lugar a la interdicción, y el pródigo, podrán ser declarados por el Juez de Primera Instancia inhábiles para estar en juicio, celebrar transacciones, dar ni tomar a préstamo, percibir sus créditos, dar liberaciones, enajenar o gravar sus bienes o para ejecutar cualquiera otro acto que exceda de la simple administración, sin la existencia de un curador que nombrará dicho Juez de la misma manera que da tutor a los menores. La prohibición podrá extenderse hasta no permitir actos de la, simple administración sin la intervención del curador, cuando sea necesaria esta medida. La inhabilitación podrá promoverse por los mismos que tienen derecho a pedir la interdicción". En el antiguo Derecho Romano se conoció esta institución desde el punto de vista de la curatela. Se concibió para los llamados pródigos o sea," a todos los que disipasen sus bienes de cualquier procedencia que fuesen. Posteriormente generalizada esta institución tomó un nuevo carácter, no sólo en el de la familia, sino también en el del pródigo yen el de la sociedad entera. Bajo este derecho, al pródigo inhabilitado no se le concedía el derecho de administrar sus bienes, ya que asemejándolo al loco era considerado absolutamente incapaz, y era su curador quien administraba sus bienes. Posteriormente se creó la curatela de los "menti capti" a los sordos, a los mudos y a las personas atacadas por enfermedades graves. El antiguo Derecho Francés tomó del Derecho Romano las normas que regían a la inhabilitaciones, es decir, que las personas incapacitadas jamás podrían administrar ni disponer de sus bienes. En nuestro ordenamiento jurídico, a diferencia del Francés, la protección del pródigo no está encomendada a un Consejo Judicial sino a un tutor. En España sólo está organizada la de los pródigos. La inhabilitación (civil) consiste en una privación limitada de la capacidad negocia¡ en razón de un defecto intelectual que no sea tan grave como para originar la interdicción o en •razón de prodigalidad. Esta a su vez puede ser general o parcial. En el primer caso la persona puede ser inhabilitada para enajenar, gravar o hipotecar sus bienes permitiéndose los demás actos de administración y disposición; y en el segundo caso la persona puede ser inhabilitada en general de todo acto que exceda de la mera administración y aún privársele esta misma. CLASES DE INHABILITACIÓN En Venezuela está institución podemos enfocarla desde dos (2) puntos de vista: Judicial y Legal. Es Judicial cuando es declarada por el Juez de acuerdo a un procedimiento judicial, dentro de esta categoría se encuentran los pródigos y los débiles de espíritu. Es Legal cuando afecta a personas determinadas por la Ley sin que sea necesario un pronunciamiento judicial, es decir, se da de pleno derecho, nos referimos aquí a la del sordo mudo, al ciego de nacimiento, al que se hubiere cegado desde la infancia (50). En nuestro derecho pueden solicitar la inhabilitación y la revocatoria, las mismas personas que pueden demandar la interdicción (51), con la diferencia que aun cuando la inhabilitación se sigue por el mismo procedimiento de la interdicción, en ésta no podrá procederse de oficio ni decretarse inhabilitación provisional. (50) (51) Código Civil Venezolano. Articulo 410 Código Civil Venezolano. Artículo 409. CAPITULO V LA INTERDICCION COMO CAUSAL DE DIVORCIO EN VENEZUELA El Artículo 185 del Código Civil Venezolano, establece: "Son causales única de divorcio:...... Ordinal 7° La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el tratamiento médico del enfermo". Esta causal fue incluida en nuestro Código Civil a partir del 26 de Julio de 1982, con la Ley de Reforma Parcial del Código Civil, la cual era una vieja aspiración. Si tomamos en cuenta que nuestro ordenamiento jurídico acogía como fundamento del divorcio la tesis de la sanción, es evidente que la enfermedad mental no es imputable a quien la sufre, por ello cada vez se tiende más a la admisión de la tesis divorcio-remedio. Es innegable que la interdicción de uno de los cónyuges no permite el normal desenvolvimiento de la relación conyugal y familiar (52). La causal indicada termina ordenando que el Juez no podrá decretar el divorcio sin antes procurar la manutención y el tratamiento médico del cónyuge enfermo, cuando el divorcio sea invocado con tal fundamento. El cónyuge enfermo que ha sido demandado en divorcio, no ésta en la posibilidad de atender sus propios intereses. Luego no podrá procurarse los medios necesarios a su mantenimiento y a su tratamiento. Por ello, en base a la comunidad de vida que se ha mantenido, el legislador impone tal obligación humanitaria. (52) El Juez no decretará el divorcio sin antes prever la manutención y el tratamiento médico del entredicho. Para invocar la causa séptima a que antes hemos hecho referencia a los fines de incorporar el procedimiento de divorcio, se requiere en forma previa, haya sido declarada la interdicción. CASO DE LA TUTELA DEL ENTREDICHO DIVORCIADO El Artículo 187 del Código Civil Venezolano establece: "Si la tutela del entredicho divorciado era ejercida por su cónyuge se procederá de conformidad con lo dispuesto en los artículos 396 y 399; pero en este caso, el Juez tomará, a solicitud del tutor o de oficio, las medidas previstas en el Ordinal 7°- del artículo 185. Estas medidas cesarán en el caso de muerte del obligado, del beneficiario o cuando éste último es rehabilitado". En cuanto a la cesación relativa del tutor en su cargo la 'reforma del 82 estableció que "si la tutela del entredicho divorciado era ejercido por su cónyuge, una vez ejecutoriada la sentencia que declaró el divorcio; se procederá (a designarle tutor), conforme a los artículos 398 y 399 (Código Civil. Artículo 187, en conexión con el artículo 186). Ello quiere decir, que el Legislador del 82, salvo casos excepcionales, mantiene bajo la tutela de su contraparte al entredicho demandado por divorcio durante todo el tiempo que dure el juicio, lo que evidentemente no nos parece sensato. Según el artículo comentado las medidas establecidas en el Ordinal 7o del Artículo 185 cesan en las siguientes circunstancias: a.- Si muere el obligado b.- Si muere el beneficiario c.- Si se rehabilita el beneficiario. CAPITULO VI ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA INTERDICCION Y LA INHABILITACIÓN 1.- En cuanto a sus causas: La interdicción jurídica procede por un estado habitual de defecto intelectual grave, la inhabilitación procede por un defecto intelectual menos grave o prodigalidad. 2.- El sujeto pasivo en la interdicción judicial es el mayor de edad, el menor emancipado y el menor no emancipado en el último año de su menor edad. El sujeto pasivo en la inhabilitación son de iure: el sordo mudo, el ciego de nacimiento o el que hubiere cegado durante la infancia, por promoción el débil de entendimiento y el pródigo. 3.- El sujeto activo en ambas instituciones las promueven las mismas personas que son: el cónyuge; cualquier pariente del incapaz el Síndico Procurador Municipal; cualquier persona a quien le interese; el Juez, que puede promoverla de oficio. 4.- Es competente para conocer ambas instituciones el Juez de Primera instancia en lo Civil del domicilio del incapaz. 5.- En cuanto al procedimiento, la interdicción judicial presupone un juicio con dos (2) fases en el cual se pasa del Sumario a; Plenario por un decreto de interdicción provisional; el juicio de inhabilitación también tiene dos (2) fases, pero al final del Sumario no puede decretarse la inhabilitación provisional. 6.- La interdicción judicial deja al entredicho sometido a la potestad del tutor; la inhabilitación no priva al inhabilitado del gobierno de su persona. 7.- Nulidad de los actos: En la interdicción sólo el tutor, el rehabilitado y los herederos o causahabientes de éste, pueden intentarla. En la inhabilitación la puede pedir el curador, el inhabilitado y los herederos o causahabientes del inhabilitado. 8.- El plazo que se fija para pedir la nulidad de los actos en ambas instituciones es de cinco (5) años. 9.- Revocatoria: La inhabilitación se revocará cuando haya cesado la causa que originó al igual que en la interdicción. 10.- Registro del nombramiento del tutor y curador. CAPITULO VII JURISPRUDENCIA 1.- En materia de inhabilitación, señala la Corte "se estila la consulta sólo de las sentencias definitivas y no del decreto provisional de inhabilitación. En el procedimiento de inhabilitación por defecto intelectual iniciado por el Doctor José Eduardo Espinoza Dávila, ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil de esta Circunscripción Judicial, con miras a que se declare inhabilitado y, en consecuencia, sometido a la curatela de inhabilitación, a su padre, Julio César Espinoza Rondón, el Juez a-quo, en fecha 11 de enero de 1971, decretó la inhabilitación provisional del intelectualmente defectuoso. Subidos los actos en consulta a esta Corte, siendo la oportunidad para decidir, se observa: En materia de inhabilitación se estila la consulta sólo de las sentencias definitivas, porque éstas se pronuncia sobre el decreto provisional, confirmándolo o revocándolo, según sea el caso; y, de este modo, al revisarse el fallo definitivo o forzosamente también se examina el pronunciamiento del a-quo. Por los razonamientos expuestos, la Corte, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara que no es consultable el fallo provisional de inhabilitación, por lo que no tiene materia sobre que decidir. (Ramírez y Garay. 1971. Primer Trimestre. Pág. 36. Impreso en Venezuela.). 2.- Cualquiera que sea el grado de defecto intelectual, con tal que reúna las condiciones exigidas por el Artículo 393 del Código Civil y sea habitual, puede originar la declaración de interdicción o la declaración de inhabilitación. No exige la Ley Venezolana, como lo hace el Artículo 503 del Código Civil Francés, que la demencia sea notoria. El Artículo 393 del Código Civil no exige la notoriedad, de modo que el defecto intelectual puede ser conocido solamente de pocas personas; no es necesario que se haya generalizado su conocimiento, toda vez que la Ley exige la prueba de su existencia. Conforme a lo que acabamos de decir, la notoriedad, en Francia, es materia de prueba; entre nosotros sólo lo es la existencia del defecto. (Tribunales de la República. Volumen 4. Tomo 2°- Pág. 137. 101 C2/20-5.55. 3.- El entredicho no puede estar representado en el juicio sino por medio de su tutor, y que el mandato que él otorgara antes del juicio, una vez declarada la interdicción provisional ha cesado por Ministerio del Artículo 1704 del Código Civil, el cual no establece la modalidad que expresa dicha sentencia si son aplicables por analogía las disposiciones relativas a la inhabilitación. CONCLUSIONES Analizado el estudio del enfermo mental en nuestro ordenamiento jurídico, llegamos a la conclusión de que urge una revisión a fondo, de las disposiciones civiles sobre protección de los enfermos mentales, originadas hace más de un siglo (1873), sobre todo en el campo de la psiquiatría y la sicología que ha sufrido una verdadera revolución en las últimas décadas. Si bien nuestras observaciones se limitan al aspecto jurídico y es cierto que contamos con la protección legal de la persona y del patrimonio del enfermo mental, ella no resulta acorde con las nuevas tendencias. No debemos olvidar que un doble interés social informa esta problemática; por una parte, el que la sociedad tiene en la salud de sus componentes; y por la otra, el legítimo interés de defensa de la colectividad frente a los perjuicios, de toda índole, que los individuos afectados por perturbaciones mentales puedan causarles. Nos permitimos presentar algunas reflexiones, no para estructurar un nuevo sistema jurídico sino para subsanar algunas de las fallas que la normativa actual presenta. El procedimiento de incapacitación civil, previsto en la Ley deja a la apreciación judicial la perturbación mental. Es cierto que en su investigación el Juez debe asesorarse con dos facultativos, en su defecto, con personas con conocimientos medicina; pero al final, es el Juez el que decide problemas que resultan de gran complejidad, incluso para los profesionales especializados. Entendemos que en esta área la opinión debe ser vinculante, si bien no en cuanto a la medida a aplicarse, si en relación a la constancia de la perturbación y de su grado, y el tratamiento necesario para la recuperación del enfermo. Quedaría al Juez la decisión sobre el régimen aplicable, especialmente en lo que se refiere a su protección jurídica. Señalamos la conveniencia de uniformar totalmente los procedimientos de interdicción y de inhabilitación, la medida provisional, prevista en la interdicción, parece justificarse también en la inhabilitación, por cuanto la medida definitiva debe ser la más conveniente para el enfermo y su naturaleza solo resultaría clara al final del proceso, luego de la investigación y de las pruebas producidas y evacuadas. En cuanto al régimen del inhabilitado tenemos que observar la conveniencia de precisar más las facultades que tiene el Juez para la imposición del régimen particular. La redacción de la norma que las determina resulta muy vaga; y por otra parte, nos encontramos ante un régimen estricto y uniforme, para todos los inhabilitados, en materia sucesoral y de donaciones. Creemos que las amplias facultades que el Juez tiene en esta materia, deben ser enmarcadas entre un mínimo y un máximo, porque de ¡o contrario podríamos encontrarnos ante el absurdo de un régimen tan poco controlado que no implique para el incapaz una protección, o un régimen tan estricto como el del entredicho, en cuanto a la administración del patrimonio se refiere; y por último entendemos que debe existir para algunas personas la obligación de promover la incapacitación civil. En el ordenamiento jurídico vigente se legitima a un número limitado de personas pero no se impone a ninguna obligación de promover la protección del enfermo mental. BIBLIOGRAFÍA √ AGUILAR, José Luis. "Derecho Civil I. -Personas". 6ta. Edición Manuales de Derecho U.C.A.B. Editorial Arte. Caracas 1982. √ ALBALADEJO, Manuel. "Derecho Civil 1. Introducción y Parte General". Volumen Primero. Cuarta Edición. Librería Bosch Ronda Universidad, 11. Barcelona. √ ARAMBURA, Mariano. "La Capacidad Civil" Ed. Reus. 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