Exp: 15-003832-0007-CO Res. Nº 2015

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Exp: 15-003832-0007-CO
Res. Nº 2015-006002
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,
a las nueve horas cinco minutos del veintinueve de abril de dos mil quince .
Acción de inconstitucionalidad promovida por …. cédula …., vecina de …., San
José, contra el artículo 7 inciso c) del Código Notarial.Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala el 18 de marzo de 2015, la
accionante interpone acción de inconstitucionalidad contra el artículo 7 inciso
c) del Código Notarial, en cuanto prohíbe a la accionante cartular en actos en
los que participa una sobrina suya, por considerarlo contrario a los artículos 33
y 68 de la Constitución. Manifiesta que la norma, al prohibirle cartular en la
circunstancia indicada, resulta discriminatoria y, además, la convierte en
delincuente cuando otorgó una escritura de manera objetiva e imparcial y de
buena fe, lo cual ha dado lugar al inicio de un procedimiento disciplinario para
suspenderla en el ejercicio del notariado. La accionante invocó la
inconstitucionalidad de la norma impugnada en el proceso disciplinario que se
tramita en su contra en el Juzgado Notarial, bajo expediente número 14000034-0627-NO.2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a
rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su
presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte
ser manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos
de juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o
reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
I.- OBJETO DE LA ACCIÓN: La presente acción se dirige contra el artículo 7
inciso c) del Código Notarial, por considerarlo contrario a los artículos 33 y 68
de la Constitución. La accionante es objeto de un procedimiento disciplinario
para suspenderla en el ejercicio del notariado por haber autorizado una
escritura en la cual participa una sobrina suya. El artículo impugnado dispone:
Artículo 7. Prohibiciones
Prohíbese al notario público: (…) c) Autorizar actos o contratos en los cuales
tengan interés el notario, alguno de los intérpretes o los testigos
instrumentales, sus respectivos cónyuges o convivientes, ascendientes,
descendientes, hermanos, tíos o sobrinos por consanguinidad o afinidad. Se
entenderá que ese interés existe en los actos o contratos concernientes a
personas jurídicas o entidades en las cuales el notario, sus padres, cónyuge o
conviviente, hijos y hermanos por consanguinidad o afinidad, tengan o ejerzan
cargos como directores, gerentes, administradores o representantes legales.
II.- SOBRE LA ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN Y SU RECHAZO POR EL
FONDO Aunque la acción es formalmente admisible, porque cumple los
requisitos previstos en el artículo 75 y siguientes de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional y la accionante se encuentra legitimada para interponerla, en la
medida en que invocó la inconstitucionalidad del artículo 7 inciso c) del Código
Notarial en el procedimiento seguido en su contra en el Juzgado Notarial bajo
expediente número 14-000034-0627-NO, sin embargo, la acción carece de
sentido procesal alguno como su admisión a trámite por razones de fondo pues
la norma que impugna no es contraria al principio de igualdad ni,
específicamente, discriminatoria, contra ningún grupo de trabajadores, como lo
alega la recurrente. Este Tribunal ha sostenido, reiteradamente, que, el
notariado es una función pública que se realiza de manera privada (véase
entre otras, la sentencia Nº 2006-014008 de las 9:46 hrs. de 22 de septiembre
de 2006). Por su naturaleza jurídica, esta función debe ejercerse dentro de las
potestades y limitaciones que el ordenamiento jurídico dispone y le
corresponde al Estado, a través de los mecanismos que considere adecuados,
velar por el adecuado cumplimiento de los deberes y obligaciones de los
notarios. Lo anterior, precisamente, justifica que el Estado regule y supervise
su ejercicio mediante el cumplimiento de algunos requisitos y la imposición de
algunas incompatibilidades y prohibiciones, entre las que destaca la
impugnada, dado que la imparcialidad requerida por parte de los notarios y
notarias exige, como en caso de los jueces, su separación y abstención en
asuntos en los que haya relaciones de parentesco cercanas, que comprometan
la función pública que ejercen.
III.- Cabe agregar que la investidura del notario solo se logra cumpliendo los
supuestos y requisitos exigidos por la ley, de ahí que su habilitación formal
supone una relación de sujeción especial. Aunado a lo anterior, tampoco puede
obviarse que se trata de una función pública que se ejerce de forma
personalísima. Sobre el particular, la Sala ya tuvo ocasión de referirse a la
conformidad del artículo 7 inciso c) con la Constitución, en la sentencia número
1999-1381 de 15:27 horas de 24 de febrero de 1999, en la cual esta Sala
consideró la validez constitucional de la restricción aquí impugnada, en ese
caso, con relación al parentesco del notario o notaria con los representantes
legales de personas jurídicas intervinientes en los actos a cartular.
Específicamente, la Sala se refiere a la razonabilidad de la norma, así como a
su conformidad con las exigencias del derecho fundamental al trabajo:
IV.- Sobre la aducida restricción al derecho al trabajo. En reiteradas ocasiones
se ha señalado que el artículo 56 constitucional contiene una doble
declaración: una, la de que el trabajo es un derecho del individuo y otra, la de
que el Estado garantiza el derecho a la libre elección del trabajo que en su
conjunto constituyen la denominada "Libertad de Trabajo". Dicha garantía
significa que los habitantes de la República se encuentran facultados para
escoger entre el sinnúmero de ocupaciones lícitas la que más convenga o
agrade al administrado para el logro de su bienestar y, correlativamente, el
Estado se compromete a no imponerle una determinada actividad y respetar su
esfera de selección. Por ende, el artículo 7 del Código Notarial no infringe el
derecho al trabajo, porque no le impone a la accionante una determinada
actividad laboral y tampoco le impide a ella –ni a ningún otro notario público–
ejercer su profesión en general; tan sólo la limita respecto de cierta categoría
de personas. Esa limitación, por sí, no es contraria al texto constitucional,
desde que –como se sabe– ningún derecho fundamental es absoluto y puede
sufrir restricciones impuestas por ley, siempre que éstas sean razonables y
proporcionadas, que es justamente el último punto que resta por examinar.
V.- Sobre la razonabilidad de la norma cuestionada. Ha señalado en repetidas
ocasiones este Tribunal que la razonabilidad y la proporcionalidad son
parámetros de la constitucionalidad de las normas del ordenamiento jurídico.
Por ejemplo, en sentencia número 01739-92 de las once horas con cuarenta y
cinco minutos del primero de julio de mil novecientos noventa y dos se
consideró:
"... una norma o acto público o privado sólo es válido cuando, además de su
conformidad formal con la Constitución, esté razonablemente fundado y
justificado conforme a la ideología constitucional. De esta manera se procura,
no sólo que la ley no sea irracional, arbitraria o caprichosa, sino además que
los medios seleccionados tengan una relación real y sustancial con su objeto.
Se distingue entonces entre razonabilidad técnica, que es, como se dijo, la
proporcionalidad entre medios y fines; razonabilidad jurídica, o la adecuación a
la Constitución en general, y en especial, a los derechos y libertades
reconocidos o supuestos por ella; y finalmente, razonabilidad de los efectos
sobre los derechos personales, en el sentido de no imponer a esos derechos
otras limitaciones o cargas que las razonablemente derivadas de la naturaleza
y régimen de los derechos mismos, ni mayores que las indispensables para
que funcionen razonablemente en la vida de la sociedad."
Lo que se impone aquí, por ende, es valorar si el contenido de la norma
atacada es razonable y proporcionado o no, ya que sólo en caso negativo
corresponderá pronunciar su inconstitucionalidad. Para este fin, nota la Sala
que el inciso c) del artículo 7 del Código Notarial consta de dos oraciones,
cuyos enunciados se relacionan de manera que el segundo es extensión o
aclaración del primero:
i.- La primera frase dispone que es prohibido "Autorizar actos o contratos en
los cuales tengan interés el notario, alguno de los intérpretes o los testigos
instrumentales, sus respectivos cónyuges o convivientes, ascendientes,
descendientes, hermanos, tíos o sobrinos por consanguinidad o afinidad." El
sentido de la restricción es evidente y sano: el cartulario y las otras personas
enumeradas no deben beneficiarse de la actuación notarial; antes bien, el
ejercicio de la fe pública debe ser absolutamente imparcial e independiente en
todos los casos. Sobre este extremo de la norma no existe mayor
consideración o reparo.
ii.- La segunda frase, desarrollando lo expresado en la anterior, señala que "Se
entenderá que ese interés existe en los actos o contratos concernientes a
personas jurídicas o entidades en las cuales el notario, sus padres, cónyuge o
conviviente, hijos y hermanos por consanguinidad o afinidad, tengan o ejerzan
cargos como directores, gerentes, administradores o representantes legales".
Se advierte que, curiosamente, la prevención no se hizo extensiva –con mayor
razón incluso– respecto de esas mismas personas en la medida en que éstas
fuesen propietarias, accionistas o similares de la persona jurídica, puesto que
en tales casos evidentemente también terminarían siendo ellas las receptoras
de la ventaja o ganancia obtenida del negocio. Aun así, la restricción que en
concreto se impugna es considerada razonable por la Sala, dado que es
concebible que la administración de la persona jurídica en cuestión pueda
favorecerse de la contratación plasmada en el instrumento notarial, por
ejemplo, a través del recibo de bonificaciones. De esta manera, el superior
interés colectivo que existe en el hecho de que la función notarial se realice
con máxima objetividad e independencia, dada la fe pública que en ella se
deposita, justifica que se establezcan limitaciones como la de comentario”.En síntesis, la acción carece de razón alguna pues, de acuerdo con nuestro
orden constitucional, no cabe entender que existan las disconformidades que la
accionante atribuye a la norma impugnada con las normas y principios
constitucionales invocados.Por tanto:
Se rechaza por el fondo la acción.-
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